La guerra olvidada entre drusos y beduinos que sacude el sur de Siria

julio 18, 2025

Por Adalberto Agozino.

La región de Sweida, en el sur de Siria, ha vuelto a convertirse en un escenario de guerra abierta. En apenas cinco días, más de 350 personas han muerto en los enfrentamientos entre milicias drusas y tribus beduinas sunitas, en un conflicto que mezcla tensiones religiosas, rivalidades territoriales y los intereses cruzados de potencias regionales. El nuevo gobierno sirio, liderado por el excomandante islamista Ahmad al-Sharaa, se ve atrapado en un fuego cruzado que amenaza con fracturar aún más a un país que apenas empieza a emerger del caos tras casi tres lustros de guerra civil.

Medio Oriente no encuentra paz, cuando todavía se encuentran abiertos los frentes de combate en Gaza, El Líbano e Irán, se desatan nuevos incidentes armados entre Siria e Israel por la minoría drusa.

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Israel, que se adjudica el rol de protector de la minoría drusa —presente también en los Altos del Golán, ocupados por el Estado judío desde 1967—, ha intervenido directamente con bombardeos sobre Damasco. Mientras tanto, las tropas sirias se han replegado de Sweida por orden expresa de Estados Unidos, que lidera una mediación diplomática junto con Turquía y los países árabes.

Una chispa en un polvorín

El conflicto estalló el domingo pasado tras el secuestro de un verdulero druso en un control instalado por beduinos. Las represalias no tardaron en llegar. Grupos armados drusos respondieron con ataques y secuestros. Las fuerzas gubernamentales, desplegadas días después, fueron acusadas de tomar partido por los beduinos. El resultado fue devastador: según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), entre las víctimas hay al menos 55 civiles, 79 combatientes drusos, 189 militares y 18 milicianos beduinos. Algunas muertes se produjeron por ejecuciones sumarias cometidas por soldados del régimen, según denuncias recogidas por ONG locales.

“Nuestro pueblo está siendo exterminado”, clamó uno de los líderes espirituales drusos en un llamado desesperado al presidente de EE. UU., al primer ministro israelí y a la comunidad internacional. En Sweida, el horror se propagó rápidamente: vídeos de saqueos, casas quemadas y hombres drusos humillados se viralizaron por las redes, mientras decenas de cuerpos se acumulaban en las calles.

Israel como garante de los drusos

La respuesta israelí fue fulminante. En una operación quirúrgica, sus aviones atacaron el cuartel general del Ejército sirio en Damasco y otras instalaciones militares. El ministro de Defensa, Israel Katz, justificó los bombardeos como una medida de protección a los drusos y advirtió: “Las advertencias han terminado. Ahora vienen los golpes dolorosos”.

El mensaje fue claro. Netanyahu no está dispuesto a permitir la presencia de tropas hostiles cerca de los Altos del Golán, una meseta estratégica cuya soberanía Israel se atribuyó unilateralmente en 1981. La conexión con la comunidad drusa —presente tanto en Israel como en Siria y Líbano— añade una dimensión sentimental a la cuestión: “Israel no abandonará a los drusos en Siria”, reiteró Katz.

El Estado judío, que durante años ha mantenido una política ambigua de intervención limitada en Siria, parece haber dado un giro. Desde la caída del régimen de Bashar al-Asad en diciembre de 2024, Israel ha intensificado su ofensiva aérea contra posiciones del nuevo gobierno sirio, al que considera un régimen islamista radical. El hecho de que Al-Sharaa, presidente interino, haya sido miembro de Al Qaeda y combatiente del grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) alimenta esa narrativa.

Ministerio de Defensa sirio en Damasco bombardeado por Israel el 16 07 2025.

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Minorías en jaque

En el centro del conflicto están los drusos, una minoría religiosa surgida del islam chií en el siglo XI, cuya doctrina incorpora elementos del neoplatonismo y el gnosticismo. Practican la monogamia, creen en la reencarnación y no aceptan conversiones. Viven repartidos en Siria, Líbano, Israel y Jordania, y se organizan en torno a jeques y estructuras comunitarias cerradas.

En Siria, donde viven la mitad de los drusos que existen en el mundo, representan cerca del 3% de la población y se concentran principalmente en la provincia de Sweida. Durante el régimen de los Asad gozaron de cierta protección institucional, pero tras la caída del dictador, su posición se ha vuelto extremadamente precaria. El nuevo gobierno prometió respeto a las minorías, pero solo uno de sus 23 ministros es druso. Las comunidades locales denuncian exclusión, violencia sectaria y marginación.

Los beduinos, en cambio, son en su mayoría sunitas, con una larga tradición nómada en las regiones desérticas del sur. Durante la guerra civil siria se alinearon con los grupos rebeldes que combatieron al régimen. En el nuevo escenario post-Asad, han estrechado vínculos con el gobierno interino, lo que los ha convertido en aliados incómodos para la población drusa.

Un acuerdo inestable

Tras la presión internacional, el presidente Al-Sharaa anunció la retirada del Ejército de Sweida y transfirió el control de la seguridad a las “facciones locales y jeques sabios” drusos. En un discurso televisado, justificó la decisión como una medida para evitar una guerra con Israel: “Teníamos dos opciones: guerra abierta a costa de nuestro pueblo, o dar una oportunidad a la razón”.

Estados Unidos celebró el acuerdo. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que se habían alcanzado “pasos específicos para restaurar la calma”. Turquía y países árabes participaron en la mediación, aunque aún se desconocen los términos exactos del pacto.

¿Y ahora qué?

El alto el fuego es frágil. Las tensiones siguen vivas en el terreno y los desplazamientos masivos han comenzado. Israel ha levantado un muro adicional en Majdal Shams, en los Altos del Golán, para evitar nuevos cruces de población drusa desde Siria. Durante la noche del miércoles, decenas de familias atravesaban llorando la frontera para reencontrarse tras años de separación forzada por la guerra.

Israel utiliza la protección de los drusos como estrategia para frenar la influencia de grupos islamistas cerca de sus fronteras y reafirmar su control sobre el Golán.

El presidente sirio interino enfrenta un escenario complejo: reconstruir el país, reconciliar facciones armadas, garantizar la seguridad y evitar que Israel consolide un corredor militar en el sur. Pero la confianza de las minorías en su liderazgo es escasa. La reciente masacre en Latakia contra la secta alauita, las tensiones con los kurdos en el noreste y el escaso pluralismo del nuevo gobierno no ayudan a reducir el escepticismo.

La ONU ha convocado una reunión urgente del Consejo de Seguridad para abordar la crisis. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con inquietud cómo Siria, una vez más, se asoma al abismo.

Fuente: alternativepressagency.com, 17/07/25


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Pagarse primero a uno mismo, el hábito de los triunfadores

julio 4, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

Hay una verdad incómoda en el mundo de las finanzas personales que muchos prefieren esquivar como el humo de un cigarro en una habitación cerrada: si esperás a ahorrar después de gastar, nunca vas a ahorrar. Así de simple. Así de brutal. Así de real.

“Pagarse primero a uno mismo” no es un mantra vacío ni una frase de autoayuda. Es, posiblemente, la piedra angular de una economía personal sana. No se trata de egoísmo financiero, sino de orden, de visión, de respeto por uno mismo. Porque si no te priorizás vos, ¿quién lo va a hacer?

El humo que no deja ver

Imaginemos una escena cotidiana. Cobrás tu sueldo, pagás el alquiler, las expensas, la tarjeta de crédito, hacés las compras del mes, algún gustito merecido y… cuando vas a mirar tu cuenta, no queda nada. Tal vez unos pesos. ¿Ahorro? Bien, gracias.

Ese humo mental -ese autoengaño de que más adelante ahorrarás, de que cuando ganes más recién entonces vas a empezar- es el que impide que veas con claridad lo que realmente está pasando: estás trabajando para todos menos para vos.

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¿De qué se trata, realmente?

Pagarse primero es tomar una decisión consciente y práctica: antes de cubrir gastos, destinar un porcentaje fijo de tus ingresos al ahorro o la inversión. Antes de que el dinero se te escape como agua entre los dedos. Es asegurarte que parte de lo que ganás trabaje para vos en el futuro, y no para apagar fuegos en el presente.

No es nuevo. El empresario estadounidense Warren Buffett lo resumió así: “No ahorres lo que queda después de gastar. Gastá lo que queda después de ahorrar”. No es poesía, es estrategia.

Un ejemplo que habla

Supongamos que ganás el equivalente a mil dólares al mes. Decidís pagarte primero un 15%: U$S 150 van directo a una cuenta separada, intocable. Lo hacés ni bien cobrás. Luego, pagás tus cuentas, comprás lo necesario, incluso te das algún gusto. Pero ya sembraste la primera semilla.

Ese dinero -que no está al alcance de tus tentaciones cotidianas- puede crecer en una inversión conservadora y también alimentar un fondo de emergencia. A fin de año, sin contar intereses, habrás ahorrado 1.800 dólares. Con intereses compuestos, la historia se pone mucho más interesante.

¿Por qué funciona?

Porque convierte el ahorro en un hábito, no en una ilusión. Porque te saca del modo supervivencia. Porque transforma tu relación con el dinero. Y, sobre todo, porque te da opciones, grados de libertad.

Cuando tenés un fondo de emergencia, no dependés de la tarjeta de crédito. Cuando invertís desde temprano, el tiempo juega a tu favor. Cuando te protegés con un seguro de vida, cuidás a los tuyos con visión y responsabilidad. Es una cadena de decisiones que se activa con un solo gesto: priorizarte.

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El humo de las excusas

Claro que surgen objeciones: “no me alcanza”, “es imposible ahorrar con lo que gano”, “cuando mejore mi situación, empiezo”. Pero la realidad es que la mayoría de las personas no tiene un problema de ingresos, sino de prioridades.

Una buena meta para empezar es fijar como mínimo un 15% de los ingresos como meta de ahorro e inversión. Si podés incrementar el porcentaje resulta aún mejor. Una austeridad razonable hoy te permitirá disfrutar de tranquilidad en el futuro.

Automatizar para no tentarse

Un paso clave para cumplir con este principio es automatizar el proceso. Configurá una transferencia automática desde tu cuenta principal hacia una cuenta separada -puede ser una caja de ahorro, el pago de la prima de un seguro de vida universal, un fondo común de inversión o una billetera virtual (que no uses para gastos diarios)- apenas recibís el ingreso. Si no lo ves, no lo gastás. Es una forma de protegerte de vos mismo.

La protección también es pagarte primero

Pagarte primero no solo significa ahorrar e invertir. También implica proteger tu futuro y el de tu familia. Una cobertura de vida no es un gasto, es una inversión en tranquilidad. Es el acto maduro de considerar que si vos faltás, tu familia no debería caer en la ruina financiera. Es, otra vez, priorizar. Recuerda: el seguro de vida es uno de los pilares fundamentales de tus finanzas personales y de tu patrimonio familiar. No lo postergues, conseguilo hoy mismo, te resultará más accesible y acumularás un capital mayor.

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No todo es dinero: también es libertad

Al final del día, no se trata de acumular millones. Se trata de comprar tiempo. De no depender de un jefe tóxico. De no tener que elegir entre pagar un medicamento o un alquiler. De jubilarse sin miedo, o emprender sin cadenas.

Eso es la verdadera libertad financiera. No tener millones, sino tener margen. Y ese margen se construye con constancia, no con milagros. Vale la pena recalcar que la libertad financiera es un camino no un destino. Debes persistir en ella toda la vida.

La decisión es ahora, no mañana

La diferencia entre quienes logran estabilidad financiera y quienes viven al borde del abismo no siempre está en el ingreso, sino en el comportamiento. Pagarse primero es un acto de rebeldía lúcida contra un sistema que nos empuja a consumir antes de pensar. Es elegir sembrar antes que derrochar. Es entender que el primer peso ganado no se gasta: se guarda, se invierte, se protege.

En palabras del economista y matemático Nassim Taleb: “Robustez financiera no es tener mucho dinero, sino no depender del flujo constante de ingresos para sobrevivir”. Y eso, justamente, empieza cuando te pagás primero.

No esperes a ganar más. No esperes a tener “espacio”. No esperes al momento ideal, porque ese momento es ahora.

Ahorrá, invertí, protegé tu patrimonio desde el primer billete que llegue a tus manos. Porque si no te pagás primero vos, el mundo encontrará mil formas de quedarse con tu esfuerzo.

Y eso, amigo lector, sería el verdadero desperdicio.

Fuente: Ediciones EP, 04/07/25.

Información sobre Gustavo Ibáñez Padilla


Nota del editor: Para profundizar en el diseño de un plan financiero personal y evitar errores comunes, vale la pena conocer la Norma ISO 22222, que establece estándares internacionales para la planificación financiera personal. Una brújula técnica para navegar con claridad y seguridad en este mar de decisiones económicas. Puede obtener un Diagnóstico Financiero Personal sin cargo enviando un e-mail con sus datos de contacto a: [email protected] o a través del formulario de Contacto de esta página web.


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