Sobrepeso y obesidad abundan en Uruguay

junio 24, 2015 · Imprimir este artículo

Sobrepeso y obesidad afectan a gran parte de la población uruguaya

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Más de 2.100 millones de personas en el mundo tienen sobrepeso o son obesos, una tendencia que afectará a la mitad de los adultos en el mundo de aquí a 2030. En tanto, en Uruguay uno de cada dos adultos uruguayos padece sobrepeso u obesidad y uno de cada cinco es obeso.

La obesidad provoca alrededor de 5% de las muertes en el mundo y pesa tanto sobre la economía mundial como el tabaco o los conflictos armados, según un estudio del McKinsey Global Institute. Es que además de afectar a la persona, el problema de la obesidad es perjudicial para la economía mundial y la afecta casi del mismo modo que desastres vistos con mayor alarma.

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Puntualmente y hablando de números, el Instituto calculó que la obesidad cuesta cada año 73.800 millones de dólares a la sanidad pública y a la productividad económica. Se trata del tercer mayor impacto en la economía global luego de la adicción a los cigarros, los conflictos armados y el terrorismo.

El consumo de tabaco le cuesta al mundo 2,1 billones de dólares, los conflictos armados y el terrorismo también, en tanto que los costos que conlleva la obesidad ascienden a 2 billones de dólares, lo que genera una pérdida anual equivalente al 2,8% del PIB mundial.

Ante tales cifras, el documento llama a una “respuesta coordinada” de los gobiernos, comerciantes y actores del sector agroalimentario al afirmar que cambios en su accionar podrían permitir al 20% de los obesos regresar a un peso normal en menos de diez años.

¿Qué hacer?

El McKinsey Global Institute cita en su informe 74 recomendaciones, como la reducción de porciones en los restaurantes de comida rápida, la introducción de alimentos sanos en las escuelas y la necesidad de educar a los padres. Además, entre las opciones, plantea que los gobiernos rediseñen las ciudades para fomentar el uso de la bicicleta o subvencionen las comidas saludables en las escuelas. Ambas medidas generarían un buen retorno de su inversión, indica la organización.

El estudio habla de la educación y la responsabilidad como elementos críticos de un programa para reducir la obesidad, pero aclara que no son suficientes por sí solos, sino que requieren de cambios en el entorno social, para hacer que la conducta de quienes quieran cambiar sea más sencilla. El cambio en las estrategias de marketing y la reestructura de las relaciones y los modos de encuentro en la sociedad son algunos de los puntos destacados en ese sentido.

Cabe recordar que se considera que una persona es obesa cuando su índice de masa corporal (obtenido mediante la relación entre su peso y su altura) es superior a 30. Una persona con sobrepeso tiene un índice entre 25 y 30.

¿Cuál es la situación en Uruguay?

UruguayLa directora general de Salud de Uruguay, Marlene Sica, advirtió el viernes en la conferencia llevada a cabo por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Roma que “la prevalencia de sobrepeso y obesidad, y enfermedades crónicas relacionadas con la dieta afecta a una gran parte de la población uruguaya”.

Sica también admitió que en Uruguay “aún existen problemas de déficit concentrados en etapas críticas de la vida que, si bien han disminuido su magnitud, aún no han sido resueltos” y exteriorizó que las enfermedades crónicas no transmisibles, muchas de ellas vinculadas a la obesidad y el sobrepeso, “constituyen la principal causa de morbilidad en el país, así como el origen de la mayor parte de las discapacidades que presentan los individuos, y son responsables de la mayor parte de las defunciones”.

Cabe destacar que se entiende por morbilidad la cantidad de individuos que son considerados enfermos o que son víctimas de enfermedad en un espacio y tiempo determinado.

La directora General de Salud de Uruguay destacó cómo “el bajo gasto energético que caracteriza a una población con altos niveles de sedentarismo” es uno de los factores que podría relacionarse con este aumento del sobrepeso y la obesidad, así como el creciente consumo de alimentos altamente procesados. Para Sica, el reto ahora de Uruguay es “abordar los problemas nutricionales desde una perspectiva integral y desde un enfoque de ciclo de vida”.

Lectura recomendada:  Los excesos de la 'comida sana'

Cifras

¿Qué dicen los datos respecto a Uruguay? La Encuesta Nacional de Sobrepeso y Obesidad (ENSO II) publicada en 2009 indica que la obesidad en Uruguay presenta cifras epidémicas: uno de cada dos uruguayos se encuentra sobre la franja de sobrepeso y uno de cada cinco uruguayos es obeso.

A nivel de porcentajes, del total de la población, un 46% se encuentra en los rangos de normopeso, 34% presenta sobrepeso y 20% obesidad. En el análisis por franja etaria y sexo, las mujeres tienen mayor obesidad que los hombres a partir de los 55 años. En la década de los 55-65 años las mujeres se presentan 34% por encima del IMC y los hombres 20%.

Tal estudio indica además que en el grupo de 18 a 35 años tienen exceso de peso un 25%, contra un 73% de los que superan los 66 años. Precisamente, el sobrepeso y la obesidad aumentan linealmente con la edad, presentando un notorio incremento a partir de los 35 años, alcanzando ya niveles muy altos en los mayores de 45 años.

Igualmente, las personas de nivel socioeconómico medio y las que apenas cursaron estudios primarios son las que muestran niveles más altos de sobrepeso y obesidad.

Por otra parte, los resultados arrojan que la obesidad multiplicaba por 5 la posibilidad de sufrir hipertensión y por 6 cuando el IMC es alto; y que el 48% de los obesos y 51% de los de alto riesgo tienen a la luz del estudio, valores de presión arterial por encima de lo normal.

En cuanto a conductas, el ENSO II resaltó que el aceite, mayonesa, pan, bizcochos, fritos, fiambres y embutidos y galletas o galletitas de diferente tipo componen en el listado de alimentos con exceso de grasas no recomendadas que por lo menos 60% de los uruguayos comen a lo largo de la semana.

Además, es fuerte la relación horas de televisión y ganancia grasa. Los individuos de peso normal miran un promedio de 2 horas 40 minutos de televisión diaria, mientras que el promedio diario de los individuos obesos es 3 horas, 35 minutos.

Consecuencias para la salud

• Hipertensión arterial
• Diabetes
• Patologías cardiovasculares
• Gota
• Cálculos biliares
• Problemas respiratorios
• Deformaciones óseas de miembros inferiores, columna y articulaciones
• Algunos tipos de cáncer

“Una parte del mundo muere aún de hambre y la otra se ceba hasta la obesidad”

Las agencias de Naciones Unidas especializadas en alimentación, agricultura y salud, FAO y OMS, lanzaron el jueves en Roma una campaña mundial para combatir la obesidad y a favor de una nutrición sana y “sostenible”.

“Parte de nuestro desequilibrado mundo muere aún de hambre, Y la otra parte se ceba hasta la obesidad, hasta tal punto que la esperanza de vida vuelve a retroceder”, recordó Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al inaugurar la segunda conferencia internacional sobre la nutrición, tras la celebrada en 1992.

Ante los ministros y representantes de Uruguay y otros 189 países, de empresas privadas y miembros de la sociedad civil, los directores de las dos entidades reconocieron que el estado nutricional de la población en todo el planeta ha cambiado significativamente en las últimas dos décadas.

“El sistema alimentario no funciona más por la dependencia que existe de la producción industrial, que es cada vez menos cara y más mala para la salud”, denunció Chan.

En las grandes ciudades de África, Asia y América Latina resulta más económico importar alimentos procesados por grandes industrias, con etiquetas pocos claras, que hacer llegar productos frescos cultivados a pocos kilómetros.

En ese sentido, se abogó por platos menos llenos de grasa, menos dulces, menos salados y en sustancia más equilibrados.

Ante el problema de la “mala nutrición”, -que afecta a 2.000 millones de personas, aproximadamente un tercio de la población del mundo en desarrollo- y de la obesidad, -con 500 millones de adultos y 42 millones de niños obesos-, ambas organizaciones abogaron por “un proyecto común de acción mundial” a través de una colaboración entre los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades.

Fuente: www.republica.com.uy, 2014.

 

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