El máximo representante del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, consideró que todas las decisiones atinentes al descarte de estímulos monetarios “se tomarán en octubre”.
Anticipadamente el Consejo de Gobierno contuvo la tasa de interés rectora en el mínimo histórico del 0 % y estaría prevenido para subir más las compras mensuales de deuda pública y privada en la zona del euro, que son ahora de 60.000 millones de euros, “si el panorama empeora”.
Vale recordar que el BCE es el banco central de los 19 países de la Unión Europea que han adoptado el euro. Su función principal es mantener la estabilidad de precios en la zona del euro para preservar el poder adquisitivo de la moneda única.
Constituye además el núcleo del Eurosistema y del Mecanismo Único de Supervisión. Su misión es servir a los europeos mediante la salvaguardia del valor del euro y el mantenimiento de la estabilidad de precios.
Define y ejecuta la política monetaria de la zona del euro y lleva a cabo otras funciones, entre ellas la de supervisión bancaria. Trabaja para los europeos y rinde cuentas ante ellos a través del Parlamento Europeo. Los Tratados de la Unión Europea definen diversos canales para la rendición de cuentas, entre los que se incluye la publicación de un Informe Anual.
El titular del Eurobanco está preocupado por la fortaleza del tipo de cambio: al euro le ha faltado tiempo para volver a sobrepasar en apenas unos minutos, y con ese simple anuncio, la barrera de los 1,20 dólares por unidad.
Un euro fuerte perjudica a los exportadores. Dificulta que la inflación vuelva a niveles normales. Y sobre todo endurece las condiciones financieras, con Europa –y sus bancos– sufriendo aún el legado de la Gran Recesión a pesar de la recuperación económica.
El Banco Central Europeo decidió mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0%. También deja invariable la facilidad de depósito el -0,4% (es lo que los bancos que depositan dinero en el BCE deben pagar) y la de crédito en el 0,25%. Pero lo más importante: deja intacto el ritmo actual del programa de compra de activos, fijado en 60.000 millones al mes, el llamado quantitative easing (QE).
Draghi ha anunciado sus nuevas previsiones económicas, en un momento en el que la inflación aumenta lentamente en la zona euro (se situó en agosto en el 1,5%) y el crecimiento del bloque se apuntala y el PIB ha logrado una velocidad de crucero (creció el 0,6% en el segundo trimestre).
Básicamente, el BCE ha elevado sus previsiones de crecimiento, y ha empeorado las de inflación. El euro está en cotas muy elevadas con respecto al dólar: la divisa europea se intercambia cerca de 1,20 billetes verdes. Al arrancar 2017, el cambio estaba en 1,05 dólares.
Draghi se ha referido a esa apreciación del euro varias veces al arranque de su rueda de prensa. Porque es un elemento que dificulta el llamado tapering, la retirada gradual de estímulos. La fortaleza del euro amenaza la buena salud de las exportaciones y una subida adicional del tipo de cambio endurecería las condiciones financieras, con el recuerdo de la crisis bancaria extremadamente fresco en algunos países. La inflación, además, sigue muy lejos del objetivo.
Fuente: pedroluismartinolivares.com, 08/09/17.
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