Rolls Royce, Rolex, aviones y un batimóvil: la obscena riqueza de los hijos de Robert Mugabe y de las «Kardashian de Zimbabwe»
A pesar de vivir en uno de los países con más pobreza y menor desarrollo humano del mundo, los descendientes del dictador derrocado y su grupo de amigos se jactaban en Instagram de su vida de lujos.
Robert Mugabe se convenció este martes de que su situación era insostenible y renunció a la presidencia de Zimbabwe tras 37 años en los que gobernó el país como si fuera una gran estancia de su propiedad. El único líder ejecutivo que tuvo esta nación africana desde su independencia había quedado totalmente vaciado de poder tras el golpe militar que sufrió la semana pasada.
Mugabe, de 93 años, se consolidó hace tiempo como uno de los dictadores más despiadados del continente. La evidencia más cruda de que se apropió sin pudor de los pocos recursos que generaba el país es la obscena vida de lujos que gozaban sus hijos y el reducido entorno de jóvenes parásitos del Estado.
Robert Mugabe Jr., su hijo de 24 años, es quizás uno de los máximos exponentes. Estudió en Dubai y desde hace tiempo se dedica a compartir su ostentosa vida en Instagram.
En septiembre sumó dos Rolls Royce a su colección de autos de alta gama, que suele exhibir en fotos. Sus redes sociales incluyen también relojes Rolex y recorridas por exclusivos centros comerciales.
Su hermano Chatunga, de 20 años, no se queda atrás. En una de las imágenes más indignantes que compartió se ve su mano, adornada con un reloj y una pulsera de oro. «¡¡60.000 dólares en la muñeca cuando tu papito maneja todo el país, ya sabes!!», escribió.
Entre los miembros más encumbrados de lo que era la corte de este clan dictatorial se destacaban especialmente las «Kardashian de Zimbabwe». Son Vanessa Chironga y su hermana Michelle, ambas de 28 años, hijas del político y magnate inmobiliario Philip Chiyangwa.
Sus fotos en poses sensuales, rodeadas de lujos exóticos, las hicieron merecedoras de la comparación con las estrellas estadounidenses. Mientras Vanessa se muestra navegando en yate en las islas Seychelles, Michelle maneja una Land Rover edición Victoria Beckham de 100 mil dólares.
Uno de los más exhibicionistas es Sidney Himbara Jr., hijo del empresario más acaudalado del país. Aviones privados, autos súper deportivos y pistolas de oro son algunos de los objetos que le gusta mostrar.
Después está el caso de Uebert Angel, autodenominado «padrino del movimiento profético». Junto a otros «profetas» forma parte de un selecto grupo de pastores evangélicos que se dedican a predicar rodeados de Lamborghinis.
A Genius Kadungure, otro próspero empresario que se enriqueció estando cerca del clan Mugabe, le gusta mostrarse como si fuera una estrella de cine. Los Rolls Royce son la mayor debilidad de este multimillonario de 33 años.
Tampoco se puede dejar de destacar a Wicknell Chivayo, empresario igualmente floreciente gracias a sus vínculos con el poder. «Sir Wicknell», como le gusta ser llamado, adora los Rolex más que a cualquier otra cosa.
El ocaso de Mugabe se precipitó con la intervención militar del pasado martes, desencadenada por la destitución del vicepresidente Emmerson Mnangagwa, ante las ambiciones de poder de la primera dama, Grace Mugabe. Las Fuerzas Armadas mantenían en arresto domiciliario al mandatario, y los pedidos de renuncia llegaban desde el propio oficialismo.
Reporteros presentes en Harare relataron que la población recibió la noticia con júbilo y que se escuchaban bocinas en las calles de la capital. Mugabe había sido destituido el domingo como líder del partido oficialista, y la formación nombró como titular a Mnangagwa, quien también fue elegido como candidato a las presidenciales de 2018.
Restan saber las condiciones que podría haber negociado Mugabe para su salida. La noche del lunes, el jefe de las Fuerzas Armadas, Constantine Chiwenga, indicó que el dictador había trazado una «hoja de ruta y una solución definitiva para el país».
Es el final humillante de la carrera de un hombre que aplastó o marginó la disidencia desde que condujo a Zimbabwe a la independencia y puso fin al régimen de minoría blanca en 1980.
Si Mnangagwa pasa a encabezar la transición política, tendrá que enfrentar su propio pasado, al estar implicado en la masacre de miles de opositores en la década de 1980 por una brigada entrenada en Corea del Norte.
«Mugabe no era nada humano», dijo el antiguo ministro de Relaciones Exteriores británico Peter Carrington a la biógrafa del dictador, Heidi Holland. «Tenía una especie de naturaleza reptil. Uno podía admirar sus capacidades y su intelecto, pero era una persona horrible y poco confiable», agregó.
La dimisión de Mugabe ofrece a Zimbabwe «la oportunidad de forjar un nuevo camino libre de opresión», dijo Theresa May, primera ministra del Reino Unido, la antigua potencia colonial del país africano. «Como el amigo más antiguo de Zimbabwe, haremos lo que podamos para apoyar» la transición del país, añadió en un comunicado.
Nota actualizada. Ver información anterior más abajo.
El Ejército toma el control de Zimbabue y pone bajo arresto domiciliario al presidente Mugabe
Los militares afirman que el presidente Mugabe está a salvo y niegan que se trate de un golpe de Estado.
Por José Naranjo.
El Ejército de Zimbabue se ha hecho con el control del país en la madrugada de este miércoles. El presidente Robert Mugabe y su mujer, Grace, que aspiraba a sucederle en el cargo, se encuentran “sanos y salvos”, según señaló un portavoz militar durante una declaración leída en la televisión pública en la que aseguró además que la seguridad de la pareja está «garantizada». El partido presidencial, cuya sede está también controlada por el Ejército, asegura que no se trata de un golpe militar, que la pareja presidencial está detenida y que el exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, destituido hace una semana, será el nuevo presidente interino del país. Blindados y tanques han salido a las calles de Harare y se han oído disparos y detonaciones en numerosos barrios de la capital. El presidente de la vecina Sudáfrica, Jacob Zuma, ha informado de que Mugabe le ha comunicado en conversación telefónica que está «detenido en su domicilio» pero que se encuentra bien.
Los militares, liderados por el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Constantino Chiwenga, han tomado el Palacio Presidencial y la sede de la televisión, así como las instituciones más importantes del país. Asimismo, han detenido al ministro de Economía, Ignatius Chombo, uno de los principales líderes del partido presidencial y firme apoyo de Grace Mugabe en la guerra interna que se había desatado por la sucesión presidencial. Según el periódico local NewsDay, otros dos ministros habrían sido también detenidos. Las embajadas de Reino Unido y Estados Unidos han recomendado a sus ciudadanos que permanezcan en sus casas, mientras que la española ha instado a extremar la precaución especialmente en Harare, la capital.
En su declaración televisada, el general Sibusiso Moyo, portavoz del Ejército, aseguró: “No se trata de una toma del Gobierno por parte de los militares (…) nuestro objetivo son criminales del entorno del presidente que están cometiendo crímenes. Una vez cumplamos con nuestra misión esperamos que la situación regrese a la normalidad”.
Debido a la situación política que vive Zimbabwe, se recomienda que se extremen las precauciones especialmente en la ciudad de Harare y alrededores
La tensión se había disparado en los últimos días en Zimbabue después de que el pasado 7 de noviembre Mugabe destituyera a su vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, de 75 años, acusado de traición y deslealtad. Considerado uno de los hombres fuertes del partido presidencial Unión Africana Nacional de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) y sólido candidato a suceder a Mugabe, su cese se atribuye a las maniobras de la esposa de Mugabe que había hecho público su deseo de convertirse en la nueva presidenta del país, pese a que su marido, de 93 años, era el candidato oficial para las elecciones de 2018.
Mnangagwa, héroe de la independencia del país, denunció entonces que lo habían intentado asesinar y que se estaba produciendo una purga en el partido con el objetivo de eliminar a todos aquellos que se oponen a la ascensión de Grace Mugabe. Tras su precipitada huida del país hacia Sudáfrica, diversas fuentes apuntan a que podría convertirse en presidente interino en las próximas horas una vez que se confirme la caída de Robert Mugabe, en arresto domiciliario junto a su mujer. De hecho, este mismo miércoles, Mnangagwa ha volado desde Sudáfrica hasta Harare, según The Guardian, para hacerse cargo de la situación, aunque por ahora no ha aparecido en público ni ha hecho declaraciones. También ha regresado al país el líder histórico de la oposición, Morgan Tsvangirai, quien estuvo cerca de arrebatar el poder a Mugabe en las elecciones de 2008 y forzó un acuerdo que le convirtió en primer ministro. En todo caso, reina aún la incertidumbre.
Población: 16.150.362 millones de habitantes en 2016.
Inflación: 1,6% en 2016.
PIB del país (en dólares): 16.289 millones en 2016.
PIB per cápita: 2.200 dólares (1.861 euros) en 2016.
PIB por sector: Agricultura: 12,5%; Industria: 27%; Servicios: 60,0%.
Ocupación por sector: Agricultura: 66%; Industria: 10%; y Servicios: 24%.
Deuda pública: 69,9%.
Gasto militar: 2,2%.
Esperanza de vida: 62,2 años en 2015.
Gobierno: República semipresidencial.
Capital: Harare
Independencia: De Reino Unido en abril de 1980.
Fuentes: Banco Mundial y CIA Factbook.
El partido ZANU-PF ha publicado en su cuenta de Twitter que “la familia presidencial se encuentra detenida y a salvo, lo que era necesario por la Constitución y por la salud de la nación. Ni Zimbabue ni ZANU son propiedad de Mugabe y su esposa. Hoy comienza una nueva era y el camarada Mnangagwa nos ayudará a conseguir un Zimbabue mejor”. El partido presidencial insiste en que no se trata de un golpe de Estado sino de una “transición incruenta” en la que se ha arrestado a personas corruptas y se ha detenido a “un anciano del que se estaba aprovechando su esposa”, en referencia a Mugabe.
El general Chiwenga había sugerido ya en las últimas horas la asonada militar. El pasado lunes pidió el fin de la purga y advirtió de que el Ejército podría reaccionar. “Debemos advertir a aquellos que están detrás de estos peligrosos engaños que en lo que respecta a proteger nuestra revolución, las Fuerzas Armadas no dudarán en intervenir”, dijo rodeado de noventa altos oficiales del Ejército.
Por su parte, el principal partido de oposición, el Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) desmintió a sus rivales del ZANU-PF asegurando que sí se trata de un golpe de Estado y que el Ejército va a asumir el mando del país. “El ZANU-PF está en la etapa de la negación, pero ya no tienen el control”, dijo Douglas Mwonzora, secretario general del MDC, en una entrevista telefónica con el canal sudafricano ANN7.
La noticia de la intervención del Ejército no ha generado reacciones masivas de los ciudadanos que, a tenor de lo cuentan los medios zimbabuenses, han seguido con su rutina, quizá a la expectativa de que se aclare la situación y sobre todo quién está al frente del país. Sí se han producido algunos arrestos, según las informaciones de los medios locales. El más sonado de todos es el del líder de la Liga Juvenil del ZANU-PF, Kudzai Chipanga, uno de los más acérrimos defensores de que Grace Mugabe siga los pasos de su marido. También está detenido el ministro de Economía, Ignatius Chombo, otro aliado de la primera dama.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha hecho un llamamiento a la calma y ha subrayado que «es de vital importancia preservar los derechos fundamentales, incluidas las libertades de expresión y reunión». La Unión Africana pidió a las partes implicadas que manejen la situación de acuerdo a los principios de la Constitución del país y a las normas que rigen el organismo internacional. A través de un comunicado, la organización señaló que es «crucial» que la crisis se resuelva de un «modo que promueva la democracia y los derechos humanos, así como el desarrollo socio-económico de Zimbabue».
Zimbabue: los billetes de 100 billones que valen US$5
Por Patrick McGroarty y Farai Mutsaka – 13/05/2011.
En Zimbabue, un billete de 100 billones (millones de millones) de dólares locales vale unos US$5. (año 2011)
Esa es la tasa de cambio para el billete de más alta denominación del país africano, el mayor jamás producido para una moneda de circulación legal, y símbolo nacional de una política monetaria descontrolada. En determinado momento de 2009, un billete de 100 billones no alcanzaba para comprar un pasaje de autobús en Harare, la capital del país.
Desde entonces, el valor del dólar de Zimbabue ha subido. No en el país, donde la moneda ha sido abandonada, sino en eBay.
Los billetes son codiciados entre coleccionistas de monedas y compradores de novedades, y se venden hasta a 15 veces el valor oficial en circulación. En la década pasada, el presidente Robert Mugabe y sus aliados intentaron apuntalar la economía —y su gobierno— imprimiendo rampantemente dinero. El resultado fue una hiperinflación alimentada con billetes con más ceros.
El billete de 100 billones de dólares zimbabuenses, que circuló por apenas unos meses antes de que la moneda fuera oficialmente abandonada en el país en 2009, representaba el límite diario que se permitía a la gente retirar de sus cuentas bancarias. Los precios subieron, causando caos.
La inflación desenfrenada obligó a los zimbabuenses a hacer fila para comprar pan, pasta dental y otros productos básicos. Con frecuencia, llevaban bolsas más grandes para su dinero que para los pocos artículos que estaban en condiciones de comprar.
Hoy, todas las transacciones son en monedas extranjeras, principalmente en el dólar estadounidense y el rand sudafricano. Pero los billetes sin valor de Zimbabue son valiosos, al menos fuera del país.
«La gente los muestra y hace chistes acerca de cuándo ocurrirá eso aquí», dice David Laties, dueño de Educational Coin Company, un vendedor mayorista de monedas en Nueva York.
Los comerciantes lo suficientemente inteligentes como para comprar los billetes de mayor denominación de Zimbabue mientras estaban en circulación están ahora disfrutando de su inversión. Laties gastó US$150.000 comprando billetes de gente en Sudáfrica y Tanzania con experiencia en sacar el dinero y otro cargamento clandestino de Zimbabue. Al intuir que los últimos dólares del país africano «serían los mejores billetes hasta la fecha» en el mercado de coleccionistas, pagó por adelantado US$5.000 a alguien que se comunicó con él por Internet. «Funcionó», dice. «Recibí mis billetes».
El presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Representantes de EE.UU., Paul Ryan, y John B. Taylor, economista de Stanford, están entre los nuevos dueños de dólares de Zimbabue. Ambos guardan un billete, mostrándolo en momentos oportunos como prueba de las ramificaciones más extremas de la inflación. «Ningún economista monetario que se respete sale sin un billete de 100 billones de dólares», dice Taylor con una sonrisa.
En un centro comercial de Harare que es popular entre turistas, una visitante alemana no logró encontrar entre vendedores callejeros el codiciado billete de 100 billones de dólares, pero quedó conforme cuando encontró uno de 1.000 millones, por el que pagó US$5. «De todas formas es enorme» dijo. Fuente: The Wall Street Journal, 13/05/11.
Billete de Cien Billones (en denominación inglesa 100 trillones)
Los terribles efectos de la hiperinflación:
100.000.000.000.000=US$ 5
Información complementaria:
Zimbabue (o Zimbabwe) es un país situado al sur del continente africano, entre el río Zambeze, las cataratas Victoria y el río Limpopo. Carece de costas oceánicas y limita al oeste con Botsuana, al norte con Zambia, al sur con Sudáfrica y al este con Mozambique. Sus territorios se corresponden con la antigua Rodhesia del Sur. El idioma oficial es el inglés.
Su Índice de Desarrollo Humano (IDH) es el más bajo de todo el mundo.
El partido del actual Presidente Robert Mugabe, Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), ha dominado la vida política del país desde su independencia ganando siempre las elecciones.6 En 1987 el entonces primer ministro Robert Mugabe reformó la Constitución y se nombró Presidente[cita requerida]. El ZANU ha vencido en todas las elecciones desde la independencia. Las elecciones de 1990 fueron nacional e internacionalmente criticadas por sospecharse que habían sido manipuladas, ya que el Zimbabwe Unity Movement, el segundo partido en la oposición de Edgar Tekere, solo obtuvo el 16% de los votos.7 Las elecciones de 2002 se celebraron entre denuncias de manipulación de votos, intimidación y fraude.8 Las siguientes elecciones se celebraron el 20 de marzo de 2008.9
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han decretado sanciones contra el gobierno del actual presidente, Robert Mugabe por la violación de los derechos humanos.
Billetes de gran denominación y Presidente Robert Mugabe
Venezuela es el próximo Zimbabue
Por Leopoldo Martínez
El 8 de diciembre, los venezolanos acudieron a las urnas para elegir a más de 300 alcaldes y más de 2.000 concejales en una elección nacional. Aunque la coalición opositora realizó algunos avances importantes en las ciudades, el gobernante régimen socialista de Nicolás Maduro logró superar a sus rivales en la votación popular (49% contra 43%). Ahora temo que el país está un paso más cerca de transformarse en una dictadura plena, semejante a la de Zimbabue, en África.
Ha transcurrido menos de un año desde que Hugo Chávez sucumbiera al cáncer y Venezuela está inmersa en una crisis sin precedentes en los 14 años de la llamada «Revolución Bolivariana». No cabe duda de que Chávez fue un autoritario implacable, lo sé porque lo viví en carne propia. Entre 2000 y 2005 fui representante de la oposición que desafiaba la agenda del comandante en la Asamblea Nacional.
Fui obligado a irme después de que funcionarios chavistas intentaron despojarme de mi inmunidad parlamentaria al fabricar acusaciones sobre mi participación en una conspiración respaldada por Estados Unidos.
Ahora Maduro, a quien conocí bien en el parlamento como una figura más conciliadora, está acelerando rápidamente hacia una conclusión mortal las políticas económicas y sociales del presidente fallecido.
Esto ocurre porque Maduro, que se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores de Chávez entre 2006 y 2013, tiene vínculos desde los años 80 con los comunistas que gobiernan Cuba, donde fue entrenado como un organizador sindical. Luego de ingresar al círculo más cercano de Chávez con el apoyo de los cubanos, el entonces mandatario lo designo como su sucesor y en abril Maduro ascendió al poder tras derrotar al candidato de la oposición, Henrique Capriles, por un margen de apenas 1,5%. A pesar de las miles de acusaciones de fraude electoral, el régimen se negó a realizar un recuento de los votos.
Siete meses más tarde, la responsabilidad por la actual crisis del país recae completamente sobre los hombros de Maduro. Según las cifras del propio gobierno, la inflación alcanza 54%, la más alta de toda América. Al igual que Chávez, Maduro ha saqueado la industria petrolera venezolana, que aporta 95% de los ingresos por concepto de exportaciones, al ofrecer a Cuba y otros aliados del régimen subsidios petroleros equivalentes a miles de millones de dólares. Pese al tan publicitado compromiso del gobierno con la redistribución del ingreso, el país sigue sufriendo la escasez de productos básicos como el aceite de cocina, la leche y la harina de trigo, mientras que las preocupaciones de que Venezuela no page sus deudas llevaron a Standard & Poor’s a rebajar la calificación de crédito a B-. En medio de un ahondamiento de la miseria, casi no pasa una semana sin que aparezcan nuevas acusaciones de una conspiración de EE.UU. contra el gobierno.
Para entender hacia donde se dirige Venezuela, hay que mirar a Zimbabue. Al igual que el país suramericano, que posee las mayores reservas de petróleo del mundo, Zimbabue es un país rico en recursos naturales como minerales, diamantes y platino. Y al igual que Venezuela bajo la conducción de Chávez y Maduro, Zimbabue ha sido llevado a la ruina por la dictadura de 33 años de Robert Mugabe.
Maduro está recurriendo una y otra vez al libreto de Mugabe. El presidente forzó en noviembre la aprobación de una Ley Habilitante en la Asamblea Nacional que le permite gobernar por decreto y le da el poder de arrestar a cualquier persona que se considere constituya una amenaza para «la seguridad y la defensa de la nación».
También declaró una guerra contra los derechos de propiedad privada. Cientos de empresarios han sido detenidos en las últimas semanas por acusaciones poco claras de «usura» y «especulación». Decenas de negocios han sido nacionalizados para impedir que fijen sus precios a la tasa del mercado negro para los dólares estadounidenses, que actualmente es 10 veces más que el tipo de cambio oficial.
Todo esto tiene paralelos perturbadores con lo sucedido en 2007 en Zimbabue, cuando Mugabe lanzó la «Operación Reducir Precios», una cacería de brujas política que acusaba al sector privado de estar detrás de los problemas económicos del país. Bajo la mirada de la policía y el ejército, las multitudes saquearon las tiendas de productos electrónicos en el centro de Harare, de una manera muy parecida a lo que hicieron los venezolanos el mes pasado con los locales de la cadena Daka. Las medidas sólo sirvieron para exacerbar la aguda crisis financiera de Zimbabue y se puede esperar un desenlace similar en Venezuela.
Las expropiaciones de tierras, otra característica del gobierno de Mugabe, ahora también han pasado a ser un componente importante de la política venezolana. Desde 2000, más de 4.000 agricultores comerciales han sido despojados de sus tierras en Zimbabue. Entre 2000 y 2010, más de 2.300 propiedades fueron confiscadas por Chávez, según un reciente informe del destacado abogado de Caracas Antonio Canova. Maduro está aumentando este vergonzoso historial al depender de una ley que especifica que cualquiera que no tenga títulos de propiedad que se remonten a los primeros años del inmueble, es decir la gran mayoría de los dueños, corre el riesgo de que su propiedad sea confiscada.
Con esta situación como telón de fondo, la oposición pretendía que las elecciones municipales fueran un referéndum nacional sobre el gobierno de Maduro. Al emitir un decreto que redujo los precios de los televisores con pantalla plasma y otros bienes de consumo, Maduro consiguió un impulso electoral de último minuto.
Al igual que Mugabe, quien retuvo el poder durante las elecciones de 2008 y 2013, las cuales fueron consideradas ampliamente fraudulentas, Maduro ahora gobierna prácticamente sin contrapesos. Sin embargo, como lo ha señalado Capriles, las elecciones municipales han dejado a Venezuela peligrosamente dividida en dos. Ahora que Maduro sigue empeñado en luchar contra quienes considera «burgueses y parásitos», la crisis sólo se puede ahondar en el corto plazo.
—Martínez, un miembro de la oposición en la Asamblea Nacional de Venezuela entre 2000 y 2005, es presidente ejecutivo del Center for Democracy and Development in the Americas, en Washington, D.C.
Fuente: The Wall Street Journal, 23/12/13.
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Camino a Zimbabue
Por José Guerra
Zimbabue, la antigua Rodesia, sufrió una de las mayores hiperinflaciones de las que se han conocido. Tal vez solamente superada por la que padeció Hungría en julio de 1946 con 42.000 billones por ciento, lo que equivale a decir que los precios se duplicaban dos veces al día. Venezuela no va a tener la inflación que tuvo Zimbabue pero está aplicando las mismas políticas que implementó ese país africano. Para que setenga una idea de lo que fue el alza de precios en aquella nación, en 2008, la tasa de inflación anual alcanzo a 89.700 trillones por ciento, número este que no cabe en nuestra codificación mental y para ello es mejor expresarlo de esta forma: los precios se duplicaban de un día para otro, a una escala geométrica. Elloequivalente a decir que si alguien compraba un pan un lunes en Bs 2,0, el próximo lunes ese mismo pan pasaría a costar Bs. 356,0.
Pero lo relevante es analizar lo que hizo el gobierno de Zimbabue y el banco central de ese país para desquiciar la economía. Hizo lo que hicieron todas las naciones que han experimentado procesos de hiperinflación: imprimir dinero sin respaldo para financiar el déficit fiscal. Solamente así se puede explicar un aumento explosivo de los precios como el que atestiguó Zimbabue. La causa de las hiperinflaciones como resultado de la impresión de dinero para enjugar los déficits presupuestarios es uno de los temas donde los economistas tienen pleno consenso. Pero también hizo otra cosa el gobierno de Zimbabue para acelerar el alza de los precios: acabó con la producción agropecuaria al perseguir a los productores, confiscarles sus propiedades para que las administrara el Estado. Al final, la producción de alimentos cayó significativamente y el país se vio precisado a importar masivamente los alimentos.
El libreto de la hiperinflación se tradujo al público cuando el presidente Mugabe comenzó a culpar a los extranjeros y a los comerciantes por la escalada de los precios a quienes acusaba de montar una conspiración para derrocarlo. En un acto de desesperación el Banco Central de Zimbabue declaró ilegal la inflación y congeló los precios de los bienes de primera necesidad por tres meses, entre marzo y junio de 2007. Esta medida se tradujo escasez, lo que agravó todavía más la inflación. En un paso más adelante, en agosto de 2007, las autoridades policiales arrestaron a ejecutivos de varias empresas acusándolos de haber aumentado los precios.
En Venezuela, se reformó la Ley del BCV en junio de 2005, modificación esta conocida como lareforma León-Cabezas por haber sido Armando León, director del BCV y Rodrigo Cabezas, entonces ministro de Finanzas sus impulsores. Esa reforma dinamitó las bases de la estabilidad monetaria de Venezuela al permitir que el BCV traspase al gobierno sus reservas internacionales para que éste las gastes. Ello obviamente debilitó al bolívar y propició una elevación de los precios. Con base en esa reforma, en 2009 y 2010 se produjeron dos nuevos cambios a la Ley del BCV para permitir ya de manera abierta que el BCV emitiera dinero para financiar los déficits fiscales. En esta ocasión los artífices de esas reformas fueronNelson Merentes y Armando León.
Como era de esperarse, la liquidez monetaria comenzó a aumentar rápidamente y entre 2012 y 2005, fecha de inicio del frenesí monetario que provocó la reforma Leon-Cabezas, ese indicador reflejó un aumento acumulado de 892,0%, es decir un crecimiento interanual superior al 120,0%. No hay economía que resista tal inyección de dinero sin que ello se traduzca en una espiral inflacionaria, como efectivamente ha sucedido en Venezuela, a pesar de los controles de cambio y de precios, conforme se aprecia en el gráfico adjunto.
Pero antes de 2005, el gobierno lanzó una ofensiva expropiatoria sobre haciendas, hatos y finas productivas que pasaron a manos del gobierno. No había que ser un versado en temas agro alimentarios para predecir el resultado de tal acción. Efectivamente, la producción cayó verticalmente y ahora Venezuela tiene un déficit alimentario superior a US$ 7.000 millones. Hoy que la inflación se ha domiciliado al interior de la economía, el gobierno recurre al estribillo de culpar a los empresarios por el aumento de los precios y al igual que Mugabe, Maduro ha ordenado una rebaja de los precios de ciertos bienes y el encarcelamiento a algunos directivos de empresas a quienes acusa de usureros, un delito del medioevo. Zimbabue y Venezuela han aplicado políticas parecidas, con la notable diferencia que Venezuela tiene petróleo y los ingresos provenientes de ese mineral le han dado una capacidad para importar algo que no disfruto Zimbabue.