¿Prohibido correr en los recreos?
noviembre 19, 2015 · Imprimir este artículo
Polémica por las escuelas que prohíben correr en los recreos
Educación. Preocupación ante la epidemia del sedentarismo. Lo hacen para prevenir accidentes y evitar conflictos legales. Pero los expertos recomiendan que los chicos usen ese tiempo para juegos activos y más saludables.
Por Alfredo Dillon.
En esta sí. La Escuela Normal Superior N° 3 de San Telmo, ayer. Allí, los docentes estimulan que los chicos se muevan durante los recreos.
Los días de lluvia aumenta la tasa de fracturas en niños. Esta hipótesis incomprobable resulta especialmente verosímil en las escuelas con patios al aire libre: las baldosas se vuelven resbaladizas y, con frecuencia, las corridas del recreo terminan con algún alumno estrellándose la cabeza contra el piso o rompiéndose una pierna. Claro que, con buen clima, también puede suceder que una maestra se ligue un pelotazo, o que –en el arrebato del juego– un adolescente de séptimo grado se lleve puesto a un chiquito de primero.
Para prevenir accidentes, en los últimos años muchas escuelas empezaron a prohibir que los chicos corran durante el recreo. Algunas no tienen normas explícitas, pero sí recomiendan juegos de mesa y desalientan otro tipo de actividades, con el argumento de cuidar la integridad física de los chicos. Hoy el 37,5% de los alumnos asiste a colegios donde está prohibido realizar juegos activos durante el recreo, según cifras del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA.
Además, el 41% de los chicos escolarizados (de 5 a 17 años) no suelen aprovechar el recreo como una oportunidad para moverse. El dato es preocupante si se considera que 6 de cada 10 no hacen ejercicio físico fuera del colegio, y 4 de cada 10 tienen menos educación física de la recomendada por los estándares internacionales. Además, el 61% reconoce pasar más de dos horas diarias expuestos a pantallas.
Frente al sedentarismo de los chicos, los expertos recomiendan promover “recreos activos”, a contramano del deseo de muchas escuelas de convertir el patio en un lugar de pasividad y reposo. “Cada vez se les pide a los chicos que se muevan menos, pero el movimiento es saludable y necesario para prevenir enfermedades”, señala Ianina Tuñón, coordinadora del estudio.
“El tema del movimiento está muy controlado en las escuelas. Los docentes y los directivos no quieren que los chicos puedan lastimarse o golpearse por todo lo que eso implica”, reconoce Andrea Testa, profesora en un colegio de Belgrano.
En primaria es más común que los chicos hagan alguna actividad física en el recreo (solo el 32,2% tiene recreos “quietos”), mientras que en secundaria suelen ser más sedentarios (56,2%). Además de las pautas fijadas por la escuela, la calidad de las instalaciones y el equipamiento lúdico son factores cruciales que definen cuánto movimiento permite el patio escolar. Según los datos del Barómetro, los varones suelen ser más activos que las chicas durante el recreo. Y no hay grandes diferencias entre escuelas públicas y privadas.
Frente a la tensión entre el riesgo de golpearse y el derecho de los chicos al juego y a la salud, cada colegio encuentra soluciones diferentes. En la Escuela Normal Superior N° 3, de San Telmo, participan de un programa privado que promueve el juego activo y brinda material deportivo especial para el recreo. “El docente siempre acompaña observando. Desde la escuela vemos que los chicos son sedentarios, tienen una mala alimentación y por lo general viven en espacios reducidos. Por eso, alentamos el movimiento”, cuenta la rectora, Silvia Ledo.
Unas 70 escuelas primarias ya participaron del programa Recreos en Movimiento, a cargo del área de Desarrollo Saludable del Gobierno porteño. Entre ellas la Escuela N° 21, de Parque Avellaneda. “Un equipo de profesores de Educación Física y técnicos en Recreación vinieron semanalmente durante un mes a enseñarles a jugar de otra manera a los chicos –relata Graciela Simari, la directora–. Además, donaron materiales. Ahora los tres patios de la escuela, pequeños todos, se llenan de juegos muy lindos: zancos, emboque, equilibrio, hockey, etc.”.
“El patio escolar es un escenario clave para promover el juego en movimiento. Puede contribuir significativamente a la actividad física diaria en los chicos y chicas”, dice Fernando Laíño, investigador de la Fundación Instituto Superior de Ciencias de la Salud, quien define al sedentarismo como el nuevo tabaquismo por sus efectos en la salud.
Laíño sugiere evitar que la quietud sea usada como castigo si un alumno se porta mal durante la clase (“No podés jugar en el recreo”). Ante una generación que goza de pocas oportunidades de movimiento, advierte Laíño, castigar prohibiendo el juego activo “es como decirle a un chico con angina que si se porta mal no le vas a dar el antibiótico”.
Fuente: Clarín, 19/11/15.
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