El presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su esposa Angélica Rivera el 16 de septiembre. Reuters

CIUDAD DE MÉXICO — Enrique Peña Nieto, quien ha construido una reputación de reformista, enfrenta dudas sobre un posible conflicto de intereses después de que el domingo se conoció que la primera dama tiene una casa de lujo a nombre de una empresa cuyo propietario ha ganado múltiples, y algunas veces controvertidos contratos con el actual gobierno y durante el mandato de Peña Nieto como gobernador del estado de México.

mexico-banderaLas revelaciones, publicadas por primera vez en Internet por una destacada periodista mexicana, aparecen solo días después de que el gobierno cancelara de manera abrupta un proyecto de US$3.700 millones para construir un tren de alta velocidad que había otorgado a un consorcio liderado por capital chino y que incluía a una firma de construcción con lazos a la empresa que posee la escritura de la casa de la primera dama, Angélica Rivera.

El título está a nombre de una empresa llamada Ingeniería Inmobiliaria del Centro, según registros de propiedad revisados por The Wall Street Journal. La firma pertenece a Juan Hinojosa Cantú, dueño de Grupo Higa SA y su filial Constructores Teya, la cual ganó parte del contrato del tren de alta velocidad, así como varios grandes proyectos durante el periodo de Peña Nieto como gobernador entre 2006 y 2012, según registros públicos.

Eduardo Sánchez, un vocero de la presidencia, confirmó a The Wall Street Journal que la casa en cuestión, que tiene seis dormitorios y está en uno de los barrios más exclusivos de Ciudad de México, le pertenece a la primera dama, una ex estrella de telenovelas.

“La señora Angélica Rivera Hurtado… es económicamente solvente y contaba con recursos suficientes para adquirir estos inmuebles. La larga carrera profesional de la señora Rivera Hurtado le ha permitido consolidar su patrimonio personal”, dijo Sánchez. El vocero agrego que Rivera estaba pagando la vivienda a plazos. Cuando cancelara la última, la escritura pasaría a estar a su nombre.

Las revelaciones podrían dañar la reputación del presidente como un reformista. Los dos primeros años de Peña Nieto en el poder estuvieron marcados por una serie de cambios sobresalientes en la economía de México, que incluyeron la apertura de la históricamente cerrada industria energética, el debilitamiento de los poderosos sindicatos de maestros públicos y una mayor competencia en mercados como las telecomunicaciones.

“Parece ser corrupción o tráfico de influencias, es otro golpe a la imagen del presidente bastante fuerte”, dijo José Antonio Crespo, un analista político del centro de investigación de ciencias sociales CIDE, en Ciudad de México.

La casa podría generar preguntas sobre los lazos entre contratistas y el presidente en momentos en que el gobierno se embarca en proyectos de infraestructura de alto perfil, y abre el políticamente sensible mercado energético a firmas privadas.

Sánchez negó que fuese un conflicto de interés para la familia del presidente poseer una casa que fue comprada a un constructor. “Este tipo de arreglo es perfectamente normal con una inmobiliaria que tiene propiedades a lo largo y ancho del país”, agregó.

El vocero no quiso dar detalles sobre el precio que la primera dama había acordado pagar por la casa y señaló que bajo la ley mexicana parientes de políticos no están obligados a revelar sus activos.

Grupo Higa, con sede en el estado de México, no respondió a pedidos de comentarios.

Las revelaciones sobre la casa de la primera dama llegan días después de que autoridades federales dijeron que creían haber encontrado los restos de algunos de los 43 estudiantes desaparecidos que fueron asesinados e incinerados por un cartel de las drogas en el sudeste de México. La suerte de los estudiantes mantuvo al país en vilo y resaltó los constantes retos de seguridad de México.

La controversia por la casa también podría revivir para muchos mexicanos el recuerdo de escándalos de corrupción del pasado bajo gobiernos del Partido Revolucionario Institucional, o PRI, que gobernó el país durante 71 años hasta que perdió el poder en 2000. El PRI regresó a la presidencia en 2012 con Peña Nieto, un político telegénico que ha conseguido aprobar varias reformas de peso y ganarse con ello reconocimiento internacional.

Lectura recomendada:  Escándalo: El juez Rafecas desestimó la denuncia de Nisman contra CFK

“La gran reforma pendiente en el país es el imperio de la ley”, dijo Luis de la Calle, analista y ex negociador comercial del gobierno. “Desde los estudiantes hasta los políticos más importantes, el mensaje tiene que ser que las leyes se aplican a todos”.

La casa que es propiedad de la primera dama tiene un precio de mercado de US$7 millones, de acuerdo a una valoración independiente realizada por una empresa que contrató el equipo de reporteros encabezado por la periodista Carmen Aristegui, que dio a conocer la historia. La investigación de varios meses fue publicada el domingo en el sitio aristeguinoticias.com.

La residencia nunca ha sido incluida por el presidente en la declaración pública de sus bienes. Pero en un perfil de la primera dama publicado en 2013 por la revista de celebridades Hola, Rivera se refiere a la propiedad como su vivienda principal fuera de Los Pinos, la casa presidencial oficial.

“En nuestra casa llevamos la vida lo más normal posible”, dijo Rivera, citada en la edición de Hola de mayo de 2013. Refiriéndose a sus hijos, dijo: “Les he hecho ver que Los Pinos nos será prestado sólo por seis años y que su verdadera casa, su hogar, es aquí donde hemos hecho este reportaje”.

Ingeniería Inmobiliaria del Centro, la empresa que posee el título, fue incorporada legalmente el 13 de noviembre de 2008, un día después de que Peña Nieto y su esposa anunciaron su relación en un programa de televisión mexicano, según los documentos obtenidos por Aristegui.

El contratista compró el terreno de Sierra Gorda donde se encuentra la vivienda de la primera dama en noviembre de 2009, un mes antes de que el presidente y Rivera se comprometieran, muestran los documentos.

La casa fue construida por el arquitecto de Ciudad de México Miguel Ángel Aragonés. Su sitio web, aragones.com.mx, muestra fotos de la residencia, que fue terminada a fines de 2011, justo antes de la juramentación del presidente. El inmueble se llama Casa La Palma.

Los funcionarios federales deben presentar sus declaraciones actualizadas de patrimonio y activos a la Contraloría General cada año, incluyendo los de sus cónyuges y dependientes. Sin embargo, los cónyuges no están obligados a divulgar esos activos al público, dice Salvador Vega, un senador del opositor Partido Acción Nacional que lideró la Contraloría General de 2007 a 2011.

La ley dice que esto es sólo opcional, dice Vega, y agrega que ni a la esposa del presidente se le exige eso.

En 2010, el predecesor de Peña Nieto, Felipe Calderón, optó por divulgar públicamente los activos de su esposa, Margarita Zavala.

El senador Vega dijo que el gobierno modificó las reglas y el formato para la divulgación pública de las declaraciones patrimoniales anuales por parte de los funcionarios federales poco después de que Peña Nieto asumió el cargo en diciembre de 2012.

“Las nuevas reglas básicamente acotaron la información que se daba a conocer públicamente, incluyendo la valuación de las propiedades”, agregó Vega.

El Grupo Higa fue uno de los socios de la oferta ganadora del proyecto del tren de alta velocidad. Higa ganó varios grandes contratos durante el mandato de Peña Nieto como gobernador del estado de México.

La filial de Higa llamada Constructora Teya ganó un contrato por US$500 millones para construir un hospital público, mientras que otra empresa, Eolo Plus, que pertenece al propietario de Higa, alquiló aviones privados a la campaña presidencial de Peña Nieto, de acuerdo con copias de los recibos detallados por el organismo de control de la transparencia del gobierno de México.

—José de Córdoba y Juan Montes contribuyeron a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 10/11/14.