Las quinielas apuntaban a que Argentina volvería a formar parte del índice MSCI de mercados emergentes, pero se equivocaron. La buena noticia hubiera tenido un efecto beneficioso para su mercado accionarial y economía. El país tendrá que esperar al menos un año para recibir ese empujón que tanto necesita.
La noticia llevaba corriendo bastante tiempo por el mercado. Argentina podía volver a ser integrado dentro del índice de mercados emergentes de Morgan Stanley Capital International (MSCI) el día 20 de junio. Algunos analistas importantes, como los de la entidad JP Morgan, lo daban por hecho. Finalmente no sucedió.
MSCI explicaba en un comunicado que su decisión se había basado en las preocupaciones de los inversores, “que consideran que las recientes mejoras, incluida la eliminación de los controles de capital y de las restricciones de cambio de moneda, necesitan permanecer estables por un período de tiempo más largo para ser consideradas irreversibles”. En cualquier caso, destacó que Argentina seguiría en la lista de países que pueden incorporarse al índice de emergentes en 2018.
¿Por qué era tan importante recibir el aprobado? José Dapena, director del Departamento de Finanzas de la Universidad del CEMA, Buenos Aires, explica que MSCI es un proveedor de índices sobre acciones, bonos y hedge funds y sus índices se utilizan como referencia por parte de portfolio managers. Define tres categorías: Desarrollados, Emergentes y de Frontera. Actualmente Argentina se encuentra categorizado como mercado de frontera desde 2009, en base a análisis sobre desarrollo económico, liquidez del mercado de capitales, y nivel de acceso para los inversores de todo el mundo. “Estar catalogado como mercado de frontera es un indicador de falta de confiabilidad para los inversores internacionales que no conocen mucho de cada mercado en particular”, señala.
Dapena destaca que los fondos de inversión internacionales poseen estatutos y mandatos que les permiten realizar inversiones con ciertas limitaciones. Estos fondos toman como referencia índices como los de MSCI al momento de realizar sus colocaciones de inversiones, por ello el hecho de que el mercado de argentina se encuentre en la categoría de Frontera impide a muchos inversores institucionales tomar posiciones en activos argentinos, aún cuando piensen que el riesgo es bajo y los retornos son atractivos. “La recategorización les hubiera abierto desde lo formal la puerta para asignar parte de su portafolio a estas inversiones, y generar un flujo de capitales hacia la economía, ya que, por ejemplo, los mercados de frontera mueven cerca de varios miles de millones de dólares en inversiones, pero los emergentes mueven entre 1,4 y 1,7 billones de dólares”.
El índice MSCI de mercados emergentes está compuesto en estos momentos por 25 países, entre ellos varios latinoamericanos como son Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. También forman parte de este grupo economías como la de China, India, Rusia, Taiwán, Sudáfrica, Grecia, Hungría, Malasia y Turquía, entre otras.
Este profesor considera que la importancia de volver al grupo de países emergentes radica, entre otras cosas, en el hecho de “situarse desde la percepción de riesgo internacional al mismo nivel que el resto de las economías latinoamericanas que se encuentran en el mismo índice, con una participación estimada para Argentina que podría ser del 0,4% del índice de emergentes y 3% respecto de Latinoamericana”.
También hay que tener en cuenta que, con el crecimiento de la gestión pasiva de las inversiones, existen una gran cantidad de fondos índices y ETFs (exchange-traded fund o fondo de inversión cotizado) en todo el mundo que replican exactamente los índices de MSCI. Por lo tanto, si Argentina se hubiera incorporado al de países emergentes, muchos de ellos hubiesen tenido que lanzarse al mercado para comprar acciones argentinas hasta copiar la ponderación que estas tienen dentro del indicador.
Uno de los grandes beneficiarios hubiera sido, sin duda, la bolsa argentina, donde según estimaciones de JP Morgan hubiesen podido llegar alrededor de 1.370 millones de dólares. De hecho, antes de conocerse la decisión, ya se estaban observando movimientos alrededor del país. La estadounidense MFS Investment Manager y la inglesa Henderson Global Investors, dos de las empresas administradoras de inversiones y fondos de cobertura más importantes del mundo, habían decidido ampliar su participación en el mercado argentino, según informaciones de la agencia Télam. Al mismo tiempo, y según informa el diario La Nación, los gigantes chilenos Moneda Asset Management y Larraín Vial y el banco brasileño BTG Pactual habían solicitado autorización para abrir casas de bolsa en el país.
Santiago Barraza, profesor de Finanzas de la Universidad de San Andrés, asegura que la reclasificación de Argentina como mercado emergente en algún momento puede afectar directamente la demanda y liquidez de los activos argentinos. “Esto es potencialmente relevante dado que una mayor demanda y liquidez de estos activos puede elevar sus precios, bajar los costos de financiamiento de las empresas y promover la inversión y la actividad”. A su vez, añade que “la reclasificación es en sí misma sería una señal positiva significativa de MSCI hacia el resto de los participantes de los mercados globales respecto de su percepción del futuro del mercado argentino”.
La bolsa argentina está experimentando un gran año. Con una revalorización del 25,85% en lo que llevamos de 2017 y del 62,86% en los últimos doces meses, el índice principal de la bolsa de Buenos Aires, el Merval, se ha convertido en uno de los más alcistas del continente Americano. Sin embargo, tras conocerse la noticia de que Argentina no recuperaba la categoría de “emergente”, la cotización de algunas acciones argentinas en Wall Street en las operaciones que se pactan tras el cierre de los mercados caían fuertemente. “El mercado accionario local se sostuvo como uno de los más rentables del mundo en los últimos meses. Ahora, afectado por la sorpresa, es muy probable que los inversores exageren su reacción y el castigo. Pero los fundamentos no han cambiado, por lo que pronto debería recobrarse un equilibrio”, declaró Javier Marcus, gerente de negocios en Southern Trust, a La Nación.
Impacto en la economía
Más allá de los mercados de valores, la decisión también hubiese tenido efectos positivos sobre la economía real del país, según los expertos.
Para Dapena, “en el corto plazo, el incremento de valor en las acciones beneficia a los inversores, mientras que la recategorización puede mejorar el costo soberano de deuda reduciendo el riesgo país y abaratando el mismo, con impacto para toda la economía”. En el mediano y largo plazo, considera que “el desarrollo del mercado de capitales siempre es un aspecto positivo para la economía en lo que respecta a crecimiento y generación de empleo”. Y subraya que “toda la evidencia empírica expone que contar con mercados más abiertos y más profundos genera beneficios para la sociedad en su conjunto”.
Menos optimista se muestra Barraza, para el que “el canal a través del cual esta reclasificación puede afectar la economía real es largo y relativamente débil”. Lo califica de largo porque cree que “solo tendrá efectos reales sensibles en tanto y en cuanto logre una baja en los costos de financiamiento de las empresas y promueva la inversión y la actividad”. Y lo ve relativamente débil “porque la capitalización bursátil de las empresas participantes del mercado local representa sólo una proporción moderada del producto bruto argentino”.
De todos modos, cree “conveniente tener en cuenta que, si algún día llega la reclasificación, será en parte el resultado de un conjunto más amplio de medidas destinado a lograr una mayor apertura del mercado”. Es por esto que afirma: “Los efectos de distintas medidas y eventos –entre ellos, una posible reclasificación— debieran evaluarse en conjunto”.
Manuel Romera, profesor de IE Business School, opinaba en un video publicado en la web del diario económico Expansión que la incorporación de Argentina al índice emergente hubiera sido nuevo impulso para la economía del país, en la que ya ve importantes mejoras. Destacaba, por ejemplo, que Morgan Stanley calculaba que el país recibiría unos 230.000 millones de dólares en inversión exterior directa si la decisión del MSCI fuera positiva.
“Argentina está recuperando la credibilidad. Experimenta tasas de crecimiento, de paro, de inversión directa y, sobretodo, tasas de consideración extranjera mucho mejores”, apuntaba. Pone de relieve que “todo su sector agropecuario, de sistema de información, incluso el turístico, están tirando de la economía fuertemente”, un hecho que, según su opinión, “provoca que el sector financiero y los bancos argentinos vean reflejadas estas mejoras en su cotización”. Para finalizar, se mostraba convencido, antes de conocer la decisión, de que una noticia como la de incorporar al país al índice MSCI de países emergentes sería “un nuevo impulso para que la economía crezca al ritmo del 4% que todos esperamos”.
Fuente: knowledgeatwharton.com.es, 21/06/17.
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