Durante los últimos 20 años, Gary Millin y sus colegas han ido acumulando nombres de dominio genéricos de gran valor. Millin posee, ha vendido o malvendido: world.com, usa.com, email.com y otros 1.000 nombres de dominios.
Por si no os habíais dado cuenta, todo gira en torno a las marcas hoy en día, ya sean marcas personales o de cualquier otro tipo. Un visionario emprendedor está convencido de que para tener una #marca potente se necesita un dominio igual de potente que la acompañe. Así que durante los últimos 21 años, Gary Millin y sus colegas del World Accelerator han ido acumulando progresivamente un auténtico tesoro de lo que parecen ser nombres de dominio genéricos de gran valor. Por ejemplo, Millin posee, ha vendido o malvendido: world.com, usa.com, doctor.com, lawyer.com, comic.com, email.com, cyberservices.com y otros 1.000 nombres de dominios más que podrían ser tuyos.
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Como era de esperar, Millin, que ahora vive en Manhattan, empezó en esto de internet bastante temprano. A mediados de los 90 era un joven y temerario capitalista que fundó una compañía llamada mail.com, con la ayuda del banquero e inversor Gerald Gorman mientras estaba aún en la Harvard Business School.
«Coincidió con la primera etapa de gran crecimiento de internet. Nuestro objetivo principal era el de proporcionar a la gente una dirección de email para toda la vida», comentaba Millin. «Creció rápidamente y alcanzó los mil millones de dólares en el Nasdaq en su punto álgido. Después el mercado cambió, pero durante los días oscuros, Gerald y yo comprábamos nombres de dominios».
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Cuando ya habían vendido Kosher.com, London.com y England.com por un par de millones de dólares, Millin se dio cuenta que se podía hacer mucho dinero con el tema de los nombres de dominios. En 2007 empezó con World Accelerator y es entonces cuando las cosas se volvieron un poco raras. Ya no puedes comprarle a Millin un nombre. En lugar de eso, trabajará con tu compañía (o con tu idea para la compañía) para crear un producto, después te alquilará o prestará uno de sus nombres de dominios a cambio de una parte del derecho de propiedad. En algunos casos, según dice, las empresas comprarán el nombre del dominio en su totalidad, pero solo cuando se hayan convertido en empresas de éxito.
Muchas veces un buen dominio.com supone una muy buena marca mucho antes incluso de que el negocio esté siquiera construido. «Contamos con estos recursos que son infrautilizados y queremos que la gente los use. Es como tener una plaza de aparcamiento gigante en Madison Avenue que no se utiliza pero que está ahí. Si tienes un buen equipo y una buena idea, cuentas además con esta marca para acelerar el crecimiento».
Hasta ahora no está del todo claro si alguno de sus clientes está haciendo buen uso de estas parcelas. Doctor.com y Lawyer.com se han convertido en compañías que ayudan a encontrar, pues eso, médicos y abogados (Doctor.com también se ha convertido en un portal de médicos). India.com la dirige un portal de noticias del país, pero estas son las grandes historias de éxito. USA.com es un caótico directorio robotizado, World.com la usa el propio Millin y muchas de las parcelas restantes son para publicidad.
A pesar de que aparentemente puedes crear una marca potente con cualquier batiburrillo de palabras, existan o no (Twitter, BuzzFeed, Flickr, Seamless…), los nombres de dominio genéricos, objetivamente hablando, tienen un valor que roza lo obsceno. Insurance.com se vendió por un récord de 35,6 millones de dólares en 2010, PrivateJet.com por 3,18 millones de dólares en 2012, Sex.com por 13 millones en octubre de 2010, Korea.com por 5 millones en enero de 2000 y la lista sigue y sigue con cifras que dan dolor de cabeza.
El valor de los nombres de dominio genéricos parece haber seguido creciendo de algún modo y a pesar de que herramientas como Google hacen que sea bastante improbable que alguien espere encontrar la cura para ese sarpullido que le ha salido escribiendo «doctor.com» en el buscador. La optimización de los motores de búsqueda y un buen ranking en Google, son efectivamente muy importantes todavía, pero parece que en estos tiempos se podría crear una marca sin gastar millones en el nombre de un dominio. Millin no está de acuerdo.
«Por lo que veo, el valor de éstos no ha disminuido. No es el dominio en sí, si no la potencialidad que tiene de convertirse en marca y de que quede bien en un anuncio afirma Millin. «Ya partes teniendo una cierta credibilidad con nombres como los que nosotros tenemos».
Entonces, ¿por qué hace esto? Claramente Millin se las podría apañar para dar la vuelta a la situación de email.com que es un desierto estéril de links de publicidad, y venderlo por una cantidad nada despreciable de dinero. La respuesta es bastante sencilla por lo que pude ver, Millin cree en lo que hace y quizá piense que estos dominios tengan más valor como #futuras posibles marcas del que tienen vendiéndolos a una empresa sin más.
«No somos brokers de los dominios. No tenemos una lista de precios. La cuestión es que creo que a fin de cuentas, estas marcas tienen valor en sí mismas. Somos pacientes y preferimos participar en la totalidad del proceso de crecimiento». Si podemos apostar por una empresa que acaba teniendo éxito, eso es más gratificante que decir «Hey, mándame un cheque».
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