Hay, por lo menos, dos enigmas, alrededor de Daniel Scioli. Uno: qué clase de presidente podría llegar a ser. Es decir, si va a ser él mismo, sea lo que sea que signifique, o va a terminar siendo un títere de la actual jefa del Estado. Y dos: si al final Cristina Fernández le va a sacar «el banquito del rincón» o la posibilidad de ser candidato. A los pocos que tuvieron la oportunidad de preguntárselo en la cara, el propio gobernador les respondió: «No esperen de mí cambios bruscos ni discursos incendiarios». ¿Y eso qué quiere decir? «Que voy a hacer las cosas de a poco. Que voy a cambiar lo que haya que cambiar, pero sin sobresaltos.»
La palabra «cambio» en boca de Scioli sólo se puede oír en privado y en voz muy baja. Sí sube el tono de voz cuando le manifiestan la posibilidad de que se transforme en una marioneta de La Cámpora y de Cristina. «No oigan lo que dicen. Miren lo que hago. La Presidenta nunca me impuso un ministro. Cuando me presionaron para que lo echara a [el ministro de Justicia, Ricardo] Casal, no cedí. Se suponía que [el vicegobernador Gabriel] Mariotto venía por todo y ahora es un compañero que trabaja para nuestro proyecto», explicó el precandidato. ¿Y cómo va a controlar a los bloques mayoritarios de diputados y senadores del Frente para la Victoria, con una clara mayoría cristinista? «Como hago en la provincia: enviando proyectos de ley muy razonables y abiertos para que los enriquezcan los legisladores de todos los partidos.»
Lo que para una buena parte de la clase política significaría más de lo mismo, para Scioli sólo representa «respeto por las instituciones y la caducidad de los mandatos». De esa forma, el gobernador explica que si llega a acceder a la presidencia, respetaría la permanencia en el cargo de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó; el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, y el número uno de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Ricardo Echegaray. ¿En serio piensa mantener al ministro de Economía, Axel Kicillof, en su puesto, como parece desprenderse de sus últimas declaraciones públicas? Ni siquiera en privado Scioli lo da por sentado. Sólo repite como un mantra algo parecido a lo que sostienen los dirigentes de La Cámpora cada vez que hablan de la economía del país: «Pronosticaban que iba a estallar todo por los aires. Que la inflación se iba a retroalimentar y que el dólar se iba a ir a las nubes. Que la recesión se iba a profundizar, y que la caída del salario y del empleo se iba a multiplicar. ¿Y qué está pasando? Que la gente está volviendo a tener plata en el bolsillo. Que consume, sale, y si puede, se hace una escapada de fin de semana largo. Que las negociaciones paritarias terminan funcionando, más allá de las discusiones por dos puntos más o dos puntos menos. Que las cosas andan bien y que en los próximos meses van a estar mucho mejor». ¿Y si todo está tan bien para qué se necesita un nuevo presidente?, le pregunté a uno de los voceros políticos del gobernador. «Para aportar lo que les falta a la economía y a la política. Lo que Daniel llama «las dos P»: productividad y previsibilidad.»
El equipo de Scioli transita esta semana por un momento de zozobra. Teme que la Presidenta vuelva a usar la cadena nacional para criticar al gobernador y respaldar al candidato que prefiere por descarte, Florencio Randazzo. La última vez fue cuando disparó un tiro por elevación y les pidió a todos los postulantes que discutan política y no hagan pantomimas en programas de entretenimiento. «Una cosa es que lo sacuda de vez en cuando. Eso le sirve a Daniel porque lo hace aparecer como más tolerante, en contraste con Cristina. Pero otra cosa es que lo chicanee cada cinco minutos. De esa manera, ataca su liderazgo y pone en riesgo la posibilidad de una victoria final.» En el mismo equipo del gobernador conviven optimistas y pesimistas. Los primeros creen que cuanto más explícitamente la Presidenta ayude al rival de Scioli, más atractiva se va a hacer la interna del Frente para la Victoria y más votos se van a sumar al espacio para quedar a punto del triunfo en la primera vuelta. Los pesimistas aducen que, por más atractiva que se presente la interna, no hay manera de que el Frente para la Victoria supere con holgura el 40%. «Lo que puede pasar es que la ayuda de Cristina empareje la cancha y [Mauricio] Macri termine primero, por encima de Daniel, lo que para nosotros sería una mala noticia.»
Ciertos asesores de Scioli ya empezaron a trabajar para imponer la tapa del día después de las PASO. «Una cosa es que digan ganó el Frente para la Victoria, con la suma de votos de Daniel y de Florencio, y otra muy distinta es que titulen que Macri fue el candidato que más votos consiguió.» Entre quienes trabajan para Scioli, de manera directa o indirecta, además de los optimistas y los pesimistas, están los catastrofistas. No constituyen la mayoría ni son determinantes, pero su diagnóstico preocupa a los más cercanos al gobernador. Ellos creen que, al final, Cristina llamaría a Daniel a su despacho, lo miraría a los ojos y le comunicaría que no puede ser precandidato a presidente por el Frente para la Victoria, porque no representa al proyecto de manera cabal. Y que lo haría de manera fría y calculada, al filo del cierre de las listas, para que el gobernador no tenga tiempo de presentarse con otro sello o bajo el paraguas de otro partido. Le adjudican ese pronóstico catastrofista a «el Chueco» Juan Carlos Mazzón -quizás el mayor experto en armar listas de candidatos del Partido Justicialista-, que fue eyectado de su cargo en la Unidad Presidente hace un par de meses, cuando se negó a incorporar a figuras sin votos de La Cámpora en la nómina de postulantes a legisladores en la provincia de Mendoza. Para tranquilidad de quienes pretenden conservar o mejorar sus empleos, el más optimista de todos parece el mismo Daniel Scioli: «Cristina es la política más inteligente que hay en la Argentina -suele decir el gobernador-. Ella no se va a suicidar. Porque no solamente está en juego mi candidatura a presidente. Acá se pone en juego la permanencia en el poder del peronismo, de los gobernadores, de los intendentes y de quienes ocupan cargos en entes que dependen del Poder Ejecutivo».
Parece claro que Cristina Fernández va a hacer lo imposible para no terminar como Carlos Menem. Es decir: intentará acumular masa crítica, fueros, dinero y medios para evitar ser juzgada, condenada y detenida una vez que termine su mandato. Tiene una base para nada despreciable: miles de cuadros que ya penetraron en la segunda línea del Estado, y una máquina política y mediática dispuesta a transformarse en denunciante de los nuevos inquilinos del poder.
No debería sorprender que quien confía en eternizarse a través de un Centro Cultural Kirchner, que contiene una sala Néstor Kirchner, en la que se ofrece una exposición sobre Néstor Kirchner, olvide que el 25 de Mayo los argentinos recuerdan algo más que la asunción de Néstor Kirchner. O que se sirva del marco de una fiesta nacional para pedir el voto para la propia facción. Es lo que le ocurrió ayer a la Presidenta.
Esa clausura endogámica es algo más que egocentrismo. Expresa una estrategia de poder. Cristina Kirchner intenta consolidar una base social propia para seguir interviniendo en el proceso político una vez que haya dejado la Casa Rosada.
Su objetivo principal no es consagrar al sucesor. Es condicionarlo.
Pocas veces la Presidenta innovó tan poco como en su presentación de anoche. Como nunca, se repitió a sí misma. Dijo cómo quiere que sean recordadas las administraciones de ella y de su esposo: reivindicación de los derechos humanos, reestructuración de la deuda, rechazo al ALCA, construcción de escuelas, reparto de libros y computadoras. El molde de ese mensaje es conocido: «Menem lo hizo». Como todo caudillo que debe dejar el poder, no destinó sus palabras a conquistar a alguien, sino a retener a los que tiene.
Habló, como viene haciendo desde que perdió las elecciones, para «nosotros». Es decir, para los consumidores de impuestos, los que no están preocupados por la creación de la riqueza, los que dependen del Estado para seguir viviendo. Desde que se frustró la posibilidad de una nueva reelección, los demás, «ellos», ya no tienen lugar en su planteo.
Envuelta en una oratoria melodramática, volvió a fijar una posición conservadora. Denunció que la opción entre cambio y continuidad es una falacia. Todo aquel que quiere una modificación busca, según ella, una regresión. A 2001, a los 90, a la dictadura. Hay infiernos para todos los gustos.
Es un argumento conocido. El PT, en Brasil, se sirvió de él hasta el hartazgo. Los que proponen cambios pretenden, en realidad, despojar a los ciudadanos de los beneficios recibidos durante una era de bonanza. La Presidenta se limitó a esbozar esa extorsión. Decir que «cambio es el nombre del pasado», invirtiendo la fórmula de Kirchner, hubiera sido demasiado.
El enfoque que Cristina Kirchner volvió a exponer ayer plantea más dificultades a los candidatos del propio grupo que a los rivales. Para ganar las elecciones, el peronismo necesita prometer algunas mutaciones. Reducir la inflación, luchar contra la corrupción, combatir la inseguridad. Cosas por el estilo. Pero esas propuestas suponen una relativa toma de distancia de una gestión que ayer, de nuevo, quedó sacralizada. La Presidenta no puede tolerar esa herejía. Y es lógico: diferenciarse es hacer un ejercicio de la crítica. Y para ella, crítica es complot.
Perjudicado
El principal perjudicado con este enfoque proselitista es Daniel Scioli. Si el universo kirchnerista se repliega sobre los que sueñan con canonizar la experiencia de los últimos años, el gobernador de Buenos Aires corre el riesgo de que sus simpatizantes migren a otro club. Es la apuesta de Florencio Randazzo. Y no debe extrañar: es la apuesta de la Presidenta y su círculo inmediato. Las opciones que ella ha tomado en las últimas semanas corroboran ese sesgo. Los candidatos preferidos de Cristina Kirchner no fueron Daniel Filmus o Diego Bossio. Son Mariano Recalde y Aníbal Fernández. Es natural que sea así. Más que alguien que represente a la sociedad, está buscando alguien que la exprese a ella misma. Esa autorreferencialidad caudillesca se salva con una fórmula infalible: «Mi único heredero es el pueblo». Ayer la Presidenta rozó esa declaración. Muerto Kirchner y retirada ella, el destino de las políticas que hay que defender ya no depende de un líder. «Depende de ustedes». Es lo que sucede con el plan de salvación en ausencia del Mesías.
Scioli registra cada vez más esta dificultad. Y lo tiene malhumorado. La semana que pasó, por primera vez en mucho tiempo, tuvo un arranque de ira. Alguien de su máxima confianza, que solía calmar a Menem en trances similares, lo contuvo. La irritación de Scioli tiene sus motivos. No pudo viajar a Salta ni a Chaco por temor a que en los festejos por el triunfo del PJ lo abuchearan. En el caso de Salta, el que le advirtió el peligro fue el propio Juan Manuel Urtubey: «Mejor no vengas, Daniel. Te pueden hacer cualquier cosa».
Para que el paisaje se vuelva más desolador, llegaron las insinuaciones de Axel Kicillof. El martes de la semana pasada el ministro dialogó durante una hora y media con el empresario Rubén Cherñajovsky. Este gran importador de Tierra del Fuego lo había ido a visitar para exponerle las dificultades del sector por la falta de dólares. Pero, sabiendo que se trata de uno de los mejores amigos de Scioli, Kicillof dedicó casi toda la reunión a enviar un mensaje a La Plata. Fue muy explícito: «Tu amigo cree que yo ignoro los problemas. La inflación, el cepo, los buitres. Pero yo conozco todo. Tenés que explicarle que él necesita aquí, en el ministerio, alguien que entienda. Hay muchas dificultades que hay que conocer. Y tiene que ir de a poco, con gradualismo». Curiosa plasticidad la del ministro de Economía. Unos días antes se había declarado parte de un proyecto colectivo y prometió esperar que le indiquen qué se espera de él más allá de 2015.
Cherñajovsky transmitió el recado de inmediato. Y el miércoles, Scioli contestó: «Kicillof es alguien que por su experiencia puede tener lugar en cualquier gobierno». La respuesta no lo libera del dilema. ¿Cómo desairar al ministro del que depende para llegar hasta las elecciones con la provincia controlada? ¿Cómo atraer el voto independiente hablando de la continuidad de Kicillof?
Cristina Kirchner está a años luz de ese problema. En el último segmento de su discurso de ayer pidió el voto para las políticas de su gobierno. No para los candidatos de su partido. Es el núcleo de su despedida. Y hace juego con su hora inaugural. La de una presidenta que recibió el bastón de mando, primero, de su esposo, y después, de su hija. Como en el nuevo centro cultural, también en su política todo es Kirchner.
Le juro amigo lector que yo lo entiendo perfectamente. Cierro los ojos y me lo puedo imaginar, despertando a las 3 de la mañana, agitado y transpirado porque estaba soñando que era 10 de diciembre y Ella reasumía como Presidenta por cuatro años más.
Pero tranquilo querido. Nada de eso va a pasar. Ya terminó. Se acabó el verso. Ya se lo expliqué veinte veces: ni ganando Scioli sigue el kirchnerismo, ni siquiera con Randazzo, que es capaz de pasarlos a degüello aún más rápido que el Compañero Lancha. Parece mentira que todavía haya kirchneristas que no se dieron cuenta.
También lo acaba de decir Urtubey: no hay doble comando. El que gana tiene la lapicera y se acabó la joda. ¿Usted cree que si gana Lancha, el tipo va a ir a la Rosada para cuidarle el Sillón de Rivadavia a Ella? ¿En qué mundo vive? Es una cuestión de supervivencia. O los saca a todos o lo terminan sacando a él.
El kirchnerismo puro es muy chico. Salvo que gane una fórmula Zannini/Cuervo Larroque, tienen la suerte echada. Todos a casita y a empezar a contratar abogados.
Ni hablar si gana el Compañero Mauri. Y agarrate si llegara a ganar Massa (sigo sin poder sacarle el apodo). Su esposa Malena, a quien el gobierno le mandó un matón a revolverle las camas de sus hijos, se las tiene jurada. ¿Y Stolbizer? ¡¡Ya fue a Suiza a averiguar y trajo todos los papeles!! Imaginate.Por eso amigo lector, tranquilo. Yo sé que cada Cadena Nacional lo enloquece. «¡Cómo pueden ser tan fachos!», grita usted contra la pared. Piénselo al revés. Cada Cadena Nacional son miles de votos menos. Si usted es guapo y se la banca, mírelas. Disfrútelas. Después las va a extrañar. Y si no lo puede tolerar más, cambie de canal y ponga GOURMET que hacen cosas riquísimas.
Yo sé que usted vio la inauguración del nuevo Centro Cultural y le pareció fabuloso. Y sí, es fabuloso. Una obra extraordinaria. Pero al mismo tiempo está indignado porque le pusieron CC Kirchner y el logo es una K en celeste y blanco. Ni Idi Amin se hubiera animado a tanto. Y bueno, son así. No van a andar cambiando ahora que ya se van.
Vaya igual. No le dé bola al cartel. Y ni se le ocurra mirar la placa de mármol que pusieron en la entrada y que dice:
«este edificio tiene un alto contenido simbólico para la comunidad en general y para Néstor Kirchner en particular, ya que era hijo de un trabajador postal, quien en sus viajes desde Río Gallegos a Buenos Aires solía visitar el edificio y recorrer sus instalaciones».
Le juro que pusieron eso, pero ni lo mire. Hágase el boludo y disfrute de la buena arquitectura. Y si el morbo le gana y no puede evitar leer la placa, piense que tiene su lógica. Al fin y al cabo, cuando el Compañero Jefe creció y se hizo grandecito, mantuvo la tradición familiar llevándoles cartas documentos y cédulas de desalojo a los pobres que no podían garpar las hipotecas de sus casitas.No sufra más, amigo. Aflójese y trate de divertirse con lo que pasa. Mire a los de Carta Abierta. Se horrorizaron por la participación de los candidatos en el programa «chabacano» de Tinelli y terminaron riéndose de un chiste sobre el brazo amputado de Scioli. ¿Lo vio a Ricardo Forster diciendo que no se estaban riendo de eso? ¿Y de qué carajo se reían entonces?
El kirchnerismo duro defiende lo indefendible. Era más fácil decir que se equivocaron, pero ahí no existe el «me equivoqué». Así les va y así les fue. «Imberbes y estúpidos», les dijo Perón el 1° de mayo de 1974, y sin embargo todavía siguen cantando la marchita. Debe ser muy pegadiza.
Vamos, aguante un ratito más, distráigase. Vaya al cine. Hágase mimar. Deje que su mujer lo tome de las mejillas y le susurre al oído con la mayor ternura: «Tranquilo gordo, respirá que ya falta menos». ¿Te bancaste a Isabel, a López Rega y a las bestias del 76? ¿Cómo no te vas a bancar a estos muñequitos que son todos de juguete? Vení que cebamos unos matecitos y miramos Discovery Channel así te me distraés con la fauna marina de la Polinesia y cuando te quieras acordar, ya se fueron».
Amigo lector, ¿se bancó once años y medio y no me va a aguantar medio añito más? Recuerde la famosa frase del Compañero Alsogaray cuando en 1959 dijo: «hay que pasar el invierno». Digo «Compañero» porque hay que recordar que en los ‘90 Alsogaray fue «Compañero» de muchos de los que están ahora, incluido el Compañero Centro Cultural. Ni hablar de Boudou que militaba por el proyecto nacional y popular, en la sucursal UCeDé.
Yo sé que son días duros. Como siempre, la Semana de Mayo, en lugar de que todos festejemos la de 1810, festejan ellos solos la de 2003. Todavía falta el 9 de julio, que es cuando ellos conmemoran la Independencia declarada por el Compañero Represa Hidroeléctrica, o también Compañero Natatorio. Y ojo mañana lunes. Tómese un Rivotril y tenga el celu del tordo a mano. El proyecto nacional, popular, hotelero y ahora también eclesiástico va a celebrar el Tedeum (el que aborrecieron hasta que llegó Francisco) reinaugurando la Basílica de Luján. Ya le anticipo que quedó impecable. Será otra maravilla para ir a visitar. Hubo fuertes presiones para cambiarle algunos detalles a la Basílica, pero finalmente no pudieron. ¿Adivine a quién querían poner en la cruz en lugar de Jesús?
Pensemos para adelante. Nos dejan 25% de pobres, una inflación insólita, conflictos con todos los países occidentales incluidos Brasil, Uruguay y Chile, un puñadito de dólares, toda la infraestructura de energía devastada, los narcos, la inseguridad, menos cabezas de ganado y más violencia en el fútbol que nunca, todos los gremios en pie de guerra y una sociedad partida innecesariamente, entre otros logros.Pero yo siempre le digo lo mismo amigo: ahora hay que prestarle atención a los que vienen. Por suerte, todos ellos tienen al menos una virtud: son seres humanos.
Y resista. Míreme a mí. Yo me la banco, acá en esta página 2. Al lado mío, en la página 3, está Hermenegildo Sábat, que esta semana fue declarado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires. Un prócer del arte y la cultura al que este gobierno llamó «mafioso», «derecha» y no sé cuántas cosas más.
Gran Menchi es uno de los ejemplos que verifican la lección que aprendí en mi casa desde chico, cada vez que perseguían a mi viejo: hay que aguantar porque al final siempre se van los malos y quedan los buenos.
Es un comentario muy extendido en el mercado que Cristina Kirchner intervino directamente para que el Banco Central autorice la inusual y polémica compra del Banco Finansur por parte del empresario del juego Cristóbal López. Así se consolida el poder económico del empresario kirchnerista.
Según el trascendido, la Presidenta dio instrucciones a cuatro funcionarios para llevar adelante la transacción: Axel Kicillof, Enrique Vanoli, José Sbatella y Carlos Zannini. Ninguno de los cuatro podría haber destrabado por decisión propia una operación que favorece a López, frenada, encima, durante tres años en el Central.
Durante ese período los funcionarios del BCRA y de la Superintendencia de Entidades Financieras se opusieron en forma sistemática porque –decían– existe una evidente incompatibilidad entre ser banquero y a la vez empresario del juego.
El operativo avanzó para que las actuales autoridades de Superintendencia omitieran los informes y documentos que desaconsejaban la transacción.
Los últimos cambios en el directorio del Central –por decreto de la Presidenta– contribuyeron a aceitar la movida. Hubo, también, una orden para que la Unidad de Información Financiera emitiera un dictamen que ablandara la intransigencia de los funcionarios de línea de la entidad.
El informe de José Sbatella fue forzado con el objetivo de vencer las últimas resistencias que existían en el área de Legales del BCRA. Varios funcionarios exigieron ese documento para “deslindar responsabilidades” y cubrirse de futuros sumarios o eventuales acciones judiciales por una decisión que no compartían. Consideraron imprescindible esa cobertura, porque era evidente que a lo largo de los últimos tres años se opusieron sistemáticamente a la aprobación de compra del banco por parte de Cristóbal López.
La resistencia obedeció a que juzgaban incompatible que el máximo empresario del juego de la Argentina esté autorizado a operar en el sistema financiero local. “Eso facilita movimientos cruzados”, dicen en el mercado.
Según fuentes del propio BCRA, no existe en el sistema financiero internacional antecedentes de un caso semejante.
En la mayoría de los países no hay regulaciones especificas, pero en los sistema bancarios desarrollados existen códigos de conducta para evitar que se mezcle el negocios del juego con los de la banca. Las resistencias internacionales obedece a un temor: que la convivencia entre la banca y los negocios del juego faciliten eventuales acciones ilegales de lavado de dinero.
La decisión de vulnerar los reparos domésticos e impulsar el beneficio a Cristóbal López, impactó en el sistema bancario local. Hubo encuentros entre directivos donde se trató la anomalía.
En la extranjera Asociación de Bancos Argentinos que lidera Claudio Cesario y en la ADEBA de Jorge Brito cayó por sorpresa el cambio de posición del BCRA y la habilitación al “zar del juego.”
Un calificado vocero de los banqueros explicó: “Esto no ocurre en ningún sistema y va a generar problemas con el GAFI.”
El “cristinismo” tuvo una larga pelea con el organismo mundial que controla las operaciones oscuras: una paciente negociación de Julio Alak permitió zanjarla después de años de idas y vueltas. Ahora la Casa Rosada intentó una tibia consulta al GAFI para cubrir las formas.
Kicillof dejó trascender –por la cadena de medios oficialistas– que el Grupo de Acción Financiera Internacional había bendecido a Cristóbal López. Pero según fuentes de ABA y ADEBA ese promocionado apoyo del GAFI nunca existió.
En el G7, las naciones industrializadas que manejan el GAFI, se censura la vinculación de empresarios del juego con la banca. El punto es que se presume que a través de ese mecanismo es posible “legalizar” fondos de cualquier origen.
El país es miembro del GAFI. Pero Cristina adecúa las normas a su conveniencia: Argentina también es el único país del mundo que tiene abierto un blanqueo de capitales desde hace dos años, cosa que afuera llaman “una posible puerta de entrada a dineros del narcotráfico y de la corrupción”.
A Kicillof se le atribuye un papel activo para facilitar el ingreso al negocio financiero del empresario del juego vinculado a la familia presidencial.
Dicen que operó para despejar las últimas resistencias en la Superintendencia de Bancos y trabajó ahí con sus hombres de confianza: Germán Feldman y Pedro Biscay. Más aún: que su principal acción fue la orden taxativa que dio a los tres directores que impuso en el BCRA para que aprueben a libro cerrado los beneficios al “rey de las tragamonedas”.
De hecho, Cristina le facilitó las cosas al nombrar al trio por decreto: así, Kicillof tomó el control de la cúpula.
En su primera reunión de directorio, y sin poder leer ni evaluar el expediente interno, los recién llegados –Alejandro Formento, Mariano Beltrani y Bárbara Domatto Conti– votaron a favor de la operación que López esperaba.
De esta manera forzaron un giro en el Central. Hasta ese momento, los integrantes del directorio, incluso los llegados de Santa Cruz, siempre habían frenado las aspiraciones de López. Se ampararon en las dudas legales que alimentaba la línea del BCRA contra la “operación Finansur”. Ninguno quería quedar pegado.
Kicillof se siente fuerte y por eso se animó a involucrarse en una movida complicada. El miércoles, Cristina lo premió con un sonoro apoyo público.
Pero el martes, y en privado, ocurrió algo más trascendente: un encuentro de la Presidenta y Daniel Scioli, donde se habló del futuro político del ministro en un eventual nuevo gobierno del FPV.
La AFIP protegió a Lázaro Báez en el caso de las facturas falsas
Por Hugo Alconada Mon.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) frenó una intimación a la nave insignia de Lázaro Báez, Austral Construcciones, durante la investigación que desarrollaron sus sabuesos por la millonaria utilización de facturas truchas en Bahía Blanca, según surge de documentos oficiales cuyas copias obtuvo LA NACION y fuentes al tanto de la operatoria.
La protección de Báez quedó en manos del entonces jefe de la División Investigaciones de la Regional Bahía Blanca, Norberto Filipini. Detuvo un requerimiento de información que desde hace cuatro años está listo para ser enviado a la constructora de este empresario con múltiples vínculos comerciales con la familia Kirchner.
Ese requerimiento de la AFIP se plasmó en el formulario 8600/l, que se encuentra en las fojas 21 y siguientes del expediente interno de la AFIP sobre la Constructora Patagónica Argentina -una de las firmas bahienses acusadas de emitir facturas truchas-, cuya copia obtuvo LA NACION.
La intimación ya había sido firmada por el investigador a cargo del caso, el contador Leandro Scafetto, y tenía incluso preparado el aviso de retorno y pegada la calcomanía para el Correo Argentino. Pero nunca salió de las oficinas de la AFIP. Por eso luego se cruzó el formulario con un par de líneas de birome, se escribió «anulado» y se consignó sobre el encabezado la leyenda «=Sin enviar=».
Consultados ayer por LA NACION, voceros del titular de la AFIP indicaron que «no está remitido el requerimiento a Austral Construcciones», por lo que calificaron de «falso» que se haya frenado la intimación. «Los requerimientos fueron enviados a los proveedores, y Austral Construcciones no era proveedor», argumentaron.
Cerca de Báez, en tanto, indicaron que el empresario contrató «de buena fe» a las firmas bahienses, que «deberán hacerse cargo si no estaban en regla», y que siempre que la AFIP le pidió alguna documentación Báez «se presentó y explicó cómo operaron y operan sus empresas».
¿Qué estaba por reclamarle a Báez la Regional de Bahía Blanca ya en 2011? Que en un plazo de 10 días le presentara todos los papeles de su vínculo con Constructora Patagónica Argentina SA, cuyos dueños admitieron a LA NACION que arrastran problemas impositivos, pero que atribuyen a facturas que ignoraban que eran falsas del segundo grupo de empresas bajo sospecha, propiedad del bahiense Silvio Ficcadenti.
Hasta que llegó la orden de paralizar la intimación, los sabuesos de la AFIP en esa ciudad habían detectado que Austral había utilizado facturas truchas, durante años y por decenas de millones de pesos, emitidas por tres grupos de empresas locales, según reveló LA NACION en octubre pasado tras una investigación que se extendió por diez meses.
Esa facturación falsa le permitió a Báez reducir los impuestos que pagó durante años a la AFIP, que optó por concentrar sus pesquisas sobre las empresas emisoras de esas facturas apócrifas, pero no sobre Austral.
Un día después de que LA NACION revelara esa operatoria, Echegaray dio una conferencia de prensa en Buenos Aires con el titular de la DGI, Ángel Toninelli, a su derecha. Confirmó que esos tres grupos empresarios de Bahía se encontraban bajo fiscalización y dijo que al menos una de las firmas, Calvento SA, de Ficcadenti, era «una usina de facturas falsas».
Vínculos con Cristina
Durante esa conferencia de prensa, del lunes 21 de octubre, Echegaray buscó además separar a la Presidenta de Báez. Remarcó que no eran socios. Pero un día después, y ante nuevas revelaciones, admitió que tienen «vínculos comerciales».
Echegaray también negó que la AFIP diera protección especial a Báez y criticó a los medios por concentrar su atención en el empresario. «Parecería que el único caso de facturas truchas fuera el de Báez», planteó.
Los nuevos documentos que obtuvo LA NACION muestran, sin embargo, que esa protección -que en el caso de Gotti Hermanos, otra constructora vinculada a Báez, ya había provocado antes el desplazamiento de varios funcionarios en Comodoro Rivadavia y Buenos Aires- tomó formas concretas en Bahía Blanca desde al menos marzo de 2011. Así consta en el requerimiento que nunca se envió a Austral, encabezado con el logo de la AFIP y la leyenda «2011 – Año del Trabajo Decente, la Salud y Seguridad y de los Trabajadores».
¿Qué habían logrado verificar los sabuesos hasta que los frenaron? Que Constructora Patagónica Argentina mostraba «ventas y costos similares y superiores a 10 millones de pesos en el período fiscal 2010. [Pero] No presenta Sicore (por el sistema que controla las retenciones). Se solicita verificar los libros del impuesto al Valor Agregado», expuso Scafetto en otro documento interno.
Ante la Justicia, Báez ya fijó su posición sobre los indicios que llegan desde Bahía Blanca. En un escrito que presentó a fines de 2014 ante el juez Sebastián Casanello en la causa por supuesto lavado de activos, negó todas las imputaciones y hasta refutó a Echegaray, al negar que Calvento SA fuera una usina de facturas truchas.
Austral, afirmó Báez, no recibió «ni una sola factura contabilizada y que incida en sus declaraciones juradas impositivas» que sea apócrifa. Para eso defendió sus relaciones con Constructora Patagónica, Terrafaris, Grupo Penta y Calvento.
El empresario calló, sin embargo, sobre el vuelo de su lugarteniente, Claudio Bustos, a Bahía Blanca, el 23 de julio pasado. Allí se reunió con la jefatura local de la AFIP y un contador de los Ficcadenti en el despacho del piso 7 del jefe de la Regional, Juan Pablo Fridenberg. Juntos ajustaron el plan de pagos al que se acogió Penta.
En Buenos Aires, en tanto, Báez, Echegaray, los Ficcadenti, Fridenberg y Filipini ya fueron imputados por el fiscal Guillermo Marijuan como supuestos integrantes de una «asociación ilícita fiscal».
Pero la operatoria continúa. En la Regional Bahía Blanca fotocopiaron todas las actuaciones y las enviaron con destino desconocido. Y Filipini se encuentra a un paso de otro ascenso: asumiría al frente de la Dirección Regional Neuquén.
Expediente comprometedor
La intimación «anulada» que nunca llegó a Austral Construcciones
Ante la sospecha de que hizo uso de facturas falsas, a través de una firma de Bahía Blanca, la AFIP ordenó una intimación a Lázaro Báez.
Esa intimación, sin embargo, nunca fue enviada; fue retenida en la seccional bahiense de la AFIP y luego se archivó como «anulada».
Miguelito, argentino, de mediana edad, en su primera visita a Amsterdam, visita la zona roja y entra en un gran burdel.
La matrona lo invita a tomar asiento y le envía una muchacha joven para que lo entretenga. Se sientan, juguetean un ratito, se ríen un poquito; beben otro poquito, y ella se sienta en el regazo del turista.
Él le dice algo al oído y.. ella se sorprende, niega con la cabeza y sale corriendo!
Viendo esto, la matrona le envía a una chica más experimentada para entretenerlo. Se sientan, juguetean un ratito, se ríen un poquito; beben otro poquito, y finalmente ella se sienta en el regazo del turista.
Él le dice algo al oído y ella dice «¡NO!» y sale caminando rápidamente.
La matrona está sorprendida:
– ¿Cómo es posible que este hombre del montón haya pedido algo tan extraño?, ¿cómo es posible que dos de sus chicas no quieran saber nada con él?
Decide que sólo logrará algo la más experimentada: Lola. Lola nunca ha dicho que no, y no hay nada -pero nada!- que la sorprenda.
Entonces la envía con el caballero de marras. Se sientan, juguetean un ratito, se ríen un poquito; beben otro poquito, y ella se sienta en el regazo del turista.
El le dice algo al oído y ella grita:
– «¡DE NINGUNA MANERA!«, le pega un sonoro bofetazo, da media vuelta y se va.
La matrona está ahora absolutamente intrigada: jamás ha visto algo similar en todos sus años administrando burdeles.
Si bien hace mucho que no hace el trabajo está segura de que ha dicho «sí» a todas las cosas que un hombre puede pedir.
Debe averiguar qué ha pedido este hombre que ha hecho enojar a las chicas.
Se acerca y le dice al hombre que ella es lo mejor de la casa y está disponible. Se sienta y conversan. Juguetean, ríen, beben y después ella se sienta en el regazo de él.
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Él, entonces, se inclina sobre ella y le susurra al oído: – «…¿Puedo pagar con pesos argentinos?«
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Humor negro
Rayuela hacia el más allá, en una azotea de Barcelona, España.
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El humor negro es un tipo de humor que se ejerce a propósito de cosas que suscitarían, contempladas desde otra perspectiva, piedad, terror, lástima o emociones parecidas. Cuestiona situaciones sociales que generalmente son serias mediante la sátira. El asunto más recurrente en el humor negro es la muerte y todo lo que está relacionado con ella. Atañe los temas más oscuros y dolorosos para el ser humano y que, por norma general, suelen resultar controvertidos y polémicos para la sociedad porque están relacionados con la moral. Algunos ejemplos pueden ser: las grandes tragedias, las normas sociales, la sexualidad, los asesinatos, el suicidio, las enfermedades, la pobreza, la locura, el terrorismo, el racismo, la drogadicción, la violación, las discapacidades, la guerra, la religión, la política, la discriminación, etc., pero representados en forma cómica. Este tipo de humor puede ser infantil (en algunas peliculas o la mayoría en las caricaturas), juvenil y adulto.
En la vida real
El humor negro aplicado a uno mismo en una situación desesperada es como «Humor de patíbulo» (traducción del inglés Gallows humor).
Un ejemplo famoso es el de Pedro Muñoz Seca ante el pelotón de fusilamiento en la Guerra Civil Española: «Podéis quitarme la hacienda, mis tierras, mi riqueza, incluso podéis quitarme a mi mujer, como vais a hacer, la vida, pero hay una cosa que no me podéis quitar… y es el miedo que tengo».
Hasta hace un tiempo, predominaba entre los analistas políticos la idea de que el gobierno prefería “perder” las elecciones y esperar volver en el próximo ciclo electoral, antes que trabajar a favor de un candidato oficialista que no representara cabalmente “la reelección del proyecto”.
Esa conclusión surgía tanto de analizar los dichos y discursos de las principales voces del kirchnerismo más duro, como de verificar los hechos, en particular en materia económica.
En efecto, parecía claro, desde la macro, que el gobierno había priorizado defender las reservas del Banco Central, aún a costa de un nivel de actividad y empleo entre estancado y cayendo, una brecha cambiaria elevada, y un consumo frenado.
Esa defensa de las reservas resultaba clave para la “calma cambiaria”, y esa calma permitía, en esa visión, que el gobierno entregara el poder a la oposición, cualquiera fuera, en estancamiento, sin crisis, pero con un fuerte desarreglo macroeconómico que obligaría al próximo gobierno a un cambio profundo e impopular de la política económica, por ser insostenible.
Cambio que podría capitalizar políticamente el kirchnerismo, como principal grupo de oposición.
Sin embargo, este plan original fue, aparentemente, reemplazado, por un plan mucho más ambicioso.
Ahora no se trata de firmar el empate, si no de salir a ganar.
Al parecer, el oficialismo supone que podrá “colonizar” a cualquier candidato oficialista que gane. O que podrá tener más masa crítica en el Congreso, en una lista ganadora, y luego, condicionar al futuro gobierno o inclusive, “pasarse a la oposición”, en cuanto el nuevo gobierno tenga que arreglar los actuales desaguisados.
Pero, cualquiera sea la especulación política que se haga al respecto, lo cierto es que el gobierno decidió bajar la bandera del “desendeudamiento”, e incrementar temporariamente las reservas del Banco Central, con fondos prestados por China, colocando deuda en el mercado, con deuda de YPF, y consiguiendo préstamos compulsivos de grandes importadores, (automotrices, ensambladores tecnológicos de Tierra del Fuego, etc.).
En otras palabras, el gobierno decidió endeudarse a tasas “de usura”, a plazos que vencen durante los próximos mandatos, no sólo para garantizarse la paz cambiaria, sino también para poder “aflojar” algo del cepo a las importaciones, al menos en los meses previos a las elecciones, y lograr incrementar la oferta de bienes.
Y para contener la brecha entre el precio del dólar informal y el precio del dólar oficial, calmando la voluntad de dolarización de los ahorros, aumentando la venta de dólares para atesoramiento que regula la AFIP.Por el lado de la demanda de consumo, si bien el gobierno presiona para moderar los incrementos salariales que surjan de las paritarias, intenta que el grueso de dicho aumento se concentre en la primera cuota, cuyo pago resulta inminente y previo al período electoral que se inaugura, en términos nacionales, en agosto.
La idea entonces sería “calibrar” la oferta y demanda de bienes para que, por un lado, haya dólares suficientes para incrementar la importación de insumos y por el otro, los salarios “nuevos” aumenten el consumo.
Por su parte el Banco Central, que había tenido durante el año pasado una política relativamente más “moderada” en la emisión monetaria, retirando pesos sobrantes con deuda de corto plazo (Lebacs), se encarga ahora de “aceitar” el escenario arriba descripto, emitiendo y liberando fondos, para que haya suficientes como para financiar el creciente déficit público (no inferior al 6% del PBI) y algo más de crédito al sector privado.
En síntesis, el plan “verano en otoño”, consiste en endeudamiento para mantener las reservas, entregar dólares ahorro y aflojar algo dólares para importar. Y paritarias y emisión para alentar el consumo y financiar el gasto público, sin un estrangulamiento crediticio. Todo en un contexto de dólar quieto y sensación de bienestar.
Sin embargo, dadas las expectativas de devaluación y “normalización” de precios, inevitables a partir de un próximo gobierno, se mienta lo que se mienta ahora, es probable que se empiecen a ver, con más intensidad, comportamientos preventivos que podrían conspirar contra el éxito del plan expuesto.
Siguiendo con la metáfora futbolera, cuando no se tiene con qué, salir a ganar a la descubierta, puede resultar una mala estrategia.
La nueva directora del BCRA aún no se recibió, practica surf y toca el charango
Protegida de Kicillof: Bárbara Domatto Conti está en comisión, a la espera de que el Senado apruebe su pliego.
>>> Importante: Lea esta Nota hasta el Final, incluidos los Anexos. <<<
Una de las tres personas que el ministro de Economía Axel Kicillof eligió para ocupar un asiento en el directorio del Banco Central aún no obtuvo su título universitario. Se trata de Bárbara Domatto Conti, quien según expresó en el Curriculum Vitae que ya está en la comisión de acuerdos del Senado, aún adeuda la Tesis para obtener el título de Actuaria en Economía. La información fue revelada por el sitio TN.com.
Domatto Conti, que fue nombrada directora «en comisión» hasta que obtenga el aval del Senado, tiene 28 años, concurre a diario al BCRA y que ya va todos los días al banco.
Su experiencia laboral es escasa: trabajó en el banco Santander Río entre 2007 y 2012 como asistente de operaciones y project manager dentro de las gerencias de operaciones y de banca mayorista. A partir de 2012, de la mano de Kicillof, ingresó en el ministerio de Economía como economista en la subsecretaría de Programación Económica. Se ganó la confianza del ministro por su asistencia en la negociación del acuerdo de repago de la deuda con el Club de París que el gobierno firmó en marzo del año pasado.
También en su CV afirma que trabajó como «asesora de director» del Banco Central entre septiembre de 2013 y mayo de 2014. «Sin embargo, en el banco dicen que no cumplió esa función»dice el artículo de TN.com. «Con Juan Carlos Fábrega todavía al frente de la entidad, el ministro de Economía la mandó como «oyente» a la mesa de dinero para aprender la operatoria cotidiana».
En su CV de tres hojas, Domatto Conti también disfruta de la práctica del surf, del teatro stand up y de tocar el charango, según ella misma explica en su perfil en el sitio LinkedIn.
El Senado le dará entrada al pliego de esta directora del BCRA en la sesión del 21 de este mes. Domatto Conti deberá pasar por una audiencia pública en el marco de la Comisión de Acuerdos de la cámara alta, que por dictamen debe aprobar o rechazar su nombramiento, por ahora «en comisión de servicio». De rechazarla o no conseguir el oficialismo los votos para aprobarla, el gobierno puede retirar su pliego pero puede seguir trabajando como directora «en comisión». En el sitio del BCRA, ya figura su nombre en el directorio pero sin su foto ni antecedentes como los otros integrantes.
Fuente: Clarín, 13/05/15.
Nota Aclaratoria: No podemos espantarnos de este caso de falta de idoneidad cuando tenemos una Presidenta que dice ser Abogada a pesar de no poseer Título universitario.
Universidad rimolo otorga titulo de abogada a Kris
CFK la abogada que nunca fue
Cristina Kirchner, quien asegura haberse recibido en la Universidad Nacional de La Plata, a pesar de que todas las pruebas indican que jamás terminó esa carrera.
En realidad, no hacen falta demasiados documentos ni fuentes de información para detectar que la Presidenta no tiene real conocimiento de lo que es el Derecho. Sus propios discursos muestran su paupérrimo conocimiento ad hoc. Cristina ha llegado a ruborizar a propios y ajenos cuando llegó al extremo de confundir el término «sindicación» con «sindicalización». Lo hizo en media docena de oportunidades, en el marco de la trunca denuncia contra Papel Prensa por cadena nacional.
JUSTIFICA SU PATRIMONIO DICIENDO QUE ES ABOGADA
Por ese y otros motivos, ante la imposibilidad de mostrar título o certificado analítico alguno, la Presidenta optó por refrendar el decreto 2810/09A, que permite a los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional a poner su firma sin que a esta anteceda su calificación profesional.
Teniendo en cuenta que oportunamente se ha descalificado a Juan Carlos Blumberg por haber ostentado un título de ingeniero que en realidad no poseía y que algo similar se hizo con la figura de Jorge Telerman, Cristina debería sufrir el mismo escarnio público que estos debieron tolerar en su momento.
Sin embargo, ello no ocurre; no solo porque la Justicia no se atreve a avanzar contra ningún funcionario relevante del poder de turno, sino porque ningún referente de la oposición se ha animado a embanderarse en esa empresa, que develaría la más grande de las estafas al pueblo argentino.
Se ofreció toda la evidencia de este escándalo a Elisa Carrió, a través de algunos de sus referentes más cercanos; pero la líder de Coalición Cívica consideró que el tema no tenía relevancia tal como para prestarle su atención.
La trama comenzó en agosto del año 2004, cuando un importante ministro —enojado porque fue dejado afuera de un importante negocio oficial— se despachó ante tres periodistas de TDP respecto a la corrupción del kirchnerismo y lanzó al final una dura advertencia: «Que no me rompan las pelotas porque si no cuento que Cristina es abogada trucha».
Las dudas que Cristina nunca aclaró sobre su carrera de «exitosa abogada»
Incógnitas sobre su título y silencio de la Universidad de La Plata. Perfil.com accedió a sus matrículas en Santa Cruz.
El silenciado tema lo resucitó la propia Presidenta en la fatídica noche de Harvard. «Fui una exitosa abogada», dijo para justificar su crecimiento patrimonial. Es que la graduación de Cristina Fernández de Kirchner en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) se mantuvo como un secreto de Estado y no fue hasta 2007, y por orden judicial, que la UNLP difundió un documento que probara la titulación de la entonces senadora.
Perfil.com accedió a dos documentos que pondrían fin a las sospechas que generó aquel secretismo ordenado desde la Rosasa. Cristina Elisabet Fernández figura en el padrón de letrados de la Justicia de Santa Cruz con la matricula 10.433.615, inscrita el 12 de febrero de 1980 (Tomo II Folio 160) y graduada el 1º de octubre de 1979.
El expediente de Cristina en Río Gallegos está custodiado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). La Corte santacruceña, controlada por los Kirchner desde 1991, nunca dio en mano esa carpeta. Al no haber un colegio de abogados en Santa Cruz -la única provincia sin abogacía colegiada en todo el país-, los letrados titulados deben ser aprobados por el TSJ.
A su vez, fuentes judiciales de Santa Cruz informaron a este portal que la Jefa de Estado también se inscribió el 7 de octubre de 1985 ante la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia (Tomo 57 Folio 322) para poder ejercer como apoderada legal también en los fueros federales.
De todos modos, la revista Noticias precisó que la Presidenta tuvo un rol secundario en el estudio jurídico de Néstor Kirchner y el abogado Domingo Ortiz de Zárate. Sólo realizó un puñado de defensas a inicios de los ’80. En 1987 Néstor Kirchner se convirtió en intendente de Río Gallegos y el matrimonio abandonó para siempre la abogacía.
No obstante, de la Asociación de Abogados de Río Gallegos indicaron a este medio que la Presidenta no canceló su matricula ni que tampoco posee observaciones en su expediente a 25 años de abandonar la profesión.
Silencio y sospechas
Durante la campaña presidencial de 2007, el portal Tribuna de Periodistas puso en duda que Cristina hubiera acabado la carrera. De hecho, el apoderado legal de ese sitio, Fabián Bergenfeld, denunció a la entonces Primera Dama por «usurpación de título y honores» al negarle la Universidad de La Plata el título o analítico de materias que probaran la graduación de Cristina.
La querella recayó, cuándo no, en el juzgado de Norberto Oyarbide. En una medida hoy impensada, el polémico magistrado federal ordenó a la UNLP que hiciera una copia del certificado de estudios acabados. El tema comenzó a circular en los medios y el nerviosismo en la Rosada obligó a que la universidad diera a conocer ese documento, también por un pedido del entonces periodista de Noticias, Darío Gallo.
El certificado generó algunos comentarios en esas redacciones: la línea escrita a máquina en la que figura su fecha de nacimiento y número de matrícula pareciera estar borroneada, al igual que el espacio reservado para la fecha de expedición del título. En ese certificado aparece el 1º de octubre de 1979 como fecha de terminación de la carrera. Ese día, de todos formas, coincide con el padrón del TSJ de Santa Cruz que accedió en exclusiva Perfil.com.
Esta semana este portal solicitó a la UNLP que le brindara otro documento o listado de egresados donde figurara la Presidenta, pero se lo negaron. Eso sí, el vocero de la UNLP, Gonzalo Albina, aclaró a este medio que los títulos de abogados de Cristina y Néstor Kirchner están guardados en el propio archivo de Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y no bajo llave en una caja fuerte en un banco de La Plata, tal como se rumoreó a mediados de 2007.
Materias libres. En 1979, la carrera de Abogacía en la kirchnerizada UNLP se realizaba por «cursos de promoción sin examen», no con materias a cursar de forma presencial dado que no había aulas suficientes para todos los estudiantes. Los Kirchner migraron a Santa Cruz en 1976 y entonces Cristina no había terminado la carrera. Él, sí.
En esa primera etapa de estudios, Cristina conoció a Carlos Betini, hoy embajador en España (su padre, entonces Fiscal Federal de La Plata fue desaparecido en 1977), el diputado Carlos «Cuto» Moreno y supieron por primera vez del militante Carlos Kunkel.
Una abogada que en 1979 compartió el Pensionado María Auxiliadora en La Plata con María Cristina Kirchner, la desconocida hermana menor de Néstor y Alicia, contó a Perfil.com que a mediados de ese año María Cristina «Macri» Kirchner le confió que la novia de su hermano, Cristina Elisabet, «le faltaban varias materias para terminar la carrera, lo dijo en plural».
Según relató la letrada a este portal, la hermana menor de Néstor Kirchner -mientras estudiaba Bioquímica- le contó que «Cristina no tenía ganas de terminar su carrera y fue su hermana Giselle la que insistió para que culminara los estudios». ¿Y cómo hizo la Jefa de Estado para terminar Abogacía el 1 de octubre de 1979 si para mediados de ese año «le faltaban materias»?
«No es imposible, pero es muy raro que haya aprobado todas esas asignaturas en tan poco tiempo», estimó la fuente, quien pidió mantener su nombre en resguardo para no dañar su «buena relación» con «Macri».
Al parecer, Cristina habría viajado varias veces desde Río Gallegos a La Plata entre 1977 y 1979 -en el medio nació Máximo Kirchner- para rendir las asignaturas que adeudaba. No obstante, la ex compañera de «Macri» aseguró que la menor de los Kirchner en el pensionado nunca habló de los viajes de Cristina para dar los exámenes. Al igual que el título, la matrícula y el exponencial crecimiento de su fortuna, se trata de informaciones que la Presidenta nunca aclaró hasta el día de hoy.
Más evidencias:
1. No está inscripta en el colegio público de Abogados
Cristina «no está inscripta en el colegio público de Abogados de la Capital Federal ni en ningún Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires. En Río Gallegos, si bien no existe Colegio de Abogados, debería haberse inscripto en el Tribunal Superior de Justicia, lo cual no ha hecho jamás.
2. No está inscripta como abogada responsablemente autónoma ni como monotributista
No está inscripta como abogada responsablemente autónoma ni como monotributista, por lo que jamás pudo haber facturado en la profesión. Sólo aparece inscripta supuestamente como abogada en la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia bajo el Tomo 57 y el Folio 322, lo cual tampoco es muy claro, ya que nunca ejerció en dicho lugar».
3. Datos falsos
En la página del Colegio Público de Abogados de esa localidad, se podrá ver que el dato es falso.
Por las dudas, consultamos en su momento para saber si alguna vez Cristina Kirchner había sido registrada allí como abogada y por algún motivo su nombre fue luego retirado de la lista. La respuesta fue concluyente: no, nunca estuvo anotada.
Se rastreo en Comodoro Rivadavia a través de la consulta a otros estudios jurídicos y/o supuestos clientes que podría haber atendido. Toda pesquisa dio negativo.
Entonces, ¿a quién corresponde el tomo y folio que se arroga Cristina? Corresponde a una abogada de esa zona llamada Silvina García, dato sencillo de verificar por cualquiera que consulte al Colegio Público de esa localidad. No es la única falsificación que se llevó adelante para intentar cubrir la falta de titulación de Cristina.
4. Ficha falsa de entrega de título
También se «truchó» la supuesta ficha de entrega de título de la Universidad de La Plata, tal cual puede verse a continuación.
Amén de que la fecha de pago y «remision al caligrafo» que muestra el documento es de un día feriado —12 de octubre—, donde no funcionaron las oficinas administrativas de esa casa de estudios, claramente se observa cómo se han borroneado los datos de su verdadero titular, Valentín Olmos, y se pusieron encima los de la hoy Presidenta de la Nación.
La fecha de nacimiento está claramente escrita sobre otra anterior (19 de Febrero de 1953 es la fecha de nacimiento de CK pero abajo se ve borroneado un 10 de Agosto de 1989) y la matrícula que es el DNI de la Primera Dama está tipeada sobre otro número matrícula, que también está claramente borroneada.
Para poder probar la adulteración del documento debimos contratar —y costear— un perito calígrafo, quien no dejó de sorprenderse por lo burdo del “truchaje”.
¿Tan complicado era averiguar a quién pertenece la matrícula que se arroga la Presidenta? Para nada, solo hay que dirigirse a la calle Juan Monje Ortega 2839, en la provincia de Salta y hablar con el propio Olmos quien confirmará la adulteración de la que fue víctima.
6. No hay constancia de existencia de ningún titulo
Como puede verse, el fraude es totalmente verificable. Lamentablemente, la única persona que podría desactivarlo es Cristina Kirchner mostrando su título o certificado analítico, cosa que jamás hará porque carece de ambos elementos.
Y allí aparece una duda esencial: ¿Nadie se preguntó por qué una persona como ella, que gusta ostentar como pocos, jamás hizo lo que haría cualquier abogado: colgar su título en una pared?
Las fuentes que consultamos los colegas que nos abocamos a investigar la supuesta titulación de Cristina fueron más de 30. Algunas hablaron a micrófono abierto y otras no se animaron, pero todos admitieron sus dudas respecto a que la hoy mandataria tenga un título profesional.
El ex vicegobernador de Santa Cruz, Eduardo Arnold; el abogado Domingo Zárate —ex socio de Néstor—; el periodista Daniel Gatti; el abogado Rafael Flores, el referente radical Jorge Vanossi, y muchos otros, son los que desconfían de Cristina. Este último fue incluso profesor de la Presidenta en la Universidad de La Plata y jura no recordar que se haya recibido. ¿Hace falta más evidencia?
Las dudas se acumulan sin cesar y empiezan a incomodar al poder. Por caso, ¿por qué la Universidad de La Plata insiste en no dar copias del analítico de Cristina o su diploma? Una veintena de veces pedimos copia de ambos documentos, pero la Facultad siempre se negó a entregarlos. Eso sí, una fuente de esa casa de estudios admitió en una de esas oportunidades que no existía ni título ni analítico. Esa grabación se presentó como prueba en el juicio iniciado por Christian Sanz junto al abogado Fabián Bergenfeld.
Perfil.com fue víctima de la misma negativa por parte de esa facultad: «Esta semana este portal solicitó a la UNLP que le brindara otro documento o listado de egresados donde figurara la Presidenta, pero se lo negaron». Tampoco quiso «colaborar» con la investigación el Ministerio de Educación, como se ve en el siguiente documento:
En la nota de perfil aparece un dato revelador: «Una abogada que en 1979 compartió el Pensionado María Auxiliadora en La Plata con María Cristina Kirchner, la desconocida hermana menor de Néstor y Alicia, contó a Perfil.com que a mediados de ese año María Cristina ‘Macri’ Kirchner le confió que la novia de su hermano, Cristina Elisabet, ‘le faltaban varias materias para terminar la carrera, lo dijo en plural'».
«No es imposible, pero es muy raro que haya aprobado todas esas asignaturas en tan poco tiempo», estimó la fuente, quien pidió mantener su nombre en resguardo para no dañar su «buena relación» con «Macri». Siempre de acuerdo a lo publicado por Perfil.com. http://www.perfil.com/contenidos/2007/10/01/noticia_0051.html
Para terminar, quiero aportar dos reflexiones: primero, la mayoría de las mentiras detectadas en torno a la titulación de Cristina provienen de afirmaciones del propio Gobierno; segundo, en 2007 ofrecimos desde TDP 10 mil dólares a quien pudiera aportar una foto de graduación de Cristina.
El plan de De Vido para conseguirle un título
A falta de un título genuino, Cristina se planifico conseguir un título «honoris causa» en la universidad más antigua del planeta, la de Bologna. Así al menos lo ha referido diario La Nación el sábado 21 de mayo de 2011, al asegurar que «el Gobierno ha ido a pedir un doctorado honoris causa para su jefa».
El autor de la movida sería Julio De Vido, «quien buscó el auxilio de Telecom Italia, propietaria de Telecom Argentina», según consigna el matutino.
Son interesantes los motivos que enumera La Nación a la hora de explicar semejante decisión oficial: «Los esfuerzos de Cristina Kirchner por envolver su gestión en una aureola intelectual son conocidos. Sus discursos siempre tienen una pretensión teórica, y ella misma, rodeada de ‘cuadros técnicos universitarios’, se define hegeliana.
Con la campaña, llegó la hora de conseguir un reconocimiento a ese aporte conceptual.»
Elocuencia aparte.
Febrero de 2013 – La escritora y periodista platense, Graciela Brunetti, se mete de lleno con uno de los grandes misterios de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, su título universitario. (Ahora es Nuestra la Ciudad):
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Cuarta parte de la entrevista en Ahora es Nuestra la Ciudad con la escritora y periodista Graciela Brunetti del 8 de febrero del 2013:
Concluyendo
En cualquier otro lugar del mundo, una trama como la relatada habría generado un escándalo de tal magnitud que hubiera puesto en jaque a cualquier gobernante de turno. En la Argentina, como siempre, ocurre todo lo contrario. Ni la sociedad, ni la política, ni la Justicia, parecen interesados en develar cuestiones de esta índole y gravedad.
Eso habla de la idiosincracia del argentino medio, pero sobre todo explica el por qué de la decadencia del país, donde ciertos ilícitos son bien vistos y permitidos en el marco de lo que se denomina «viveza criolla».
Dentro de esa denominación, se suele encuadrar como «picardías» a diversos actos ilícitos, muchos de los cuales no solo están reñidos con la ética y la moral,sino que se encuentran debidamente configurados en el Código Penal vernáculo.
¿Está bien hacer apología de lo ilegal, con el nombre que a ello se quiera denominar? ¿Es un buen ejemplo para las generaciones venideras?
Es una inevitable contradicción aplaudir esos cuestionables actos y al mismo tiempo protestar por la corrupción que corroe a la Argentina. En realidad, es lo que explica esa misma corrupción. Mal que le pese a quien le pese.
Cristóbal López se autodenunció para sacarle la causa Hotesur al juez Bonadio
Por Nicolás Wiñazki.
La estrategia judicial del empresario K. Presentó un pedido en una fiscalía de Bariloche para que lo investiguen. Dice que ahí está radicado uno de los hoteles K involucrado en la denuncia de lavado.
El líder del Grupo Indalo, Cristóbal López, impulsó una medida judicial para beneficiar a los Kirchner en la causa que investiga si los hoteles de la familia presidencial se usaron para lavar dinero: el empresario, involucrado en ese expediente, presentó un recurso pidiendo que el caso pase a tramitarse en un juzgado federal de Bariloche. Hoy, la causa Hotesur está bajo mando del juez Claudio Bonadio, un magistrado que la Casa Rosada considera inmanejable.
Hace pocos días, Cristóbal se autodenunció en una fiscalía de Bariloche: el llamado “zar del juego” solicitó ser investigado en la trama Hotesur pero en un juzgado federal de esa ciudad patagónica que subroga Walter López Da Silva.
Entre otros argumentos, los abogados del empresario afirmaron que es en ese distrito patagónico donde está ubicado el hotel de López llamado “El Retorno”, investigado por Bonadio debido a que la compañía mantuvo vínculos financieros con uno de los hoteles de los Kirchner, el “Alto Calafate”.
Si el plan jurídico de López progresa, la pesquisa sobre las finanzas de los hoteles K se retrasaría hasta que diferentes tribunales definan cuál es el juez que debe avanzar en la investigación.
En una coincidencia que no parece ser producto del azar, Cristóbal siguió así la misma estrategia defensiva que plantearon ante la Justicia otros socios y allegados a los Kirchner involucrados en el expediente Hotesur, como Lázaro Báez, ex administrador de los hoteles de la familia presidencial.
En abril, Báez se presentó en el juzgado de Bonadio para pedirle al juez que le conteste a la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia si la causa Hotesur no debía en realidad investigarse en esos tribunales. Según el investigado, esto corresponde, entre otras cosas, porque todos los involucrados en el caso tienen domicilio en el sur patagónico.
La autodenuncia que hizo Cristóbal López es el calco de una acción que ya había realizado Báez pero en Santa Cruz. El constructor de obra pública K también se había autodenunciado en el sur buscando que sean los jueces de esa provincia los que investiguen el posible lavado de dinero en los hoteles de la familia presidencial.
Las pesquisas judiciales sobre el hotel “El Retorno”, de Cristóbal López, se iniciaron después de que Clarín publicó los lazos económicos que existían entre esa empresa y “Alto Calafate”, de los Kirchner.
Por ejemplo: como mínimo desde el 2013 hasta fines del año pasado “El Retorno” fue administrado por la misma sociedad que administra tres de los hoteles propiedad de los Kirchner.
Esa empresa se llama Idea Sociedad Anónima y su presidente es Osvaldo Sanfelice: además de ser socio de Máximo Kirchner en una inmobiliaria, es empleado de Cristóbal López en una de sus varias compañías.
El fiscal Jorge Bague Creta, de Bariloche, imputó a López después de que éste se autodenunció. En un escrito que elevó al juez federal de esa ciudad, Walter López Da Silva, el fiscal explicó, entre otras cosas, que debía analizarse si Cristóbal López “pactó fraudulentamente” con Idea SA para “derivar o recibir fondos del Alto Calafate”. Para eso, según él fiscal, debe determinarse “la competencia en base” a la comisión de los probables delitos a investigar.
CFK y bolsa de dinero
El caso Hotesur empezó a investigarse después de una denuncia de la diputada Margarita Stolbizer (GEN). El programa PPT, de canal 13 difundió a fines del año pasado que la sociedad Hotesur, con la que los Kirchner controlan las acciones del “Alto Calafate”, había registrado ante el Estado domicilios truchos, y que adeudaba además la presentación de balances.
Desde entonces, la familia Kirchner desacreditó públicamente la denuncia, intentó enjuiciar a Bonadio en el Consejo de la Magistratura, y una sobrina de la Presidenta lo recusó, sin éxito. Ahora dos de los empresarios K más beneficiados por el Estado en la última década buscan que la causa se investigue en el sur. Fuentes del entorno de López aseguran que no tienen nada que esconder, y que el empresario no controla al juez y al fiscal de Bariloche que podrían investigarlo.
Cristina apunta a la Justicia por cuestiones personales y porque considera que debería ocupar un escalón menor.
Pocas jugadas como la ofensiva del Gobierno sobre la Corte Suprema exponen su sustrato ideológico de manera tan evidente. La operación cristinista es a tiempo completo y clara: abrir algún camino para modificar la integración del Tribunal o paralizarlo temporalmente, con la esperanza de forzar un rearmado que les cubra las espaldas y desaliente el avance de causas judiciales por corrupción. Ayer, Cristina Fernández de Kirchner cargó contra Carlos Fayt y mañana, sus legisladores harán lo mismo en Diputados. Es un mensaje a la Corte en conjunto, pero la señal de fondo es más amplia. Olivos no repara en la brutalidad del ensayo y tampoco en la concepción hegemónica, autoritaria, que lo alimenta, sencillamente porque considera natural la idea de subordinar la Justicia a la voluntad del poder político.
La Presidenta viene expresando, sobre todo en su segundo mandato, una visión inquietante sobre el lugar y el papel de la Justicia. Sus repetidas embestidas contra ese poder son sustentadas por razones personales y, según traslucen sus dichos, porque considera que debería ocupar un escalón menor en el esquema de equilibrios que anima la Constitución. Alguna vez afirmó que la Justicia pretende actuar como un “superpoder por encima de las instituciones surgidas del voto popular”. En contrapartida, los embates cristinistas buscarían colocarla en el lugar de un subpoder.
Esa mirada forzada sobre el significado del voto, eje central pero no único componente del sistema democrático, está emparentada de manera directa con la idea de que las triunfos electorales otorgan un poder que sólo se somete a las urnas y que, entre elección y elección, no tendría límite alguno. Los académicos definen esa construcción política como una expresión extremada de la concepción plebiscitaria.
La Presidenta redondeó su pensamiento la semana pasada. Dijo: “En estos dos polos, Congreso y Casa de Gobierno, están los representantes del pueblo. Qué nadie se confunda ni nadie se equivoque. Este poder que se somete a elecciones cada dos años tiene el control del pueblo. Es el único control que admite la Constitución”.
En términos de legitimidad y legalidad, podría hablarse sobre el sentido del sistema consagrado en la Constitución y el origen representativo de los integrantes del poder constituyente, algo que Cristina Fernández de Kirchner no desconoce. Pero el punto en este caso es otro: la subordinación de la Justicia y, más aún, el juego de presiones para alinear voluntades y evitar disgustos a futuro.
Visto en perspectiva más amplia, el tema es de mayor gravedad. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si nadie pudiera evaluar la constitucionalidad de medidas o leyes? Se trata de una función esencial, con último escalón en la Corte. De lo contrario, podrían imponerse normas violatorias de libertades individuales y de derechos humanos, a contramano de la Constitución y hasta de tratados internacionales con rango superior en nuestra legislación.
El cristinismo, en rigor, responde con dureza y pretende forzar los límites como un desborde de enojo frente a una realidad que no se ajusta a sus objetivos y que a veces deshace o bloquea los caminos imaginados en el círculo más cerrado de Olivos para avanzar en este terreno.
El plan de provocar vacantes para desembarcar en la Corte se vio frustrado hasta ahora por diversas razones. No logró un primer avance con el impulso a Roberto Carlés como reemplazante de Raúl Zaffaroni. Después, llegaron otras señales de la Corte, en especial su decisión de declarar nulo el listado de conjueces que había impuesto el oficialismo.
Si en el terreno práctico el cristinismo busca personalizar el embate y justificarlo como un rechazo a actitudes corporativas del Tribunal, su plan alternativo intenta atraer respaldos alentando una negociación de reparto de asientos hacia el interior de las fuerzas políticas. El proyecto para retocar otra vez el número de integrantes de la Corte, y llevarlo a nueve, necesita apoyo para generar una baja inmediata y luego canjear voluntades para definir seis nombres, entre propios y ajenos.
Hasta ahora, por convicción o cálculo de coyuntura, fuentes de la mayor parte de los bloques opositores rechazan acompañar semejante ley, que el oficialismo podría imponer con mayoría propia y apoyo de algunos aliados, y cierran el camino para una posterior aprobación de pliegos de jueces, que requiere mayoría especial de dos tercios. El cristinismo dice que eso podría negociarse incluso después del recambio de gobierno, sea cual fuera su signo, en función del número de bancas propias que podría mantener. Ese cálculo refuerza la idea de que la lapicera presidencial confeccionará la listas de candidatos a legisladores privilegiando a sus fieles.
De todos modos, este último capítulo de la operación oficialista refleja además de objetivos, temores. Olivos busca blindarse o al menos garantizarse un horizonte que achique los márgenes en las causas que más lo preocupan. Es, desde esa perspectiva, una ofensiva contra la Corte que apunta también a jueces de otros escalones y, en particular, del fuero federal. El oficialismo especula sobre el futuro próximo en espejo con lo actuado durante su larga gestión, y tal vez sienta que no es tarea sencilla garantizar a futuro lealtades por conveniencia o alineamientos forzados.
Es improbable que la resolución de este tema sea inmediata. Y ocurre que el paso del tiempo se ha transformado en un problema: seguramente por eso, el cristinismo no ahorra nada en su penosa ofensiva contra Fayt, reflejo en buena medida de la incertidumbre por el futuro propio.