Europa: Recomiendan fomentar los planes privados de jubilación
febrero 17, 2012
Bruselas pide que se fomenten los planes privados de jubilación complementarios
La Comisión Europea presentó ayer su Libro Blanco sobre las pensiones en el que recoge sus planes y recomendaciones para conseguir unas pensiones adecuadas, seguras y sostenibles. Entre las medidas que se defiende en este documento, Bruselas aboga constituir planes privados de jubilación complementarios animando a los interlocutores sociales a crearlos y a los Estados miembros a optimizar los incentivos fiscales y de otro tipo.
Bruselas pide que se fomenten los planes privados de jubilación complementarios Asimismo, pide que se mejore la seguridad de estos planes complementarios, por ejemplo mediante la revisión de la Directiva sobre fondos de pensiones de empleo y la mejora de la información al consumidor. Además, solicita que los planes de pensiones sean compatibles con la movilidad, protegiendo, a través de la legislación, los derechos de pensión de los ciudadanos que se desplazan e impulsando el establecimiento de servicios de rastreo de pensiones en toda la UE. De este modo, según la Comisión, es posible proporcionar a los ciudadanos información sobre sus derechos de pensión y previsiones sobre sus ingresos tras la jubilación.
Además, Bruselas anima a los Estados miembros a que fomenten la prolongación de la vida laboral, vinculando la edad de jubilación a la esperanza de vida, restringiendo el acceso a la jubilación anticipada y eliminando las diferencias que existen entre hombres y mujeres en materia de pensiones. También defiende la creación de mejores oportunidades para los trabajadores de más edad, instando a los interlocutores sociales a adaptar los lugares de trabajo y las prácticas de los mercados laborales y recurriendo al Fondo Social Europeo para que los trabajadores de más edad puedan acceder al empleo.
Finalmente, en esa serie de pautas que Bruselas ofrece en su Libro Blanco, remarca que hay que continuar con el seguimiento de la adecuación, la sostenibilidad y la seguridad de las pensiones y apoyar las reformas de los Estados miembros en materia de pensiones.
AUMENTAR LA EDAD DE JUBILACIÓN ES IMPORTANTE
La Comisión recuerda que las pensiones cada vez ejercen más presión financiera en los presupuestos nacionales, en particular con el factor añadido de la crisis financiera y económica. Para respaldar estos esfuerzos, ha publicado este Libro Blanco, que ese se basa en los resultados de una amplia consulta que se puso en marcha en julio de 2010. En él se examina de qué manera la UE y los Estados miembros pueden trabajar para combatir los principales problemas por los que atraviesan los sistemas de pensiones.
“Garantizar unas pensiones adecuadas para el futuro es posible, si cumplimos hasta el final nuestros compromisos de reforma. Ya estamos notando el impacto del envejecimiento; los nacidos del boom de natalidad se están jubilando y cada vez son menos los jóvenes que se incorporan al mercado laboral. Pero aún no es demasiado tarde para superar estos retos”, afirmó László Andor, comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la UE, en la presentación del documento. Destacó que aumentar la edad de jubilación es importante y ratificó que una encuesta reciente del Eurobarómetro ha puesto de manifiesto que muchos europeos seguirían en el mercado de trabajo después incluso de la edad en la que podrían cobrar una pensión si las condiciones fueran adecuadas.
“UN PASO POSITIVO Y EN LA DIRECCIÓN CORRECTA”
El Instituto Aviva de Ahorro y Pensiones ha valorado el contenido de este Libro Blanco de la Comisión Europea, destancado que las propuestas son un “paso positivo y en la dirección correcta, pero es necesario que se tomen acciones en firme rápidamente”. En palabras de Guillermo de la Dehesa, chairman del Foro de Expertos del Instituto Aviva, “ha llegado el momento de proporcionar un enfoque novedoso; un acuerdo entre la Comisión Europea, los países miembros y el sector asegurador con el fin de promover una cultura del ahorro más profunda”. En su opinión, se hace necesario “cambiar las actitudes de la personas frente al ahorro y ayudarles a comprender mejor las decisiones financieras que necesitan tomar”.
Mientras, Ignacio Izquierdo, consejero delegado de AVIVA, aputna que “la concienciación sobre cuánto esperan las personas recibir en su retiro les animaría a pensar sobre su planificación de cara a la jubilación. Por ello estamos convencidos de que proporcionar un informe anual sobre pensiones instaría a los consumidores a tomar medidas. Todos los ciudadanos europeos deberían recibir, anualmente, un único informe que les permitiera estimar los ingresos que recibirían de cara a su jubilación y que integrara tanto pensiones públicas, como de empleo y privadas”. Así, añade “animamos a la Comisión Europea, Estados Miembros e industria aseguradora a trabajar juntos para establecer unos estándares mínimos en los informes anuales de pensiones y evitar que los ciudadanos reciban información divergente”.
Fuente: BDS AL, 17/02/12.
En la tercera edad y aún trabajando
febrero 2, 2012
En la tercera edad y aún trabajando
Por Kelly Greene y Anne Tergesen
Hace tres años, Rose Marie Meece planeaba retirarse de su trabajo como guía turística en Honolulú, pero la mujer de 78 años decidió permanecer en su empleo después de perder casi la mitad de los US$300.000 que tenía en su cuenta de jubilación durante la crisis financiera.
Desde entonces, ha trasladado lo que queda de sus ahorros a bonos y otras inversiones seguras pero de bajo rendimiento. Las pensiones del Seguro Social y de la Marina, donde trabajó su fallecido esposo, a duras penas cubren su arriendo de US$1.300, así que tiene que seguir trabajando.
Meece forma parte de un creciente número de ancianos estadounidenses que siguen activos en la fuerza laboral o buscan empleo con la esperanza de seguir produciendo hasta cuando puedan. Algunos no planearon bien su jubilación o ganaron sueldos muy bajos que resultaron en pensiones escuálidas. Otros han sufrido pérdidas financieras, mientras que algunos están viviendo más tiempo de lo que imaginaban, por lo que sus ahorros no han sido suficientes parar cubrir gastos cotidianos y médicos.
La tasa de desempleo entre estadounidenses de 75 años o más (que mide la cantidad de gente que está buscando trabajo) es relativamente baja pero el doble de lo que era hace cinco años. Según datos oficiales, la desocupación se ubica actualmente en 5,6%, frente a 2,5% en 2006. En contraste, la tasa de desempleo en Estados Unidos para todas las edades cayó a 8,5% en diciembre, el nivel más bajo en 34 meses, comparado con 4,4% en diciembre de 2006.
Hasta el mes pasado, 1,3 millones de estadounidenses de 75 años o más estaban trabajando, un alza de 25% frente al millón que lo hacía en 2005, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. Ahora, 7,3% de los ciudadanos de la tercera edad tiene empleo, frente a 5,3% hace una década, el nivel más alto desde 1966, según el Centro para la Investigación de la Jubilación de Boston College.
El gobierno estima que para 2018, cerca de 10% de los estadounidenses de 75 años o más estará trabajando o buscando empleo, unos dos millones de personas.
Meece dirige recorridos de diez días por Hawai que incluyen vista de ballenas en Maui y esnórkel en Kona. La guía turística dice que adora el lugar, donde ha vivido por dos décadas.
No todas las personas de la tercera edad que trabajan lo hacen para mantenerse. Una de cada cuatro de 75 años o más que están trabajando tienen un ingreso anual mayor a US$100.000, según Michael Busch, un estudiante de economía de la Universidad Estatal de Míchigan, que usó datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Muchas de estas personas que ganan bien son profesionales y propietarios de negocios «que están trabajando porque lo disfrutan», dijo Steven Haider, economista de la Universidad Estatal de Míchigan.
Otros no son tan felices y encuentran que su regreso a la fuerza laboral es agotador. Algunos se quejan de jefes jóvenes exasperantes. Un hombre de 80 años que trabaja en una empresa de telemarketing en Nueva Jersey y que tiene 30 años de experiencia, expresó su frustración con un jefe que está encima todo el tiempo pidiéndole que se «limite al guión».
La nueva tecnología puede ser también desconcertante. El software de oficina ha avanzado de forma significativa, lo que fue una gran sorpresa para una secretaria de Tennessee que se había retirado cuando los faxes eran los reyes de la oficina.
La remuneración de aquellos que regresan al campo laboral no es más alta que el salario mínimo, especialmente para los trabajos abiertos para personas de la tercera edad. Walter Thompson, de 79 años, es cocinero de un programa de distribución de alimentos dirigido a personas que no pueden salir de sus casas en Jewett, Nueva York. Thompson empieza a trabajar a las siete de la mañana y usa un caminador para aliviar el dolor de su espalda. Su jornada se extiende por cinco horas.
Sus hermanos piensan que debería retirarse, pero Thompson dice que no tiene planes de renunciar. Su empleo le representa US$10 la hora, por 25 horas a la semana. Su sueldo y la pensión del Seguro Social lo mantienen a él y a su esposa de 70 años, María, una conductora de bus escolar retirada. La pareja lleva 42 años de casados y no tiene hijos.
Thompson ganó por casi 40 años el salario mínimo como mesero. La pareja pagó la hipoteca de su casa en Windham, Nueva York, pero nunca pudieron ahorrar mucho.
La crisis financiera ejerció presión sobre muchos estadounidenses. Las tasas de interés en las cuentas bancarias se desplomaron por debajo de la inflación, mientras que el derrumbe del mercado inmobiliario borró el capital acumulado y las acciones cayeron.
De 2007 a 2009, el patrimonio de un hogar estadounidense encabezado por alguien de al menos 70 años se redujo 27% a US$529.000, incluyendo el capital hipotecario, calcula Dirk Krueger, economista de la Universidad de Pensilvania. El patrimonio promedio para todos los grupos de edades se redujo 32% a US$378.000 en el mismo período. Para fines de 2010, los patrimonios recuperaron algo del terreno perdido.
Algunos trabajadores que regresan al campo laboral pensaron que el Seguro Social iba a financiar una mayor parte de su jubilación. En 1981, el Seguro pagaba 52% del sueldo que ganaba una persona antes de retirarse. Ese porcentaje se redujo a 39% en 2001 y se espera que siga cayendo.
Costos médicos inesperados descarrilaron la jubilación de Ralph Casado, un ex ejecutivo publicitario de 76 años de Nueva York. Hace ocho años agotó su cuenta de retiro de US$180.000 para cubrir un tratamiento contra el cáncer de próstata, así como cirugías de riñón, rodilla y corazón.
Casado trabaja ahora como profesor adjunto en City University of New York. Gana US$18.000 al año por dos clases, lo que complementa con US$18.000 que recibe del Seguro Social.
«Me preocupa perder mi apartamento o no tener suficiente cobertura médica. Esos son los temores que me mantienen motivado», dijo. «Sólo factores de salud me obligarían a retirarme».
Algunos empleados mayores reciben pago sólo por comisión, como Wayne Polay, de 77 años, que regresó a su trabajo como agente de ventas que busca compradores para pequeños negocios. Le pagan comisión sólo cuando cierra un acuerdo.
Fuente: The Wall Street Journal, 29/01/12.