Los influencers y su impacto psicológico: Una perspectiva crítica.
Por Albert Mesa Rey.
En la era digital, los influencers han emergido como figuras prominentes en las redes sociales moldeando opiniones, comportamientos y estilos de vida de millones de seguidores. Aunque su influencia puede ser positiva en algunos casos, promoviendo causas nobles o inspirando cambios saludables, existe una creciente preocupación sobre los efectos perjudiciales que estos individuos pueden tener en la salud mental y el bienestar de sus seguidores. En este artículo trato de explorar los aspectos psicológicos negativos asociados con los influencers y su impacto en la sociedad.
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La creación de expectativas irrealistas
Uno de los aspectos más problemáticos de los influencers es su tendencia a mostrar una versión idealizada y perfecta de sus vidas. A través de fotografías cuidadosamente seleccionadas, videos editados y publicaciones que solo muestran momentos de éxito y felicidad, los influencers proyectan una imagen de perfección que rara vez coincide con la realidad. Este fenómeno puede llevar a los seguidores a comparar sus vidas cotidianas con esta versión idealizada, generando sentimientos de insuficiencia y frustración.
La constante exposición a imágenes y estilos de vida perfectos puede tener un impacto devastador en la autoestima de los seguidores. La teoría de la comparación social sugiere que las personas evalúan sus propias capacidades y circunstancias en comparación con las de los demás. Cuando las personas se comparan con los influencers, a menudo se sienten inferiores y menos exitosas, lo que puede disminuir su autoestima y generar sentimientos de tristeza y desesperanza.
Estudios han demostrado que el uso intensivo de redes sociales, está relacionado con una mayor insatisfacción corporal y una menor autoestima, especialmente entre adolescentes y jóvenes adultos que son los más vulnerables a la influencia externa. Estos grupos de edad están en una etapa de desarrollo en la que la aceptación social y la construcción de la identidad son cruciales, lo que los hace particularmente susceptibles a los mensajes de perfección y éxito perpetuados por los influencers.
La promoción de estándares de belleza inalcanzables es otro efecto perjudicial de los influencers. La mayoría de los influencers en plataformas como Instagram y TikTok presentan una apariencia física que se ajusta a los ideales de belleza actuales: cuerpos esbeltos, piel perfecta y rostros simétricos. Estos estándares son a menudo el resultado de filtros, edición digital y, en algunos casos, cirugías plásticas. Sin embargo, los seguidores, especialmente los jóvenes, pueden no ser conscientes de estos artificios y pueden asumir que esas apariencias son alcanzables de manera natural.
La presión para conformarse a estos estándares puede llevar a trastornos de la imagen corporal, como la dismorfia corporal, la anorexia y la bulimia. Los seguidores pueden recurrir a dietas extremas, ejercicio compulsivo o procedimientos cosméticos riesgosos para intentar alcanzar estas metas inalcanzables, lo que puede tener graves consecuencias para su salud física y mental.
Además de los estándares de belleza, los influencers también perpetúan la ilusión de la felicidad constante. Las publicaciones en las redes sociales suelen destacar solo los aspectos positivos de la vida, omitiendo los desafíos y dificultades que todos enfrentan. Esta representación sesgada puede hacer que los seguidores perciban sus propias vidas como deficientes y aburridas en comparación, lo que puede conducir a una menor satisfacción con la vida y a un aumento de los niveles de estrés y ansiedad.
La felicidad constante proyectada por los influencers puede crear una falsa expectativa de que la vida debe ser siempre alegre y emocionante. Cuando los seguidores inevitablemente enfrentan dificultades y momentos de tristeza, pueden sentirse aún peor al creer que están fallando en alcanzar esa norma de felicidad perpetua.
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Estrategias para mitigar el impacto negativo
Para combatir los efectos perjudiciales de las expectativas irrealistas creadas por los influencers, es esencial fomentar una mayor conciencia crítica entre los usuarios de redes sociales. Algunas estrategias incluyen:
Educación mediática: Enseñar a los usuarios, especialmente a los jóvenes, a reconocer la diferencia entre la realidad y la ficción en las redes sociales y a comprender que las imágenes y las vidas presentadas por los influencers están a menudo editadas y seleccionadas cuidadosamente.
Promoción de la autenticidad: Alentar a los influencers a mostrar una representación más equilibrada y auténtica de sus vidas, incluyendo los desafíos y las dificultades que enfrentan, para ofrecer una visión más realista de la vida cotidiana.
Apoyo psicológico: Proporcionar recursos y apoyo psicológico a aquellos que se ven negativamente afectados por las redes sociales, incluyendo programas de apoyo en línea y consejería profesional.
Desintoxicación digital: Fomentar la práctica de pausas regulares de las redes sociales para reducir la exposición constante a las imágenes idealizadas y dar a los usuarios tiempo para reflexionar y reconectarse con la realidad.
La promoción del consumo desmedido
En la era de las redes sociales, los influencers han revolucionado la manera en que las marcas se conectan con los consumidores. A través de colaboraciones y patrocinio de productos, los influencers pueden llegar a millones de personas con recomendaciones personalizadas y aparentemente auténticas. Sin embargo, este fenómeno también ha generado preocupaciones sobre la promoción del consumo desmedido. Veamos cómo los influencers fomentan el consumismo y las implicaciones psicológicas y sociales de esta tendencia.
La cultura de la posesión es una de las características más notables del contenido de muchos influencers. La exhibición constante de productos y estilos de vida lujosos, ya sea a través de un «haul» de compras, reseñas de productos de moda o tecnología de última generación, los influencers a menudo presentan un estilo de vida basado en la adquisición de bienes materiales. Esta cultura de la posesión puede llevar a los seguidores a internalizar la idea de que la felicidad y el éxito están directamente relacionados con la cantidad y la calidad de los objetos que poseen.
Esta narrativa de consumo puede crear un ciclo interminable de deseo y adquisición. Los seguidores, al aspirar a emular a sus ídolos digitales, pueden sentirse presionados a comprar constantemente nuevos productos para mantener su estatus social y pertenencia, lo que puede llevar a un comportamiento de consumo impulsivo y compulsivo.
La presión para mantener el ritmo con las tendencias y las recomendaciones de los influencers puede tener serias repercusiones en la salud financiera de los seguidores. El deseo de adquirir productos de moda, tecnología de última generación y otros bienes puede llevar a muchos a gastar más allá de sus posibilidades, acumulando deudas y comprometiendo su estabilidad financiera.
La facilidad de las compras en línea y las promociones constantes en las redes sociales exacerban este problema, permitiendo a los usuarios realizar compras impulsivas con solo unos pocos clics. Esta facilidad puede llevar a una falta de reflexión sobre las verdaderas necesidades y prioridades financieras, resultando en estrés financiero y ansiedad.
Desde una perspectiva de la psicología del consumismo, la promoción del consumo desmedido por parte de los influencers puede ser entendida a través de la teoría del consumo conspicuo, propuesta por Thorstein Veblen. Esta teoría sugiere que las personas consumen bienes no solo por su utilidad, sino también para mostrar estatus y obtener reconocimiento social. Los influencers, al exhibir sus posesiones, refuerzan esta idea, creando un entorno donde el valor personal y el estatus están vinculados a la capacidad de consumo.
Además, la psicología del marketing y la publicidad juega un papel crucial en este fenómeno. Los influencers utilizan técnicas de marketing sofisticadas, como la narración de historias, la autenticidad percibida y la creación de comunidad, para hacer que sus recomendaciones sean más persuasivas. Esto puede llevar a los seguidores a tomar decisiones de compra basadas más en impulsos emocionales que en necesidades racionales.
El consumo desmedido promovido por los influencers no solo afecta la salud financiera, sino también puede tener un efecto en el bienestar psicológico de los seguidores. La búsqueda constante de nuevos productos y la comparación con la vida idealizada de los influencers pueden llevar a sentimientos de insatisfacción y ansiedad. Los seguidores pueden sentir que nunca tienen suficiente o que siempre les falta algo para alcanzar la felicidad y el éxito que ven en las redes sociales.
Además, la gratificación instantánea que viene con las compras impulsivas puede ser efímera, dejando a los seguidores con un vacío emocional una vez que el efecto inicial de la compra desaparece. Esta búsqueda constante de satisfacción a través del consumo puede impedir que las personas desarrollen formas más sostenibles y significativas de bienestar, como la construcción de relaciones interpersonales y el desarrollo personal.
Consumismo desmedido
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Estrategias para mitigar el consumo desmedido
Para reducir el impacto negativo del consumo desmedido promovido por los influencers, es importante implementar estrategias tanto a nivel individual como colectivo:
Educación financiera: Enseñar a los usuarios sobre la importancia de la gestión financiera y las consecuencias del consumo impulsivo. Esto puede incluir talleres, recursos en línea y programas educativos que promuevan la toma de decisiones financieras responsables.
Conciencia crítica: Fomentar una mayor conciencia crítica sobre las tácticas de marketing utilizadas por los influencers y las marcas. Los usuarios deben aprender a cuestionar la autenticidad de las recomendaciones y considerar sus verdaderas necesidades antes de realizar una compra.
Promoción de Valores Alternativos: Animar a los influencers y a los usuarios de redes sociales a valorar y promover estilos de vida basados en la sostenibilidad, el minimalismo y el bienestar emocional. Esto puede incluir la promoción de experiencias y relaciones por encima de la adquisición de bienes materiales.
Regulación y Transparencia: Impulsar una mayor regulación y transparencia en las colaboraciones entre influencers y marcas. Las plataformas de redes sociales y las autoridades deben asegurarse de que las recomendaciones pagadas sean claramente identificadas como publicidad, para que los seguidores puedan tomar decisiones informadas.
El efecto de los influencers en las relaciones interpersonales
Una de las consecuencias más notables de la influencia de los influencers es el desplazamiento de las relaciones reales por relaciones parasociales. Las relaciones parasociales son conexiones unilaterales que los seguidores desarrollan con figuras mediáticas, como los influencers. Aunque estas relaciones pueden ofrecer un sentido de conexión y pertenencia, también pueden desplazar el tiempo y la atención que se dedicarían a relaciones interpersonales reales y bidireccionales.
La inversión emocional en la vida de los influencers puede llevar a una desconexión con amigos y familiares. Los seguidores pueden priorizar el tiempo en línea siguiendo y participando en las vidas de los influencers, en lugar de cultivar relaciones significativas en su propio entorno. Esta desconexión puede resultar en un aislamiento social y en una disminución de la calidad de las relaciones personales.
La comparación social, exacerbada por la exposición constante a las vidas idealizadas de los influencers, puede tener un impacto significativo en las relaciones de pareja. Los seguidores pueden comparar sus propias relaciones con las que ven en las redes sociales, muchas de las cuales están representadas de manera idealizada y poco realista. Esta comparación puede llevar a la insatisfacción con la propia relación, generando conflictos y resentimientos.
Además, los influencers a menudo comparten momentos destacados y felices de sus vidas amorosas, omitiendo los desafíos y conflictos que son parte natural de cualquier relación. Los seguidores pueden desarrollar expectativas poco realistas sobre cómo debe ser una relación de pareja, lo que puede llevar a desilusiones y fricciones cuando su realidad no coincide con esas expectativas.
El tiempo y la atención dedicados a seguir a los influencers también pueden afectar la comunicación en las relaciones interpersonales. La comunicación es un componente crucial de cualquier relación saludable, y la distracción constante de las redes sociales puede interferir con la capacidad de las personas para interactuar y comunicarse de manera efectiva con sus seres queridos.
La presencia constante de dispositivos móviles y la tentación de verificar las redes sociales pueden interrumpir las conversaciones y las interacciones significativas. Esta interrupción puede crear una barrera en la comunicación y disminuir la intimidad emocional entre las personas. Las parejas y amigos pueden sentirse descuidados o menos importantes, lo que puede erosionar la confianza y la conexión en la relación.
Los influencers a menudo promueven una cultura de superficialidad, donde la apariencia y el estatus social son valorados por encima de la autenticidad y la profundidad. Esta perspectiva puede influir en la manera en que los seguidores valoran y construyen sus propias relaciones. Las personas pueden centrarse más en impresionar a los demás y mantener una imagen perfecta, en lugar de desarrollar relaciones auténticas y significativas.
Este énfasis en la superficialidad puede llevar a relaciones basadas en apariencias y conveniencia, en lugar de en la comprensión y el apoyo mutuo. La falta de profundidad en las relaciones puede resultar en conexiones frágiles y menos satisfactorias, lo que puede afectar el bienestar emocional de los individuos.
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Estrategias para mitigar el impacto negativo
Para reducir los efectos negativos de los influencers en las relaciones interpersonales, es importante implementar estrategias tanto a nivel individual como colectivo:
Fomento de la conciencia crítica: Animar a los usuarios a desarrollar una mayor conciencia crítica sobre el contenido que consumen y a cuestionar la realidad detrás de las imágenes y las narrativas presentadas por los influencers. Esto puede ayudar a reducir la comparación social y a establecer expectativas más realistas sobre las relaciones.
Equilibrio en el uso de las redes sociales: Promover un uso equilibrado de las redes sociales, estableciendo límites de tiempo y dedicando momentos específicos del día para desconectarse y centrarse en las relaciones personales. Esto puede incluir prácticas como «desintoxicación digital» o «noches sin dispositivos».
Fomento de la comunicación auténtica: Enfatizar la importancia de la comunicación abierta y honesta en las relaciones. Crear espacios y momentos donde las personas puedan interactuar sin distracciones digitales, fomentando conversaciones profundas y significativas.
Educación sobre relaciones saludables: Proveer educación sobre las características de relaciones saludables y realistas, incluyendo la importancia de enfrentar y resolver conflictos, y la comprensión de que todas las relaciones tienen altibajos.
La vulnerabilidad a la manipulación por parte de los influencers
Los influencers a menudo construyen una imagen de autenticidad y cercanía con sus seguidores, estableciendo relaciones parasociales donde los seguidores sienten una conexión emocional unilateral. Esta percepción de intimidad y confianza puede hacer que los seguidores sean más susceptibles a las recomendaciones y mensajes de los influencers. La línea entre la influencia legítima y la manipulación puede ser tenue, especialmente cuando se trata de la promoción de productos o ideas.
Técnicas de manipulación utilizadas por los influencers
Apelación a las emociones: Los influencers suelen utilizar historias personales, emociones y narrativas cautivadoras para conectar con sus seguidores a un nivel emocional profundo. Esta técnica puede hacer que los seguidores se sientan comprendidos y apoyados, reduciendo su capacidad crítica y aumentando la probabilidad de que acepten y actúen sobre las recomendaciones del influencer sin cuestionarlas.
Pruebas sociales y popularidad: La prueba social es un poderoso mecanismo psicológico donde las personas asumen que el comportamiento de otros refleja el comportamiento correcto. Los influencers muestran a menudo que otros seguidores están utilizando o apoyando ciertos productos o ideas, creando una sensación de popularidad y aceptación social que puede presionar a otros a conformarse.
Escasez y urgencia: Utilizando tácticas como promociones limitadas en el tiempo o cantidades limitadas de productos, los influencers pueden inducir un sentido de urgencia y escasez. Este enfoque puede manipular a los seguidores para que tomen decisiones impulsivas, basadas en el miedo a perder una oportunidad, en lugar de una evaluación racional de la necesidad o el valor del producto.
Autoridad percibida: Muchos influencers posicionan a sí mismos como expertos en ciertos campos, ya sea belleza, salud, fitness, tecnología, etc. La percepción de autoridad puede llevar a los seguidores a aceptar sus recomendaciones sin cuestionarlas, asumiendo que el influencer tiene un conocimiento superior o información privilegiada.
Consecuencias psicológicas de la manipulación
Desconfianza y decepción: Cuando los seguidores descubren que han sido manipulados, pueden experimentar sentimientos de traición y desconfianza. Esta desilusión no solo afecta su relación con el influencer, sino que también puede generalizarse a otras interacciones en línea, fomentando una actitud de escepticismo y desconfianza hacia la información obtenida de las redes sociales.
Estrés y Ansiedad: La presión para seguir las recomendaciones de los influencers, especialmente cuando se presentan como urgentes o exclusivas, puede generar niveles elevados de estrés y ansiedad. Los seguidores pueden sentir una necesidad constante de estar al día con las tendencias y promociones, lo que puede afectar negativamente su bienestar mental.
Problemas Financieros: La manipulación para realizar compras impulsivas puede llevar a problemas financieros significativos. Los seguidores pueden gastar dinero en productos que realmente no necesitan o no pueden permitirse, acumulando deudas y experimentando estrés financiero como resultado.
Autoestima y autovaloración: La comparación constante con los influencers y las decisiones tomadas bajo la influencia de estos pueden afectar la autoestima y la autovaloración de los seguidores. Sentirse manipulados o haber tomado decisiones impulsivas puede llevar a la autoevaluación negativa y a la disminución de la confianza en uno mismo.
Estrategias para protegerse de la manipulación
Desarrollo de la alfabetización digital: Fomentar una mayor alfabetización digital puede ayudar a los usuarios a reconocer tácticas de manipulación y desarrollar habilidades críticas para evaluar la información en línea. Esto incluye entender cómo funcionan los algoritmos de las redes sociales, las técnicas de marketing digital y la importancia de verificar la autenticidad de las recomendaciones.
Promoción de la transparencia: Abogar por una mayor transparencia en las relaciones comerciales entre influencers y marcas. Las plataformas de redes sociales y las autoridades reguladoras deben garantizar que los influencers revelen claramente cuándo están recibiendo compensación por promocionar productos, lo que puede ayudar a los seguidores a tomar decisiones más informadas.
Fomento del pensamiento crítico: Enseñar a los usuarios a cuestionar la información que reciben, evaluar la credibilidad de las fuentes y reflexionar sobre sus propias necesidades y deseos antes de tomar decisiones basadas en las recomendaciones de los influencers.
Regulación y supervisión: Implementar regulaciones más estrictas para controlar la publicidad encubierta y las tácticas de manipulación utilizadas por los influencers. Las políticas deben exigir divulgaciones claras y penalizar las prácticas engañosas.
Conclusiones:
La creación de expectativas irrealistas por parte de los influencers es un problema significativo en la era digital, con efectos profundos en la autoestima, la imagen corporal y el bienestar general de sus seguidores. Reconocer y abordar estos impactos negativos es crucial para promover una interacción más saludable y equilibrada con las redes sociales, fomentando una cultura en línea que celebre la autenticidad y la diversidad en todas sus formas.
La influencia de los influencers en las relaciones interpersonales es un fenómeno complejo con implicaciones significativas para la calidad de las conexiones humanas. Al reconocer y abordar estos efectos negativos, es posible fomentar un uso más saludable y equilibrado de las redes sociales, promoviendo relaciones interpersonales más auténticas y satisfactorias.
La promoción del consumo desmedido por parte de los influencers es un fenómeno complejo con implicaciones significativas para la salud financiera y el bienestar psicológico de sus seguidores. Reconocer y abordar estos efectos negativos es crucial para fomentar un uso más saludable y consciente de las redes sociales, promoviendo una cultura que valore la autenticidad, la sostenibilidad y el bienestar integral por encima del consumismo.
La vulnerabilidad a la manipulación por parte de los influencers es un desafío significativo en la era digital. Reconocer y abordar estas tácticas manipulativas es crucial para proteger el bienestar psicológico y financiero de los seguidores. A través de la educación, la promoción de la transparencia, el fomento del pensamiento crítico y la implementación de regulaciones adecuadas, es posible mitigar los efectos negativos de esta influencia y promover un entorno digital más saludable y ético.
Más de 500.000 dólares por publicación en Instagram – Así se lo montan Kim Kardashian, Cristiano Ronaldo y Selena Gómez
Por A. Carlos González.
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Con más de 100 millones de seguidores en Instagram, supongo que alguna vez te habrás preguntado cuánto pueden cobrar por una publicación promocionada algunos famosos.
Recientemente conocimos que Kim Kardashian cobró 500.000 dólares por una publicación en Instagram donde promocionaba una píldora para las náuseas matutinas. Traducido de una forma más simple, digamos que por subir una sola foto a Instagram, esta mujer ha cobrado más que el presidente de Estados Unidos en todo un año. Es entonces cuando echamos un vistazo a otros famosos como Cristiano Ronaldo y Selena Gómez para hacernos una idea de cuánto dinero ingresan en Instagram gracias a las marcas.
¿Cuánto cobran Kim Kardashian, Selena Gómez , Cristiano Ronaldo y otros famosos por subir una foto a Instagram?
¿Cuánto hace de caja en Instagram Kim Kardashian con sus publicaciones?
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Con más de 114 millones de seguidores en Instagram, más de 60 millones de seguidores en Twitter y más de 42 millones de visitas en su Snapchat, según los datos de TMZ, Kim tendría su caché en 500.000 dólares por cada publicación patrocinada.
De hecho, algunas marcas de vitaminas, Calvin Klein, Olay o Sugar BearHair han colaborado con Kim en más de una ocasión, por lo que para esta mujer, la red social Instagram es muy rentable.
De hecho, el patrimonio de Kim Kardashian se estipula en más de 300 millones de dólares. Por no hablar de lo barata que le sale la promoción de su propia compañía de cosméticos, KKW Beauty, la cual ha remontado gracias a la promoción que las Kardashian hacen en redes sociales. Se calcula que la compañía ha obtenido más de 100 millones de dólares en ingresos.
¿Cuánto gana Cristiano Ronaldo por cada publicación patrocinada en Instagram?
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A pesar de que CR7 tiene más seguidores que Kim Kardashian (cuenta con más de 136 millones de seguidores) su caché está 100.000 dólares abajo. Se calcula que Cristiano Ronaldo cobra 400.000 dólares por cada publicación promocionada en Instagram, lo cual tampoco está nada mal.
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¿Cuánto ingresa Selena Gómez por cada publicación en Instagram?
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Con 139 millones de seguidores, Selena Gómez ingresa en torno a los 550.000 dólares por publicación promocionada. Ésto la convierte en la persona que más cobra por cada publicación en 2018.
A esta lista habría que sumarle otros nombres, que si bien quedan por debajo del trío más rentable de las publicaciones patrocinadas, lo cierto es que no está nada mal:
Kylie Jenner cobra prácticamente lo mismo que Cristiano Ronaldo, llegando a cobrar hasta 400.000 dólares por publicación.
Kendall Jenner hace hasta 380.000 dólares por publicación promocionada. Se calcula que el patromino de Kendall Jenner es de 900 millones de dólares y está a punto de convertirse en la mujer multimillonaria más joven del mundo.
Khloe Kardashian hace hasta 250.000 dólares por publicación en Instagram, que es la misma cantidad que gana su hermana Kourtney
Cara Delevingne hace hasta 150.000 dólares poro publicación, mientras que Gigi Hadid gana entorno a 120.000 dólares por cada foto.
Y por último, para acabar la lista, tendríamos a otro deportista, Lebron James, el cual hace alrededor de 120.000 dólares por publicación promocionada.
Y es que la cercanía con la que se muestran los famosos en las redes sociales, hace que las marcas prefieran apostar por una recomendación directa de los “ídolos” a su legión de seguidores, antes que otro tipo de publicidad. El crecimiento de esta metodología indica que es más rentable que otro tipo de publicidad.
De hecho, como decíamos al principio, no necesitas ser un famoso para ganar dinero con Instagram. Según el número de seguidores que tengas en la red social y la forma en que interactúan tus fans con tus publicaciones, podrás tener un caché más o menos alto. Es decir, podrás pedir más o menos dinero por cada publicación patrocinada.
Esto ha dado lugar a otro negocio en Instagram, que es la compra de seguidores para parecer un influencer y pedir dinero a las marcas por esas publicaciones patrocinadas que finalmente invierten en un falso influencer cuyos seguidores son bots. [Esto es monitoreado por los anunciantes y perseguido por las propias redes para combatirlo]
Algunos de los prescriptores digitales más relevantes muestran a TENTACIONES los secretos de su día a día, incluyendo un análisis de su Instagram en busca de fraude.
Por Ignacio Gomar.
La ‘influencer’ Ester Bellón.
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Nadie diría que alguien que luce en las redes sociales un bolso de Chanel de varios miles de euros sufre para llegar a fin de mes. Sin embargo es cierto, es un chico que habla de su trabajo como influencer con cierta decepción. Otros en cambio se refieren a esta profesión, que ha originado un nuevo tipo de marketing y prevé facturar 14 millones de euros este año en España, como un sueño hecho realidad. Las tarifas no son fijas, pero por una foto alguien con 100.000 seguidores cobra alrededor de 1.000 euros. Si tuviera medio millón, 3.000.
Con la expansión llegaron las sospechas de fraude, principalmente por la compra de seguidores, y entonces aparecieron las herramientas de análisis. La oportunidad perfecta para entrar a fondo en este mundo y descubrir cuántos influencers son capaces de pasar la prueba del algodón en sus cuentas de Instagram.
Lara Martín (@laramartingilarranz) estudió Administración y Dirección de Empresas con un máster en moda. En ese curso, hace ocho años, arrancó su blog. Lara fue pionera y hoy disfruta de su sueño, así lo llama ella, como una macro influencer de 550.000 seguidores. Posa como una modelo para este reportaje en la madrileña Puerta de Alcalá. Su día a día consta de reuniones, eventos, presentaciones de colecciones… «Todo el día por la ciudad con el móvil y la cámara profesional en la mano. Adoro mi vida, no me imagino otra”. Ella toma todas las decisiones sobre su carrera, incluyendo el control de sus perfiles, y considera que el mayor lujo de su trabajo es “conocer destinos que ayudan a generar contenidos”. Cuenta que cada vez hay más trabajo, ya que el presupuesto de marketing digital de las marcas aumenta cada año. Respecto a las sospechas de fraude en el sector, responde que es inviable: «Si no hay resultados no te vuelven a llamar”.
Lara Martín, ‘influencer’ de moda, posando en la Puerta de Alcalá.
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No es tan sencillo. Yeyo Ballesteros es responsable de comunicación de Room Mate Hoteles y experto en marketing con influencers. “Desde hace años trabajamos con ellos y nos encanta. Han generado una nueva vía de comunicación y movilizan a muchos fans. Aportan credibilidad, pero queremos trabajar con profesionales que no cometan irregularidades”. Desde su departamento estudian a estos nuevos reyes de Internet, les piden sus estadísticas e incluso recurren a una agencia (Sr. Potato) que revisa cambios extraños en los perfiles. “A las marcas nos encantaría tener un botón para pulsarlo y determinar si cometen fraude o no”. Ballesteros admite que se la han «podido colar una y mil veces». «Esto se debería regular, somos los primeros interesados”.
Se pueden medir resultados, por ejemplo cuánta gente ha llegado a la página de un cliente, pero en ningún caso determinar si las interacciones provienen o no de usuarios falsos. De hecho es posible comprar los me gusta y los comentarios: diez por dos dólares (1,60 euros), con un texto personalizado; también se pueden adquirir visualizaciones de los stories y por 500 euros se pueden sumar hasta 100.000 followers.
Yeyo Ballesteros, responsable de comunicación de Room Mate Hoteles y experto en marketing con ‘influencers’.
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Hace un par de meses se hizo viral una campaña de una agencia de comunicación que destapaba la posibilidad de crear un influencer ficticio y ponerlo a trabajar. Lo hacían comprando para esa chica seguidores falsos o bots, teléfonos móviles conectados automáticamente a servidores en “granjas” de países como China o Rusia. Luis Díaz es el director de esa agencia, Human to Human, que trabaja exclusivamente con campañas de influencers. Usan herramientas de análisis para encontrar el más adecuado para las marcas y evitar las irregularidades que muchas veces descubren. Díaz no acepta analizara ninguno de ellos para este periódico, ya que solo trabaja para clientes y no quiere “señalar a nadie”, pero aporta datos obtenidos a través de sus análisis que permiten hacerse una idea de la situación. “Los macro (más de medio millón de seguidores) suelen estar limpios. En cuanto a los micro (entre 10.000 y 50.000 followers), el 40% de las cuentas tiene irregularidades; y en el rango de influencers (entre 100.000 y 500.000 seguidores) la cifra ronda el 30%”, asegura.
Con semejantes cifras, no resulta complicado encontrar irregularidades seleccionando un rango amplio de influencers. Sin necesidad de recurrir a herramientas tan especializadas como la de Luis, existen analíticas que permiten extraer datos significativos (por ejemplo, un cálculo aproximado de cuentas sospechosas y su origen geográfico). Que una cuenta de Instagram tenga bots entre los seguidores no prueba que se hayan comprado y no parece factible convertirse en influencer abriendo una cuenta en una red social y comprando seguidores, pero sí que alguien con cierto nivel vaya impulsando su cuenta con bots hasta dar el salto de categoría y cobrar más por cada campaña.
Luis Diaz, director de la agencia Human to Human. .
Llega el momento de comentarle a Lara sus resultados. Un 9% por ciento de sus seguidores se ubican en Turquía. Ella responde segura: “Me gusta que hayáis analizado la cuenta porque yo he sido incapaz de hacerlo y me parece muy interesante. Desde hace unos meses hay mucha polémica y es preocupante para todos. Respecto a tener muchos followers desde Turquía, antes hacía muchos sorteos internacionales en mi perfil y a raíz de eso han podido entrar seguidores de muchos países. Mi cuenta tiene muchísimos años. Si una marca me planteara un análisis, yo encantada. Habría que crear una asociación de influencers y un protocolo, desde luego”, concluye.
Como ella, Alberto Ortiz (@albertoortizrey) lleva en este negocio desde que arrancó. Tiene 32 años y se presenta en un sofisticado local del barrio de Salamanca de Madrid con las cotizadas zapatillas Triple S de Balenciaga. Cursó económicas y estudios de moda. No pertenece a ninguna agencia pese a su rango (250.000 seguidores), y gestiona todo él mismo. La clave de su éxito, “la calidad de mis fotografías, mis looks, que esté todo cuidado”, y cree que “es un error pensar en tener más followers. Lo importante es la calidad y vender para un target ajustado a la comunidad de cada uno”. Al comentarle el análisis de su perfil, con un 30% de seguidores ubicados en Brasil, responde: “Durante mucho tiempo he hecho publicidad para Brasil y México. La verdad es que nunca hemos mirado herramientas de análisis. Pero vamos, me interesa muchísimo que se analicen. Es bueno para todos, y nos encantaría que lnstagram borrase los seguidores inactivos o irregulares. Estamos desprotegidos, es más, alguien puede comprarte seguidores, y alguna vez hemos notado subidas y bajadas raras, pero no puedes controlarlo”.
Ortiz es consciente de la opacidad de las plataformas. Luis Díaz, de Human to Human, opina lo mismo: “Instagram (propiedad de Facebook) ha reconocido que tiene un 8% de cuentas falsas. Al final tiene un dilema. Por un lado todo lo que sean usuarios y tráfico le beneficia, pero por otro sabe que la calidad de la comunidad puede ser vital a medio plazo. Las redes viven del crecimiento. Si Facebook borra 60 millones de cuentas, tiene pérdidas millonarias”. Yeyo Ballesteros recuerda el papel de las agencias: “Es importante que controlen a sus representados y les trasladen un mensaje claro: nunca ir por el camino fácil, al final te acabarán pillando”.
Bajo el paraguas de Influencity, una agencia que representa influencers y también vende análisis de calidad de sus cuentas, trabaja Alejandro More (@alejandrojamo), 28 años, 134.000 seguidores y afincado en Barcelona. Es su tercera agencia tras dos malas experiencias. “Con la primera terminé mal porque se suponía que tenían que relanzar mi Instagram y no lo hicieron”. Su día a día es “intentar subir fotos buenas para mantenerme ahí. Además tengo una empresa, una marca de relojes que de momento no va muy bien”, comenta para después confesar que solo con ese trabajo no podría vivir. «Muchos meses no da. La media por una foto son como mucho 1.000 euros”. Al preguntarle por el fraude, Alejandro responde que no ha comprado nunca seguidores para su perfil, pero sí para su firma de relojes: “Nadie se toma en serio una marca con 200 seguidores en Instagram”. Tras admitir el fraude, se presta al análisis de su perfil, que revela un 25% de followers ubicados entre Rusia y Brasil.
Ante los resultados de su cuenta, Antonio Fernández (@antoniofdez_), micro influencer (24.300 seguidores) sevillano residente en Madrid, también se sorprendió —cabe recordar que los micro son hoy los más buscados por las marcas, por su capacidad para llegar a un target más concreto con menor inversión—: un 40% de sus followers viene de Turquía y un 12% de Irán. Concedió una entrevista para este reportaje e incluso accedió a compartir sus estadísticas, algo que no llegó a hacer. Unas horas después de la cita, pidió a través de un correo electrónico que sus declaraciones no aparecieran tras recordar que tiene un contrato firmado con una marca que no se lo permite.
Ester Bellón (@armarioenruinas) trabaja como influencer desde hace seis años dentro de Okiko Talents, la primera agencia de influencers en España y que tiene entre sus representados a auténticas celebridades de este mundo, como Gala González o Miranda Makaroff. Además de ser prescriptora de moda y estilo de vida, Bellón es arquitecta, tiene su propio estudio y sigue ejerciendo. La clave de su éxito es “saber estar en continuo movimiento para generar contenidos interesantes”, y el mayor lujo para ella, viajar. No se cree que haya influencers fraudulentos trabajando. “Ahí entra la agencia. Cuando alguien ha comprado seguidores se nota. Si no hay engagement o tus seguidores son de Turquía, o aparecen perfiles muy grandes de la noche a la mañana… Pues no cuadra. Mi agencia siempre advierte del peligro. Son mentiras con las patas muy cortas”. Los análisis de la cuenta de Ester ofrecen los resultados más positivos, más limpios, aunque tiene casi un 20% de seguidores en Brasil. Ella apunta: “He hecho colaboraciones con marcas brasileñas y blogueras famosas en Brasil me han etiquetado en publicaciones”.
La directora de Okiko, Beatriz Portela, agradece esta investigación: “Es un síntoma de que el mercado está madurando. En países como España e Italia aún se da mucha importancia al tamaño, y la evolución natural es que empiece a primar la calidad de las comunidades, es algo que nos beneficiará a todos”.
Toca ocuparse del futuro del mundo influencer. Eso pasa por una mayor transparencia y compromiso de las plataformas, por institucionalizar el uso de herramientas de verificación —Luis Díaz asegura orgulloso que la suya, que analiza hasta nueve parámetros, «es la mejor del mercado”— y por la implicación de las agencias. Hay rumores de que algunas compran los bots a sus representados o les obligan a engordar sus perfiles antes de firmar. Al comentarle a una de las agencias contactadas para este reportaje que uno de los temas a tratar era el fraude, no respondió más.