En memoria del fiscal Alberto Nisman

marzo 14, 2015

Otro acto por el fiscal

18 MEl miércoles próximo (18/03/15)  se cumplirán dos meses de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Un grupo de intelectuales, encabezado por Santiago Kovadloff, organiza para ese día un acto frente al Palacio de Justicia para «pedir por el esclarecimiento del hecho». La iniciativa no surgió esta vez de los fiscales y jueces, como ocurrió con la multitudinaria marcha del 18 de febrero, sino de la Agrupación Memoria Nisman, cuyo impulsor es Kovadloff. «El mensaje será para la Justicia, por el esclarecimiento de una muerte», dijo el intelectual, que será uno de los tres oradores del acto. También hablarán el rabino Sergio Bergman y el periodista Nelson Castro.

Fuente: La Nación, 14/03/15.

Más información sobre el caso Nisman

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Cómo murió Alberto Nisman

marzo 12, 2015

Para los peritos de la familia, Nisman estaba de rodillas al recibir el tiro

Por Paz Rodríguez Niell.

El trabajo de los especialistas designados por la querella afirma que hubo un atacante detrás del fiscal y que en el baño detectaron manchas lavadas.

De frente a la bañera, el torso erguido y la rodilla derecha apoyada en el piso. Así murió Alberto Nisman, según el informe elaborado por los peritos contratados por la familia del fiscal. Para llegar a esa conclusión tuvieron en cuenta que no tenía marcas de golpes en la espalda, en la cabeza ni en sus miembros. Y que la sangre que cayó sobre el lavatorio, a su derecha, vino de una altura baja, por lo que la cabeza estaba cerca. Para ellos, entonces, estaba arrodillado: no hay otra razón posible.

asesinato politicoJunto a Nisman, en el baño, los peritos de la querella ubican a un posible «atacante», parado atrás. «La víctima tenía una talla de 1,82 m, muy probablemente se encontraba en un plano inferior con respecto al atacante ubicado detrás y a la derecha», dice el informe. Advierte, además, que parte de la mano derecha de Nisman, con la que se habría disparado, estaba limpia y que el único motivo para eso es que hubiera habido algo tapándola, como «un objeto o una mano».

Los peritos de la querella no trabajaron sobre el cuerpo, sino sobre fotos y videos. También, con visitas al departamento de Puerto Madero. Allí dicen haber descubierto, el 13 de febrero, manchas «lavadas» en la canilla y la bacha. El documento, de 93 hojas, lleva las firmas de los especialistas Daniel Salcedo, Osvaldo Raffo y Julio Ravioli. Parte de sus conclusiones habían sido adelantadas por la ex mujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, la semana pasada. Pero los datos de cómo murió fueron mantenidos en reserva.

Este estudio tiene profundas diferencias con la autopsia oficial realizada por el Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema, pocas horas después de hallado el cuerpo. Para resolver el conflicto, la fiscal Viviana Fein planea convocar a una junta médica con los autores de ambos peritajes y otros especialistas del país y del extranjero.

Pero antes, Fein recibirá a Raffo, Ravioli y Salcedo, a quienes convocó para que ratificaran lo que sostuvieron en el informe.

Una de las diferencias con la autopsia es que ellos consideraron probado que hubo «agonía» y que el corazón «siguió latiendo después del disparo», afirmaron. Por eso, la enorme mancha de sangre en el piso.

En cuanto a la sangre del lavatorio, sostuvieron que salió del orificio de entrada de la bala, hacia atrás, «como una suerte de reflujo por efecto de la presión intercraneal». De acuerdo con la querella, esa sangre debió haber manchado necesariamente el arma, la mano y el antebrazo de quien empuñaba la pistola. También, una toalla que colgaba debajo del lavatorio. Pero esa toalla estaba limpia. Entre medio, «algo o alguien se interpuso», afirmaron los peritos de Arroyo.

Cuando la noche del domingo 18 de enero la madre de Nisman y uno de los custodios lo encontraron muerto, él estaba acostado en el piso, paralelo a la bañera, con los pies del lado del lavatorio y la cabeza contra la puerta, algo torcida. Lo rodeaba una enorme mancha de sangre y debajo de su hombro izquierdo estaba la pistola Bersa calibre 22, arma «históricamente utilizada por sicarios», sostuvieron los peritos en un pasaje menos técnico de su informe.

No se explica cómo llegó la pistola allí, advirtieron. Ellos consideraron que el cuerpo fue movido porque «para quedar en esa posición final debió haber girado asistidamente».

En algunos pasajes, los especialistas fueron totalmente asertivos y en otros, algo menos. «Tal posición final resulta poco probable dentro de lo posible que se provoque sin la participación de un tercero en el lugar del hecho», afirmaron.

Una prueba central de esta intervención de un tercero es, para los peritos, la mancha de sangre que tenía Nisman en su mano izquierda (el disparo habría sido con la derecha). «Como si algo o alguien manchado de sangre hubiese tomado la misma después del hecho», dijeron. Afirmaron que no podría haber ocurrido esa «transferencia» desde su propia mano derecha dada la posición en la que se encontraba y por la cantidad de sangre que tenía en esa mano.

Otro elemento que ratifica, según ellos, el movimiento luego de la muerte es una mancha «absorbida por capilaridad» en la remera que Nisman llevaba puesta. Lo que acreditaría que lo movieron es que debajo de la remera no había sangre.

Los peritos de la familia no tienen ninguna duda de que Nisman estaba mirando hacia la bañera, y no al espejo, al momento del disparo. Explican que por eso proyectó sangre a su derecha, a la mesada del lavatorio que está debajo del espejo. Esa mancha que no era «continua» demostraría que el disparo se hizo de cerca, desde no muy alto y en ese sentido.

También están convencidos de que no tenía las dos rodillas apoyadas, sino que la izquierda estaba separada del piso porque en la cara interna, cerca de la pantorrilla, tenía una mancha de sangre que cayó en sentido rodilla-tobillo. No hubiera habido ángulo para que la sangre cayera así estando en otra posición, explica el informe.

Por todo esto, los peritos dijeron que «es poco probable dentro de lo posible que [Nisman] haya estado de pie o con ambas rodillas apoyadas o en cuclillas» dado que no hubiera habido «plano» para ese goteado. Los especialistas llaman la posición de Nisman como «rodilla a tierra».

Los peritos recordaron además en su informe el peritaje oficial más favorable a la hipótesis de que no fue un suicidio: el barrido electrónico, que no encontró restos de explosivos en la mano de Nisman. En este punto no disintieron de la documentación que está en el expediente. Recordaron que no fue hallada ni una sola partícula de plomo, bario ni antimonio, y sostuvieron que eso «aleja la posibilidad de que alguna de las manos» de Nisman haya estado «cerca del arma» cuando se produjo el disparo.

El informe termina con tres páginas dedicadas a las «conclusiones». Doce de las trece habían sido dadas a conocer por Arroyo en su conferencia. Entre ellas, la que discrepa del día de muerte establecido en la autopsia y la que dice que no hubo espasmo en la mano derecha. No leyó la número doce, un párrafo que resume que «al momento de recibir el disparo la víctima debió haber estado en posición rodilla a tierra» y que así lo probarían las manchas del baño y la falta de golpes en el cuerpo.

El trece dice que «el análisis del lugar del hecho, así como de las evidencias físicas del escenario de esta muerte violenta, descarta la posibilidad que el hecho sea accidental» y que «se descarta la probabilidad de la hipótesis en modalidad suicida».

El día de la conferencia de Arroyo, una fuente cercana a uno de los peritos le envió a la nacion otra versión, que fue la publicada, de las conclusiones donde el punto final decía en cambio que el suicidio se consideraba «poco probable dentro de lo posible». Ante la contradicción con lo que había leído Arroyo, La Nación consultó ese día a un colaborador de la jueza que dijo que «por una cuestión de práctica pericial los peritos no pueden decir que fue un homicidio». La versión que recibió la nacion llevaba firmas similares de los tres peritos e idénticos sellos que la presentada en el causa. Este diario llamó a Raffo y Salcedo para consultarles si ésta era una versión que finalmente modificaron o un texto adulterado, pero los peritos hicieron saber que no harían declaraciones sobre el documento.

Hoy, los tres expertos de la querellea declararán ante Fein para ratificar el informe presentado. El plan de la fiscal es llamar después, cuanto antes, a la junta médica que revise en conjunto todos los peritajes presentados en la causa.

Las evidencias recogidas

La posición del cuerpo

Estaba en un plano inferior con respecto al atacante, que estaba ubicado detrás y a la derecha de la víctima

Las manchas

La sangre que cayó sobre el lavatorio vino de una altura baja. Según la querella, esto es consecuencia de que la cabeza de Nisman estaba cerca

Conclusiones que apuntan a un asesinato

Barrido

«No fueron halladas ni una sola partícula característica de plomo, bario y antinomio (fusionada), lo que aleja la posibilidad de que alguna de las manos de la víctima haya estado cerca del arma al momento de efectuarse el disparo»

La mano

Hay dedos que no tienen manchas de sangre y deberían haberla tenido, «a menos que hubiese algún elemento que haya actuado como telón de interposición»

Un objeto, una persona

Esa interposición sería el motivo también de que no haya habido manchas de sangre en la toalla que colgaba del lavatorio. Algo o alguien se interpuso

Movido por un tercero

Para que el cuerpo quedara en la posición en la que fue encontrado, debió haber girado asistidamente. En este punto repite la fórmula de que «resulta poco probable dentro de lo posible» que se haya producido sin la participación de un tercero

Hacia la bañera

La ubicación de las manchas en la alfombra del piso indican que Nisman no miraba en dirección al espejo, sino hacia la bañera

El atacante

Muy probablemente, de acuerdo con las evidencias recogidas, quien disparó el arma estaba en un plano superior, «detrás y a la derecha de la víctima»

La escena según la querella

El peritaje que pidió Arroyo Salgado difiere del oficial en varios puntos clave

 

Rodilla al piso

Según el estudio de la querella, Nisman tenía la rodilla derecha en el piso al recibir el disparo; el peritaje oficial no llega a esa conclusión

De cara a la bañera

Indica también que el fiscal miraba hacia la bañera y no en dirección al espejo del baño cuando se produjo el disparo que lo mató

Huellas de sangre

Los peritos llegaron a estas conclusiones por las manchas de sangre en el lavabo producido por el disparo, y por la ausencia de golpes en su cuerpo.

Fuente: La Nación, 12/03/15.

 

 

 

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Al fiscal Nisman lo llevaron al baño y le dispararon

marzo 7, 2015

Arroyo Salgado cree que al fiscal lo llevaron al baño y le dispararon

Por Cecilia Di Lodovico – 07/03/2015 – 15:49

Así lo sostienen los peritos en el escrito presentado ante la Justicia. Afirman que luego el asesino movió el cuerpo al escapar por la puerta.

Yo acuso. “Lo mataron”, aseveró Arroyo Salgado el jueves en una conferencia de prensa. | Foto: Sebastian Otondo

El informe de cien páginas elaborado por el equipo de peritos contratado por la jueza federal Sandra Arroyo describe cómo habrían matado a Alberto Nisman, el fiscal que días antes de su muerte apuntó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al canciller Héctor Timerman por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA.

asesinato politicoLa ex mujer de Nisman evitó durante la conferencia del jueves dar detalles de los resultados de su equipo. Pero fuentes de la causa indicaron a PERFIL que los peritos de Arroyo Salgado sostienen en el escrito que pudieron determinar, basado en “evidencias físicas”, que el crimen ocurrió en el baño del departamento 13 de las torres Le Parc, entre las 16 y la medianoche del sábado 17 de enero. Siempre según el escrito, el fiscal no estaba solo: lo acompañaba el homicida. Es decir que, para la querella, Nisman fue asesinado en el mismo lugar donde fue hallado el cuerpo, y el nuevo horario ubica a Diego Lagomarsino en la escena del crimen. Creen que pudo haber sido llevado al baño amenazado.

La hora de la muerte. Para Héctor Di Salvo, el médico que realizó la operación de autopsia, el fiscal murió entre las 10 y las 13 del domingo 18 de enero. Una situación que dejaba a Lagomarsino fuera de suspicacias. Para Sandra Arroyo Salgado, en cambio, el horario fue mal calculado. Raffo y el médico Julio Ravioli confirmaron el dato con el análisis del humor vítreo, un líquido transparente y gelatinoso, que se encuentra en el ojo.

Otra “certeza científica” a las que arribaron los forenses indica que no fue Nisman, sino su asesino quien apretó el gatillo de la Bersa calibre 22 largo, propiedad de Lagomarsino. La trayectoria del disparo fue de abajo hacia arriba y de atrás hacia delante. El proyectil ingresó por la zona temporoparietal derecha, a tres centímetros de la oreja y a una distancia de 1 centímetro.

Salida. Para esta línea de investigación, luego de disparar, el homicida movió el cuerpo antes de escapar por la puerta del baño. Aunque la cabeza de la víctima quedó apoyada sobre la puerta, no impidió que quedara abierta unos 15 centímetros. De hecho, fuentes cercanas a la fiscal Viviana Fein admitieron que la madrugada en la que fue hallado el cuerpo pudieron ingresar al baño por esa abertura.

No pudieron participar en la autopsia, pero con videos y fotografías del departamento de Nisman, los especialistas conducidos por Raffo y el criminólogo Daniel Salcedo, encontraron “evidencias físicas” que descartan de lleno el suicidio. En primer lugar –tal como lo adelantó PERFIL en su edición del 24 de enero– resultó clave el análisis de las manchas de sangre halladas en el espejo del baño y las paredes de la ahora “escena del crimen”. La Fiscalía no confirmó las manchas en el espejo. Pero testigos directos lo ratificaron a este diario.

En una inspección ocular, los forenses encontraron elementos que reforzaron sus sospechas. También resultaron esenciales las conclusiones de un examen exhaustivo de las livideces del cuerpo que confirmaron que el cuerpo fue movido.

Pero quizás el punto más importante del dictamen que realizó la querella sea el más evidente para un experto: “Es fisiológicamente imposible que haya espasmo cadavérico cuando hay agonía. Este punto no es opinable. El espasmo en la mano no existió”, revelaron fuentes cercanas a los peritos. “La única manera en que quede un espasmo cadavérico es si la muerte es súbita. Luego, de la agonía se instala la rigidez. El espasmo es un signo vital, la rigidez, es un signo post mórtem”, explicaron. Llama la atención que los peritos oficiales, que estuvieron frente al cuerpo, no repararon en este dato básico. La discusión generó un fuerte debate entre los peritos, que la fiscal Fein quiere terminar de dirimir a través de una junta médica.

Las cámaras de seguridad de las Torres Le Parc resultaron inservibles para la investigación debido a que no funcionaban y los custodios de Nisman no estaban en el lugar. Por esa razón, creen que el asesino pudo dejar el edificio sin que haya quedado registro de su salida.

Fuente: Perfil, 07/03/15.

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Macabra danza política sobre Nisman

marzo 6, 2015

Macabra danza política sobre Nisman

Por Julio Blanck.

Extinto fiscal de la AMIA Alberto Nisman.

Extinto fiscal de la AMIA Alberto Nisman.

La obscena campaña de demolición post-mortem de Alberto Nisman, diseñada en el Gobierno y ejecutada por actores de muy alta calificación, empezando por la propia Presidenta, intenta mantener vivo –en términos políticos– al fiscal cuya muerte violenta mancha irremediablemente, y para siempre, el tramo final del gobierno de Cristina Kirchner.

asesinato politicoSe lo mantiene vivo para difamarlo, se busca destruir su persona para refutar sus acusaciones de encubrimiento a Irán en el ataque a la AMIA, como si esa denuncia postrera de Nisman no fuese tan aleatoria y necesitada de pruebas firmes para ser sostenida.

“Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto”, escribió la Presidenta en su segunda carta sobre el caso el 22 de enero, esbozando una fabulosa conspiración en su contra. Para contrarrestar ese supuesto ahora se lo necesita vivo.

Se pretende ignorar la muerte de Nisman porque no se puede hacer propaganda contra un muerto, así como no se le podía ganar una elección a una viuda reciente. Entonces todo vale.

Se lo acusó de conspirador y de haber buscado con su denuncia “un efecto político desestabilizador”, en una solicitada del Gobierno publicada el miércoles. Se lo tildó canallescamente de borracho, ese mismo día, en un sitio de noticias que depende del Ministerio de Justicia y que ayer pidió perdón por el error echándole la culpa a otros. La misma Presidenta había insinuado de modo profundamente discriminatorio, en su primer mensaje por cadena nacional, la existencia de una relación íntima entre Nisman y su colaborador, el imputado Diego Lagomarsino. Como estas obscenidades hubo varias más.

Vale la pena remarcarlo: la denuncia de Nisman contra Cristina, el canciller Héctor Timerman y compañía, por encubrimiento en el atentado de la AMIA, está lejos todavía de tener elementos sólidos para sostenerse. Quizá nunca los tenga, quizás sí. De aquí en adelante todo depende de lo que decida la Sala I de la Cámara Federal cuando resuelva si acepta o rechaza la apelación del fiscal Gerardo Pollicita a la decisión del juez federal Daniel Rafecas, quien una semana atrás desestimó de modo compacto y absoluto toda la presentación de Nisman.

La resolución de Rafecas se había interpretado en los tribunales como una salida política oportuna, un alivio en un momento de extrema tensión entre el Gobierno y el Poder Judicial. Igual, entre colegas de Rafecas se remarcó el carácter inusual del rechazo total a los pedidos de prueba hechos por un fiscal general.

Allí se espera ahora que los camaristas Ballestero, Farah y Freiler acepten la petición del fiscal Pollicita, declaren nula la decisión del juez Rafecas y ordenen realizar las pruebas para ver si Cristina debe ser investigada. Podrían además apartar a Rafecas del caso.

“Es muy difícil que los camaristas asuman el costo político de convalidar el cierre de esta causa sin investigar”, dice un viejo zorro de la Justicia federal. Pero se cura en salud: “Con la Sala I nunca se sabe…”. Esos camaristas habían cultivado cierta fama de afines a la Casa Rosada; aunque fallos recientes, como la inconstitucionalidad del oscuro pacto con Irán, disolverían en buena parte aquella presunción.

Lo que allí estará en juego es el aspecto judicial de este caso escandaloso. Pero el hecho que supera toda otra circunstancia es la muerte de Nisman. Es lo que perdura y pesa gravemente en términos políticos sobre la Presidenta y su gobierno. Más, cuando se tiene la impresión de que mucho de lo hecho desde que el fiscal fue encontrado muerto se orientó a confundir, distraer, desviar, diluir toda posibilidad de esclarecimiento de su muerte.

Su ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, ayer sostuvo –respaldada por el informe de un muy calificado equipo forense– que a Nisman lo mataron, que agonizó varias horas luego de recibir un disparo en la cabeza, que su cuerpo fue movido antes de que lo encontraran tirado en el baño de su departamento.

El informe de Arroyo Salgado cuestiona profundamente lo que hasta ahora es la historia oficial de la muerte de Nisman. No es en sí mismo la verdad, sino sólo una hipótesis que debe ser corroborada. Aunque suena coherente frente al desbarajuste, las contradicciones y los insondables agujeros negros en la investigación que lleva la bien intencionada fiscal Viviana Fein.
La pesquisa oficial ya acumula casi siete semanas sin poder comprobar la hipótesis inicial del suicidio. En ese tiempo se acumularon pruebas sobre el descontrol de la escena de la muerte de Nisman, lo que abre espacio a todas las sospechas. Varias de ellas están contenidas en el informe de Arroyo Salgado, que ya forma parte del expediente.

Un juez federal que viene siguiendo con detalle el caso interpretaba anoche que las afirmaciones de su colega Arroyo Salgado “si se sostienen técnicamente son una bomba de neutrones”. Y se preguntaba si “el oficialismo o la oposición tendrán una respuesta” coherente frente a la conmoción que podría suponer la certeza del asesinato de Nisman.

Esa certeza ya está anidada en vastos sectores sociales, según muestran los sondeos de opinión. La responsabilidad, inevitable, recae en el Gobierno, que tan poco y tan mal parece estar auxiliando a la Justicia en esta investigación.

Alrededor de la denuncia y de la muerte de Nisman se mueven competencias y conspiraciones sordas entre jefes y agentes de inteligencia. Algunos permanecieron más de diez años al servicio del kirchnerismo como el ahora defenestrado Jaime Stiuso, un pez gordo que el Gobierno todavía no consigue terminar de sacar del agua. Otros siguen obedeciendo de alguna manera oblicua a la Casa Rosada, mientras un viento de fronda barre las estructuras de la vieja SIDE, ahora devenida en Agencia Federal de Inteligencia.

Al amparo de esa reforma poco más que formal, timoneada por el fiel secretario kirchnerista Oscar Parrilli, se está propiciando el salto en paracaídas de centenares de nuevos agentes, designados por las estructuras políticas del oficialismo. La idea es que esos hombres y mujeres queden sembrados en las estructuras de inteligencia más allá del cambio de gobierno en diciembre. La oposición ya anunció que, si le toca gobernar, revisará todos esos nombramientos. Se dice fácil, después hay que hacerlo.

Se habla sobre todo del aporte que estaría haciendo La Cámpora a esa estratégica ocupación de territorio. Pero no es justo demonizar a la agrupación que conduce Máximo Kirchner, porque la llegada de esos agentes de inteligencia de última hora reconoce también otros afluentes internos.

Movimientos sociales que orbitan en el universo kirchnerista estarían enviando a sus postulantes. Una fuente partidaria oficialista de alto nivel aseguró a Clarín que a los intendentes fieles del Gran Buenos Aires les están pidiendo listas de nombres de confianza para incorporar a las oficinas del espionaje. Y hasta el inoxidable ministro Julio De Vido habría colectado un pelotón de cuadros propios para enviar a la flamante Agencia, comandados por un colaborador suyo de extrema cercanía.

Ese es el tenor y la calidad de los espías que el oficialismo espera dejar atornillados cuando llegue el cambio de mando. Es parte del caramelo envenenado que la Presidenta le dejará de regalo a su sucesor.

Pero con reforma y desembarco militante incluidos, el recelo de Cristina a la estructura del espionaje estatal no parece haber cambiado. A los expertos no dejó de resultarles llamativo que la Presidenta haya concurrido el domingo pasado a inaugurar las sesiones del Congreso rodeada por un anillo de custodios formado por personal del Ejército, no de la Policía Federal. Esos hombres, flor y nata de la inteligencia militar, están bajo órdenes directas del teniente general César Milani, su verdadero hombre de confianza.

AMIA, Nisman, SIDE, Stiuso, Milani, Cristina. Son nombres del drama que nos ocupa. Sujetos de una política que se empeña en ser circular, y que parece así condenada a repetirse a sí misma.

Fuente: Clarín, 06/03/15.

 

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Un magnicidio institucional

marzo 6, 2015

Un nuevo y dramático giro

Por Joaquín Morales Solá.

Sucedió justo cuando el oficialismo trataba de infamar y degradar al fiscal Alberto Nisman. Ese propósito perverso ya era una causa perdida ante la opinión pública: ésta siempre se pone del lado de un muerto, sobre todo cuando esa muerte es violenta y política.

Voceros oficiales o cercanos al oficialismo habían tratado en las últimas horas al fiscal muerto de loco y de borracho. Sólo un loco, en efecto, podría firmar dos documentos totalmente contradictorios sobre el papel que cumplió el gobierno argentino frente a Irán, como lo dijo la propia Presidenta y como lo repitieron sus voceros oficiales u oficiosos. Una secretaria de Nisman debió aclarar que el contexto era distinto entre un documento y otro. Un sitio de Internet oficial del Ministerio de Justicia confundió (¿por error?) la cantidad de alcohol que tenía en sangre con la que tenía en el estómago. Son dos cosas absolutamente distintas.

Sandra Arroyo Salgado, jueza y ex esposa de Nisman, activó ayer un nuevo y dramático giro en la política y en la sociedad cuando afirmó que su ex marido no se suicidó. Su teoría (o su certeza) coincide con la opinión de una importante mayoría social, que siempre sostuvo que a Nisman lo mataron. Hasta ahora el «magnicidio» era una hipótesis de la política y de vastos sectores sociales que carecía de respaldo técnico. Arroyo Salgado proporcionó a esa teoría argumentos científicos.

asesinato politicoPase lo que pasare en adelante en la Justicia, es probable que tanto la política como esas franjas sociales hayan hecho suya definitivamente la hipótesis de la jueza. Esto es: a Nisman lo mataron cuatro días después de hacer la denuncia política más explosiva que recibió el kirchnerismo y un día antes de exponer las pruebas de esa denuncia ante el Congreso.

Los supuestos criminales de Nisman se encontraron con un complicado obstáculo: la madre de las hijas de Nisman es abogada y jueza.

Sabe, por lo tanto, cuáles son los caminos que pueden conducir a esclarecer una extraña muerte. Arroyo Salgado colocó a la Presidenta, además, en la peor de las situaciones: explicar qué pasó para que muriera violentamente el fiscal que acababa de acusarla.

Nadie está culpando directamente a Cristina Kirchner de esa muerte, pero su responsabilidad política sería innegable si realmente fuera un crimen. Nisman fue metódicamente calumniado y difamado durante los cuatro días que transcurrieron entre su denuncia y su muerte.

Nadie en el Estado se tomó el trabajo de reforzar su custodia después de que hizo graves imputaciones a los gobiernos argentino e iraní. Al revés, hubo una sospechosa ausencia de su custodia durante las posibles 24 horas en las que Nisman estuvo herido y muerto, según la aseveración de su ex esposa, hasta que lo encontraron su madre y un cerrajero de ocasión. ¿Diez custodios para semejante ausencia de custodia? El cuadro describe más que nada a una zona liberada por la policía.

Servicios de inteligencia extranjeros, sobre todo el israelí, atribuyeron desde el primer momento a sicarios iraníes, con colaboración local, la muerte del fiscal (NdE: Y quizás por encargo local). Nisman fue hallado muerto, además, en medio de un escándalo de luchas internas entre los inescrutables servicios de inteligencia locales.

Podrían haber sido agentes extranjeros, pero también podrían haber intervenido sectores locales dispuestos a hacerle un supuesto favor al gobierno argentino. Todo es posible, o cualquier inferencia es posible, porque la investigación de la justicia local camina demasiado cansinamente.

El informe de los peritos nombrados por Arroyo Salgado parece disentir del de los peritos oficiales. La disidencia existe en algunos aspectos técnicos. Sin embargo, la conclusión del departamento forense, que depende de la Corte Suprema de Justicia, difiere en el tono y en la repercusión pública, pero no en la esencia.

De hecho, el informe que recibieron los jueces de la Corte señaló siempre que el caso de Nisman sería un suicidio único en la historia, si es que fue un suicidio.

Esos forenses subrayaron, en sus informes verbales, que la muerte de Nisman no siguió ninguno de los protocolos establecidos por la historia de los suicidas. Dicen más o menos lo mismo, aunque los peritos oficiales nunca escribieron lo que dijeron.

La teoría del asesinato de Nisman es también la teoría de una porción mayoritaria de la Justicia. La marcha de los fiscales fue una prueba de esa sospecha o de esa certeza. ¿Se marcha por las calles y se convoca a la sociedad sólo para rendir homenaje a una persona que decidió poner punta final a su vida? No, seguramente. Arroyo Salgado es también una exponente cabal de ese cuerpo profesional que integran jueces y fiscales. La hipótesis del suicidio común se encierra en un círculo cada vez más pequeño.

El caso se inscribe, además, en un cuadro donde sobra desidia y falta eficacia. ¿O no es raro, acaso, que la Justicia no haya podido establecer ni siquiera si fue suicidio o crimen un mes y medio después de la muerte de Nisman? ¿No es escandaloso que la fiscal Viviana Fein haya dicho, hace muy pocos días, que no tiene una hipótesis cierta sobre esa muerte? ¿No es más escandaloso aún que la propia fiscal Fein haya admitido ayer que hubo un tiempo largo de tres horas entre cuando lo encontraron muerto a Nisman y cuando ella llegó, y que no sabe qué paso en esas horas interminables? No sabe ni siquiera si movieron el cuerpo inerte de Nisman; es decir, no sabe si cambiaron la escena de un supuesto crimen. Ese dato es clave en cualquier pesquisa.

La hipótesis de Arroyo Salgado podría tener otras consecuencias. La primera de ellas es que el caso de la muerte de Nisman debería pasar, si fueran ciertas todas las afirmaciones de la jueza, a la justicia federal y abandonar la justicia de instrucción.

De hecho, ya debió pasar a la justicia federal. Muerte dudosa (según la carátula de la causa) de un fiscal federal. Suficiente para ser un caso federal. Arroyo Salgado ya hizo una primera presentación ante la justicia federal, cuando denunció un mensaje implícito en un ejemplar de la revista Noticias que mostraba la cara de Nisman con una mancha en la cabeza. La denuncia está en manos del juez federal Luis Rodríguez, con fuertes lazos con la conducción desplazada de la ex SIDE.

No será ésa la única secuela. Aun cuando es cierto que los jueces deben resolver sobre lo que está en el expediente que analizan, también es verdadero que los condiciona el contexto en el que se mueven.

La denuncia de Nisman, que desestimó el juez Daniel Rafecas, cayó ahora en la Sala I de la Cámara Federal, que deberá resolver sobre la apelación del fiscal Gerardo Pollicita. Es la sala más cuestionada de la Cámara Federal por su antigua cercanía con el oficialismo, aunque últimamente resolvió casos contra los intereses del Gobierno.

Si la denuncia de Nisman fue la obra de un trastornado, como se deslizó en el oficialismo y en algunos, pocos, despachos judiciales, ¿por qué, entonces, alguien estuvo interesado en matarlo, como asegura su ex esposa? Ése es el peso simbólico que caerá sobre los jueces de la Cámara Federal.

La denuncia y la muerte de Nisman rompieron la placidez del verano. Y serán, tal vez, las únicas compañías seguras que tendrá Cristina Kirchner hasta el último día de su poder. Haga lo que haga, diga lo que diga.

Fuente: La Nación, 06/03/15.

 

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Alberto Nisman fue asesinado

marzo 5, 2015

Arroyo Salgado: «Nisman fue víctima de un homicidio sin lugar a dudas»

La ex mujer de Nisman presenta el resultado de las pericias, que apuntan a revelar «verdades científicas» sobre la muerte del fiscal.

Conferencia de Prensa de Sandra Arroyo Salgado. (Maxi Failla)

Conferencia de Prensa de Sandra Arroyo Salgado. (Maxi Failla)

Sandra Arroyo Salgado, la jueza de San Isidro y ex pareja del fallecido Alberto Nisman, presenta los resultados del equipo de peritos que contrató para investigar la dudosa muerte del ex fiscal especial de la causa AMIA.

«Nisman fue víctima de un homicidio sin lugar a duda», afirmó la magistrada. Y agregó que esta teoría «se encuentra respaldado con rigor científico» y que «descarta con contundencia la hipótesis de accidente y de suicidio».

En el edificio del viejo Consejo Deliberante de San Isidro, la magistrada brinda una conferencia de prensa dando los resultados del trabajo realizado por el grupo de peritos encabezado por el prestigioso forense Osvaldo Roffo, junto al médico Julio Ravioli, el criminalista Daniel Salcedo, el psiquiatra Ricardo Risso y el informático Gustavo Presman.

«Como ya todos saben la querella la integramos en forma conjunta Sara, la mamá de Alberto Nisman, y yo en representación de nuestras hijas de 8 y 15 años de edad, en nombre de ellas yo les agradezco que se hayan acercado a este espacio para conocer e informar a la gente las conclusiones a las que llegamos después de un mes de trabajo que fue muy difícil y doloroso para todos nosotros poder llevar adelante«, afirmó al inicio de la conferencia.

Arroyo Salgado presenta a las pericias como «verdades científicas», que van en línea de abonar a la hipótesis del homicidio, acompañanada en el lugar por todo el equipo encabezado por el doctor Roffo. Casi una hora después de lo previsto, la magistrada llegó al edificio y fue recibida por el apoyo de vecinos que le gritaban: «Fuerza, no afloje».

asesinato politicoEl informe de más de cien hojas fue presentado en el expediente judicial y apunta a aportar en la búsqueda de «la verdad objetiva y científicamente comprobable a partir de la evidencia física», sobre la base del «informe forense realizado sobre el análisis de la evidencia del lugar del hecho, la operación de la autopsia y pericias complementarias».

Y parte de «la base de fotos y videos tomados el día del hallazgo sin vida por parte de Prefectura Naval y la Policía Federal, más el análisis de fotos y videos tomados por el análisis de fotos de la autopsia, a lo que se agregan informes medicos y balísticos llevados a cabo por peritos oficiales», agregó.

Arroyo Salgado sostuvo que sólo se referirá a las conclusiones del informe y no responderá preguntas de los periodistas presentes en la sala.

«Los trascendidos públicos que indican que Nisman estaba alcoholizado al momento del fallecimiento, no son certeros», señaló, en referencia a lo difundido por el portal del Ministerio de Justicia, respecto a que el ex fiscal tenía 1,73 de alcohol en sangre y que hoy se disculpó por haberlo publicado.

«Me permito hacer algunas objeciones a título personal, en el rol de querellante. no se hizo saber a los familiares presentes en el lugar del hecho al momento del hallazgo sin vida de Nisman que tenían derecho a participar de la autopsia con la intervención de peritos de parte, lo cual hubiera contribuido a fortalecer el proceso pericial en miras de la búsqueda de la verdad», subrayó.

Y cuestionó que no se atendió a «los pedidos realizados a distintos funcionarios del Ejecutivo», presentes en el lugar, ni «los pedidos por escrito en el juzgado como en la fiscalía interviniente con carácter previo a que la autopsia concluyera».

«La falta de participación de peritos de parte en la autopsia de Alberto Nisman en conclusiones precipitadas e inequívocas allá sido funcional a los homicidas», sostuvo.

«Como familia y miembro del poder judicial de la nación anheló que el trabajo de los forenses sea el hito fundacional a partir del cual la investigación encuentre el cauce que hoy no tiene hacia el esclarecimiento de la verdad», sentenció.

En apenas 30 minutos, Arroyo Salgado fue contundente al sostener que «Nisman no sufrió un accidente, no se suicidio, sino que lo mataron y se trata de un magnicidio de proporciones desconocidas, que merece respuestas por parte de las instituciones de la República».

Y concluyó con una reflexión a título personal, pidiendo por la ética profesional para el tratamiento del caso.

Fuente: Clarin.com – 05/03/15
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Las tres contradicciones de la pericia con el expediente de Fein

Arroyo Salgado expuso diferencias respecto a la hora de la muerte, la agonía del fiscal y la posición en que fue hallado.

Ex esposa y querellante. Sandra Arroyo Salgado. Foto: Maxi Failla.

Ex esposa y querellante. Sandra Arroyo Salgado. Foto: Maxi Failla.

En su electrizante conferencia de prensa, la ex esposa de Alberto Nisman afirmó que el fiscal fue asesinado. Tal como había adelantado en las últimas semanas, su exposición fue breve, y sólo compartió los datos cuya difusión, a su juicio, no entorpecerá la investigación judicial.

El informe de Arroyo Salgado presentó tres contradicciones con la información que difundió la fiscalía respecto a las pericias que constan en el expediente y que fueron realizadas por el Cuerpo Médico Forense. Son las soguientes:

Nisman agonizó.

Según aseguró la ex mujer de Nisman en su presentación de las conclusiones de su pericia, el fiscal no murió de inmediato. «No existió espasmo cadavérico, es decir que hubo agonía», dijo. Arroyo Salgado argumentó que la agonía se pudo comprobar por «la copiosa hemorragia externa».

El cuerpo fue movido

«La posición en la que fue encontrada el cuerpo no fue la final», dijo Arroyo Salgado. El dato buscaría relativizar posibles conclusiones de la fiscal Fein y la jueza Palmaghini que pudieran basarse en la forma en que fue hallado y fotografiado Nisman. No dijo, en cambio, si ese supuesto movimiento del cuerpo pudo haber sido causado por el intento por parte de abrir la puerta para entrar al baño en donde yacía el fiscal, o ella supone que el hipotético asesino lo «acomodó» en su posición final.

La hora de la muerte

La pericia de la querella, cuyos ejes centrales presentó ayer Sandra Arroyo Salgado, afirma que el cuerpo de Nisman «se hallaba en sangre y laxo al momento del inicio de la autopsia». Según afirmó la jueza federal de San Isidro, eso implicaría que la data de muerte «es de 36 horas, más o menos, a partir del inicio de la autopsia«. Como ese análisis de hizo a las 8 de la mañana del lunes 19 de enero, Nisman habría muerto en la noche del sábado 17.

Las coincidencias

Las pericias de la querella sí coincidieron con la información que consta en la causa respecto de otros puntos: Nisman murió a causa de un disparo causado por una pistola Bersa calibre .22 como la que fue hallada en Le Parc y que «presenta signos de haber sido usada en el hecho»; no había pólvora en las manos del fiscal y, contrariamente a lo que había informado el portal oficial Infojus, Nisman no estaba ebrio: «La pericia toxicológica indicó la presencia de benzodiacepina de uso habitual de la víctima en cantidades indeterminables, cafeína en cantidades indeterminables y alcohol en contenido gástrico, compatible con una mínima ingesta de bebida alcohólica o con la fermentación natural de elementos ingeridos. No se demostró la presencia de alcohol en vísceras, sangre u orina».

Fuente: Clarin.com – 05/03/15
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