Proponen que Internet sea un servicio público

febrero 7, 2015

Proponen que Internet sea un servicio público

Por Ariel Torres.

Luego de años de gestos tibios y contradictorios respecto de la neutralidad de la Red, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés), por medio de su presidente, Tom Wheeler, anunció ayer en un artículo para la revista Wired que propondrá que las conexiones de Internet de banda ancha sean reclasificadas como servicio público en ese país. Quedarían así en el mismo nivel de la telefonía pública, bajo lo que se conoce como Título II, por la sección de la ley de telecomunicaciones de ese país, de 1934, que contempla los operadores comunes de comunicaciones.

internet 02Hasta ahora, Internet era considerada un «servicio de información», con muy poca regulación, en particular en lo referido a la neutralidad de la Red. Si la propuesta de Wheeler prospera, quedará prohibido que ciertos contenidos puedan viajar más rápido por Internet si sus gestores (por ejemplo, Netflix) pagan por ese privilegio. Tampoco será posible para los proveedores de Internet bloquear o ralentizar contenidos legales. Ambos conceptos son centrales a lo que se conoce como neutralidad de la Red y, en la propuesta de la FCC, que Wheeler había adelantado en enero, alcanzará también a las conexiones de datos móviles, es decir, la banda ancha para smartphones y otros dispositivos móviles.

El cambio es no obstante sorpresivo porque Wheeler había aceptado, el año último, que los proveedores de conexión entablaran acuerdos de tráfico de datos comercialmente razonables. El nuevo escenario descarta por entero tales acuerdos, de aprobarse. Sin embargo, el enfoque de la FCC no incluirá la regulación de tarifas ni la «desagregación del bucle local»; es decir, la conexión de la telefónica o el cable con el domicilio del usuario seguirá exclusivamente en manos de quienes la instalaron originalmente; es decir, no se verán obligados a compartir este trazado con otros operadores.

La comisión votará la propuesta el próximo 26 de febrero, casi seguramente a favor, pero se espera que encuentre una fuerte resistencia por parte de los grandes proveedores de Internet, que la perciben como «contraria a la innovación»; el año último, una corte federal de ese país había determinado que la FCC no tenía autoridad para regular sobre la neutralidad de la Red, en un caso promovido por Verizon.

La reacción de los usuarios ha sido, en cambio, mayormente positiva, a pesar de que la desagregación del bucle local sigue siendo para muchos consumidores estadounidenses un desideratum.

En principio, pues, la propuesta de la FCC concierne exclusivamente a la neutralidad de la Red, es decir, que todo tráfico de datos debe ser tratado de la misma forma. No afecta una de las partes de la infraestructura que más inversión requieren (el bucle local o última milla) ni las tarifas de los servicios. Quedará por ver, pues, si la dinámica de Internet, muy diferente de la de la telefonía pública, se adapta a una regulación más rígida que, a menos que se especifique lo contrario, involucra también a los proveedores de contenidos y servicios. El artículo de Wheeler, en inglés, aquí: http://www.wired.com/2015/02/fcc-chairman-wheeler-net-neutrality/.

Fuente: La Nación, 05/02/15.
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The World Is Watching Our Net Neutrality Debate, So Let’s Get It Right

By Ambassador Daniel A. Sepulveda.

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Does the United States act in accordance with the same principles that we advocate to others? The answer needs to be yes.

When it comes to the debate on network neutrality, the world watches what we do at home. That’s one reason that the President’s commitment to network neutrality is so important: In the struggle to protect a global, open, and free internet, we must also protect it at home.

The President’s recent call to enshrine network neutrality principles in domestic regulation echoes our diplomatic efforts to prevent any centralized power—corporate or governmental—from picking winners and losers on the internet, as well as our efforts to promote freedom of expression and the free flow of information online. The President’s leadership on this issue comes at a critical time: Every day we see examples of governments around the world taking unfortunate steps to inhibit internet access, restrict freedom of expression, and impose barriers to the free flow of information.

Ambassador Daniel A. Sepulveda

Ambassador Daniel A. Sepulveda is the Deputy Assistant Secretary of State and U.S. Coordinator for International Communications and Information Policy.

The Russian government, just last month, pressured social media companies to block access to pages used to organize peaceful political protests. In China, authorities have blocked Gmail and Google search. In addition to ongoing and systematic efforts to control content and punish Chinese citizens who run afoul of political sensitivities, such measures are an effort to further diminish the Chinese people’s access to information, while effectively favoring Chinese Internet companies by blocking other providers from accessing its market. In Turkey, the government blocked access to Twitter for several weeks last year after the company refused to take down tweets that the government found politically objectionable. And in Hungary, there was an effort last autumn to impose a tax on data flows—a form of mandating paid access to users—which was ultimately abandoned after pressure from the public and the EU.

We can’t take the open internet for granted in America.

The U.S. government is working hard to preserve and protect the open internet, ensuring that it remains an engine for innovation, economic growth, and free expression. But we can’t take the open internet for granted in America. We need to ensure that internet service providers cannot abuse their control over internet infrastructure to block or throttle traffic, or improperly extract additional payments for access based on content, nationality, or the targeted end users.

Some opponents of network neutrality have argued that any possible classification of broadband access as a telecommunications service will undermine our ability to push back against efforts to assert more government control of the internet at the international level, including at the United Nations and the International Telecommunication Union. This argument is fundamentally flawed. The United States is committed to promoting greater access to the internet around the world, and we have and will continue to work with international organizations to further this goal. But that does not mean that we support a role for those international organizations—or any other regulator—to limit people’s right to use that internet access to freely express themselves, to communicate with others, or deliver innovative services from the edge of the networks in ways that will drive the global digital economy. There is a distinction between internet access and the content and services delivered over the internet, which is what people generally think of as the internet. We remain steadfast in opposing regulation of that content or services through international multilateral bodies.

The fight for network neutrality, like the fight for an open and free internet, is a clarion call for the world’s internet users and content creators to defend what has made the internet one of the world’s greatest enablers of global social and economic progress. In both of these efforts, the United States will lead—at home, by ensuring that service providers cannot pick winners and losers, and abroad, by ensuring that as more and more people get access to the internet, they are able to take advantage of all of its benefits to innovate, collaborate, and communicate with the rest of the world.

Source: http://www.wired.com – Enero 2015

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El Futuro del trabajo 2015…

diciembre 4, 2014

El futuro hoy es de empleo y/o trabajo disruptivo

carlos_vargas

“Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”. Woody Allen. Nuevas necesidades, nuevos conceptos, nuevas tareas, nuevas especialidades

trabajo siglo xxi 01El futuro ya está aquí en materia de Empleabilidad
El futuro de los nuevos empleos ya está aquí y para sobrellevarlo es importante investigar cuales profesiones y sus especialidades darán respuesta a las necesidades organizacionales, ecológicas, productivas y tecnológicas del siglo XXI, en esta colaboración caso nos referimos al extraordinario fenómeno de Social Media, de las redes sociales, de la tecnología informática y de las comunicaciones en lo general, las cuales, además, exigen ser operadas con profesionalismo también con ética.

Lo que determina el camino de las nuevas profesiones
Los decididos cambios en la sociedad naciente del siglo XXI principalmente surgidos por la adopción de nuevas prácticas o hábitos sociales y la aplicación de nuevas tecnologías están generando el florecimiento de profesiones emergentes y/o sus especialidades; dichos hábitos sociales son referidos a diversos aspectos, ver imagen “Cambios en la sociedad del siglo XXI”

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También otros temas adicionales como
Democratización del conocimiento y del acceso al mismo, Competencia en los mercados y en el acceso a las fuentes de financiación. Tecnologías digitales. Mobilidad global. Integración con otros sectores económicos, etc.

Es ya incuestionable que para las empresas y las personas el estar al día, en el manejo profesional de la tecnología digital, de las redes sociales, representará un retorno de su inversión en varios rubros muy importantes, comenzando por la posibilidad de estar “on-line”, conectados con el mundo.

Las profesiones sus especialidades y las instituciones educativas
La misma sociedad del siglo XXI se está reinventando y con ella las nuevas tareas, los nuevos puestos, las nuevas profesiones y/o especialidades; el reto será la velocidad con las que las instituciones educativas respondan a estas necesidades y a la velocidad supersónica de cambio. Sin embargo, existen riesgos por pensamientos conservadores; sabemos de estudios que recogen opinión de responsables de universidades que expresan que sus modelos de negocio continuarán siendo muy similares a los actuales, utilizando como argumento que “las universidades no han cambiado mucho en los últimos mil años”.

Ante lo anterior, están siendo las propias empresas las que tienen que recurrir a sus propios formatos de capacitación, adiestramiento, formación, desarrollo; ahí están las universidades corporativas, el e-learning, la capacitación contratada o desarrollada en lo que presuntuosamente llamamos “in house”. Esto aplica para la persona en lo particular que en muchos casos, ante el rezago de las universidades, tenemos o más bien debemos recurrir al autoaprendizaje vía Web.

Los requerimientos profesionales a raíz de las redes sociales ¿dónde están?
En materia de redes sociales, hay nuevos nichos de empleo a los cuales hay que atender. Un abanico de oportunidades se está presentado ante los ojos de cientos de miles de jóvenes que no encuentran cabidas en profesiones tradicionales, en algunos casos, saturadas y hasta transformadas; como lo son la contaduría, mercadotecnia, administración, abogacía, ingenierías, medicina, etc.

¿Donde están las oportunidades?
Hablando de redes sociales, las oportunidades estén, sin lugar a dudas, en las ciencias sociales, comunicación, marketing, administración, etc. todo relacionado con la Tecnología Informática y de Comunicación, con la llamada Web 2.0 y la cercana* Web 3.0 o Web semántica. El mundo se abre a nuevas posibilidades de empleo ligadas a estos conocimientos. Y en verdad cualquier área del saber y entender humano, tendrá cabida en la Web.

Social Media, Redes Sociales y su impacto en la empleabilidad
Cuando hablamos de redes sociales estamos hablando de comunidades, de un fenómeno que fue visualizado desde los 70´s por Marshall McLuhan, en los 90´s por Alvin Toffler, Don Tapscot y aterrizado en la practica y la ejecución a finales del siglo XX, fortalecida en el XXI por genios como Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zukerman y otros más; este fenómeno que transforma las tareas en las empresas y consecuentemente las profesiones y sus especialidades está impactado por temas como el llamado “Prosumidores” y otros determinantes como “Trabajo Colaborativo” y Wikinomía. Debemos releer a estos grandes pensadores del siglo XX que visualizaron, como un Julio Verne el devenir tecnológico del Siglo XXI.

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Amplio abanico de posibilidades
Los conceptos, hoy principios básicos para el trabajo en red, como lo son; “Prosumidores”, “Trabajo Colaborativo” y “Wikinomía” entre otros, han abierto un amplísimo abanico de posibilidades para los miles de jóvenes que no encuentran trabajo con profesiones tradicionales. Los perfiles ligados a la comunicación, mercadotecnia, sociología y su conexión con las redes sociales son y serán cada vez más demandados por las grandes, medianas e incluso pequeñas empresas; hay que estudiarlos, asimilarlos y transformarlos en acciones.

Perfiles requeridos para operar profesionalmente las redes sociales
La combinación entre diferentes áreas temáticas; como los son la sociología, la comunicación, mercadotecnia, etc. con las nuevas tecnologías ha dado lugar a nuevas especialidades, nuevos perfiles y hará emerger otros diversos e insólitos; sólo hay que ver las profesiones que existen hoy en día, son especialidades que eran impensables hace 10 o 20 años.

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Reflexión
Personas, empresas, gobiernos e instituciones educativas deben de transformar la forma de valorar e incorporar en sus planes las nuevas especialidades dentro del espacio de las profesiones. Hoy son tareas que demandan los negocios, que demanda la creación de un nuevo mercado laboral, un nuevo mercado del llamado Talento: un sistema que hoy identificamos fácilmente como Mercados 2.0, 3.0 y seguramente ante tanta creatividad e innovación, impulsados por el avance tecnológico, llegará el Mercado 4.0, o más allá.

De no actuar con rapidez, y hasta bajo un concepto disruptivo, en la forma de entender el empleo, el trabajo, las formas de incrustarnos en la economía de nuestras naciones, estaremos sin duda alguna en rezago, por un lado desde el punto de vista de los negocios y por otro de la responsabilidad social de generar o autogenerarnos oportunidades de empleo para este Siglo XXI, para los jóvenes y no tan jóvenes, que día a día intentan sumarse por miles a la fuerza laboral de los países en todo el mundo, y hoy día es un reclamo llamado empleo o también autoempleo.

Fuente: http://www.merca20.com – 03/12/14

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Cuando se enciende Internet, se apagan las inhibiciones

febrero 20, 2012

Cuando se enciende Internet, se apagan las inhibiciones; por qué contamos todo.

Por Matt Ridley

 

Es bien sabido que la gente en general es precisa y (a veces demasiado) honesta acerca de su personalidad en sus perfiles en sitios de redes sociales. Los pacientes están más dispuestos a compartir sus síntomas psiquiátricos con un doctor automatizado en línea que con uno real. Los encuestadores hallan que las personas dan respuestas más sinceras en un sondeo por Internet que por teléfono.

No obstante, la honestidad en línea tiene su aspecto negativo. Los blogueros notan que los lectores que comentan sus entradas son a menudo francos pero que esos mismos críticos groseros se vuelven más amables cuando son contactados directamente. He aquí un curioso patrón que va en contra de las viejas preocupaciones sobre la amenaza del disimulo en la web. De hecho, el medio mecanizado de Internet no genera encubrimiento sino desinhibición, lo que nos da una actitud de confesión y brusquedad. Cuando el medio es impersonal, la gente está dispuesta a ser personal.

Al parecer, la Iglesia Católica ha reconocido esto desde hace mucho, razón por la cual el confeso está separado del sacerdote por una rejilla o una cortina. Para hacer que los pacientes se abran, los psicoanalistas les piden que se acuesten en un sofá mirando en dirección contraria. En las escenas de interrogatorios en las películas, el que hace las preguntas muchas veces se para y camina detrás del detenido en momentos cruciales de la conversación.

¿Cuál es el motivo? ¿Por qué nos volvemos más honestos cuanto menos miramos al otro? La respuesta parecería obvia: porque nos sentimos incómodos al confesar o desafiar a otros cuando estamos cara a cara. Pero esto no hace más que enfatizar la pregunta de por qué. Este es uno de los casos en los que es útil comparar a los seres humanos con otras especies para poner nuestro comportamiento en contexto.

En muchos simios, el contacto cara a cara es esencialmente antagónico. El mirar fijamente es una amenaza. Para que dos monos que no se conocen no se peleen, hay que evitar el contacto visual entre ellos. Sucede algo similar con dos personas en un ascensor: para aliviar la tensión, se dicen cosas como «qué frío que hace hoy».

En nuestra psique, el acto de escribir una crítica furiosa en línea de la opinión de alguien no se siente como una confrontación, mientras que decir lo mismo por teléfono o cara a cara sí.

El fenómeno tiene un nombre, el efecto de la desinhibición en Internet. John Suler, de la Universidad de Rice, en Estados Unidos, quien inventó el término, señala que en línea, los indicios de estatus y jerarquía están ausentes. Como sucede con los monos de menor nivel, la gente es renuente a decir lo que realmente piensa a alguien con autoridad por temor a ser desaprobada o castigada. «Pero en línea, en lo que se siente como una relación entre pares —con las apariencias de ‘autoridad’ minimizadas— las personas están mucho más dispuestas a hablar abiertamente o comportarse mal».

El agravio en Internet y su equivalente benigno, la honestidad en línea, son una sorpresa. Dos décadas atrás, la mayoría de la gente pensaba que el anonimato de la web daría lugar a una epidemia de deshonestidad. Luego llegaron las redes sociales e Internet se volvió no sólo social sino también bochornosamente honesta. Los peligros más grandes que percibe la mayoría de la gente respecto a la participación de sus hijos en redes sociales son que pasen demasiado tiempo siendo «sociales» y que admitan cosas que los perjudiquen más tarde cuando se postulen a un trabajo.
Fuente: The Wall Street Journal, 19/02/12.

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