Leer es un placer que nos ayuda a emprender el Camino a la Riqueza.
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agosto 8, 2023
Por Joseph Mercola.
Uno de mis más recientes intereses ha sido la plasticidad cerebral – la capacidad de su cerebro para reparar y recuperar la funcionalidad que había perdido previamente. Esta idea entra en conflicto con la idea convencional de que una vez que se ha perdido la función cerebral, se pierde permanentemente.
El Dr. Daniel Amen es un médico y psiquiatra certificado. Ha escrito cinco libros bestseller para el New York Times y es director médico de la Clínica Amen en Newport Beach en San Francisco, California; Bellevue, Washington; Reston, Virginia; Atlanta, Georgia y New York City.
También es uno de los más grandes expertos en la ciencia de imagen cerebral que es el tema de discusión en esta entrevista. La plasticidad cerebral se presenta en el trabajo del Dr. Amen con SPECT.
“Hace aproximadamente 10 años, escribí un libro llamado Change Your Brain, Change Your Life (Cambie su Cerebro, Cambie su Vida) Se basa en el trabajo en el trabajo de imágenes que hemos hecho”, dice el Dr. Amen.
“En realidad podemos ver el daño en el cerebro causado por una gran variedad de cosas. Pero en lo que llamo un programa inteligente para el cerebro, literalmente podemos mejorar la función de su cerebro, lo que se logra a través de la neuroplasticidad. Su cerebro realmente puede verse y sentirse más joven, o verse y sentirse más reparado. Muy pocas personas lo saben”.
El hecho de que el cerebro humano tiene una tremenda cantidad de “plasticidad” se demostró en uno de los estudios del Dr. Amen realizado con jugadores y exjugadores de la NFL. Los jugadores de fútbol americano pueden llegar a recibir hasta unos 10 000 a 20 000 golpes en la cabeza a lo largo de su carrera y esto resulta en una cantidad significativa de daño cerebral en muchos de ellos.
En el programa del Dr. Amen, el 80% de ellos mostraron una mejora significativa, incluyendo una mejora en la función y flujo sanguíneo de la corteza prefrontal.
“Hemos visto este aumento de suicidios en la NFL, lo que me rompe el corazón, porque lo que no saben es que hay ayuda disponible para ellos”, dice el Dr. Amen.
El escaneo cerebral SPECT es diferente a todos los demás MRI anatómicos o tomografías. El SPECT mide el flujo sanguíneo y los patrones de actividad. Sé observa cómo funciona el cerebro. Es similar a la tomografía de emisión de positrones (PET), en la que se observa el metabolismo de la glucosa. Al utilizar el SPECT, los médicos logran observar tres cosas:
1.Las áreas de su cerebro que funcionan bien
2.Las áreas de su cerebro que tienen baja actividad
3.Las áreas de su cerebro que tiene alta actividad
El trabajo está en equilibrar las diferentes áreas de su cerebro. La Clínica Amen ha realizado más de 74 000 exploraciones en personas de 90 países diferentes. El Dr. Amen estima que tienen más experiencia con esta tecnología que cualquier otra clínica en el mundo.
“Es muy emocionante”, dice el Dr. Amen. “A menudo digo que los psiquiatras son los únicos médicos que jamás llegan a ver el órgano que tratan. Y cuando nunca lo ves, tampoco ves el trauma cerebral, ni la actividad de las convulsione, ni la toxicidad…
Soy un psiquiatra formado a la antigua… me enseñaron a utilizar la psicoterapia y los medicamentos y eso es prácticamente todo.
Algunos de los medicamentos que me enseñaron a utilizar son Xanax, Ativan o Valium para los trastornos de ansiedad, cuando empecé a ordenar el SPECT las primeras veces, vi que estos medicamentos hacían que el cerebro se viera como si hubiera sido expuesto al alcohol y que era realmente tóxico para la función cerebral.
Eso me horrorizó, pero fue el trabajo con las imágenes lo que me llevó a buscar formas más naturales para reducir la ansiedad”.
… Cuando hacemos un diagnóstico, por ejemplo de depresión, es un síntoma. No debería ser un diagnóstico. Hacer un diagnóstico de depresión, le digo a las personas, es como hacer un diagnóstico de dolor de pecho.
Y los médicos no les dan a las personas el diagnóstico de dolor de pecho, porque eso no dice qué lo está causando y tampoco dice qué se puede hacer. Lo mismo sucede con la depresión.
Si no recibe los datos fisiológicos de su cerebro, ¿cómo aplicaría el tratamiento del cerebro? Se convierte – en lo que está pasando con la psiquiatría hoy en día – en suposiciones y es como intentar darle al blanco en la oscuridad. Lo que le digo a mis colegas es que eso no es algo inteligente. Podemos hacerlo mejor”.
El trabajo del Dr. Amen muestra que la mayoría de los casos de depresión y ansiedad en realidad son síntomas de una disfunción cerebral subyacente. Por ejemplo, la depresión puede presentarse si la actividad cerebral es demasiado baja o demasiado alta en sus lóbulos frontales. Esta inactividad significa que no puede inhibir sus sentimientos negativos.
La depresión también puede ser un síntoma de una actividad excesiva o elevada en sus lóbulos frontales, ya que esto provoca una incapacidad para dejar de tener malos pensamientos en su cabeza.
Una lesión cerebral traumática o exposición tóxica también puede causar síntomas de depresión. De hecho, de acuerdo con el Dr. Amen, esto es algo bastante común.
Otros factores relacionados con el cerebro incluyen exposiciones tóxicas y/o una combinación de malos hábitos en su estilo de vida como la falta de ejercicio y una mala alimentación. Los tratamientos del Dr. Amen para optimizar la función cerebral se basan en cuatro enfoques, la alimentación, el ejercicio, los suplementos nutricionales y en la corrección de los patrones de pensamientos negativos.
Uno de los principales beneficios del SPECT es su capacidad para identificar el daño causado por las exposiciones tóxicas. El Dr. Amen explica qué tan importantes pueden llegar a ser estos hallazgos para un tratamiento apropiado:
“Recientemente tuve un paciente que diagnosticaron con ADD. Acudió con el mejor médico en ADD en el país. Le hicieron el diagnostico básicamente a los diez minutos de haber escuchado su historia.
Por supuesto, que se tienen síntomas de ADD si se sabe que existe daño en la parte frontal del cerebro. Resultó que en realidad tenía intoxicación por arsénico. Necesitaba un programa de desintoxicación, no más Adderall”.
Él también habla de un caso más personal en el que el SPECT resultó ser un verdadero salvavidas. A los cuatro años de estar trabajando con SPECT, su cuñada lo llamó porque su hijo de nueve años de edad llamado Andrew, había atacado a una niña pequeña en el campo de béisbol ese día sin una razón en particular.
“Estaba aterrado y le pregunté, ¿qué más ha pasado con Andrew?”. Ella dijo que “Está diferente. Es malo. Es rudo. Hoy entré a su cuarto y encontré dos dibujos que hizo. En uno estaba él colgado de un árbol. En el otro, aparecía disparándole a otro niño”.
“He estado trabajando con esto lo suficiente por lo que creo que tienes que traerlo para que lo cheque. Lo que encontramos fue que tenía un quiste del tamaño de una pelota de golf en su lóbulo temporal izquierdo. Esa es el área relacionada con el comportamiento violento. Cuando le extrajimos el quiste, su comportamiento volvió a la normalidad.
Todavía cuando cuento esta historia, lloro, porque pienso en todas las personas como Andrew que etiquetamos como “malas”, cuando en realidad podrían estar enfermas.
Optimizar el cerebro de las personas que tienen problemas, que sufren o incluso hacen cosas malas no es algo común. Pero es lo correcto. Si alguien tiene problemas de agresión, examinémoslo y veamos si no tuvo una lesión cerebral. En las últimas dos décadas, hemos descubierto 20 quistes cerebrales diferentes.
Tuve un caso el año pasado de un adolescente que quería cortar a su madre en pedazos. Tenía un quiste del tamaño de una pelota de tenis entre su lóbulo temporal izquierdo y su lóbulo frontal. Necesitamos ver lo que hacemos antes de comenzar a cambiar los cerebros de las personas. Es lógico… pero esta profesión está avanzando muy lentamente. Siempre digo que no se pierde nada con observar”.
En su trabajo, el Dr. Amen ha identificado siete tipos de ansiedad y depresiones, seis tipos de ADD, cinco tipos de comedores en exceso y seis tipos de adictos. Como un ejemplo, él reviso algunos de los tipos comunes de comedores en exceso y les recomendó un tratamiento:
•Comedores compulsivos, personas que no pueden dejar de pensar en comida.
En estos casos la parte frontal de sus cerebros trabaja demasiado. De acuerdo con el Dr. Amen, eso generalmente está relacionado con un déficit en el neurotransmisor serotonina. Cuando los niveles de serotonina bajan (la serotonina es, en gran parte, inhibitoria para su cerebro), su cerebro comienza a sobrecalentarse.
Para tratar esto, el Dr. Amen recomienda una intervención que aumente los niveles de serotonina. Aunque esto puede lograrse utilizando uno de los SSRIs – Prozac, Paxils, Zoloft, Lexapros y Celexa – también puede aumentar sus niveles de serotonina naturalmente, utilizando 5-HTP, L-triptófano, hierba de San Juan y azafrán.
“En la actualidad hay muchos estudios sobre el azafrán, que demuestran que iguala en eficacia a los antidepresivos y prácticamente no hay efectos secundarios por tomar dosis altas de azafrán”, dice el Dr. Amen.
“Una persona compulsiva nos lleva a una intervención con serotonina. El ejercicio también es una intervención con serotonina. Aumenta los niveles de serotonina en el cerebro. Podemos comparar el ejercicio con el Zoloft, ya que se ha demostrado que son igual de efectivos a las 12 semanas, sin embargo a los 10 meses, el ejercicio venció al Zoloft en cuanto efectividad”.
•Comedores impulsivos. Aquí, el SPECT generalmente muestra una baja actividad en la corteza prefrontal, lo que indica que no pueden inhibir su comportamiento. Ellos realmente no piensan en comida todo el tiempo, pero tan pronto como la huelen, sienten la necesidad de comérsela.
La baja actividad de la corteza prefrontal generalmente está relacionada con el mal control de los impulsos. También está relacionado con el trastorno por déficit de atención (ADD).
“Por favor no tome un medicamento de serotonina o una intervención de serotonina porque reducirá aún más la actividad en la corteza prefrontal y esto lo hará más impulsivo”, advierte el Dr. Amen.
“Esa es la razón por la que existen investigaciones desde principios de los 90 sobre el Prozac que hacen que quiera matar a su madre. Bueno, de hecho, puede desinhibir a las personas, por lo que está haciendo en su cerebro. En las personas impulsivas, lo que tenemos que hacer es aumentar la dopamina”.
Puede aumentar los niveles de dopamina con medicamentos como Phentermine un supresor del apetito o Ritalin, Adderall o estimulantes similares. Pero también puede hacerlo con Té verde y con L-tirosina. “De hecho hemos visto que la Rhodiola hace algo similar en el cerebro”, dice el Dr. Amen.
Ciertos alimentos también aumentan la serotonina, como los carbohidratos simples. Esta es otra explicación de por qué usted puede desarrollar adicción al azúcar, el trigo y pasta. Según el Dr. Amen, los alimentos ricos en carbohidratos como la papa dulce, arroz integral y avena también aumentan la serotonina, pero no de la misma manera poderosa que generan adicción, así que claramente estos son mejores opciones.
«Una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos es ideal para las personas impulsivas, porque les ayuda a concentrarse,» dice el Dr. Amen. «Pero es un desastre para las personas compulsivas, porque comienzan a centrarse en las cosas que las molestan.»
Otro factor alimenticio de gran importancia son los probióticos, idealmente en forma de alimentos tradicionalmente fermentados.
Según el Dr. Amen, tanto como 95% de la serotonina en el cuerpo se produce en el intestino, por lo que las estrategias diseñadas para optimizar la producción intestinal de serotonina podrían claramente ser idóneas para optimizar su salud mental.
He desarrollado una verdadera pasión por enseñarle a la gente a aumentar masivamente la cantidad de alimentos fermentados que comen–vegetales fermentadas específicamente, ya que estos son algunos de los alimentos fermentados más apetecibles para la mayoría de las personas—con el fin reponer las bacterias beneficiosas que producen serotonina.
El Dr. Amen coincide:
«Realmente he estado pensando mucho acerca de la salud intestinal. Su intestino en realidad es su segundo cerebro. Ambos están interconectados… Si tiene un intestino permeable o un crecimiento excesivo de malas bacterias intestinales, significa que no está produciendo serotonina y otros neurotransmisores necesarios para mantenerse sano.
En los últimos siete u ocho años, mis últimos libros han sido acerca de la conexión entre la salud física y la salud emocional, y cómo la gente puede usar los alimentos como medicina.
Si nos enfocamos en las especias que tienen cualidades específicas que apoyan la salud cerebral, por ejemplo, el azafrán y su estado de ánimo; canela, que es un afrodisíaco natural que también ayuda a equilibrar el azúcar en la sangre y ayuda a que las personas concentren; y el orégano y el romero que han demostrado aumentar el flujo sanguíneo en el cerebro -en realidad lo que come, ya sea, le ayudará a su función cerebral o bien la afectará».
El libro del Dr. Amen titulado Use Your Brain to Change Your Age (Utilice su cerebro para modificar su edad) se basa en sus conferencias en los últimos 15 años. En el libro, él habla de un estudio realizado en 8 000 personas. Lo que encontró fue que con el tiempo, disminuye el flujo sanguíneo en su cerebro.
«Es algo similar como si la piel de su cara se empezara a colgar a medida que envejece. El mismo proceso está ocurriendo en el cerebro. Con su comportamiento, podría acelerar o ralentizar el proceso de envejecimiento.
… En realidad podemos probar que puede mejorar su cerebro a través del trabajo de escaneo por imágenes que hacemos. Hay un capítulo entero en el libro que habla sobre cómo recuperar su cerebro.
Digamos que no ha cuidado a su cerebro. Ha tenido sobrepeso. Ha tomado mucho. No hace ejercicio. Es un jugador de la NFL, y ha sido golpeado en la cabeza muchas veces. Si emplea un programa que proteja a su cerebro… podría retrasar o incluso en muchos casos, revertir el proceso de envejecimiento en el cerebro”.
Él describe su programa que protege al cerebro en seis palabras:
•Egoísmo Cerebral: «Tiene que preocuparse por su cerebro, ya que controla todo lo que hace: cómo piensa, siente y actúa, y cómo se lleva bien con otras personas,» dice el Dr. Amén.
•Evite las Cosas Malas: «Hay que evitar todo lo que le afecte al cerebro–drogas, obviamente, lesiones cerebrales, obesidad, pero también el apnea del sueño. Cualquier cosa que daña los vasos sanguíneos también daña al cerebro.
Lo mismo aplica en la hipertensión, la enfermedad cardiovascular, pensamientos negativos, depresión sin tratar, la alimentación estándar y el alcohol. «
•Haga el Bien: Esto incluye optimizar su alimentación, hacer ejercicio físico y mental, además de tomar suplementos útiles. También incluye aprender a pensar de manera más positiva.
Hace un par de años, el Dr. Amen escribió un curso de estudio casero para la ansiedad y la depresión. Cuando lo puso a prueba en los participantes de todo el país, un porcentaje significativo de ellos informó perder de 20-30 libras sin haber tenido intención alguna.
«Eso me emocionó mucho, porque lo que note es que con un mejor cerebro, se obtiene un mejor cuerpo», dice. «Porque básicamente, su salud es guiada por todas las decisiones que ha hecho en su vida, y esas decisiones vienen directamente de su salud cerebral.»
Usted puede aprender más sobre el trabajo que se realiza en las Clínicas Amen en www.amenclinics.com. Las clínicas realizaron escáneres cerebrales SPECT en el contexto de una evaluación clínica completa. También ofrecen una amplia variedad de opciones de tratamiento.
La comunidad en línea, The Amen Solution at Home fue desarrollada por el Dr. Amen para ser un programa de entrenamiento sofisticado con el fin de ayudar a las personas a optimizar sus cerebros y cuerpos.
Empieza con una herramienta de evaluación neuropsicológica, que, en unos 35 minutos, analizara su memoria, tiempo de reacción, enfoque, nivel de estrés y estado de ánimo. Con base en los resultados, le dará juegos personalizados para fortalecer sus áreas débiles. También cuenta con recetas saludable para el cerebro, ejercicios de relajación, y les enseña a los participantes a cómo eliminar los patrones de pensamientos negativos.
«Es una de las herramientas que nuestros jugadores de la NFL utilizan», dice. «Estamos muy contentos, ya que hemos notado que sus calificaciones aumentan, el flujo de sanguíneo en sus cerebro mejoró.
Hacer ejercicio para el cerebro de forma regular es importante… Lo importante es aprender algo que desconozca por completo. Porque si simplemente me mantengo aprendiendo acerca de la vitamina D, eso sería útil, pero esto realmente no está forzando a mi cerebro.
Así que aprendí sobre jardinería, sobre preparación de alimentos, aprendo un nuevo lenguaje, voy a un lugar nuevo, o descubro una nueva forma de mover mi cuerpo, algo que considero estupendamente importante. Pero la ortodoxia en mi profesión es bastante anticuada, y eso me entristece mucho ya que necesita un cambio. Ahora la convertí en una de mis misiones.”
Mientras que realizarse un escaneo SPECT puede ser costoso, puede ahorrar enormes cantidades de dinero a largo plazo. Según un reciente estudio realizado por el Dr. Amen y sus colegas, realizarse un escaneo SPECT cambiará lo que su médico hace el 79% de las veces.
“Le daré un diagnóstico diferente o un plan de tratamiento diferente en función a lo que el escaneo agregue a la evaluación clínica» explica el Dr. Amen.
«Estamos publicando un nuevo estudio de resultados en 500 pacientes consecutivos que acudieron a la Clínica Amen que estaban en estado crítico.
Después de seis meses, el 85% mostró mejoras significativas en su calidad de vida. Estamos muy entusiasmados con nuestro trabajo. Y se los hemos estado enseñando a nuestros colegas durante décadas. De ninguna manera intentamos patentarlo. Hay un grupo en Vancouver que lo hace basándose en mi trabajo y otros grupos en Toronto, Florida, Texas y Chicago.
Pero es horroroso lo que está sucediendo en el área de la psiquiatría. Yo tendría mucho cuidado en visitar a un psiquiatra que no se retroalimente con la información de su cerebro antes de que él o ella le recete múltiples medicamentos”.
Para aprender más, también puede obtener uno de los libros del Dr. Amen:
•Change Your Brain, Change Your Life
•Change Your Brain, Change Your Body
•Use Your Brain to Change Your Age
•Unleash the Power of the Female Brain is his latest book, which will be released in February 2013
Fuene: mercola.com, 28/01/16.
agosto 3, 2023
Por Ana Isabel Ramírez Fernández.
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Procrastinar es una acción que muchas personas tienden a cometer, se trata de postergar las actividades pendientes para último minuto. ¿Los resultados? Estrés, tareas mal realizadas y resultados que pudieran ser ampliamente mejorables.
Pero no hay de qué preocuparse, existenciertas estrategias para evitar este problema.
1) Aprende a decir no
Muchas veces las tareas se posponen por asumir compromisos para las cuales no se dispone del tiempo suficiente. Aprender a decir que no es parte de mejorar la administración del tiempo.
2) Establece una recompensa al terminar las tareas pendientes
Al momento de tener que realizar una actividad no muy motivadora, es una buena opción fijarse una recompensa para cuando esta se termine, este se convertirá entonces en el incentivo principal.
3) Evita las distracciones
Una de las principales razones por las que se aplazan las tareas es el uso de teléfonos celulares, redes sociales, entre otros factores que pueden ser distractores al momento de trabajar. Lo mejor es procurar mantenerlos fuera de alcance.
4) Piensa en las consecuencias
Crea consciencia de todo aquello que pudiese pasar al dejar de hacer las actividades pendientes. Por ejemplo: reprobar un examen si no se estudia, perder un cliente si no se trabaja, entre otros.
5) Divide el trabajo en tareas pequeñas y concretas
Si se trata de un proyecto grande, dejar todo para última hora es lo peor que se puede hacer; lo ideal es establecer en un calendario las fechas en las que poco a poco se irá trabajando en la actividad. Al final, se habrá hecho todo de una manera menos abrumadora.
6) Cree en la capacidad de comenzar
La parte más difícil de un trabajo es comenzar, pero una vez iniciada la tarea se agarra impulso. Intenta comenzar y quizás la motivación incremente.
Fuente: lacuadrauniversitaria.com
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septiembre 20, 2022
Por Fabiola Czubaj.
Que basta tomar agua para bajar la presión. Que el cuerpo nos pide «comer con sal». Que la presión alta aparece por los nervios. Que un cafecito está totalmente prohibido para los hipertensos. Que la actividad física puede provocar un ataque al corazón…
Nada de esto es así y forma parte de un arraigado decálogo de mitos de nuestra sociedad.
Este año, sin proponérselo, entidades médicas y otras organizaciones que se ocupan del cuidado del corazón relevaron estas creencias populares que se transmiten como consejos de entre casa, pero carecen de una explicación comprobada científicamente.
Cada uno en su especialidad, como la cardiología, la nefrología o la nutrición, estos grupos detectaron lo que consideran barreras que todavía perduran para prevenir o tratar efectivamente una enfermedad tan peligrosa como la hipertensión.
En la Argentina, las cifras hablan por sí solas. Uno de cada tres mayores de 18 años es hipertenso, y un estudio del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) reveló el año pasado que uno de cada cinco no tiene la presión controlada, es decir, por debajo de los 140-90 mmHg que registra el tensiómetro.
Todo eso, combinado con un consumo de sal aún muy por encima de lo que los riñones están preparados para eliminar, potencia el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular.
Por todo esto, la Sociedad Argentina de Hipertensión (SAHA), la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) y la Asociación Argentina de Nutricionistas y Dietistas (Aadynd) se lanzaron a reunir y actualizar esos falsos conceptos que la medicina ya no duda en erradicar.
Éstos son, de acuerdo con estos grupos, los diez mitos que lastiman el corazón y los especialistas los aclaran uno por uno:
1. Sé que tengo la presión alta cuando me duele la cabeza. La Sociedad Argentina de Hipertensión (SAHA) explicó que la cefalea, o dolor de cabeza, es un síntoma «inespecífico», es decir que puede aparecer por muchas causas. En la mayoría de los casos, la presión alta no da síntomas. Por eso, desde la entidad insisten en que la única manera de saber si la presión no está dentro del rango normal es tomarse la presión. «No espere a tener síntomas para tomarse la presión. Esperar lo que difícilmente se presente puede ser tarde», dijo el doctor Pablo Rodríguez, miembro de la entidad.
2. Mi presión (alta) es nerviosa. «Esto lo dice el 100% de los pacientes que llegan a la consulta. En realidad, subestiman un problema evitable, que es la principal causa de muerte», aseguró el doctor Guillermo Fábregues, presidente electo de la SAC, que se ocupó de este mito en la charla abierta para la comunidad en el último Congreso Argentino de Cardiología. En un experimento simple con dos pacientes en la sala de espera de un consultorio, explicó que después de un tiempo tendrá la presión más alta aquel con las paredes arteriales más rígidas (un efecto de la hipertensión). «No es el nerviosismo por la espera o enfrentar el guardapolvo blanco lo que le hizo subir la presión, sino el estado de su sistema circulatorio», precisó.
3. No puedo tomar café porque soy hipertenso. En dos cuestiones están de acuerdo los especialistas, ya sean cardiólogos o nefrólogos, que se dedican el manejo de la hipertensión: el consumo de café eleva de manera pasajera la presión, pero no está demostrado que su consumo moderado (menos de tres pocillos por día) provoque hipertensión. En el caso de los hipertensos, la SAHA aconseja que los que deseen seguir disfrutando de un cafecito o un cortado ingieran entre una y tres tazas diarias.
4. Si hago ejercicio me puede dar un ataque al corazón. La SAC detectó que los casos de muerte súbita en una maratón, en un gimnasio o una clase de educación física potencian la creencia de que el ejercicio es peligroso. El doctor Roberto Peidro, director del Consejo de Ergometría y Rehabilitación Cardiovascular de la entidad, insistió en los beneficios preventivos de la actividad física con una intensidad adecuada y sin olvidar el chequeo médico básico (examen y electrocardiograma). Indicó que el ejercicio reduce un 35-40% el riesgo de infarto en una década. «Los programas pueden iniciarse a cualquier edad, con las adaptaciones necesarias al estado físico actual de la persona. Tanto en hombres como en mujeres que caminan con regularidad cinco o seis días por semana, el riesgo de infarto y ACV disminuye un 35% luego de ocho o 10 años.» Recordó que una vez que el ejercicio se vuelve un hábito su efecto en la salud cardiovascular puede ser «similar o superior a muchos medicamentos. El problema es que requiere tiempo y voluntad».
5. Hay que tomar mucha agua para bajar la presión. La hidratación excesiva puede aumentar la presión sanguínea, pero «una buena hidratación favorece el desarrollo de varios procesos orgánicos. Tomar mucha agua hace bien, pero no influye en los valores de presión», comentó Rodríguez sobre este mito que identificaron los especialistas en hipertensión.
6. Cada vez que me tomo la presión es diferente. Es normal que varíe durante el día; influyen la actividad física, las emociones y hasta la temperatura. Suele ser más alta a la mañana y más baja al dormir. El hecho de tomarse la presión provoca un estado de alerta, al que el cuerpo reacciona con el aumento de la presión. Por eso, la SAHA aconseja repetir esa toma y descartar la primera. Si la presión es normal, se estabilizará en el segundo control. «La presión cambia cada vez que nuestro corazón late. Hay que consultar al médico si la mayoría de los valores (en los controles) superan 140/90 mmHg», precisaron a través de un comunicado desde la institución.
7. Para cuidar el corazón, hay que tomar agua baja en sodio. Más de mil mayores de 18 años la ubicaron entre los cinco mitos sobre el consumo de agua en una encuesta del Cesni, la SAN y la Aadynd. «La sal del agua no sube la presión», afirmó el doctor Ricardo Iglesias, ex presidente de la SAC, durante una conferencia de prensa conjunta. Paralelamente, 30 especialistas de la SAHA revisaron un centenar de investigaciones publicadas y fijaron posición sobre las aguas envasadas: «En su consumo habitual, el aporte de sodio no parece ser suficiente para provocar enfermedad cardiovascular ni hipertensión», resumió el doctor Felipe Inserra, coordinador general del documento presentado en el último Congreso Argentino de Hipertensión Arterial. Precisó que ese consumo aporta, en promedio, un 10% de los 5,5 g de sodio que la OMS recomienda ingerir por día. Aquí, un adulto consume unos 11,2 g diarios de sal; el 75-80% proviene de los alimentos procesados. Para el Código Alimentario Argentino, son aguas bajas en sodio las que en su etiqueta no indican más de 20 mg/l y son de alto contenido, si superan los 200 mg/l. Las que tienen entre 20 y 200 mg/l son de contenido intermedio.
8. Lo importante es tener la mínima controlada. Esta idea surgió hace tiempo, cuando la medicina aún desconocía la importancia de la presión sistólica o «máxima» y la presión diastólica o «mínima». La SAHA aclaró que el aumento de cualquiera de esos dos valores incrementa el riesgo cardiovascular. «Sin embargo, después de los 50 años, la presión máxima se relaciona más estrechamente con el riesgo cardiovascular», aclaró el doctor Rodríguez.
9. Mejor saltear/bajar la dosis del remedio para el colesterol porque tiene efectos secundarios. El doctor Carlos Tajer, presidente de la SAC, explicó que está muy instalado en la comunidad que el uso de esos fármacos, o estatinas, daña el hígado y los músculos. «Está demostrado que bajar el colesterol en los pacientes cardiovasculares o de alto riesgo prolonga la vida. Y hay que bajarlo mucho. Hay que llevar el colesterol malo, que en la población promedio es de 150, a 70 -indicó-. Se impuso la idea de que esos fármacos son tóxicos para introducir otro tipo de fármaco, y se hizo con mucha presión sobre los médicos con un mensaje que generó uno de los mitos en cardiología más fuertes, que mata.» Ante un dolor muscular, por ejemplo, los pacientes suspenden o saltean la toma. «En la dosis correcta, esas drogas bajan un 40% la mortalidad«, precisó. En el último Congreso Argentino de Cardiología, se mostró que los mejores estudios publicados revelan que estos medicamentos, indicados en los pacientes adecuados, dañan el hígado y los músculos tanto como un placebo. «El 90% de los pacientes abandona el tratamiento mucho antes del año, cuando se siente bien», dijo Fábregues.
10. Necesito ponerle más sal a la comida porque el cuerpo me lo pide. Además de mito, como la del ejercicio suele ser una excusa muy frecuente a la hora de agarrar el salero en la mesa y volcarlo sobre el plato sin siquiera haber probado un bocado. Por eso, siempre los especialistas recomiendan probar la comida antes de salarla. «La sal que el cuerpo necesita es la que está presente en forma natural en los alimentos que consumimos. Ni más ni menos«, aclaró Rodríguez.
Fuente: La Nación, 11/12/14.
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mayo 17, 2022
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El 17 de mayo de cada año es el día mundial de la Hipertensión Arterial. Particularmente en este 2017, luego de que el año pasado conociéramos en el Congreso de la Sociedad Argentina de Cardiología los resultados del estudio poblacional RENATA-2, es bueno reflexionar sobre el rol que tenemos los cardiólogos en cuanto a la responsabilidad y el liderazgo que habitualmente nos adjudica la misma sociedad en su conjunto respecto de este tema.
Este estudio realizado en conjunto desde la SAC, y desde la Federación Argentina Cardiología, mostró una realidad preocupante acerca de cómo avanza la epidemia de la enfermedad hipertensiva en la Argentina en los últimos años, y de los escasos logros que hemos podido conseguir en la última década. Por un lado, el conjunto de los médicos van incorporando el concepto de que la monoterapia no es efectiva en la gran mayoría de los pacientes hipertensos que consultan; aunque en el otro extremo, alrededor de 1 de cada 4 hipertensos jóvenes todavía no saben que padecen de esta enfermedad.
El RENATA-2 es un registro de prevalencia, conocimiento y control de la Hipertensión Arterial en la Argentina. Consistió en un relevamiento nacional llevado a cabo entre agosto de 2015 y marzo de 2016, en el que participaron individuos mayores de 18 años de 25 distritos de 18 provincias todo el país. Fueron encuestados 5.931 individuos que concurrieron a gestionar su DNI a las instalaciones del RENAPER (Registro Nacional de la Personas).
Respecto de 2008/2009 (de cuando data la primera edición del estudio, RENATA-1), la prevalencia de HTA aumentó un 8,5% (de 33,5% a 36,3%), el porcentaje de pacientes que desconoce que padece esta patología se incrementó un 4,3% (de 37,2% a 38,8%) y la cantidad de hipertensos que tienen controlada su enfermedad disminuyó un 8,7% (de 26,5% a 24,2%). La prevalencia actual de HTA en Argentina es del 36,3%, siendo significativamente mayor en hombres (43.67%) que en mujeres (30,39%). El 38,8% de los hipertensos (casi 4 de cada 10) desconocen su enfermedad, siendo este desconocimiento significativamente mayor en hombres (47,1%) que en mujeres (29,3%), y fundamentalmente en jóvenes. El 55,5% de los hipertensos están tratados farmacológicamente. El 24,2% del total de los pacientes hipertensos (conocidos y no conocidos) tiene la PA controlada, significativamente más las mujeres (33,0%) que los hombres (16,6%).El 50,4% de los hipertensos cumplen con el tratamiento y el buen cumplimiento se asoció a un mayor grado de control.
Desde la SAC, y a través de la actividad científica de sus Consejos, nos dedicamos a fomentar el uso de las herramientas diagnósticas disponibles, la interpretación clínica cardiovascular adecuada para cada paciente, y el manejo integral por el equipo de salud.
Desde la información adecuada y de calidad que brinda WikiCardio, hasta la confección de nuestros Consensos, la SAC se encuentra comprometida con la prevención y el manejo de la enfermedad hipertensiva, apoyando a todos los niveles de atención de la salud. Como cardiólogos, habitualmente recibimos a los pacientes complicados por la evolución de la enfermedad hipertensiva, con mayor complejidad y morbimortalidad que la que tiene el paciente hipertenso en estadios tempranos de la enfermedad. Sin embargo, cuanto mayor es el riesgo del paciente por la evolución en el tiempo, mayores son los beneficios del control adecuado de la presión arterial y de los demás factores de riesgo. En esta ecuación, la velocidad con la que el paciente logra el objetivo adecuado para controlar efectivamente la presión arterial, resulta tan relevante como las cifras de presión arterial alcanzadas.
Para poder hacer frente a la magnitud del problema epidemiológico de la hipertensión y sus complicaciones, sobre todo en términos de cardiopatía hipertensiva e insuficiencia cardiaca, accidentes cerebrovasculares y demencias vasculares, es necesario que desde nuestra posición frecuente de líderes de equipos de salud, trabajemos responsablemente utilizando la inmensa variedad disponible de herramientas diagnósticas y terapéuticas con las que contamos actualmente, para reducir esta epidemia y poder mostrar un resultado distinto, en que la mayoría de nuestros pacientes hipertensos se encuentren con un control adecuado, y poder asegurarles un pronóstico mejor que el que tienen en la actualidad.
—Alejandro Delucchi (2016) – Sebastián Obregón (2017). Directores del Consejo Argentino de Hipertensión Arterial de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Fuente: www.sac.org.ar, 17/05/17.
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abril 5, 2022
Esta información, difundida con frecuencia a través de distintas fuentes, suele ser una amarga vivencia de quienes han tenido la desdicha de contar con miembros de la familia o amistades que se convirtieron en víctimas del vicio de fumar. Sin embargo, la dolorosa realidad no inhibe a que otros, especialmente jóvenes, se inicien en ese comportamiento.
Desgraciadamente la formación de este hábito suele ocurrir a edad temprana, en los comienzos de la adolescencia, pese a las limitaciones existentes para fumar en numerosos lugares y ambientes. Con frecuencia, la conducta del fumador novel se siente estimulada a causa del marketing renovado y atractivo con el cual se presentan los atados en los comercios y quioscos en que se expenden y cuya mera compra lo hace sentir «mayor» al joven. Otro aspecto significativo que aportan las estadísticas es el crecimiento en lo que va del presente siglo del número de mujeres fumadoras, también a partir de los primeros años de la vida adolescente. Este fenómeno, que suele llamarse «feminización del tabaquismo», ha llegado a un punto tal que hoy son más las chicas fumadoras que los varones. La información precisa acaso no sorprenda: el 21,5% de las estudiantes adolescentes fuma, mientras que sólo lo hace el 17,4% de los varones dentro de ese universo.
Esta realidad abre otros interrogantes: ¿por qué se revela hoy este comportamiento en la mujer, que antes no se registraba? Seguramente las respuestas pueden ser diversas. Lo cierto y lamentable es que esa conducta es un peligro potencial para su salud, con riesgos muy particulares en el trance de la maternidad.
Se ha buscado la reducción del consumo de cigarrillos mediante el continuo aumento impositivo, con resultados mediocres. Se ha verificado que aun los chicos y chicas de menores recursos superan las barreras del precio. En verdad, los mejores medios para lograrlo se relacionan con los ejemplos que dan los mayores de la familia, las clases de higiene y de otras disciplinas que se prestan al tratamiento del problema en la escuela y la buena práctica deportiva que obliga a cuidar del corazón y los pulmones para rendir satisfactoriamente. Una vez más, la familia, la escuela y el deporte tienen mucho por aportar.
Fuente: La Nación, 23/11/15.
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mayo 10, 2021
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Conducido por el doctor Steven Grover de la universidad McGill de Montreal, Canadá y publicado en la revista especializada The Lancet Diabetes & Endocrinology, este estudio partió de un modelo matemático realizado sobre una amplia base de datos estadounidense que engloba a miles de adultos de entre 20 y 79 años de edad.
Los resultados fueron claros: cuanto más sobrepeso tiene un individuo de joven, la repercusión en su salud será más importante, según este médico epidemiólogo.
El estudio muestra que la obesidad está asociada a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, incluyendo crisis cardíacas y accidentes vasculares cerebrales (AVC), así como a la diabetes, las que van a reducir considerablemente, en una media, la esperanza de vida y los años de vida en buen estado de salud de los afectados, en comparación con las personas que tienen un peso normal, comenta el doctor Grover.
El exceso de peso es definido en función de un índice de masa corporal elevado (IMC: peso dividido por la estatura al cuadrado). El sobrepeso corresponde a un IMC de 25 o más, la obesidad a un IMC igual o superior a 30, y la obesidad severa a un IMC superior a 35.
Así, el tiempo de “vida en buen estado de salud” perdido puede alcanzar hasta unos 19 años, tanto en hombres como en mujeres muy obesos.
En este estudio se consideraron la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, pero no así otras patologías (cáncer, problemas respiratorios, etc) que también pueden estar vinculadas a la obesidad crónica. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de casos de obesidad se ha duplicado desde 1980 a la fecha. El sobrepeso afecta en el mundo a aproximadamente 1.400 millones de personas de más de 20 años de edad, entre las cuales más de 200 millones de hombres y 300 millones de mujeres son obesos.
Fuente: www.republica.com.uy, 07/12/14.
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marzo 19, 2021
La dieta es igual de importante que la medicación, el ejercicio y la reducción del estrés en la prevención y el control de enfermedades como la diabetes de tipo 2, el colesterol alto, la hipertensión y los problemas coronarios
Se atribuye a Hipócrates de Cos la frase «que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina». Pero en la vida contemporánea, en general, la industria farmacéutica y la de la alimentación operan por separado. Sólo recientemente la dieta se convirtió en un tema central «para médicos, hospitales, aseguradoras y hasta empleadores», explicó Time en un extenso artículo sobre el tema.
Por un lado hay gran frustración por los progresos escasos de los tratamientos farmacológicos para reducir las enfermedades en las que incide la alimentación, como la diabetes de tipo 2, la enfermedad coronaria, la hipertensión y hasta el cáncer. Por otro lado hay cada vez más estudios científicos que comprueban que cuando la gente se alimenta bien, se mantiene saludable y puede controlar, y hasta evitar, esos padecimientos crónicos.
«Cuando se prioriza la alimentación y se enseña a la gente a preparar comidas sanas, resulta que se puede terminar por tener un impacto mayor que con las medicaciones«, dijo a la revista Jaewon Ryu, presidente interino del Sistema de Salud Geisinger, que coordina el programa Fresh Food Farmacy (FFF, farmacia de alimentos frescos) en Pensilvania. «Es una gran ganancia».
Time relata el caso de Tom Shicowich, quien perdió un dedo del pie y estuvo hospitalizado durante un mes en 2010 debido a complicaciones de una diabetes. Shicowich tomaba medicación para controlar la glucosa, pero también comía alimentos procesados y fast-food porque sus bajos ingresos no le permitían algo más adecuado. Luego de años con escasa mejoría, en 2017 su médico lo derivó a FFF.
El programa ofrece muchas frutas, vegetales, carnes magras y opciones bajas en sodio a los pacientes del condado de Northumberland y les enseña a incorporarlos en su dieta diaria. Una vez por semana Shicowich recibió recetas y una bolsa de compras del banco de alimentos de FFF, hizo preguntas a nutricionistas y permitió el monitoreo de su glucosa. En un año y medio bajó 27 kilos y dejó de estar en un rango peligroso de diabetes.
Varios cientos de personas como él participaron en el plan de FFF y bajaron su riesgo de complicaciones de la diabetes en un 40%, y en un 70% el de hospitalizaciones, en comparación con otros diabéticos de la misma zona que no participaron. En 2019 FFF se propone triplicar la cantidad de pacientes a los que asiste.
Tanto como la medicación, el ejercicio y el control del estrés, la dieta participa en la ecuación de la salud humana. «El problema es que comer sano no es tan fácil como tomar una pastilla«, observó Time. «Para algunos, los alimentos saludables no están disponibles; y si están, no son accesibles».
Por eso en los Estados Unidos surgieron el FFF y otros programas similares, como los que tienen la Clínica Cleveland o Kaiser Permanente en San Francisco con la organización Thrive Kitchen. Además de los médicos, compañías de seguros de salud comenzaron a recompensar con pequeños descuentos a la cuota de quienes hagan ejercicio y completen tutoriales de alimentación. En Massachusetts, Blue Cross Blue Shieldcomenzó a cubrir las viandas de la ONG Community Servings para sus miembros con insuficiencia cardíaca congestiva que no pueden pagar dietas bajas en grasa y sodio.
«El Congreso designó un grupo de trabajo bipartidario, Food Is Medicine (el alimento es medicina) para que analice cómo los programas alimentarios apoyados por el estado podrían ocuparse del hambre a la vez que de reducir los costos crecientes de Medicare (el programa de salud pública para ancianos, niños pequeños, discapacitados y personas sin recursos) por las complicaciones de las enfermedades crónicas», destacó la nota.
Recetar un medicamento es más sencillo que monitorear una dieta. «Pero las drogas son caras —el estadounidense promedio gasta USD 1.400 por año en medicinas— y si la gente no las puede pagar, no las toma«, explicó Time. «Eso aumenta la probabilidad de que desarrollen complicaciones a medida que avanzan a fases graves de sus enfermedades, lo cual a su vez los obliga a necesitar más, y más costoso, cuidado médico«.
Además, aunque han utilizado tanto dinero en medicinas, los estadounidenses no han reducido, sino al contrario, problemas como la obesidad (que pasó del 30,5% en 2000 al 37,7% en 2014) y el colesterol alto, que afecta al 40% de los adultos. Y esas tendencias responden a la dieta, no a los fármacos.
«El poder de los alimentos como medicina ganó credibilidad científica en 2002 —reseñó Time— cuando el gobierno publicó los resultados de un estudio que enfrentó un programa de dieta y ejercicio contra un tratamiento farmacológico para la diabetes de tipo 2″. En el grupo que tomó metformina, el riesgo de desarrollar diabetes se redujo en un 31% en comparación con quienes tomaron el placebo; entre las personas que hicieron dieta baja en grasas saturadas, azúcar y sal, que incluía proteína magra, frutas y vegetales, la reducción fue del 58%, casi el doble.
En los años recientes otros estudios mostraron los beneficios de la dieta mediterránea en la prevención de un nuevo ataque cardíaco entre aquellos que sufrieron uno. Y estudios en animales, como también análisis de células humanas en laboratorio, comenzaron a explicar por qué ciertos alimentos se asocian con tasas menores de ciertas enfermedades.
Algunos componentes como el omega 3 que se halla en el pescado y los polifenoles que se hallan en las manzanas pueden inhibir la capacidad de los tumores malignos para desarrollar nuevos vasos sanguíneos de los cuales nutrirse para crecer. Las nueces y las semillas pueden proteger partes de los cromosomas de modo tal que puedan reparar las células con mayor rapidez.
El artículo mencionó un libro de próxima aparición, Eat to Beat Disease (Comer para derrotar a la enfermedad), de William Li, investigador médico que asoció años de datos para proponer dosis específicas de alimentos para tratar enfermedades que van desde la diabetes al cáncer de mama.
«No todos los médicos están de acuerdo en que la ciencia avala la administración de alimentos como si fueran drogas, pero él espera que la polémica idea impulse a más investigadores«, concluyó Time. «Estamos lejos de recetar dietas categóricamente para combatir la enfermedad», dijo Li. «Y acaso nunca lleguemos a eso. Pero intentamos llenar los blancos, que han existido durante mucho tiempo en este campo, con ciencia real».
Fuente: infobae, 27/02/19.
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julio 29, 2020
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Fuente: Ediciones EP.
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febrero 5, 2020
Ya no hay duda. Caminar hace bien. En realidad, caminar hace muy bien. Esto es debido a que se trata de un ejercicio físico de orden aeróbico por excelencia. Otros ejercicios aeróbicos son andar en bicicleta sea ésta fija o móvil, hacer natación, remar, y todos aquellos ejercicios en los cuales el movimiento de las masas musculares de nuestro cuerpo es continua de manera tal que el consumo de oxígeno por parte de los músculos es asimismo continuo. Esto excluye otras actividades físicas, que también son muy buenas como para nombrar tan solo una de ellas digamos por ejemplo el fútbol. Claro está que incluimos dentro de los ejercicios aeróbicos las variables de la caminata tal es así el trote o el running.
Esta actividad física aeróbica beneficia por distintos procedimientos y mecanismos de orden biológico a todas las arterias y vasos sanguíneos de nuestro cuerpo. Sería difícil enumerar los múltiples beneficios ya que como resulta evidente el beneficio de las arterias garantiza una buena irrigación sanguínea a todos los órganos sobre todo aquellos que podemos considerar órganos nobles, tales como el cerebro, el corazón, los pulmones, etcétera. Es decir, ninguna parte del cuerpo escapa a los beneficios que presupone tener arterias en muy buen estado y con bajo nivel de aterosclerosis. La actividad física en general y la aeróbica en particular ayuda notablemente a controlar el peso corporal, mantener la flexibilidad de las articulaciones, mejora el estado anímico general, mejora claramente el humor, disminuye los efectos negativos de la depresión y podríamos seguir con una serie verdaderamente larga de beneficios. Así como hemos dicho que es particularmente beneficioso para los órganos nobles resulta evidente que esos órganos funcionarán mejor. Por tanto y si consideramos por caso nuestro cerebro es obvio que este funcionará mejor expandiendo lo más posible sus actividades de orden cognitivo tales como la capacidad de concentración, atención, memoria, facilidad en la toma de decisiones, y como ya hemos dicho tendrá repercusión en la mejoría del estado anímico. El corazón es otro órgano muy beneficiado por la actividad física aeróbica. El mantenimiento y buen funcionamiento de las arterias coronarias tendrá como repercusión directa una buena irrigación del músculo cardíaco y en tanto ello de sus funciones. Disminuirá en consecuencia la posibilidad de angina de pecho, infarto agudo de miocardio, arritmias cardíacas, muerte súbita, etcétera. La actividad física aeróbica disminuirá también la presión arterial manteniéndola en niveles adecuados. Ayudará a controlar el metabolismo y con ello el peso corporal disminuyendo la posibilidad de sobrepeso y obesidad. Es particularmente útil también para evitar y/o tratar la diabetes. Mejorará asimismo el proceso respiratorio y la salud de las vías aéreas. Lo propio sucede con nuestro sistema digestivo. Nuevamente, como verá, sería difícil y largo enumerar la infinidad de beneficios que la actividad física aeróbica ejerce sobre nuestro cuerpo.
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La pregunta que seguramente nos haremos a esta altura es sobre la dosis con la que debiéramos administrar este medicamento por excelencia. Ante todo y como siempre es conveniente realizar un control médico adecuado para saber cuál es nuestro estado general y si podemos realizar actividad física y en qué medida. Más allá de ello la inmensa mayoría de las personas pueden realizar una caminata aún dentro de sus posibilidades. Cabe señalar en este sentido que «lo perfecto es enemigo de lo bueno» y que para una persona sedentaria, con el solo hecho de que camine un poco sin duda su estado general va a mejorar. Esta recomendación la realizo tanto para aquellas personas que resultan ser sedentarias como para aquellas que ya realizan actividades físicas tales como el trote o la carrera: «lo perfecto es enemigo de lo bueno».
Aclarado estos conceptos, diría que lo importante es iniciar una caminata a paso normal y durante 30 o 45 minutos diarios, día por medio.Sugiero iniciar la actividad con una caminata de paso normal, para paulatinamente ir aumentando la velocidad. La recomendación final sería realizar una caminata a paso rápido esos 30 o 45 minutos día por medio. Tomando siempre la precaución de utilizar calzado cómodo, tomar un vaso de agua antes de iniciar la actividad, realizar un ejercicio de elongación, y luego comenzar a caminar a paso normal durante unos 50 o 100 m y aumentar posteriormente la velocidad. Esa velocidad no debe llegar al trote, en realidad no es necesario. Simplemente se trata de caminar con rapidez pero sin llegar al trote. Un secreto para saber si la velocidad a la cual caminamos es adecuada para nuestra condición física es cantar algún tema que le guste durante la caminata.
Siempre me gusta mencionar un hecho que notó el médico del correo de Londres hace cientos de años. Él observó que los carteros iban al velorio de los administrativos. Esta observación no puede ser más concluyente, quien camina en términos generales vive más tiempo. Pero la verdad, y lo más importante es que aquel que camina con regularidad simplemente se va sentir mejor mientras la vida continúe. Nunca debemos olvidar que la adecuada gestión de la vida, es la gestión de cada uno de sus momentos, diría que la adecuada gestión de la vida es la gestión del «mientras tanto».
—Daniel López Rosetti es médico clínico, cardiólogo universitario, especialista en medicina del estrés, docente, investigador y divulgador científico.
Fuente: La Nación, 29/11/17.
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noviembre 20, 2018
En un extenso estudio mundial publicado en la revista Circulation, de la American Heart Association, se observó que las personas emocionalmente alteradas aumentaron más de dos veces el riesgo de sufrir síntomas de infarto cardíacodurante la primera hora del enfado.
De igual forma se puede indicar para el esfuerzo físico intenso, que eleva el riesgo de ataque al corazón por un lapso hasta de una hora luego de realizado. Y el riesgo se triplica para aquellos que se enfadaron o se alteraron emocionalmente y de manera simultánea, realizaron un intenso esfuerzo físico.
Para la investigación, a 12.461 pacientes de 52 países que presentaron un ataque cardíaco por primera vez, se les consultó sobre si tuvieron alguna de las situaciones desencadenantes mencionadas durante una hora antes de su infarto al corazón, o el día anterior.
Estas situaciones o factores que pueden desencadenar un ataque cardíaco (como el enfado y el esfuerzo físico) parecían elevar de manera independiente el riesgo, más allá del que se plantea generalmente por otros factores como la obesidad, la edad, la hipertensión arterial, el tabaquismo y otros problemas.
“Ambos disparadores -emocionales y físicos intensos- pueden elevar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, alterando la circulación de sangre a través de los vasos sanguíneos y disminuyendo el abastecimiento de sangre al corazón” afirmó el Dr. Andrew Smyth, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de McMaster, en Canadá.
“Esto es importante particularmente en los vasos sanguíneos que ya están estrechos debido a la formación de placa, que podría obstruir el flujo de sangre y originar un ataque al corazón” agrega Smyth.
“Practicar actividad física con regularidad tiene múltiples beneficios para la salud, además de ayudar a prevenir enfermedades del corazón -manifestó Smyth- por lo que recomendamos que se continúe haciendo. Sin embargo, sugerimos a las personas que están enfadadas y desean hacer ejercicio para despejar su mente, que no vayan más allá de su rutina normal”.
Estos factores desencadenantes mostraron su efecto de igual forma en todos los países y grupos étnicos analizados.
“Las personas que están en peligro de sufrir un ataque cardíaco deben procurar no tener situaciones que impliquen emociones fuertes”, aseguró Barry Jacobs, miembro del Programa de Residencia de Medicina Familiar Crozer-Keystone en Springfield, Pensilvania. “Una forma de enfrentar los altibajos emocionales es a través del apoyo familiar y hablando con otras personas que viven en condiciones similares”, agregó.
Por último, Jacobs analizó que “este estudio aporta más información que comprueba la importante relación que existe entre la mente y el cuerpo”.
Las enfermedades cardiovasculares representan actualmente la principal causa de muerte en todo el mundo. Según datos estimados de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares fueron responsables, sólo en 2012, de alrededor de 17,5 millones de muertes, lo cual representa un 31% de todas las muertes registradas en el mundo.
Fuente: grandesmedios.com
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