Individualismo y Estado de Bienestar: El infierno sueco

enero 7, 2018

EL INFERNAL ‘PARAÍSO’ DE LA SOLEDAD SUECA: INDIVIDUALISMO Y ESTADO DE BIENESTAR

Por Mario Silar.

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¿ES REAL LA BUENA FAMA QUE TIENEN LOS PAISES NÓRDICOS? ¿QUÉ SE ESCONDE DETRÁS DE ESTE IDEAL DE AUTONOMÍA RADICAL?

SueciaHe tenido la gran fortuna de conocer hermosas ciudades y paisajes de los países nórdicos de Europa. Habiendo nacido y crecido en Sudamérica y viviendo hace varios años en el Viejo Continente, cuando uno hace turismo no puede evitar pensar: «¡qué bien se vive por aquí!». Pero ¿es realmente así? Fácilmente reconocemos que una cosa es el ojo del turista y otra la realidad del inmigrante que lleva varios años viviendo en un sitio muy lejano de sus raíces.

Todos sabemos, además, que «los países nórdicos» ocupan buena fama entre la opinión pública. En buena medida esto se debe a la tarea «informativa» de los medios de comunicación, así como las frecuentes referencias que hacen diversos actores políticos poniendo a estos países como los ejemplos a seguir. En efecto, es a estos países a los que miramos cuando queremos mejorar los sistemas educativos, ellos suelen ser también los referentes en materia de conciliación laboral, de derechos sociales e incluso de políticas de asilo y migración. En el imaginario de la opinión pública parece habitar la idea de que Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca han logrado casi «cuadrar el círculo», en la medida en que han sentado las bases institucionales para lograr una sociedad que goza de los niveles de prosperidad que ofrece la economía de mercado, al tiempo que han logrado -fruto de una supuesta fuerte presencia gubernamental- lidiar con éxito frente al monstruo de la desigualdad, que supuestamente anidaría en las economías capitalistas. Por el contrario, algunos retardatarios -en el colmo de su impostura- acogerían e incluso verían con buenos ojos la desigualdad a la que consideran la condición de posibilidad para tener una economía genuinamente libre y digna de los seres humanos. No se puede ser tan cruel, piensan muchos que tienen esta quimera mental en su cabeza, de pensar que el estado debe estar ausente para tener economías libres, y allí tenemos estos países nórdicos para «demostrar» lo contrario: que se puede vivir bien, en la abundancia, gracias a un estado fuerte que provee las bases económicas para equilibrar la balanza.

Dentro de este imaginario también suele acogerse la idea de que el individualismo es fruto del modus vivendi «consumista» alentado por el sistema económico capitalista, y que la socialdemocracia o un pretendido socialismo «light» fue el marco conceptual que estuvo y está a la base del éxito y de la prosperidad del modelo social nórdico actual.

LA MITAD DE LA POBLACIÓN SUECA VIVE SOLA Y EL 40%, ADEMÁS, AFIRMA SENTIRSE SOLO.

¿Es todo esto realmente así?

No.

Un reciente documental, de gran calado sociológico, analiza la realidad de la vida en Suecia, desenmascarando un auténtico drama oculto que viven actualmente muchos ciudadanos en ese país. Algunas estadísticas demográficas son desoladoras; revelan que, en la actualidad, uno de cada dos suecos vive solo (es la tasa más elevada del mundo), y que uno de cada cuatro suecos muere en soledad… lo que es más estremecedor… existen muchos cadáveres que no son reclamados por ningún otro ser humano, y personas que fallecen solas en su domicilio y pasa largo tiempo hasta que son identificadas. La situación es tan impactante que hace pocos días un medio de prensa, no precisamente promotor de las ideas de la economía de libre mercado -todo lo contrario-, publicaba una nota en la que abordaba este drama, titulada: «Suecia en caída libre hacia el aburrimiento».

El documental, titulado La teoría sueca del amor (2015) y dirigido por el cineasta ítalo-sueco Erik Gandini no se limita a describir el presente de la situación social sueca sino que rastrea los orígenes de este abismo de soledad y abulia que invade a buena parte de la sociedad. Es aquí donde podemos observar que la respuesta fácil y perezosa que consiste en endilgar al supuesto individualismo liberal la raíz de esta situación se revela claramente falsa. El documental desgrana lo que fue el proyecto de familia pergeñado bajo la tutela del primer ministro (socialdemócrata) Olof Palme [2] en los años setenta. En efecto, en 1972 el gobierno sueco elaboró un programa de gobierno titulado «La familia del futuro: una política socialista para la familia», que se constituyó en un auténtico manifiesto en el que se establecían las directrices de la política estatal para lograr una familia «nueva». El programa buscaba independizar al individuo de los lazos familiares. En efecto, el programa establecía la independencia o autonomía como un derecho humano fundamental: el individuo es un ser autónomo y puede, si así lo quiere, tener una familia pero puede liberarse de «las cargas familiares», que generan dependencia. De este modo, el individuo sueco tendría la «libertad» para definirse solo por las relaciones reales que quisiera establecer mientras que el estado tutelaría y se haría cargo de las otras relaciones que el individuo considerase «gravosas». Un principio fundamental (muy discutible y que revela la escasa profundidad antropológica y ética) de esta concepción consiste en asumir que las «interacciones» se basan en la «independencia».

Veamos un caso concreto: si una mujer se encuentra en pareja con un hombre y depende económicamente de éste, ¿se puede decir que se trata de una relación verdaderamente voluntaria? ¿no supone, acaso, esta dependencia económica una limitación a la voluntariedad de la relación? Según las líneas del manifiesto una relación de este tipo no sería auténticamente voluntaria; de ahí que el estado deba intervenir para dotar de los recursos económicos necesarios para dar mayor «independencia» a los miembros de esa relación. El principio de acción es muy simple: cada ser humano debe sentirse un ser autónomo y no como un apéndice de su tutor, cuidador, pareja o progenitor. Así de sencillo…, el clásico y falaz aut aut que no deja margen para una solución superadora. Para lograr este afán de independencia, auténtico ideal de vida que la clase política insufló en la ciudadanía sueca, debía ser posible generar las condiciones económicas y sociales que ofrecieran la sostenibilidad, de modo que solo se cultivaran relaciones «genuinamente auténticas». Demasiado bueno para ser verdad…, en verdad, demasiado destructivo por no ser ni bueno ni verdadero, y condenado a no durar.

Pasados más de cuarenta años de la aplicación de las políticas sociales inspiradas en el manifiesto, la realidad es que la mitad de la población sueca vive sola y que, según un estudio de la Cruz Roja sueca, el 40%, además, afirma sentirse solo. Y, respecto de la relación entre hombres y mujeres, el ideal de independencia no se detuvo simplemente en la independencia económica. Las mujeres suecas son las mejores clientas de los bancos de esperma existentes. Cryos, el banco de esperma más grande del mundo se encuentra en Dinamarca, y desde allí envía el líquido seminal con un sistema que permite una «aplicación casera» a los distintos domicilios de Suecia. La demanda de los «baby vikings», como se les conoce, supone un mercado en rápido crecimiento.

Esta silenciosa pero radical transformación de la sociedad sueca no pasa desapercibida a los ‘outsiders’, quienes también padecen las consecuencias de la transformación en el modus vivendi. Se calcula, por ejemplo, que los refugiados que arriban a Suecia tardan una media de siete años en encontrar trabajo y que las pocas relaciones de amistad que logran establecer son principalmente con ciudadanos no suecos. La pregunta común y frase hecha que suelen hacer muchas personas cuando arriban a Suecia es «¿pero dónde están los suecos?»

Cualquier persona medianamente sensata puede intuir lo perverso de todo el asunto y la manipulación que ha debido ejecutar la acción gubernamental sobre nociones básicas como la voluntariedad, la autonomía, la independencia, e incluso sobre la misma noción de relación humana, para llegar a este estado de cosas. Conviene volver una y otra vez al magistral texto de Joseph Ratzinger,«La libertad y la verdad» [3] donde supo intuir qué se esconde detrás de este ideal de autonomía radical, al tiempo que desgrana la estructura antropológica fundamental del ser humano como un ser-de, ser-para y ser-con, único ámbito desde el que se puede ser verdaderamente libre y responsable. Es desde esta estructura antropológica fundamental desde donde el hombre puede sentirse verdaderamente realizado. Se trata de un texto profético, no en vano bebe en la tradición del pensamiento clásico y cristiano, que señala la importancia de la amistad como virtud intensiva, indispensable para tener una vida auténticamente humana. En efecto, aunque uno alcanzara las cimas de la contemplación, no sería verdaderamente feliz si no tuviera un amigo (Cicerón, Francisco de Vitoria). La sociedad sueca diseñada por la tecnocracia socialdemócrata no supo intuir lo que se perdería si se perdía la sana y genuina interdependencia entre los seres humanos. En una entrevista que se puede observar en el documental, el sociólogo de origen polaco Zygmunt Bauman afirma: «Los suecos han perdido las habilidades de la socialización. Al final de la independencia no está la felicidad, está el vacío de la vida, la insignificancia de la vida y un aburrimiento absolutamente inimaginable». Y un sueco, testigo privilegiado de todo esto da en la clave del problema al afirmar: «Que el estado de bienestar se esté haciendo cargo de nosotros, ese es el problema. Deberíamos estar cuidándonos entre nosotros» [4].

Ludwig von Mises

Ludwig von Mises

Además, lamentablemente, el manifiesto no es fruto de una idea un tanto alocada de un actor político concreto sino que obedece a la lógica interna de la visión socialista-marxista de la sociedad. Ludwig von Mises no es un autor libre de errores y se pueden cuestionar muchos de sus implícitos antropológicos, no obstante en este asunto, supo intuir con una agudeza casi profética la radical inquina que la cosmovisión socialista tecnocrática manifiesta sobre la concepción de la familia como institución natural. Ahí están sus casi ignorados Socialismo (primera edición 1922) y La acción humana (1949) para el que desee explorar el tema. Ya en el primero de los textos citados von Mises supo ver la íntima relación entre una economía planificada, un estado tecnocrático y el inevitable avance de ingeniería social que actúa erosionando la institución familiar:

«Proposals to transform the relations between the sexes have long gone hand in hand with plans for the socialization of the means of production (…). Marriage is to disappear along with private property. (…) Socialism promises not only welfare-wealth for all-but universal happiness in love as well» [5].

Deseo insistir en que, como se puede observar, el marco conceptual desde el que se buscó dar impulso al individualismo no tuvo ni tiene nada tiene que ver con las bases morales de una economía de libre mercado, sino que obedeció al impulso más básico de la tecnocracia de corte socialista que pretende mediante la ingeniería social definir «de arriba a abajo» el modo en que se debe desarrollar la vida social. Es realmente lamentable la errónea puntuación de causa y efecto que muchas personas religiosas suelen hacer al señalar el individualismo como un efecto de un sistema económico libre cuando, con análisis y estudio sereno, se puede descubrir una y otra vez que gran parte del comportamiento individualista de las sociedades avanzadas obedece a medidas más o menos tecnocráticas llevadas a cabo por el poder gubernamental sobre la sociedad civil. En otra ocasión ya he mencionado la noción de «individualismo delegatorio», que considero fundamental para llevar a cabo un análisis de la vida social de mayor calado y que, tal vez, sea indispensable para leer adecuadamente los males y los signos de nuestro tiempo.

Con afán un tanto provocador, G. K. Chesterton gustaba decir que la familia es una organización «anárquica» (algo que a veces pienso cuando regreso por las noches a mi hogar y veo lo que mis hijos han hecho en el salón). En verdad, con ello señalaba un punto fundamental: en rigor se refería a que no hacía falta un acto gubernamental para que esta cobre existencia y subsista. Se trata de la clásica bipolaridad aristotélica por la que al tiempo que el hombre es un zoón politikón, es un ser «más conyugal que político», es decir, la polis se constituye por familias, que son el soporte y constituyen la base moral pre-política de la vida cívica. Se trata, paradójicamente, de una convicción que hoy apenas sobrevive en buena medida entre algunos pensadores de la tradición liberal clásica, esa que frecuentemente es tan denostada por algunos defensores de la familia, férreos antiliberales. Sería bueno que viajaran a Suecia o que al menos se tomaran un momento para ver el documental citado. Tal vez llegarían a identificar adecuadamente la verdadera amenaza que se cierne sobre la familia hoy en día.

En síntesis, el elixir de una sociedad de individuos (y no de familias, comunidades intermedias, etc.) profundamente aislados entre sí, en donde destaca en un primer puesto claro el individualismo secularizado sueco, como bien muestra el WVS – World Values Survey en su última edición (véase el cuadro nº 1 al final del texto), no ha sido creado por supuestas fuerzas ciegas de una economía de libre mercado. Por el contrario, ha sido causado por la planificación tecnocrática de corte socialista -advertido por Mises hace casi 100 años [6]-, de rechazo radical al carácter socialmente interdependiente de la vida humana, tal como reconoce y acoge la cosmovisión cristiana y la tradición liberal clásica. Celebro la presentación de este documental que ha agregado otro bit de información en esa ingente tarea que supone enseñar que la obsesión o «ideal» por la independencia y la autosuficiencia, y su maridaje con un estado de bienestar que debería de proveer todas las necesidades físicas y materiales termina generando anomia social, apatía, soledad y, en última instancia, alienación y pérdida de sí. Es fundamental que las personas con juicio crítico y una visión trascendente de la vida sepan advertir los agujeros negros existenciales que se generan en la actualidad e identifiquen adecuadamente las causas de estos agujeros.

Cuadro nº 1: Comparación de los valores humanos según dos ejes[7]

EJE VERTICAL INFERIOR: PREPONDERANCIA A VALORES TRADICIONALES.

EJE VERTICAL SUPERIOR: PREPONDERANCIA A VALORES RACIONALES SECULARIZADOS.

EJE HORIZONTAL IZQUIERDO: PREPONDERANCIA A VALORES DE SUPERVIVENCIA.

EJE HORIZONTAL DERECHO: PREPONDERANCIA A VALORES DE EXPRESIÓN DEL PROPIO SELF.

[1] von Mises, Ludwig, «The Social Order and the Family», en Socialism. An Economic and Social Analysis, New Haven, Yale University Press, 1951 (first edition 1922), p. 101.

[2] Palme fue una figura controvertida de la política doméstica e internacional; entre otras cosas posee el dudoso mérito de haber sido el primer jefe de gobierno occidental en visitar Cuba luego de la revolución castrista, y dio un discurso en Santiago de Chile, alabando los procesos revolucionarios de Cuba y Camboya. Aunque socialdemócrata, no se trataba de una figura especialmente moderada.

[3] Véase, Ratzinger, Joseph, «La libertad y la verdad», en Fe, verdad y tolerancia. El cristianismo y las religiones del mundo, Salamanca, Sígueme, 2003, pp. 200-222.

[4] «That the social welfare state is taking care of us is the problem. We should be taking care of each other».

[5] von Mises, Ludwig, Socialism, p. 87.

[6] «Free love is the socialist’s radical solution for sexual problems. The socialistic society abolishes the economic dependence of woman which results from the fact that woman is dependent on the income of her husband (…). Public funds provide for the maintenance and education of the children, which are no longer the affairs of the parents but of society. Mating ceases to found the simplest form of social union, marriage and the family. The family disappears and society is confronted with separate individuals only». von Mises, Ludwig, Socialism, p. 101.

[7] Fuente: http://www.worldvaluessurvey.org.

Fuente: expansion.com

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Los sorprendentes Plátanos capitalistas

agosto 12, 2017

Plátanos capitalistas

Alfredo Bullard comenta la incredulidad de los alemanes orientales cuando se toparon con estanterías abarrotadas de frutas frescas día tras día.

En los 90 visité Berlín. Hacía pocos años (1989) había caído el muro que separaba a las dos Alemanias. Para mi sorpresa, no quedaban muchas evidencias de que allí había existido un muro que había dividido el mundo en dos.

Por razones de trabajo me reuní con varios funcionarios públicos alemanes. No pude resistir preguntarles cómo habían sido los días previos y siguientes al derrumbe del muro. Escuché muchas historias interesantes. Pero un relato es mi favorito.

En los días siguientes a la caída del muro, el Gobierno de Alemania Occidental decidió, como una señal de fe y confianza en la reunificación, entregar una pequeña cantidad de dinero a los alemanes orientales que cruzaban la que había sido una de la fronteras más inexpugnables del mundo. La idea era que los alemanes orientales experimentaran qué significaba vivir en un sistema económico diferente.

Estos alemanes se dirigían entonces desesperados a las tiendas a comprar los más diversos productos. Pero mostraron una clara preferencia por la fruta; en especial, por las naranjas y los plátanos. Aparentemente, en el lado soviético del muro esas frutas eran virtualmente inexistentes.

Los visitantes se lanzaban desesperados sobre las naranjas y plátanos, llenaban bolsas y cajas o trataban de sujetar torpemente entre sus brazos la mayor cantidad de unidades para llevarlas a sus casas.

Al día siguiente, regresaban al lado occidental de Berlín y no podían creer lo que veían sus ojos. Las góndolas, virtualmente saqueadas por los compradores el día anterior hasta no dejar ni un plátano y ni una naranja, estaban nuevamente llenas de plátanos y naranjas.

Los alemanes orientales repitieron entonces el ritual del día anterior y volvieron a llevarse todas las unidades que sus brazos les permitían cargar. Y así lo hicieron varios días seguidos hasta que descubrieron que siempre los anaqueles volvían a aparecer llenos de plátanos y naranjas.

El funcionario que me relataba esta historia me dijo que se hizo amigo de uno de los visitantes orientales. Este, intrigado por la aparición mágica de plátanos y naranjas, le preguntó quién era el genio que organizaba todo para que reapareciera la fruta todos los días. Cuando le explicó que nadie, que así funcionaba el mercado, su amigo no le creyó. De hecho, dice que lo interrogó por varios minutos tratando de descubrir cuál era la mentira y si le ocultaba el nombre de la persona o personas capaces de conseguir, como en el sermón de la montaña con panes y peces, la multiplicación milagrosa de la fruta. Recordaba que lo trataba como quien estuviera ocultando un secreto militar. Dice que algunos meses después su amigo le confesó que llegó a creer que todo era una trampa para engañar y esclavizar a los alemanes orientales.

¿Pero cuál era el secreto? En realidad ninguno. La historia de las naranjas y los plátanos alemanes es una simple muestra de cómo el mercado es una solución sencilla para un problema complejo. El problema complejo es cómo coordinar millones de decisiones para obtener millones de bienes y servicios que satisfacen millones de necesidades. El mercado es una respuesta asombrosamente sencilla: usa decisiones individuales agregadas a través de un mecanismo llamado sistema de precios. Este sistema envía señales (los precios) que coordinan la producción y suministro de bienes con las demandas de las personas en función a sus escaseces. Todos lo controlan y a la vez nadie lo controla.

Surge así como un orden espontáneo, no planificado por nadie. El problema es cuando se quiere reemplazar ese orden espontáneo por un orden centralizado. Los genios que pueden organizar todo no existen. Es una labor que supera toda capacidad de razonamiento (en especial la de los congresistas que continuamente tienen ideas para reemplazar al mercado). El intento está condenado al fracaso. Es una pena, sin embargo, que repitamos tozudamente el mismo error una y otra vez.

El sistema soviético se derrumbó porque el sistema capitalista encontró una solución menos costosa y efectiva para resolver un problema complejo. Los ex alemanes orientales lo descubrieron de golpe. Por esa misma razón se derrumbará el régimen de Nicolás Maduro que, en su afán de controlar, termina perdiendo todo el control. Y es que, como sentenció Richard Epstein, vivimos en un mundo muy complejo. Y un mundo complejo requiere de soluciones simples.

—Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 5 de agosto de 2017.

Fuente: elcato.org


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Venezuela al borde del naufragio

mayo 30, 2017

Cuando el barco se hunde…

Por Loris Zanatta.
Nicolás Maduro

Bien se sabe el resto del refrán: las ratas huyen, lo abandonan. No sé si el barco chavista se hundirá, si lo hará por su cuenta o arrastrará al abismo a todo un país. Por lo que veo, su lema es après moi le déluge; o si se prefiere: muera Sansón con todos los filisteos. Para mantenerse a flote, le toca rascar el fondo del barril, intentar una surreal reforma constitucional corporativa, el fascismo del siglo XXI. Sin embargo, una cosa ya es evidente: muchos se están bajando del barco. ¡Corren como diablos! Algunos lo hacen en silencio; pero seamos sinceros, hay silencios que hacen mucho ruido. ¿Alguien sabe si Michael Moore, después de tanto alabar a Hugo Chávez, está filmando un documental sobre la alegría de los venezolanos? ¿Si Ken Loach o Sean Penn proyectan llevar al cine el gran éxito alcanzado por el Ministerio para la Suprema Felicidad del Pueblo, creado por su héroe? ¿Alguien han escuchado el último cuento de Gianni Vattimo sobre las virtudes mágicas del socialismo tropical? ¿O leído la última entrevista de Ignacio Ramonet con Nicolás Maduro con violines de fondo? Por lo menos, el inefable Noam Chomsky no se esconde y actúa: firma protestas contra los abusos de… ¡Mauricio Macri! Gracioso, pero cierto.

hugo chávez y michael moore

El día que Michael Moore le escribió el discurso al Presidente venezolano Hugo Chávez.
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La honestidad intelectual es un bien escaso, algo que ya no sorprende, pero más que llamarse a silencio en la actualidad puede más la incontinencia verbal de aquellos que sienten el deber de justificarse. Y la tendencia más reciente es la que a partir de ahora vamos a escuchar a menudo. ¿De que se trata? Lo pongo en palabras de un político de Podemos que encontré en un congreso académico: «¿Maduro? Es el más antichavista de los antichavistas». La cita es textual. Y como él otros cientos, que pronto serán miles, muchos de ellos ex funcionarios o dirigentes del régimen de Chávez, seguirán la misma consigna: abandonar el barco. Una clara señal de que ya no creen que este pueda enderezarse y no quieren hundirse con él. No hace falta decir que, si se quiere ver el vaso medio lleno, estas son buenas noticias y que son cada vez más los que creen que el chavismo cruzó el límite insuperable. Indicios de que el régimen se desmorona, que está socavado por profundas grietas, que muchos que por años desfilaron disciplinados al compás de su política están ahora buscando rehacerse una virginidad. Es impactante leer la entrevista otorgada al diario El País por el General Rodríguez Torres, peso pesado de los servicios de inteligencia chavista hasta hace tan sólo tres años. Cuando Él todavía estaba vivo, resonaba su voz como un tango; si Lenin no hubiese muerto, retumbaría su eterno gemido. Como si en esa época, cuando el régimen organizaba las milicias que hoy en día reprimen; tomaba el control total del poder judicial, del ejército, del poder electoral, de la educación; cuando inundaba el país con miles de horas de propaganda presidencial en cadena obligatoria, Venezuela fuera una maravillosa democracia, contaminada ahora por Maduro, el malvado de la película.

Visto de esta manera, Nicolás Maduro me da casi lástima. No digo ternura, porque el personaje es demasiado grotesco para provocar sentimentalismo, pero lástima sí, porque el suyo es un destino irónico. Si Venezuela es ahora lo que es, si es un estado fallido en manos de una mafia sin escrúpulos envuelto en viejas y mohosas consignas ideológicas, si la violencia y la miseria se persiguen sin descanso y la anarquía más oscura destruye día tras día los lazos sociales que todavía quedan, si la enorme riqueza acumulada a lo largo de una década ha desaparecido debido a la mezcla explosiva de cleptomanía, amateurismo y megalomanía, si llenándose la boca con la palabra «pueblo» el régimen ha destruido la confianza en las instituciones públicas sin la cual ningún orden social puede mantenerse en pie, la responsabilidad histórica es en primer lugar de Hugo Chávez y de los muchos que lo han aclamado, ovacionado, celebrado. A Maduro, a quien el mismo Chávez lo dio en dote a los venezolanos, le quieren quitar hoy en día el derecho a invocar a quien quería como a un padre. Qué injusticia, pobre Maduro. Es todo tan claro: sus políticas, sus funcionarios, sus instituciones, sus absurdos proyectos de reforma constitucional, su desastroso gobierno económico, sus asesores cubanos, son todos legado de Chávez.

La verdad es que la realidad es bastante prosaica: el chavismo mantendrá una presencia importante en la historia y la política de Venezuela y es justo y deseable que pueda encontrar la forma institucional de vivir democráticamente con las otras almas del país; pero que su régimen fuera desde sus orígenes impregnado por el típico impulso totalitario del populismo latinoamericano, era obvio y predecible para cualquiera que conociese la historia de ese fenómeno. Muchos lo habían dicho y escrito: tenían razón.

Fuente: La Nación, 30/05/17.

Venezuela es una dictadura


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Capitalistas de izquierda o de derecha

mayo 21, 2017

Capitalistas todos

Por Andrés Benítez.

No hay nobleza en la pobreza. He sido rico y he sido pobre. Y ser rico es siempre mejor. Al menos como hombre rico encaro mis problemas”. Se trata de la frase más recordada de la película El Lobo de Wall Street, basada en la historia de Jordan Belford, un inescrupuloso corredor de Wall Street de los años ochenta. La cita me vino a la mente al leer la carta de la Comisión de Patrimonio del PS, donde para justificar las inversiones del partido en diferentes empresas, entre ellas Soquimich, señalan que hacer rendir el dinero para no depender de otros es admirable. “No despilfarrar los dineros, sino administrarlos bien, es de las cosas más revolucionarias que ha hecho el PS”, señalan. O sea, la revolución de capitalismo.

Partido Socialista

Los comunistas también parecen estar de acuerdo con esto, toda vez que acaban de vender cerca de 100 propiedades en más $3.500 millones. Claro, ellos se defienden diciendo que, a diferencia de sus socios socialistas, no invirtieron en el mercado de capitales, sino en el inmobiliario. Vaya conclusión a la que llegaron. Como si aquello no fuera parte del mercado, del capitalismo. Por favor; es la misma cosa no más.

Yo no los juzgo. Me parece natural. Ellos, en el fondo, quieren ser ricos. Al final, nadie quiere ser pobre, ni siquiera aquellos que detestan a los ricos y que han hecho de la lucha contra el capitalismo su razón de ser. Los que declaran que es el sistema que provoca desigualdad y pobreza. Los que incentivan políticas anticapitalistas, pero para los otros. Porque ellos, cuando tienen que elegir, no dudan en viajar en primera clase, en mandar sus hijos a colegios privados y a invertir sus dineros en el mercado. “Solo el delirio puede condenar que alguien maneje bien su dinero. Que no lo guarde en el colchón para que vaya comiéndoselo de a poco la inflación”, dicen los socialistas. Bueno, ni la Universidad de Chicago ha expresado mejor la esencia del capitalismo.

socialismoSi esto es tan bueno, entonces no se entiende porque quieren obligar al resto a ser pobres. O para qué insisten en condenar a quienes lo hacen abiertamente y lo declaran con orgullo. La verdad parece ser una: hay capitalistas de derecha y los hay de izquierda. Pero, entre ambos, hay una diferencia fundamental. Mientras los primeros buscan que todos aprovechen los beneficios del sistema, los segundos quieren que sea sólo para ellos. El resto tiene que vivir la utopía socialista o comunista, aquella que ya sabemos hace más pobre a los países, a la gente.

Por eso, si todos somos capitalistas, yo prefiero apostar a los que lo son de verdad. Los que impulsan el sistema para todos. No a esos que predican una cosa y hacen otra a escondida. Esos que tienen frases anti mercado para la galería, pero que cuidan sus bolsillos de espaldas a la gente. Eso si es inaceptable.

Se puede discutir que ser rico sea mejor que ser pobre. O que no hay nobleza en la pobreza. Pero, concordemos en que esa es una decisión personal. Lo que no tiene nada de noble es condenar a los otros a ser pobres, mientras al mismo tiempo se busca ser rico. Eso no solo es contradictorio; es un engaño.

Fuente: latercera.com, 20/05/17.


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Antonio, el hijo de Fidel Castro, que vive en la opulencia

diciembre 5, 2016

Antonio Castro, el hijo de Fidel, que vive entre yates, hoteles 5 estrellas y lujosos viajes

Es Antonio Castro Soto, médico del equipo nacional de béisbol, y uno de los cinco hijos que el ex presidente tuvo con Delia Soto.

 

Foto tomada en marzo de 2012, muestra al hijo de Fidel, Antonio Castro, durante un festival de Habanos en La Habana. / AFP

Foto tomada en marzo de 2012, muestra al hijo de Fidel, Antonio Castro, durante un festival de Habanos en La Habana. / AFP

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Los hijos de Fidel Castro componen un enigma en sí, si se tiene en cuenta que nadie puede confirmar con certeza cuántos son. Algunos dicen siete, otros nueve e incluso más. Muchas mujeres, muchos hijos, es la ecuación.

cuba banderaEl cálculo más exhaustivo lo hizo la periodista Ann Louise Bardach en el libro «Without Fidel» (2009), y su cuenta llega a ¡once!  Todos viven en Cuba menos, Alina, que reside en Miami.

Entre ellos, están los cinco hijos que tuvo con su compañera de larga data, Dalia Soto del Valle, una maestra de escuela que conoció durante las campañas de alfabetización de los años 60, y con quien se casó recién en 1980. Los cubanos le conocieron la cara en 2003, cuando se mostraron imágenes en la TV estatal.

Los hijos de ambos son Alexis, Alexander, Antonio, Alejandro y Ángel.

El médico deportivo de la selección de béisbol cubana, Antonio Castro, hijo del ex presidente cubano, Fidel Castro, en una imagen de 2009, en San Diego, Estados Unidos./ EFE

El médico deportivo de la selección de béisbol cubana, Antonio Castro, hijo del ex presidente cubano, Fidel Castro, en una imagen de 2009, en San Diego, Estados Unidos./ EFE

Y es Antonio Castro Soto, «Tony», cirujano ortopédico, quien ha cobrado atención en estos días en ocasión de la muerte de su legendario padre, y a raíz de los detalles que comienzan a emerger de la privada y hermética vida que llevaba Fidel y su entorno.

Mirá también: La fortuna y extravagante vida de Fidel Castro, según Forbes

Al parecer, a «Tony» Castro, médico del equipo nacional de béisbol, le gusta la buena vida. Tiene una fascinación por hospedarse en hoteles que cuestan más de mil euros por noche y una docena de personas asisten con él a sus reuniones en todas partes, según desempolvan ahora algunos medios latinoamericanos, como el mexicano Excelsior.

Según estas publicaciones –que difunden fotos de «Tony» en exclusivas vacaciones en 2015 en Turquía y Mykonos, Grecia–, el hijo de Fidel lleva una vida plena de opulencia, alejada de la austeridad cubana.

Los diarios turcos informaron entonces que Antonio Castro había reservado cinco suites para él y sus amigos en un hotel cinco estrellas de Bodrum, a donde llegó en un barco desde Mykonos. Los medios no aclararon si el yate era alquilado o de su propiedad.

Alertados, los paparizzi hallaron a Tony en la noche turca y fueron sacados a empujones por guardaespaldas. Algunas imágenes de ese hecho fueron subidas a Youtube.

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«Se da lujos como cuando pasó unos días en el complejo turístico turco de Bodrum, junto a una comitiva de 12 personas», relata ahora Excelsior.

Tony además fue nombrado el año pasado embajador global de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol con la esperanza de impulsar la campaña para que ambos deportes puedan retornar al programa de los Juegos Olímpicos en Tokio 2020.

Y sería, además, uno de los impulsores de movilizar al golf en Cuba para atraer inversiones.

Antonio Castro, de hecho, es uno de los mejores jugadores de golf de la isla, ganador de la Copa Montecristo de 2013. Es más, el golf se ha convertido en eje central de los planes de expansión para atraer más turismo a la isla, principal fuente de ingresos, después de las remesas.

El hijo de Fidel Castro, Antonio Castro, vicepresidente del Comité Olímpico Cubano .

El hijo de Fidel Castro, Antonio Castro, vicepresidente del Comité Olímpico Cubano .

Otra clásica es la imagen del hijo de Castro con un cigarro. Y quienes lo conocen se refieren a él como una persona inteligente,  visionario, un excelente conversador y un negociador nato, pero tiene una debilidad: sus dotes de Don Juan, algo que muchos también vieron en Fidel.

En 2009, la cadena norteamericana ABC News divulgó la historia de un anticastrista de Miami que, alertado de la debilidad de Tony por las mujeres, se hizo pasar por una en Internet para cazarlo infraganti.

Según ABC, Luis Domínguez, un cubano de 46 años, residente en Miami, se hizo pasar por «Claudia Valencia,»  una supuesta belleza morocha de Cartagena, en sus 20s.

Antonio Castro Soto, hijo de Fidel Castro./ Imagen de Twitter

Antonio Castro Soto, hijo de Fidel Castro./ Imagen de Twitter

Al parecer, Antonio Castro mordió el anzuelo y llegó a chatear durante horas con la falsa mujer, ante quien fanfarroneaba sobre su vida, sus viajes al exterior, su fácil acceso al dinero y su cercanía con líderes mundiales y celebridades.

A Tony Castro nunca le pareció un problema la contradicción de su estilo de vida y el modelo socialista impuesto por su padre en la isla. Tanto así que en uno de los pocos tuits que llegó a escribir en la red social se defendió: “Sí, soy el hijo de Fidel Castro ¿Y qué?”.

Fuente: Clarín, 30/11/16.


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El mito del Socialismo

diciembre 11, 2014

El mito del socialismo

Por Armando Ribas.

En un artículo de John Hanas que me enviaran recientemente titulado El Mito del Rule of Law, el autor hace una crítica virulenta al sistema que cambiara la historia universal. El mismo fue llamado capitalismo por Marx, y de esa crítica surgió primero el comunismo y seguidamente la social democracia. La caída del Muro de Berlín y la actual crisis europea son la prueba manifiesta de lo que me permito calificar El Mito del Socialismo.

El sistema del Rule of Law comenzó en Inglaterra con la Revolución Gloriosa de 1688 cuando se tomo conciencia del pensamiento de John Locke respecto a la naturaleza humana y en función de ello se determinó la necesidad de limitar el poder político. Consecuentemente, abandonar el criterio prevaleciente del derecho divino de los reyes tomando conciencia de que los monarcas también son hombres. Seguidamente reconoció el derecho de propiedad y que el principio fundamental de la libertad era el derecho del hombre a la búsqueda de la felicidad. En virtud de la aplicación política de estos principios se produjo la Revolución Industrial. Es decir, el comienzo de la generación de riqueza por primera vez en la historia.

Esos principios fueron llevados a sus últimas consecuencias por los Founding Fathers en Estados Unidos a partir de la Constitución de 1.787 y el Bill of Rights de 1791. Dicho sistema parte de la concepción de que el gobierno es una administración de hombres sobre hombres, que implica la aceptación de la naturaleza humana y por consiguiente la falibilidad del hombre, que está reconocida en el Evangelio. En función de ese reconocimiento James Madison puso en claro que los hombres no eran ángeles y por ello era necesario el control de los gobernantes, para lo cual no bastaba la decisión del pueblo. Esa concepción fue también reconocida por David Hume que escribió: “Es imposible cambiar o corregir nada material en nuestra naturaleza, lo más que podemos hacer es cambiar nuestra circunstancia y situación y rendir a la observancia de las leyes de la justicia nuestro más cercano interés y su violación el más remoto”.

Al respecto el autor del artículo citado sostiene “que las leyes políticas no son consistentes con la ley natural, por tanto son descalificadas a priori”. Esta observación nos hace volver a Locke cuando dijo: lo que importa no es la ley sino qué ley”. Y en ese sentido Hayek escribió que “No es lo mismo una ley que regula el tránsito que una que dice dónde tenemos que ir”. Y siguiendo con la importancia de esta concepción Hume dijo: “El sentido de la justicia no está derivado de la naturaleza, sino que surge artificialmente. Esto no quiere decir que sea arbitrario, sino hecho por los hombres”. Por ello asimismo sostuvo: “Es solamente por el egoísmo y la limitada generosidad de los hombres, en conjunto con la escasa provisión que la naturaleza ha hecho para sus necesidades, que la justicia deriva su origen”.

En función de esa realidad en Estados Unidos se tomo igualmente conciencia de la justicia y en 1.793 en el caso Madison vs. Marbury el juez Marshall llegó a la siguiente conclusión: “Todo gobierno que ha formado una constitución, la considera la ley fundamental, por tanto toda ley contraria a la Constitución es nula. Y es la función y el deber del poder Judicial el decir qué es la ley”. A partir de ese concepto que había sido declarado previamente por Hamilton se constituyó el proceso denominado Judicial Review (Revisión Judicial). Y por ello también Adam Smith había tomado conciencia de esta realidad jurídica que escribió: “Cuando el Poder Judicial está unido al Ejecutivo, hay escasamente una probabilidad de que la justicia no sea convertida en lo que tradicionalmente se denomina política”.

Este sistema ha sido, no obstante su éxito histórico, descalificado éticamente por Marx como capitalismo que es la explotación del hombre por el hombre. La idea del socialismo por supuesto es la antítesis del liberalismo que entraña el Rule of Law. El principio original del socialismo parte del pensamiento de Rousseau respecto a la necesidad de crear un hombre nuevo y que la propiedad privada era el origen de las desigualdades del hombre. Estos principios fueron avalados por Kant que consideraba a Rousseau el Newton de las Ciencias Morales. Consecuentemente estableció los Imperativos Categóricos y por consiguiente descalificó éticamente el derecho del hombre a la búsqueda de la felicidad, pues no se hacía por deber sino por interés.

Siguiendo esos principios surgió Hegel quien sostuvo que “El Estado es la divina idea tal como se manifiesta en la Tierra”. En función de ese concepto concluyó que el individuo no tenía más razón de ser que su pertenencia al Estado, por tanto la guerra era el momento ético de la sociedad. Aquí se encuentra la fuente de la moral racionalista que determinara el totalitarismo en función de la Diosa Razón en sustitución del Derecho Divino de los Reyes. Finalmente llegó Marx que como antes se dijo descalificó el Rule of Law como capitalismo o la explotación del hombre por el hombre. Y discutiendo a Hegel sobre la virtud de la burocracia engendró la Dictadura del Proletariado con el objeto de eliminar la propiedad privada, y en función de ello el Estado desaparecería y se crearía un cielo en la Tierra.

socialismo fracasoDe estos principios se derivaron los totalitarismos del Siglo XX, comunismo, fascismo y nazismo. El capitalismo quedaba degradado por crear la desigualdad económica. Y en busca de la igualdad llegó Eduard Bernstein, quien en su “Las Precondiciones del Socialismo” discutiendo a Lenín sostuvo que al socialismo se podía alcanzar sin revolución y democráticamente. Y llegó la social democracia que se padece hoy. Como antes he dicho el socialismo es la denominación dada por El Iluminismo a la demagogia, descripta por Aristóteles hace 2.500 años.

Una vez más puedo decir que el Rule of Law no es un mito, sino que el mito surge de quienes pretenden descalificarlo, ignorando la falibilidad del hombre y en virtud de ello provocar el absolutismo político. Así llegaron Robespierre, Mussolini, Hitler, Stalin y en la actualidad tenemos a Fidel Castro et al. Por tanto el intento de la izquierda de considerar al Fascismo como derecha, para descalificar los derechos individuales, es otra de las falacias que vive el mundo político.

Otro aspecto con el que discrepo con el autor es cuando se refiere a que la ley evoluciona. Lo que evoluciona es el mundo de acuerdo con la ley. Si se cambia la ley que permitió que el mundo evolucionara por primera vez en la historia, entonces es el mundo el que deja de evolucionar. La evolución ha sido la consecuencia de la ley basada en el principio fundamental de la libertad: “El derecho del hombre a la búsqueda de la felicidad”.

Por las razones expuestas también puedo concluir que la ideología tampoco evoluciona respecto a la que determinara el mundo en que vivimos. La ideología en que se basa el Rule of Law es determinante y un cambio de la misma implica por definición la negación del respeto a los derechos individuales. Consecuentemente aparece el socialismo en la supuesta búsqueda de la igualdad, que crea la desigualdad del absolutismo político y genera las crisis que se padecen hoy.

Fuente: http://institutoacton.org – 10/12/14

Más información:

El día de la ira y la ilusión. 1989 – 9 NOV – 2014

El libro negro del comunismo

socialismo cita de churchill

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