Soylent green

abril 16, 2019 · Imprimir este artículo

MAKE ROOM! MAKE ROOM!

Si te interesa ilustrar la paranoia social respecto al “crecimiento excesivo” de la población mundial, aquí tienes un ejemplo literario y cinematográfico difícil de superar. La descripción de un futuro no muy lejano en el que el “exceso” de población es tan insoportable que los “excedentes” son cosechados literalmente entre las multitudes urbanas para fabricar galletas con que alimentar a los demás.

La literatura y el cine reflejan las ideas, preocupaciones e incluso obsesiones de cada sociedad y momento histórico, y la ciencia ficción ha sido desde sus orígenes un género especialmente adecuado para los temas demográficos (esta utilidad está magistralmente descrita en el Descenso literario a los infiernos demográficos de Andreu Domingo). En EEUU, durante los años sesenta y hasta los ochenta del siglo XX, la obsesión por el boom poblacional llegó a ser equiparable a la de la amenaza nuclear. El motivo era el mismo: la proliferación humana en el Tercer Mundo, especialmente en Asia, asociada a la pobreza, podía ser terreno abonado para la extensión del comunismo.

Por lo tanto el Gobierno Federal y los principales poderes económicos y políticos apoyaron y financiaron cualquier idea, institución o persona útil para la causa de la restricción del crecimiento demográfico. Incluso el feminismo anticoncepcionista, perseguido y demonizado hasta los años cuarenta, recibió súbitamente un apoyo oficial insospechado. Algo parecido le ocurrió al conservacionismo ecologista, y también a la propia disciplina demográfica, que experimentó un auge mundial sin precedentes, de la mano de la financiación privada de grandes corporaciones como la Ford o la Rockefeller, pero también del propio Gobierno Federal. Todo ello duró hasta el segundo mandato de Reagan y la caída de la URSS (en la segunda mitad de los años 80), y desde entonces la posición oficial de EEUU es la radicalmente opuesta, muy influida por el giro neoliberal y el conservadurismo cristiano antiabortista (el giro se escenificó de forma diáfana en la Conferencia Mundial de Población en México, 1984).

La novela de Harrison se publicó en 1966, en plena guerra fría y el futuro que describe se ambienta en el Nueva York de 1999. La trama gira en torno a una historia policíaca y la protagoniza un detective que comparte piso con un anciano, contrapunto perfecto por sus constantes rememoraciones del pasado feliz. Como casi todo el mundo, padece restricciones de agua, de combustible, de suministro eléctrico, no consigue munición para su arma, se enfrenta a una ciudad sobrepasada por las masivas e incontrolables disturbios callejeros. Debe resolver el asesinato de un rico, de barrio alto,  mientras asaltaban su casa, con lo que la novela también consigue el contraste entre la vida de los pocos privilegiados y la masa hacinada.

Sospechosamente, Harris declaró en una entrevista que la idea para la novela surgió tras la segunda guerra mundial, cuando un ciudadano indio le aseguró que,  a partir de ese momento, la mayor amenaza iba a ser la sobrepoblación mundial, y que si quería hacerse rico en poco tiempo debía exportar anticonceptivos a la India. Qué casualidad; la sobrepoblación india era tema prioritario en la agenda internacional norteamericana cuando se publica la novela, y la piedra de toque donde se testó  una ofensiva generalizada en el Tercer Mundo.

En 1973 Richard Fleisher llevó la novela al cine, con nada menos que Charlton Heston como protagonista. La adaptación, muy libre, introduce el racionamiento de comida, con especial protagonismo de las “soylent green”, raciones en las que el principal componente son las algas recolectadas de los fondos marinos, y que dan título al film (en español se estrenó como “Cuando el destino nos alcance”. Finalmente el protagonista descubre que su auténtica materia prima hace tiempo que dejó de ser esa, porque los mares han muerto y se han secado. Las galletas en realidad están hechas con los cuerpos de los “excedentes” humanos capturados en los disturbios callejeros o recuperados de los “centros de eutanasia asistida”. 

Estas galletas forman hoy parte del imaginario estadounidense, y su cine y literatura están llenos de alusiones, algunas tan divertidas como la de los Simpson.

En otro lugar he comentado también el ensayo más famoso escrito en esta misma dirección, el de P. Ehrlich The population bomb. No es casual que ambos libros estén separados únicamente por dos años. Comparten el sensacionalismo y la oportunidad histórica, pero Harryson simplemente está escribiendo ficción y no lo disimula; Ehrlich pretende ser un científco.

La situación geoestratégica mundial ha cambiado enormemente desde finales de los 80, y la megalómana pretensión de controlar políticamente el ritmo de crecimiento demográfico mundial hace ya tiempo que fue abandonada. Dicho crecimiento, además, se está ralentizando y muy probablemente se detendrá por completo dentro de escasas décadas. Otro día escribiré sobre un posible futuro, cada vez más probable, en el que la población mundial no sólo no crecerá, sino que se reducirá.

Links relacionados:

Describo el proceso por el que se llegó a plantear seriamente como una posibilidad política el control demográfico del tercer mundo, y de la humanidad en su conjunto, en el siguiente paper:  Pérez Díaz, Julio (1994), La política mundial de la población en el siglo XX, Papers de Demografia, num. 90.

novela completa en español, online en libre acceso

Make Room! Make Room! excelente entrada en Wikipedia

Harry Harrison: Make Room! Make Room! comentario en el blog Asylum

¡Hagan sitio!, ¡hagan sitio! (2)

Soylent Green – Wikipedia, the free encyclopedia

Original Trailer de Soylent Green

Fuente: apuntesdedemografia.com

Más información:

En el futuro habrá menos diversidad de alimentos

Soylent: el alimento del futuro ya está aquí

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Comentarios

4 Respuestas para “Soylent green”

  1. ¿Es aceptable esterilizar a una población? | Economía Personal on abril 16th, 2019 11:58

    […] Soylent green […]

  2. La ONU, el Aborto y la Ideología de Género | Economía Personal on julio 18th, 2019 17:14

    […] Era el viejo malthusiano, con ropajes ecologistas y un toque apocalíptico que pronto tuvo traducción en Hollywood, con películas sobre el exceso de gente y la falta de alimentos como Cuando el destino nos alcance (Soylent Green) (1974). [Ver: Soylent green] […]

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