La situación de los médicos en Argentina

octubre 5, 2017

Los dolores de cabeza de los médicos particulares: agendas apretadas, gastos fijos en alza y pagos demorados

Especialistas adheridos al sistema de prepagas y consultados por LA NACION expusieron los conflictos que enfrentan a diario; las empresas evitaron contestar las críticas del sector.

Por Belén Ferrari.
Los médicos que prestan sus servicios a las empresas de medicina prepaga reciben un honorario de entre 150 y 250 pesos por consulta
Los médicos que prestan sus servicios a las empresas de medicina prepaga reciben un honorario de entre 150 y 250 pesos por consulta.
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«Las empresas de medicina prepaga fijan nuestros honorarios», explica Analía Tablado, ginecóloga del centro médico Santa Rita. El médico recibe de la empresa a la que presta sus servicios un honorario promedio de entre 150 y 250 pesos por consulta. A esa ganancia, explica la médica, hay que restarle los gastos por el alquiler del consultorio y los impuestos. Es así que «el 50-60% de lo que se recibe se va en gastos».

El tesorero del Colegio de Médicos, Juan Marchetti, opina que «la retribución para los médicos es paupérrima». «No puede ser que un plomero cobre 500 pesos por cada visita a una casa y un médico reciba solo 140 pesos por consulta». Para dar cuenta de esta situación, el tesorero cuenta que del total de gastos que incurre una empresa para una internación, el trabajo que realiza el profesional solo representa un 5%: «Para la prepaga, el médico es lo más barato».

Pero ese no representa el mayor problema. Lo más preocupante para los médicos, según testimonios recogidos por LA NACION, es que su poder de negociación frente a las prepagas es casi nulo. «Si yo no acepto el precio, me dicen, «váyase»», cuenta Tablado, ya que «la lista de espera de médicos que buscan trabajar para estas empresas es infinita». Javier Martel, médico pediatra, afirma lo mismo: «No hay forma de pedir aumento».

Frente a estas críticas, LA NACIÓN intentó comunicarse con las prepagas mencionadas por los especialistas (Osde, Swiss Medical, Omint, Medicus, Osmecon, Osdipp y Galeno). Cuando se les consultó sobre este panorama y se les pidió una evaluación, se abstuvieron de realizar comentarios al respecto.

Los centros médicos de internación tienen más poder de negociación porque cuentan con un bien muy escaso: las camas
Los centros médicos de internación tienen más poder de negociación porque cuentan con un bien muy escaso: las camas.
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En la vereda opuesta: los centros médicos

Los únicos que tienen más poder de negociación son los centros médicos de internación porque cuentan con un bien muy preciado y escaso: las camas. Esa es su moneda de cambio.

Una especialidad que logró agremiarse y sumar fuerzas aquí es la anestesiología, unidos bajo la Asociación Argentina de Anestesia. Al ser pocos, un total de 3.500 anestesiólogos, y dedicarse «a un práctica tan crítica y urgente», dice el presidente del Femeba, Guillermo Cobiantienen un enorme poder de presión con el que logran negociar mejores convenios con las empresas de medicina prepaga. «Ganan en promedio cinco veces más que los médicos de otras ramas y son ellos mismos los únicos que certifican a nuevos especialistas, con cuentagotas», dice.

En este contexto, un especialista del sanatorio Mater Dei explica que una de las razones por los bajos honorarios se vincula con que hay una sobreoferta de médicos. «En 2013 en Argentina había un médico cada 262 habitantes, una de las tasas más altas del mundo», explica el especialista. «Al saturar la oferta, la demanda es dueña absoluta de las condiciones laborales», agrega.

A partir de los datos provistos por el Ministerio de Salud de la Nación, en 2013 había 3,94 médicos cada 1.000 habitantes en la Argentina. Si se compara al país con el resto del mundo, aparece posicionada al mismo nivel que varios países europeos, como España, Suiza, Italia, y también Australia. En relación con los restantes países del continente americano, a excepción de Cuba que encabeza la lista de cantidad de médicos y Uruguay, la Argentina se encuentra en una situación muy ventajosa en la región, duplicando la cantidad de médicos cada mil habitantes con que cuenta Brasil, por ejemplo, y casi cuadruplicando los de Chile y Perú, según la información que brinda OMS para ese año.

«Nadie quiere pagar una consulta particular si tiene alguna cobertura de salud»

La alternativa de abrirse de la prepaga y trabajar de forma autónoma no es viable, ya que «los pacientes particulares casi no existen», dice Tablado. «Nadie quiere pagar una consulta particular si tiene alguna cobertura de salud». «Y si la hacen es para confirmar un diagnóstico y volver al sistema prepago», agrega el especialista del Mater Dei. Sin las empresas, los médicos no tienen pacientes. Se lo llama un «sistema cautivo», ya que los médicos no pueden irse y los pacientes tampoco quieren salir. Y cuánto más grandes son las empresas de seguridad social, más clientes incorporan y más poder tienen.

Agenda apretada

Una de las consecuencias de la vulnerabilidad del sistema es que el médico debe llenar su agenda al máximo colocando un paciente detrás de otro, y así, la calidad de la consulta se deteriora. Una médica que hizo su residencia en el CEMIC reconoció haber sido testigo de la mala atención que reciben los pacientes producto de estas agendas demasiado apretadas que además dificultan el conseguir turnos.

«Las empresas justifican el bajo honorario médico con la expectativa de proveerles de un gran número de pacientes, pero esto abarrota los consultorios, que siempre se atrasan y lo peor: la calidad de la atención se deteriora», aclara el especialista del Mater Dei.

El sistema médico actual tiende a impedir que la relación entre el médico y el paciente se fidelice en el tiempo
El sistema médico actual tiende a impedir que la relación entre el médico y el paciente se fidelice en el tiempo.
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Otro aspecto del sistema médico actual es que la relación entre el médico y el paciente no se fideliza en el tiempo. Los pacientes saltan de médico en médico según lo que les ofrecen sus cartillas médicas. Tablado menciona que muchas veces sus pacientes no se acuerdan de quiénes los atendieron anteriormente. «Al paciente no le importa quién es el médico, si es bueno o no con tal de que esté en su cartilla y no tenga que pagar».

Demora en los pagos

Otro inconveniente que padecen los profesionales médicos que dependen de las prepagas es la demora en los pagos. Martel explica que el plazo para cobrar es de 30 días pero muchas veces se extiende a 60 o 90. El especialista del Mater Dei confirma esta tendencia. «Si la consulta se hace el primero de octubre, recién se presenta la factura a la prepaga en noviembre, y algunas de las prepagas más grandes recién depositan los honorarios hasta 90 días después, es decir, ¡en febrero!». En tiempos de alta inflación, los sueldos pierden su valor al correr de las semanas.

Además ocurre de manera frecuente que la obra social, después de no pagarle a sus médicos durante varios meses, arregla pagarles pero con un descuento. ««Si querés te pagamos pero con un descuento», te dicen», aclara Martel.

Las especialidades que incluyen urgencias, como las cirugías o la obstetricia, fueron aún más perjudicados en el último tiempo. Por una disposición reciente se les quitó el 25% adicional que cobraban por realizar un parto en horario nocturno o durante el fin de semana, reconociéndoles solo el mismo honorario que en horario laboral normal.

Los bajos sueldos también se sienten en las residencias. Marchetti señala que se liberaron muchas vacantes para estas instancias de posgrado porque los médicos recién recibidos, ante sueldos insuficientes, prefieren saltear esa etapa. Según la médica del CEMIC, un sueldo promedio para un residente de primer año en un hospital privado es de $17.203 y no se derivan aportes mientras que en los hospitales públicos arrancan en $22.000 con aportes. Los residentes del CEMIC tienen un horario de 8 a 17 horas pero eso «nunca se cumple, te vas cuando terminas», concluye.

Fuente: La Nación, 05/09/17.


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Los Médicos y el mundo digital

mayo 24, 2015

Médicos informáticos: nueva especialidad, con alta demanda

Por Mariana Pernas.

El médico informático es el nexo entre el campo asistencial y las áreas de Sistemas para llevar adelante los proyectos tecnológicos.

En red. Hernán Navas es jefe de Informática en Salud en el Sanatorio Finochietto.

En red. Hernán Navas es jefe de Informática en Salud en el Sanatorio Finochietto.

Fuera del consultorio y frente a la computadora, los médicos encontraron en la informática un nuevo campo de especialización de creciente demanda en las entidades de salud. Tanto en las que están incorporando tecnología como en aquellas que ya lo hicieron y continúan realizando actualizaciones y proyectos.

Con el mayor uso de las tecnologías de la información y comunicaciones en la salud para mejorar la atención de los pacientes u optimizar los procesos administrativos –sistemas de gestión hospitalaria, historia clínica digital o aplicaciones de telemedicina–, el médico informático es el nexo entre el campo asistencial y las áreas de Sistemas de hospitales, clínicas, empresas de medicina prepaga y obras sociales, al momento de llevar adelante los proyectos de tecnología.

Ejercer esta especialización no es necesariamente excluyente. Muchos médicos, de hecho, la combinan con la atención en consultorio, lo que los mantiene en contacto directo con el paciente.

medicos y mundo digital 01“Los médicos especialistas en informática velan por el alcance, el diseño, la arquitectura, la implementación y la evaluación de la tecnología aplicada a la salud, así como por la capacitación de los usuarios”, señala Daniel Luna, especialista en medicina interna y jefe del Departamento de Informática en Salud del Hospital Italiano, creado en 2001. Allí se dicta la residencia de Informática en Salud, una maestría en esta disciplina y cursos de capacitación.

“Es una especialidad médica complementaria de las otras existentes –amplía Luna–. Su conocimiento incluye la ciencia de la computación, como ingeniería de software, redes y bases de datos; informática médica, que es la aplicación de la tecnología informática a la vida asistencial, y la comprensión de los sistemas y la gestión de salud. Pero fundamentalmente estos profesionales son líderes del cambio, ya que los proyectos de implementación de tecnología en salud son, ante todo, proyectos de cambio organizacional”.

En el Sanatorio Finochietto, que comenzó a funcionar a finales de 2013 totalmente informatizado, Hernán Navas se desempeña como jefe de Informática en Salud. Médico egresado de la Universidad de Buenos Aires, fue residente del Hospital Italiano y es docente en la Universidad Favaloro de las materias Bioinformática I y II en la carrera de Medicina.

“La tecnología y la computación siempre me gustaron. Cuando me recibí, me dí cuenta de la importancia que tiene la información para la toma de decisiones médicas”, señala Navas, que trabajó en la implementación y adaptación del software de gestión de salud en el Sanatorio, con el que se manejan los procesos administrativos, asistenciales, turnos, gestión de quirófano, compras y farmacia de la entidad, entre otros. Su trabajo incluye gestión del cambio, análisis de procesos y capacitación de los usuarios “para que el aplicativo se adapte a los procesos”.

Navas considera que su actividad “no tiene techo”. No sólo porque se trabaja en la mejora constante del software de gestión, sino también porque “siempre hay nuevos requerimientos y nuevos proyectos, como la adopción de dispositivos móviles para enfermería, actividades de capacitación, incorporación de equipamiento, generación de reportes de información e indicadores para dar soporte a la toma de decisiones”, completa.

Navas coincide en que seguirá creciendo la demanda laboral de estos perfiles. “Hoy la mayoría de las entidades de salud no tiene sistemas informáticos para los procesos asistenciales, por lo cual queda mucho por hacer en este campo. Y cada vez se aplica más tecnología en este ámbito”, señala.

Otros especialistas trabajan como desarrolladores y proveedores de software para el segmento de la salud. Alejandro López Osornio es programador, un oficio que aprendió de manera autodidacta, mientras estudiaba medicina en la Universidad Nacional de la Plata. Hoy puede congeniar sus dos vocaciones: atiende como médico de familia, trabaja en la empresa TermMed –que brinda servicios y desarrollo de software sobre el estándar internacional de terminología médica Snomed CT– y puso en marcha, junto con dos socios, la empresa Epicrisis, que desarrolla sistemas de historia clínica electrónica, turnos y agenda para consultorios.

“Me gusta desarrollar aplicaciones, disfruto del trabajo técnico. Es un trabajo creativo que pretende resolver problemas reales del usuario final, que es el médico –dice López Osornio–. También me gusta lo asistencial. Siendo médico, es muy común que uno diversifique su campo profesional más allá del consultorio. Puedo estar en contacto con los pacientes y, al mismo tiempo, ser programador”.

Fuente: Clarín, 24/05/15.

Más información: El 98% de los médicos chinos utiliza Internet

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