La mentira estadística

febrero 4, 2015

El Indec, hoy: la máquina de la mentira

Por Francisco Jueguen.

 Los afiches, pósteres y cuadros de Néstor Kirchner, omnipresentes en el edificio del Indec, sobre Diagonal Sur. Foto: Francisco Jueguen

Las sombras invaden el Indec. Pocos caminan por sus pasillos a las 17.30 de un caliente viernes de enero. Todo lo que aún se mueve ya se está despidiendo. «¿Busca algo?», pregunta desde atrás de un gabinete metálico y oxidado la única empleada presente en el tercer piso. «Cuidado, hoy esto es un terreno hostil», alerta gente que trabaja en el organismo de las estadísticas, colonizado en 2007 por el kirchnerismo hasta convertirlo en una poderosa máquina de mentir.

La oficina principal de la Dirección de Precios, detrás de una puerta marrón con ojo de buey, parece una más en el viejo edificio de Diagonal Sur al 600. Pero no. Es el escenario de un crimen. Ocho años atrás, ahí empezó a cometerse una violación institucional que todavía perdura: la adulteración de las estadísticas sobre inflación.

Video: Ocho años de lucha contra la intervención del Indec:

«Kirchner quiere tu cabeza», le dijo una jefa del Indec a Graciela Bevacqua, directora de Precios, la mañana del lunes 29 de enero de 2007. Era la secuela de un 2006 repleto de presiones sobre esas dos mujeres.

Temeroso por la inflación, Néstor Kirchner había ordenado al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno , que apretara a las dos técnicas para obtener la lista de informantes del Indec. El objetivo: obligar a las fuentes del organismo a rebajar sus precios cuando los encuestadores pasaran a relevarlos. Moreno no logró doblegar a los directores del instituto, pero no se rindió. Por el contrario, redobló su apuesta.

El 29 de enero pasado se cumplieron ocho años de la intervención oficial , que incluyó, desde el primer día, la persecución de trabajadores.

K lapiz Indec«Néstor se pasó todo 2006 haciendo acuerdos de precios. Estaba muy preocupado», contó alguien que fue ministro en esos años. «Creía que la Argentina en materia de precios era como un alcohólico recuperado: si le mostrabas la inflación, se iba todo al demonio.»

Embravecida por los elevados precios de la lechuga, el turismo y las prepagas, el último fin de semana de enero de 2007 la mano derecha de Moreno y recién nombrada al frente del Indec, Beatriz Paglieri, había acordado con varios directores nacionales no difundir el índice de inflación que Bevacqua venía calculando. Para la tercera semana de enero ya sumaba 2,1%, cifra intolerable para el inicio de un año de elecciones presidenciales.

Una semana después todo tomó un tinte más formal. El decreto 100, del 6 de febrero, desplazó a Bevacqua y nombró a Paglieri a cargo de la Dirección de Precios. Un día antes -tras forzar a los encargados del Departamento de Informática a retocar un documento público-, el Gobierno había difundido el primer dato de inflación manipulado: en enero, según el Indec, los precios habían subido 1,1%.

El 29 de enero pasado se cumplieron ocho años de la intervención oficial, que incluyó, desde el primer día, la persecución de trabajadores.

Las entrañas del Indec han dejado de ser las de un organismo técnico. Hoy se parecen más a las de una unidad básica.

Muchos de los que formaron parte de la historia más sombría del organismo militan ahora en la oposición. Alberto Fernández , Miguel Peirano, Sergio Massa , Martín Lousteau y Julio Cobos , entre otros, reclaman una urgente normalización del Indec. De los tres principales candidatos presidenciales (Mauricio Macri, Daniel Scioli y Massa), el único que se niega a dar una definición tajante sobre el futuro del organismo es Scioli.

 
Estética de búnker de campaña en una oficina. Foto: Francisco Jueguen

«Es necesario que vuelva el equipo de técnicos anterior a la intervención», dice el ex vicepresidente Julio Cobos . «El problema será cómo volver a ensamblar todo lo que se destruyó.»

«El error nuestro fue creerle a Moreno que dentro del Indec había una confabulación con fines electorales», admite el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández.

«A Moreno hay que denunciarlo penalmente. Yo lo voy a hacer investigar», sostiene Massa.

«La desconfianza en el Indec tiene múltiples consecuencias negativas», analiza Lousteau, ex ministro de Economía de Cristina Kirchner. «Desde el punto de vista del hacedor de política económica, volás sin instrumentos. Además, cuando la gente percibe otra inflación que la que calcula el Indec, deja de creer en todos los otros datos.»

«Cualquiera que sea el próximo presidente va a cambiar el Indec. Se demostró que la estrategia fue un fracaso en términos de expectativa inflacionaria», afirma Peirano, ex jefe del Palacio de Hacienda durante el kirchnerismo.

Ningún dato elaborado por el Indec es confiable. Los resultados del nuevo índice de inflación a nivel nacional (IPC-Nu), de Axel Kicillof, ya renovaron las sospechas

LA NACION quiso consultar a Moreno, Felisa Miceli, Axel Kicillof y al actual director del Indec, Norberto Itzcovich. Ninguno aceptó.

Las entrañas del Indec han dejado de ser las de un organismo técnico. Hoy se parecen más a las de una unidad básica. «Clarín miente, LA NACION oligarca», dice un afiche que adorna la entrada a todos los ascensores de los diez pisos del edificio. La leyenda reaparece en la enorme bandera contra el multimedio que oculta la fachada de los pisos superiores. Las fotos de Néstor Kirchner se multiplican y se intercalan con pósteres de la agrupación Evita Inmortal y panfletos contra los «fondos buitre». La decoración cambia si se está en los pisos «amigables» -los dominados por UPCN, gremio que es la mano de obra de la intervención- o de ATE (los «enemigos»).

Hoy, ningún dato elaborado por el Indec es confiable. Los resultados del nuevo índice de inflación a nivel nacional (IPC-Nu), de Axel Kicillof, ya renovaron las sospechas. La composición de las canastas regionales nunca fue publicada y el instituto no difunde desde 2008 los precios promedio de los productos que releva. Varios especialistas comenzaron además a denunciar que, gracias a cambios metodológicos en el relevo de información en los comercios, creció la incidencia del programa Precios Cuidados en el IPC-Nu. Es una trampa para contener el aumento del índice.

Por «problemas de empalme», desde fines de 2013 el organismo dejó de publicar las canastas para calcular la pobreza e indigencia. La aguja del desempleo se mantiene inmóvil a pesar de la recesión. La tasa de empleo cae al mismo nivel que la tasa de actividad, en un contexto negativo. No hay experto en el país que no diga que lo lógico es que ocurra exactamente lo contrario

Por «problemas de empalme», desde fines de 2013 el organismo dejó de publicar las canastas para calcular la pobreza e indigencia.

La destrucción estadística sólo fue posible gracias al desmantelamiento institucional. «La intervención desplazó a muchos técnicos y al mismo tiempo tomó mucha patota», cuenta el delegado de ATE-Indec Fabio Peñalva. En 2006 había, según el Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento (CAES), 1210 trabajadores, cifra que se había mantenido estable desde 1995. En 2007 (año de la intervención), la plantilla creció 24,9% (a 1506 trabajadores). Para la Oficina Nacional de Empleo Público, hasta el primer trimestre de 2013, el Indec tenía 1537 empleados, muchos en situación de precariedad (contratados o tercerizados).

Moreno se convirtió en el nuevo gerente de Recursos Humanos del Indec. Varios de los vigilantes de precios en el Mercado Central y militantes de su unidad básica (Pueblo Peronista) ocuparon cargos directivos en el organismo.

Llegaron también los barrabravas que formaron «la patota». Uno de ellos, Ariel «el Gusano» Pugliese, investigado por el asesinato de Marcelo Cejas, hincha de Tigre, el 25 de junio de 2007, tomó notoriedad en 2010 al revolear sillas en la Feria del Libro. En octubre pasado fue el turno del «Gordo Maxi» y el «Gordito Farfán», dos barras de Excursionistas. Ambos eran empleados del sector Logística del Indec cuando fueron detenidos por ser parte de una presunta banda que traficaba drogas. El allanamiento, en la sede del Indec, terminó con el secuestro de 300 gramos de pasta base escondidos en la caldera.

Los trabajadores que apoyaron la intervención se beneficiaron con cargos, mejores sueldos y ascensos. También algunos directores. Un ejemplo: la manipulación del índice de precios impulsó artificialmente el índice de crecimiento y, a su vez, el valor de los cupones atados a ese indicador. Susana Rosental, que elabora ese índice, admitió en su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción que a fines de 2012 tenía en su poder $ 72.194 en títulos en dólares vinculados al PBI. Ya se ve: el Indec es hoy tierra de oportunidades.

La destrucción estadística sólo fue posible gracias al desmantelamiento institucional

Las causas en la Justicia que tramita el juez Rodolfo Canicoba Corral por el Indec son dos. Una investiga lo que ocurrió con el IPC-GBA y el posible delito de «falsificación de documento público». La otra es parte del voto «no positivo» de Julio Cobos a Cristina Kirchner.

 
«Clarín miente. la nacion oligarca», en todos los ascensores. Foto: Francisco Jueguen

Eran las 7 de la mañana de un día de septiembre de 2007. Patricia Giménez, entonces directora de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) de Mendoza, manejaba su auto camino a la oficina cuando la radio la estremeció. Se enteró en un noticiero de que el Indec había «corregido» su índice de precios de agosto. Para la DEIE, la inflación de ese mes había sido 3,1%. En Buenos Aires, el Indec de Moreno la bajó a 1,5%.

«La llamé a Laura Montero [en ese momento ministra de Economía provincial y hoy senadora nacional] y me dijo que mantuviera el número original, que ya íbamos a hablar con el gobernador Cobos», recuerda Giménez.

Intervino el gobernador. «Mandé una nota al jefe de Gabinete e hicimos la denuncia penal», cuenta. También hizo su parte el entonces jefe de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), Manuel Garrido: «Accedimos a los registros informáticos. Los índices dibujados aparecían con la letra T. Los promedios que fijaban estaban por debajo de la cifra menor ponderada. Un técnico en estadísticas estableció que los resultados oficiales eran matemáticamente imposibles».

Moreno y Lousteau presentaron en la Casa Rosada sus propios planes para transformar el IPC. Cristina Kirchner no sólo eligió el diseñado por Moreno, sino que le pidió a Lousteau que lo presentara públicamente.

Moreno derrotó a todos por una razón: Moreno era Kirchner. Cristina heredó ese vínculo con el secretario de Comercio, pero con un cambio cualitativo. «Moreno es como un rottweiler. Kirchner lo tenía atado y a veces lo hacía chumbar. Cristina lo dejaba suelto en el jardín», grafica Alberto Fernández.

Luego de que Miceli y Roberto Feletti perdieran su batalla frente al rottweiler, todos los ministros de Economía kirchneristas sucumbieron ante Moreno. Ninguno cuestionó la falsificación de las estadísticas en público mientras participó del Gobierno. Dicen que sí lo hicieron en privado.

Peirano renunció luego de una discusión en Olivos con Moreno, Fernández y Néstor y Cristina Kirchner. «Las diferencias entre esta presidenta [electa] y usted son muy grandes», le dijo Cristina a Peirano después de que éste le reprochara a Moreno la persecución de los trabajadores en el Indec, la manipulación de las estadísticas y los primeros roces con los productores del agro.

Lousteau confió en sus buenos vínculos con Moreno desde sus tiempos de presidente del Banco Provincia. Pero antes de que saliera el primer IPC bajo su comando, en enero de 2008, Moreno se le adelantó y anunció que la inflación había sido de 0,8%. «Era matemáticamente imposible que el nivel general diera eso porque el transporte había subido 20%», relatan cerca del ex ministro.

Moreno y Lousteau presentaron en la Casa Rosada sus propios planes para transformar el IPC. Cristina Kirchner no sólo eligió el diseñado por Moreno, sino que le pidió a Lousteau que lo presentara públicamente. La crisis del campo aceleró su renuncia. El programa de Moreno fue dado a conocer por Alberto Fernández en 2008 en el hotel Sheraton de Pilar, para evitar protestas. «La metodología era correcta», se atajó Fernández. «El problema era que falsearon los datos.»

Desde 2007, el Indec se erige como símbolo de un capítulo fundamental del «relato» o «historia oficial» de los gobiernos kirchneristas.

La noche en que se votó la polémica resolución 125 en el Senado, un muñeco con la cara de Cobos apareció ahorcado en el décimo piso del Indec. Para oxigenar el gabinete, Massa reemplazó a Alberto Fernández. Massa y el flamante ministro de Economía, Amado Boudou (que lo había acompañado en la Anses), reclamaron a varias universidades un informe de situación sobre el Indec. Cuando los académicos lo terminaron, en 2010, nunca fueron recibidos por Boudou.

En el entorno de Massa recuerdan en especial un viernes de 2008. El decreto estaba firmado: se iba a intervenir el Indec. El hombre a cargo del organismo iba a ser Santiago Montoya. El secretario legal y técnico, Carlos Zannini, llevó el documento al despacho de Cristina Kirchner. La iniciativa murió ahí. «Decían que Montoya no era garantía», relata uno de los involucrados. Por ese entonces a cargo de Rentas en el gobierno de Scioli, Montoya había aceptado la misión, pero con condiciones. Más tarde también lo rechazarían como cabeza de la AFIP.

No al fraude estadisticoDesde 2007, el Indec se erige como símbolo de un capítulo fundamental del «relato» o «historia oficial» de los gobiernos kirchneristas. En plena crisis económica, el 2 de diciembre de 2013, Cristina Kirchner desplazó a Moreno. Kicillof, que en otras épocas había criticado la manipulación de las estadísticas por parte del Indec, llegó a la conducción de Economía. Su plan era volver a endeudarse y para eso, asesorado por el Fondo Monetario, lanzó el IPC-Nu. Además cortó algunos concursos sospechados y desplazó a un ariete de la intervención en el Indec: la directora Ana María Edwin. Pero no la abandonó: fue premiada con otro cargo en el Gobierno. De todos modos, el Indec gestado por Moreno se mantiene hasta hoy. La Presidenta no quiere cambios allí.

Una imagen explica por qué. En el segundo piso del Indec -donde están sus conductores-, un cuadro muestra al que, muchos años después, parece seguir siendo el verdadero patrón del lugar. El inspirador. El que lo hizo posible. Néstor Kirchner.

Fuente: La Nación, 04/02/15.

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Síndrome Urémico Hemolítico

octubre 12, 2014

Habrían alterado las cifras de una grave enfermedad alimentaria

Por Fabiola Czubaj.

Dos ONG afirman que el Ministerio de Salud eliminó por lo menos 208 casos de síndrome urémico hemolítico en su último informe epidemiológico; el país posee el 51% de los casos en el mundo

argentina-bandera-botonUn informe epidemiológico del Ministerio de Salud causó indignación en las dos asociaciones civiles y los especialistas que trabajan para prevenir y educar a la comunidad sobre el síndrome urémico hemolítico (SUH), una enfermedad transmitida por alimentos y agua contaminada con la bacteria Escherichia coli.

No sólo coinciden en que no hubo acciones que expliquen la reducción de más del 30% de los casos entre 2010 y 2013 que menciona el informe oficial, sino también en que se eliminaron por lo menos 208 casos que hasta noviembre pasado había registrado el Instituto Malbrán.

 

«Estamos convencidos de que los 319 casos o el descenso con respecto a los años anteriores que informan para 2013 no es la cifra real ni se condice con la falta de campañas de prevención sostenidas en el país y la promesa de poner en marcha el Programa Nacional de SUH. Si en noviembre había 527 casos, nunca puede darse un número menor para ese año. Esto nos hace acordar mucho al Indec», dijo Miguel Caracciolo, presidente de la Asociación para la Prevención del Síndrome Urémico Hemolítico (Apresuh).

Para Marcelo Da Rocha, presidente de la asociación civil Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (Lusuh), «ocultar cifras es querer tapar el sol con las manos. No vemos las condiciones que permitan explicar o sugerir el descenso de casos.Nunca nadie se ocupó del SUH en estos años, cuando prevenirlo le costaría al país el 10% de lo que le cuesta tratarlo. Y no estamos hablando de medidas de higiene complejas».

Las cifras oficiales aparecieron luego de que el defensor del pueblo de la Nación exhortara en junio a la cartera sanitaria a difundir las estadísticas de los diagnósticos de SUH, suspendidos desde 2010. Esos datos son importantes por varios motivos.

El síndrome afecta principalmente a los menores de 5 años, nuestro país concentra el 51% de los casos anuales en el mundo y su atención le cuesta al sistema de salud unos 121,2 millones de pesos por año, según surge de la actualización de un estudio de costos directos e indirectos de pacientes agudos y crónicos que publicó en 2006 el equipo de la doctora María Gracia Caletti (hospital Garrahan) en la revista Medicina.

Además, el perfil de la enfermedad que causa la toxina que produce la E. coli en el organismo está cambiando: afecta a chicos más grandes (3 años o más) y es más virulenta que años anteriores, como también lo explicó el doctor Ramón Exeni, jefe del Departamento de Nefrología del Hospital de Niños de San Justo, uno de los centros de referencia.

En algo coinciden todos: el subregistro del SUH, endémico en el país, es muy alto. También lo es el desconocimiento. Sólo el 40% de los argentinos sabe de qué se trata este síndrome. Apresuh y Lusuh lo atribuyen a la falta de campañas de difusión, sobre todo en las escuelas, y de implementación del anunciado Programa Nacional de SUH.

En el exhorto del defensor del pueblo, se lee: «Se la considera una enfermedad trazadora de múltiples enfermedades transmitidas por alimentos (ETA), a través de cuya prevención pueden evitarse otras 250 enfermedades» que se transmiten por la misma vía.

Sobre las campañas de difusión, el viceministro de Salud, doctor Jaime Lazovski, respondió a LA NACION: «No hay campañas públicas masivas, pero el trabajo para controlar los alimentos o de bromatología y la capacitación sobre su manejo seguro es permanente. Se están realizando muchas actividades sobre la preparación segura de los alimentos y la vigilancia de los establecimientos productores y elaboradores de alimentos. Y en las escuelas hay campañas en las que están participando activamente las ONG y los hospitales».

El informe especial que publicó el Ministerio con el Boletín Integrado de Vigilancia cubre el período 2010-2013, como reclamaba el exhorto del 22 de julio pasado. La titular del Área de Salud del defensor del pueblo, Mónica del Cerro, dijo que se recibió la respuesta oficial, pero que el Ministerio «no ha considerado implementar lo sugerido». Esto incluía programas permanentes de prevención para la sociedad, con información accesible.

Cifras en conflicto

El informe especial sobre SUH para el período 2010-2013 está firmado por Julián Antman, Laura Geffner, Luis Pianciola y Marta Rivas. Pertenecen al Área de Vigilancia de la Salud, al Programa Nacional de Control de Enfermedades Zoonóticas, al Laboratorio Central de la Subsecretaría de Salud de Neuquén y al Servicio de Fisiopatología del Instituto Malbrán.

Allí escriben que se producen entre 300 y 500 casos nuevos por año en el país. Dicen también que en 2008 se registró la mayor cantidad del período 2005-2013, con 543 casos, y que el año pasado cayó a 319 casos. «A partir de 2010, se verifica una disminución en el número de casos registrados», afirman los técnicos, de acuerdo con los datos notificados.

Pero esos 319 casos, que en una revisión de las cifras realizada hace dos semanas aumentaron a 355, son 208 menos que los que en noviembre pasado presentó en público una técnica del Malbrán, que recopila esta información que envían los hospitales y analizan muestras que se envían desde los hospitales. Por lo menos diez personas que participaron de la reunión aún recuerdan y tomaron nota de los 527 casos citados en la primera sesión del encuentro en el Auditorio INTA (Chile 460, CABA).

La jornada la organizaron el INTA, el Senasa, el Consejo Profesional de Médicos Veterinarios y Lusuh, y contó con un testigo de lujo ese 22 de noviembre: el doctor Mohamed Karmali, un especialista reconocido por su trabajo en la prevención de infecciones por E. coli, productora de la toxina shiga y el SUH. Luego de esa presentación, el invitado expresó que no comprendía por qué un país con buen nivel científico, de conocimiento y capacidad de trabajo, tenía cifras de SUH tan altas.

Este año, en junio, Lusuh y Apresuh escucharon otra cifra en el I Curso sobre SUH en el auditorio del Centro Buenos Aires para la Capacitación de los Servicios Veterinarios (Cebasev). Ante 33 profesionales de instituciones y empresas, otra técnica del Malbrán habló de 480 casos al referirse al año pasado.

Y en agosto, en el Centro Gianantonio de la Sociedad Argentina de Pediatría, una tercera técnica presentó los 319 casos del informe oficial sin corregir y habló del descenso de la enfermedad ante un auditorio que hizo notar la confusión estadística a esas alturas.

«Hace pocas semanas hubo una reunión [en el Ministerio de Salud] para revisar los datos, actualizarlos si había errores y completar la información -indicó el viceministro-. Esa noticia de que habían disminuido los casos se hizo con datos que no estaban completos. Ahora se corrigió, y para 2013 registramos 355 casos.»

Otra explicación que recibieron las ONG es que los registros oficiales no incluyen a los pacientes atendidos en el sistema privado. «¿Acaso los otros que se enferman no son tan seres humanos como los que se atienden en hospitales públicos? -planteó Caracciolo-. Se tiende a minimizar y ocultar la enfermedad. Y quien no reconoce que tiene un problema no lo va a solucionar. ¿Qué esperanza tenemos de que el Estado haga algo para reducir la enfermedad?»

Al respecto, Lazovski dijo que «el sistema de vigilancia nacional prevé la notificación obligatoria de enfermedades como el SUH, pero que no siempre los centros o los médicos la realizan, particularmente los del sector privado» y que «como hay mucha preocupación», se incluyeron dos instancias de registro de los casos «que alimentan el sistema de vigilancia».

En cada provincia hay un hospital centinela que envía la información al Malbrán. LA NACION pudo corroborar con dos fuentes que los casos de SUH en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, disminuyeron hasta 2012 y aumentaron el año pasado. Pero en el informe, la tendencia es inversa: ascendente hasta 2012 y descendente en 2013.

Otro ejemplo es Formosa, que figura sin un solo caso desde 2010. Pero Apresuh es testigo de otra realidad con su programa de prevención. «Nos consta que se ignora la enfermedad. Es una de las provincias que no informaron casos, cuando tiene muchos problemas de agua, cloacas y manejo de los alimentos», agregó Caracciolo.

El informe oficial describe que esta enfermedad endémica es «un problema crítico para la salud pública». Se sabe, y en el informe se recuerda, que es la principal causa de insuficiencia renal aguda y la segunda de insuficiencia renal crónica infantil. Es, también, la principal causa de trasplante hepático pediátrico. Por eso, su denuncia es obligatoria.

Eso significa que los centros públicos y privados deben notificar cada caso que atienden. Aun así, el subregistro sería alto: se notifican el 50% de los casos. Lusuh y Apresuh estiman que habría más de mil casos por año. Da Rocha asegura que el 80-90% de los casos ocurren en los hogares y por contaminación que no es exclusiva de las carnes, sino también de las verduras y el agua, y por no lavarse las manos. «Son medidas que hay que aplicar en casa y con la comida comprada, y que hay que sostener en el tiempo. Es indispensable crear la figura del consumidor responsable de alimentos.».

Del editor: por qué es importante. Las estadísticas confiables en salud pública son clave para fijar prioridades y tomar decisiones; además, nos ubican en el mundo.

Funette: La Nación, 12/10/14.
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Síndrome urémico hemolítico

Síndrome urémico hemolítico
Clasificación y recursos externos
CIE-10 D59.3
CIE-9 283.11
OMIM 235400
DiseasesDB 13052
MedlinePlus 000510
eMedicine ped/960
MeSH D006463
Wikipedia no es un consultorio médico Aviso médico

El Síndrome urémico hemolítico (SUH), también denominado Síndrome hemolítico urémico (SHU), internacionalmente Haemolytic-uraemic syndrome (HUS), se caracteriza por insuficiencia renal, anemia hemolítica, trombocitopenia y defectos de la coagulación. Es la consecuencia de toxinas bacterianas que producen lesiones en los pequeños vasos sanguíneos que afecta fundamentalmente al riñón, pero también puede afectar al sistema nervioso central y al aparato gastrointestinal.

Incidencia

Este síndrome es más común en los niños y se presenta frecuentemente después de una infección gastrointestinal (entérica), usualmente causada por una cepa específica de la bacteria Escherichia coli (Escherichia coli O157:H7).

También se ha asociado a otras infecciones entéricas, incluyendo las causadas por Shigella y Salmonella y algunas infecciones no entéricas.

Más raramente tiene otras causas, como en las formas hereditarias, el déficit de complemento, ciertos fármacos como la ciclosporina, el lupus eritematoso sistémico, la nefritis por radiación y algunos tumores malignos.1

Este síndrome es la primera causa de insuficiencia renal aguda en niños menores de cinco años. Puede causar la muerte o dejar secuelas para toda la vida como insuficiencia renal crónica, hipertensión arterial y alteraciones neurológicas.2

Existen en Argentina alrededor de 400 nuevos casos por año, constituyendo el país de mayor incidencia en cantidad de casos por habitante en el mundo. En la etapa aguda la mortalidad es de 2-4% de los niños afectados.3

Síntomas

Los síntomas tempranos de este síndrome son:

Los síntomas posteriores son:

Tratamiento

Debe evitarse el tratamiento de la infección de E. coli O157:H7 con antibióticos, dado que puede estimular la producción de Toxina Shiga incrementando el nivel de toxina en intestino y por consiguiente aumentando el riesgo de desarrollar SUH.4

El paciente con diagnóstico de SUH debe ser siempre internado.

El tratamiento es generalmente de apoyo, con hemodiálisis (en niños diálisis peritoneal) y/o transfusión de hemoglobina, hematocrito o glóbulos rojos desplasmatizados según sea necesario. 5

Formas de contagio y prevención

La fuente de contagio principal es la carne de vacuno previamente contaminada e insuficientemente cocida, la leche no pasteurizada, los productos lácteos frescos manufacturados con leche no pasteurizada y el agua contaminada. También puede transmitirse de persona a persona. Se recomienda:

  • Asegurar la correcta cocción de la carne; la bacteria se destruye a los 70 °C. Esto se consigue cuando la carne tiene una cocción homogénea. Prestar especial atención que se alcance la temperatura adecuada en el interior de preparados que tengan carne picada, que correctamente cocida es de color marrón-grisáceo, nunca ingerir si presenta tonos rosados, rojos, bordó ni similar.
  • Se sugiere que los menores de 5 años no ingieran hamburguesas caseras o compradas, ni de locales de «comidas rápidas» o donde se sospeche que no hay higiene suficiente.
  • Tener especial cuidado con la cocción de la carne picada, ya que generalmente se cocina bien solo la parte superficial, permaneciendo la bacteria viable en el interior. El jugo de la carne picada bien cocida debe ser completamente translúcido.
  • Se debe asegurar la completa cocción de las hamburguesas dado que son fuente principal de contaminación en los niños.
  • Utilizar utensilios diferentes para cortar o preparar la carne cruda y para, después, trocearla una vez cocinada antes de ser ingerida. O lavarlos adecuadamente. También utilizar diferentes utensilios para preparar otros alimentos que se sirvan crudos o lavarlos adecuadamente.
  • Evitar el contacto de las carnes crudas con otros alimentos que no se vayan a cocer (contaminación cruzada).
  • Controlar el uso de leche y derivados lácteos correctamente pasteurizados y conservar la cadena de frío.
  • No consumir ni adquirir jugos de fruta no pasteurizados.
  • Lavar cuidadosamente verduras y frutas.
  • Asegurar la correcta higiene de las manos (deben lavarse con agua y jabón) antes, durante y después de la preparación de los alimentos.
  • Lavarse las manos con agua y jabón luego de ir al baño.
  • Prestar especial atención al uso de grifería, siendo preferibles en sitios públicos aquellos que eviten la contaminación entre usuarios (por ejemplo que no sea necesario usar las manos para abrirlos o cerrarlos).
  • No bañarse en aguas prohibidas o sospechosas de estar contaminadas con aguas fecales o sucias o en contacto con animales.
  • Higienizarse adecuadamente con agua y jabón luego de tener contacto con animales domésticos y principalmente con los de granja o sus aposentos (establos, comederos, mercados, mataderos, etc.).
  • Consumir únicamente agua potable. En caso de duda, hervir el agua.

Fuente

Véase también

Referencias

Enlaces externos

  • LUSUH Asociación para la prevención y Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico
  • Documental SUH Al gran pueblo, salud | Síndrome Urémico Hemolítico – Documental del Canal Encuentro
  • Dossier SUH Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires – Argentina
  • S.T.O.P Safe Tables Our Priority – ONG estadounidense dedicada a la prevención del SUH y otras enfermedades causadas por alimentos
  • HUSH Haemolytic Uraemic Syndrome Help – ONG británica dedicada a la prevención del SUH y el apoyo a quienes lo padecen y sus familias

Fuente: Wikipedia, 2014.