Argentina: La farsa del «pago soberano»

septiembre 1, 2014 · Imprimir este artículo

El pago local de los bonos, un plan de difícil aplicación

Por Martín Kanenguiser.

La intención del Gobierno de cambiar el lugar de pago y el agente fiduciario de los bonos chocará con una serie de importantes inconvenientes prácticos que transformarán la «ley de deuda soberana» en una misión casi imposible de aplicar en forma exitosa.

Según economistas y abogados consultados por LA NACION, el proyecto que debate el Congreso se enfrentará con los siguientes obstáculos:

El reemplazo del Bank of New York (BoNY) como agente de pago de sus bonos emitidos bajo ley extranjera por Nación Fideicomisos o por otro trustee que sea solicitado por los bonistas será un evento de default, ya que no cumpliría con los requisitos definidos en los contratos de los bonos. El economista Nicolás Dujovne explicó que «si bien ese evento de default ya no es muy relevante una vez que la deuda se encuentra en esa situación, tampoco ayuda a ir resolviendo problemas. Más bien agrega otros».

argentina-bandera-botonLos fondos depositados en Nación Fideicomisos no podrían ser girados al exterior ya que es altamente improbable que la compañía Euroclear le provea al nuevo agente de pagos el registro de bonistas a quienes se debe girar el dinero, aun cuando aquélla es de origen belga. Este impedimento fue admitido por el jefe del fondo de inversión Fintech, David Martínez, quien apoyó el fin de semana pasado la posibilidad de hacer un canje local.

Resulta improbable que una mayoría de bonistas con títulos con legislación extranjera acepte cambiarlos por otros de «legislación y jurisdicción local» en iguales términos y condiciones financieras.

Si el canje se concretara, es probable que el bonista sólo pueda entregar a la Argentina los derechos económicos del bono, pero no el antiguo bono en default, dado que la empresa depositaria del certificado global de los bonos, Cede & Co, no puede «enviarlo» a la Argentina para ser cancelado y que permanezca en los Estados Unidos bajo riesgo de embargo. Si bien los pagos no se duplicarían, ya que la Argentina los recuperaría con el canje, la deuda bruta formalmente se duplicaría, con consecuencias legales difusas y probablemente en violación de la ley de administración financiera de la Argentina, advirtió Dujovne.

Existe el riesgo de que el juez Thomas Griesa ponga en riesgo la continuidad de las sucursales de Banco Nación y de Caja de Valores en Nueva York si colaboran con la realización del canje local.

Si no lograra una aceptación de 85% en este canje, que le permitiese hacer extensivo a todos los bonistas el cambio de legislación y de domicilio de pago, quedarían nuevos holdouts de esta operación.

Está claro que aun los bonistas más cercanos al Gobierno, como David Martínez, ven este cambio como una solución temporal hasta poder recuperar sus bonos originales en dólares bajo la ley Nueva York, indicó el abogado Marcelo Etchebarne.

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Si no apareciera una solución definitiva, los valores de los bonos Discount serían de entre 60 y 70, frente a los 75 centavos actuales, si se descontara el cupón que tiene el BoNY.

Los bonistas que quieran adherir podrían ser considerados cómplices de no cumplir con la sentencia de Griesa, según el ex secretario de Finanzas Lisandro Barry.

En los canjes se definió que el agente fiduciario no puede ser argentino y mucho menos un organismo del sector público, por lo que se está eliminando la protección contra el conflicto de intereses. «Salvo que se vaya a un default y un canje generalizado y que las nuevas condiciones de emisión lo admitieran», indicó Barry.

Para Nación Fideicomisos será difícil acceder a la información de los bonistas, debido a que los agentes actuales están amenazados de caer en desacato si desobedecen la instrucción judicial que los involucra y colaboran con la Argentina para desarrollar una maniobra elusiva de la sentencia.

Será difícil distinguir entre bonos de una misma clase que hayan cobrado cupones por haber adherido y aquellos que no los cobran.

Todo lo que se consiga para «minimizar» el alcance del default probablemente se logre más allá del esfuerzo del Gobierno; por ejemplo, si bonistas europeos o argentinos lograran que la justicia de Estados Unidos deje de lado los pagos de ley europea, será por éxito de ellos y no se requiere entonces un cambio de jurisdicción ni de fiduciario, según el economista Gabriel Rubinstein.

Aun suponiendo que un inversor americano aceptara el canje, es difícil pensar cómo sacaría el dinero para transferirlo a Estados Unidos.

Sin los agentes de clearing y settlement, como Euroclear y DTC, los nuevos bonos no van a tener donde negociarse. A eso se sumará que los nuevos bonos ley local van a salir de los principales índices (por ejemplo el EMBI global), por lo tanto los inversores en real money no van a poder tenerlos en cartera, lo que les va a sacar mucha liquidez, según un analista de Wall Street que habló en forma anónima.

Dado que los mayores tenedores de bonos ley extranjera actualmente son los denominados «fondos de distress», que tienen la facultad de litigar en Nueva York, difícilmente vayan a renunciar a ese beneficio por cobrar un vencimiento en Buenos Aires.

Muchas complicaciones

  • El cambio en el lugar de pago de los bonos podría chocar con la imposibilidad de su aplicación, según economistas y abogados.
  • El cambio del Banco de Nueva York como agente de pago y su reemplazo por Nación Fideicomisos constituiría un evento de default que complicaría más la resolución de la disputa.
  • También el giro al exterior de los pagos locales de la deuda plantearía inconvenientes, y es improbable que los bonistas acepten un cambio de jurisdicción en iguales condiciones.

Fuente: La Nación, 01/09/14.

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