Argentina: Las mentiras de Beatriz Paglieri

mayo 29, 2012 · Imprimir este artículo

Paglieri: una secretaria al borde de un ataque de nervios

Por Roberto Cachanosky

 

La pelea de la secretaria de comercio con un periodista oficialista por la fuga de capitales y el control de las importaciones, frente a los datos del mismo INDEC y BCRA, muestra que ni siquiera tienen el decoro de acomodar su discurso a las estadísticas que ellos mismos dibujan. Decir la verdad es dañar al país y ocultarla una virtud, según la secretaria.

 

Pocos días atrás se produjo un curioso enfrentamiento entre un periodista K y la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri. Digo curioso porque la reacción de Paglieri, con un periodista de la propia tropa K, mostró en sus respuestas el grado de preocupación que tiene el gobierno respecto al tema del dólar. Si Paglieri quiso tranquilizar el mercado, su discurso confirma que tienen un lío bárbaro y, lo que es peor, las afirmaciones de Paglieri hacen pensar que, por su forma de razonar, el futuro no es muy alentador.

Lo primero que hace la secretaria es desmentir que haya trabas a las importaciones, con lo cual la infinidad de empresarios que tienen trabas para conseguir insumos son una ficción. Según Paglieri, se quejan al divino botón porque los que vamos a los comercios a comprar computadoras, electrodomésticos, etc. tenemos los ojos nublados porque no vemos que las estanterías están abarrotadas de mercaderías. La caída de las importaciones del 14% en abril seguramente debe responder a un tsunami de inversiones locales que ahora abastecen el mercado interno de acuerdo al discurso de Paglieri.

De acuerdo a los datos del INDEC, en abril cayeron: 37% las importaciones de bienes de capital, 15% bienes intermedios, 17% Piezas y accesorios para bienes de capital, 30% bienes de consumo y 5% automotores. Lo único que subió fue combustibles y lubricantes el 46% gracias a la “visionaria” política energética del gobierno. La verdad es que eso de que hay comercio administrado y no trabas a las importaciones no parece coincidir con los datos que ellos mismos dan. Si cayeron en esa magnitud es porque pudo haber sustitución de importaciones, cosa que no puede ser porque la industria lleva 3 trimestres consecutivos de caída mostrando que entró en recesión, menor consumo por caída del salario real o restricciones a las importaciones que la secretaria niega.

Dado que el INDEC parece acomodar los datos al discurso oficial, sería bueno que, al menos, tuvieran el decoro de coordinar los datos del INDEC con el discurso oficial. Caso contrario, son un festín a la hora de analizar sus discursos.

Pero en la parte del reportaje donde Paglieri parece haberse puesto más furiosa fue cuando el periodista le pregunto por la fuga de capitales. Dijo textualmente: “No hay fuga de dólares. Es un error transmitir eso. Y yo no puedo permitir que se diga eso. Lo que nosotros estamos descuidando, el empleo argentino, como lo está cuidando”. Entiendo que donde dice descuidando quiso decir cuidando el empleo argentino, sin embargo, la frase correcta es la primera. Al trabar las importaciones las empresas tienen problemas en las líneas de producción. Esto significa que hay menos horas extras, turnos y el personal que se va de la empresa no se repone. Como dije en otro artículo, en abril la demanda laboral en Capital Federal y el Gran Buenos Aires estuvo un 10,6% por debajo del promedio del caótico 2002 y solo un 3% por encima de abril de ese año que fue el peor de la serie. Si tanto están cuidando el trabajo de los argentinos frenando las importaciones, flaco favor le hacen a la gente porque la están dejando sin trabajo.

Otra joya del debate es cuando afirma que al decir que hay fuga de capitales se transmite información que le hace daño al país. Claro, para la secretaria pareciera ser que reconocer la realidad es dañar al país, con lo cual hay que mentir para que no se sepa la verdad. Por favor, que Paglieri revise los datos del mismo BCRA y va a ver que aún en el primer trimestre de este año, cuando los controles cambiarios se profundizaron, se fugaron U$S 1.600 millones a pesar de las restricciones tipo KGB que usa el gobierno para que la gente no compre dólares. O que mire los datos de depósitos del Central y verá que los depósitos en dólares cayeron U$S 600 millones en 9 días y sin tener la información actualizada con posterioridad al 18 de mayo que es el último dato disponible del Central.

En rigor, lo que no quiere reconocer Paglieri es que la verdadera fuga en Argentina es del peso. La gente no quiere esos billetes que emite el BCRA porque se derriten como barras de hielo. Como el peso no sirve como reserva de valor, la gente compra dólares. Y es ese desprecio de la gente por el peso el que tiene mal al gobierno.

Además, la secretaria parece no querer comprender que cuando alguien se desprende de los pesos y compra dólares para guardarlos en el colchón, en una caja de seguridad o llevarlos al exterior, es fuga de capitales. Es dinero que no se canaliza en el mercado de capitales local sino dinero que sale de circulación. Fugar capitales no es solo llevarlos al exterior, también es atesorarlos debajo del colchón o en una caja de seguridad. Y mal que le pese a Paglieri eso está ocurriendo.

De acuerdo a los datos del INDEC, en el período enero-abril el saldo de balance comercial fue positivo en U$S 4.795 millones, sin embargo, el Central informa un aumento de las reservas de U$S 1.613 millones. ¿Dónde está la diferencia? O se fugaron capitales, o se los queda el tesoro para pagar deuda porque no tiene superávit fiscal. Son dólares que sale del país contra pesos que emitió el Central y que están en circulación financiando la compra de divisas.

Y aquí viene otro punto de Pagliere. Ella afirmó que: “Como nosotros no fabricamos dólares –aclaró–, tenemos dos formas de corregir los desajustes: o vendemos más o compramos menos, eso es lo que hacemos y lo que vamos a seguir haciendo”. De nuevo la contradicción entre los datos del INDEC y el discurso oficial. En abril no solo cayeron las importaciones un 14%, sino que también bajaron las exportaciones un 6%. Una vez más ni siquiera miran los datos del INDEC para acomodar su discurso a los datos del inefable instituto y, encima, la estrategia no le resulta.

Lectura recomendada:  Argentina: El dólar oficial es ilegal

Pero la secretaria parece olvidar que el balance de pagos tiene otros componentes además del balance comercial. También se pueden ingresar dólares atrayendo inversiones en el sector real de la economía. Pero claro, como el modelo es tan arbitrario e imprevisible, nadie invierte un dólar en Argentina, por eso por ese rubro no ingresan los dólares que tanto desvelan al gobierno y, por más que Paglieri se enoje, los capitales se fugan. Y la gente los fuga porque tienen pánico de quedarse en una Argentina donde los derechos de propiedad y el avasallamiento de los derechos individuales crece día a día, al punto que nos persiguen con perros por las calles para ver si llevamos dólares encima como si fueran detonadores nucleares o droga para comerciar o hacen un control nazi en las agencias de viaje para controlar a la gente que viaja al exterior.

En síntesis, mi sugerencia, si Ud. no es economista y quiere saber qué está pasando, lea ese reportaje y las declaraciones de la secretaria y advertirá que la situación económica es más que complicada. Las contradicciones en que incurrió, los razonamientos que hizo, pero sobre todo su reacción ante un reportaje de un periodista oficialista, muestran lo preocupado que están en el gobierno, porque de su discurso todo parece indicar que tenemos una secretaria al borde de un ataque de nervios.
Fuente: Economía para todos, 26/05/12.
Más información en: www.economiaparatodos.com.ar 
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De eso no se habla, eso no se pregunta, es mejor que se callen

Por Julio Blanck

 

El jueves, en una sorpresiva visita a la Sala de Periodistas de la Casa Rosada, la Presidenta charló unos minutos con los colegas allí acreditados. Zafó con elegancia de la pregunta sobre el bochorno de las medias con la inscripción “Clarín miente” repartidas a chicos descalzos durante su visita a Angola. Y cuando le mencionaron el reclamo por las dificultades de acceso a la información oficial y la falta de conferencias de prensa, contestó: “Yo no voy a hablar contra mí misma”.

En esa explicación de Cristina sobre las razones de su cerrazón ante la prensa se reveló, suavizada y amable, la matriz de episodios mucho menos agradables ocurridos en días anteriores. 

El más reciente fue el diálogo que sostuvieron, por la oficialista Radio Nacional, la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, y el periodista Eduardo Anguita. Lo reprodujo el sitio Perfil.com.

La funcionaria le reprochó al periodista haber mencionado el tema de la fuga de dólares.

“No hay fuga de dólares”, dijo Paglieri. “Es un error transmitir eso, yo no puedo permitir que se diga eso”, agregó.

Anguita contestó: “Pero hay fuga de dólares Beatriz, cómo que no, hay fuga de dólares”.

“Anguita, estás hablando desde el desconocimiento”, replicó la funcionaria.

“No me desautorice Beatriz, porque no me parece que una conversación entre un periodista con muchos años de ejercicio y una funcionaria sea la de no escucharnos” dijo el periodista. Y añadió: “Yo no hablo solamente de lo que leo en Clarín y en La Nación, estoy hablando en base a cifras sobre fuga de capitales de autores que no son enemigos de este gobierno”.

Paglieri respondió: “Pero tampoco significa que uno transmita información que le hace daño al país, porque no hay fuga de capitales en el país y si lo hubiera sería un hecho grave”.

Paglieri es una funcionaria de extrema cercanía con Guillermo Moreno y estuvo al frente del INDEC en la primera, larga etapa de manipulación de sus índices.

Anguita, periodista e historiador, dirige además el semanario oficialista Miradas al Sur -del Grupo Szpolski-. Y es un hombre con una historia personal y profesional más que respetables.

La enojosa situación que atravesó en su conversación con Paglieri remite a otro caso ocurrido días antes, cuando Hebe de Bonafini fue entrevistada telefónicamente por los periodistas Pablo Messina y Fernando Amato, en el canal oficialista de noticias CN23, también del grupo Szpolski, el más beneficiado con el reparto de publicidad oficial.

Fue el día que el juez Oyarbide puso presos a los hermanos Sergio y Pablo Schoklender, por la estafa con dinero público girado a la Fundación de las Madres.

Bonafini dijo “que vayan presos todos los que tengan que ir presos”. Y agregó que desde que comenzó el escándalo -que Clarín reveló- “fue un año muy duro, muy difícil, donde la prensa nos trató muy mal”.

El exabrupto llegó cuando le preguntaron a Bonafini por su hija Alejandra, involucrada en la causa. Entonces ella se enojó: “Mi hija no tiene nada que ver y no la nombren más. Son ustedes, los periodistas, los que le tiraron tanta mierda a mi hija y eso no se los voy a perdonar nunca”. Y cortó la comunicación.

La idea dominante, en todos los casos, es que los miembros del oficialismo, sean la Presidenta, una secretaria o la jefa de las Madres de Plaza de Mayo, sólo están dispuestos a hablar de lo que les interesa, les conviene y no les incomoda.

Ese criterio poco tiene que ver con alguna elemental modernidad democrática y explica, además, que la Presidenta y los funcionarios hablen casi exclusivamente con los medios y periodistas “amigos”, que en teoría ofrecen garantía de que no habrá preguntas inconvenientes. Esa incondicionalidad marca la frontera entre periodistas réprobos y elegidos.

Con su carga ominosa y su lección sobre el silencio deseado, los hechos aquí consignados no dejan de ser una buena enseñanza para las escuelas de periodismo. Muestran que la condición para ser admitido en el Paraíso mediático oficialista es la amputación voluntaria del derecho básico del periodista: el de preguntar. Quizás no todos los aspirantes estén dispuestos a pagar ese precio.

El famoso poema atribuido a Bertolt Brecht termina diciendo: “ … ahora vienen por mí, pero ya es demasiado tarde”.
Fuente: Clarín, 27/05/12.

 

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