¿A dónde va la jubilación en la Argentina?

julio 26, 2015

Futuro incierto: ¿se jubilarán quienes trabajan hoy?

Cerca de los efectos del envejecimiento poblacional, la Argentina tiene mucho que cambiar hoy para poder pagar prestaciones mañana.

Por Silvia Stang.  

A sus 35 años, Eugenio Caldararo dice que espera no necesitar en el futuro de una jubilación para poder vivir; la expectativa de este profesional es contar para entonces con ahorros suficientes conseguidos durante su vida laboral. En una mirada sobre la sociedad, cree que lo ideal será un sistema que ofrezca una cobertura básica para todos.

jubilados argentina 01La idea de que al llegar a la edad del retiro laboral no los esperará, como fruto de sus aportes, un ingreso mensual apto para mantener su nivel de vida está en el pensamiento de muchos trabajadores actuales.

En un país en el que es difícil pensarse en el corto plazo, con gobernantes que siembran temor al decir que si llegan otros no se respetarían derechos sociales, existen razones de fondo que sostienen la preocupación de los trabajadores.

Mientras que hoy hay seis personas en edad activa por cada adulto de 65 años o más, en 2050 habrá tres y en 2100, sólo dos. Y esas dos personas tendrán que sostener, con parte de los recursos generados por su trabajo, a una que -buena noticia, sin dudas- vivirá muy probablemente más años que los jubilados actuales. En ese escenario, la alta informalidad, además de ser un problema en sí mismo, frena las posibles y necesarias mejoras de productividad.

La distribución por rangos de edad que muestra hoy la población ubica al país en una etapa de «ventana» o «bono demográfico». Con una participación del 10% de las personas mayores de 65 años sobre el total de habitantes -un índice que se duplicará hacia 2050-; una tasa de fecundidad en caída -la participación de los menores de 15 años no variará de aquí a 2100-, y la expectativa de vida en alza -hoy es de 75 años y será de 85 al final del siglo-, la Argentina está en la etapa previa a la signada por los costos asociados al envejecimiento poblacional.

El «bono», que implica una condición demográfica favorable para crecer, terminará hacia 2035. Entonces se agravarán los problemas para financiar a los pasivos. Esto plantea, según un informe del Banco Mundial, un desafío urgente.

¿No falta mucho para eso? Hay al menos dos razones por las cuales la respuesta es no. Una es que a partir de entonces comenzarán a llegar a su edad de retiro quienes están hoy en sus 30 o sus 40 y tantos (como regla general, la edad para jubilarse es ahora de 60 años para las mujeres y de 65 para los varones) o, visto de otra manera, los nacidos entre 1970 y 1980 serán los adultos mayores de 2040 a 2060; la otra razón es que, si se pretende un sistema sostenible, lo que hay que hacer hay que hacerlo ya.

Y lo que se necesita, según coinciden los expertos, es un crecimiento significativo de los niveles de ahorro e inversión, un alza de la productividad y una reducción de la informalidad.

 

De alguna forma, el desafío es trasladar a la sociedad una idea que muchos tienen en lo personal. «Hoy la demografía plantea un desafío que se resume en la pregunta ¿qué debería hacer la Argentina para hacerse rica antes de hacerse vieja?», dice el economista José María Fanelli, profesor de la Universidad de San Andrés.

El informe del Banco Mundial titulado Los años no vienen solos proyecta que, de mantenerse el statu quo, el gasto para cubrir las prestaciones jubilatorias, de salud y de educación pasará del 20 al 26,6% del PBI entre 2010 y 2050. ¿Qué hacer? Rafael Rofman, el especialista líder en Protección Social del mencionado organismo y uno de los autores del estudio, describe las salidas posibles con advertencias sobre sus efectos: «Cobrar más impuestos ayudaría en lo fiscal, pero hay límites porque se puede afectar la economía; limitar el aumento del gasto con la suba de la edad jubilatoria o la reducción de beneficios tendría un impacto negativo sobre el bienestar de la población y eso no es deseable; lograr un crecimiento sostenido para un mayor PBI per cápita permitiría que, aunque sean menos los que producen, haya más para repartir».

El último punto supone el desafío de mejoras en la productividad, que entre otros factores depende de la educación y la inversión. El camino implica evitar la dependencia, ocurrida en los últimos años, de lo externo o coyuntural, como la variación de precios de las commodities.

¿Qué reparte hoy el sistema previsional? En los últimos años se elevó la tasa de cobertura y así, casi el 95% de la población mayor cobra un haber, según la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses).

En 2014, la seguridad social insumió $ 425.980 millones, un 38% de las erogaciones del Estado nacional -que hoy tiene un fuerte déficit-, según la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP). El índice demuestra la magnitud del desafío de prever los ingresos para los pasivos y, a la vez, sostener las otras funciones del Estado.

Además de que su financiamiento no se previó para el largo plazo, un problema del índice de cobertura previsional es que se logró, según recuerda Rofman, con moratorias para quienes no hicieron aportes o los hicieron en cantidad insuficiente. Y al ser una medida con efecto temporal (sólo sirve a personas de hasta cierta edad, dado el período por el que se pueden declarar deudas) no soluciona el problema de una sociedad en la cual, si se considera a asalariados y cuentapropistas, el 46% de los trabajadores (según datos de la OIT) o el 49% (de acuerdo con la encuesta de deuda social de la Universidad Católica Argentina) no hace aportes.

Esa enorme deficiencia -vinculada a la precariedad laboral y que demuestra que de no haber cambios, la cobertura volverá a caer- desafía la necesidad de una mayor productividad, es decir, de elevar el valor de los bienes y servicios surgidos del trabajo de cada uno para así recaudar más, ya sea por aportes y contribuciones o por impuestos generales, las dos fuentes de recursos de las que dependen las jubilaciones. «En Taiwán hubo un alza de la productividad entre generaciones de 5 veces; acá, en los próximos 30 años podría crecer entre 50 y 60%», advierte Fanelli. Un estudio del Ieral muestra que entre 2011 y 2014, con el empleo estancado en la actividad privada, la productividad se redujo a razón de 0,9% por año.

Y mientras que la tasa de inversión en el país no llega a 20% del PBI, Fanelli señala que países que atravesaron mejor su transición demográfica llegaron a más de 30%. «Esta es una etapa en que se necesita ahorrar mucho y hoy eso no ocurre», dice. Y advierte sobre la necesidad de que los recursos vayan a inversión. «Porque se puede ahorrar y que eso no vaya a lo productivo; a nuestro país le pasa que tiene medio PBI en el exterior, y por eso, a los desafíos pendientes hay que agregar el de garantizar la seguridad jurídica», agrega.

Producir más, trabajar más

Así como las edades de ingreso y egreso del mercado laboral influyen para determinar la necesidad de recursos, poder contar con más trabajadores mejoraría la ecuación. «Entre las medidas posibles para abordar el desafío de la sostenibilidad están el aumento de las tasas de actividad (porcentaje de personas que trabajan o buscan hacerlo, sobre la población total) y de empleo, especialmente entre las mujeres y los jóvenes», dice Fabián Repetto, director del Programa de Protección Social de Cippec, quien agrega que también podría promoverse un alza de la población en edad de trabajar por flujos inmigratorios.

Actualmente, la participación de los jóvenes de entre 25 y 29 años no sólo es más baja aquí que en un grupo de países desarrollados como Estados Unidos, Alemania o España, sino que, además, la tasa cayó de 79,8 a 77,5% entre 2004 y 2014, según un informe basado en datos del Indec y de la OIT hecho por los economistas del Ieral Marcelo Capello, Gerardo García Oro y Laura Caullo.

En cuanto a la participación de las mujeres en el trabajo, la tasa, de 37,1%, es baja en relación con países como Estados Unidos (44,6%) o Brasil (44,1 por ciento).

¿Y qué pasa con los cambios en el propio sistema jubilatorio?

Una reforma «clásica», fuente de protestas en varias latitudes, es la suba de la edad jubilatoria. Para Rofman, lo ideal es ser flexibles y lograr el efecto positivo (para las cuentas de un país) derivado de una salida más tardía de la actividad laboral, pero sin imposiciones. «Si se obliga hay efectos negativos; quien por ahí iba a retrasar un poco su retiro, ante la incertidumbre se va en cuanto puede, y el efecto puede ser inverso al buscado», define. La recomendación es que existan incentivos para que las personas trabajen más tiempo, elevando el nivel de las prestaciones cuanto más años con aportes se logren sumar.

«Deberemos repensar la jubilación como un ingreso universal para los adultos mayores, financiado con recursos fiscales y complementado con sistemas de ahorro privado», dice el economista Eduardo Levy Yeyati, director de la consultora Elypsis, en línea con lo que muchos trabajadores actuales creen para su futuro.

Promover el ahorro de quienes tienen cierto nivel de ingresos aliviaría el efecto fiscal. Dicho sea de paso, la solución al problema de doble índole (económica y fiscal) que trae el envejecimiento no se resuelve en la antinomia «capitalización o reparto». «El tema es qué decide hacer la sociedad para pagar; en Chile el Estado se pudo correr de una parte, pero se hizo cargo del resto», describe Rofman.

Fruto no de una estrategia, sino de la eliminación del sistema de capitalización, la Anses tiene un fondo de garantía cuyas inversiones valen algo más que el pago anual de las prestaciones. Pero la sostenibilidad del sistema no depende de eso, sino del flujo de ingresos y del número de pasivos con los que se está y se estará obligado. El uso de ese fondo está previsto para un déficit temporal, pero su composición hace dudar de la efectividad: «En su mayoría es deuda pública, que podría netearse de modo de reducir el coeficiente de endeudamiento -opina Levy Yeyati-. El resto de los activos podría integrarse al Tesoro, tal vez en el marco de un fondo anticíclico que aísle el gasto social de vaivenes fiscales».

A sus 45 años, Lucas Nemesio, empresario bodeguero, admite que no piensa en su jubilación. «Creo que es como una caja de Pandora que abriremos en su momento», dice.

Entretanto, los expertos insisten en que los datos avisan… Y a un país, la sorpresa no se le debería permitir.

el tema en primera persona

Eugenio Caldararo

Profesión: contador

Edad: 35 años

«Espero tener ahorros para no necesitar la jubilación. Creo que lo ideal sería un piso que cubra lo básico y que quien trabaja bien ahorre»

Carla Bertolozzi

Profesión: empleada

Edad: 37 años

«La expectativa es estar igual o peor a lo que vive mi madre hoy. Por suerte tiene hijas que la ayudan. Espero que cambiemos para soñar algo mejor»

Fernando Silva

Profesión: Licenciado en Administración

Edad: 43 años

«Con la ley actual, la jubilacion es un impuesto mas. No se consideran los mejores años de salario sino los ultimos diez. Hay que modificar la ley»

Dolores Roccasalvo

Profesión: fotógrafa

Edad: 36 años

«Que en menos de 25 años se estructure un sistema de reparto justo y acorde con la situación, requiere un gran compromiso»

Agustín Meilan

Profesión: abogado

Edad: 38 años

«Nada hace pensar que las cosas serán distintas; con esfuerzo personal habrá que suplir la ineficiencia estatal»

Lucas Nemesio

Profesión: bodeguero

Edad: 45 años

«Ni siquiera pienso en ello. Personalmente creo que mi jubilación será fruto de la renta e inversión privada durante mis años activos».

Fuente: La Nación, 26/07/15.

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Los jóvenes con más de 90 años

mayo 23, 2015

Tienen más de 90, estudian, entrenan hablan por Skype y viajan por el mundo

Por Gisele Sousa Dias.

En el país hay más de 130.000 “noventones”. Para ellos, la edad no cuenta. Les importa creer que pueden. Las historias de cinco mayores con proyectos.

longevidad-02Tenemos instalada la idea de que hay una edad en la que la gente dura, no vive. Que alguien de más de 90 años es, en el mejor de los casos, sólo el recuerdo de una mente que funcionó, de un cuerpo que fue productivo, de una memoria que fue veloz. Sin embargo, a medida que la esperanza de vida crece, es cada vez más usual encontrarse con personas longevas que siguen activas y que no están sentadas en una mecedora esperando su muerte: ancianos que no parecen lo que imaginamos por ancianos, y que viajan, usan la tecnología, estudian y hacen deportes, tanto o más, que muchos jóvenes. Estos son, entonces, los nuevos “jóvenes ancianos” que cuentan cómo son sus vidas después de los 90 y cuáles son sus próximos proyectos.

Elda Pavetti, 91 años
Tenía 83 años cuando decidió anotarse en la universidad para estudiar Derecho. “Ya tengo 10 materias aprobadas pero nunca estudié con la intención de recibirme sino para ocupar el tiempo. Hace 15 años quedé viuda y la soledad, a ciertas horas, se hace pesada”, cuenta ella, desde su casa en Santa Fe.
Pero hace tres años, Elda tuvo cáncer de colon y los médicos le recomendaron dejar los estudios por temor a que la presión de rendir exámenes le jugara en contra. “Pero yo me operé, me hice quimio y volví. Ahora estudio 4 o 5 horas por día: es bastante, es que a esta edad no es tan fácil retener”, dice ella, que ya tiene 91 años. “Lo gracioso es que ahora estoy estudiando casi a escondidas de mi hija: a veces los demás creen que la presión me hace mal pero al contrario: esos desafíos me mantiene viva”, sonríe.
¿Por qué ella puede y muchos otros “noventones” no? “Creo que la edad no es lo importante: lo importante es creer que podés, y yo estoy convencida de que puedo”, dice a Clarín. Hoy es una mujer que, en contra del estereotipo de los mayores y su enemistad con la tecnología, habla por Skype con sus nietos, manda mails y chatea.
Elda es una de las casi 130.000 personas que, según el último censo, tienen más de 90 años. Son cada vez más porque la esperanza de vida viene creciendo (en los últimos 25 años, aumentó 3 años la cantidad de tiempo que vivimos). Y su carácter de “noventona” la hizo superar incluso la barrera que dice que las mujeres argentinas viven, en promedio, hasta los 79 años y los hombres hasta los 72.

Efraín Wachs, 97 años
El también superó todos los promedios: cumplió 97 años en marzo y, la semana pasada, participó en tres jornadas de atletismo para adultos mayores. Wachs retornó a su hogar, en Tucumán, con 6 nuevas medallas que agregó a las que obtuvo desde que empezó a dedicarse al atletismo, a los 80 años.
Hasta entonces, el único deporte que practicaba era el ajedrez, pero este juego le quitaba tiempo a su trabajo de contador (todavía hoy atiende profesionalmente). Así, decidió cambiarlo por una actividad que le permitiera contrarrestar los efectos del envejecimiento. Tres veces por semana, Wachs atiende a un centenar de seguidores, de entre 60 y 90 años, a quienes anima y entrena para correr 10 kilómetros por semana. Y todavía tiene sueños pendientes. “Mi sueño es participar el año próximo en las Olimpíadas de Francia, a los 99 en las de Australia y a los 100 en las de Corea de Sur”.

Elvira Laje, 99 años
Vive en Villa Crespo, ayer cumplió 99 años y encontró, en el Hogar al que va cada día, una conexión con su adolescencia. “Es como ir al colegio, pero casi a los 100 años: veo a mis amigas, bailamos, hacemos teatro, pintura, música”, cuenta. Habla del Hogar de día N°9, en Paraguay 5170, al que pueden ir los adultos mayores de 60 años. No vivir aislada fue la receta para vivir más y bien. Elvira lee, sin lentes, biografías y diarios, limpia su casa (“menos los vidrios, porque no llego”), se cocina, hace sus compras, se lava la ropa a mano. “La gente más joven me ve en la calle y me dice ‘no puedo creer como se agacha, señora’. Yo creo que si uno está alegre puede hacer cualquier cosa”. Es que mantenerse en actividad parece ser la clave: esta semana se supo que, en España, hay una candidata a concejala para las elecciones municipales que tiene 97 años. También se supo que, en Estados Unidos, un hombre de 94 años que empezó a estudiar en 1939 acaba de recibirse de Licenciado en Artes.

Aída Franciosi, 100 años
Aída Franciosi, “Amel” para sus familiares y amigos, pide que no le saquen fotos “porque cuando las veo, no me reconozco”. Fue docente, directora, profesora de piano, administrativa del Correo, y secretaria de una parroquia. En septiembre cumplirá 101 años y todavía sigue moviendo la mente: “Leo el diario, hago crucigramas, leo libros, aunque tengo un problema en el oído que me aísla un poco”, dice esta cordobesa que tiene cuatro nietas y nueve bisnietos. Sin embargo, conversar con ella no es un problema: en los eventos familiares Amel mantiene largas charlas, sólo hay que acercarse un poco para que pueda escuchar bien.

Artin Elmayan, 98 años
Es armenio, tiene 98 años, es socio vitalicio de River y entrena tenis tres veces por semana: “Juego con muchachitos de 70, 75 años”, se ríe. “A veces están peor que yo, es increíble”, observa, y deja claro que la vejez no es una cuestión de edad. Después, va al gimnasio a hacer aparatos: “Es que a esta edad la artrosis no perdona, hay que activar los músculos, sino se quedan dormidos”, cuenta mientras entrena.
Artin, que durante 56 años estuvo a cargo de una fábrica de uniformes de colegio, se jubiló con una idea: “Ahora estoy de vacaciones de la vida. Me junto con amigos a conversar, leo el diario, miro documentales científicos, leo algún libro sobre temas edificantes y cuido a mi novia”, dice. Su “novia” es una mujer de 91 años con la que se casó en 1942. “Hace poco fui a Armenia. Ahora tengo ganas de hacer otro viaje, me gustaría ver Florencia, París, Grecia, lo estoy planeando, quiero ir a ver arte. Toda esa actividad te enriquece: yo, si pudiera, hoy aprendería chino”. Esa parece ser entonces la receta: tener proyectos, porque es eso lo que da sentido a la frase “estar vivos”.

—Colaboraron: Rubén Elsinger (Tucumán) y Gustavo Molina (Córdoba)

Fuente: Clarín, 23/05/15.

Más información:

La clave de la longevidad

Más allá de los 60 años, una renovada juventud

¿Cuál es su secreto, doctor Fayt?

No hay edad para la Juventud o la Vejez

 

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Los estadounidenses no ahorran lo suficiente para jubilarse

marzo 8, 2015

Los estadounidenses no ahorran lo suficiente para jubilarse, pero un cambio podría ayudar

Por Eduardo Porter  | The New York Times

La mayoría de ellos no logran alcanzar la edad de retiro con fondos suficientes para poder mantenerse.

 Wall Street, en el centro de los reclamos. Foto: NYT

NUEVA YORK – Hay algo que toda familia estadounidense que no sea rica debería saber: es probable que se queden sin dinero cuando se jubilen.

En promedio, la familia trabajadora típica en la antesala de la jubilación -encabezada por alguien de entre 55 y 64 años- sólo tiene alrededor de US$ 104.000 en su fondo de jubilación, según la encuesta de la reserva Federal de Finanzas de los Consumidores. Eso no está ni cerca de ser suficiente. Y la situación va a empeorar.

usa-01El Centro para estudios de la Jubilación del Boston College estima que más de la mitad de todos los hogares estadounidenses no tendrán suficientes ingresos jubilatorios para mantener el nivel de vida al que están acostumbrados antes del retiro, aunque los miembros del hogar trabajen hasta los 65 años, dos años más que la actual edad promedio de jubilación.

La prescripción habitual es que los estadounidenses debieran colocar más dinero en inversiones. La recomendación, sin embargo, no toma en cuenta un motor crítico de esta situación: Wall Street está desangrando a los ahorristas.

«Todo el mundo dice que tenemos que ahorrar más», dijo John C. Bogle, fundador y ex CEO de Vanguard, el coloso de administración de inversiones. «Una gran parte del problema es que los inversores no logran obtener lo que les correspondería de ganancias en el mercado.»

Su observación sugiere una prescripción diferente: apuntalar la jubilación de los estadounidenses requiere en primer lugar alinear los intereses de los asesores de inversiones y sus clientes.

Un trabajo de investigación de Bogle publicado en Financial Analysts Journals plantea el tema. Los fondos mutuos manejados activamente, en los que muchos trabajadores invierten sus ahorros para la jubilación, son enormemente costosos.

Primero está la tasa de gastos administrativos, de alrededor de 1,12 por ciento de los activos para los fondos de capitalización muy grandes. Luego están los costos de transacción y de distribución. Los fondos activos también son penalizados por mantener una parte de sus activos en efectivo que rinde poco.

En total los costos suman 2,27 por ciento al año, estima Bogle.En contraste, un fondo de índice pasivo, como el Fondo del Índice total de la Bolsa de Vanguard, cuesta apenas 0,06 por ciento al año en total.

Por supuesto que Bogle tiene un caballo en la carrera. Fundó el Vanguard Group. Inventó el primer fondo índice para el público. Pero sus argumentos son poderosos de todos modos.

Suponiendo una ganancia anual del mercado del 7 por ciento, dice, un trabajador de 30 años que gane US$ 30.000 al año y recibe un aumento anual del 3 por ciento podría retirarse a los 70 con US$ 927.000 ahorrando 10 por ciento de su salario cada año en un fondo de índice pasivo. Si lo colocara en un fondo administrado activamente típico terminaría con sólo US$ 561.000.

Podríamos haber visto esto hace décadas. Al eliminar gradualmente las compañías, las jubilaciones con beneficios establecidos que en un tiempo proveían a las familias trabajadoras su aporte principal a la Seguridad Social, los trabajadores se encontraron con que tenían que cargar con la responsabilidad y el riesgo de ahorrar e invertir para la jubilación en gran medida por su cuenta.

En 1979 casi dos de cada cinco trabajadores del sector privado tenían un sistema jubilatorio de beneficios definidos que les pagaría un cheque hasta su muerte. Hoy sólo el 14 por ciento lo tiene. En cambio, uno de cada tres solo cuenta con una cuenta de ahorro para jubilación para complementar el cheque de la Seguridad Social.

Si hay un sector lleno de conflictos de intereses es el de estos conglomerados financieros que asesoran a los estadounidenses en cuanto a la inversión de estos ahorros. Pero nadie estaba prestando atención a los resguardos que podrían necesitarse cuando los fondos de retiro corporativos administrados por profesionales sofisticados fueron reemplazados por el sistema individual conocido como 401(k) -una cuenta de jubilación con contribución fija – y las cuentas Individuales de Jubilación.

Sendhil Mullainathan de Harvard y colegas del MIT y la Universidad de Hamburgo enviaron «compradores misteriosos» a visitar a asesores financieros. Encontraron que los asesores mayormente recomiendan estrategias de inversión que se corresponden con sus propios intereses financieros. Reforzaron las inclinaciones equivocadas de su clientes, alentándolos a buscar mayores ganancias y les aconsejaron no elegir opciones de bajos costos como fondos índice de bajos aranceles.

El presidente Obama ha tratado de atacar un costado del problema, aplicando consejos de gerentes de Arreglos de Retiro Individuales (IRA, por sus siglas en inglés).

Por más fallas que tengan los planes 401(k) tienen la responsabilidad de actuar en interés de los participantes. En cambio muchos administradores de IRA no están obligados legalmente a defenderlos. Deben ofrecer productos «adecuados»: un estándar mucho más confuso.

Traducción Gabriel Zadunaisky.

Fuente: La Nación, 08/03/15.

 

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El sistema piramidal de pensiones

diciembre 14, 2014

El timo piramidal “legal” de nuestro sistema de pensiones.

Por Marta Bergadà.

El dinero, y las pensiones no salen de la nada, y mucho menos caen del cielo.

En este post vas a comprender de una forma sencilla, porqué nuestras pensiones, de no haber un cambio urgente y rápido, van a desaparecer mucho antes de lo que te has imaginado.

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Al hablar de pensiones futuras, son miles las personas que intuyen que ya no las van a cobrar. Lo que no saben es que este estallido de la burbuja va a suceder antes de lo que nadie se espera.

Para poder entender cómo funcionan los sistemas de pensiones, hemos de conocer primero los dos tipos;

Los sistemas de reparto:

Las pensiones se pagan con las aportaciones de los trabajadores en activo, lo cuales a su vez, en el momento de jubilarse, recibirán el dinero de los otros trabajadores que también estén en activo.

Los sistemas de capitalización:

Pensiones que se pagan del ahorro y la capitalización del mismo por parte de cada trabajador. La persona que ahorra cobra, y la que no, pues no cobra. Y punto!!!

El sistema que tenemos en España se basa, como conoces, en el sistema de reparto.

 

Eso plantea siempre la misma pregunta

¿Hay actualmente suficientes trabajadores, para aguantar todo esto?

Como una pirámide “legal”, ya que el sistema y su duración dependen de que hayan suficientes trabajadores, para mantenerlo.

Tenemos el caso de Madoff, para citar un paralelismo, pues para pagar el dinero de los que  deben cobrar, siempre y constantemente se necesita gente que lo ponga. Las empresas que utilizan sistemas piramidales, son tachadas como ilegales… ¡¡qué curiosidad!!

Éste sistema de pensiones está totalmente obsoleto. Fue creado hace años, cuando la esperanza media de vida era de 60 años, y actualmente ya pasamos de los 80 en Europa. La edad de jubilación era a los 65, por lo que como comprenderás pocas personas cobraban sus pensiones, o si llegaban, las cobraban por muy poco tiempo.

 

las cosas por suerte han cambiado para las personas; más esperanza de vida, y más años de vida después de la jubilación. pero el sistema piramidal sigue siendo el mismo.

Se le suman unos detalles muy importantes, la tecnología que cada vez avanza más y que reemplaza a muchas personas; y la mano de obra de otros países que al ser más barata, deja paso a la deslocalización de muchas empresas. Sin mencionar la alarmante corrupción .. de moda vergonzosamente en estos momentos, que se lleva a los bolsillos de unos inaprensivos, buena parte de lo que ingresamos.  ¿Esto da mucho en que pensar, verdad?

Si te interesa conocer a fondo las cifras, este enlace te descargará un archivo en pdf…“Preparados para la próxima crisis. Un sistema fallido” gratuitamente, que elaboré junto a mi equipo de colaboradores, para dar sentido a nuestra llamada de alerta.

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En cifras globales son cerca de 9 millones los pensionistas en España, a eso hace falta sumarle el número de cónyuges. Mientras tanto la música de la orquesta del Titánic  va sonando.

Vamos a hablar clarito…

El sistema de pensiones en España entró en déficit ya el pasado 2012, y en 2013, hemos tenido un agujero de 11.861 millones de euros.

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Las pensiones se dividen en

Contributivas

las que se generan por las aportaciones de las cotizaciones

Las no contributivas

Las que se dan como a ayuda social a la gente que no ha aportado, ni contribuido en ellas.

Sólo hablando de las contributivas, en 2013 se recaudaron 98.093 millones de euros, y hubo que pagar 116.246 millones de euros. La diferencia es la “módica” cantidad de 18.153 millones de euros . Echa cuentas con las no contributivas

Claramente son cifras de déficit alarmantes.

Como te darás cuenta no es que no haya para las próximas generaciones, sino que no hay ni para la nuestra.

¿Cómo se está manteniendo este sistema?

Pidiendo dinero prestando, sin lugar a dudas. En 2013 nos hemos endeudado 75.987 millones de euros. Eso significa que cada día gastamos 208 millones de euros más de los que ingresamos.

¿Por qué no sale ningún gobernante a decirnos que el tema se les ha ido de las manos?

La respuesta es que porque perdería las elecciones, y se le echaría encima la caballería.

Es mi intención en este post, hacerte abrir un poco a la realidad de este momento. hablo de cifras de 2013, pues las de 2014 todavía no son públicas. El sistema de pensiones en España es un verdadero “timo piramidal”.

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Adjunto para que puedas cerciorarte de esta alarmante situación, el Plan de Educación Financiero 2013-2017, en que  podrás leer como el gobierno, en la página 20, segundo párrafo,  a escondidillas,  para que nadie nunca pueda decir que no medió aviso alguno, cita la necesidad de que cada individuo reforme sus pensiones con otras alternativas.

Si realmente eres de los que les gusta no depender de nadie, para personas como tu hemos creado nuestra plataforma de educación Financiera. Sería una buena idea, empezar 2015 formándote, para que cuando llegue el momento de tu jubilación, no debas arrepentirte de no haber actuado antes.

Una obra que deja de entredicho todo el sistema actual es la de mi gran amigo Fernando Sánchez Salinero: ¿Qué leches es el estado del bienestar?

Fuente: http://www.martabergada.com/ – 2014

 

El difícil desafío de subir la edad de jubilación

julio 28, 2014

El difícil desafío de subir la edad de jubilación

jubilación 02Las personas mayores de 64 años son hoy, en la Argentina, poco más de 10% de la población total. Se estima que en 2050 la proporción llegará a 19,3%, y en 2100, a 24,7 por ciento. Los datos están consignados en una publicación reciente del Banco Mundial titulada Los años no vienen solos. Allí se señala que la tasa esperada de población adulta mayor para dentro de ocho décadas es similar a la que muestran en la actualidad países envejecidos de Europa, donde es fuerte la preocupación por el costo que la mayor esperanza de vida conlleva para los sistemas de jubilación y salud.

«La Argentina está hoy en lo que se llama el bono demográfico», define el economista José María Fanelli, profesor de la Universidad de San Andrés, que investiga los vínculos entre demografía y economía. «Por la estructura de su pirámide poblacional, los países jóvenes son por ejemplo los de África y la India; entre los países adultos están varios de los emergentes y, entre ellos, la Argentina, y entre los países viejos, los europeos y Japón», enumera. Son los del último grupo los que hoy tienen el desafío de replantear la edad de retiro por necesidad económica.

En cuanto a la situación local, Fanelli dice que en estos años el país debería esforzarse por invertir para que la generación joven se prepare y logre mayor productividad, de tal manera que la sociedad llegue mejor preparada a su «envejecimiento».

En ese camino, un tema preocupante es el alto nivel de informalidad. En mejorar ese aspecto debe ponerse el foco, según agrega Michele Gragnolati, líder en Desarrollo Humano para Argentina del Banco Mundial.

El informe de la institución recuerda que las discusiones sobre la prolongación de la vida laboral son siempre conflictivas. Hay referencias a la propuesta de aumento en dos años de la edad jubilatoria en Francia, que en 2010 «encontró una fuerte oposición política, con huelgas masivas y manifestaciones», por lo que debió revertirse. En Italia, se aprobó en 2012 una reforma que lleva la edad a 66 años para 2018.

«Los sistemas jubilatorios tienen la necesidad de adaptarse a los cambios demográficos, e incluso es un mito que esto no afecte a los regímenes de capitalización», dice Fabio Bertranou, experto del tema en la OIT e integrante de la Comisión Asesora de Pensiones que creó hace dos meses la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. El país trasandino lleva tres décadas y media con un sistema de pensiones basado en la acumulación de ahorros individuales. La razón de lo dicho por Bertranou es simple: la mayor esperanza de vida hace que, ya en la etapa pasiva, se cobren ingresos durante una cantidad de años cada vez mayor. Y eso obliga a revisar todos los números
Fuente: La Nación, 27/07/14.

The 5 biggest barriers to retirement planning

marzo 13, 2013

The 5 biggest barriers to retirement planning
By Sam J. Friedman, Val Srinivas.

The fact that so many Americans are not adequately preparing for retirement has been widely documented. However, in considering potential solutions to meet this challenge, the role of life insurers, annuity companies and other financial institutions, along with their intermediaries, is often overlooked.

The financial services industry has certainly devoted considerable resources to this effort, spending billions to market a growing number of products and services designed to address retirement needs. Furthermore, there are thousands of professionals of various stripes — financial planners, advisors, brokers and insurance agents — ready, willing and able to help consumers put together a formal retirement savings and income plan.

So why have the industry’s efforts to crack the retirement market apparently fallen short, judging by the number of people who feel unprepared financially? And what can the industry do to more effectively reach and serve this growing segment of future retirees?

To help the industry come to grips with this conundrum, the Deloitte Center for Financial Services conducted a survey among nearly 4,500 consumers from a wide range of age and income groups. Our goal was to generate insights into how financial institutions might develop new approaches and solutions by better understanding the attitudinal and behavioral constraints preventing consumers from taking more firm control of their retirement destiny.

See: 5 tips on ‘meeting the retirement challenge’

We did a deep dive into the problems facing the majority of respondents — 5 8 percent — who do not have a formal retirement savings and income plan in place. This planning gap widened the further the respondent was from their expected retirement date — rising to 70 percent among those who don’t expect to leave the work force for 15 years or more.

The survey found that planning makes a big difference in the confidence level of consumers, as respondents with a formal plan to generate retirement savings and income were four times more likely to feel very secure (52 percent) about their post-working lives compared to those without a formal plan (only 13 percent).

In addition, Deloitte’s survey suggests that there is a relationship between the use of professional advisors and feelings about retirement security. Indeed, the survey found that 40 percent of those using financial advisors felt very secure about their retirement, versus only 22 percent of those who do not seek professional advice. A big reason why is that 66 percent of respondents with a financial advisor had a formal plan for retirement savings and income, versus only 28 percent of those without an advisor.

Planning inertia

The survey identified a number of reasons why inertia on retirement planning persists despite extensive efforts by insurers and annuity companies, as well as banks, mutual funds, brokerage firms and their intermediaries, to help consumers address this challenge and enhance their retirement security.

Analysis of the survey data revealed five main barriers inhibiting many Americans from taking a more disciplined approach to setting retirement goals, and putting in place the required mechanisms to achieve a secure future. These interconnected barriers are:

Conflicting priorities: While retirement was a leading concern for a majority of the survey respondents, many cited difficulty balancing such long-term needs with other, often more immediate financial priorities.

A failure to communicate: Financial institutions often do not effectively reach those who may need retirement planning advice and solutions, particularly via the workplace. And even when they do, they don’t necessarily address such needs as part of a broader financial plan taking into account other priorities.

A lack of product awareness: Many consumers are simply not familiar with a number of retirement product options at their disposal.

Mistrust in financial institutions and intermediaries: A significant number of individuals do not have a high degree of trust in anyone working for the financial services industry, whether in offering objective advice or delivering on what they promise when it comes to filling a consumer’s retirement needs.

A “do-it-myself” mentality: A significant segment of consumers either don’t want, or feel they don’t need, professional advice in retirement planning. For many, this might be a short- sighted decision, given the complexity of retirement finances, the lack of awareness about the product options available, and the potential value an advisor could offer.

Potentially, many of these barriers could be overcome by adopting a more holistic approach, in which retirement needs are accounted for early in a customer’s lifecycle and in conjunction with other financial priorities. Changing the mindset of both consumers and retirement services providers to encourage a more integrated planning discipline is therefore a very important step in resolving the retirement dilemma.

But this is not the only step needed to make consumers feel more secure about their retirement. There are other initiatives financial institutions and their intermediaries might consider to help them overcome the lack of trust and dearth of product familiarity among many consumers, while perhaps prompting more of those with a “do-it-myself” mentality to reconsider and seek professional advice.

In future columns over the next several weeks, we’ll more closely examine the barriers listed above, and suggest how the industry’s operating models and marketing approaches might need to evolve so that life insurance and annuity companies and their intermediaries might more effectively reach and serve consumers in tackling their retirement needs.

In the meantime, a full report on the survey results and their implications — “Meeting the Retirement Challenge: New Approaches and Solutions for the Financial Services Industry” — can be accessed with this link: http://www.deloitte.com/view/en_US/us/Industries/Insurance-Financial-Services/e8b8d86e6161d310VgnVCM2000003356f70aRCRD.htm

Source: LifeHealthPro, March 7, 2013.

El problema de la edad de jubilación

abril 20, 2012

Los países desarrollados subestiman el riesgo de la longevidad de su población, dice el FMI

Por Ian Talley

 

WASHINGTON (Dow Jones) — Estados Unidos y otros gobiernos probablemente están subestimando la expectativa de vida de sus poblaciones, un riesgo que podría elevar las obligaciones de sus sistemas de pensiones en casi un 10% e inflar sus ya masivos niveles de deuda pública, advirtió el miércoles el Fondo Monetario Internacional.

El FMI señaló que muchos gobiernos deberían actuar ahora para elevar la edad obligatoria de jubilación e instar a sus sistemas de pensiones a protegerse mejor contra sus riesgos.

Las demoras elevarían los riesgos a la estabilidad financiera y fiscal, lo que podría requerir medidas mucho mayores e invasivas en el futuro», dijeron economistas del FMI.

La entidad señaló que pocos gobiernos o proveedores de pensiones reconocen adecuadamente el riesgo de la longevidad, al subestimarla en tres años en promedio, un error que podría costar a las economías avanzadas la mitad del producto interno bruto de un año.

Para Estados Unidos, esto significaría un error de US$7 billones al calcular costos futuros.

La entidad también dijo que Japón, Canadá, Francia, España y Alemania también podrían enfrentar enormes déficit para financiar pensiones y servicios sociales si se equivocan sobre la longevidad de sus poblaciones.

El FMI advirtió que hacia 2050 este riesgo podría llegar a decenas de billones de dólares.
Fuente: The Wall Street Journal, 11/04/12.

Argentina: El Sistema Jubilatorio está en crisis

marzo 23, 2012

Advierten que el régimen previsional va a una crisis

Por Silvia Stang

 

Más jubilaciones sin aportes El sistema previsional logró en los últimos años un incremento de su tasa de cobertura al permitir que más personas mayores cobren un beneficio, pero a un costo que sería elevado: su propia sustentabilidad.

Así, y al menos según advierte un informe de la Escuela de Economía de la Universidad Católica Argentina (UCA), una realidad en la que casi la mitad de las jubilaciones vigentes fueron obtenidas con planes de moratorias representa un desafío hacia el futuro, sobre todo porque antes de la inclusión de esas poco más de 2,6 millones de personas no se hicieron estimaciones de cuáles serían los costos por afrontar.

Muchos de esos beneficios se otorgaron sin ningún aporte previo -en cambio, algunos trabajadores sí los tenían pero eran insuficientes- y en ningún caso se observó la situación económica de quienes los pedían.

El trabajo menciona también como temas preocupantes hacia el futuro la persistencia de un elevado índice de trabajadores sin aportes y la alta judicialidad que, según se estima, continuará, por razones como la baja relación existente entre el último salario y el haber inicial al jubilarse.

Más allá de las observaciones sobre la sustentabilidad del esquema de jubilaciones por moratoria, el economista Jorge Colina -que presentó el informe junto a Patricio Millán, director de la Escuela de Economía- señaló que como medida de inclusión social tiene un efecto sólo temporal, sin dar solución de fondo a la problemática asociada a la informalidad

Un nuevo esquema

Por eso, en el capítulo de recomendaciones del informe, se incluyó fijar un nuevo sistema de prestaciones, en el que todas las personas obtengan un beneficio básico al cumplir cierta edad. Esa prestación sería del 82% del salario promedio de toda la vida laboral, pero usando un tope de dos o tres sueldos mínimos, que también regiría para el cálculo de aportes y contribuciones en la vida activa. Esos montos máximos del ingreso sujeto a aportes y del haber jubilatorio serían inferiores a los actuales, pero se propone también un esquema adicional de aportes a un sistema privado, al que cada persona podría adherir para mejorar su prestación.

Con respecto a la instrumentación de cambios, el informe advierte que es «imprescindible» realizar cálculos de largo plazo, algo que, según se indica, hoy no es posible dada la falta de difusión de datos -que deberían ser públicos- por parte de la Anses. «Una rigurosa política de transparencia en la información» se considera un insumo básico.

Según Colina, la tasa de sustitución (porcentaje del salario de actividad del trabajador que representa su primer haber jubilatorio) es hoy superior al 70% para los que cobran el salario mínimo, de $ 2300. Por los topes, el porcentaje se reduce progresivamente a medida que se considera -como ingreso hipotético- una mayor cantidad de salarios mínimos. Así, quien gane el equivalente a 10 de esas unidades -$ 23.000 mensuales- tendrá una jubilación inferior a la mitad de su último ingreso activo.

En la práctica, las tasas de sustitución tienden a achatarse porque para calcular la jubilación inicial no se considera el último salario cobrado, sino el promedio de los ingresos de los últimos 120 meses trabajados, cuyos valores históricos se actualizan según un índice que no siempre resulta adecuado. Del promedio se estima el 1,5%, y el resultante se multiplica por la cantidad de años aportados, a lo que se suma una prestación básica móvil, desde este mes de 797,02 pesos.
Fuente: La Nación, 23/03/12.

Europa: Recomiendan fomentar los planes privados de jubilación

febrero 17, 2012

Bruselas pide que se fomenten los planes privados de jubilación complementarios

 

La Comisión Europea presentó ayer su Libro Blanco sobre las pensiones en el que recoge sus planes y recomendaciones para conseguir unas pensiones adecuadas, seguras y sostenibles. Entre las medidas que se defiende en este documento, Bruselas aboga constituir planes privados de jubilación complementarios animando a los interlocutores sociales a crearlos y a los Estados miembros a optimizar los incentivos fiscales y de otro tipo.

Bruselas pide que se fomenten los planes privados de jubilación complementarios Asimismo, pide que se mejore la seguridad de estos planes complementarios, por ejemplo mediante la revisión de la Directiva sobre fondos de pensiones de empleo y la mejora de la información al consumidor. Además, solicita que los planes de pensiones sean compatibles con la movilidad, protegiendo, a través de la legislación, los derechos de pensión de los ciudadanos que se desplazan e impulsando el establecimiento de servicios de rastreo de pensiones en toda la UE. De este modo, según la Comisión, es posible proporcionar a los ciudadanos información sobre sus derechos de pensión y previsiones sobre sus ingresos tras la jubilación.

Además, Bruselas anima a los Estados miembros a que fomenten la prolongación de la vida laboral, vinculando la edad de jubilación a la esperanza de vida, restringiendo el acceso a la jubilación anticipada y eliminando las diferencias que existen entre hombres y mujeres en materia de pensiones. También defiende la creación de mejores oportunidades para los trabajadores de más edad, instando a los interlocutores sociales a adaptar los lugares de trabajo y las prácticas de los mercados laborales y recurriendo al Fondo Social Europeo para que los trabajadores de más edad puedan acceder al empleo.

Finalmente, en esa serie de pautas que Bruselas ofrece en su Libro Blanco, remarca que hay que continuar con el seguimiento de la adecuación, la sostenibilidad y la seguridad de las pensiones y apoyar las reformas de los Estados miembros en materia de pensiones.

AUMENTAR LA EDAD DE JUBILACIÓN ES IMPORTANTE

La Comisión recuerda que las pensiones cada vez ejercen más presión financiera en los presupuestos nacionales, en particular con el factor añadido de la crisis financiera y económica. Para respaldar estos esfuerzos, ha publicado este Libro Blanco, que ese se basa en los resultados de una amplia consulta que se puso en marcha en julio de 2010. En él se examina de qué manera la UE y los Estados miembros pueden trabajar para combatir los principales problemas por los que atraviesan los sistemas de pensiones.

“Garantizar unas pensiones adecuadas para el futuro es posible, si cumplimos hasta el final nuestros compromisos de reforma. Ya estamos notando el impacto del envejecimiento; los nacidos del boom de natalidad se están jubilando y cada vez son menos los jóvenes que se incorporan al mercado laboral. Pero aún no es demasiado tarde para superar estos retos”, afirmó László Andor, comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la UE, en la presentación del documento. Destacó que aumentar la edad de jubilación es importante y ratificó que una encuesta reciente del Eurobarómetro ha puesto de manifiesto que muchos europeos seguirían en el mercado de trabajo después incluso de la edad en la que podrían cobrar una pensión si las condiciones fueran adecuadas.

“UN PASO POSITIVO Y EN LA DIRECCIÓN CORRECTA”

El Instituto Aviva de Ahorro y Pensiones ha valorado el contenido de este Libro Blanco de la Comisión Europea, destancado que las propuestas son un “paso positivo y en la dirección correcta, pero es necesario que se tomen acciones en firme rápidamente”. En palabras de Guillermo de la Dehesa, chairman del Foro de Expertos del Instituto Aviva, “ha llegado el momento de proporcionar un enfoque novedoso; un acuerdo entre la Comisión Europea, los países miembros y el sector asegurador con el fin de promover una cultura del ahorro más profunda”. En su opinión, se hace necesario “cambiar las actitudes de la personas frente al ahorro y ayudarles a comprender mejor las decisiones financieras que necesitan tomar”.

Mientras, Ignacio Izquierdo, consejero delegado de AVIVA, aputna que “la concienciación sobre cuánto esperan las personas recibir en su retiro les animaría a pensar sobre su planificación de cara a la jubilación. Por ello estamos convencidos de que proporcionar un informe anual sobre pensiones instaría a los consumidores a tomar medidas. Todos los ciudadanos europeos deberían recibir, anualmente, un único informe que les permitiera estimar los ingresos que recibirían de cara a su jubilación y que integrara tanto pensiones públicas, como de empleo y privadas”. Así, añade “animamos a la Comisión Europea, Estados Miembros e industria aseguradora a trabajar juntos para establecer unos estándares mínimos en los informes anuales de pensiones y evitar que los ciudadanos reciban información divergente”.
Fuente: BDS AL, 17/02/12.

En la tercera edad y aún trabajando

febrero 2, 2012

En la tercera edad y aún trabajando

Por Kelly Greene y Anne Tergesen

 

Hace tres años, Rose Marie Meece planeaba retirarse de su trabajo como guía turística en Honolulú, pero la mujer de 78 años decidió permanecer en su empleo después de perder casi la mitad de los US$300.000 que tenía en su cuenta de jubilación durante la crisis financiera.

Desde entonces, ha trasladado lo que queda de sus ahorros a bonos y otras inversiones seguras pero de bajo rendimiento. Las pensiones del Seguro Social y de la Marina, donde trabajó su fallecido esposo, a duras penas cubren su arriendo de US$1.300, así que tiene que seguir trabajando.

Meece forma parte de un creciente número de ancianos estadounidenses que siguen activos en la fuerza laboral o buscan empleo con la esperanza de seguir produciendo hasta cuando puedan. Algunos no planearon bien su jubilación o ganaron sueldos muy bajos que resultaron en pensiones escuálidas. Otros han sufrido pérdidas financieras, mientras que algunos están viviendo más tiempo de lo que imaginaban, por lo que sus ahorros no han sido suficientes parar cubrir gastos cotidianos y médicos.

La tasa de desempleo entre estadounidenses de 75 años o más (que mide la cantidad de gente que está buscando trabajo) es relativamente baja pero el doble de lo que era hace cinco años. Según datos oficiales, la desocupación se ubica actualmente en 5,6%, frente a 2,5% en 2006. En contraste, la tasa de desempleo en Estados Unidos para todas las edades cayó a 8,5% en diciembre, el nivel más bajo en 34 meses, comparado con 4,4% en diciembre de 2006.

Hasta el mes pasado, 1,3 millones de estadounidenses de 75 años o más estaban trabajando, un alza de 25% frente al millón que lo hacía en 2005, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. Ahora, 7,3% de los ciudadanos de la tercera edad tiene empleo, frente a 5,3% hace una década, el nivel más alto desde 1966, según el Centro para la Investigación de la Jubilación de Boston College.

El gobierno estima que para 2018, cerca de 10% de los estadounidenses de 75 años o más estará trabajando o buscando empleo, unos dos millones de personas.

Meece dirige recorridos de diez días por Hawai que incluyen vista de ballenas en Maui y esnórkel en Kona. La guía turística dice que adora el lugar, donde ha vivido por dos décadas.

No todas las personas de la tercera edad que trabajan lo hacen para mantenerse. Una de cada cuatro de 75 años o más que están trabajando tienen un ingreso anual mayor a US$100.000, según Michael Busch, un estudiante de economía de la Universidad Estatal de Míchigan, que usó datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.

Muchas de estas personas que ganan bien son profesionales y propietarios de negocios «que están trabajando porque lo disfrutan», dijo Steven Haider, economista de la Universidad Estatal de Míchigan.

Otros no son tan felices y encuentran que su regreso a la fuerza laboral es agotador. Algunos se quejan de jefes jóvenes exasperantes. Un hombre de 80 años que trabaja en una empresa de telemarketing en Nueva Jersey y que tiene 30 años de experiencia, expresó su frustración con un jefe que está encima todo el tiempo pidiéndole que se «limite al guión».

La nueva tecnología puede ser también desconcertante. El software de oficina ha avanzado de forma significativa, lo que fue una gran sorpresa para una secretaria de Tennessee que se había retirado cuando los faxes eran los reyes de la oficina.

La remuneración de aquellos que regresan al campo laboral no es más alta que el salario mínimo, especialmente para los trabajos abiertos para personas de la tercera edad. Walter Thompson, de 79 años, es cocinero de un programa de distribución de alimentos dirigido a personas que no pueden salir de sus casas en Jewett, Nueva York. Thompson empieza a trabajar a las siete de la mañana y usa un caminador para aliviar el dolor de su espalda. Su jornada se extiende por cinco horas.

Sus hermanos piensan que debería retirarse, pero Thompson dice que no tiene planes de renunciar. Su empleo le representa US$10 la hora, por 25 horas a la semana. Su sueldo y la pensión del Seguro Social lo mantienen a él y a su esposa de 70 años, María, una conductora de bus escolar retirada. La pareja lleva 42 años de casados y no tiene hijos.

Thompson ganó por casi 40 años el salario mínimo como mesero. La pareja pagó la hipoteca de su casa en Windham, Nueva York, pero nunca pudieron ahorrar mucho.

La crisis financiera ejerció presión sobre muchos estadounidenses. Las tasas de interés en las cuentas bancarias se desplomaron por debajo de la inflación, mientras que el derrumbe del mercado inmobiliario borró el capital acumulado y las acciones cayeron.

De 2007 a 2009, el patrimonio de un hogar estadounidense encabezado por alguien de al menos 70 años se redujo 27% a US$529.000, incluyendo el capital hipotecario, calcula Dirk Krueger, economista de la Universidad de Pensilvania. El patrimonio promedio para todos los grupos de edades se redujo 32% a US$378.000 en el mismo período. Para fines de 2010, los patrimonios recuperaron algo del terreno perdido.

Algunos trabajadores que regresan al campo laboral pensaron que el Seguro Social iba a financiar una mayor parte de su jubilación. En 1981, el Seguro pagaba 52% del sueldo que ganaba una persona antes de retirarse. Ese porcentaje se redujo a 39% en 2001 y se espera que siga cayendo.

Costos médicos inesperados descarrilaron la jubilación de Ralph Casado, un ex ejecutivo publicitario de 76 años de Nueva York. Hace ocho años agotó su cuenta de retiro de US$180.000 para cubrir un tratamiento contra el cáncer de próstata, así como cirugías de riñón, rodilla y corazón.

Casado trabaja ahora como profesor adjunto en City University of New York. Gana US$18.000 al año por dos clases, lo que complementa con US$18.000 que recibe del Seguro Social.

«Me preocupa perder mi apartamento o no tener suficiente cobertura médica. Esos son los temores que me mantienen motivado», dijo. «Sólo factores de salud me obligarían a retirarme».

Algunos empleados mayores reciben pago sólo por comisión, como Wayne Polay, de 77 años, que regresó a su trabajo como agente de ventas que busca compradores para pequeños negocios. Le pagan comisión sólo cuando cierra un acuerdo.
Fuente: The Wall Street Journal, 29/01/12.

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