Argentina: Estancada, pero en un buen nivel

febrero 18, 2013

Estancamiento
Por Enrique Szewach

Como usted ya sabe, la producción de una empresa, suponiendo, por supuesto, que no hay dificultades para conseguir insumos, depende de sus máquinas, de sus recursos humanos, y de la productividad con que ambos factores se combinan. Lo mismo sucede en un país.

Para aumentar la producción, o se aumentan los recursos humanos dedicados al trabajo,.o se aumenta el stock de maquinarias y equipos, o se mejora la productividad de lo existente. (O una combinación de todo lo anterior).

La economía argentina ha dejado de crecer, al menos a las tasas a las que lo venía haciendo hasta el 2011. Afortunadamente, este “parate” se ha dado muy cerca del máximo de nuestra capacidad productiva y no en los “pisos” de las crisis que supimos conseguir. Esta es una gran ventaja.

No es lo mismo, por ejemplo, que la producción de autos no crezca cuando se producen 800.000 autos por año, a que se paralice, cuando la producción es de 200.000.

En otras palabras, es cierto que, en promedio, el PBI de la Argentina de principios del 2013, se parece mucho al de la Argentina del 2011, pero no es menos cierto que dicho PBI  es 50% mayor que el del 2001.

Retomo, para producir más, hace falta más inversión, más recursos humanos empleados, o mejorar la productividad.

La inversión está relativamente paralizada. Entre la mala praxis cambiaria, los manejos arbitrarios de precios, la crisis energética, las restricciones a importar y exportar, el aumento de la presión impositiva, etc. etc., sólo invierten las empresas que reciben algún regalo muy grande, o tienen ya mucho capital hundido y les resulta marginalmente más costoso dejar de invertir que hacerlo, o los que tienen mercados cautivos, o los que tienen que invertir relativamente poco, respecto del capital, y pueden recuperar muy rápido su inversión –el sector agrícola por ejemplo-, o las que ven la oportunidad de “comprar mercado barato”, apostando a que las cosas mejorarán.

El empleo privado, por su parte, también ha dejado de crecer, influido por los incrementos de costos laborales, la competencia desleal del empleo público, los cambios regulatorios, y el aumento de la conflictividad gremial.

Finalmente, la productividad de la economía argentina, de por sí bastante baja, ha estado cayendo en el contexto del crecimiento del manejo de recursos productivos por parte del sector público a costa del sector privado. Sumado al deterioro de la infraestructura en general, la caída en la calidad de la educación, los piquetes, los feriados, etc. etc.

En síntesis, esta economía no crece, o crece muy poquito, porque no aumenta la inversión, no aumenta el empleo, no aumenta la productividad, los tres factores que hacen que una economía produzca más que antes.

Si la oferta no crece, todo intento por “alentar la demanda agregada”, se traduce en mayores importaciones, o en mayor presión sobre los precios.

Como no puede haber mayores importaciones, por todo lo que ya discutimos en torno a la combinación nefasta de una fracasada política energética y la mala praxis cambiaria, gran parte de los esfuerzos del gobierno por alentar la demanda con gasto público y déficit fiscal, se “filtra” hacia precios y no hacia cantidades.

Los intentos de “acordar” precios, aún si fueran exitosos, solo logran desalentar aún más la oferta, a menos que los precios se hubieran acordado en un nivel más alto que el previo. Y si se prolongan demasiado, como puede ser el caso, pueden surgir mercados poco transparentes –más bien opacos- que se suman a la ya opacidad de todo el manejo económico, sin reglas, ni normas escritas, y con manejo descontrolado de los recursos. (Dicho sea de paso, sólo como simple ejemplo, y para no olvidar, reconocido por un juez “amigo”, dos personas de antecedentes como mínimo cuestionables, manejaron fondos públicos por 1100 millones de pesos, sin control, sin rendición de cuentas, sin pagos de impuestos, sin balances).

Por lo tanto, algo más del sector agrícola, por mejor cosecha respecto del año pasado.

Algo más del energético, porque le empiezan a reconocer precios.

Algo más de la producción destinada a Brasil.

Estancados, pero en un buen nivel.

¿Y la “fiesta” electoral?

La fiesta electoral es más demanda pero no más oferta, y es financiada con impuestos e inflación.

Por lo tanto es un “pase de manos” orientado a tratar de conservar a los “votantes a favor” y mantener disciplinado al peronismo.

Fuente: Perfil, 17/02/13.

Enrique Szewach

Enrique Szewach

Argentina: Mayor control sobre el dólar

octubre 28, 2012

El Gobierno piensa profundizar los controles al dólar
Por Ezequiel Burgo

El cepo a la compra de dólares continuará. Un año después de que el Banco Central y la AFIP anunciaron una batería de restricciones a la compra y venta de divisas, la agenda económica de la Casa Rosada profundiza el rumbo.

La reforma del mercado de capitales y la obligación a las empresas aseguradoras a financiar obra pública, anunciadas en la semana, dan una clara seña l de ello: el Gobierno cuidará al máximo los dólares para lo que resta del año y el próximo cuando haya elecciones. El objetivo es seguir cumpliendo con los compromisos externos y evitar un movimiento brusco del tipo de cambio.

En esa línea llamará a los gobernadores alineados a dar batalla por pesificar las deudas de las provincias y presionar a empresas privadas para que hagan lo propio con sus acreedores externos. Será lo que el Gobierno denominará “la batalla cultural contra el dólar”.

El cepo se trata de una medida de control en el mercado de cambios. Según la visión oficial la iniciativa fue en respuesta a un ataque especulativo en los meses previos a que la Presidenta fuera reelecta: se habían fugado US$ 21.000 millones en lo que iba de 2011 y las reservas habían caído US$ 4.400 millones.

El Gobierno piensa que la medida fue exitosa. La salida de capitales hoy es un tercio de lo que era un año atrás. Y los que pronosticaban una devaluación brusca se equivocaron. El tipo de cambio se devaluó 11% durante los últimos doce meses.

El cepo nació a la semana siguiente que Cristina Kirchner ganó las elecciones presidenciales con el 54% de los votos. No consistió en una única medida sino en una red que se tejió sólo en una semana. Los principales puntos fueron: –Un decreto presidencial que obligó a las empresas mineras a liquidar en el país los dólares que obtenían de sus exportaciones.

–Las aseguradoras fueron exigidas a repatriar en 50 días las inversiones que tenían en el exterior.

–El Banco Central emitió dos resoluciones mediante las cuales se solicitaba justificar el origen de los fondos.

–Finalmente, una resolución de la AFIP lo habilitó como el organismo encargado de convalidar si los interesados en comprar divisas estaban en condiciones o no para llevar adelante el trámite.

La demanda sobre el mercado negro del dólar aumentó inmediatamente tras la instauración del cepo. La brecha entre el precio oficial e informal (blue) de la divisa era 5% antes del anuncio. Dos semanas más tarde llegó a 10%.

La economía arrancó el año enfriándose y luego entró en una recesión breve. Pero la brecha cambiaria siguió ampliándose. El 17 de abril, cuando el Gobierno nacionalizó YPF, el tipo de cambio paralelo superó por primera vez los $ 5. Y un mes más tarde pasó los $ 6.

El Gobierno redobló la apuesta en julio y perfeccionó el cepo: prohibió directamente la compra de dólares para atesoramiento.

Hoy la diferencia entre el precio de comprar un dólar en los mercados oficial y negro supera al 35% (en Venezuela es del 60%). Hace un año era 5%.

El cepo tuvo impacto sobre el bolsillo de la gente. Los depósitos en dólares se redujeron prácticamente a la mitad (46%) en doce meses. Los créditos en dólares cayeron 38% y el gasto de tarjetas en dólares se duplicó.

Los efectos de la medida se vieron también sobre variables que son relevantes para el Gobierno y las empresas. Por ejemplo la velocidad a la que crece la economía pasó de 9% a 1,4% (tomando en cuenta cifras del INDEC), las reservas cayeron 5% y la actividad del turismo pasó de registrar un superávit cambiario de US$ 60 millones a un rojo de US$ de 1000 millones.

En una charla en la Universidad de Harvard hace un mes, la Presidenta dijo que “el cepo cambiario es un título mediático”. Y que los productores o importadores que necesitan divisas pueden recurrir a 120 rubros para comprar dólares. “Sólo se eliminó la posibilidad de atesoramiento, que te permitía comprar dos millones de dólares por mes sin ningún fin concreto”.

Cuatro años antes, en octubre de 2008, Néstor Kirchner compró dos millones de dólares.

Según el ex presidente fue para adquirir el hotel Alto Calafate. Algo que ya no se podrá hacer más.

Fuente: Clarín, 28/10/12.

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Comentario de Gustavo Ibáñez Padilla:
Más allá de las opiniones y consideraciones sobre si existe o no el “cepo cambiario” y si es o no efectivo, debemos recordar que se trata de una medida absolutamente autoritaria, que cercena las libertades individuales y que es contraria a la Constitución Nacional. Por tal motivo, todos aquellos funcionarios que la propician, la aplican y la fomentan mediante la creación adicional de medidas reglamentarias y resoluciones administrativas incurren en diversos delitos, entre los cuales podemos mencionar el mal desempeño de la función pública y el abuso de autoridad. Que Dios y la Patria se lo demanden.

Argentina: La inflación, un flagelo que ahoga la economía

octubre 7, 2012

Historia repetida: La inflación, un flagelo que ahoga la economía

Por Francisco Jueguen

 

Tras varios años con inflación de dos dígitos, volvió a arrasar en las elecciones con una cantidad de votos nunca antes vista en la historia. Haciendo uso de su legitimidad popular, apenas asumió la presidencia intentó que el modelo transmutara de la expansión al intento de estabilización. Por decreto, se congelaron las subas salariales -lo que produjo un aumento de la conflictividad gremial-, se multiplicaron los acuerdos de precios con empresas, los subsidios y las tarifas congeladas. Surgieron también fuertes campañas estatales contra los «especuladores» con aplicación de multas.

Para corregir desequilibrios externos, sobre todo por la gran cantidad de combustible que debía importar la estatal YPF, el Gobierno buscó seducir al capital extranjero para que invirtiera en la empresa y multiplicó las restricciones a las importaciones. Se echó mano al Banco Central para evitar una brusca devaluación y se administró el tipo de cambio. El Gobierno logró finalmente un superávit comercial. Sin embargo, se registró un desgaste de la autoridad presidencial y el clima social cambió.

«El estado de sitio, el cierre del Congreso, la movilización militar de los gremios, la censura de prensa fueron las medidas que comenzaron a ser discutidas en los círculos de oficiales», completa Juan Carlos Torre para terminar de describir el conjunto de medidas que caracterizaron el segundo mandato de Juan Domingo Perón en 1952. El plan, según explica el reconocido historiador en su libro Ensayos sobre movimiento obrero y peronismo, publicado este año, implicó además un freno del gasto público y una política monetaria más restrictiva, lo que derivó en un retorno al crecimiento económico y una súbita baja de la tasa de inflación. Se pasó, no sin fuertes tensiones sociales, de un 38,8% en 1952 a un 4% en un año.

«Si la inflación fuera de un 25% el país estallaría por los aires», aseguró días atrás la presidenta Cristina Kirchner en la Universidad de Georgetown. La historia la desmiente. Según coinciden ocho economistas consultados por LA NACION, entre 1945 y 1971, durante el denominado período del Stop & Go, el país soportó subas de precios similares a la actual sin el devenir apocalíptico que pronosticara la mandataria.

Sin embargo, es preciso marcar algunas diferencias entre períodos. La inflación fue «moderadamente alta» en ese ciclo y lo es también hoy, pero, en el pasado, la suba de precios fue un signo regional. En la actualidad, sólo afecta -con esas tasas- a la Argentina y Venezuela, y a algunos países africanos. Por otra parte, el crecimiento económico fue más sostenido durante el kirchnerismo y, por lo menos hasta 2011, se había evitado un ajuste y fuertes devaluaciones de la moneda por presiones en la balanza comercial [efecto soja mediante].

Pero apenas comenzado el segundo mandato de la Presidenta, el Gobierno buscó eliminar subsidios a la energía y al transporte para los usuarios, y reclamó por paritarias moderadas. Además, se restringieron el flujo comercial (cepo a las importaciones) y el de capital (cepo cambiario), ambas herramientas de mediados de los 50 cuando la economía era cerrada, para evitar una devaluación por atraso cambiario como consecuencia de una inflación moderada acumulada en años y un aletargamiento del tipo de cambio. «Si hoy el país quiere favorecerse con la globalización por los buenos precios de la soja y la compra de autos de Brasil, pero aplica medidas de los 60, cuando estábamos en Bretton Woods, eso no va a funcionar y, de hecho, no funciona», afirma José Fanelli economista de las universidades de Buenos Aires y San Andrés (UDESA).

El país no va a estallar, pero la experiencia histórica demuestra que la economía se desinfla. En la actualidad, el déficit fiscal acotado, el superávit comercial, el elevado nivel de reservas, buenas cosechas y un contexto internacional afín gracias al alto precio de las commodities y una baja tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos sostienen al país. A contramano, la acumulación inercial de una tasa de inflación moderadamente alta en relación con el mundo, sumado a un tipo de cambio atrasado, golpea la competitividad externa e impacta en la actividad y en el empleo. A esto hay que agregar los problemas con los precios relativos.

En este contexto, el cepo cambiario y las restricciones a las importaciones -que implicaron menos insumos para la industria nacional y una caída de su expansión- fueron soluciones de un Gobierno sin credibilidad para el acceso a los mercados de capitales y con una necesidad creciente de dólares para importar energía.

Durante el Stop & Go se registró un promedio de inflación anual de un 25%, según estimó el economista de la UBA afín al kirchnerismo, Mario Rapoport, en su paper «Una revisión histórica de la inflación argentina y de sus causas». Sin embargo, y pese a los pronósticos apocalípticos de la Presidenta para esas tasas, el período tiene férreos defensores oficiales.

«Es una etapa de la historia argentina [1955-1974, según su cita anterior] que desde el punto de vista económico muchos consideramos ejemplar, porque fue la fase en la que más empleo industrial se creó y en la que los asalariados tenían mejores condiciones de vida», afirmó el viceministro de Economía, Axel Kicillof, durante la presentación del presupuesto 2013, haciendo un paralelismo entre ésta y aquella época.

Pero Kicillof negó la crisis en el sector externo, característica de esa época. «La Argentina hoy no tiene un problema de balanza comercial, no lo tiene objetivamente, porque estamos terminando el año arriba de los US$ 10.000 de superávit comercial, cerca de los 12.000 millones», dijo el viceministro. «Hoy no tiene ese problema, pero fue endémico, es lo que los economistas llamaron -no los ortodoxos sino los otros- el problema de Stop & Go de la economía argentina.»

«Mientras la soja subía a US$ 600 destruimos el sector energético», precisa Fanelli. «Pasamos de un superávit energético de US$ 5000 millones hace dos años a un déficit de US$ 6000 millones en la actualidad. Desaparecieron 11.000 millones», afirma el investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes).

Daniel Heymann, profesor del posgrado de Economía de UDESA, ex hombre de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal) y -según sus pares- uno de los hombres que más sabe de inflación, concuerda con que el período del Stop & Go es el que más se acerca al actual en lo referido a la variación de precios. «La más parecida es aquella época», afirma Heymann. «En ese momento, se da la tradicional inflación en todo el Cono Sur de América Latina. Chile, Uruguay, Brasil la sufren, pero también Francia e Italia», agrega. Heymann estima que un régimen estabilizado en una inflación del 20% «no necesariamente estalla», aunque piensa que esas tasas son «atípicas» hoy.

«¿No está equivocada la Presidenta cuando señala que con inflación de un 25 o 26% [la que tenemos] estallaríamos por los aires? ¿No vivió la Argentina en el pasado con esta inflación de mediana intensidad sin estallar [por ejemplo: entre 1945 y 1967, 13 años tuvieron una de entre 17 y 39 por ciento]?», escribió el economista de la Universidad Di Tella Lucas Llach.

No obstante, el experto afirma que la diferencia es que en el pasado se intentaban planes de estabilización que bajaban la inflación y que además sí hubo momentos complicados, como cuando Arturo Frondizi liberó el tipo de cambio en 1959 y la inflación superó 100% por primera vez en la historia argentina. Eduardo Fracchia, profesor del IAE Business School, cita esos programas, que -según dice- fueron clave para que los precios no se espiralizaran. En ese sentido, enumera los planes de Raúl Prebisch (1955), el de estabilización (1962); Adalbert Krieger Vasena (1967) y José Ber Gelbard (1973), en el gobierno de Héctor Cámpora.

El Stop & Go no fue el único período de inflación en el país. A fines del siglo XIX, la emisión desmedida o el endeudamiento en exceso, según se lea a Rapoport o a Roberto Cortés Conde (Udesa), produjo altas tasas de variaciones de precios en la época de los llamados bancos garantidos. Los valores también subieron, pero por causas exógenas en la Primera y Segunda Guerra Mundial. También en los 70, durante el Rodrigazo (1975) o en la hiperinflación del 89, que disparó los precios un 3.079,5 por ciento.

A contramano de lo que repite la Presidenta, tanto Heymann como Fanelli afirman que el crecimiento de la economía no necesariamente implica inflación, algo que es fácilmente verificable si se observan los resultados de los últimos años en varios países de América latina y Asia. «¿Podés crecer con inflación?», se preguntó Heymann. «La experiencia dice que se puede hacer. ¿Ayuda la inflación al crecimiento? No. La inflación, por la imprevisibilidad, complica el crecimiento», explica.

¿Por qué se compró nuevamente una inflación moderada tras los 90? «Porque se recauda cerca de un 2% del PBI con el impuesto inflacionario, el más regresivo que hay, ya que afecta a los pobres. Porque es un impuesto no coparticipable y que no necesita aprobación del Congreso. El Gobierno se financia así», explica Fanelli.

Siguiendo sus reflexiones, hubiera sido clave que algún estudiante de Georgetown o Harvard le hubiera preguntado a la Presidenta si la inflación es condición necesaria para que la economía se expanda o si, en realidad, es bueno crecer con inflación para hacer caja.

INDICIOS QUE REVELAN LO QUE CRISTINA ESCONDE

A pesar de lo que afirmó Cristina Kirchner durante su presentación en la Universidad de Georgetown, su propio Ministerio de Trabajo avala oficialmente que la inflación en el país está más cerca de la que calculan las consultoras privadas que de lo estimado por el INDEC.

Con varias resoluciones publicadas en el Boletín Oficial y firmadas por la secretaria de Trabajo, Noemí Rial, más de una veintena de empresas, entre las que se cuentan importantes automotrices y petroquímicas, aceptaron actualizar entre 2009 y 2011 los salarios de sus trabajadores con relevamientos alternativos al que elabora el organismo oficial. Esos aumentos estuvieron en torno al 25 por ciento y las consultoras avaladas por Trabajo fueron Buenos Aires City, hoy perseguida penalmente por el Gobierno, y CREEBA, una entidad que supo mantener durante años un acuerdo técnico con FIEL.

Más allá de ese detalle, la economía se indexa, no en su totalidad, en torno a un 25 por ciento. Por ejemplo, la consultora Mercer estimó en su último estudio salarial presentado el mes pasado que el promedio de alza de sueldos estimado para este año estará entre un 23% y 27 por ciento. Para el año que viene, los empresarios pronostican un 25 por ciento. No obstante, los legisladores se subieron un 100% el sueldo durante este año.

Las alzas anunciadas por el Gobierno para los jubilados fueron de un 31 por ciento este año, mientras que la Asignación Universal por Hijo (AUH) se actualizó un 25,9 por ciento.

Con poco crecimiento, en tanto, la oferta monetaria está hoy en un 38% anual, mientras que la recaudación por IVA DGI, avanza entre un 25% y 30% anual.

Además, vale recordar las estadísticas de varias provincias (Santa Fe y San Luis), y de las universidades.-

 

TRES DEFINICIONES PARA SABER DE QUÉ SE HABLA

Los dichos en Georgetown

Durante su gira por los Estados Unidos y ante la incómoda pregunta de un alumno de la Universidad de Georgetown sobre la suba de precios, la presidenta Cristina Kirchner afirmó que «si la inflación fuera de 25%, el país estallaría por los aires».

La historia que desmiente

Hubo varios períodos inflacionarios en el país, pero el que más se parece al actual, según los académicos, es el del Stop & Go (1945-1971), cuando la Argentina tuvo una inflación promedio anual de un 25 por ciento. Entonces el país no estalló, pero si hubo ajustes.

La inflación y sus problemas

Según algunas provincias, consultoras privadas y académicos, la inflación anual es hoy de un 25 por ciento. La acumulación de tasas moderadamente altas durante años y un aletargamiento cambiario impactan en la actividad económica y el empleo.

 

NÚMEROS

25%

Es la variación de precios estimada

Las consultoras privadas, algunas provincias y las universidades dicen que ésa es la inflación anual en la Argentina.

 

Fuente: La Nación, 07/10/12.

Argentina: El Lavado de Dinero K

septiembre 10, 2012

La UIF, entre el escándalo, el nepotismo y la vergüenza

 

José Sbattella parece decidido a continuar dinamitando la ya de por sí escasa capacidad operativa de la Unidad de Información Financiera (UIF) que él preside desde marzo de 2010. Se trata del organismo oficial encargado de luchar contra el lavado de dinero y lo que ha hecho Sbattella desde que, sin ninguna experiencia ni capacitación en la materia, asumió tan importante cargo, consistió en desarticular los planteles profesionales de la unidad para reducirla a una mera máquina politizada que se ocupa de perseguir a los críticos del Gobierno y de proteger a los sospechosos de lavado cercanos al kirchnerismo.

Obviamente, esta desnaturalización de la función de la UIF sólo puede beneficiar el blanqueo de activos financieros mal habidos, que generalmente provienen de la corrupción, el narcotráfico, la trata de blancas y el contrabando, azotes que, sintomáticamente, no han cesado de crecer con llamativa vitalidad durante la gestión del Gobierno.

Sbattella ha protagonizado una serie de escándalos desde su desembarco en la UIF. El último, tal como reveló una investigación de LA NACION, ha sido el reemplazo de técnicos especializados en desentrañar el lavado de dinero por alrededor de 20 familiares suyos, de su esposa y de sus colaboradores y militantes del kirchnerismo que carecen de toda experiencia. Al comienzo, uno de esos militantes no pudo conservar su flamante puesto luego de aparecer filmado por la televisión mientras participaba en los disturbios protagonizados por los barrabravas de River en junio del año pasado, cuando ese club quedó a un paso del descenso. Pero al pasar al olvido el escándalo, fue reincorporado.

De todos modos, hoy sólo trabajan en la UIF menos de media docena de analistas profesionales con probada experiencia en investigaciones de blanqueo de dinero, una actividad cada vez más compleja. Mientras tanto, el total de empleados de la unidad es de 250. Al frente de la estratégica Dirección de Análisis se encuentra un ex colaborador de Sbattella en el Instituto de Estudios Fiscales y Económicos (IEFE) de La Plata. La hermana del director de Análisis es la segunda autoridad de esta dirección, y un cuñado suyo es el tercer jefe, encargado a su vez de las causas políticas de mayor sensibilidad para el Gobierno.

Hay que recordar que la UIF ha protegido, entre otros, al vicepresidente, Amado Boudou; al empresario kirchnerista Lázaro Báez y a la Fundación Madres de Plaza de Mayo y sus obras de viviendas sociales financiadas con fondos públicos.

El desmantelamiento de los ya de por sí exiguos planteles profesionales de la UIF llegó al extremo de que tres analistas carecen de títulos profesionales. El antecedente laboral de otra analista, actualmente a cargo de algunos de los legajos con connotaciones políticas, es haberse desempeñado en una panadería. Una colega suya es ingeniera en pesca, por lo cual fue necesario que se le otorgara una autorización excepcional en el decreto de designación del Ministerio de Justicia «por no reunir los requisitos mínimos de acceso» para un puesto de ese nivel y responsabilidad.

A cargo de otra área estratégica, la de Coordinación Nacional, que se ocupa de coordinar la colaboración con otros organismos estatales, Sbattella designó a una ex secretaria privada suya, mientras que su esposo dirige el área que se ocupa de los sectores y profesionales que deben reportar las operaciones financieras sospechosas. Sbattella también nombró a una sobrina de su esposa como secretaria y al marido de otra sobrina como director de Seguridad y Sistemas Informáticos. Luego de publicada la investigación de LA NACION, Sbattella reconoció que «no somos especialistas en temas de lavado».

Este panorama escandaloso no hace más que confirmar lo que más de una vez hemos planteado en esta columna: la finalidad real de la UIF no es combatir el lavado de dinero, sino proteger a funcionarios y sus allegados presuntamente involucrados en ese delito, y también perseguir a quienes no comulgan con el oficialismo. Un año atrás, la Justicia imputó a las autoridades de la UIF por presunto incumplimiento de los deberes de funcionario, encubrimiento agravado y violación de secretos, debido a que sobre 130 pedidos de levantamiento de secreto fiscal que solicitó el organismo, sólo dos casos habrían tenido trámite posterior en la UIF. Eran los casos abiertos contra altos ejecutivos del Grupo Clarín. En cambio, la unidad tuvo un papel equiparable al de encubridor en el caso de la Fundación Madres de Plaza de Mayo al haber cajoneado una denuncia antes de estallar el escándalo. Otro ejemplo de persecución política a cargo de la UIF fue el pedido de información que realizó a su par estadounidense, el FinCen, para emplearlo en contra del dirigente opositor Francisco de Narváez. Debido a esta sucia maniobra, el FinCen cesó su colaboración con la UIF.

El narcotráfico, el contrabando y los hechos de corrupción son algunos de los principales delitos que producen enormes volúmenes de dinero que los delincuentes y sus cómplices necesitan reingresar en el circuito legal para ocultar su origen. En eso consiste el lavado. El estado actual de la UIF, que oscila entre un organismo en ruinas y una fuente de permanente escándalo y vergüenza, no sólo es responsabilidad de Sbattella sino de los máximos estamentos de un Gobierno que, de esta manera, confirma que no lucha contra el blanqueo de activos financieros. La realidad que vive hoy la UIF, tan increíble que puede resultar patética, es, sin embargo, una invitación al lavado de dinero y, por lo tanto, a una aún mayor expansión de los negocios de la droga y la corrupción, de efectos tan devastadores en cualquier sociedad. Por eso, y porque está de por medio la salud de la República, es que Sbattella debería renunciar o ser removido para que alguien idóneo ocupe tan importante puesto.
Fuente: La Nación, 09/09/12. Editorial.
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Más información:

https://www.economiapersonal.com.ar/2012/09/01/argentina-nepotismo-en-la-uif/

Argentina: Por qué el modelo K está agotado

agosto 6, 2012

Por qué el modelo K está agotado

Por Roberto Cachanosky

 

La economía ya no responde como a Cristina Fernández de Kirchner le gustaría: hay déficit fiscal, inflación, caída de actividad, problemas cambiarios y cada vez menos reservas. ¿Cómo se llegó a esta situación?

Si bien el Gobierno sigue insistiendo en que el modelo kirchnerista goza de buena salud y los argentinos somos cada vez más libres al pagar la deuda, la realidad es que el modelo está haciendo agua por todos lados. Pidiendo disculpas a mis amigos keynesianos, diría que hoy se empieza a pagar el costo del keynesianismo aplicado desde 2002, aunque, a decir verdad, si Keynes estuviera vivo, dudo que aprobara las barbaridades económicas que se han llegado a hacer.

¿En qué consistió el famoso modelo desde 2002 hasta la fecha? Cuando en ese año, Eduardo Duhalde salió torpemente de la convertibilidad, la economía argentina estaba prácticamente paralizada. La utilización de la capacidad instalada del sector industrial en enero de 2002 era del 48,2% (lo que quiere decir, en forma simple, que si el sector industrial en su conjunto podía producir 100 unidades, sólo estaba produciendo 48,2). Obviamente que ése era el promedio, ya que había sectores como la industria automotriz que utilizaba solo el 6,8% de su capacidad de producción, mientras que la industria textil estaba en el 26,5% y así podríamos seguir con el resto de los sectores.

Con un dólar caro inicialmente y salarios en dólares muy bajos, la sustitución de importaciones se produjo en forma inmediata. Al mismo tiempo, el Gobierno, luego de la confiscación de los depósitos, podía emitir moneda a un ritmo del 45% anual sin caer en la hiperinflación ya que la oferta de bienes podía crecer rápidamente con solo pasarle el plumero a las máquinas que estaban paradas y poniendo un poco de capital de trabajo para comprar insumos y contratar mano de obra. Cabe agregar que justo a mediados de 2002 comenzó a subir la soja, lo cual fue un alivio para la economía porque en ese momento empezó el viento de cola. Digamos que Fernando de la Rúa tuvo la desgracia de que el viento de cola empezara 6 meses después de su caída o, mejor dicho, de que lo cayeran.

Adicionalmente, al pesificarse los depósitos y canjearlos por bonos, se evitó la hiperinflación. Recuerde el lector que en esos años los jueces emitían los amparos y la gente iba a los bancos a retirar sus dólares o los pesos para poder comprar los dólares con la orden judicial. Los bancos necesitaban pesos para hacer pagos en ventanilla y el Banco Central emitía a marcha forzada para abastecerlos de pesos. En enero de 2002, los redescuentos a los bancos (emisión monetaria para financiar al sistema financiero) eran de $ 3.750 millones y al finalizar el año el stock de redescuentos llegaba a $ 17.400 millones, es decir, la emisión para financiar el retiro de depósitos por amparos se multiplicó por 4,6. No caímos en la hiperinflación y el dólar no llegó a $ 7 o $ 8 en ese momento porque se frenó la emisión por los famosos BODEN que finalmente se utilizaron para pagar el corralón.

Ahora bien, superado el tema del corralón de Duhalde y la pesificación, hubo margen para emitir sin tener gran impacto inflacionario gracias a la alta capacidad ociosa de la economía (si es que existe tal cosa), la alta tasa de desocupación y los bajos salarios que permitieron contratar más gente y poner en funcionamiento el sistema productivo.

Sin embargo, lo que pudo ser utilizado como algo transitorio —aunque yo no lo comparta— fue convertido por los Kirchner en política de largo plazo. Creyeron que podían emitir indefinidamente sin tener problemas inflacionarios. Pero la inflación no sólo finalmente llegó, sino que la emisión indiscriminada licuó el tipo de cambio real alto que les había dejado Duhalde. Si el dólar de $ 1,4 con que se salió de la convertibilidad se hubiese indexado por la inflación verdadera, hoy tendría que estar en $ 7,16, incluso restando la inflación de EE.UU.

El Gobierno se engolosinó con la emisión monetaria al punto tal que multiplicó por 9 la cantidad de pesos en circulación. En efecto, en mayo de 2003 había 20.727 millones de pesos en circulación. Al momento de redactar esta nota, hay 194.235 millones. Y la diferencia con el 2002 es que ahora la capacidad de producción no crece porque la inversión no aumenta. Con más pesos en circulación y menos bienes ofrecidos por la caída de la actividad y por el cierre de la economía, es obvio que los precios tienen que dispararse.

Durante varios años, el Gobierno emitía —básicamente— para comprar dólares. Ahora emite para comprar los dólares que los exportadores están obligados a liquidar y para financiar el déficit fiscal. Por eso la tasa de emisión monetaria sigue estando en el orden del 35% anual, pero la oferta de bienes y servicios no crece a ese ritmo y la inflación se agudiza.

Mientras el Banco Central sigue generando inflación, el tipo de cambio real continúa cayendo (lo que quiere decir que Argentina es cada vez más cara en dólares). Salvo la soja, la mayoría de los sectores exportadores ven que les suben los costos en dólares mientras los pesos que reciben por cada dólar exportado cada vez les alcanzan menos para hacer frente a los costos que les suben permanentemente. Por eso vuelven los pedidos devaluacionistas, algo que el Gobierno no puede encarar tan fácilmente (lo explicaré próximamente en otro documento de trabajo sobre el dilema cambiario en que se metió el Gobierno).

¿Con qué situación se encuentra entonces hoy el kirchnerismo? Tiene problemas cambiarios y le faltan reservas, por eso nadie puede comprar dólares y las restricciones al respecto son cada vez más fuertes. Por ejemplo, si usted ya compró dólares una vez para viajar, no puede volver a comprar para viajar en el mismo año. Aquí puede verse cómo la falta de libertad económica limita los derechos civiles de los habitantes.

Volvamos: el Gobierno tiene y seguirá teniendo problemas en el sector externo, al punto que el freno a las importaciones le impactó en el nivel de actividad. Además, la emisión monetaria ya no le reactiva la economía al estilo keynesiano como en 2002, sino que le genera más inflación y caída del tipo de cambio real. Para colmo, ahora tiene que financiar el déficit fiscal con la maquinita, lo que genera aún más inflación. Es decir, entra en recesión con inflación.

¿Y por qué el Gobierno tiene déficit fiscal? Porque su política populista lo llevó a aumentar el gasto público hasta niveles insostenibles y ahora no quiere hacerse cargo del costo político de bajarlo. ¿Qué está intentando? Transferirles a las provincias el costo político del ajuste. El riesgo que corre es que se le arme otra liga de gobernadores y le compliquen políticamente la cancha. ¿Por qué seguir subordinándose a los caprichos del poder central si no mandan un peso?

Con el gasto público desbordado, un déficit fiscal que se acentúa porque la recaudación crece cada vez menos por la recesión, el tipo de cambio real deteriorado por la política inflacionaria, sin acceso al crédito internacional, sin inversiones y el consumo que se contrae, el Gobierno no tiene salida reactivadora de corto plazo.

En el medio de todo esto, los Kirchner destruyeron el sistema energético, la actividad ganadera, la industria frigorífica, los ahorros que teníamos en las AFJP y la infraestructura en transporte, al mismo tiempo que vaciaron al Banco Central y lo dejaron con un patrimonio neto negativo.

El modelo populista está agotado. El problema es que el Kirchnerismo es una cuadrilla de demolición que parece no querer detenerse hasta no dejar el país hecho cenizas.
Fuente: Economía para todos, 04/08/12.
Más información en: www.economiaparatodos.com.ar

Argentina: Un Gobierno autocrático

julio 12, 2012

Un Gobierno incapaz, pero con ambiciones autocráticas

Por Roberto Cachanosky

 

Desde el punto de vista económico, el segundo semestre de 2012 se presenta bien complicado. La recesión que se esperaba para la segunda mitad del año se anticipó y ya en mayo y junio diferentes indicadores muestran caídas en términos absolutos. Ya no podemos hablar de desaceleración, sino que tenemos que empezar a pensar en una recesión.

Si bien las inconsistencias del modelo permitían pronosticar este desenlace, la realidad es que el Gobierno se ha empeñado en profundizar y adelantar la crisis adoptando medidas absurdas como la pesificación de facto, el cierre de la economía, los conflictos con nuestros socios comerciales y meterse con los depósitos del sistema financiero decidiendo a quién le debe prestar los bancos la plata que les deposita la gente. Cada discurso de Cristina Fernández de Kirchner es un estímulo adicional a la fuga de capitales y al pánico de los agentes económicos. No solo por lo que dice y hace, sino porque, además, se observa a un gobierno sin rumbo, incapacitado para afrontar una economía en que la escasez de recursos se hace sentir y, encima, con un relato de soberbia que la gente no termina de distinguir si es soberbia, ignorancia o una mezcla de las dos cosas.

En lo estrictamente económico, el Gobierno optó directamente por prohibir la compra de dólares para ahorrar. El argumento inicial que esgrimió, cuando estableció la autorización previa de la AFIP para comprar dólares, era que se hacía para verificar que los fondos estuvieran justificados impositivamente. Un disparate, porque la AFIP no puede o no debería fiscalizar el ejercicio en curso. Pero con la resolución del BCRA quedó en claro que el mensaje fue: “Ustedes se quedan con los pesos que se deprecian día a día y yo me quedo con los dólares”.

No comparto la visión que leí en algún lugar, según la cual el comunicado del BCRA prohibiendo la compra de dólares era para cubrirle jurídicamente las espaldas a la AFIP. La realidad es que si de algo se caracteriza este gobierno es por ignorar el orden jurídico existente, por no decir que se ríe de la justicia. Desde mi punto de vista, es solo una torpe medida más de redoblar la apuesta y empezar a cubrirse para el conflictivo segundo semestre que se viene. Solo un dato a tener en cuenta: la recaudación tributaria viene subiendo menos que la tasa de inflación y la suba del gasto es incontenible, por lo tanto, en el segundo semestre es muy probable que el Banco Central inunde el mercado de pesos generando un proceso inflacionario muy agudo en un contexto recesivo.

Por el flanco fiscal, si bien no soy Sciolista, es claro que la acusación del gobierno al gobernador de la provincia de Buenos Aires de que tiene que administrar mejor, es injusta. Y es injusta porque el gobierno nacional administra horrible, basta con ver el déficit fiscal que crece a pesar de la extraordinaria presión impositiva existente para darse cuenta de que no es el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner un ejemplo a seguir. Es más, ella puede pedirle al BCRA que emita moneda, tomarle las reservas a cambio de bonos basura o confiscar nuestros ahorros en las AFJP, cosa que no pueden hacer los gobernadores. Y, en todo caso, la provincia de Buenos Aires, aporta a la coparticipación mucho más de lo que recibe de acuerdo a su PIB.

¿Por qué este empeño en tratar de incendiar la provincia de Buenos Aires? ¿Por qué, usando las palabras del diccionario kirchnerista, esta acción destituyente con Scioli?

Se me ocurren dos respuestas posibles a estos interrogantes. La primera es evitar que vuelva a formarse una liga de gobernadores que le pongan un límite al gobierno como ocurrió en el 2001 y que terminó con la caída de De la Rúa. Puesto en otros términos, el kirchnerismo no se caracterizó por buscar alianzas por su proyecto sino que buscó disciplinar a los gobernadores e intendentes con la caja. La pregunta es: ¿por qué los gobernadores van a seguir subordinándose a los caprichos del gobierno central si no reciben plata a cambio? Y aquí viene el punto: ¿tiene el Gobierno recursos para seguir disciplinando a los gobernadores? Me parece que no. Como decía antes, no tiene ni para sostenerse él, menos va a tener para seguir con la misma estrategia de disciplinamiento. ¿No será que, por miedo a la liga de gobernadores, Cristina Fernández de Kirchner quiere desplazar a Scioli, que es la provincia más grandes y más complicada de Argentina y, de paso, le manda un mensaje al resto de los gobernadores para desbaratar la liga, si es que existe tal probabilidad?

La otra opción que me pasa por la cabeza es la siguiente. Saben que transitar el segundo semestre será muy complicado. La combinación de recesión con inflación más desocupación creciente puede derivar en desbordes sociales. ¿Por qué no acelerar la crisis social y declarar el estado de sitio denunciando a los intereses destituyentes y demás inventos para hacer el ajuste con la Gendarmería en la calle y, de paso, profundizar el autoritarismo?

Reconozco que mis especulaciones pueden resultar desmedidas y con cierto contenido de fantasmas especulativos, pero la realidad es que el desmanejo económico, lo que viene en economía y la feroz interna peronista hacen pensar que algo raro puede pasar en el segundo semestre.

Sí hay algo que parece bastante obvio: no es fácil imaginar tres años más con semejante descalabro económico, social y político. Las opciones serían: autocracia o le dejo el lugar a otro para que se haga cargo del problema. Negociar con la oposición, los sindicatos, los gobernadores, etc., para dominar la crisis, jamás. Eso no entra en el manual del buen kirchnerista, porque en definitiva el kirchnerismo es incapaz de construir un país y menos de gobernar con escasez de recursos, pero mantiene intactas sus ambiciones autocráticas.
Fuente: Economía para todos, 08/07/12.
Más información en: www.economiaparatodos.com.ar

Argentina: El Plan Económico Bobo

junio 20, 2012

Mirmecoleón

Por Enrique Szewach

 

Creo que ya le conté que, en su Libro de los seres imaginarios, Jorge Luis Borges cita al “mirmecoleón”, un animal hijo de padre león y madre hormiga, cuya parte delantera tiene forma de león y la trasera de hormiga. No puede comer carne, como el padre, ni hierbas, como la madre; por consiguiente nace y muere.

Creo que se lo mencioné más de una vez, porque la política económica argentina engendra recurrentemente “mirmecoleones”, cuando fija objetivos contradictorios y simultáneos y utiliza, por consiguiente instrumentos equivocados.

Hoy estamos, nuevamente, frente a esa situación.

A la economía argentina le llegó, otra vez,  el momento de pagar una fiesta populista.

Es cierto que la factura esta vez es menos costosa porque la fiesta no se financió con endeudamiento, sino con los extraordinarios precios de nuestros productos de exportación y por el efecto que ese mismo “mundo” tuvo sobre nuestros vecinos, en especial Brasil.

Pero no es menos cierto que, hacer crecer desmedidamente el gasto público (mediante récord de presión tributaria, expropiaciones varias y alta inflación) y el consumo privado con aumentos salariales bien por encima de la productividad, y subsidios otorgados por productores privados y por el sector público, ha creado una tensión tal en el superávit comercial, que ahora ya no hay dólares suficientes para importar ese exceso de consumo.

Insuficiencia de dólares generada, en realidad, no sólo por las mayores importaciones de energía (como sostiene el gobierno, culpando exclusivamente a Repsol y no a su política energética) si no, básicamente, por la intensa dolarización de los ahorros de estos años, inducida por tasas negativas, alta inflación y el clima expropiador, insultante y sin reglas que predominó en la política argentina, incluyendo no sólo al kirchner-cristinismo, si no a muchos de sus socios políticos y hasta sus supuestamente opositores.

Sin dólares, con los precios relativos desbocados, sin margen para subir más impuestos, la economía se tiene que ajustar.

Y allí es dónde el Cristinismo en el poder construye su mirmecoléon. La economía exige ajuste, y la política exige que siga la fiesta. Y para conjugar ambas cosas se hace el peor de los ajustes y los intentos de seguir la fiesta, agravan el problema.

Me explico. Para seguir la fiesta política, (la búsqueda del cristinismo eterno), el gobierno intenta pasarle el costo del ajuste al sector público de las provincias y a los “capitalistas amigos y no tan amigos” que “la juntaron con pala”.

Pero eso impide que se generen más dólares, dado que los que se fueron por dolarización de portafolios no vuelven (pusieron el “corral” cuando ya quedaban pocas vacas adentro), y el sector productor de dólares, fuera del agro, se encuentra, a estos precios relativos y dado el mundo, con fuertes pérdidas de competitividad. 

Como el sector público no produce dólares –el intento por lograr que los imprimiera Ciccone, parece haber fracasado- sólo queda el control de importaciones.

Pero el control de importaciones, y el intento de pesificar por las malas, pega directamente sobre el nivel de actividad, “ajustando” al sector privado y reduciendo la recaudación de impuestos, dando lugar a otra ronda de ajuste desordenado.

Para tratar de compensar ese ajuste desordenado (ese círculo vicioso, como reconoció el “fallido” del Viceministro de Economía, el otro día), se anuncian aumentos de gasto, que termina siempre, al final del día, en mayor demanda de dólares, (energía para producir, o ahorro de los “ganadores”, con el mayor consumo).

El mirmecoléon a pleno. Ajustar y simultáneamente alentar el consumo.

Redistribuir ingresos en contra de los productores de dólares, y simultáneamente, exigir que se generen más dólares.

Trabar las operaciones inmobiliarias con la pesificación forzada, y simultáneamente, alentar la construcción de algunas casas en terrenos fiscales sin infraestructura alguna y con empresas de servicios públicos quebradas.

En síntesis,  el gobierno se niega a un ajuste ordenado y por las buenas, e intenta que el ajuste, entonces, se concentre en los sectores que no lo votaron, ni lo votarán.

Pero esos sectores son los productores de los dólares que faltan y los creadores de empleos genuinos. Sin dólares suficientes y sin querer modificar precios relativos, el ajuste se hace igual pero desordenado y mucho más costoso.
Fuente: Perfil, 17/06/12.
Más información: www.szewachnomics.com.ar

Argentina: Listas de espera para llevarse los dólares

junio 2, 2012

En los bancos ya hay listas de espera para llevarse los dólares

Por Javier Blanco

 

Según datos del BCRA, los retiros rondan los US$ 100 millones por día desde hace dos semanas.

 

Los depósitos en dólares bajo administración de los bancos cayeron en 1.120 millones en los últimos 30 días. El stock total de estas colocaciones retrocedió de US$ 13.100 millones a menos de 12.000 millones (9%), básicamente por los sostenidos retiros que hacen los ahorristas.

Son ellos lo que, deseosos de comprobar que los billetes están en el mismo lugar en el que los habían dejado, retiran a razón de US$ 100 millones por día desde que el Gobierno -a comienzos de mayo- resolvió ampliar las restricciones impuestas desde fines de 2011 a las compras privadas de moneda extranjera, según se pudo comprobar por los datos difundidos ayer por el Banco Central (BCRA) y actualizados al jueves 24 del último mes.

Las salidas, que en noviembre último alcanzaron un récord al restarle al sistema US$ 3.000 millones en apenas 20 días, recomenzaron luego de que se hizo público que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) había resuelto limitar bruscamente las autorizaciones para adquirir dólares en blanco. Esto dio auge a un mercado paralelo en que el billete se transa desde hace dos semanas a valores 30% más altos que los vigentes en el casi testimonial mercado oficial.

Y, lejos de haber menguado, en los últimos días la ola de retiros se disparó a la luz de la manifiesta intención que el Gobierno muestra de lograr una pesificación de facto de la economía, según coincidieron en describir a LA NACION en el sector. Aunque ayer, el viceministro de Economía, Axel Kicillof, negó que existieran proyectos oficiales en ese sentido. Quienes la impulsan intentan ignorar que es el propio programa económico inflacionario oficial el que clausuró toda posibilidad de que el peso pueda ser una moneda de reserva, al condenarlo a divisa meramente transaccional.

En los bancos reconocen que la ola de retiros se aceleró en los últimos días. «La salida es sin prisa, pero también sin pausa», reconoció un banquero de una entidad extranjera bajo condición de anonimato.

Esta situación obligó a varios a pedirles a sus clientes que se anoten en listas de espera para poder concretar los retiros y evitar sorpresas. «El dinero está. Las listas sólo se confeccionan a los efectos de evitar el compresible malestar que se genera cuando alguien viene y le tenemos que decir ‘vuelva mañana’ porque nos quedamos sin billetes. Es una medida para evitar histerias y no somos los únicos que la implementamos», reconocieron a LA NACION en un banco privado líder.

Los faltantes son cotidianos y se producen cada vez más a menudo, pese a que algunas entidades aumentaron las tenencias de dólares en sus tesoros regionales para tratar de prevenirlos.

De allí que desde las asociaciones de bancos les estén pidiendo al BCRA que flexibilice el cómputo de encajes para este tipo de depósitos, ya que, como resultado de la reciente reforma a la Carta Orgánica de esa entidad, el sistema debió mudar unos US$ 600 millones de sus cajas (el 5% del total de depósitos en moneda extranjera que atesoraban) a las del ente monetario, lo que les restó liquidez en dólares.

«En estas circunstancias nos sería muy útil que las autoridades generen la misma excepción a la normativa vigente para los encajes en pesos», dijeron a LA NACION desde una de esas cámaras.

Mientras tanto, reducen al mínimo posible las ventas de divisas (aún en los casos en los que la AFIP valida algunas operaciones) a la vez que recortan y encarecen (para desalentarla más) la oferta de créditos para exportaciones.

Ocurre que la caída en los depósitos en dólares se tiende a replicar en los créditos en esta moneda, en el 95% explicados por prefinanciaciones concedidas a empresas con ventas al exterior. No en vano, desde que se impuso el cepo cambiario, el stock de depósitos en dólares se redujo en un 10%, lo que denuncia que las cancelaciones no se compensaron en igual medida con nuevos desembolsos.

Pagan los exportadores

Este dato demuestra, a su vez, que el fenómeno no es inocuo para la economía. Por el contrario, significa un recargo en los costos de los exportadores que llega en momentos en que la competitividad del tipo de cambio cae en picada y la demanda agregada de los mercados globales se ralentiza. Pero, además, erosiona las propias reservas del BCRA que no en vano retrocedieron en casi US$ 800 millones el último mes, en parte, dados estos retiros.

Para los analistas, el retiro de dólares no pone en riesgo la salud del sistema bancario local. «El sistema aguanta porque esos depósitos tienen encajes muy altos, y el BCRA tiene reservas; es más, aguantaría el retiro completo de esas tenencias», explicó el ex viceministro de Economía Jorge Todesca a la agencia Reuters.

El problema que ahora enfrentan muchos ahorristas es dónde poner sus dólares, ya que la demanda de cajas de seguridad se disparó al punto que, por lo menos en la City porteña, ya no hay disponibilidades de ellas, según coincidieron en describir a LA NACION en varias entidades.

«LOS DEPÓSITOS ESTÁN CRECIENDO TODOS LOS DÍAS» [según Aníbal Fernández]

«Los depósitos están creciendo todos los días, no hay caída, yo veo las estadísticas del Central.» Con esta seguridad, el senador Aníbal Fernández descartó ayer, en declaraciones radiales, que haya una baja en las colocaciones en el sistema financiero local. El ex jefe de Gabinete, al ser interrogado sobre la salida de dólares de los bancos, pareció confundir los depósitos en pesos -que crecen en términos nominales, aunque no reales- y en dólares, que retroceden.

«Yo tengo las estadísticas del Banco Central, hay que ver cuánto se movieron [los depósitos], y todos los meses lo puede ver que no bajaron nunca, todos los meses crecen», dijo Fernández.

Además, el legislador oficialista afirmó: «Los depósitos que la gente tiene en los bancos este Gobierno se los va a respetar como ninguno. No va a suceder lo que pasó en 2001», refiriéndose a las restricciones para el retiro de efectivo que rigieron hace 11 años. Y agregó: «La gente no saca la plata de los bancos, cada vez coloca más plata en el banco, en todos los bancos, yo veo las estadísticas del Central, a mí me muestran que crecen los depósitos en pesos, no que decrecen».

Por otra parte, Aníbal Fernández reconoció haberse equivocado al afirmar que tenía ahorros en dólares porque se le «antoja» y porque hace lo que quiere con su plata, y se justificó: «Me calenté, me hicieron calentar» . En relación con las expresiones de la presidenta Cristina Kirchner, que le preguntó si se había tomado «vivarachol», afirmó: «Fue un chiste, no fue un reto como quieren inventar algunos», y afirmó que sus dólares no los compró ayer, sino que los tiene «hace tiempo».

«Me calenté, el torpe soy yo, que entro como un caballo en esa situación. Me hago cargo de mi situación, me equivoqué, pero no soy maleducado», afirmó. De todos modos, insistió en defender sus inversiones en dólares, pese a haber recomendado a la sociedad que piense en pesos. «Los dólares los tengo, ¿por qué no? ¿Qué tiene de malo si nunca estuvo prohibido?», se preguntó Fernández.
Fuente: La Nación, 01/06/12.

Argentina: Aumenta la Presión Impositiva

mayo 31, 2012

Voracidad Fiscal K

A pesar que desde el Gobierno niegan la existencia de una elevada inflación, sus actos los desmienten: La AFIP aumentó ayer un 43% los montos a pagar por el monotributo.

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La AFIP aumentó los pagos para el monotributo

Por Martín Kanenguiser

 

BUENOS AIRES – La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) aumentó ayer un 43% desde julio los montos que deben pagar los monotributistas por los servicios de obra social y jubilación. La resolución general 3334, publicada ayer en el Boletín Oficial con la firma del administrador federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, justificó el aumento en la «necesidad de mantener el adecuado financiamiento» del sistema de seguridad social y de las prestaciones de la salud.

Los aumentos, según la AFIP, se adoptaron «a fin de garantizar el goce de las prestaciones al creciente número de sujetos que acceden a ellas en razón de la política de inclusión social que lleva adelante el Gobierno». En forma implícita, se reconoce el incremento en el costo de vida registrado en los últimos dos años, en los que no se aumentaron estos importes, que ahora pasaron de 110 a 157 pesos en el caso del aporte jubilatorio y de 70 a 100 pesos en el de las obras sociales.

Se trata de 1.376.574 monotributistas que verán incrementados sus aportes por estos conceptos; la norma no incluye a aquellos adheridos al régimen para pequeños contribuyentes que a la vez tienen ingresos por un empleo en relación de dependencia, ya que en estos casos ya aportan a la jubilación y a una obra social por esa vía.

La AFIP no dispuso en esta ocasión un aumento en los pagos para el componente impositivo del monotributo. Sin embargo, por efecto del aumento de los otros dos conceptos, aumentará la cuota total que pagan los contribuyentes adheridos a este sistema hasta en un 35 por ciento. Al disponerse un incremento fijo y no porcentual, el mayor impacto se sentirá en las categorías más bajas.

Según detalló la agencia DyN, en la categoría «B», con una facturación de hasta $ 24.000 pesos anuales, se pasará a pagar $ 296 en lugar de los $ 219 que se paga actualmente (35%). En el caso de la categoría más alta, el pago pasará de 2880 a 2957 pesos, con un alza del 2,6 por ciento. También se dispuso aumentar los valores para los titulares y los integrantes de su grupo familiar, tanto del régimen general como del monotributo social.

En el primer caso, aumenta de 70 a 100 pesos, mientras que para el monotributo social pasará de 35 a 50 pesos, según la norma.

En la AFIP explicaron que mientras la ley que dispone la movilidad de las jubilaciones se actualizó dos veces por año desde 2009, hasta ahora no habían aumentado las obligaciones por el monotributo.

«Mientras el aumento en la movilidad desde 2010 fue del 76,8%, el aumento de los importes en este caso fue del 42,8%», explicaron fuentes del organismo fiscal.

Las fuentes subrayaron que el aumento del fondeo no se destinará a la AFIP, sino que se girará, respectivamente, a las obras sociales y al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), encargado del pago de las jubilaciones.

Según los últimos datos publicados por la AFIP, a fines de 2011 los monotributistas «puros» eran 1.321.737, mientras que los que además tienen un empleo fijo sumaban otras 35.878 personas.
Fuente: La Nación, 31/05/12.
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Más información:
https://www.economiapersonal.com.ar/2012/03/13/cada-dia-es-mayor-la-presion-impositiva-en-argentina/ 
https://www.economiapersonal.com.ar/2012/02/22/argentina-el-salario-por-representar-al-pueblo/ 
https://www.economiapersonal.com.ar/2012/02/15/argentina-crece-la-presion-del-impuesto-a-las-ganancias/ 
https://www.economiapersonal.com.ar/2011/05/22/la-sofocante-presion-tributaria-en-argentina/ 
https://www.economiapersonal.com.ar/2011/05/14/argentina-la-estafa-estadistica/

Argentina: Las mentiras de Beatriz Paglieri

mayo 29, 2012

Paglieri: una secretaria al borde de un ataque de nervios

Por Roberto Cachanosky

 

La pelea de la secretaria de comercio con un periodista oficialista por la fuga de capitales y el control de las importaciones, frente a los datos del mismo INDEC y BCRA, muestra que ni siquiera tienen el decoro de acomodar su discurso a las estadísticas que ellos mismos dibujan. Decir la verdad es dañar al país y ocultarla una virtud, según la secretaria.

 

Pocos días atrás se produjo un curioso enfrentamiento entre un periodista K y la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri. Digo curioso porque la reacción de Paglieri, con un periodista de la propia tropa K, mostró en sus respuestas el grado de preocupación que tiene el gobierno respecto al tema del dólar. Si Paglieri quiso tranquilizar el mercado, su discurso confirma que tienen un lío bárbaro y, lo que es peor, las afirmaciones de Paglieri hacen pensar que, por su forma de razonar, el futuro no es muy alentador.

Lo primero que hace la secretaria es desmentir que haya trabas a las importaciones, con lo cual la infinidad de empresarios que tienen trabas para conseguir insumos son una ficción. Según Paglieri, se quejan al divino botón porque los que vamos a los comercios a comprar computadoras, electrodomésticos, etc. tenemos los ojos nublados porque no vemos que las estanterías están abarrotadas de mercaderías. La caída de las importaciones del 14% en abril seguramente debe responder a un tsunami de inversiones locales que ahora abastecen el mercado interno de acuerdo al discurso de Paglieri.

De acuerdo a los datos del INDEC, en abril cayeron: 37% las importaciones de bienes de capital, 15% bienes intermedios, 17% Piezas y accesorios para bienes de capital, 30% bienes de consumo y 5% automotores. Lo único que subió fue combustibles y lubricantes el 46% gracias a la “visionaria” política energética del gobierno. La verdad es que eso de que hay comercio administrado y no trabas a las importaciones no parece coincidir con los datos que ellos mismos dan. Si cayeron en esa magnitud es porque pudo haber sustitución de importaciones, cosa que no puede ser porque la industria lleva 3 trimestres consecutivos de caída mostrando que entró en recesión, menor consumo por caída del salario real o restricciones a las importaciones que la secretaria niega.

Dado que el INDEC parece acomodar los datos al discurso oficial, sería bueno que, al menos, tuvieran el decoro de coordinar los datos del INDEC con el discurso oficial. Caso contrario, son un festín a la hora de analizar sus discursos.

Pero en la parte del reportaje donde Paglieri parece haberse puesto más furiosa fue cuando el periodista le pregunto por la fuga de capitales. Dijo textualmente: “No hay fuga de dólares. Es un error transmitir eso. Y yo no puedo permitir que se diga eso. Lo que nosotros estamos descuidando, el empleo argentino, como lo está cuidando”. Entiendo que donde dice descuidando quiso decir cuidando el empleo argentino, sin embargo, la frase correcta es la primera. Al trabar las importaciones las empresas tienen problemas en las líneas de producción. Esto significa que hay menos horas extras, turnos y el personal que se va de la empresa no se repone. Como dije en otro artículo, en abril la demanda laboral en Capital Federal y el Gran Buenos Aires estuvo un 10,6% por debajo del promedio del caótico 2002 y solo un 3% por encima de abril de ese año que fue el peor de la serie. Si tanto están cuidando el trabajo de los argentinos frenando las importaciones, flaco favor le hacen a la gente porque la están dejando sin trabajo.

Otra joya del debate es cuando afirma que al decir que hay fuga de capitales se transmite información que le hace daño al país. Claro, para la secretaria pareciera ser que reconocer la realidad es dañar al país, con lo cual hay que mentir para que no se sepa la verdad. Por favor, que Paglieri revise los datos del mismo BCRA y va a ver que aún en el primer trimestre de este año, cuando los controles cambiarios se profundizaron, se fugaron U$S 1.600 millones a pesar de las restricciones tipo KGB que usa el gobierno para que la gente no compre dólares. O que mire los datos de depósitos del Central y verá que los depósitos en dólares cayeron U$S 600 millones en 9 días y sin tener la información actualizada con posterioridad al 18 de mayo que es el último dato disponible del Central.

En rigor, lo que no quiere reconocer Paglieri es que la verdadera fuga en Argentina es del peso. La gente no quiere esos billetes que emite el BCRA porque se derriten como barras de hielo. Como el peso no sirve como reserva de valor, la gente compra dólares. Y es ese desprecio de la gente por el peso el que tiene mal al gobierno.

Además, la secretaria parece no querer comprender que cuando alguien se desprende de los pesos y compra dólares para guardarlos en el colchón, en una caja de seguridad o llevarlos al exterior, es fuga de capitales. Es dinero que no se canaliza en el mercado de capitales local sino dinero que sale de circulación. Fugar capitales no es solo llevarlos al exterior, también es atesorarlos debajo del colchón o en una caja de seguridad. Y mal que le pese a Paglieri eso está ocurriendo.

De acuerdo a los datos del INDEC, en el período enero-abril el saldo de balance comercial fue positivo en U$S 4.795 millones, sin embargo, el Central informa un aumento de las reservas de U$S 1.613 millones. ¿Dónde está la diferencia? O se fugaron capitales, o se los queda el tesoro para pagar deuda porque no tiene superávit fiscal. Son dólares que sale del país contra pesos que emitió el Central y que están en circulación financiando la compra de divisas.

Y aquí viene otro punto de Pagliere. Ella afirmó que: “Como nosotros no fabricamos dólares –aclaró–, tenemos dos formas de corregir los desajustes: o vendemos más o compramos menos, eso es lo que hacemos y lo que vamos a seguir haciendo”. De nuevo la contradicción entre los datos del INDEC y el discurso oficial. En abril no solo cayeron las importaciones un 14%, sino que también bajaron las exportaciones un 6%. Una vez más ni siquiera miran los datos del INDEC para acomodar su discurso a los datos del inefable instituto y, encima, la estrategia no le resulta.

Pero la secretaria parece olvidar que el balance de pagos tiene otros componentes además del balance comercial. También se pueden ingresar dólares atrayendo inversiones en el sector real de la economía. Pero claro, como el modelo es tan arbitrario e imprevisible, nadie invierte un dólar en Argentina, por eso por ese rubro no ingresan los dólares que tanto desvelan al gobierno y, por más que Paglieri se enoje, los capitales se fugan. Y la gente los fuga porque tienen pánico de quedarse en una Argentina donde los derechos de propiedad y el avasallamiento de los derechos individuales crece día a día, al punto que nos persiguen con perros por las calles para ver si llevamos dólares encima como si fueran detonadores nucleares o droga para comerciar o hacen un control nazi en las agencias de viaje para controlar a la gente que viaja al exterior.

En síntesis, mi sugerencia, si Ud. no es economista y quiere saber qué está pasando, lea ese reportaje y las declaraciones de la secretaria y advertirá que la situación económica es más que complicada. Las contradicciones en que incurrió, los razonamientos que hizo, pero sobre todo su reacción ante un reportaje de un periodista oficialista, muestran lo preocupado que están en el gobierno, porque de su discurso todo parece indicar que tenemos una secretaria al borde de un ataque de nervios.
Fuente: Economía para todos, 26/05/12.
Más información en: www.economiaparatodos.com.ar 
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De eso no se habla, eso no se pregunta, es mejor que se callen

Por Julio Blanck

 

El jueves, en una sorpresiva visita a la Sala de Periodistas de la Casa Rosada, la Presidenta charló unos minutos con los colegas allí acreditados. Zafó con elegancia de la pregunta sobre el bochorno de las medias con la inscripción “Clarín miente” repartidas a chicos descalzos durante su visita a Angola. Y cuando le mencionaron el reclamo por las dificultades de acceso a la información oficial y la falta de conferencias de prensa, contestó: “Yo no voy a hablar contra mí misma”.

En esa explicación de Cristina sobre las razones de su cerrazón ante la prensa se reveló, suavizada y amable, la matriz de episodios mucho menos agradables ocurridos en días anteriores. 

El más reciente fue el diálogo que sostuvieron, por la oficialista Radio Nacional, la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, y el periodista Eduardo Anguita. Lo reprodujo el sitio Perfil.com.

La funcionaria le reprochó al periodista haber mencionado el tema de la fuga de dólares.

“No hay fuga de dólares”, dijo Paglieri. “Es un error transmitir eso, yo no puedo permitir que se diga eso”, agregó.

Anguita contestó: “Pero hay fuga de dólares Beatriz, cómo que no, hay fuga de dólares”.

“Anguita, estás hablando desde el desconocimiento”, replicó la funcionaria.

“No me desautorice Beatriz, porque no me parece que una conversación entre un periodista con muchos años de ejercicio y una funcionaria sea la de no escucharnos” dijo el periodista. Y añadió: “Yo no hablo solamente de lo que leo en Clarín y en La Nación, estoy hablando en base a cifras sobre fuga de capitales de autores que no son enemigos de este gobierno”.

Paglieri respondió: “Pero tampoco significa que uno transmita información que le hace daño al país, porque no hay fuga de capitales en el país y si lo hubiera sería un hecho grave”.

Paglieri es una funcionaria de extrema cercanía con Guillermo Moreno y estuvo al frente del INDEC en la primera, larga etapa de manipulación de sus índices.

Anguita, periodista e historiador, dirige además el semanario oficialista Miradas al Sur -del Grupo Szpolski-. Y es un hombre con una historia personal y profesional más que respetables.

La enojosa situación que atravesó en su conversación con Paglieri remite a otro caso ocurrido días antes, cuando Hebe de Bonafini fue entrevistada telefónicamente por los periodistas Pablo Messina y Fernando Amato, en el canal oficialista de noticias CN23, también del grupo Szpolski, el más beneficiado con el reparto de publicidad oficial.

Fue el día que el juez Oyarbide puso presos a los hermanos Sergio y Pablo Schoklender, por la estafa con dinero público girado a la Fundación de las Madres.

Bonafini dijo “que vayan presos todos los que tengan que ir presos”. Y agregó que desde que comenzó el escándalo -que Clarín reveló- “fue un año muy duro, muy difícil, donde la prensa nos trató muy mal”.

El exabrupto llegó cuando le preguntaron a Bonafini por su hija Alejandra, involucrada en la causa. Entonces ella se enojó: “Mi hija no tiene nada que ver y no la nombren más. Son ustedes, los periodistas, los que le tiraron tanta mierda a mi hija y eso no se los voy a perdonar nunca”. Y cortó la comunicación.

La idea dominante, en todos los casos, es que los miembros del oficialismo, sean la Presidenta, una secretaria o la jefa de las Madres de Plaza de Mayo, sólo están dispuestos a hablar de lo que les interesa, les conviene y no les incomoda.

Ese criterio poco tiene que ver con alguna elemental modernidad democrática y explica, además, que la Presidenta y los funcionarios hablen casi exclusivamente con los medios y periodistas “amigos”, que en teoría ofrecen garantía de que no habrá preguntas inconvenientes. Esa incondicionalidad marca la frontera entre periodistas réprobos y elegidos.

Con su carga ominosa y su lección sobre el silencio deseado, los hechos aquí consignados no dejan de ser una buena enseñanza para las escuelas de periodismo. Muestran que la condición para ser admitido en el Paraíso mediático oficialista es la amputación voluntaria del derecho básico del periodista: el de preguntar. Quizás no todos los aspirantes estén dispuestos a pagar ese precio.

El famoso poema atribuido a Bertolt Brecht termina diciendo: “ … ahora vienen por mí, pero ya es demasiado tarde”.
Fuente: Clarín, 27/05/12.

 

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