«A veces bloqueo a los bullies cuando se pasan».
Hace 15 años miraba al techo durante mi clase de matemáticas sin entender absolutamente nada de lo que había en el pizarrón. Las matemáticas siempre me dieron dolor de cabeza, hicieron que fuera un poco menos feliz en la escuela y fue la asignación que mi mamá me obligaba a aprobar o si no me amenazaba con quitarme el Gamecube. Y quitarle el Gamecube a un niño de 13 años era cosa seria.
Actualmente hay youtubers como Julio Ríos (Julioprofe), profesor de matemática y física, que da clases online para que las repitas las veces que sean necesarias. Atrás quedaron esas clases en las que no entendías nada por estar aún con lagañas en los ojos por no haber dormido viendo el último episodio de Yu-Gi-Oh!
El canal de Julio Ríos tiene más de dos millones de suscriptores y cuenta con más de mil videos. Platicamos con Julio sobre su experiencia de enseñar a la gente a sumar y a restar por Youtube y si alguna vez copió la tarea cuando fue estudiante.
VICE: ¿Qué es lo que menos entienden los alumnos?
Julio Ríos: Creo que lo que más les cuesta son los temas de cálculo. El cálculo es como una recopilación de todo lo que se ha visto en los años anteriores: lo de aritmética, álgebra, geometría, trigonometría, geometría analítica; todo eso se combina. Si un estudiante que ya está viendo temas de cálculo tiene fallas o debilidades en alguno de esos temas básicos, empieza a sentir que tropieza y que ya no puede avanzar con fluidez.
¿Cuál es la mayor diferencia que ves entre tu experiencia dando clases online y en vivo?
Hay una diferencia grandísima, ya que el estudiante a través del video maneja al profesor a su ritmo. Esto no ocurre en un ambiente presencial. Cuando yo trabajé en clases con grupos de estudiantes muchos me pedían que repitiera toda la explicación y me decían que no habían entendido nada. Como ser humano eso implica desgaste; a veces conduce al mal humor; y al final eso se traduce en la calidad de la clase que uno da. En cambio, a través del video, puedes concentrar toda tu energía en hacer una producción de la mejor calidad posible, y al final en internet solo lo ven las personas interesadas en aprender. Ahí queda a su disposición: lo pueden poner en cámara rápida, en cámara lenta, que se repita o retroceda hasta que puedan asimilar el contenido.
¿Crees que el sistema educativo actual está obsoleto?
Debería irse alineando con estos nuevos recursos. En muchos colegios y universidades ya deben de ir incorporando los videos como material de apoyo para que los estudiantes en casa revisen los temas con tranquilidad, tomen sus notas, y lleguen a la clase totalmente fortalecidos para trabajar las actividades que les propone el profesor. En otras instituciones seguramente seguirán dando la clase tradicional en un pizarrón. La clase debería de ser un espacio de interacción donde todos los estudiantes participen y el profesor oriente las actividades. Ojalá cada vez más las instituciones educativas (de nivel básico, medio o superior) traten de incorporar esos recursos tecnológicos.
Cuando eras estudiante, ¿llegaste a copiar alguna vez o dejabas que tus amigos te copiaran?
No, nunca acostumbré hacer ese tipo de cosas. Cuando estudiaba era muy juicioso. Siempre me distinguí por ser buen estudiante. Pero a veces sí dejaba que mis amigos se copiaran. Les pasaba la tarea. El lunes siempre llegaba con mi tarea hecha, entonces muchos me pedían el cuaderno para copiarla. Le quedaba a uno la tranquilidad de saber que uno había trabajado.
¿Has tenido estudiantes bullies? ¿Cómo lidias con ellos?
Sí, claro. Cuando los tuve en la vida real, en ambientes presenciales, era muy difícil porque si hay algo que no yo no tengo, es el manejo de grupo. Debo reconocer eso como una carencia. Sé que hay profesores que tienen un excelente manejo de grupo de hasta 50 estudiantes sin desgastarse para nada. Yo no tengo esa capacidad. En internet, tengo estudiantes que entran a mis videos a insultar o a comentar cosas ofensivas. Ahí yo tomo el camino de eliminar esos comentarios y a veces bloqueo a los bullies cuando se pasan. No entiendo por qué lo hacen, yo lo único que hago es compartir conocimiento. Al que no le guste mi trabajo ya conoce la salida y puede irse a otro canal o al material que le guste. Nadie está obligado a ver el contenido que publico.
Ok, pero ¿qué hacías con esos estudiantes en la vida real?
Tenía que hablar con ellos, reportarlos al coordinador o generar un documento para llamar la atención. Pero al final yo pensaba que era parte del deber como maestro en un ambiente presencial. Yo estoy diseñado para enseñar, no para estar lidiando con ese tipo de comportamientos difíciles que uno encuentra en los chicos. Aquí se necesita definitivamente una persona que tenga manejo de esa situación y yo no soy esa persona. Por eso renuncié.
¿Qué es lo peor que te ha hecho un alumno?
Nunca hubo cosas extremas. Digamos que yo tenía todo el grupo concentrado en una explicación y de pronto alguno pega un grito. También recuerdo a una chica que le tenía fobia a las mariposas: si entraba una mariposa al salón esa niña entraba en pánico y empezaba a gritar. Eran ese tipo de cosas. Captar la atención de treinta estudiantes no es fácil. Cuando ya están conectados con la explicación se necesita que ese nivel se mantenga, no que sea interrumpido súbitamente por una mariposa.
¿Qué es lo más raro que te ha pasado dentro de un salón de clases?
Recuerdo a un estudiante que se enojó conmigo porque borré el tablero. Fue en una universidad. Ya había pasado un tiempo desde que había escrito en el tablero y lo borré. El estudiante se paró, muy enojado, y me reclamó que lo había borrado y que no había alcanzado a copiar. Le dije : «¿Qué podemos hacer ahí? Yo ya borré. Te toca pedirle a algún compañero que te comparta la información». Nunca tuve situaciones extremas.
¿Por qué tantos problemas de matemáticas comienzan con una situación imposible como «Juan tenía dos mil kilos de tomates en su recámara»?
Ja, ja, ja. Eso viene cambiando. Anteriormente eran los libros que tenían esos ejemplos. Son situaciones que pertenecen al mundo abstracto que son como un gimnasio mental. Te permiten adquirir estrategias para plantear problemas para que cuando ya te vayas a un plano mucho más real —que ya tienes que hablar con términos propios de la realidad, con cifras, y con datos muy reales— se te facilite. Creo que es por eso. En la matemática hay que pasar de ese estado abstracto (poder entender ese mundo), para después llevarlo a la aplicación, a la realidad.
¿Tienes alguna fórmula favorita?
Hay una formula de integración por partes que para aprendérsela uno dice: «una vaca menos la integral vestida de uniforme». Es algo que suena un poco ridículo, pero es una manera de aprender una fórmula que uno utiliza en la integración por partes. La aprendí hace muchos años dando clases particulares con estudiantes de universidad. Desde que aprendí esa técnica de memorización, la he utilizado en mis videos.
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