¿El fin del sueño americano?
abril 10, 2016 · Imprimir este artículo
La quiebra del sueño americano
Por Jorge Castro.
La pérdida del “excepcionalismo” estadounidense desató una ola de rabia y rechazo en la clase media norteamericana.
Hay más de 7.000 millones de celulares en el mundo (97% de penetración), los usuarios de Internet alcanzan a 3.200 millones (2.000 millones en los países emergentes), y eran 400 millones hace 15 años. Internet móvil (smartphones) abarca 47% del total. Ha crecido 12 veces desde 2007.
Asia-Pacífico es la región de mayor expansión de Internet móvil; y los usuarios aumentarían 1.700 millones en 4 años (70% del alza proviene de China e India).
Corea del Sur tiene 45 millones de unidades 5-G sobre 50 millones de habitantes (una penetración de 97%). La de China es menor: 57%, pero su velocidad de crecimiento es ampliamente superior (la densidad sería 76% en 2020).
El significado de Internet móvil no reside ahora en la intercomunicación individual. Lo crucial es el despliegue del e-commerce, que alcanzó a US$2,6 billones en China en 2015 y se triplicaría en 2025.
La clave es la irrupción de la nueva revolución industrial a través de los smartphones –“Internet de las cosas” –, que vincula a todos los objetos del sistema mediante una conexión automatizada de transmisión de información. El mundo se convierte en una estructura global completamente cibernetizada en los próximos 15/20 años.
La evolución tiene la velocidad de sus medios, y los acontecimientos llevan a una digitalización completa (sociedad, naturaleza, individuo) del sistema mundial en dos décadas, y esta se funda en la instantaneidad e implica en el horizonte la gratuidad de las transacciones.
Los acontecimientos se aceleran, y la integración mundial del capitalismo adquiere un ritmo vertiginoso, arrastrado por el impulso digitalizador. EE.UU. es el país-frontera del sistema, y las tendencias centrales de la época se manifiestan en él con mayor intensidad y adquieren un carácter más hondamente disruptivo que en cualquier otra parte del mundo.
Se ha modificado allí el significado del capital humano, y el trabajo insuficientemente calificado ha perdido valor ante la intensidad de la revolución tecnológica, en tanto que el de alta calificación ha multiplicado sus ingresos.
Ver: ¿Su Puesto de Trabajo está en riesgo?
La economía estadounidense se expandió 25% desde 1998. Pero los ingresos de 60% de los estadounidenses han declinado 3,8% en ese período. Los más golpeados son los trabajadores industriales blancos, que han retrocedido 10%.
Lo que empuja hacia abajo a la sociedad norteamericana, cuando experimenta una reestructuración generalizada de todas sus estructuras socio- económicas, son fuerzas anónimas, objetivas, ajenas al control de los individuos (globalización, cambio tecnológico, aumento de la productividad). Esto choca con la naturaleza del “sueño americano”, ejercicio de libertad y esfuerzo individual basado en la certidumbre de que lo mejor es el futuro y no el pasado.
La pérdida del “excepcionalismo” estadounidense ha desatado una ola de rabia y frustración de la clase media, que se ha convertido en el impulso fundamental de la candidatura de Donald Trump.
La quiebra del “sueño americano” la revelan estos datos: el alza de los ingresos del 1% de arriba ha sido 3,4% por año desde 1973 (5,4% anual para el 0,1% del pico de la pirámide). El 90% restante ha visto mejorados sus ingresos con una tasa de 0,3% por año.
La relación entre el 1% de arriba y el piso de la sociedad norteamericana era un múltiplo de 26 hace 45 años y ahora ha trepado a 300.
Las elecciones de EE.UU. en noviembre son las más importantes de la historia norteamericana desde la década del 30. Está en juego la relación entre EE.UU. y el sistema mundial, no sólo respecto a sus adversarios sino también a sus aliados.
Fuente: Clarín, 10/04/16.
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