Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson – 11 de Abril

abril 11, 2018

11 de Abril: Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson

Día Mundial del Parkinson

 

En 1997 la Organización Mundial de la Salud declaró como Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson el 11 de abril, fecha de nacimiento del Dr. James Parkinson, quien padeció y describió sus síntomas en 1817. Consiste en un trastorno neurodegenerativo crónico que conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva, producido a consecuencia de la destrucción, por causas aún desconocidas, de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra. Frecuentemente clasificada como un trastorno del movimiento, la enfermedad de Parkinson también desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma.


Hallan una vía para detener la progresión del Parkinson y revertir sus síntomas

Según ola investigación, que publica la revista Molecular Therapy, con estos resultados existe la posibilidad de detectar con mucha antelación la enfermedad y frenar su avance porque se podrían restablecer las neuronas dañadas.

El aislamiento de ancianos, otra forma de maltrato social. / EFE
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Una investigación liderada por el grupo de Enfermedades Neurodegenerativas del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) ha hallado en modelos de ratones una vía para detener la progresión de la enfermedad de Parkinson y revertir su sintomatología.

El estudio, dado a conocer este miércoles, coincidiendo con el Día Mundial del Parkinson, demuestra por primera vez que la sobreexpresión del factor de transcripción TFEB en neuronas dopaminérgicas tiene un efecto neurotrófico y neuroprotector en ratones de laboratorio con Parkinson e incrementa las enzimas que sintetizan la dopamina.

parkinsonSegún el trabajo, que publica la revista Molecular Therapy, con estos resultados se abre una vía para frenar la enfermedad porque se podrían restablecer las neuronas dañadas.

«El efecto neurotrófico no solo es capaz de prevenir la muerte neuronal, sino que también es capaz de rescatar neuronas que han quedado afectadas por la enfermedad», ha asegurado el investigador del VHIR Jordi Bové, responsable del estudio.

Según el investigador, las neuronas que sufren una disfunción, una atrofia, con la sobreexpresión de TFEB recuperan su tamaño normal y su funcionalidad.

Y con eso, «sumado a que la sobreexpresión de TEFB es capaz de incrementar los niveles de dopamina, tenemos un efecto triple: neuroprotector, de neurorrescate y de restablecimiento de los niveles de dopamina», ha añadido el especialista.

La enfermedad de Parkinson cursa con un déficit lisosomal y una acumulación de agregados proteicos.

«Es muy importante establecer estrategias neuroprotectoras que detengan la progresión de la enfermedad»

Conociendo que TFEB coordina la expresión de proteínas involucradas en los lisosomas y en la degradación de autofagia, los investigadores testaron esta estrategia descubriendo que el efecto neuroprotector de TFEB iba más allá del efecto de activación del sistema autofágico lisosomal.

De este modo, comprobaron que «la sobreexpresión de TFEB en neuronas dopaminérgicas comportaba un efecto neurotrófico, es decir, un efecto a nivel de crecimiento neuronal, de la activación de vías de supervivencia y de los mecanismos antiapoptópicos«, según Bové.

«También hemos visto que TFEB no sólo incrementa las enzimas involucradas en la síntesis de la dopamina, sino que también aumenta la cantidad de dopamina que se puede liberar», ha especificado Bové.

Según el médico, «estamos hablando de una estrategia neuroprotectora y también de una estrategia para restablecer los niveles de dopamina. Y este efecto es muy importante en el control de la sintomatología de la enfermedad».

Como aún se desconoce la causa exacta por la que mueren las neuronas en la enfermedad de Parkinson, el tratamiento farmacológico se basa en el restablecimiento de los niveles de dopamina.

A pesar de que permite revertir inicialmente la sintomatología (disminución de los movimientos, inestabilidad postural, temblor en reposo, etc.) llega un momento en que deja de funcionar y aparecen otras complicaciones.

«Por eso -según Bové-, es muy importante establecer estrategias neuroprotectoras que detengan la progresión de la enfermedad».

«Nosotros planteamos la sobreexpresión de TFEB como una estrategia que se puede trasladar a la clínica porque hemos visto que funciona en Parkinson de ratones. La proponemos como alternativa a los factores neurotróficos, ya que podrían evitar los motivos por los que estos fracasan. Aunque no se descarta la terapia génica para conseguir la sobreexpresión de TFEB, nosotros apostamos por la activación farmacológica», ha concluido Bové.

Fuente: publico.es, 11/04/18.


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ADVERTENCIA IMPORTANTE: El contenido de esta página web es únicamente de carácter informativo general. No brinda consejos ni indicaciones médicas. Recuerde siempre, en caso de necesitar mayor información de carácter médico, como ser consejos, indicaciones sobre tratamientos o detalles sobre el diagnóstico, dirigirse a un profesional de la salud.

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El 95% de las personas sufre alguna enfermedad

junio 9, 2015

Afirman que el 95% de la población mundial sufre alguna enfermedad

Estudio internacional en base datos de 188 países: Los dolores de espalda y la depresión son los más frecuentes. Hubo una fuerte pérdida de años de vida saludables.

Vivimos más, pero vivimos peor [N. del E.: Esto es discutible]. A medida que la población mundial aumenta y se incrementa el número de ancianos, también crece la cantidad de personas que no está sana o empeora su calidad de vida. El 95% de la población del mundo tiene problemas de salud y en muchos casos hay personas con más de cinco enfermedades. Así lo indica un estudio publicado ayer en la revista británica The Lancet.

El monitoreo se llama Estudio global de la carga de la enfermedad y estuvo a cargo del Instituto de Sanidad y Evaluación de la Universidad de Washington. Los investigadores analizaron en detalle 35.620 fuentes de información sobre enfermedades y lesiones registradas en 188 países del mundo entre 1990 y 2013. El estudio indica que la proporción de años de vida saludable perdidos por diversas dolencias aumentó en ese periodo: pasó del 21% en el ‘90 al 31% en 2013. Además los autores señalan que, por ejemplo, el fuerte incremento de los casos de diabetes (un 43% en los últimos trece años) contrastó con el incremento de muertes por esa enfermedad, que fue de tan sólo 9%.

“Que el índice de mortalidad esté descendiendo más rápido que las enfermedades no mortales y que prevalezcan las lesiones es otras prueba de la importancia de prestar atención al aumento de la pérdida de salud”, señaló Theo Vos, director de la investigación.

dolor de espaldaEl ranking de enfermedades está encabezado por el dolor de espalda, la depresión, anemia, dolor de cuello y sordera. En Argentina no existe un estudio similar, pero sí hay más consultas por determinadas patologías. En la Provincia, por ejemplo, los problemas musculares en espalda y manos aumentó la demanda en el sistema público de salud. La mayoría de las consultas tienen que ver con el uso excesivo de la tecnología en pacientes de 12 a 40 años. “En la Unidad de Patología Espinal del hospital provincial San Martín de La Plata, donde se atienden 45 pacientes por semana, creció en el último tiempo la incidencia de patologías como dolor de cuello y la lumbalgia, producidas sobre todo por malas posturas en ámbitos laborales”, indica un informe del Ministerio de Salud bonaerense. El responsable de esa Unidad, Pedro Bazán, explicó que “estas afecciones tienen que ver, sobre todo, con la mala postura al sentarse y la posición frente al monitor, las notebooks o la forma de usar los teléfonos mientras se camina o se está en la cama, en que se sostiene el cuello flexionado para mirar la pantalla”.

La automedicación es un problema que conlleva el aumento de las enfermedades. Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández y director del Fundartox, se refiere a los antibióticos y psicofármacos. “Hay una población polimedicada y sobremedicada. Influyen varios factores: la publicidad excesiva  de la industria farmaceútica, la presión que reciben los médicos, los profesionales que prescriben muchos medicamentos, y farmaceúticos que venden sin receta. No hay medicamentos inocuos: todos tienen efectos secundarios y adversos, además de los buscados”, explica.

Fuente: Clarín, 09/06/15.

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