Ya se han presentado cargos, y es ahora cuando un juez debe decidir si los acepta o los rechaza. De declararlo culpable de estos cargos, Batista podría enfrentarse a 13 años de cárcel, aunque el mismo diario publica que en Brasil, los jueces nunca condenan a ningún delincuente de cuello blanco.
OGX ha sido la mayor quiebra corporativa e la historia latinoamericana.
Cuando OGX se puso en el centro de la tormenta, Batista dijo que usaría sus 34.000 millones de dólares de fortuna personal para comprar acciones si los organismos pertinentes le pedían que lo hiciera. Con este comunicado, no sólo detuvo la caída en el precio de sus acciones, sino que provocó que las acciones subieran nuevamente.
Cuando la administración trató de ejercer esa opción, Batista se negó, por lo que los fiscales piensan que él nunca tuvo intención de cumplir su promesa y comprar acciones de su propia compañía, y que fue un acto intencionado de manipulación de acciones.
Además, los fiscales ahora presuntamente han visto que Batista vendió acciones de OGX cuando se enteró de los problemas que más adelante derrumbarían el precio de las acciones, algo que es usar la información privilegiada cuando se toma una decisión de compra-venta de acciones teniendo una información de la que carecen el resto de inversores.
En estos momentos, se han congelado únicamente unos 645 millones de dólares en activos de Batista.
Batista está cambiando todas sus pertenencias de lujo por dinero en efectivo. Ya ha vendido su preciado Lamborghini, su helicóptero, 3 aviones, un hotel y un yate.
Las cosas no pintan demasiado bien para este hombre que fue todo un referente para los medios financieros.
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