CFK la abogada que nunca fue

 

Cristina Kirchner, quien asegura haberse recibido en la Universidad Nacional de La Plata, a pesar de que todas las pruebas indican que jamás terminó esa carrera.

En realidad, no hacen falta demasiados documentos ni fuentes de información para detectar que la Presidenta no tiene real conocimiento de lo que es el Derecho. Sus propios discursos muestran su paupérrimo conocimiento ad hoc. Cristina ha llegado a ruborizar a propios y ajenos cuando llegó al extremo de confundir el término «sindicación» con «sindicalización». Lo hizo en media docena de oportunidades, en el marco de la trunca denuncia contra Papel Prensa por cadena nacional.

JUSTIFICA SU PATRIMONIO DICIENDO QUE ES ABOGADA


Por ese y otros motivos, ante la imposibilidad de mostrar título o certificado analítico alguno, la Presidenta optó por refrendar el decreto 2810/09A, que permite a los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional a poner su firma sin que a esta anteceda su calificación profesional.

Teniendo en cuenta que oportunamente se ha descalificado a Juan Carlos Blumberg por haber ostentado un título de ingeniero que en realidad no poseía y que algo similar se hizo con la figura de Jorge Telerman, Cristina debería sufrir el mismo escarnio público que estos debieron tolerar en su momento.

Sin embargo, ello no ocurre; no solo porque la Justicia no se atreve a avanzar contra ningún funcionario relevante del poder de turno, sino porque ningún referente de la oposición se ha animado a embanderarse en esa empresa, que develaría la más grande de las estafas al pueblo argentino.

Se ofreció toda la evidencia de este escándalo a Elisa Carrió, a través de algunos de sus referentes más cercanos; pero la líder de Coalición Cívica consideró que el tema no tenía relevancia tal como para prestarle su atención.

presidencia

La trama comenzó en agosto del año 2004, cuando un importante ministro —enojado porque fue dejado afuera de un importante negocio oficial— se despachó ante tres periodistas de TDP respecto a la corrupción del kirchnerismo y lanzó al final una dura advertencia: «Que no me rompan las pelotas porque si no cuento que Cristina es abogada trucha».

Las dudas que Cristina nunca aclaró sobre su carrera de «exitosa abogada»

Incógnitas sobre su título y silencio de la Universidad de La Plata. Perfil.com accedió a sus matrículas en Santa Cruz.

Trucha

El silenciado tema lo resucitó la propia Presidenta en la fatídica noche de Harvard. «Fui una exitosa abogada», dijo para justificar su crecimiento patrimonial. Es que la graduación de Cristina Fernández de Kirchner en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) se mantuvo como un secreto de Estado y no fue hasta 2007, y por orden judicial, que la UNLP difundió un documento que probara la titulación de la entonces senadora.

Perfil.com accedió a dos documentos que pondrían fin a las sospechas que generó aquel secretismo ordenado desde la Rosasa. Cristina Elisabet Fernández figura en el padrón de letrados de la Justicia de Santa Cruz con la matricula 10.433.615, inscrita el 12 de febrero de 1980 (Tomo II Folio 160) y graduada el 1º de octubre de 1979.

El expediente de Cristina en Río Gallegos está custodiado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). La Corte santacruceña, controlada por los Kirchner desde 1991, nunca dio en mano esa carpeta. Al no haber un colegio de abogados en Santa Cruz -la única provincia sin abogacía colegiada en todo el país-, los letrados titulados deben ser aprobados por el TSJ.

A su vez, fuentes judiciales de Santa Cruz informaron a este portal que la Jefa de Estado también se inscribió el 7 de octubre de 1985 ante la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia (Tomo 57 Folio 322) para poder ejercer como apoderada legal también en los fueros federales.

De todos modos, la revista Noticias precisó que la Presidenta tuvo un rol secundario en el estudio jurídico de Néstor Kirchner y el abogado Domingo Ortiz de Zárate. Sólo realizó un puñado de defensas a inicios de los ’80. En 1987 Néstor Kirchner se convirtió en intendente de Río Gallegos y el matrimonio abandonó para siempre la abogacía.

No obstante, de la Asociación de Abogados de Río Gallegos indicaron a este medio que la Presidenta no canceló su matricula ni que tampoco posee observaciones en su expediente a 25 años de abandonar la profesión.

Silencio y sospechas

Durante la campaña presidencial de 2007, el portal Tribuna de Periodistas puso en duda que Cristina hubiera acabado la carrera. De hecho, el apoderado legal de ese sitio, Fabián Bergenfeld, denunció a la entonces Primera Dama por «usurpación de título y honores» al negarle la Universidad de La Plata el título o analítico de materias que probaran la graduación de Cristina.

La querella recayó, cuándo no, en el juzgado de Norberto Oyarbide. En una medida hoy impensada, el polémico magistrado federal ordenó a la UNLP que hiciera una copia del certificado de estudios acabados. El tema comenzó a circular en los medios y el nerviosismo en la Rosada obligó a que la universidad diera a conocer ese documento, también por un pedido del entonces periodista de Noticias, Darío Gallo.

El certificado generó algunos comentarios en esas redacciones: la línea escrita a máquina en la que figura su fecha de nacimiento y número de matrícula pareciera estar borroneada, al igual que el espacio reservado para la fecha de expedición del título. En ese certificado aparece el 1º de octubre de 1979 como fecha de terminación de la carrera. Ese día, de todos formas, coincide con el padrón del TSJ de Santa Cruz que accedió en exclusiva Perfil.com.

Esta semana este portal solicitó a la UNLP que le brindara otro documento o listado de egresados donde figurara la Presidenta, pero se lo negaron. Eso sí, el vocero de la UNLP, Gonzalo Albina, aclaró a este medio que los títulos de abogados de Cristina y Néstor Kirchner están guardados en el propio archivo de Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y no bajo llave en una caja fuerte en un banco de La Plata, tal como se rumoreó a mediados de 2007.

Materias libres. En 1979, la carrera de Abogacía en la kirchnerizada UNLP se realizaba por «cursos de promoción sin examen», no con materias a cursar de forma presencial dado que no había aulas suficientes para todos los estudiantes. Los Kirchner migraron a Santa Cruz en 1976 y entonces Cristina no había terminado la carrera. Él, sí.

En esa primera etapa de estudios, Cristina conoció a Carlos Betini, hoy embajador en España (su padre, entonces Fiscal Federal de La Plata fue desaparecido en 1977), el diputado Carlos «Cuto» Moreno y supieron por primera vez del militante Carlos Kunkel.

Una abogada que en 1979 compartió el Pensionado María Auxiliadora en La Plata con María Cristina Kirchner, la desconocida hermana menor de Néstor y Alicia, contó a Perfil.com que a mediados de ese año María Cristina «Macri» Kirchner le confió que la novia de su hermano, Cristina Elisabet, «le faltaban varias materias para terminar la carrera, lo dijo en plural».

Según relató la letrada a este portal, la hermana menor de Néstor Kirchner -mientras estudiaba Bioquímica- le contó que «Cristina no tenía ganas de terminar su carrera y fue su hermana Giselle la que insistió para que culminara los estudios». ¿Y cómo hizo la Jefa de Estado para terminar Abogacía el 1 de octubre de 1979 si para mediados de ese año «le faltaban materias»?

«No es imposible, pero es muy raro que haya aprobado todas esas asignaturas en tan poco tiempo», estimó la fuente, quien pidió mantener su nombre en resguardo para no dañar su «buena relación» con «Macri».

Al parecer, Cristina habría viajado varias veces desde Río Gallegos a La Plata entre 1977 y 1979 -en el medio nació Máximo Kirchner- para rendir las asignaturas que adeudaba. No obstante, la ex compañera de «Macri» aseguró que la menor de los Kirchner en el pensionado nunca habló de los viajes de Cristina para dar los exámenes. Al igual que el título, la matrícula y el exponencial crecimiento de su fortuna, se trata de informaciones que la Presidenta nunca aclaró hasta el día de hoy.

senal-de-alertaMás evidencias:

1. No está inscripta en el colegio público de Abogados

Cristina «no está inscripta en el colegio público de Abogados de la Capital Federal ni en ningún Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires. En Río Gallegos, si bien no existe Colegio de Abogados, debería haberse inscripto en el Tribunal Superior de Justicia, lo cual no ha hecho jamás.

2. No está inscripta como abogada responsablemente autónoma ni como monotributista

No está inscripta como abogada responsablemente autónoma ni como monotributista, por lo que jamás pudo haber facturado en la profesión. Sólo aparece inscripta supuestamente como abogada en la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia bajo el Tomo 57 y el Folio 322, lo cual tampoco es muy claro, ya que nunca ejerció en dicho lugar».

3. Datos falsos

En la página del Colegio Público de Abogados de esa localidad, se podrá ver que el dato es falso.
Por las dudas, consultamos en su momento para saber si alguna vez Cristina Kirchner había sido registrada allí como abogada y por algún motivo su nombre fue luego retirado de la lista. La respuesta fue concluyente: no, nunca estuvo anotada.

Se rastreo en Comodoro Rivadavia a través de la consulta a otros estudios jurídicos y/o supuestos clientes que podría haber atendido. Toda pesquisa dio negativo.

Entonces, ¿a quién corresponde el tomo y folio que se arroga Cristina? Corresponde a una abogada de esa zona llamada Silvina García, dato sencillo de verificar por cualquiera que consulte al Colegio Público de esa localidad. No es la única falsificación que se llevó adelante para intentar cubrir la falta de titulación de Cristina.

4.  Ficha falsa de entrega de título

También se «truchó» la supuesta ficha de entrega de título de la Universidad de La Plata, tal cual puede verse a continuación.

Amén de que la fecha de pago y «remision al caligrafo» que muestra el documento es de un día feriado —12 de octubre—, donde no funcionaron las oficinas administrativas de esa casa de estudios, claramente se observa cómo se han borroneado los datos de su verdadero titular, Valentín Olmos, y se pusieron encima los de la hoy Presidenta de la Nación.

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La fecha de nacimiento está claramente escrita sobre otra anterior (19 de Febrero de 1953 es la fecha de nacimiento de CK pero abajo se ve borroneado un 10 de Agosto de 1989) y la matrícula que es el DNI de la Primera Dama está tipeada sobre otro número matrícula, que también está claramente borroneada.
Para poder probar la adulteración del documento debimos contratar —y costear— un perito calígrafo, quien no dejó de sorprenderse por lo burdo del “truchaje”.

¿Tan complicado era averiguar a quién pertenece la matrícula que se arroga la Presidenta? Para nada, solo hay que dirigirse a la calle Juan Monje Ortega 2839, en la provincia de Salta y hablar con el propio Olmos quien confirmará la adulteración de la que fue víctima.

5. No existe matriculación

La Presidente no figura en nómina de la Asociación de Abogados de Río Gallegos donde se decía que estaba.   http://www.derechoargentino.com.ar/lista-de-abogados

6. No hay constancia de existencia de ningún titulo

Como puede verse, el fraude es totalmente verificable. Lamentablemente, la única persona que podría desactivarlo es Cristina Kirchner mostrando su título o certificado analítico, cosa que jamás hará porque carece de ambos elementos.

Y allí aparece una duda esencial: ¿Nadie se preguntó por qué una persona como ella, que gusta ostentar como pocos, jamás hizo lo que haría cualquier abogado: colgar su título en una pared?
Las fuentes que consultamos los colegas que nos abocamos a investigar la supuesta titulación de Cristina fueron más de 30. Algunas hablaron a micrófono abierto y otras no se animaron, pero todos admitieron sus dudas respecto a que la hoy mandataria tenga un título profesional.

El ex vicegobernador de Santa Cruz, Eduardo Arnold; el abogado Domingo Zárate —ex socio de Néstor—; el periodista Daniel Gatti; el abogado Rafael Flores, el referente radical Jorge Vanossi, y muchos otros, son los que desconfían de Cristina. Este último fue incluso profesor de la Presidenta en la Universidad de La Plata y jura no recordar que se haya recibido. ¿Hace falta más evidencia?

Las dudas se acumulan sin cesar y empiezan a incomodar al poder. Por caso, ¿por qué la Universidad de La Plata insiste en no dar copias del analítico de Cristina o su diploma? Una veintena de veces pedimos copia de ambos documentos, pero la Facultad siempre se negó a entregarlos. Eso sí, una fuente de esa casa de estudios admitió en una de esas oportunidades que no existía ni título ni analítico. Esa grabación se presentó como prueba en el juicio iniciado por Christian Sanz junto al abogado Fabián Bergenfeld.

abogada

Perfil.com fue víctima de la misma negativa por parte de esa facultad: «Esta semana este portal solicitó a la UNLP que le brindara otro documento o listado de egresados donde figurara la Presidenta, pero se lo negaron». Tampoco quiso «colaborar» con la investigación el Ministerio de Educación, como se ve en el siguiente documento:

cristina fernández

En la nota de perfil aparece un dato revelador: «Una abogada que en 1979 compartió el Pensionado María Auxiliadora en La Plata con María Cristina Kirchner, la desconocida hermana menor de Néstor y Alicia, contó a Perfil.com que a mediados de ese año María Cristina ‘Macri’ Kirchner le confió que la novia de su hermano, Cristina Elisabet, ‘le faltaban varias materias para terminar la carrera, lo dijo en plural'».

«No es imposible, pero es muy raro que haya aprobado todas esas asignaturas en tan poco tiempo», estimó la fuente, quien pidió mantener su nombre en resguardo para no dañar su «buena relación» con «Macri». Siempre de acuerdo a lo publicado por Perfil.com. http://www.perfil.com/contenidos/2007/10/01/noticia_0051.html

Para terminar, quiero aportar dos reflexiones: primero, la mayoría de las mentiras detectadas en torno a la titulación de Cristina provienen de afirmaciones del propio Gobierno; segundo, en 2007 ofrecimos desde TDP 10 mil dólares a quien pudiera aportar una foto de graduación de Cristina.

El plan de De Vido para conseguirle un título

A falta de un título genuino, Cristina se planifico conseguir un título «honoris causa» en la universidad más antigua del planeta, la de Bologna. Así al menos lo ha referido diario La Nación el sábado 21 de mayo de 2011, al asegurar que «el Gobierno ha ido a pedir un doctorado honoris causa para su jefa».

El autor de la movida sería Julio De Vido, «quien buscó el auxilio de Telecom Italia, propietaria de Telecom Argentina», según consigna el matutino.

Son interesantes los motivos que enumera La Nación a la hora de explicar semejante decisión oficial: «Los esfuerzos de Cristina Kirchner por envolver su gestión en una aureola intelectual son conocidos. Sus discursos siempre tienen una pretensión teórica, y ella misma, rodeada de ‘cuadros técnicos universitarios’, se define hegeliana.

Con la campaña, llegó la hora de conseguir un reconocimiento a ese aporte conceptual.»
Elocuencia aparte.

Febrero de 2013 – La escritora y periodista platense, Graciela Brunetti, se mete de lleno con uno de los grandes misterios de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, su título universitario. (Ahora es Nuestra la Ciudad):

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Cuarta parte de la entrevista en Ahora es Nuestra la Ciudad con la escritora y periodista Graciela Brunetti del 8 de febrero del 2013:

 

Concluyendo

En cualquier otro lugar del mundo, una trama como la relatada habría generado un escándalo de tal magnitud que hubiera puesto en jaque a cualquier gobernante de turno. En la Argentina, como siempre, ocurre todo lo contrario. Ni la sociedad, ni la política, ni la Justicia, parecen interesados en develar cuestiones de esta índole y gravedad.

Eso habla de la idiosincracia del argentino medio, pero sobre todo explica el por qué de la decadencia del país, donde ciertos ilícitos son bien vistos y permitidos en el marco de lo que se denomina «viveza criolla».
Dentro de esa denominación, se suele encuadrar como «picardías» a diversos actos ilícitos, muchos de los cuales no solo están reñidos con la ética y la moral,sino que se encuentran debidamente configurados en el Código Penal vernáculo.

¿Está bien hacer apología de lo ilegal, con el nombre que a ello se quiera denominar? ¿Es un buen ejemplo para las generaciones venideras?

Es una inevitable contradicción aplaudir esos cuestionables actos y al mismo tiempo protestar por la corrupción que corroe a la Argentina. En realidad, es lo que explica esa misma corrupción. Mal que le pese a quien le pese.

CFK la abogada que nunca fue