El vacío geopolítico en Medio Oriente

octubre 5, 2014

Medio Oriente, en un gran vacío geopolítico

Por Jorge Castro.

Terror. Milicianos del Estado Islámico del Levante en acción/EFE

Terror. Milicianos del Estado Islámico del Levante en acción/EFE

Saqlawiyah, base militar iraquí situada a 28 km de Bagdad (3.000 soldados), fue sitiada durante 7 días en septiembre. De pronto, el domingo 21 al amanecer, se presentó una columna de Humvees con 300 milicianos del Estado Islámico (EI) que en tres horas arrasó el campo, provocando 500 muertos, además de 400 ejecutados en las 24 horas.

decapitaciones de ISISEl ejército iraquí no movió un dedo en defensa de sus camaradas, a pesar de que la División 26 (fuerza de elite) se encontraba a 10 km de la guarnición sitiada.

Abreviando: el ejército iraquí ha dejado de existir como fuerza combatiente, porque se ha desintegrado el Estado al que responde y esa relación de causalidad se despliega en todo el Levante árabe (Siria, Irak y Líbano). De ahí que ha surgido un inmenso vacío geopolítico en el corazón de la región más estratégica del planeta; y este gigantesco hoyo de absorción de energías es el que le otorga toda su extraordinaria letalidad a la ofensiva del islamismo militante.

EI es la expresión contemporánea del islamismo revolucionario, surgido de la explosión geopolítica de la revolución islámica de Irán (1979); y luego templado en el combate de Afganistán (1981-1989), los 10 años de ofensiva fundada en el terror contra EE.UU.(2001-2010) y los 3 años de guerra civil en Siria (2011-2014).

Por eso, esta guerra -la más relevante del sistema mundial- es de naturaleza esencialmente política y no militar; y en ella el Estado Islámico (EI) es un actor menor, de protagonismo secundario. La desintegración de las estructuras territoriales/estatales del Levante implica la culminación del proceso insurreccional del mundo árabe que comenzó en Túnez hace 4 años (17 de diciembre de 2010/“Primavera Árabe”), y que ha quebrado en forma irreversible el statu-quo en todas partes al mismo tiempo.

La “Primavera Árabe” encarnó en la región la aceleración del sistema mundial provocada por la nueva revolución tecnológica ( cloud computing ), que le ha otorgado un carácter superintensivo e hiperconectado, y convertido en un torrente horizontalizador que derrumba todas las estructuras políticas/estatales, y en el límite las arrasa.

La naturaleza del conflicto determina la estrategia capaz de enfrentarlo.

La cuestión clave es la contención de EI en sus límites actuales, quebrando su iniciativa. Allí, el punto central que todo lo decide, es impedir que se apodere de Bagdad, en cuya defensa pueden jugar un papel esencial las milicias chiítas y la Fuerza Quds (tropa de elite iraní).

La contención debe ser ofensiva, recuperando la libertad de acción, con ataques misilísticos, aéreos y de fuerzas especiales contra sus bases en Siria (Raqqap) e Irak (Mosul).

EE.UU. se ha comprometido en forma irreversible en su tercera guerra en Medio Oriente, y lo ha hecho en un conflicto carente de objetivos temporales. Es una guerra sin tiempo, que se desarrolla en un espacio reducido (la cuenca de los ríos Tigris y Éufrates), sobre todo cuando desemboca en el Golfo Pérsico.

En esta región del planeta se ha desencadenado el más poderoso desafío desintegrador del sistema en esta parte del siglo, con la libertad de acción en manos de un islamismo militante de proyección global y praxis bélica de avanzada, de carácter técnico.

La irrupción de EE.UU. otorga al conflicto un carácter inmediatamente global; y revela inequívocamente el vacío de poder que ha surgido en el mundo tras la desaparición de la hegemonía unipolar estadounidense (1991-2009). El saldo de esta nueva situación histórica ha sido la ofensiva hasta ahora exitosa de los herederos de Osama Bin Laden, en un escalón históricamente superior de su desafío al sistema, que alcanzó su culminación en la etapa anterior con el derribo de las Torres Gemelas (11-09-2001). En Medio Oriente ha estallado un problema de gobernabilidad del sistema, no un desafío militar. Por eso su dimensión decisiva no está entre el Tigris y el Éufrates, sino en el espacio mundial.

Fuente: Clarín, 05/10/14.

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El mundo busca frenar a EI

septiembre 4, 2014

De Silicon Valley a Indonesia, el mundo busca frenar a EI

Varios gobiernos lanzaron medidas para evitar que se formen nuevos jihadistas

Por Raphael Satter y Lori Hinnant.  | AP

PARÍS – Nuevas leyes que facilitan la retención de pasaportes. Milicianos que son bajados de los aviones. Autoridades que bloquean cuentas bancarias y clausuran las mezquitas más radicalizadas. Y detrás de escena, las empresas tecnológicas de Silicon Valley están bajo creciente presión para que eliminen los contenidos extremistas de los sitios de Internet, mientras las agencias de inteligencia de Occidente exploran nuevas tecnologías que permitan identificar en la frontera a los combatientes que regresan.

estado islamico EI 01Desde Francia hasta Indonesia, los gobiernos lanzaron urgentes iniciativas para cortar una de las mayores fuentes de poder de Estado Islámico (EI): los combatientes extranjeros. La principal preocupación que impulsa esta iniciativa es la sospecha de que la organización está entrenando a la próxima generación de terroristas internacionales.

Esos temores se volvieron más acuciantes debido a los cruentos métodos de EI: se cree que un jihadista británico fue quien decapitó a dos periodistas norteamericanos, y un francés que peleó con EI está acusado de participar en un mortal ataque contra un museo judío en Bélgica.

Con cada video que se viraliza en las redes sociales, los militantes ganan nuevos adeptos. «Si no se hace nada, estoy seguro de que en un mes estarán en Europa, y un mes más tarde, en Estados Unidos», dijo el rey saudita Abdullah, que pidió una contundente respuesta internacional ante la masacre en Irak y Siria.

Gran Bretaña tomó una actitud particularmente activa en la censura de contenidos que violen las estrictas leyes de ese país contra la propaganda extremista. Los funcionarios británicos revelaron que recientemente pusieron a sitios como YouTube en la categoría de «marcados», lo que permite remover expeditivamente los contenidos macabros o que inciten al terrorismo.

Durante los últimos cuatro años, una unidad antiterrorista de la policía metropolitana de Londres especializada en Internet logró la remoción de 45.000 contenidos, según reveló esa fuerza de tareas la semana pasada. Los militantes de EI, sin embargo, rápidamente encontraron otras plataformas más descentralizadas.

En Estados Unidos, los funcionarios están intentando identificar a potenciales jihadistas a través del cotejo de sus patrones de viaje con los de militantes que ya se unieron a la lucha, según un agente de antiterrorismo que habló bajo condición de anonimato.

Mientras tanto, Francia apura una ley del Congreso que permita retener pasaportes, y el gobierno redobló los arrestos del creciente número de jóvenes que planean unirse a la Jihad.

El lunes, también Gran Bretaña propuso la aprobación de leyes que le permita a la policía retener el pasaporte de quienes sean sospechosos de haber viajado al exterior para combatir, mientras que Holanda facilitó el retiro de la ciudadanía del país y ahora también se propone perseguir a los servidores de Internet que difundan propaganda extremista.

El miércoles, en Bosnia, las autoridades realizaron un enorme redada antiterrorista: detuvieron a 16 personas sospechosas de combatir en Siria e Irak y de reclutar a hombres de los Balcanes para que se unan a las milicias islamistas en esos países.

El impulso antijihadista también se redobló en países tradicionalmente musulmanes: Indonesia está dispersando las reuniones de seguidores de EI e incautando remeras y otros artículos de propaganda del grupo, mientras que Túnez clausuró mezquitas y bloqueó los fondos de supuestos financistas de EI.

En cuanto a los extremistas que ya están en Siria, las agencias de inteligencia europeas están abocadas a identificarlos cuando intentan reingresar a Europa. Eso implica el rastrillaje de las redes sociales en busca de fotos de combatientes extranjeros o la intercepción electrónica en busca de pistas de actividad terrorista en el exterior.

Los funcionarios también están considerando la utilización de técnicas más avanzadas, como la identificación vocal, para detectar a sospechosos en los controles fronterizos, cotejando sus conversaciones con las voces de los videos de los militantes, según reveló a principios de este año el ex jefe del antiterrorismo británico, Bob Quick.

La preocupación es que al regresar, los combatientes lancen ataques en sus propios países. Australia aprendió la lección en Afganistán, hace una década, y asegura que de los 25 ciudadanos que regresaron a Australia tras combatir contra los intereses occidentales en aquel país, dos tercios participaron de actividades terroristas en suelo australiano.

Traducción de Jaime Arrambide

Fuente: La Nación, 04/09/14.