Massa y Scioli: ¿Más de lo mismo?

octubre 3, 2015

Desde el massismo dicen que «votarían por Scioli» en caso de un ballotage con Macri

Lo aseguró el diputado Alberto Roberti, presidente del bloque de diputados nacionales del Frente Renovador y esposo de Mónica López, quien ayer saltó al Frente Para la Victoria.

Roberti aseguró que el 90 por ciento del massismo votaría a Scioli si se enfrentara con Macri en un balotaje
Roberti aseguró que el 90 por ciento del massismo votaría a Scioli si se enfrentara con Macri en un balotaje.Foto:Archivo

Alberto Roberti, presidente del bloque de diputados nacionales del Frente Renovador (FR) y esposo de la dirigente Mónica López, quien ayer abandonó las filas de ese espacio político para sumarse al oficialismo, aseguró hoy que, ante un eventual ballotage entre el Frente para la Victoria (FpV) y Mauricio Macri, «el 90 por ciento del Frente Renovador» votaría a Daniel Scioli.

argentina-elecciones-urna«Los peronistas siempre vamos a votar al peronismo y eso va a incluir al 90 por ciento del FR. En ese escenario (en referencia a un eventual balotaje entre el FpV y Cambiemos), el 90 por ciento del Frente Renovador votaría a Scioli», interpretó el diputado.

«Nuestro límite es Macri. Nosotros no vamos a estar ni ocho segundos con Macri. Eso opera como límite muy efectivo, muy certero», expresó Roberti, quien, no obstante, dijo confiar en que el escenario en realidad será el de «un balotaje entre el oficialismo y Sergio Massa», líder del FR y candidato a presidente por el frente Unidos por una Nueva Alternativa (UNA).

Así lo aseguró en declaraciones al programa «Lo malo de ser bueno» en AM 1110, en las que además llamó a «respetar» la decisión de su esposa, primera candidata provincial del FR al Parlasur, quien decidió migrar desde el massismo a las filas del FPV.

El salto de Mónica López

En este sentido, atribuyó el salto de Mónica López a lo que entendió es «una actuación muy negativa» del FR de la provincia de Buenos Aires, donde -sostuvo Roberti- hubo «problemas variados con una inmensa cantidad de compañeros y eso se refleja en que el espacio no tiene toda la potencia electoral que debería tener».

De todos modos, insistió en subrayar que el FR tiene al «mejor candidato a presidente, que es Sergio Massa, que es quien habla con mayor valor agregado de las cosas que la gente quiere escuchar» de cara a los próximos comicios.

«En realidad, sobre lo que hizo Mónica no tengo mucho más comentarios. Hay que respetarla porque son situaciones que tienen que ver con una mirada en particular de la provincia de Buenos Aires, que tiene que ver con relación al peronismo», sostuvo Roberti.

Allí, el titular del bloque de diputados nacionales del FR buscó dejar en claro que, pese a sus objeciones en cuanto a la construcción política del espacio en la provincia de Buenos Aires, él continuará trabajando por la candidatura presidencial de Massa.

«Yo trabajo para que Massa sea presidente porque es el mejor candidato. Creo que tiene todas las condiciones y que va a llegar. Eso no quita que exprese mi posición sobre lo que han sido posiciones políticas desacertadas en el interior del FR», indicó.

Roberti afirmó que en el espacio conducido por Massa «el 90 por ciento somos peronistas», con lo cual aventuró que, «si más adelante se produjese un acercamiento con Macri, seguramente el FR dejará de ser como tal, porque nuestro límite es Macri».

Fuente: lanacion.com, 02/10/15.

 

.

Algo huele mal en el FPV

agosto 23, 2015

Entre Cristina y Scioli, algo no anda bien

A la Presidenta la cuesta aceptar su salida del poder. Está disconforme con el candidato. Quiere condicionarlo más. Scioli busca recostarse en el PJ. El camino hacia octubre es incierto.

Por Eduardo van der Kooy.

«Es un inservible». La sentencia de Cristina Fernández retumbó varias veces en la residencia de Olivos después de las primarias del 9 de agosto. Pudo ser escuchada por su círculo íntimo. También, por algún ministro confiable de paso ocasional. Todos supusieron que la calificación apuntaba a su desencanto con cierto funcionario de importancia relativa. Quedaron pasmados cuando descubrieron que refería a Daniel Scioli.

cfk va a la guerraCristina estaría atravesando días difíciles. Aquellos que marcarían de modo inexorable su salida del poder. Además del paulatino extravío de su protagonismo. Con las PASO arrancó el tramo decisivo de un proceso que recién podrá clausurarse a fines de octubre o de noviembre. Depende del balotaje. Ese recorrido será propiedad del mismo Scioli, de Mauricio Macri y de Sergio Massa. La Presidenta pasaría a ocupar un papel político de segundo orden. Inaceptable para ella, habituada a otra cosa distinta desde que en octubre del 2010 murió Néstor Kirchner.

La crisis de la mandataria resultaría engorrosa de explicar si se considera que fue ella quien resolvió ungir a Scioli y evitar una interna presidencial en el Frente para la Victoria. Incluso se ocupó personalmente de la ingeniería para que el gobernador de Buenos Aires no se sintiera como un heredero. Apenas como un comisionado. Estampó a su lado a Carlos Zannini. Habilitó a Aníbal Fernández para pelearle a Julián Domínguez la candidatura provincial. Se ocupó de esterilizar buena parte del sistema de los barones del Conurbano que apostaban por el jefe de la Cámara de Diputados. Empinó para el futuro Congreso a Máximo, su hijo, a Axel Kicillof, el ministro de Economía, y a Eduardo De Pedro, el secretario General de la Presidencia.

Leé también: Cristina se ocupa de que Scioli no tenga el rol principal

La jugada más brava consistió en hacer desistir de la competencia a Florencio Randazzo. No pudo convencerlo ni rendirlo para que aceptara la disputa bonaerense. Le hubiera ahorrado a la mandataria, tal vez, muchos dolores de cabeza. Recién empieza a develerase ahora la profundidad de la ofensa que sufrió el ministro del Interior y Transporte. Estaba entusiasmado con la carrera. Sintió frustración por aquel impedimento. Pero se indignó por el modo. Randazzo le había propuesto a la Presidenta llevar a Zannini como ladero para enfrentar a Scioli en la interna. Tres días después, el secretario Legal y Técnico se convirtió en el candidato a vice del gobernador.

Hubo otros asuntos que no se le podrían achacar a Cristina. Domínguez reparó mucho la semana pasada en la denuncia que Felipe Solá, el postulante del Frente Renovador, hizo ante la Justicia. Adujo que le robaron miles de votos. Al titular de Diputados le extrañaron también algunos aspectos del escrutinio que dictaminó su derrota en las primarias, por un estrecho margen. Ejemplos abundan en el Conurbano. Pero uno de ellos podría tildarse de emblemático. En Quilmes, su tierra natal y política, Aníbal Fernández venció a Domínguez por tres puntos. Sin embargo, el actual intendente, Francisco Gutiérrez, que respaldó al titular de Diputados, doblegó por trece puntos a Daniel Gurzi, el discípulo del jefe de Gabinete. Semejante ecuación habría demandado de un masivo corte de boleta de parte de los quilmeños. Un fenómeno que, en esa proporción, fue imposible de verificar en otro rincón de Buenos Aires.

Domínguez convivirá con el entripado porque no está dispuesto a enrarecer más el clima de intoxicación imperante en el oficialismo kirchnerista-peronista. Y porque tampoco desearía sumarle otro problema a Scioli. El gobernador tendría suficiente con el malestar de Cristina y el trabajo que le aguarda para no tener que exponerse a los peligros de un posible balotaje.

Scioli espera que aquel malestar presidencial con él pase lo más rápido posible. Ruega que responda a un berrinche de los que la Presidenta confesó en público que suelen aquejarla. Ese humor es inconveniente para el candidato por dos razones: lo perturbaría desde un ángulo emocional; lo expondría a la hipotética pérdida de los votos ultra K. También necesita que la Presidenta deje de insistir con que “no tengo candidato”, cuando se despacha en la discreción de su Palacio.

Scioli entiende el error que cometió con su inopinado viaje a Italia en medio de las inundaciones bonaerenses. Aunque no entiende mucho más. Apuesta a que Cristina recapacite sobre algo muy sensible: nadie le ofrece más garantías que él para que la Justicia no altere su tranquilidad fuera del poder. En los últimos días volvieron a escena dos causas que podrían convertirse en amenaza eterna de la Presidenta. La intervención de Scioli ante la Sala I de la Cámara Federal las logró bloquear, desviar o demorar: la muerte del fiscal Alberto Nisman, que había denunciado a Cristina por supuesto encubrimiento terrorista; Hotesur, una empresa sospechada de lavado de dinero que administra una cadena hotelera propiedad de la familia Kirchner, en El Calafate. En el primer caso, la denuncia resultó lapidada. En el segundo, se resolvió la separación de Claudio Bonadio. Fue sustituído por Daniel Rafecas. Un alivio. Aunque ese juez simule voluntad de investigar.

El enojo de Cristina le habría hecho perder al candidato K algunos casilleros en su plan de competencia. En estos meses hasta octubre, con el kirchnerismo asegurado, urdía una peronización de su campaña. Pero ahora estaría obligado de nuevo a ensayar otra aproximación con la Presidenta. Ella se exhibiría indiferente ante tal necesidad. Después de quince días de un silencio que se trufó con cierta clandestinidad –apareció sólo en una fotografía junto Aníbal Fernández y Martín Sabbatella, tras el triunfo de la pareja en la interna– reapareció casi en estado puro durante una cadena nacional. Con una combinación perfecta de distorsiones y dislates. También, de señales inevitables para una interpretación política: sentó a su lado únicamente al jefe de Gabinete y al ministro Kicillof. El candidato estuvo con el lote de mandatarios pejotistas. Como uno más.

Cristina habló por primera vez de las inundaciones, defendió las obras de su Gobierno y cuestionó el presunto oportunismo opositor. Pero no gastó un sólo minuto para defender a Scioli. La mandataria posee una convicción que heredó de su ex marido: el gobernador es siempre un candidato cotizado pero un flojito administrador.

Scioli se siente ahora atenazado entre la ira presidencial y las demandas de los gobernadores peronistas. Estos hombres quieren garantías de futuro. Las escuchó en el mitin del cual participó en Tucumán para apoyar en las elecciones de hoy la candidatura de Juan Manzur y el régimen de José Alperovich. ¿Cómo satisfacerlos con la tirría que Zannini le dispensa al movimiento de Perón (Juan)? ¿Cómo hacerlo, por otra parte, con un aspirante a la gobernación bonaerense aferrado por Cristina y refractario para el votante independiente?

Esos interrogantes no tienen por ahora respuesta. Menos, después del relevamiento que el sciolismo ordenó en Buenos Aires para detectar la manera de superar la votación en las PASO. Las conclusiones no habrían sido auspiciosas. Por un lado, la comprobación de que Massa tendría su clientela consolidada. También, el rastreo de que parte de los sufragios que juntó José de la Sota serían, al menos en Córdoba, más proclives a migrar hacia el macrismo que al kirchnerismo. Por otra parte, que el millón y medio de votos que cosechó Domínguez en la interna tenderían a diseminarse. Un 54% de ellos no estaría dispuesto a acompañar a Aníbal Fernández en su aventura por la gobernación. Sería imposible determinar todavía si optarían por María Eugenia Vidal o por Solá. En cualquier caso, un potencial serio trastorno para Scioli.

En el afán de captar a quienes no los han votado, Scioli, Macri y Massa estarían impedidos de divisar acabadamente los rasgos profundos del país del cual posiblemente se hagan cargo en diciembre. La vacilante economía no sería la única gran dificultad. Aunque las propias confesiones kirchneristas derraman miedo. Alejandro Vanoli, el titular del Banco Central, admitió que las reservas escasean. Silvia Batakis, la ministra de Scioli, sostuvo que en las presentes condiciones resulta imposible levantar el cepo. Los fondos tangibles no superarían los US$ 10 mil millones. Cristina asumió en el 2007 con US$ 46 mil millones en las arcas del Estado.

Esa situación económica se entronca con deficiencias estructurales básicas para la democracia, como la transparencia de su sistema electoral. La Cámara Nacional Electoral, en medio de la campaña, emitió una acordada en la cual expresó su preocupación y la necesidad de modificar el sistema de boletas de votación. También apuntó al extendido calendario electoral que este año en nuestro país, si hubiera balotaje, insumiría nueve meses. Detrás del desbarajuste no existiría sólo una normativa errada o una especulación política. También, la ventaja de que el desdoblamiento permite la fiscalización del comicio sólo a cada autoridad local y no a las federales. Riesgo de balcanización. Abundaron estos meses las denuncias sobre anomalías y fraudes. La violencia irrumpió con un joven militante radical muerto en Jujuy.

Cristina no reconocería nada de todo eso. Describe a la Argentina como un vergel en un mundo árido. Apenas manchado por opositores que apelarían a demagogias y mentiras. Aunque sinceró que peor que recurrir a esas artimañas sería ser, simplemente, personas malas. Casi un inconsciente autorretrato.

Fuente: Clarín, 23/08/15.
——————————————————–

Aníbal, el verdadero candidato de Cristina

Por Julio Blanck.

scioli zanini cfkCristina nunca quiso a Daniel Scioli, pero lo terminó haciendo candidato a presidente porque la única opción que tenía era enfrentarlo con paladín propio en la interna, y perder. Cristina nunca quiso a Aníbal Fernández, pero lo ayudó a ser candidato a gobernador porque toda la desconfianza que le despierta Aníbal daba menos que la suma de las desconfianzas que le provocaban los otros postulantes. O sea: Cristina tiene dos candidatos, los principales del país, a los que nunca quiso pero debió aceptar en un intento por disimular –y muy bien lo hace– cierta debilidad política estructural. Pero hubo cambios sutiles en esas relaciones matrizadas en el recelo y el desprecio a casi todos los demás que tan notoriamente ejerce la Presidenta. Hoy, el verdadero candidato de Cristina es Aníbal.

En las mesas de análisis del peronismo se especula con que la jugada profunda de Cristina es apoyarse en Aníbal para alfombrar su camino de regreso. Si fuese cierto lo que esas mentes conspirativas suponen, con Aníbal apuntalándola como gobernador Cristina se postularía a senadora por la Provincia en 2017. De allí al retorno a la Casa Rosada en 2019 habría sólo un paso. Todo se monta sobre la suposición de que candidatearse y ganar es una sola cosa. Visto así, Scioli sería apenas un estorbo transitorio. Gente ilusa hay en todas partes y algunos hacen negocio con eso. Pero ya sea puro delirio o información calificada, ese fantasma circula en las asesorías cercanas a Scioli.

Conviene recordar que los hechos y las palabras han sido inequívocos para demostrar a quién prefiere Cristina.

Primero los hechos. La Presidenta recibió en triunfo a Aníbal el día después de haber logrado la candidatura derrotando a Julián Domínguez. En cambio sobre Scioli, ganador de la PASO presidencial, sólo se escuchó su silencio. Recién se dejó ver diez días más tarde, el jueves último, en un acto para la celebración de su reaparición pública en el que hizo actuar a los gobernadores peronistas –Scioli incluido– como comparsa segundona.

Ahora las palabras. En esa gala de reencuentro con su público, transmitida por cadena nacional, la Presidenta fue muy clara. Dijo que la movida opositora destinada a desgastar a Scioli, facturándole su viaje a Italia durante las inundaciones, no había sido una campaña contra Scioli sino contra el Frente para la Victoria. Y enseguida explicó que a quien de verdad le hicieron campaña sucia fue a Aníbal, con aquella acusación que lo involucra con el tráfico de efedrina y el triple crimen de General Rodríguez.

Curiosa simbiosis por necesidad. Cristina siempre sintió aversión por el estilo personal y el modo de acción política de Aníbal, un peronista bonaerense de probada pureza genética. El que lo apadrinaba era Néstor, que, entre otras menudencias, siempre dejó en sus manos el manejo de las fuerzas de seguridad. Pero Néstor murió en octubre de 2010, en diciembre de ese año se produjo la violenta ocupación y posterior desalojo del Parque Indoamericano y Cristina, presidenta en soledad, le sacó a Aníbal –por entonces jefe de Gabinete– su juguete preferido.

Creó el Ministerio de Seguridad, nombró a Nilda Garré y puso en su jurisdicción a policías, gendarmes, prefectos y demás. El kirchnerismo duro coronaba así su propósito, ideológico y material, de tener bajo control político a las fuerzas de seguridad, sustrayéndolas del modo negociador del peronismo clásico de Aníbal.

Un año después, al definir los casilleros para su segunda presidencia, Cristina lo mandó a Aníbal a pastorear al Senado. Feo destino para un carnívoro. Allí estuvo casi tres años, hasta que en noviembre pasado ella lo volvió a llamar, cuando reorganizó su gabinete tras descabezar la SIDE. Aníbal volvió como secretario de la Presidencia y a fines de febrero, cuando Jorge Capitanich regresó a la gobernación del Chaco, coronó otra vez en la Jefatura de Gabinete.

Para entonces, ya hacía un mes que venía ganándose a paso vivo la consideración de Cristina. Se había transformado en la cara del Gobierno tras la muerte del fiscal Alberto Nisman ocurrida el 18 de enero, cuatro días después de haber denunciado a la Presidenta por encubrir a los iraníes acusados por la AMIA. “¿Te imaginás lo que hubiese sido el caso Nisman sin Aníbal?”, se pregunta hoy un kirchnerista con actuación destacada en Casa Rosada y el Congreso.

En el Gobierno cuentan que en plena conmoción inicial por la muerte del fiscal, Aníbal le prometió a Cristina sacarle de encima esa mochila colosal si le daban recursos suficientes y libertad operativa.

La maniobra política, judicial y mediática diseñada para enchastrar a Nisman por su vida privada, como una manera de ignorar y descalificar su denuncia, funcionó a la perfección. En menos de 45 días empezó a borronearse en la opinión pública la gravísima acusación a la Presidenta, quedaron en cambio sobrenadando los escandaletes privados reales o fraguados, y Cristina empezó a repuntar en las encuestas.

Hace dos meses, al entrarse en el tramo decisivo de la interna bonaerense, la preferencia evidente de Scioli por Julián Domínguez arrimó simpatías del kirchnerismo duro para Aníbal. Todo indica que el favor de Cristina se terminó de decidir cuando a Aníbal le cayó encima la denuncia por la efedrina, hecha en el programa de Jorge Lanata, y enseguida Julián apareció bailando chacarera en la misma pantalla, la de El Trece/Grupo Clarín, con Marcelo Tinelli. La Presidenta, por espanto si se quiere, consagró entonces a su preferido.

Se ha dicho mucho que Aníbal en campaña es un problema para Scioli. Lo dicen cerca de Scioli, en realidad. ¿Por qué? Porque Aníbal no admite medios tonos, tiene una imagen negativa fuerte y podría obstruir la llegada del candidato a los sectores independientes, de voto volátil, a los que necesita sumar para llegar a la Presidencia. Porque está claro que con lo que hoy tiene, a Scioli no le alcanza.

Parece mentira, pero a pesar de haber logrado el 38,4% en las PASO y aventajar por más de 8 puntos a Mauricio Macri, es habitual en estos días escuchar de gobernadores, intendentes y legisladores peronistas la misma idea: “Daniel la tiene difícil”. Por contraposición, cualquiera de ellos dice: “El que la lleva mejor es Aníbal, porque ganando por un voto es gobernador”.

Los peronistas que dicen esto están en la orilla de Scioli y se ilusionan con desplazar al kirchnerismo del centro de las decisiones. Es más: dicen que si Scioli no lo hace antes de octubre la elección está en riesgo.

Sobre el mismo escenario que dejaron las PASO, el kirchnerismo hace una evaluación muy diferente. Admite que Scioli puede estar en apremios electorales, pero asegura que son fruto de su incapacidad para captar votos más allá de lo que le asegura el kirchnerismo.

Un trabajo del consultor Artemio López afirma que la elección kirchnerista en las PASO estuvo “en el piso de lo previsto”. Igual, sostiene que “el escenario de triunfo en primera vuelta está disponible” para octubre. Pero de allí en más desgrana una mirada muy crítica hacia Scioli. Asegura que el Frente para la Victoria “no obtuvo ningún voto por fuera” de su espacio tradicional y que así “se desmoronó la hipótesis que suponía a Scioli poseedor de un plus de votos no kirchneristas”.

Se señala también que la clave para que el kirchnerismo no pudiera llegar al 40% en las PASO fue la provincia de Buenos Aires en general y la Tercera Sección (sur y suroeste del GBA) en particular, “poblada de segmentos vulnerables, tradicional electorado oficialista”.

Lo que dice Artemio es que donde hay mayor concentración de pobres, necesitados como nadie de la ayuda del Estado, la elección de Scioli estuvo por debajo de las expectativas. Notable sinceramiento sobre el peso electoral que se espera del clientelismo. Aunque, al fin, concede que eso puede responder no sólo a la supuesta falla del candidato sino también a factores como las inundaciones, los problemas de infraestructura en barrios populares y a las carencias económicas y sociales en general.

Para ponerse en posición de ganar la elección Scioli necesita mejorar su desempeño en la Provincia. Allí el peronismo hizo en las PASO su peor elección presidencial de la historia, con 39,5% de votos. La pregunta es si para alcanzar ese objetivo Aníbal es una locomotora que empuja o un freno que inmoviliza.

Desde municipios kirchneristas del GBA hay noticias de organizaciones sociales y vinculadas a la Iglesia que les están pidiendo a los intendentes que les armen la boleta sin Aníbal para repartirlas en su comunidad. No es un hecho generalizado. Pero está pasando.

Por ahora, más allá de los mutuos recelos, Scioli y Aníbal acordaron caminar juntos. Lo que importa es ganar. Como sea. Después se verá qué hacer con la herencia explosiva que uno y otro puedan recibir, en la Nación y la Provincia.

Podrá decirse que a Scioli presidente le convendría que Aníbal no sea gobernador, porque tendría a su espalda una poderosa base kirchnerista activa desde el primer día. Puede suponerse que Aníbal gobernador no querría tener a Scioli presidente, porque ganar en solitario podría convertirlo automáticamente en el nuevo jefe del peronismo. Son especulaciones.

¿Y Cristina? Tiene un favorito, quizás tenga un plan de retorno. Pero está obligada a jugar con cartas ajenas. Su suerte ya no es enteramente suya.

Fuente: Clarín, 23/08/15.
——————————————————–

 

.

 

 

Encuestas elecciones presidenciales 2015

agosto 2, 2015

Scioli sigue primero, pero Macri no está muy lejos

Daniel Scioli primero y Mauricio Macri segundo. A una semana exacta de que se abran las urnas y se cuente voto por voto, esa es la primera certeza. Pero hay otras: el gobernador de la provincia de Buenos Aires no logra estirar su ventaja a diez puntos del jefe de Gobierno, como procuran en el oficialismo para llegar con aire a las elecciones generales de octubre. El candidato del PRO, con la suma de los puntos de Ernesto Sanz y Elisa Carrió –sus socios de Cambiemos, con los que dirime en la interna, a diferencia de Scioli, que es el candidato único del FPV– acorta camino y queda a una distancia de entre 3,8 y 5,8 puntos, lo que ratificaría la polarización de la que se ha venido hablando. Es decir, no hay nada definido, según tres encuestas nacionales a las que accedió Clarín.

argentina-elecciones-urnaLa verdad sobre las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) comenzará a conocerse el domingo después de las 22, según fuentes oficiales. Entre esas verdades, se conocerá cuál fue el rol de Sergio Massa –que enfrenta en la interna a José Manuel de la Sota–, que hace un año estaba primero en las encuestas y hoy aparece tercero, muy lejos de Scioli. Otra de las incógnitas es Margarita Stolbizer, cuya fuerza marcha en el cuarto lugar, pero que aspira a crecer en sectores que no juzgan tan distintos a Scioli, Macri y Massa.
De acuerdo con la mayoría de los encuestadores –que, hay que decirlo, vienen de fallar en el resultado del balotaje porteño y en las generales de Córdoba– hay que hacer una salvedad: el clima está algo enrarecido, todavía queda mucha gente que dice que “no sabe a quién va a votar” y la balanza podría inclinarse a favor de Scioli o Macri, tal vez de manera sorprsiva.
El escenario más favorable para el oficialismo, aunque siempre en el marco de una diferencia en la que los candidatos no se despegan demasiado, se lo da la consultora Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM). Scioli acumula el 35,9% de intención de voto contra el 26,6% de Macri. Claro que al jefe de Gobierno habría que acumularle los puntos de sus rivales en la interna, que no son tantos para OPSM, pero que resultan decisivos para achicar el margen. Sanz, en ese sondeo, registra el 1,4% y Carrió el 1,1%.
Esta consultora, dirigida por Manuel Mora y Araujo, es la que mejores números arroja para el Frente UNA de Massa y De la Sota. Al tigrense le da una intención de voto del 15,4% y al gobernador de Córdoba 6,6%.
La encuesta que mejores cifras le otorga a Cambiemos es la de Giacobbe y Asociados. La fórmula Scioli-Zannini tiene 36,1% de intención de voto y la de Macri-Michetti (con el aporte de los binomios Sanz-Llach y Carrió-Flores) trepa a 32,3%. Este relevamiento le da a Massa el 13,5% y a De la Sota el 4,6%. El dato central es la diferencia de solo 3,8 puntos entre el Frente para la Victoria y Cambiemos, que le daría la razón a aquellos que sostienen que en las generales del 25 de octubre la contienda quedará eclipsada por Scioli y Macri, a tal punto que podría funcionar como un balotaje anticipado. Para ser presidente se necesita superar los 40 puntos con una ventaja de más de 10 sobre el segundo o más del 45%.
Exactamente en el medio de las mediciones de OPSM y Giaccobe y Asociados aparece la de Management & Fit. En un trabajo realizado entre el 20 y el 26 de julio, que abarcó 2400 casos y que fue presentado en el Coloquio de la UIA en Córdoba, se determinó que Scioli supera el 35% y que Macri alcanza el 26,5%. Aunque la difencia parece muy favorable al gobernador bonaerense, el jefe de Gobierno se acerca cuando se le computan los votos de sus aliados. Sanz aporta el 2,3% y Carrió el 1,7%. El margen entre un frente y el otro se reduce a menos d cinco puntos.
La consultora que dirige Mariel Fornoni es la que cosecha peores números para Massa, al que solo le otorga el 11,8%, y ubica a De la Sota –que viene creciendo en las últimas semanas y espera el milagro de ganar la interna– con el 6,3%.
El resto de las fuerzas aparece muy relegada. Stolbizer, que no tiene rivales en Progresistas, oscila entre el 3,1 y el 4,1% y el candidato del FIT, Jorge Altamira –que se impondría en la interna frente a Nicolás del Caño– se entrevera con Adolfo Rodríguez Saá.

Fuente: Clarín, 02/08/15.

 

.

Encuesta Elecciones 2015 – 23/06/15

julio 30, 2015

Ver encuesta:

Public-Opinion-Poll-Wonder-and-ND-A 2015

argentina elecciones 2015 a

urna 01

 

 

 

Daniel Scioli: de campaña en un helicóptero de la policía

julio 30, 2015

Viaje polémico: de campaña en un helicóptero de la policía

Constituye una malversación de fondos públicos.

Foto: LA NACION 
 

La llegada de Daniel Scioli a Corrientes a bordo de un helicóptero de la policía de Entre Ríos generó polémica. Junto con Carlos Zannini, el candidato presidencial del FPV realizó un acto en la sede del sindicato Luz y Fuerza, en Corrientes. El gobernador de esa provincia, Ricardo Colombi, cuestionó el uso de la aeronave para una visita proselitista. «Que el helicóptero venga para evitar el contrabando y no para trasladar a un candidato», criticó Colombi, que se equivocó al advertir que el helicóptero pertenecía a la Policía Federal. La nave en cuestión habría sido cedida por Sergio Urribarri.

Fuente: La Nación, 30/07/15.


Código Penal Argentino

Art. 261. – Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez años e inhabilitación absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere caudales o efectos cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo. Será reprimido con la misma pena el funcionario que empleare en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios pagados por una administración pública.

no a la corrupcion

 

.

Encuesta Elecciones 2015 – Giacobbe & Asociados

julio 23, 2015

 

Encuesta Nacional sobre las Elecciones Presidenciales 2015
Giacobbe & Asociados Opinión Pública

Informe completo:
Elecciones 2015 _ Encuesta Giacobbe 2015 07 23

giacobbe logo

urna 01

.

 

Scioli y Macri a la par

julio 8, 2015

Scioli y Macri definen por penales

Por Luis Majul.

scioli y macri 01Ni Daniel Scioli ya ganó, como sostiene parte del «círculo rojo», ni es seguro que Mauricio Macri termine triunfando por muy pocos votos de diferencia, como afirman los estrategas de Pro. Si se pudieran comparar el fútbol con la política y las elecciones presidenciales con un Mundial, o, para ser más actuales, con la Copa América, bien se podría concluir que ganar un partido 6 a 1 en semifinales no garantiza llegar a la final y comerse los chicos crudos. Cada partido es único y ninguna competencia electoral provincial o distrital puede ser extrapolada, de manera automática, al resto del país. Cuentas hace todo el mundo. Pero suelen mezclarse con los deseos. Sin embargo, hay un par de hechos irrefutables: los oficialismos suelen retener el poder. De las diez elecciones distritales, sólo en una provincia, la de Mendoza, un opositor, el radical Alfredo Cornejo, le ganó al postulante del oficialista Frente para la Victoria, Adolfo Bermejo.

Cálculos más o menos lógicos o más o menos extravagantes se exhiben al por mayor. Jorge Giacobbe, por ejemplo, se tomó el trabajo de promediar el porcentaje obtenido por el Frente para la Victoria sobre el 42% de los votos emitidos y le dio apenas el 31%. Exhibió ese trabajo, según él, para probar que Scioli no está ganando en segunda vuelta ni está cerca de hacerlo. Pero quizá una de las cuentas más interesantes es la de Sergio Berensztein. El consultor divide el país en tres grandes bloques «socioeconómicos». Uno es el NEA, el NOA y la Mesopotamia, con una ponderación del 30% de los votos a nivel nacional. Otro bloque es la zona centro y la Patagonia, que representaría otro 30% del padrón. El último es la provincia de Buenos Aires, que concentra cerca del 40% de los votos. Los divide de esa manera porque considera que al Frente para la Victoria siempre le va mejor en las provincias y los distritos donde los habitantes dependen más del Estado. Es decir, donde son determinantes el empleo público y los planes sociales. Y afirma que le va bastante peor en los centros urbanos o las zonas más ricas, donde el PBI es más alto y el desarrollo productivo más sostenido. Para Berensztein, la provincia de Buenos Aires es una síntesis perfecta del país. El interior, con sus matices, es más o menos rico y el Gran Buenos Aires es más o menos pobre. Según él, en la provincia de Buenos Aires Macri podría obtener poco más del 30% de los votos, lo que representaría el 12% a nivel país. Podría sumar cerca del 50% en la zona centro, lo que le aportaría otro 14% de su caudal nacional. Y obtendría otro 10% de los votos de la Argentina si lograra alcanzar el 30% en la zona NOA, NEA y Mesopotamia. Los tres bloques, sumados, le aportarían a Macri un caudal de poco más del 35% de los votos, lo que lo transformaría en muy competitivo. La misma cuenta de Berensztein le daría a Scioli cerca de un 40% a nivel país. «Para ganar con una diferencia de 10 puntos sobre Macri, Scioli debería conseguir el 45% de los votos a nivel nacional. Y, para eso, tendría que lograr el 50% en la provincia, porcentaje que, ahora mismo, aparece como inalcanzable», agrega.

Berensztein usa este cálculo para explicar que es una tontería la idea de que Macri, en el fondo, no acelera porque no quiere ganar. No es una proyección electoral muy diferente a la que plantea el equipo de campaña de Pro, comandado por el secretario general del gobierno de la ciudad, Marcos Peña. Ellos descuentan que la dinámica de la polarización hará que Macri y Scioli acaparen el 75% del total de los votos en las PASO del próximo 9 de agosto. «A nosotros nos da que Scioli termina con el 39% de los votos y Mauricio, con el 36%. Creemos que Massa, sumado a De la Sota, obtiene el 15%; que Margarita [Stolbizer] saca un 5%, y que Rodríguez Saá, junto a la izquierda, logra otro 5%», siguió haciendo cuentas el asesor de campaña. «¿Y esto a qué conclusión los lleva?», pregunté. «A una polarización extrema -respondió el hombre de Pro-. A unas PASO funcionando como una primera vuelta y a una primera vuelta funcionando con un ganador ya definido. Con los votos de Massa, Margarita y la izquierda repartidos entre los dos finalistas. Es decir: con uno de los dos candidatos por encima del 45% de los votos.» ¿Y por qué cree que ese candidato va a ser Macri? «Porque el 60% de los argentinos quiere un cambio y eso va a terminar definiendo», sentenció.

Los hombres de amarillo están seguros de que, a partir de la semana que viene, comenzarán a publicarse en medios nacionales «encuestas pagas» donde Scioli aparecerá cada vez con más diferencia sobre Macri. E invitan a pensar en la ola de triunfalismo sciolista que bañó a los formadores de opinión después de la conformación de fórmulas. Ellos creen que esas encuestas «están operadas». «¿Me podés explicar cómo pudo despegarse Scioli de Mauricio después de conocerse que su compañero de fórmula es Carlos Zannini y nuestra candidata a vicepresidenta es Gabriela Michetti?», se preguntó la misma fuente. Después de la victoria de Rodríguez Larreta en la ciudad, los que trabajan para el proyecto Macri presidente se quedaron con un gustito agridulce. Con la calculadora en la mano, afirman que la segunda vuelta ya está ganada. Que «el Pelado» va a conseguir por lo menos el 55% de los votos. También admiten que la campaña se puede complicar si Martín Lousteau levanta su «nivel de agresividad» y empieza a agitar el asunto de «la falta de transparencia».

Desde lo personal, Macri lo considera un incordio. Planeó instalarse en el Gran Buenos Aires para conseguir votos donde todavía le faltan y deberá repartir el tiempo para apuntalar a su delfín en la ciudad. Ya resolvieron qué tipo de campaña van a protagonizar. Rodríguez Larreta seguirá hablando de la ciudad y Macri de sus planes para gobernar el país. Y los financistas de la campaña empezaron a verle a la segunda vuelta la parte positiva: «Tenemos 20 millones de pesos de publicidad gratis, que es lo que nos corresponde por la cantidad de votos. Aportará más visibilidad a nivel nacional». Mientras, preparan un dossier para mostrar a los argentinos que la de Scioli «es la peor gobernación de Buenos Aires» desde la restauración de la democracia en 1983. No quieren dejar nada librado al azar. «Si nos equivocamos, perdemos», dicen. No es muy diferente a lo que piensa Scioli en la más absoluta intimidad. Sería una final cerrada, de dientes apretados, y se podría definir por penales, porque llegarían los dos con lo justo y casi sin aire.

Fuente: La Nación, 08/07/15.

mafalda democracia

 

.

El desempeño del Frente para la Victoria

julio 6, 2015

 

giacobbe 2015 07 06

 

urna electoral argentina

.

.

Daniel Scioli: «La Cámpora es el presente y el futuro de la Argentina»

junio 24, 2015

Daniel Scioli: «La Cámpora es el presente y el futuro de la Argentina»

El gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato a la Presidencia por el FpV sostuvo que «siempre se ha rodeado de jóvenes de la militancia»; dijo estar muy preparado para ser presidente.

.

«La Cámpora es el presente y el futuro de la Argentina». El gobernador de la provincia de Buenos Aires y precandidato presidencial Daniel Scioli se refirió de esa manera a la organización ultrakirchnerista fundada por Máximo Kirchner, hijo de la mandataria Cristina Kirchner.

Además, Scioli sostuvo que «interpreta y convoca» a los jóvenes para que lo apoyen. «Tengo un gabinete joven, siempre me he rodeado de ellos», dijo.

El gobernador bonaerense destacó que la oportunidad de reemplazar a Cristina Kirchner en la Casa Rosada le llega en un gran momento de su vida. «Estoy convencido de poder hacer un buen servicio al país», aseguró.

«Te encargan un trabajo de enorme responsabilidad y esa oportunidad me aparece en un momento de mi vida con experiencia, pasión y claridad acerca de dónde poner mi energía para mejorar el país», dijo Scioli en el programa televisivo que conduce Alejandro Fantino en América.

Cristina Kirchner y Daniel Scioli

Cristina Kirchner y Daniel Scioli

En referencia a las sospechas de la oposición sobre el poder que tendría Cristina Kirchner en un eventual mandato suyo, Scioli contestó: «Siempre ejercí y voy a seguir ejerciendo las plenas facultadas de gobernador y también lo voy a hacer como presidente».

«A la gente le quisieron meter que el país se iba a ir al diablo: el caso Nisman, la embestida judicial, que no me iban a dar la lista y ¿ahora? La gente sabe de mi compromiso y mi absoluta independencia, siempre hago las cosas a mi estilo, con respeto», afirmó.

Respecto a su principal rival en las próximas elecciones nacionales, el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, Scioli remarcó las principales diferencias con el líder de Pro.

«La diferencia es en el rol del Estado, hay cuestiones que no se le puede dejar al mercado y ver por los resultados económicos. Aerolíneas tiene un valor estratégico, las pérdidas son depende el punto de vista que se vea», aseguró. Días atrás, Macri dijo que «no pensaba perder 30 millones con Aerolíneas Argentinas».

«Votaron en contra de la recuperación de YPF, dijeron que hay que pagarle a los fondos buitre y estuvieron en contra de la administración de los fondos de la Anses», agregó.

El precandidato a vicepresidente

Scioli se refirió a su compañero de fórmula, Carlos Zannini . Ante la idea de que el vice fue impuesto por Cristina Kirchner, el gobernador de Buenos Aires sostuvo: «Nunca hubo una actitud de imposición por parte de Cristina».

«Charlé varias veces de manera muy sincera con Zannini luego de la designación y es el mejor para el puesto, es muy inteligente y con mucha capacidad intelectual», soltó. Y agregó: «Es muy importante que a las cosas las hablemos y que estemos atentos porque van a querer meter cizaña entre nosotros».

Fuente: La Nación, 24/06/15.

Scioli y La Campora 01

.

Mauricio versus Cristina

junio 20, 2015

Macri eligió polarizar con el cristinismo

Por Joaquín Morales Solá.

Mauricio MacriMauricio Macri eligió ayer polarizar con el cristinismo no sólo electoralmente. También confrontará con el estilo y con las características personales y políticas de los candidatos oficialistas. Sobresale, sin duda, la elección de Gabriela Michetti como su compañera de fórmula presidencial. La actual senadora es la figura más popular de Pro, después del propio Macri; es conocida en todo el país, y su imagen negativa es casi inexistente. Michetti se enfrentó a Macri hace pocas semanas, en la elección primaria para elegir el candidato a jefe de gobierno. Ella no es, por lo tanto, una dirigente absolutamente disciplinada al líder partidario, aunque siempre se ha mantenido dentro de los necesarios márgenes de lealtad.

Por esos trazos de su perfil personal, su designación significa un importante aporte al proyecto macrista, ya sea en las elecciones presidenciales como en los comicios de la Capital. La elección porteña, que se celebrará dentro de dos semanas, es crucial para la carrera presidencial del jefe porteño. Se ha propuesto ganar en primera vuelta, victoria que no ha sucedido nunca en el distrito desde que existe el sistema de ballottage.

Pero una segunda vuelta podría ser riesgosa (no por una eventual derrota, sino por el posible escaso margen de un triunfo) para las aspiraciones de Macri de ser presidente en octubre. Es probable que en esa potencial segunda vuelta se conforme en torno de Martín Lousteau una alianza de hecho de todo el antimacrismo capitalino, desde el kirchnerismo hasta todos los matices de la izquierda. Ese mosaico diverso buscará desestabilizar no a Horacio Rodríguez Larreta, sino al principal candidato presidencial del antikirchnerismo. Macri osciló en la elección vicepresidencial entre Michetti y Marcos Peña, su hombre de mayor confianza en la administración capitalina junto con el propio Rodríguez Larreta. Peña es un dirigente valioso de la nueva generación de políticos, con una especial formación para definir las estrategias políticas. Su problema es que sus méritos los conocen muy pocos para una elección nacional. Todo el peso de la campaña habría caído, si lo hubiera elegido a él, sobre las espaldas de Macri.

El líder de Pro pensó además en las circunstancias que lo rodearían en un eventual gobierno suyo desde la Casa Rosada. Rodríguez Larreta debería dedicarse a gobernar la Capital y Peña debería encerrarse en el Senado para armar mayorías forzosamente transitorias. Carecería en una eventual gestión presidencial de los hombres que han sido hasta ahora sus dos colaboradores más confiables. Peña, al revés de Michetti, no conoce los resortes ni los protagonistas del Senado. Michetti, en cambio, le aportaría también a Macri su conocimiento del Senado, de sus integrantes, de su reglamento y de sus tretas.

Seguramente Cristina Kirchner lo ayudó cuando designó a Carlos Zannini como compañero de fórmula de Daniel Scioli. Macri no podía anteponerle a ese operador desconocido por la gente común un funcionario también ignorado por el gran público. Contaba, al mismo tiempo, con la seguridad que le había dado Michetti de que los tiempos de confrontación se habían acabado. De hecho, la senadora comenzó la campaña en ayuda de Rodríguez Larreta antes de que supiera si ella sería la compañera de fórmula de Macri. «Desde la noche de las pasadas elecciones primarias, Gabriela se ha portado con una increíble lealtad», suele repetir Macri.

Macri estaba ya ayer en campaña con un mensaje a sus íntimos lleno de contenido electoral: él, decía, había elegido la mejor alternativa que tenía, mientras Cristina seleccionó la peor. Macri ha dejado de mirar a Scioli; sólo se fija en Cristina después de que ésta se exhibió como jefa suprema de la campaña oficialista. La segunda decisión que Macri tomó ayer no fue una iniciativa, como es el caso de Michetti, sino una retractación. Bajó a Cristian Ritondo de la candidatura a vicegobernador de Buenos Aires para ofrecérsela al radicalismo. Tanto María Eugenia Vidal como Ritondo nacieron en la provincia de Buenos Aires (por eso pueden ser candidatos), pero los dos son funcionarios elegidos de la Capital. Vidal es vicejefa de gobierno y Ritondo es presidente de la Legislatura. Un exceso de Capital para ofrecer en territorio bonaerense.

El radicalismo venía pidiéndole el cargo de candidato a vicegobernador para un dirigente de ese partido. Ernesto Sanz fue especialmente insistente para que Macri cambiara su primera decisión. «Es un error proponer en Buenos Aires una fórmula capitalina, sobre todo cuando ya la fórmula presidencial es también capitalina», le repitió Sanz. Macri se reunió ayer con Ritondo y le contó el problema. «Yo me bajo, nunca voy a ser un obstáculo para el proyecto presidencial», le respondió. Macri quedó con las manos libres y lo llamó a Sanz para decirle que el radicalismo tenía el cargo a su disposición.

Ninguno de los candidatos del radicalismo para ese lugar era muy conocido, aunque todos han tenido responsabilidades en la administración pública. Daniel Salvador, el elegido finalmente, es un dirigente fuertemente comprometido con los derechos humanos y reconocido por los radicales bonaerenses. Es lo que necesita Macri: movilizar al radicalismo de Buenos Aires y, más que nada, a sus militantes en condiciones de ser fiscales. Las elecciones en la provincia de Buenos Aires se pueden ganar o perder sólo por obra y gracia de los fiscales. A ese punto de ineptitud (y de corrupción) ha llegado el anacrónico sistema electoral argentino.

La decisión de modificar la fórmula bonaerense esconde otra confrontación de Macri con Cristina Kirchner. Lo decía él mismo ayer cuando subrayaba que es un dirigente dispuesto a rectificar las equivocaciones cuando las percibe. Sabemos lo que quiere decir: Cristina nunca estuvo dispuesta a aceptar que se equivocó.

Macri está convencido de que la Presidenta decidió también polarizar directamente con él. Así leyó la designación de Zannini o el intento fallido de llevar a Florencio Randazzo a la disputa bonaerense. Aceptó el reto cuando eligió a Michetti y modificó la fórmula bonaerense. Lo diga él o no, Macri cree que en algún momento de los próximos meses se encontrará cara a cara con Cristina Kirchner, en la fase final de un combate político por todo o nada.

Fuente: La Nación, 20/06/15.

 

⇒ ¿Quiere incrementar sus ingresos? ⇐

 

.

« Página anteriorPágina siguiente »