La maldición de la abundancia
enero 22, 2017 · Imprimir este artículo
¿Y si Vaca Muerta nos convierte en Arabia?
De Vaca Muerta, como se denomina al yacimiento de gas no convencional en el territorio argentino, se había dejado de hablar y a partir del anuncio presidencial volvió a ubicarse en el tapete. Las expectativas son muy fuertes en la zona y algo menos en el país. ¿Qué implicancias tendría sobre la economía, la política y la sociedad, si Vaca Muerta fuera como lo describen los entusiastas?
Al respecto conversé con el norteamericano Orris Clemens Herfindahl (1918-1972), experto en economía de la minería y su relación con el medio ambiente. En 1950 utilizó un índice para medir el grado de concentración de las empresas que integran determinado sector. En 1964, Albert Otto Hirschman señaló que en 1945 él había utilizado el mismo índice, para analizar un elevado número de países, a pesar de lo cual los colegas lo asocian con Corrado Murphy Gini, quien no lo inventó, y con Herfindahl, quien lo reinventó; agregando -con gran sentido del humor- que «en fin, vivimos en un mundo cruel».
-Algunos argentinos califican la pampa húmeda como una «maldición», sugiriendo que si el país no tuviera tanta ventaja comparativa en la producción de granos, otras producciones serían viables.
-Ejemplo de la denominada enfermedad holandesa, por lo que ocurrió en Holanda, cuando en la década de 1960 descubrieron gas, que en ese país es un producto exportable. Espero no ofender a nadie, pero esto equivale a decir que si no hubiera inteligentes, los menos dotados tendrían más chances de triunfar, y si no hubiera seres humanos físicamente hermosos, los menos agraciados tendrían más chances de formar pareja. A propósito: los partidarios de gravar la tierra libre de mejoras, ¿no deberían también proponer un impuesto a la inteligencia y a la belleza, siempre libre de mejoras, es decir, neto de la educación, la gimnasia y las dietas?
-¿Qué pasaría en la Argentina si Vaca Muerta fuera tan fantástico como sugieren los entusiastas?
-De todo, no solamente en el plano económico, sino también en el social y en el político. No es difícil imaginar que hubo una Arabia Saudita antes y otra muy diferente después del petróleo. ¿Enseñarán el principio de escasez en las facultades de Economía de dicho país? Pero además es claro que tanto la sociedad como la política fueron impactadas, dado que el grueso de la base económica radica en la extracción de un recurso no renovable, más que en la producción de mercaderías y servicios.
-Lo de no renovable nunca debe ser olvidado.
-Efectivamente. El stock de petróleo es finito y por consiguiente agotable, pero nadie sabe cuánto es. Para entender su preocupación mejor prestarle atención a casos más concretos. En Manaos, Brasil, existe un teatro de ópera similar al Teatro Colón, subproducto del auge que allí produjo el caucho natural, que duró hasta que se inventó el caucho sintético. Y a comienzos del siglo XX, El Cairo estaba aprovechando el boom generado por el algodón natural, que duró hasta que aparecieron los sustitutos.
-Volvamos a Vaca Muerta. Si llegara a ser como lo pintan los entusiastas, todos los argentinos viviríamos de rentas. Podríamos implementar el ingreso básico, como sugirió el recientemente fallecido Anthony Barnes Atkinson.
-Cuando aludí al impacto político me refería, por ejemplo, al criterio sobre la base del cual se asignarían los ingresos entre la población, porque alguien tendrá que estar encargado de esto y como enseña la historia, querrá cobrar por sus servicios.
-De cualquier manera, ya me voy preparando, no estudio ni trabajo más, sino que me siento a esperar mi cheque.
-No tan rápido. Le seguí la corriente, en esta conversación, pero mi principal recomendación a los argentinos es que antes de gastar a cuenta, le presten atención a la realidad de Vaca Muerta, no a la fantasía. Para lo cual sugeriría que dejaran hablar a los expertos en el sector, y le prestaran atención a los empresarios, quienes finalmente tendrán que adoptar las decisiones. Recordando que en el omelette de jamón la gallina participa, pero el chancho se involucra.
-Don Orris, muchas gracias.
Fuente: La Nación, 22/01/17.
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Mal holandés
El término surgió en la década de 1960 cuando los ingresos en divisas de los Países Bajos aumentaron considerablemente a consecuencia del descubrimiento de grandes yacimientos de gas natural en Slochteren, cerca del Mar del Norte.
Como resultado del incremento de ingresos de divisas, el florín, la moneda neerlandesa, se apreció, es decir, aumentó su valor perjudicando la competitividad de las exportaciones no petroleras del país. De ahí el nombre de este fenómeno, que si bien no se relaciona con el descubrimiento de algún recurso natural, puede ser el resultado de cualquier hecho que genere grandes entradas de divisas, como un notable repunte de los precios de un recurso natural, la asistencia externa y la inversión extranjera directa.
La respuesta sobre las consecuencias perniciosas de un aumento de riquezas está en un estudio clásico de 1982 realizado por Warner Max Corden y J. Peter Neary. Estos autores dividen una economía que experimenta un período de crecimiento en tres sectores: dos exportadores -uno en auge y otro no- que conforman los sectores de bienes comerciados; y un tercer sector de bienes no comerciados orientado básicamente al suministro a residentes nacionales que puede abarcar el comercio minorista, los servicios y la construcción. Según el estudio, cuando un país se contagia del síndrome holandés, el sector exportador tradicional se ve desplazado por los otros dos.
El modelo del síndrome holandés ha sido utilizado para explicar los efectos paradójicos de crisis producidos por la entrada de los tesoros de América en la España del siglo XVI, el descubrimiento del oro en Australia en la década de 1850, y más recientemente, los ingreso derivados de los altos precios del petróleo en Venezuela desde la década de 1970.
Explicación
Un país que descubre petróleo tendrá un aumento repentino en las exportaciones de crudo, lo cual elevará sus ingresos gracias a las mayores entradas de divisas. Si éstas se destinan en su totalidad a la importación, no habrá efecto directo alguno en la masa monetaria del país ni en la demanda de bienes nacionales. Pero en caso de que, por ejemplo, se las convierta en moneda local y se utilicen para adquirir bienes nacionales no comerciados, el resultado dependerá de si el tipo de cambio (nominal) del país lo fija el banco central o es flexible.
En caso de que el tipo de cambio sea fijo, la conversión de monedas extranjeras a nacionales aumentará la masa monetaria del país y la demanda interna presionará los precios internos, y al sector petrolero en crecimiento. Estas dos transferencias provocarán a su vez la reducción de producción del sector exportador tradicional. Fenómeno conocido como «efecto recursos».
Ambos efectos se hicieron presentes en los países petroleros en la década de 1970 cuando los precios del petróleo se dispararon y la exportación aumentó afectando a la producción agrícola y manufacturera. También se presentaron en países como Colombia que con el aumento del café en la década de 1980, perjudicó a los demás sectores.
También se denomina como especialización económica o mal del holandés, a aquella situación en la que la periferia se especializa tanto en un solo sector, que le proporciona grandes beneficios, que distorsiona la economía, porque se olvida del resto de sectores. La población que queda al margen de este sector se queda en niveles de subsistencia.
Fuente: Wikipedia, 2017.
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