Los pro y las contras de ser freelancer
marzo 2, 2015 · Imprimir este artículo
Los pro y las contras de ser freelancer
Por Cony Soaje y Sofía Carmona.
Trabajar sin jefes ni horarios fijos parece ser el sueño de todos, sin embargo, esta modalidad laboral no siempre es tan idílica. Para sacar la máxima ventaja sin estresarse y no agotarse de más, es vital aprender a organizarse y armarse una rutina adecuada. Aquí, algunos consejos.
Un trabajador freelance es aquel que no debe cumplir un horario laboral ni asistir a un lugar físico determinado para realizar su trabajo. En nuestro país existen cada vez más, y si bien tiene muchas ventajas, no siempre es tan idílico como parece. Para lograr llevar adelante un emprendimiento propio donde no hay jefes ni horarios fijos, es vital poder organizarse y llevar adelante pequeñas rutinas diarias. Aquí, los pro y contras de esta actividad y algunos tips para que todo marche sobre rieles.
Flexibilidad. Podés trabajar en el momento del día que más cómodo te venga.
Lo bueno de esto es que, por ejemplo, si una amiga se casa y hace el civil un martes al mediodía te queda comodísimo, y si tenés hijos podés trabajar mientras están durmiendo la siesta o están en el colegio. ¿Lo malo? Tu entorno cuenta con tu tiempo libre, entonces siempre creen que vos vas a “poder adaptarte al horario que le quede más cómodo a los demás”.
El espacio de trabajo lo elegís vos. Puede cambiar a lo largo del día, o bien se trabaja donde esté tu computadora, que es en general la herramienta más importante de trabajo. Lo más lindo de esto es que tu casa, un barcito inspirador o la casa de un amiga que necesita compañía son escenarios perfectos y siempre posibles.
Lo negativo: a algunos les parece que vivís sin nada que hacer en tu casa” y no comprenden que ése es tu espacio de trabajo.
Sos tu propio jefe. Los tiempos y objetivos los administrás vos. Esto parecería lo mejor que puede pasarte, sin embargo, hay que tener cuidado: ser nuestros propios jefes tiene el riesgo de que no seamos suficientemente exigentes con nosotros mismos en determinadas ocasiones, o bien, vayamos auto-perdonándonos ante errores de distracción que sólo entorpecen el trabajo. Además…. decile chau a las vacaciones pagas y faltas por enfermedad.
Control de ganancias. Ser freelance no supone un gasto de infraestructura muy grande, por eso tu esfuerzo es proporcional a tus ingresos. Lo bueno de esto es que no pasás por filtros de dinero que disminuyen la plata que ves entrar a la empresa. Sin embargo, hay que ser muy táctico y saber que invertir un poco de ganancias en empleados, publicidad no tradicional o una memoria externa para respaldar los archivos de tu computadora es fundamental.
Consejos
Antes de tomar esta decisión, hacé una autoevaluación de tus capacidades de ser responsable y efectiva bajo esta modalidad de trabajo.
1. Concentrate. Si trabajás en la compu, hay aplicaciones que detienen el funcionamiento de Facebook durante la cantidad de horas que quieras, o incluso te impiden el acceso a internet.
2. Administrá bien los tiempos. Hacé un planeamiento semanal de tareas y especificá cuánto tiempo te llevará hacer cada una de ellas. Cumplir con tus propios plazos es fundamental.
3. Relajá. La ambigüedad propia de esta modalidad hace que la llegada de un whattsapp durante una cena con tus amigas te haga trabajar en momentos del día que no son los que corresponden. Si es necesario ¡apagá el celular para estar al 100% en esos momentos!
4. El que mucho abarca… poco aprieta. No intentes acaparar mucho trabajo en lapsos cortos, al contrario, una cosa a la vez te permite enfocarte y concentrarte para resolverlo de la mejor forma posible… ¡cortá con el multitasking!
Ser freelance no es fácil, pero tampoco es imposible, sobre todo si querés darle a tu estilo de vida un giro de 180º. Sólo es cuestión de saber cómo hacerlo.
Fuente: Clarin.com – 2015
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Freelance
Se denomina freelance (o trabajador autónomo, cuenta-propia o trabajador independiente) a la persona cuya actividad consiste en realizar trabajos propios de su ocupación, oficio o profesión, de forma autónoma, para terceros que requieren sus servicios para tareas determinadas, que generalmente le abonan su retribución no en función del tiempo empleado sino del resultado obtenido, sin que las dos partes contraigan obligación de continuar la relación laboral más allá del encargo realizado. Otras veces pueden firmar contratos por obra o trabajo y cobrar por tiempo, sobre todo en el mundo de las tecnologías de la información.
Origen del término
La etimología de la palabra deriva del término medieval inglés usado para un mercenario (free-independiente y lance-lanza), es decir, un caballero que no servía a ningún señor en concreto y cuyos servicios podían ser alquilados por cualquiera.
El término fue acuñado inicialmente por Sir Walter Scott (1771-1832) en su reconocido romance histórico Ivanhoe para describir a un «guerrero medieval mercenario». La frase en inglés luego hizo la transición a un sustantivo figurativo alrededor de 1860 y fue luego reconocido como un verbo oficialmente en 1903 por varias autoridades en lingüística tales como el Diccionario Oxford de Inglés. Solamente en tiempos modernos ha mutado el término de un sustantivo (un freelance o un freelancer«freelanceroz») y un adverbio (un periodista que trabaja freelance).
Esta palabra es empleada como anglicismo en castellano como dos palabras separadas «free lance» (del inglés) o autónomo o consultor, pero no tiene aplicación como verbo.
Ventajas y desventajas
Las diferencias entre el freelance y el empleo fijo pueden significar una ventaja o una desventaja para el freelancer según sean sus características personales.
Así, por ejemplo, en general el trabajador freelance tiene una mayor variedad de asignaciones que en un empleo regular, y casi siempre tiene más libertad de escoger su horario de trabajo. Esto representa una ventaja para quien guste de una labor creativa y tenga la capacidad de administrar debidamente su tiempo de trabajo pero si el trabajador en cuestión prefiere el trabajo rutinario o carece de autodisciplina en cuanto al tiempo de trabajo, la modalidad le significará una desventaja.
La mayor ventaja de contratar a un freelance es asegurar una comunicación efectiva, ya que el cliente tiene una comunicación directa con él, esto aumenta la calidad de respuesta y evita malentendidos entre ambas partes.
El mismo razonamiento vale en el aspecto económico. Se considera en general que el trabajo freelance recibe mejor retribución que el fijo pero carece de beneficios laborales tales como seguro médico o indemnizaciones de retiro (a no ser que cotice en el sistema nacional de la Seguridad Social) y está sujeto a una posibilidad de variación en los ingresos. También aquí es importante la personalidad del freelancer porque le requiere prever por sí mismo la cobertura de tales riesgos (enfermedad, edad avanzada, disminución temporal de ingresos, etc.) contratando dichos servicios en el sector privado (sanidad privada, plan de pensiones privado, etc.). Donde se aprecia mejor retribución es en los consultores que optan a trabajos en el extranjero, normalmente en tareas de alta carga tecnológica.
Otro aspecto a considerar es que, en general, el freelance se debe preocupar por la obtención de nuevos clientes, la realización de nuevos productos, la actualización de sus conocimientos, etc. lo cual, a su vez, le brinda la oportunidad de incrementar sus ingresos e incluso, a veces, la de iniciar una empresa o la de obtener un empleo fijo de relevancia. Sin embargo, hay personas que no tienen la capacidad o la voluntad para aprovechar esas ventajas y que, por el contrario, hallarán más conveniente un empleo fijo con menores ingresos pero también con menores requerimientos, riesgos y con más estabilidad a largo plazo.
A veces un freelancer trabajará con uno o más freelance o vendedores para formar una «agencia virtual» para servir a las necesidades particulares de un cliente para un trabajo o asignación de corto plazo o permanente. Este versátil modelo de agencia virtual puede ayudar a un freelancer a conseguir trabajos que requieren de experiencias y destrezas específicas y segmentadas fuera del ámbito de un individuo. A medida que cambian los clientes, de la misma manera pueden cambiar la base de talentos que una agencia de este tipo escoja para sus proyectos.
Muchas publicaciones y periódicos han comenzado a ofrecer recientemente la opción del «escritor o autor fantasma». El Autor Fantasma se da cuando un freelancer firma con un editor, pero su nombre no aparece listado como crédito de su(s) artículo(s). Esto permite al escritor recibir beneficios, mientras continúa siendo clasificado como un freelance, e independiente de cualquier organización establecida.
Otra desventaja es que los freelance a menudo tienen que lidiar con contratos, asuntos legales, contabilidad, mercadeo, y otras funciones de negocios ellos mismos. Si deciden pagar por servicios profesionales, a menudo pueden convertirse en desembolsos significativos. Las horas de trabajo pudieran extenderse más allá de las jornadas laborales. Normalmente se contratan esos servicios a gestorías o agencias especializadas.
El trabajo freelance está considerado con una opción de ingresos adicionales, y en tiempos de crisis el autoempleo es una de las mejores opciones.
Perspectivas culturales de los freelancers
Desde un punto de vista cultural, el ser freelance es percibido tanto por encima como por debajo del sistema social. Para serle fiel al sentido original del término acuñado por Scott, algunos americanos y la mayoría de los europeos ven el trabajo freelance como una posición socialmente más elevada ya que muchos son muy especializados y altamente tecnológicos.
Aunque la metodología de trabajo freelance se extendió previamente en países anglosajones, sobre todo en Estados Unidos, en los últimos años ha entrado con fuerza también en todo el mercado de habla hispana. Es por eso que tanto en España como en los países latinoamericanos es una modalidad creciente y está considerada para muchos como la nueva forma de trabajar. Este trabajo 3.0 está asociado con el talento, ya que con la llegada de las nuevas tecnologías desaparecen las barreras geográficas y se puede acceder al mejor talento aunque se encuentre a miles de kilómetros de distancia.
Internet ha abierto muchas posibilidades para los freelance, especialmente para aquellos que trabajan en países con mano de obra barata, normalmente dedicados a la programación informática y tecnologías de la información en general. Para muchos expertos, cabe un matiz en esta afirmación, y es que Internet no entiende de barreras geográficas, pero sí culturales, por lo que nos es mucho más fácil trabajar con alguien que comparta nuestro idioma.
Fuente: Wikipedia, 2015.
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Escrito por Gustavo Ibañez Padilla · Archivo bajo Artículos
Etiquetas: cuenta-propia, el futuro del trabajo, freelance, freelancer, teletrabajo, trabajador autónomo, trabajador independiente, trabajo 3.0, trabajo ideal
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