¿Los expertos, nos informan o nos manipulan?

abril 26, 2019

¿Informados o influenciados?

La volatilidad del mercado y la de los políticos. Los que dicen que tiene la clave para que te salves de la crisis, ¿te quieren ayudar o sacar beneficio de tu riesgo?

Por Claudio Zuchovicki.

Amigos, esta columna debería ser un GPS financiero, pero honestamente últimamente me siento algo incompetente para dar valor agregado. Estuve revisando todas mis notas en TN.com.ar y la verdad que veníamos bastante bien con nuestros consejos de calma y de compra de algunos activos argentinos y apostando más a las altas tasas que a la dolarización de cartera. Pero las últimas dos semanas, se evaporaron todas las ganancias y mis consejos pasaron a terreno negativo.

Con la humildad de tratar de entender dónde me estoy equivocando, revisé cada dato esperado y vertido (por eso no escribí la última semana). Mis conclusión es que ya no vale la pena seguir los mercados con mirada técnica o económica, sino que son los factores políticos -difíciles de interpretar al menos para mí- los que justifican este riesgo país, este valor del dólar y este insostenible costo de la tasa de interés. La foto del mercado es una imagen del futuro y la poca confianza que despiertan todas las variantes políticas en la Argentina. Sé que no digo nada que usted ya no sepa, solo justifico que nadie tenga la capacidad de representar al mercado, a su confianza y expectativas. El mercado es volátil, pero la gente es más volátil, los políticos son mucho más volátiles.

Pero mi mundo últimamente no es muy diferente. Cada vez que veo un reporte de un banco de inversión global, no importa cuál, que recomienda comprar o vender un activo, automáticamente tengo el convencimiento de que busca más influir que informar. O acaso ¿por qué me recomendaría a mí antes que a sus clientes?

Supongo que en la política y en la economía es igual. El que dice que todo va a explotar por el aire y que hay que comprar dólares, ¿lo dice porque nos quiere ayudar?

En términos de regulación financiera pasa exactamente lo mismo. Se basa en “reglas”, cada vez más complejas. Manuales inmensos con formularios para llenar, metodología para archivar, lenguaje particular. Una vez, escuché a mi amigo Jorge Suárez Vélez, expresar que cuando uno lee un informe de análisis económico o financiero hecho por un “experto”, la sección de “disclaimers” (lenguaje que exime de responsabilidad a quien lo escribe) y la que indica los riesgos que uno asume, es cada vez más larga. No es raro que esta sección sea más larga que el propio análisis.

Llevo décadas en el medio financiero y no recuerdo jamás haber leído esta sección y no sé de nadie que la haya leído. Pero también sé que mientras esta parte crece, disminuye la probabilidad de que alguien la lea y, por ende, es cada día más inútil. ¿Para qué sirve? Para que, si algo horrible le ocurre a usted al invertir, el intermediario pueda señalarla y decirle que ahí decía que usted podía perderlo todo. Sin embargo, la leyenda escrita es idéntica si se trata del bono más seguro del mundo, o de la inversión más peligrosa y radioactiva.

Supongo que en la política y en la economía es igual. El que dice que todo va a explotar por el aire y que hay que comprar dólares, ¿lo dice porque nos quiere ayudar? ¿O quiere que eso pase para luego venir como “el salvador”? ¿O será que el ego del ‘yo te dije’ es más potente que la cantidad de damnificados? Si voy viajando en un avión que tiene serias turbulencias, disconforme con el piloto, ¿le voy a recomendar a todos los tripulantes saltar, gritar, tirarse o nos conviene a todo bajar un cambio, calmarnos y ayudar al piloto? No logro entender de qué me sirve una profecía autocumplida si el resultado final es que perdemos todos.

Como digo cada semana si usted le tiene miedo al futuro, estas son sus mejores opciones. Si usted tiene un poco más de confianza explore el mundo de los Bonos y de las acciones.

Siento que la cosa está más difícil de lo que describe el oficialismo, pero tampoco tan desastrosa como la describen los opositores. Despidiéndome casi de esta columna al menos hasta que sienta que tengo valor agregado, les dejo un par de opciones:

El gurú financiero George Soros una vez dijo que no importa si estamos equivocados o acertados, lo importante es cuánto perdemos o ganamos si lo estamos. Me pareció muy gráfica esta frase para intentar proponer un mapa de acción a la hora de decidir nuestras inversiones.

Si yo tengo 44.000 pesos hoy (1000 dólares) y hago un plazo fijo o compro un bono en pesos por seis meses (hasta septiembre) por el interés que me paga, voy a tener en septiembre aproximadamente 54500 pesos. Si usted cree que el BCRA tiene los instrumentos para controlar el tipo de cambio cerca de la banda media como ahora, en septiembre el dólar debería estar cerca de 47 pesos o sea este será un buen negocio. Simple la cuenta, si confía le conviene dejar la plata en tasa, si no confía en las posibilidades de BCRA, dolarice, pero hay una manera más eficiente de hacerlo.

Si usted hoy tiene 1000 dólares y compra una LETE en dólares que paga el 4.75% anual. Es septiembre se encontrará con 1023 dólares a septiembre: menos renta, duerme más tranquilo.

Como digo cada semana si usted le tiene miedo al futuro, estas son sus mejores opciones. Si usted tiene un poco más de confianza explore el mundo de los Bonos y de las acciones.

Es su dinero usted decide.

Fuente: tn.com.ar, 30/03/19.

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La montaña rusa del Merval

julio 5, 2018

Desde febrero empresas argentinas perdieron hasta 72% en dólares de su valor de mercado

Por la fuerte devaluación del peso y la brusca caída de sus acciones en el índice Merval, las empresas argentinas perdieron hasta casi el 72% en dólares de su valor de mercado desde febrero pasado, momento en el que habían tocado sus máximos históricos.

Por Juan Pablo Marino.

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Con la excepción de Tenaris y Petrobras Brasil, cuyas principales operaciones se materializan fuera de Argentina, desde el 1 de febrero hasta el 3 de julio pasado, las compañías locales sufrieron una importante destrucción de riqueza en moneda dura por el contexto adverso para los mercados emergentes, particularmente para el equity argentino, pero fundamentalmente por la disparada de casi 44% en ese período de la divisa estadounidense frente al peso en el mercado mayorista de cambios, con la consecuente pérdida de confianza de los inversores. Entre las 10 más perjudicadas, aparecen seis empresas del sector energético impactadas en gran medida por la discusión política sobre las tarifas de servicios públicos, dentro del panorama adverso en general para los activos domésticos de renta variable.Así, por ejemplo, la capitalización de mercado (market cap) de Metrogas cayó un 71,7% en los últimos seis meses, al pasar de u$s 946 millones a u$s 267 millones. Fue la que sufrió el mayor deterioro bursátil, de acuerdo al informe elaborado por MB Inversiones. Completan el podio la cementera Holcim (-69,4%) y la energética Central Costanera (-69,3%). Luego aparecen la fabricante de celulares Mirgor (-65,7%); Distribuidora de Gas Cuyana (-63,9%); Cablevisión (-58,8%); Transportadora de Gas del Norte (-57,9%); Grupo Financiero Valores (-56,1%); Transener (-52,8%); y Central Puerto (-49,5%).«Claramente la destrucción de riqueza en moneda dura fue grandísima. Las empresas argentinas fueron sobre castigadas. Todo es un tema de expectativas desde ya», afirma a ámbito.com Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones.

Para tomar dimensión del fuerte deterioro, Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment, se basa en la performance de los ADR argentinos, que «registran bajas de hasta el 55% desde los máximos de principios de febrero. Contra sus pares regionales también vemos un deterioro, y se ve hasta en las empresas más grandes como YFP y Galicia, que son las que más miran afuera por tamaño y liquidez».

La capitalización de mercado de éstas últimas se redujeron un 39,1%, y un 34,2%, respectivamente, por debajo de la media, de -44,3% que registra el Merval.

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Desde fines de enero y principios de febrero, los inversores extranjeros comenzaron a salir de los mercados emergentes hacia plazas más seguras en términos de riesgo. Fue producto de la suba de la tasa estadounidense a 10 años, el fortalecimiento del dólar en el mundo, y por ende, de la depreciación de monedas en el resto del mundo, fundamentalmente en países emergentes. Claro que en aquellos más expuestos al financiamiento externo, como la Argentina, sentirían aún más el proceso denominado «fly to quality«.

«Los inversores vendieron Argentina, y hoy tampoco vuelven, porque cuando empezás a ver las empresas una por una, aparecen riesgos latentes que pueden afectar sus utilidades futuras», comenta Di Giorno. Toma el ejemplo de YPF, y cómo el mercado salió a desprenderse de sus acciones luego de que el Gobierno volvió a controlar el precio de la nafta, tras liberar el mercado en octubre de 2017. A principios de mayo, el ministro de Energía de aquel entonces, Juan José Aranguren, acordó con las petroleras moderar la suba de precios de las naftas cuando el petróleo acentuaba su tendencia alcista, mientras comenzaba a devaluarse fuerte el peso. «Al inversor no le gustó esto y lee la medida como un regreso a los controles a los precios de la energía», sostiene el director de Proficio.

• Qué esperar en el corto-mediano plazo.

En el mercado entienden que lo primordial para que las acciones argentinas recuperen algo del terreno perdido, es que el Gobierno logre estabilizar el tipo de cambio. Claro que son conscientes de los efectos que ya dejó la pérdida de confianza, la devaluación, y el remedio para controla ésta: las altas tasas en pesos. Estos factores se traducen en un posible período recesivo, algo que impacta directamente en la rentabilidad de las empresas. «Hacia adelante, no sabemos cuánto dura la recesión, cómo se resuelve el tema político y dónde frenan el dólar y la inflación», señala Martínez Burzaco.