Teletrabajo como propuesta que agrega valor a la empresa
Por Fabio Boggino.
Todo proceso revolucionario lleva en sus raíces una gran fuerza transformadora. Mientras que la Revolución Francesa gestó el fin de la monarquía absoluta en 1789, el boom industrial de entre fines del siglo XVIII y principios del XIX alteró por completo los sistemas de producción.
En la última parte del siglo XX, otro cimbronazo puso en jaque el orden existente. Con el auge de Internet florecieron una infinidad de nuevos hábitos de comunicación entre las personas. El crecimiento exponencial de la tecnología permitió el desarrollo de una aldea virtual omnipresente. Redes sociales, celulares inteligentes, mensajes instantáneos y conexiones Wi-Fi surgieron por doquier. Todo cambió, una vez más. La relación hombre trabajo no fue la excepción.
Internet comenzó como una herramienta de corto alcance y con el paso de los años borró cualquier límite imaginado. En este contexto, el trabajo fuera del ámbito de la oficina pasó de ser un sueño de ciencia ficción a una práctica instalada en organizaciones de todo el mundo. La tendencia fue consolidándose como una alternativa interesante de numerosas ventajas para sus beneficiarios e impulsores.
El teletrabajo, una forma distinta de organizar el trabajo de manera remota, se convirtió en una práctica habitual. ¿Por qué? La respuesta es tan simple como profunda: porque hace felices a las personas. El psicólogo estadounidense Abraham Maslow decía que las necesidades de seguridad (empleo, recursos, moral, familiar, salud, etcétera) se ubican en la base de nuestra pirámide motivacional. Es de esperar, entonces, que las personas busquemos hacer aquello que nos gusta, del modo que nos apetezca. El teletrabajo es un camino que va en esa dirección. Así de sencillo.
Sin embargo, la escalada del home office no puede atribuirse exclusivamente a las posibilidades que garantiza la tecnología. Existen causas socioculturales que explican su verdadera dimensión.
El teletrabajo acompaña los movimientos orientados a una mayor flexibilización de las condiciones de empleo para mejorar la calidad de vida. En esencia es una herramienta que se adapta a grandes, medianas o pequeñas empresas, organizaciones públicas y privadas, con o sin fines de lucro. El alcance no distingue tamaños ni rubros.
En el ámbito de las empresas, una nueva generación de jóvenes profesionales, denominada Y, propuso un viraje en el modo de concebir el trabajo. Gradualmente, el paradigma basado en el cumplimiento de horarios, disposición de los profesionales en la oficina y liderazgos predominantemente verticales empezó a ser cuestionado.
El gen Y no deja de ser una etiqueta reduccionista, pero resulta muy útil para bosquejar algunos gustos e intereses de una fuerza laboral que contrasta con los Baby boomers y los X, y que ya representa el 45% de los recursos humanos activos en la Argentina.
Los cambios impulsados por los Y despertaron una tensión intergeneracional que aún sigue vigente. Mientras que los jóvenes abogan por un modelo que exprese sus intereses, quienes están acostumbrados a los formatos tradicionales luchan para que prevalezca la vieja escuela.
El teletrabajo aparece aquí como una salida para descomprimir la tensión. Las empresas que mejor lo comprendan tendrán más posibilidades de ganar la batalla por los mejores talentos.
Un estudio demuestra que trabajar desde casa es más productivo que hacerlo en una oficina
La Universidad de Stanford revela en un reciente estudio que trabajar desde casa aumenta un 13% la productividad de los empleados. La investigación también concluye cuáles son todos los beneficios y perjuicios de esta práctica para las empresas.
Por Gabriela Díaz.
Aún hoy un gran número de ejecutivos tiene la costumbre de vigilar de cerca a sus empleados y considera que la oficina es el lugar idóneo para las funciones corporativas. Bajo esta premisa, la idea de trabajar desde casa les resulta contraproducente para los objetivos de la empresa.
Un estudio desarrollado por la Universidad de Stanford da la vuelta a esta creencia y revela una realidad muy diferente: trabajar desde una oficina en casa aumenta en 13% la productividad del teletrabajador.
El profesor Nicholas Bloom dirigió esta investigación desarrollada durante dos años en base a 500 trabajadores de Ctrip, una compañía de valores tecnológicos con sede en China. Ctrip cuenta con una nómina de aproximadamente 16.000 empleados.
La muestra fue dividida en dos grupos de estudio. Ambos grupos se dedicaron a la venta de boletos de avión, reservas de hotel y paquetes de viaje, pero uno permanecería trabajando desde la oficina y el otro lo haría de manera remota desde su hogar. El objetivo de la metodología científica fue medir el rendimiento corporativo individual y evaluar el nivel de desgaste del empleado tanto físico y como emocional.
Las condiciones tecnológicas fueron similares para ambos conjuntos. Un escritorio y sillas cómodas, un ordenador con acceso a Internet de banda ancha y un móvil para realizar y recibir llamadas de los clientes. El trabajador de oficina tenía un cubículo y el de la casa un ambiente aislado.
Lo bueno del teletrabajo
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La empresa empezó ganando al ahorrarse los costes por el alquiler del espacio físico que ocupaban los teletrabajadores. Además, el empleado remoto dejó de acarrear gastos de transporte para movilizarse hasta la oficina, y de perder tiempo en cada traslado.
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Al tardar solo unos segundos en llegar desde su habitación hasta el estudio, el trabajador remoto reportó menos llegadas tardías al trabajo, y menos salidas tempranas, por lo que horario laboral fue cumplido a rajatabla. También disminuyó en un 50% el desgaste mental del trabajador, que hizo descansos más cortos, necesitó menos días de suspensión por enfermedad y menos tiempo libre entre jornadas.
Bloom aseguró que estas variables resultaron en una mayor satisfacción del empleado con su puesto, con lo que mejora su opinión respecto a la empresa y reduce los niveles de ausentismo y deserción laboral.
Quizá lo más importante para la empresa fue el aumento de la productividad. El estudio de Stanford demostró que el rendimiento de los trabajadores a distancia mejoró en un 13% en comparación con los de oficina, ya que los primeros contestaron más llamadas y contrataron más servicios, mejorando así la rentabilidad.
Lo que a criterio de Bloom pareció contraproducente, durante una encuesta final realizada a los 250 teletrabajadores, es que cerca de la mitad manifestó sentirse aislado del entorno corporativo, al no mantener contacto social con sus compañeros.
A pesar de que el 69% aseguró sentirse cómodos con el trabajo remoto y el 67% admitió un aumento en su rendimiento, al menos el 50% solicitó regresar al trabajo de oficina, por lo que en las recomendaciones de la investigación se estableció la necesidad de hacer sistemas de trabajo mixto, en el que se realizan jornadas hogareñas y de la empresa de manera alterna para promover la interacción interpersonal.
Mayor integración en las oficinas
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Desde el punto de vista de los recursos humanos, las vacantes de empleo desde casa son más valoradas por los postulantes, lo que permite reclutar profesionales de ciudades lejanas, incluso de otros países. De igual manera, facilita la integración de personas con discapacidad, al poder incorporar al campo laboral a gente con dificultades de desplazamiento.
La organización departamental se ve beneficiada con los trabajadores remotos, mediante la implementación de objetivos y el cumplimiento de metas, lo que además facilita el control de las actividades realizadas por los empleados.
Para emprendedores o pequeñas corporaciones, el sistema de trabajo desde casa impulsa el crecimiento empresarial y favorece la expansión geográfica, sin la necesidad de instalar sucursales físicas.
Pero, así como el trabajador pueda elevar su productividad, es susceptible a bajarla, además de estar en riesgo de perder su identidad empresarial. En ocasiones también le resultó difícil desconectar su actividad laboral con la familiar, invirtiendo momentos privados en el trabajo y viceversa.
Según informó la revista Forbes, el State and Work Productivity Report habla de que un 65% de las empresas están de acuerdo con el sistema de teletrabajo, y que cada vez más corporaciones tecnológicas desarrollan plataformas digitales para gestionar grupos virtuales de trabajo.
Estas herramientas permiten hacer un seguimiento del estado de las tareas de todos sus empleados en tiempo real, organizar nuevas actividades y llevar a cabo un intercambio de ideas de manera inmediata.
A todas luces, se trata de una manera efectiva de trabajar y de integrar vida familiar con vida laboral; incluso también para los jefes, que también pueden dirigir a todo su equipo desde su casa.
Referencias:
TEDx Talks (Productor), Nicholas Bloom (Autor). (2017, may 22). Go Ahead, Tell Your Boss You Are Working From Home. [Archivo de vídeo]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=oiUyyZPIHyY
En los últimos años, los freelance han poblado casi todas las disciplinas profesionales, y están configurando un nuevo mapa laboral en nuestro país
Un 65% de las empresas españolas ya está contratando entre tres y 10 profesionales freelance al año
Por Ramón Oliver.
Se atribuye a Sir Walter Scott la paternidad del término freelance, palabra con la que en su obra Ivanhoese refiere a unos caballeros-mercenarios que ponían sus armas al servicio de distintos señores en la Inglaterra medieval. Han transcurrido varios siglos y las ‘lanzas independientes’ de hoy libran sus batallas en el ámbito laboral, trabajando como autónomos para una diversidad de clientes. Según el informe Radiografía del mercado freelance en España, elaborado por Infojobs Freelance y la consultora Tower Lane, un 65% de las empresas españolas ya está contratando entre tres y 10 profesionales freelance al año. El mismo informe precisa que las cargas de trabajo en diferentes momentos de la temporada y la necesidad de contar con especialistas para la realización de tareas específicas son las principales razones para recurrir a ellos.
Íñigo Quintanilla es un profesional de la publicidad y la producción audiovisual. Tras pasar con éxito por varias agencias de publicidad multinacionales como redactor y director de arte, hace 15 años decidió imprimir un cambio de rumbo a su carrera y trabajar por su cuenta. Este creativo publicitario valora por encima de todo la libertad de la que goza. Una libertad que le permite desde escoger sus proyectos, hasta trabajar por resultados, sin horarios y desde cualquier lugar ayudado por un portátil y un móvil. Tiene muy claro que, en su caso, ser freelance es algo irreversible. “Nunca volvería a trabajar en nómina, sería como encerrar a un ave en una jaula”, asegura. Si bien admite que esa experiencia previa por cuenta ajena le fue de gran utilidad. Antes de ejercer como freelance, conviene haber trabajado en “varias y buenas empresas para conocer a fondo el negocio y poder ejercer la profesión con el mayor criterio posible”, opina.
Juan Francisco San Andrés también fue ‘cocinero antes que fraile’. Con una dilatada trayectoria a sus espaldas como directivo en grandes empresas, hace unos meses optó por poner todo ese conocimiento y experiencia acumulados al servicio de otras organizaciones y directivos, estableciéndose como asesor independiente. El suyo es un ejemplo de freelance que llega hasta el órgano decisor de su cliente y se maneja más en lo estratégico que en lo puramente técnico. “El servicio que yo ofrezco se compra por prestigio”, asegura. Sabe que su trayectoria y expertise son sus grandes bazas a la hora de competir con grandes firmas de consultoría que, aunque cuentan con mayor tamaño y recursos, muy a menudo encargan la gestión de las cuentas de sus clientes a jóvenes consultores sin demasiada experiencia. “En mi caso, yo abordo personalmente los proyectos y los ejecuto”, afirma, algo que sus clientes valoran.
Más dinero vs menos estabilidad
El nivel de ingresos es, sobre el papel, otro de los alicientes de trabajar de manera autónoma, aunque esa mayor rentabilidad traiga a veces como contrapartida incertidumbre e inestabilidad. Javier Pérez Salas es consultor freelance de SAP. Trabaja en proyectos, muchos de ellos internacionales, cuya duración oscila entre unos pocos días y un año y medio. Entre un proyecto y el siguiente pueden transcurrir varios meses de búsqueda y negociaciones. “Ganas más dinero, aunque también corres más riesgos. Necesitas un colchón económico para aguantar mínimo cuatro meses al año”, explica. En el caso de Íñigo Quintanilla, la relación tiempo/dinero que va a implicar un proyecto es un factor determinante para decantarse por un trabajo. Ya no se trata únicamente de que el encargo esté bien pagado, sino de que “el cliente no vaya a dar vueltas innecesarias al trabajo, algo que, por desgracia, es cada vez más habitual”, aclara. “El tiempo es oro cuando eres freelance, y si un cliente te lo hace perder, lo mejor es dejarlo y buscar uno nuevo que, aunque pueda pagar menos, sea más profesional”, añade.
Para los propios profesionales freelance, la condición de externo supone una ventaja en sí misma. “Existe la falsa creencia de que la gente se involucra más en los proyectos cuando se trata de personal interno de la empresa que cuando trabajan como freelance”, comenta Javier Pérez Salas. “Un empleado sabe que, haga lo que haga, al final de mes va a cobrar, mientras que un freelance si no cumple con su cometido y demuestra pronto resultados sale del proyecto inmediatamente”, agrega. También para Juan Francisco San Andrés la actuación de un profesional ajeno a la compañía puede aportar un punto de vista externo a la cultura de la empresa muy beneficioso. “Como externo no tienes las restricciones de alguien de la casa a la hora de presentar propuestas. Trabajar por libre saca lo mejor de ti mismo y ensancha tu visión de los temas”.
Radiografía del perfecto freelance
La plataforma de teletrabajo Nubelo pone en contacto a trabajadores independientes con empresas que buscan profesionales para sus proyectos. Todo el proceso se realiza online. En la actualidad, su base de datos cuenta con 220.000 freelance registrados, una cifra que crece del orden de los 5.000 al mes. Para su director Francesc Font, un freelance debe estar, ante todo, “comprometido con su trabajo y con el proyecto al que se enfrenta”. Un compromiso que se traduce en respetar los tiempos de entrega, estar localizable cuando se le necesita, dar lo máximo de sí mismo y, en definitiva, asegurarse de que “el proyecto salga rodado”. Inquietud por estar permanente actualizado, capacidad para planificar el trabajo y habilidad para “superar las expectativas del cliente” son otras de las cualidades que, según Font, han de adornar a todo buen freelance. En la misma línea, Marta Blasco, profesora de RR.HH del CEF.- (Centro de Estudios Financieros), publicó recientemente Los diez mandamientos del freelance. Entre los consejos que recoge esta guía, figuran aprender a manejar el miedo y el fracaso, mantenerse en contacto con otros profesionales o aliarse con la tecnología.
En los últimos años, los freelance han poblado casi todas las disciplinas profesionales, y están configurando un nuevo mapa laboral en nuestro país. Los últimos datos de la EPA atestiguan que el 40% de los nuevos ocupados son trabajadores autónomos. Sin embargo, no todo son buenas noticias para ellos. A la inestabilidad laboral, hay que añadir una competencia feroz, en primer lugar con el resto de freelance, y en segundo con las resistencias que muchas empresas aún plantean al hecho de asignar determinadas tareas sensibles a personal ajeno a la plantilla. A nivel legal también existen una serie de obligaciones que pueden actuar como barreras, sobre todo en los comienzos. Desde Nubelo recuerdan como muchos freelance no legalizan su situación precisamente por los costes que acarrea la cuota mensual de la Seguridad Social. Para paliar este problema, la plataforma trabaja con Freeautónomos, una cooperativa que permite a los profesionales españoles facturar legalmente por sus trabajos sin estar dados de alta en el régimen de autónomos.
Nómades laborales: cambiar de trabajo, el hábito millennial
Privilegian experiencias nuevas y la flexibilidad; rechazan la rutina.
Por Fernando J. de Aróstegui.
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Aspira a ser algún día «su propia jefa»; rechaza la rutina y proyectar su carrera laboral a largo plazo. Además, exige que su empleo cumpla una función social positiva y privilegia la empatía con sus jefes y compañeros. No teme cambiar de empleo hasta encontrar uno que se ajuste a sus expectativas, aunque sospecha que «el trabajo definitivo» -que dure hasta la edad de jubilación- no aparecerá nunca. Ni le interesa.
Lejos de ser excepcional, el caso de Rosario Pereda, de 25 años, abogada, expresa la cultura de los millennials, o generación Y, nacidos entre 1980 y 1999. Ellos están modificando muchos valores tradicionales del mercado laboral, como incorporarse a una compañía importante que garantice estabilidad y permita «hacer carrera», y contribuyendo a cambiar los modelos de organización verticalistas, según coinciden especialistas, investigaciones y estudios elaborados por consultoras. «Se prevé que alguien que inicia hoy su vida laboral tendrá en promedio unos siete trabajos a lo largo de su carrera», afirma Alejandro Melamed, director general de Humanize Consulting, especialista en recursos humanos.
Para Melamed, los jóvenes profesionales buscan cada seis meses una experiencia nueva que los motive y los entusiasme, «y si la empresa no se la provee, se van».
A pesar de su corta edad, Rosario Pereda ya sumó muchas experiencias laborales: a los 21 años ingresó en un estudio mediano de abogados, luego pasó a uno más chico, después escribió artículos para una editorial especializada en derecho, más tarde transitó por el mundo académico dictando clases de derecho de familia y como ayudante de un taller de escritura, hasta que por fin ingresó al Poder Judicial, donde ya pasó por dos fueros, el civil y el penal.
Ella siente que cada cambio le permitió ajustar mejor sus aspiraciones con respecto a la oferta del mercado laboral y la ayudó a precisar hacia dónde dirigir su carrera.
Renunció a su primer trabajo a los 23 años porque sintió que se «estaba estancando», una frase que repiten muchos millennials al describir los riesgos de permanecer varios años en un mismo empleo. Su paso por el mundo académico le dejó algo muy claro: «La docencia no es para mí». Y, tras siete meses de actuación en el fuero penal del Poder Judicial, comprobó que esa especialidad no le interesaba.
Alertadas por la alta rotación, cada vez más empresas buscan retener y atraer talentos con «propuestas de valor» para los empleados. El 47% de las empresas argentinas consultadas en un relevamiento presentado este mes por Pricewaterhouse Coopers (PwC), una de las consultoras más importantes del mundo, dijo trabajar especialmente en el desarrollo de estrategias con este fin.
Sucede que mientras tradicionalmente la pertenencia a una empresa con una «marca importante» era suficiente para motivar a los empleados, hoy los jóvenes exigen más, como recibir estímulos constantes, participar en la toma de decisiones a través de la inclusión en grupos interjerárquicos, una relación de empatía con los compañeros y jefes y reconocimiento público de sus logros.
«Algunos de los antiguos incentivos, como tener una oficina propia, ya no significan nada para los jóvenes, que prefieren trabajar todos juntos en una gran mesa», ilustró Daniel Iriarte, director asociado de Glue Executive Search, consultora especialista en recursos humanos.
Según explicó Melamed, los millennials buscan sumar «experiencias diferentes» a lo largo de su vida. Y cuando una empresa no logra ofrecer nuevos desafíos, los jóvenes intentan cambiar de trabajo.
«El costo de perder un talento equivale de seis a 24 sueldos mensuales», sostuvo María Fernanda Álvarez Apa, gerente de People & Change de PwC Argentina. Según explicó, a un empleado nuevo suele tomarle unos seis meses aprender los procedimientos para ejecutar sus tareas, pero con frecuencia algún tiempo después de cumplido ese plazo renuncia. Luego la empresa debe empezar otra búsqueda y aguardar la nueva adaptación.
«Se calcula que hoy un joven de 25 años puede permanecer entre dos y tres años en un trabajo antes de cambiar», afirma Andrés Mascó, head hunter de MR Partners, consultora en recursos humanos.
Rodrigo Canessa, ingeniero industrial, no les teme a los cambios: ya pasó por ocho empresas, muchas de ellas de primer nivel: «No me da miedo cambiar porque sé que tengo una gran facilidad para incorporarme a nuevos grupos». Agregó que a la hora de elegir un empleo evalúa sobre todo tres factores: la proyección que el cargo pueda ofrecerle, la posibilidad de participar en las mesas chicas de toma de decisiones y un reconocimiento salarial justo.
«Si veo que como mucho en dos años el puesto no tiene una clara proyección, me voy», añadió Canessa. Cada uno de sus ocho cambios, además, significó un salto salarial. Actualmente trabaja para el gobierno nacional en el Puerto de Buenos Aires.
Aunque muchas empresas se esfuerzan por seducir a los empleados jóvenes con incentivos de distinto tipo, a veces ni siquiera eso es suficiente. Juan Paladini, de 31 años, licenciado en Administración de Empresas, contó que dejó su trabajo en una empresa líder en servicios tecnológicos a pesar de que tenía la posibilidad de trabajar dos días a la semana desde su casa, sus jefes eran flexibles y de que logró ascensos rápidamente (dos veces fue incluido en el «top 5» de los empleados mejor ranqueados). La razón: a los seis meses de ingresar en esa compañía sintió que «la curva de aprendizaje se había agotado» y decidió buscar otra cosa.
«Cada cambio de trabajo fue como patear el tablero», dijo Paladini, que se fue corriendo de un área técnica y analítica -el análisis de fusiones y adquisiciones de empresas- a otra mucho más «relacional»: ahora trabaja seleccionando personal para empresas en la consultora de reclutamiento Michael Page. «Por primera vez estoy donde quería», celebra.
«Los currículums de los jóvenes son cada vez más abultados debido a la suma de experiencias», admitió a LA NACION el gerente de recursos humanos de una importante empresa multinacional.
Otra de las principales causas que explican la alta rotación laboral es la tendencia creciente al emprendedorismo: ser su propio jefe. Para 2030, se calcula que el 66% de la población mundial será su propia empleadora, según datos presentados en julio en el Congreso de Educación y Desarrollo Económico por su presidente, Juan María Segura.
Así imagina su futuro Magdalena Dodds, licenciada en Enfermería, que con 30 años acumula cinco experiencias laborales en su rubro: «Me gustaría crear una pequeña empresa con algunos socios para enseñar primeros auxilios en colegios, barrios cerrados y grupos de madres». Hoy trabaja seis horas diarias en relación de dependencia, pero dice que a su propio proyecto estaría dispuesta a dedicarle mucho más tiempo.
«Antes se valoraban más la antigüedad y la fortaleza de las compañías. Pero esos valores van quedando desplazados por otros, como la transparencia, la responsabilidad social empresaria y la calidad del vínculo con los compañeros», dijo Alejandro Mascó, head hunter de MR Partners. Añadió que la generación Y no negocia con los jefes y rechaza a quienes no demuestran creatividad y flexibilidad. «El modelo de líder omnipotente e intransigente ya resulta inviable», precisó.
Magdalena Dodds también menciona ese factor. La falta de empatía con su jefa y con el equipo de trabajo terminó por convencerla de dejar su puesto en una empresa multinacional de la industria farmacéutica.
Varios especialistas coincidieron en que esta cultura de cambio vertiginoso es propia de la era digital; manda la instantaneidad. «A un millennial le resulta difícil fijarse objetivos a cinco años. Cuando piensan a futuro, lo hacen con plazos mucho más cortos», opinó el gerente de operaciones de una empresa química multinacional. Melamed, en tanto, señaló que se trata de una generación que sube una foto a Facebook y «a los dos minutos ya espera recibir una catarata de likes».
Para Carlos F. De Angelis, sociólogo y profesor de opinión pública, la economía vira de la «cinta de montaje chaplinesca» al «proyecto», forma productiva de colaboración de carácter efímero. «La modalidad anterior, de trabajo de por vida y forma de ingreso basada en el salario, tenía incorporada la idea de la estabilidad, mientras que la nueva incorpora otras tensiones y formas de competencia que tienen como aspecto paradójico el fin del tiempo libre y la caída de la frontera entre espacio laboral y de ocio», concluyó De Angelis.
Casos como el de José Auletta, que desde 1938 trabaja en una escribanía, son propios de una época que parece haberse ido para siempre.
El fenónemo en números
7 Trabajos
En promedio, es lo que se estima tendrá a lo largo de su carrera un joven de la Generación Y, nacidos entre 1980 y 1999.
66 por ciento
De la población mundial será su propia empleadora para 2030, según anticipan especialistas en trabajo.
Nómades digitales, un nuevo modelo para trabajar con independencia
Por Marilina Esquivel.
Como freelancers y autónomos, los jóvenes se resisten a emplearse dentro de una empresa de 9 a 18?y ofrecen su expertise mientras viajan por el mundo.
«Un trabajo fijo es lo peor de la vida.» La opinión de David Maillard, un experto en sistemas belga de 36 años que hace tres dejó su país natal para brindar servicios de desarrollo de sitios y de cloud computing a clientes de todo el mundo mientras vive y viaja por Brasil, resume simplificadamente el pensamiento de muchos nómadas digitales.
Se trata de jóvenes, generalmente de las generaciones Y y Z (es decir de hasta 32 años, aunque el caso de Maillard demuestra que los hay más grandes), que recorren el mundo de manera económica y aprovechan los recursos de la tecnología para estar siempre conectados y seguir trabajando a distancia. Son personas que pueden cerrar un trato en Buenos Aires desde una playa tailandesa o hacer una videoconferencia con un cliente texano sentados en un café cercano al Museo de Orsay mientras conocen gente interesante y se nutren de nuevas experiencias y formas de pensamiento.
«Me había quedado sin trabajo y pensé que era joven y no quería una vida aburrida en un solo lugar. De joven siempre he viajado. Cuando llegué a Brasil busqué un trabajo normal, pero fue muy difícil y empecé como freelancer. Los primeros meses fueron horribles. Estuve obligado a aceptar muy malas pagas por hasta 18 horas de trabajo por día. Pero esa es la manera de construir tu reputación y después podés elegir«, dice Maillard por videoconferencia. Hoy afirma que no cambiaría su forma de vida por nada. «Tal vez no recibo un gran cheque a fin de mes, pero compro mi libertad. No tengo jefes y estoy donde quiero cuando quiero. Sólo necesito contestar mis emails y tomar las llamadas de Skype. Es cierto que algunos clientes nuevos preguntan dónde estoy y tienen ciertos reparos, pero cuando ven que estoy disponible siempre se les van las dudas«, comenta.
Trabajar de esta manera parece un lujo para pocos, ya que la mayoría de los profesionales -y mucho más empleados y operarios- siguen atados a un lugar fijo de trabajo, pero en la Web hay varios ejemplos de jóvenes que indican lo contrario. De hecho, Dan Andrews y Alex McQuade, fundador y editor, respectivamente, de Tropical MBA, un sitio de servicios y networking para emprendedores, escribieron La guía del nómada digital: lanzá tu negocio desde cualquier lado en 30 días. Con experiencia de alrededor de siete años en el camino brindan claves para hacer posible la transición del trabajo de 9 a 18 a la ruta.
El modelo funciona con personas autónomas que se vinculan con algún eslabón de una cadena de valor. «Son jóvenes que nacieron con la computadora bajo el brazo, hacen un uso intensivo de las redes sociales y logran un equilibro entre sus deseos de viajar y relacionarse con gente y trabajar. Antes uno se tomaba un año sabático para viajar y no trabajar, ahora se combinan las dos cosas«, explica Sebastián Siseles, director regional para América latina de la plataforma Freelancer.com
La de Maillard es una de las profesiones que pueden ser ejercidas desde cualquier lugar. Además de programadores y consultores en servicios digitales y tecnológicos, entre los nómadas digitales hay profesionales relacionados con la educación, comunicación, traducción, el diseño, la fotografía y el marketing digital, entre otros. Son trabajadores del conocimiento en un mundo global.
La vinculación innata con lo digital se denota en que estos jóvenes usan todo tipo de tecnología, no sólo las que les permiten trabajar como las de conexión y plataformas de intercambio de servicios. Las utilizan para encontrar dónde vivir, por ejemplo en los sitios Airbnb y Couchsurfing, mediante los que pueden rentar desde habitaciones hasta sofás en casas de extraños. «También para moverse, por ejemplo, mediante el sitio de Uber y para educarse online. Habrá una explosión de los cursos a distancia. Khan Academy y UdaCity son dos plataformas de educación digital que están creciendo tremendamente«, asegura Siseles sobre el sitio creado por Salman Khan, egresado del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard que ofrece videos educativos gratuitos para escolares y sobre la empresa online que brinda cursos de tecnología brindados por empresas reconocidas del sector, respectivamente.
Carlos Biscay, director de la empresa de educación online e-ABC, apunta que la tasa de crecimiento de demanda del e-learning en América latina es del 14% anual, y que parte de su revolución se basa en que hay una nueva valoración de esta modalidad de aprendizaje. «Hace unos años, las opciones virtuales eran miradas como de menor nivel, pero hoy sabemos que pueden ser igual o más exigentes que los presenciales. Hoy, los títulos no hacen referencia a si son virtuales, presenciales o un mix«, asegura.
Las herramientas mencionadas marcan otra característica de la forma de vida de los nómadas digitales: la colaboración, que también se ve en que muchos recurren al coworking, es decir comparten la oficina, recursos tecnológicos y salas de reuniones con personas que pertenecen a otras empresas.
Para Paula Molinari, directora de la consultora Whalecom, que este año lanzará su nuevo libro Tu trabajo ideal, más que dominio de la tecnología, estos jóvenes deben conquistar su autonomía. «Se plantean su propio ritmo de trabajo y se organizan en torno de ellos. Tienen la capacidad de no tener un jefe cerca«, define.
No es para todos
Quien guste de ir a una oficina de 9 a 18 no va a encontrar satisfacción en el neonomadismo. La economía suele ser ajustada y, por eso, es esencial ser un excelente planificador. «Todo cuesta dinero, más cuando viajás. Necesitás recibir ingresos de diferentes fuentes. Además depende de vos construir tu red de contactos. Y siempre tenés que tratar muy bien a tu equipo tecnológico«, recomienda Maillard, que publicita sus servicios en Freelancer.com, entre otros canales.
«Otra limitante de este estilo de vida es que es difícil mantener algunas relaciones personales«, apunta Siseles. También hay que tener en cuenta que en el camino no siempre es posible ser tan productivo como desde una oficina.
En ocasiones son necesarios nervios de acero. Los esposos Jeremy y Sondra Orozco contaron sus peripecias como nómadas digitales (él está escribiendo un libro y ella es productora) durante seis meses en Vietnam en un blog del sitio de la plataforma de contratación de independientes oDesk. «Tuvimos nuestros momentos de pánico cuando nuestro lugar de trabajo fallaba. Cuando teníamos una mala conexión a Internet, nos faltaba intimidad para hacer una videollamada o nos sentábamos en sillas desvencijadas más bien aptas para una fiesta infantil pensábamos si tendríamos que irnos a una oficina tradicional«, relatan aunque aseguran que su experiencia fue positiva.
El concepto de nómada digital no es nuevo, pero su viabilidad es cada vez mayor y se da en un marco de una revolución más amplia delrepite trabajo y un mercado de trabajo que acepta el cambio.«Es difícil tener un trabajo regular en esta economía. Las empresas, presionadas por los impuestos, no quieren contratar gente y prefieren profesionales externos. En el futuro habrá más freelancers y nómadas digitales«, pronostica Maillard.
Aunque suelen echar raíces en algún lugar, estas personas siguen trabajando de manera independiente. «El nómada digital es un espíritu muy libre y es difícil emplearlo -asegura Siseles-. Los trabajos tradicionales no los atrapan, pero son buenos para las empresas porque ir por el mundo les da cierta macrovisión y creatividad que otros no tienen.»
El mundo laboral no deja de evolucionar. La globalización, los cambios económicos y sociales y la progresiva incorporación de las nuevas tecnologías, están cambiando la forma de trabajar y de entender el trabajo.
Hoy en día, cualquier marca puede dar respuesta a las demandas de sus consumidores en milésimas de segundo; esto exige un equipo de trabajo comprometido y preparado para este nuevo ritmo. Ahora las empresas buscan empleados más satisfechos, motivados y productivos, que ayuden a construir la marca, también en el ámbito digital.
1. Big Data, Internet of Things, robótica, dispositivos móviles, etc.: Estas nuevas tendencias tendrán, sin duda, un impacto muy alto en el empleo del futuro. No sólo por la necesidad de contar con expertos que gestionen, controlen y actualicen todo aquello que tenga que ver con las mismas, sino también porque los procesos de trabajo también se verán afectados por conceptos como la movilidad y el trabajo en equipo.
2. Los Millennials, futuro del mercado laboral: Se trata de perfiles altamente preparados, versados en tecnología, que cuentan con una mentalidad disruptiva frente al modelo tradicional y que, según las predicciones, supondrán el 75% de la población activa en 2025. Buscan participar en la toma de decisiones, exigen transparencia en la gestión empresarial, no son partidarios de las jerarquías y creen en un sistema basado en la conciliación y la búsqueda de la felicidad. En definitiva, una generación que primará un entorno laboral donde se “desee” trabajar, no donde se “necesite” trabajar.
3. Productividad como mayor indicador de eficiencia: Menor sentimiento de control y mayor rendimiento son las principales razones que están llevando a las empresas a medir la eficiencia de sus empleados en términos de productividad y no en las horas que pasan en el lugar de trabajo. Esto permitirá una mejor gestión del tiempo, una mayor efectividad y un aumento de motivación de los trabajadores.
4. Gestión del talento: La competencia por el talento se está convirtiendo en una de las principales prioridades de las empresas. Muchas organizaciones están perdiendo a sus empleados más talentosos a manos de sus competidores, por lo que retener a este tipo de perfiles ayudando a que desarrollen su potencial, premiando su esfuerzo y contribución a la empresa o mediante la formación in company será clave.
5. Aumento de la movilidad: Con internet, cada vez será más habitual trabajar en otros lugares a parte de en la oficina [teletrabajo]. La movilidad empresarial otorga a los empleados la posibilidad de acceder a toda la información laboral, así como al escritorio corporativo, sin ningún riesgo y desde cualquier parte del mundo gracias a la proliferación de los dispositivos móviles. ¿Sus beneficios? Favorece la implicación de los empleados, mejora la conciliación, potencia la concentración y la creatividad y optimiza la gestión del tiempo.
6. Trabajo en equipo: Este dinamismo laboral provocará un cambio de tendencia del individualismo al trabajo en grupo. Una nueva forma de organizar las tareas en la que si todos trabajamos juntos compartiendo las mismas metas de la organización, los resultados serán mucho más satisfactorios. Facilita la creación de un clima de confianza, ayuda a compartir conocimientos, motiva y promueve la convivencia.
7. Mayor flexibilidad en el mercado de trabajo: Cambiar de funciones, trabajos y lugar de residencia será lo habitual. El empleo para toda la vida en una misma empresa morirá y será más habitual trabajar para varios empleadores y a través de redes de colaboración profesional. Predominará la flexibilidad porque la realidad y la vida en su totalidad serán cada vez más flexibles.
8. Auge del coworking: Se trata de una modalidad laboral que permite que varios profesionales independientes (autónomos, emprendedores, empresarios…) de diferentes sectores compartan un mismo espacio de trabajo, físico y virtual, ahorren costes de mantenimiento (luz, alquiler, internet…) y disfruten de un ecosistema de colaboración. Supone un aumento de la flexibilización laboral y ayuda a fomentar la productividad y creatividad.
9. La mujer como nueva fuerza laboral: Las mujeres irán adquiriendo cada vez más puestos de poder, lo que llevará a que descienda la brecha entre géneros en cuanto a funciones de responsabilidad y salarios.
10. Preocupación por la salud y bienestar de los empleados: Las compañías han comenzado a tomar conciencia de la importancia de cuidar a su plantilla, para lo que es importante tener en cuenta su salud física y mental. Por ello, están comenzando a incluir entre sus políticas y beneficios ciertos servicios relacionados con la nutrición, la prevención del estrés y la gestión del estado anímico, los buenos hábitos en el día a día y la actividad física.
Por Intenet, ya hay más de 200 mil argentinos que se «independizaron»
Por Marcelo Maller.
El fenómeno que crece. Lo muestra un estudio del sitio Freelancer. Son personas que trabajan por su cuenta a través de la web. En su mayoría, son hombres de entre 18 y 37 años. Se estima que ganan en promedio $ 145 por hora.
El trabajo en la web y con las nuevas tecnologías, ayudan a trabajar en casa.
La web no sólo puede resultar atractiva para comunicarse, divertirse o aprender. También es utilizada para ganarse el pan. Y en nuestro país, según Freelancer.com, la plataforma más grande del mundo de empleo independiente, hay 200 mil personas que trabajan en forma independiente en Internet.
Hoy es el Día Mundial de Internet y como homenaje, el sitio señala que hay alrededor de 19 millones de personas que ofrecen su know how a través de la web.
La mayor parte de los que trabajan en forma virtual, sin asistir a una oficina, son millennials (74%): en su mayoría hombres entre 18 y 37 años, nativos tecnológicos y que eligen mayormente trabajos relacionados al diseño digital y la programación.
En tanto las mujeres de esta generación se destacan en diseño gráfico, community management, fotografía, redacción de contenidos y marketing en redes sociales. Ellos, en su conjunto, han sido la franja que más creció en el último año, confirmando que los más jóvenes conciben el mundo y la rutina laboral de distinta manera a la que lo hacían sus padres o abuelos.
Es que la llegada de Internet, hace 20 años, cambió la manera de comunicarse entre las personas, inicialmente generando vínculos y luego transacciones a través de diversas aplicaciones. El e-commerce, a su vez, crece año a año en todo el mundo y ya no sólo se trata de la compra y venta de productos sino también de servicios.
¿Cómo se distribuyen los internautas que trabajan en Argentina? El 35% en el Gran Buenos Aires, el 15% en la Ciudad de Buenos Aires, el 12% en Córdoba, 7% Rosario, y el resto en el interior del país, principalmente en Mar del Plata, La Plata, Santa Fe, Mendoza, Tandil y Bahía Blanca.
Además se estima que sus honorarios, trabajando un promedio de 8 horas diarias los 5 días a la semana, es de unos 10 dólares por hora, es decir unos 145 pesos. ¿Cómo es el sueldo en comparación con otras partes del mundo) En Freelancer.com, el promedio de honorarios es de 200 dólares por un trabajo que puede durar, en promedio, 4 días y en forma no exclusiva.
La velocidad de las comunicaciones y sobre todo la globalización, hace que los argentinos sean solicitados desde el exterior en forma continua por Estados Unidos, Australia, España, Reino Unido, India, México, Canadá, Colombia.
Yo no me había dado cuenta pero he sido diagnosticado como nomofóbico. Lo he aceptado con tremenda resignación, aunque para esta enfermedad no haya cura alguna.
Como somos muchos los que la padecemos es considerada “la enfermedad del siglo XXI”. La nomofobia se ha determinado como un nuevo trastorno que consiste en tener un miedo irracional a no llevar el teléfono móvil con uno todo el tiempo. Es una abreviacion de la expresión inglesa “no–mobile-phone phobia”.
Los smartphone son más usados por los jóvenes de 16 a 34 años de edad. (Más que la TV)
La movilidad llegó para quedarse
Los nuevos teléfonos móviles nos mantienen conectados permanentemente con nuestro entorno. Nuestra vida está pasando a ser completamente móvil. No sólo hablamos, también caminamos, comemos y dormimos con nuestros teléfonos móviles.
El nuevo estilo de vida que ha generado esta tendencia se la ha llamado Life Mobile Style, el cual se encuentra modificando el comportamiento, las formas consumo, el uso de las tecnologías, la forma ejercer las profesiones y de trabajar.
La movilidad nace de la necesidad
El teléfono móvil, la billetera y las llaves, son las tres cosas, en las que primero pensamos, cuando salimos de casa o del trabajo.
La movilidad nace de la necesidad de la comunicación permanente y ubicua. Al igual que mucha otra tecnologías que nos han llegado a los civiles, han sido generadas por las contiendas bélicas. En el caso de los teléfonos móviles, es la necesidad de comunicación rápida entre militares que se da desde la Segunda Guerra Mundial. Luego de ella, los que volvieron a casa, quisieron seguir teniendo esas facilidades de comunicación que tuvieron en combate.
Movilidad en los Negocios
El personal de las empresas tienen ahora la capacidad de comunicarse no solo cuando se encuentran en sus escritorios. Esto ha dado origen al personal móvil, que pueden trabajar dede sus casas, desde cafeterías, cuartos de hoteles, o cualquier lugar donde tengan conexión Internet.
Es la necesidad de más amplia y mejor comunicación, la que crea la necesidad de ampliar la red de datos a voz, video y conferencia en vivo y a todo color.
Hoy es posible comunicarse, con un equipo móvil, de las misma forna que se hace desde cualquier computadora de escritorio que existen en las oficinas usando la linea completa de opciones: Correo electrónico, llamadas entre equipos (voz y video), llamadas de móvil a teléfonos fijos. leer, editar y compartir documentos, Iniciar y acceder a conferencias Web, envió y recepción de mensajes (IM y SMS).
Nace el Marketing Móvil
Un enorme mercado en pleno crecimiento
La revolución móvil está teniendo un profundo impacto en los consumidores y los negocios. Estar siempre “on” con nuestros dispositivos le abren grandes oportunidades, a las marcas y anunciantes para desarrollar un nuevo tipo de relación, muy cercana, con clientes y consumidores.
Numerosos estudios muestran que los consumidores están utilizando cada vez más los dispositivos móviles para buscar productos y servicios y consecuentemente para comprarlos.
Son muchas las empresas que lo han entendido y están pensando muy en serio en el marketing-móvil, que ha llegado, junto con la exagerada abundancia de los equipos móviles, a nuestros países de habla hispana.
La Comunicación es móvil
Los métodos de comunicación como los mensajes de texto, correo electrónico y mensajería instantánea se han convertido cada vez más popular en los últimos diez años, gracias a los teléfonos móviles. Han reemplazado, en un alto porcentaje, las llamadas de voz.
La mensajería de texto es ahora casi universal entre los menores de 55 años. Más de la mitad, de los usuarios de teléfonos móviles, están ahora enviando correos electrónicos con sus dispositivos en forma regular y constante.
Trabajar desde la casa tiene ventajas, pero es una modalidad que no es para todo el mundo.
Por Jeanne Sahadi.
(CNNMoney) — Imagina lo que sería trabajar a tiempo completo y con beneficios desde tu casa, el parque o la cima de tu montaña favorita.
Suena como el nirvana a los oídos de cualquiera que sufra los desgastantes viajes diarios, para quien encuentra difícil realizar el trabajo en la oficina o, simplemente, necesita más flexibilidad para atender las necesidades de la familia.
Sin embargo, el llamado home office o trabajo a distancia se ha convertido en una realidad para muchas personas.
Aunque en Estados Unidos sólo 4,5% de los empleados a tiempo completo laboran a distancia cada día, un número creciente de empresas están entregándose de lleno al trabajo remoto, afirma Sara Sutton Fell, CEO de FlexJobs.
Es decir, no hay una oficina de la compañía o una sede. En su lugar, el personal trabaja desde cualquier lugar que deseen. Incluso, pueden vivir en diferentes zonas horarias. Algunas empresas ya tienen departamentos enteros que trabajan de forma remota.
Y la tecnología es esencial para lograrlo. Pero los trabajos a distancia no son sólo para los expertos en esta área. Contadores, abogados, grupos de base, especialistas en viajes, educadores, vendedores, consultores o escritores, por ejemplo, se encuentran entre los que tienen empleos de cuello blanco a tiempo completo y con beneficios en compañías que han adoptado las ventajas y riesgos del trabajo a distancia.
La ventaja económica de no tener una oficina
Quienes dirigen empresas donde el trabajo es remoto argumentan que esto los ayuda a reclutar a los mejores talentos de cualquier parte del país o del mundo. También permite ahorrar costos, ya que hay menos gastos gravosos. Sin oficinas centrales, no hay que pagar alquiler.
Además, puede ser más fácil evaluar claramente el desempeño del empleado.
«En una oficina es fácil parecer ocupado en un escritorio. En línea, tienes que sacar el trabajo», dijo Aaron Bright, director de Hippo Education, que produce videos educativos y podcasts para médicos.
Pero el trabajo a distancia puede ser un desafío incluso para los empleados más productivos si la empresa no tiene una buena gerencia. Los directivos tienen que apoyar a los trabajadores comunicando claramente las expectativas, ofreciendo retroalimentación regular y directrices claras sobre los plazos, explicó Sutton Fell, quien también fundó Remote.co y asesora a empresas sobre el trabajo a distancia.
Para los empleados, la principal ventaja es una mayor flexibilidad. Las jornadas pueden ser largas pero tienen un mayor margen de maniobra para distribuir las horas. Algunos de los empleados de Sutton Fell, por ejemplo, se toman un par de horas a mitad del día.
Bright dice que él no lleva registro de las horas de sus colaboradores. Y no le importa si prefieren trabajar temprano en la mañana o tarde en la noche.
Sin embargo, admite que la empresa tuvo problemas al principio con el hecho de que los empleados vivían en zonas horarias que tenían una diferencia de hasta cuatro horas. Pero ahora lo ve como un punto a favor, ya que por lo general siempre hay alguien laborando después de las horas ‘normales’ de oficina.
Por su parte, Sutton Fell recomienda que las empresas establezcan al menos un par de horas comunes todos los días, cuando todo el personal esté disponible.
Del mismo modo, aconseja que las compañías realicen retiros un par de veces al año para que todos puedan pasar tiempo juntos en el mismo lugar.
Cuando el home office no funciona bien
No todo el mundo está hecho para el trabajo a distancia. A lo mejor quieres que te devuelvan tu oficina si estás en las siguientes circunstancias:
1.- Te falta disciplina: Para muchos trabajadores ayuda mantener un horario regular casi todos los días incluso si esas horas no son las tradicionales de 9 a 5. Y es importante trabajar solamente durante esas horas y no verse distraído por el perro o los niños.
2.- No tienes un espacio exclusivo para trabajar: Tu casa, aunque sirva de oficina, debe seguir siendo un refugio del mundo. No arruines tu sofá favorito trabajando en él. Por lo menos reserva un escritorio y unos cajones, o mejor aún, toda una habitación con una puerta que se puede cerrar al final del día.
3.- Quieres compañía: Trabajar desde casa puede resultar muy solitario. Usar una computadora para todas las comunicaciones con los compañeros del trabajo no es lo mismo que tener una conversación cara a cara. Y salir a almorzar con un colega no será una opción a menos que sea tu vecino.
4.- No te concentras hasta que todo esté limpio: Algunas personas no pueden concentrarse cuando hay desorden a su alrededor. Así que si te pones a aspirar, sacudir y lavar apenas ves una pizca de polvo, trabajar desde casa podría enloquecerte.
Conozca por qué las oficinas están quedando obsoletas
La mayoría de las personas pasan trabajando. Muchos incluso pierden horas yendo al lugar donde pasan más tiempo: una oficina. Algunos aman sus trabajos, otros los odian. ¿Pero cuál es el futuro de la oficina con el avance de nuevas tecnologías?
En una nota titulada Cinco razones por las que las oficinas se volverán redundantes, la cadena de noticias CNN compiló las ideas que ejecutivos y expertos manejaron en Futurecast, una conocida conferencia de tecnología en Palo Alto, California.
¿Cuáles son los motivos por los que las oficinas quedarán obsoletas?
Las oficinas están pensadas como un lugar donde la compañía mantiene sus implementos técnicos para trabajar. Hoy en día la mayoría de nosotros llevamos dispositivos tecnológicos iguales o superiores a los que se encuentran en la mayoría de los lugares de trabajo. Incluso si las oficinas mejoraran tecnológicamente, siguen siendo un lugar fijo: en vez de aprovechar la conectividad y llevar el trabajo con nosotros, la oficina nos lleva y trae para trabajar.
Además, la oficina emplea personas para que cumplan un horario fijo. Con el aumento del auto-empleo y que la creatividad cada vez vale más que simplemente seguir las ordenes de un jefe, la idea del empleado que entra a las nueve y sale a las cinco va a contracorriente del futuro.
De acuerdo a algunas de las ideas compartidas en Futurecast, la sociedad va camino a dividirse en una elite de individuos creativos y habilidosos y un masa de empleados promedio que son menos valiosos. La oficina es el lugar de las empresas promedio, los empleados promedio y las ideas promedio.
Sin embargo, algunos advierten que es necesario reunir a un grupo de personas con distintas habilidades, sean excepcionales o promedio, para trabajar juntos. Por ende, la oficina todavía sería necesaria. Pese a esto, la conectividad que traen las nuevas tecnologías soluciona esto: de hecho, algunos empleados se comunican de manera más productiva a la distancia que en el mismo lugar. En algunos casos, como las videoconferencias, ahorran tiempo y dinero que de otra forma se gastaría en viajes.
Finalmente, la distinción entre el ocio y el trabajo es cada vez más difusa. Los correos electrónicos, para bien o para mal, hacen que las personas se lleven su trabajo a casa lo quieran o no. El problema es que en vez de potenciar esta herramienta, la mayoría de las empresas la usan de forma accesoria y se vuelve más una molestia para los trabajadores.
En la práctica, las oficinas ya están desapareciendo de a poco, sólo que experimentan una muerte lenta y silenciosa en vez de una ruidosa y espectacular.
Office Space conocida en el mundo hispano de Estados Unidos como Cubículos de la oficina, en España como Trabajo basura y en algunos países de Hispanoamérica como Enredos de oficina es una película cómica de Estados Unidos escrita y dirigida por Mike Judge. Es una sátira sobre el trabajo rutinario en una compañía de software a final de los años noventa, enfocándose en un puñado de individuos que están hartos de su trabajo. La representación de ordinarios trabajadores de la IT ha ganado un seguimiento de culto entre aquellos en esa profesión, pero también toca temas familiares para trabajadores de oficina y empleados en general. Fue filmada en Austin, Dallas y Houston (Texas).
Office Space está basada en la serie de caricaturas de Milton creada por Mike Judge. Office Space fue la primera incursión de una película de acción en vivo para Mike Judge y su segunda película distribuida (siendo la primera la película animada Beavis and Butthead Do America).
La historia comienza un lunes laboral cualquiera: los tres personajes principales lidian con el tráfico matutino: Peter (Ron Livingston) cambia constantemente de carril en la carretera para acabar en el que menos avanza y se da cuenta que el anciano que camina por la acera con ayuda de una andadera avanza más rápido que cualquiera de los automovilistas, Michael (David Herman) escucha un CD de Scarface, concretamente la canción «No Tears» a todo volumen, cantando al unísono, hasta que pasa junto a un vendedor callejero afro-estadounidense, el cual logra intimidarlo lo suficiente como para bajar el volumen del estéreo y activar los seguros de las puertas de su coche, y Samir (Ajay Naidu) prefiere tragarse su frustación por el tráfico hasta que explota golpeando el volante y maldiciendo sin parar.
Ya en la oficina, Peter es recibido por la usual descarga eléctrica que recibe cuando abre la puerta que conduce a los cubículos y es reprendido (por su jefe inmediato, el jefe de departamento y un tercer jefe que le llama por teléfono) por haber olvidado una portada en un informe.
La escena en la que Peter, Michael y Samir destrozan la impresora del trabajo con la canción Still de Geto Boys es parodiada en el capítulo 2 de la séptima temporada de Family Guy, en la que Brian y Stewie destrozan el disco de Surfin’ Bird de Peter.