Twitter no descansa ni en vacaciones

agosto 4, 2012 · Imprimir este artículo

Para muchos, Twitter no descansa ni en vacaciones

Por Elizabeth Holmes

 

En la víspera a un viaje de vacaciones, Eva Chen, directora de belleza de la revista Teen Vogue, envió un tweet anunciando que oficialmente estaba de descanso.

Durante los cinco días siguientes, mientras atravesaba Arizona en auto, envió más de 120 tweets, se registró más de una decena de veces en Foursquare y publicó más de 30 fotos en Instagram.

Al ver por primera vez el Gran Cañón, inmediatamente tomó una foto y la publicó para que la vieran sus más de 32.600 seguidores en Twitter. «Simplemente quería compartir mi viaje con ellos», dijo Chen.

En esta era de hiperconexión, los medios sociales no descansan, ni siquiera en vacaciones. Si deja de contribuir a Twitter, Facebook o Instagram, queda al margen del tema del día. En el mejor de los casos, los seguidores le preguntarán dónde anda. En el peor, no notarán su ausencia.

Las grandes marcas corporativas usualmente tienen un equipo de empleados que se encargan de mantener una presencia social: cuando uno sale a vacaciones, otro lo reemplaza.

Pero detrás de las presencias más atractivas en los medios sociales, ya sea una marca, un pequeño negocio o una persona dentro de una empresa, usualmente está el trabajo de un individuo, con una personalidad y una voz única.

Sus seguidores no aceptan substitutos. Y los dueños de cuentas poderosas no quieren perder ímpetu con una base de seguidores en la que han invertido tiempo y esfuerzo.

Para los usuarios más asiduos de Twitter, no es una carga, o incluso una obligación laboral, mantenerse conectado promocionando su marca. Es una decisión voluntaria.

«No considero que sea una intromisión en mis vacaciones», dice Aliza Licht, vicepresidenta de comunicaciones globales de la casa de modas Donna Karan Co., quien ha acumulado más de 413.600 seguidores. La ejecutiva también revisa su correo electrónico durante sus viajes de descanso. «No me siento cómoda alejándome», señala. Su esposo e hijos aceptan su «conectividad», asegura, e incluso su marido le sugiere temas para tuitear.

Licht, quien ha representado la marca por casi 14 años, ha enviado tweets de lugares tan glamorosos como el Four Seasons en París, y de lugares «más rústicos» como Atlantic Beach, en el estado de Nueva York.

La ejecutiva lleva prendas Donna Karan y DKNY en sus viajes y envía tweets mientras empaca su maleta, complementados con fotos de cada juego de ropa, incluyendo pares de zapatos y bolsos diferentes para cada noche, organizados casi como una página de una revista de modas.

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Melanie Notkin, fundadora de SavvyAuntie.com Inc., un sitio que se concentra en mujeres con sobrinos, siente una responsabilidad de estar conectada a los medios sociales. Las personas que se toman el tiempo de compartir una foto o una historia merecen una respuesta, considera. «No los puedo ignorar», dice Notkin acerca de sus más de 19.800 seguidores en Twitter.

Como dueña de un pequeño negocio, Notkin dice que no toma vacaciones muy largas, pero incluso durante fines de semana en la playa, les advierte a sus acompañantes sobre su necesidad de consultar con frecuencia el teléfono.

Claro, hay ocasiones en las que deja el teléfono a un lado. «No bebo y tuiteo al mismo tiempo», asegura.

Andrew Zimmern, creador y presentador de un programa de televisión sobre comidas extrañas en el Travel Channel dice que Twitter es su fuente de noticias. Durante el fin de semana del cuatro de julio, cuando se celebra la independencia de Estados Unidos, junto con los tweets sobre juegos pirotécnicos y asados, comentó sobre la muerte del legendario actor Ernest Borgnine.

Zimmern dice que tuitea hasta 50 veces al día mientras trabaja, pero lo hace menos cuando está de vacaciones. «Es un placer personal», dice de su cuenta en el sitio de micriblogueo, donde tiene más de 410.800 seguidores.

Mark Schaefer, autor de Return on Influence, un libro sobre marketing y medios sociales, hizo el año pasado un viaje de «desintoxicación digital» a Europa. Desconectarse no fue fácil. «Casi que me temblaba la mano», dice Schaefer. «Siempre estaba buscando el bolsillo». Al final, envió un par de tweets.

Al regresar, vio que su puntaje había bajado en Klout, un sitio que clasifica a las personas en función de la influencia que tienen en grupos de medios sociales. «Si no se está creando contenido, entonces no se obtiene un puntaje», agrega Schaefer.

De todas formas, encuentra que los descansos ayudan. Ahora planea viajes a lugares donde la conexión a Internet no es muy buena o no existe. Antes de salir, menciona que estará ausente en su minibiografía en Twitter, donde tiene más de 44.100 seguidores.

Peter Sagal, anfitrión de un concurso de preguntas sobre conocimiento general en la radio pública estadounidense, dice que Twitter es parte de su imagen pública y sus mensajes a más de 60.300 seguidores requieren que sea divertido o interesante. «Mi familia se queja bastante de que mi cabeza está en otra parte», dice. «Si tengo algo entretenido que decir en 140 caracteres, trato de decirlo».

Fuente: The Wall Street Journal, 04/08/12.

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