Los sorprendentes Plátanos capitalistas

agosto 12, 2017

Plátanos capitalistas

Alfredo Bullard comenta la incredulidad de los alemanes orientales cuando se toparon con estanterías abarrotadas de frutas frescas día tras día.

En los 90 visité Berlín. Hacía pocos años (1989) había caído el muro que separaba a las dos Alemanias. Para mi sorpresa, no quedaban muchas evidencias de que allí había existido un muro que había dividido el mundo en dos.

Por razones de trabajo me reuní con varios funcionarios públicos alemanes. No pude resistir preguntarles cómo habían sido los días previos y siguientes al derrumbe del muro. Escuché muchas historias interesantes. Pero un relato es mi favorito.

En los días siguientes a la caída del muro, el Gobierno de Alemania Occidental decidió, como una señal de fe y confianza en la reunificación, entregar una pequeña cantidad de dinero a los alemanes orientales que cruzaban la que había sido una de la fronteras más inexpugnables del mundo. La idea era que los alemanes orientales experimentaran qué significaba vivir en un sistema económico diferente.

Estos alemanes se dirigían entonces desesperados a las tiendas a comprar los más diversos productos. Pero mostraron una clara preferencia por la fruta; en especial, por las naranjas y los plátanos. Aparentemente, en el lado soviético del muro esas frutas eran virtualmente inexistentes.

Los visitantes se lanzaban desesperados sobre las naranjas y plátanos, llenaban bolsas y cajas o trataban de sujetar torpemente entre sus brazos la mayor cantidad de unidades para llevarlas a sus casas.

Al día siguiente, regresaban al lado occidental de Berlín y no podían creer lo que veían sus ojos. Las góndolas, virtualmente saqueadas por los compradores el día anterior hasta no dejar ni un plátano y ni una naranja, estaban nuevamente llenas de plátanos y naranjas.

Los alemanes orientales repitieron entonces el ritual del día anterior y volvieron a llevarse todas las unidades que sus brazos les permitían cargar. Y así lo hicieron varios días seguidos hasta que descubrieron que siempre los anaqueles volvían a aparecer llenos de plátanos y naranjas.

El funcionario que me relataba esta historia me dijo que se hizo amigo de uno de los visitantes orientales. Este, intrigado por la aparición mágica de plátanos y naranjas, le preguntó quién era el genio que organizaba todo para que reapareciera la fruta todos los días. Cuando le explicó que nadie, que así funcionaba el mercado, su amigo no le creyó. De hecho, dice que lo interrogó por varios minutos tratando de descubrir cuál era la mentira y si le ocultaba el nombre de la persona o personas capaces de conseguir, como en el sermón de la montaña con panes y peces, la multiplicación milagrosa de la fruta. Recordaba que lo trataba como quien estuviera ocultando un secreto militar. Dice que algunos meses después su amigo le confesó que llegó a creer que todo era una trampa para engañar y esclavizar a los alemanes orientales.

¿Pero cuál era el secreto? En realidad ninguno. La historia de las naranjas y los plátanos alemanes es una simple muestra de cómo el mercado es una solución sencilla para un problema complejo. El problema complejo es cómo coordinar millones de decisiones para obtener millones de bienes y servicios que satisfacen millones de necesidades. El mercado es una respuesta asombrosamente sencilla: usa decisiones individuales agregadas a través de un mecanismo llamado sistema de precios. Este sistema envía señales (los precios) que coordinan la producción y suministro de bienes con las demandas de las personas en función a sus escaseces. Todos lo controlan y a la vez nadie lo controla.

Surge así como un orden espontáneo, no planificado por nadie. El problema es cuando se quiere reemplazar ese orden espontáneo por un orden centralizado. Los genios que pueden organizar todo no existen. Es una labor que supera toda capacidad de razonamiento (en especial la de los congresistas que continuamente tienen ideas para reemplazar al mercado). El intento está condenado al fracaso. Es una pena, sin embargo, que repitamos tozudamente el mismo error una y otra vez.

El sistema soviético se derrumbó porque el sistema capitalista encontró una solución menos costosa y efectiva para resolver un problema complejo. Los ex alemanes orientales lo descubrieron de golpe. Por esa misma razón se derrumbará el régimen de Nicolás Maduro que, en su afán de controlar, termina perdiendo todo el control. Y es que, como sentenció Richard Epstein, vivimos en un mundo muy complejo. Y un mundo complejo requiere de soluciones simples.

—Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 5 de agosto de 2017.

Fuente: elcato.org


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Venezuela al borde del naufragio

mayo 30, 2017

Cuando el barco se hunde…

Por Loris Zanatta.
Nicolás Maduro

Bien se sabe el resto del refrán: las ratas huyen, lo abandonan. No sé si el barco chavista se hundirá, si lo hará por su cuenta o arrastrará al abismo a todo un país. Por lo que veo, su lema es après moi le déluge; o si se prefiere: muera Sansón con todos los filisteos. Para mantenerse a flote, le toca rascar el fondo del barril, intentar una surreal reforma constitucional corporativa, el fascismo del siglo XXI. Sin embargo, una cosa ya es evidente: muchos se están bajando del barco. ¡Corren como diablos! Algunos lo hacen en silencio; pero seamos sinceros, hay silencios que hacen mucho ruido. ¿Alguien sabe si Michael Moore, después de tanto alabar a Hugo Chávez, está filmando un documental sobre la alegría de los venezolanos? ¿Si Ken Loach o Sean Penn proyectan llevar al cine el gran éxito alcanzado por el Ministerio para la Suprema Felicidad del Pueblo, creado por su héroe? ¿Alguien han escuchado el último cuento de Gianni Vattimo sobre las virtudes mágicas del socialismo tropical? ¿O leído la última entrevista de Ignacio Ramonet con Nicolás Maduro con violines de fondo? Por lo menos, el inefable Noam Chomsky no se esconde y actúa: firma protestas contra los abusos de… ¡Mauricio Macri! Gracioso, pero cierto.

hugo chávez y michael moore

El día que Michael Moore le escribió el discurso al Presidente venezolano Hugo Chávez.
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La honestidad intelectual es un bien escaso, algo que ya no sorprende, pero más que llamarse a silencio en la actualidad puede más la incontinencia verbal de aquellos que sienten el deber de justificarse. Y la tendencia más reciente es la que a partir de ahora vamos a escuchar a menudo. ¿De que se trata? Lo pongo en palabras de un político de Podemos que encontré en un congreso académico: «¿Maduro? Es el más antichavista de los antichavistas». La cita es textual. Y como él otros cientos, que pronto serán miles, muchos de ellos ex funcionarios o dirigentes del régimen de Chávez, seguirán la misma consigna: abandonar el barco. Una clara señal de que ya no creen que este pueda enderezarse y no quieren hundirse con él. No hace falta decir que, si se quiere ver el vaso medio lleno, estas son buenas noticias y que son cada vez más los que creen que el chavismo cruzó el límite insuperable. Indicios de que el régimen se desmorona, que está socavado por profundas grietas, que muchos que por años desfilaron disciplinados al compás de su política están ahora buscando rehacerse una virginidad. Es impactante leer la entrevista otorgada al diario El País por el General Rodríguez Torres, peso pesado de los servicios de inteligencia chavista hasta hace tan sólo tres años. Cuando Él todavía estaba vivo, resonaba su voz como un tango; si Lenin no hubiese muerto, retumbaría su eterno gemido. Como si en esa época, cuando el régimen organizaba las milicias que hoy en día reprimen; tomaba el control total del poder judicial, del ejército, del poder electoral, de la educación; cuando inundaba el país con miles de horas de propaganda presidencial en cadena obligatoria, Venezuela fuera una maravillosa democracia, contaminada ahora por Maduro, el malvado de la película.

Visto de esta manera, Nicolás Maduro me da casi lástima. No digo ternura, porque el personaje es demasiado grotesco para provocar sentimentalismo, pero lástima sí, porque el suyo es un destino irónico. Si Venezuela es ahora lo que es, si es un estado fallido en manos de una mafia sin escrúpulos envuelto en viejas y mohosas consignas ideológicas, si la violencia y la miseria se persiguen sin descanso y la anarquía más oscura destruye día tras día los lazos sociales que todavía quedan, si la enorme riqueza acumulada a lo largo de una década ha desaparecido debido a la mezcla explosiva de cleptomanía, amateurismo y megalomanía, si llenándose la boca con la palabra «pueblo» el régimen ha destruido la confianza en las instituciones públicas sin la cual ningún orden social puede mantenerse en pie, la responsabilidad histórica es en primer lugar de Hugo Chávez y de los muchos que lo han aclamado, ovacionado, celebrado. A Maduro, a quien el mismo Chávez lo dio en dote a los venezolanos, le quieren quitar hoy en día el derecho a invocar a quien quería como a un padre. Qué injusticia, pobre Maduro. Es todo tan claro: sus políticas, sus funcionarios, sus instituciones, sus absurdos proyectos de reforma constitucional, su desastroso gobierno económico, sus asesores cubanos, son todos legado de Chávez.

La verdad es que la realidad es bastante prosaica: el chavismo mantendrá una presencia importante en la historia y la política de Venezuela y es justo y deseable que pueda encontrar la forma institucional de vivir democráticamente con las otras almas del país; pero que su régimen fuera desde sus orígenes impregnado por el típico impulso totalitario del populismo latinoamericano, era obvio y predecible para cualquiera que conociese la historia de ese fenómeno. Muchos lo habían dicho y escrito: tenían razón.

Fuente: La Nación, 30/05/17.

Venezuela es una dictadura


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Capitalistas de izquierda o de derecha

mayo 21, 2017

Capitalistas todos

Por Andrés Benítez.

No hay nobleza en la pobreza. He sido rico y he sido pobre. Y ser rico es siempre mejor. Al menos como hombre rico encaro mis problemas”. Se trata de la frase más recordada de la película El Lobo de Wall Street, basada en la historia de Jordan Belford, un inescrupuloso corredor de Wall Street de los años ochenta. La cita me vino a la mente al leer la carta de la Comisión de Patrimonio del PS, donde para justificar las inversiones del partido en diferentes empresas, entre ellas Soquimich, señalan que hacer rendir el dinero para no depender de otros es admirable. “No despilfarrar los dineros, sino administrarlos bien, es de las cosas más revolucionarias que ha hecho el PS”, señalan. O sea, la revolución de capitalismo.

Partido Socialista

Los comunistas también parecen estar de acuerdo con esto, toda vez que acaban de vender cerca de 100 propiedades en más $3.500 millones. Claro, ellos se defienden diciendo que, a diferencia de sus socios socialistas, no invirtieron en el mercado de capitales, sino en el inmobiliario. Vaya conclusión a la que llegaron. Como si aquello no fuera parte del mercado, del capitalismo. Por favor; es la misma cosa no más.

Yo no los juzgo. Me parece natural. Ellos, en el fondo, quieren ser ricos. Al final, nadie quiere ser pobre, ni siquiera aquellos que detestan a los ricos y que han hecho de la lucha contra el capitalismo su razón de ser. Los que declaran que es el sistema que provoca desigualdad y pobreza. Los que incentivan políticas anticapitalistas, pero para los otros. Porque ellos, cuando tienen que elegir, no dudan en viajar en primera clase, en mandar sus hijos a colegios privados y a invertir sus dineros en el mercado. “Solo el delirio puede condenar que alguien maneje bien su dinero. Que no lo guarde en el colchón para que vaya comiéndoselo de a poco la inflación”, dicen los socialistas. Bueno, ni la Universidad de Chicago ha expresado mejor la esencia del capitalismo.

socialismoSi esto es tan bueno, entonces no se entiende porque quieren obligar al resto a ser pobres. O para qué insisten en condenar a quienes lo hacen abiertamente y lo declaran con orgullo. La verdad parece ser una: hay capitalistas de derecha y los hay de izquierda. Pero, entre ambos, hay una diferencia fundamental. Mientras los primeros buscan que todos aprovechen los beneficios del sistema, los segundos quieren que sea sólo para ellos. El resto tiene que vivir la utopía socialista o comunista, aquella que ya sabemos hace más pobre a los países, a la gente.

Por eso, si todos somos capitalistas, yo prefiero apostar a los que lo son de verdad. Los que impulsan el sistema para todos. No a esos que predican una cosa y hacen otra a escondida. Esos que tienen frases anti mercado para la galería, pero que cuidan sus bolsillos de espaldas a la gente. Eso si es inaceptable.

Se puede discutir que ser rico sea mejor que ser pobre. O que no hay nobleza en la pobreza. Pero, concordemos en que esa es una decisión personal. Lo que no tiene nada de noble es condenar a los otros a ser pobres, mientras al mismo tiempo se busca ser rico. Eso no solo es contradictorio; es un engaño.

Fuente: latercera.com, 20/05/17.


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Antonio, el hijo de Fidel Castro, que vive en la opulencia

diciembre 5, 2016

Antonio Castro, el hijo de Fidel, que vive entre yates, hoteles 5 estrellas y lujosos viajes

Es Antonio Castro Soto, médico del equipo nacional de béisbol, y uno de los cinco hijos que el ex presidente tuvo con Delia Soto.

 

Foto tomada en marzo de 2012, muestra al hijo de Fidel, Antonio Castro, durante un festival de Habanos en La Habana. / AFP

Foto tomada en marzo de 2012, muestra al hijo de Fidel, Antonio Castro, durante un festival de Habanos en La Habana. / AFP

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Los hijos de Fidel Castro componen un enigma en sí, si se tiene en cuenta que nadie puede confirmar con certeza cuántos son. Algunos dicen siete, otros nueve e incluso más. Muchas mujeres, muchos hijos, es la ecuación.

cuba banderaEl cálculo más exhaustivo lo hizo la periodista Ann Louise Bardach en el libro «Without Fidel» (2009), y su cuenta llega a ¡once!  Todos viven en Cuba menos, Alina, que reside en Miami.

Entre ellos, están los cinco hijos que tuvo con su compañera de larga data, Dalia Soto del Valle, una maestra de escuela que conoció durante las campañas de alfabetización de los años 60, y con quien se casó recién en 1980. Los cubanos le conocieron la cara en 2003, cuando se mostraron imágenes en la TV estatal.

Los hijos de ambos son Alexis, Alexander, Antonio, Alejandro y Ángel.

El médico deportivo de la selección de béisbol cubana, Antonio Castro, hijo del ex presidente cubano, Fidel Castro, en una imagen de 2009, en San Diego, Estados Unidos./ EFE

El médico deportivo de la selección de béisbol cubana, Antonio Castro, hijo del ex presidente cubano, Fidel Castro, en una imagen de 2009, en San Diego, Estados Unidos./ EFE

Y es Antonio Castro Soto, «Tony», cirujano ortopédico, quien ha cobrado atención en estos días en ocasión de la muerte de su legendario padre, y a raíz de los detalles que comienzan a emerger de la privada y hermética vida que llevaba Fidel y su entorno.

Mirá también: La fortuna y extravagante vida de Fidel Castro, según Forbes

Al parecer, a «Tony» Castro, médico del equipo nacional de béisbol, le gusta la buena vida. Tiene una fascinación por hospedarse en hoteles que cuestan más de mil euros por noche y una docena de personas asisten con él a sus reuniones en todas partes, según desempolvan ahora algunos medios latinoamericanos, como el mexicano Excelsior.

Según estas publicaciones –que difunden fotos de «Tony» en exclusivas vacaciones en 2015 en Turquía y Mykonos, Grecia–, el hijo de Fidel lleva una vida plena de opulencia, alejada de la austeridad cubana.

Los diarios turcos informaron entonces que Antonio Castro había reservado cinco suites para él y sus amigos en un hotel cinco estrellas de Bodrum, a donde llegó en un barco desde Mykonos. Los medios no aclararon si el yate era alquilado o de su propiedad.

Alertados, los paparizzi hallaron a Tony en la noche turca y fueron sacados a empujones por guardaespaldas. Algunas imágenes de ese hecho fueron subidas a Youtube.

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«Se da lujos como cuando pasó unos días en el complejo turístico turco de Bodrum, junto a una comitiva de 12 personas», relata ahora Excelsior.

Tony además fue nombrado el año pasado embajador global de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol con la esperanza de impulsar la campaña para que ambos deportes puedan retornar al programa de los Juegos Olímpicos en Tokio 2020.

Y sería, además, uno de los impulsores de movilizar al golf en Cuba para atraer inversiones.

Antonio Castro, de hecho, es uno de los mejores jugadores de golf de la isla, ganador de la Copa Montecristo de 2013. Es más, el golf se ha convertido en eje central de los planes de expansión para atraer más turismo a la isla, principal fuente de ingresos, después de las remesas.

El hijo de Fidel Castro, Antonio Castro, vicepresidente del Comité Olímpico Cubano .

El hijo de Fidel Castro, Antonio Castro, vicepresidente del Comité Olímpico Cubano .

Otra clásica es la imagen del hijo de Castro con un cigarro. Y quienes lo conocen se refieren a él como una persona inteligente,  visionario, un excelente conversador y un negociador nato, pero tiene una debilidad: sus dotes de Don Juan, algo que muchos también vieron en Fidel.

En 2009, la cadena norteamericana ABC News divulgó la historia de un anticastrista de Miami que, alertado de la debilidad de Tony por las mujeres, se hizo pasar por una en Internet para cazarlo infraganti.

Según ABC, Luis Domínguez, un cubano de 46 años, residente en Miami, se hizo pasar por «Claudia Valencia,»  una supuesta belleza morocha de Cartagena, en sus 20s.

Antonio Castro Soto, hijo de Fidel Castro./ Imagen de Twitter

Antonio Castro Soto, hijo de Fidel Castro./ Imagen de Twitter

Al parecer, Antonio Castro mordió el anzuelo y llegó a chatear durante horas con la falsa mujer, ante quien fanfarroneaba sobre su vida, sus viajes al exterior, su fácil acceso al dinero y su cercanía con líderes mundiales y celebridades.

A Tony Castro nunca le pareció un problema la contradicción de su estilo de vida y el modelo socialista impuesto por su padre en la isla. Tanto así que en uno de los pocos tuits que llegó a escribir en la red social se defendió: “Sí, soy el hijo de Fidel Castro ¿Y qué?”.

Fuente: Clarín, 30/11/16.


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El mito del Socialismo

diciembre 11, 2014

El mito del socialismo

Por Armando Ribas.

En un artículo de John Hanas que me enviaran recientemente titulado El Mito del Rule of Law, el autor hace una crítica virulenta al sistema que cambiara la historia universal. El mismo fue llamado capitalismo por Marx, y de esa crítica surgió primero el comunismo y seguidamente la social democracia. La caída del Muro de Berlín y la actual crisis europea son la prueba manifiesta de lo que me permito calificar El Mito del Socialismo.

El sistema del Rule of Law comenzó en Inglaterra con la Revolución Gloriosa de 1688 cuando se tomo conciencia del pensamiento de John Locke respecto a la naturaleza humana y en función de ello se determinó la necesidad de limitar el poder político. Consecuentemente, abandonar el criterio prevaleciente del derecho divino de los reyes tomando conciencia de que los monarcas también son hombres. Seguidamente reconoció el derecho de propiedad y que el principio fundamental de la libertad era el derecho del hombre a la búsqueda de la felicidad. En virtud de la aplicación política de estos principios se produjo la Revolución Industrial. Es decir, el comienzo de la generación de riqueza por primera vez en la historia.

Esos principios fueron llevados a sus últimas consecuencias por los Founding Fathers en Estados Unidos a partir de la Constitución de 1.787 y el Bill of Rights de 1791. Dicho sistema parte de la concepción de que el gobierno es una administración de hombres sobre hombres, que implica la aceptación de la naturaleza humana y por consiguiente la falibilidad del hombre, que está reconocida en el Evangelio. En función de ese reconocimiento James Madison puso en claro que los hombres no eran ángeles y por ello era necesario el control de los gobernantes, para lo cual no bastaba la decisión del pueblo. Esa concepción fue también reconocida por David Hume que escribió: “Es imposible cambiar o corregir nada material en nuestra naturaleza, lo más que podemos hacer es cambiar nuestra circunstancia y situación y rendir a la observancia de las leyes de la justicia nuestro más cercano interés y su violación el más remoto”.

Al respecto el autor del artículo citado sostiene “que las leyes políticas no son consistentes con la ley natural, por tanto son descalificadas a priori”. Esta observación nos hace volver a Locke cuando dijo: lo que importa no es la ley sino qué ley”. Y en ese sentido Hayek escribió que “No es lo mismo una ley que regula el tránsito que una que dice dónde tenemos que ir”. Y siguiendo con la importancia de esta concepción Hume dijo: “El sentido de la justicia no está derivado de la naturaleza, sino que surge artificialmente. Esto no quiere decir que sea arbitrario, sino hecho por los hombres”. Por ello asimismo sostuvo: “Es solamente por el egoísmo y la limitada generosidad de los hombres, en conjunto con la escasa provisión que la naturaleza ha hecho para sus necesidades, que la justicia deriva su origen”.

En función de esa realidad en Estados Unidos se tomo igualmente conciencia de la justicia y en 1.793 en el caso Madison vs. Marbury el juez Marshall llegó a la siguiente conclusión: “Todo gobierno que ha formado una constitución, la considera la ley fundamental, por tanto toda ley contraria a la Constitución es nula. Y es la función y el deber del poder Judicial el decir qué es la ley”. A partir de ese concepto que había sido declarado previamente por Hamilton se constituyó el proceso denominado Judicial Review (Revisión Judicial). Y por ello también Adam Smith había tomado conciencia de esta realidad jurídica que escribió: “Cuando el Poder Judicial está unido al Ejecutivo, hay escasamente una probabilidad de que la justicia no sea convertida en lo que tradicionalmente se denomina política”.

Este sistema ha sido, no obstante su éxito histórico, descalificado éticamente por Marx como capitalismo que es la explotación del hombre por el hombre. La idea del socialismo por supuesto es la antítesis del liberalismo que entraña el Rule of Law. El principio original del socialismo parte del pensamiento de Rousseau respecto a la necesidad de crear un hombre nuevo y que la propiedad privada era el origen de las desigualdades del hombre. Estos principios fueron avalados por Kant que consideraba a Rousseau el Newton de las Ciencias Morales. Consecuentemente estableció los Imperativos Categóricos y por consiguiente descalificó éticamente el derecho del hombre a la búsqueda de la felicidad, pues no se hacía por deber sino por interés.

Siguiendo esos principios surgió Hegel quien sostuvo que “El Estado es la divina idea tal como se manifiesta en la Tierra”. En función de ese concepto concluyó que el individuo no tenía más razón de ser que su pertenencia al Estado, por tanto la guerra era el momento ético de la sociedad. Aquí se encuentra la fuente de la moral racionalista que determinara el totalitarismo en función de la Diosa Razón en sustitución del Derecho Divino de los Reyes. Finalmente llegó Marx que como antes se dijo descalificó el Rule of Law como capitalismo o la explotación del hombre por el hombre. Y discutiendo a Hegel sobre la virtud de la burocracia engendró la Dictadura del Proletariado con el objeto de eliminar la propiedad privada, y en función de ello el Estado desaparecería y se crearía un cielo en la Tierra.

socialismo fracasoDe estos principios se derivaron los totalitarismos del Siglo XX, comunismo, fascismo y nazismo. El capitalismo quedaba degradado por crear la desigualdad económica. Y en busca de la igualdad llegó Eduard Bernstein, quien en su “Las Precondiciones del Socialismo” discutiendo a Lenín sostuvo que al socialismo se podía alcanzar sin revolución y democráticamente. Y llegó la social democracia que se padece hoy. Como antes he dicho el socialismo es la denominación dada por El Iluminismo a la demagogia, descripta por Aristóteles hace 2.500 años.

Una vez más puedo decir que el Rule of Law no es un mito, sino que el mito surge de quienes pretenden descalificarlo, ignorando la falibilidad del hombre y en virtud de ello provocar el absolutismo político. Así llegaron Robespierre, Mussolini, Hitler, Stalin y en la actualidad tenemos a Fidel Castro et al. Por tanto el intento de la izquierda de considerar al Fascismo como derecha, para descalificar los derechos individuales, es otra de las falacias que vive el mundo político.

Otro aspecto con el que discrepo con el autor es cuando se refiere a que la ley evoluciona. Lo que evoluciona es el mundo de acuerdo con la ley. Si se cambia la ley que permitió que el mundo evolucionara por primera vez en la historia, entonces es el mundo el que deja de evolucionar. La evolución ha sido la consecuencia de la ley basada en el principio fundamental de la libertad: “El derecho del hombre a la búsqueda de la felicidad”.

Por las razones expuestas también puedo concluir que la ideología tampoco evoluciona respecto a la que determinara el mundo en que vivimos. La ideología en que se basa el Rule of Law es determinante y un cambio de la misma implica por definición la negación del respeto a los derechos individuales. Consecuentemente aparece el socialismo en la supuesta búsqueda de la igualdad, que crea la desigualdad del absolutismo político y genera las crisis que se padecen hoy.

Fuente: http://institutoacton.org – 10/12/14

Más información:

El día de la ira y la ilusión. 1989 – 9 NOV – 2014

El libro negro del comunismo

socialismo cita de churchill

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