La Ciudad puso en valor la fachada de la Farmacia “De la Estrella”, la más antigua de Buenos Aires con 187 años
¿Sabías que la Farmacia “De La Estrella” es la más antigua de Buenos Aires?. En los últimos meses, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad trabajó en la puesta en valor de esta construcción que tiene 187 años. Se renovó la pintura, se reemplazaron las luces por LED y se mejoraron las calles y veredas del entorno.
Se realizó un enorme trabajo para conservar la imagen y espíritu original de esta joya del paisaje porteño que tiene 187años y es la farmacia más antigua de Buenos Aires.
PUESTA EN VALOR DE LA FACHADA DE LA FARMACIA “DE LA ESTRELLA”
• Objetivo: Recuperar el material original de la fachada y conservar el patrimonio e identidad del Casco Histórico. • Se encuentra ubicada en la esquina de Defensa y Alsina. • Detalle de las intervenciones: o Puesta en valor de 500 m2 de espacio público a través de la renovación de las veredas y calles en Defensa y Alsina. o Restauración de 2 marquesinas, las rejas de cada ventana de la farmacia y sus vidrios. o Instalación de siete toldos nuevos de un material más resistente que los anteriores (lona microperforada) o Colocación de siete luminarias led en el exterior de la fachada para aumentar la iluminación de la zona. o Reparación y colocación de adoquines sobre Defensa, para mejorar las calles y conservar el patrimonio histórico de la Ciudad. o Limpieza general de la fachada a través de la utilización de una máquina hidrolavadora, que permite regular la presión del agua y proteger las partes fundamentales de la fachada original. o Restauración de los mármoles de la farmacia, que son los que están en los escalones de acceso (tanto en la esquina de la calle Alsina como en calle Defensa) y en las ventanas de la farmacia.
HISTORIA DE LA FARMACIA “DE LA ESTRELLA”
• Con 187 años, es la farmacia más antigua de Buenos Aires. • Además, hace 51 años es sede del Museo de la Ciudad. • Es famosa por la píldora para la tos Parodi, la limonada Rogé, el jarabe Manetti y el tónico Hesperidina, por ser productos propios de la farmacia y elaborados por profesionales en el lugar. • Fue ubicada en una esquina por si algún vecino o vecina tenía una emergencia y podía localizar rápidamente la farmacia al buscar los campanarios de la iglesia más cercana. En este caso, de la Basílica de San Francisco.
Mobius, una superficie con un solo lado y un solo límite
El diseño evolucionó a partir de la Banda de Mobius, que es una superficie con un solo lado y un solo límite. Tiene la propiedad matemática de ser inorienteable.
Por Antony Gibbon.
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El interior circular se asienta bajo la forma orgánica. Las puertas de vidrio del piso al techo hacen circular el espacio habitable de planta abierta y lo llevan a la zona de la piscina. Una cocina circular se encuentra en el punto central de la casa Mobius con una luz de cielo que refleja el diámetro de la forma de la cocina directamente arriba. Una escalera retorcida conduce a la terraza del techo que sigue la forma de las paredes internas de la estructura.
La gran cubierta del techo crea otra área del mismo tamaño que el espacio interior que brinda muchas opciones para su uso, así como un área para ver la naturaleza circundante. Una gran piscina con forma de elipse sigue la forma de la casa, a la que se accede desde ambos lados del edificio. El camino sinuoso hacia la propiedad lleva al garaje que se encuentra justo debajo del edificio con una segunda escalera que lleva de regreso al interior principal.
La cinta o banda de Möbius o Moebius (/ˈmøːbjʊs/) es una superficie con una sola cara y un solo borde. Tiene la propiedad matemática de ser un objeto no orientable. También es una superficie reglada. Fue descubierta de forma independiente por los matemáticosalemanesAugust Ferdinand Möbius y Johann Benedict Listing en 1858. Aunque sus primeras representaciones pueden verse en el Mosaico romano de comienzos del siglo III hallado en una villa de Sentinum. Gliptoteca de Múnich (Inv. W504), donde se representa al Dios Aion dentro de una Banda de Möbius circular.1Banda de Möbius conformada con una cinta de papel, cuyos extremos se han unido girándolos
Construcción de una cinta de Möbius
Para construir una cinta de Möbius, se toma una tira de papel, se da media vuelta a uno de sus extremos y se pegan.
Propiedades
La banda de Moebius posee las siguientes propiedades:Banda de MöbiusGráfica paramétrica de una banda de Möbius
Es una superficie que solo posee una cara: Si se colorea la superficie de una cinta de Möbius, comenzando por la «aparentemente» cara exterior, al final queda coloreada toda la cinta, por tanto, solo tiene una cara y no tiene sentido hablar de cara interior y cara exterior.
Tiene solo un borde: Se puede comprobar siguiendo el borde con un dedo, apreciando que se alcanza el punto de partida tras haber recorrido la totalidad del borde.
Es una superficie no orientable: Si se parte con una pareja de ejes perpendiculares orientados, al desplazarse paralelamente a lo largo de la cinta, se llegará al punto de partida con la orientación invertida. Una persona que se deslizara «tumbada» sobre una banda de Möbius, mirando hacia la derecha, al recorrer una vuelta completa aparecerá mirando hacia la izquierda.
Otras propiedades: Si se corta una cinta de Moebius a lo largo, se obtienen dos resultados diferentes, según dónde se efectúe el corte.
Si el corte se realiza en la mitad exacta del ancho de la cinta, se obtiene una banda más larga pero con dos vueltas; y si a esta banda se la vuelve a cortar a lo largo por el centro de su ancho, se obtienen otras dos bandas entrelazadas. A medida que se van cortando a lo largo de cada una, se siguen obteniendo más bandas entrelazadas.2Si el corte no se realiza en la mitad exacta del ancho de la cinta, sino a cualquier otra distancia fija del borde, se obtienen dos cintas entrelazadas diferentes: una de idéntica longitud a la original y otra con el doble de longitud.
Esta forma geométrica se utiliza frecuentemente como ejemplo en topología.
Geometría
Una forma de representar la banda de Möbius (cerrada y con frontera) como un subconjunto de {\displaystyle \scriptstyle \mathbb {R} ^{3}} es mediante la parametrización:
donde {\displaystyle \scriptstyle 0\leq u<2\pi } y {\displaystyle \scriptstyle -0.5\leq v\leq 0.5}.
Representa una banda doble de Möbius de ancho unitario, cuya circunferencia exterior tiene radio unitario y se encuentra en el plano coordenado x–y centrada en {\displaystyle \scriptstyle (0,0,0)\,}. El parámetro u recorre la banda longitudinalmente, mientras v se desplaza de un punto a otro del borde, cruzando transversalmente la circunferencia central.
Con la parametrización anterior podemos obtener su curvatura gaussiana la cual es:
En coordenadas cilíndricas {\displaystyle \scriptstyle (r,\theta ,z)}, se puede representar una versión sin frontera (abierta) de la banda de Möbius mediante la ecuación:
Para transformar un rectángulo en una banda de Möbius, se unen las aristas denominadas A de manera tal que las flechas apunten en el mismo sentido.
Topológicamente, la banda de Möbius puede definirse como el cuadrado {\displaystyle \scriptstyle [0,1]\times [0,1]} que tiene sus aristas superior e inferior identificadas (topología cociente) por la relación {\displaystyle \scriptstyle (x,0)\,} {\displaystyle \sim \,} {\displaystyle \scriptstyle (1-x,1)\,} para {\displaystyle \scriptstyle 0\leq x\leq 1}, como en el diagrama que se muestra en la figura de la derecha.
La banda de Möbius es una variedad bidimensional (es decir, una superficie). Es un ejemplo estándar de una superficie no orientable. La banda de Möbius es un ejemplo elemental -también- para ilustrar el concepto matemático de fibrado topológico.
Como objeto topológico, la banda de Möbius también es considerada como el espacio total {\displaystyle \scriptstyle Mo\,} de un fibrado no trivial teniendo como base el círculo {\displaystyle \scriptstyle S^{1}} y fibra un intervalo, i.e.{\displaystyle \scriptstyle I\subset Mo\to S^{1}}
El contraste con el fibrado trivial {\displaystyle \scriptstyle I\subset S^{1}\times I\to S^{1}} es agradable pues se sabe que solo hay dos de estos fibrados E{\displaystyle \scriptstyle I\subset E\to S^{1}}
Es decir, {\displaystyle \scriptstyle S^{1}\times I} y {\displaystyle \scriptstyle Mo\,} son todos los I-fibrados sobre la circunferencia.
Objetos relacionados
Análoga a la banda de Möbius es la botella de Klein, pues también tiene solo una cara, donde no se puede diferenciar «fuera» de «dentro». Esto último significa que mientras la banda se encaja (embedding) en {\displaystyle \mathbb {R} ^{3}}, la botella no.
La banda de Möbius en el arte
Pintura mural
El artista M. C. Escher utilizó la banda de Möbius como motivo principal en diversas obras.3
El artista de cómics Jean Giraud usa el seudónimo de Moebius desde inicios de los 80 en su obra más experimental, ligada al género de la ciencia ficción.
El artista Salvador Dalí usa un diseño de la cinta de Möbius para las manillas de llave de la tina de baño de Gala, en el Castell Gala Dalí de Púbol.
El 17 de octubre de 1996, se estrenó la película Moebius,56 realizada en Argentina. Dicha película hace referencia a la teoría de la cinta que lleva el mismo nombre, aplicada a una supuesta red de subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires ampliada. Se basa en un cuento de A. J. Deutsch, A Subway Named Moebius (1950).
El estudio de arquitectura neerlandés UNSTUDIO realizó un edificio basado en la cinta de Möbius 7
Mario Levrero tituló un cuento «La Cinta de Moebius», y el recorrido del relato tiene las características de la banda.
La banda argentina Catupecu Machu lanzó en 2009 un álbum titulado Simetría de Moebius en alusión a la banda. Además tiene una canción con el mismo título en el álbum.
El grupo surcoreano de k-pop LOOΠΔ utiliza la banda de Möbius para explicar la forma del universo que compone su universo.
Símbolos gráficos, logotipos y emblemas
El símbolo gráfico internacional de reciclaje y los de otras actividades similares, están basados en la imagen de la banda de Möbius.
Ignacio Rodríguez Srabonián aborda el proyecto Moebius como símbolo de la formación de viviendas no planificadas en la ciudad. Donde los límites de la ciudad no son precisos y todo se ve como un continuo.
Este hombre empezó sin nada. Lo que tenía 6 semanas después es digno de admirar
Cuando la mayoría de gente se imagina su hogar ideal, probablemente piensan en una extensa casa que cuesta cientos de miles de dólares.
Cuando Steve Areen pensó en construir su casa de ensueño, todo lo que tenía que hacer era reunir 9.000 dólares y un lugar adecuado para construirla. Así lo hizo y, en unas semanas, él tenía una casa de vacaciones en el centro de Tailandia.
Sin embargo, no es tan fácil como parece. De hecho, Hajjar Gibran es el amigo que ayudó a Steve construir su casa de ensueño. Hajjar tiene una empresa de construcción de cúpulas.
Aún así. El costo económico que tuvo la construcción de la casa y la rapidez de su construcción es asombroso. Aquí tienes todo el proceso.
En sólo 6 semanas, Steve fue capaz de crear la casa de sus sueños.
Con la guía de su amigo tailandés, avanzó rápidamente.
La estructura básica sólo cuesta alrededor de 6.000 dólares.
En Tailandia, los materiales son más baratos, pero aún así cuesta creer el poco coste de esta construcción.
Los detalles adicionales y el mobiliario de la casa costaron otros 3.000 dólares.
Con un total de aproximadamente 9.000 dólares, Steve tuvo su hogar.
Lo que sorprende no solo es la belleza de la construcción, sino su bajo coste.
Bloques de cemento y ladrillos de arcilla se utilizaron para construir la casa, así como algunos materiales naturales.
Un bonito lugar para relajarse en una hamaca.
Tiene hasta un pequeño estanque en su patio trasero.
La cúpula está llena de ventanas y entra la luz natural, esto ayuda a que la casa se fusione con la naturaleza.
En el exterior de la casa, Steve construyó escalones para llegar a la azotea.
En el interior, todo el mobiliario es natural.
Su ducha es un gran mosaico de piedra.
El lavabo está hecho con un bambú y otros elementos naturales.
El dormitorio.
Una toma desde el exterior.
Bravo, Steve.
Si te han gustado la obra de Steve, puedes compartirla con los demás.
El ecólogo urbano catalán, Salvador Rueda, impulsor del Metrobus y de la peatonalización del centro, ahora va por la redefinición de la cuadrícula porteña.
Por Miguel Jurado.
Buenos Aires, vista aérea. .
Salvador Rueda es catalán, ni arquitecto ni urbanista, se define a sí mismo como ecólogo urbano, una especialidad que es casi un invento suyo. Como el urbanismo ecositémico y la sorprendente supermanzana, una suerte de unificación de varias manzanas convencionales con calles semipeatonales en el interior. Licenciado en biología y en psicología, diplomado en ingeniería ambiental y en gestión energética, Rueda es un experto en casi todos los problemas urbanos.
Desde 2005 visita Buenos Aires dándole consejos a las autoridades para resolver los de la ciudad. “Planteé la necesidad de llevar los colectivos a las arterias más importantes y sacarlos de las calles angostas, de ahí llegó luego el Metrobus. También les dije que debían peatonalizar el microcentro”, afirma y agrega que todavía sus ideas están a mitad de camino en Buenos Aires. “Estará completa cuando veas a unos niños jugando a la pelota en una calle del centro”. El catalán ve su propuesta como perfectamente posible.
Hace 13 años lo invitaron a Buenos Aires y lo hospedaron en Esmeralda y Paraguay. “Era un horror”, dice, hoy la ve mejor y señala los pasos que faltan dar. “En el centro hay que aumentar la cantidad de residentes permanentes. De noche, la zona da miedo porque no hay gente viviendo, el 80% de los edificios son oficinas, el 20%, vivienda. Una buena proporción sería un máximo de 35% de espacio de trabajo, un 30%, mejor”.
Rueda afirma que una repoblación de este tipo sólo se da con políticas públicas, ya que la presión inmobiliaria seguirá dedicada a las oficinas. “Estoy convencido de que eso se va a hacer, me consta que se va a hacer”.
Si bien este especialista aboga por un pensamiento que aborde a la ciudad como un ecosistema humano y no como un problema de transporte y construcción, acepta que otro invento suyo, las supermanzanas, lo haya superado en fama. “Un poco porque se puede transformar rápidamente en un clisé, otro poco porque ha sido publicitado en todo el mundo”, explica.
En pocas palabras, las supermanzanas son conjuntos de 6 u 8 manzanas tradicionales en la que las calles periféricas sirven para el tránsito de autos y, sobre todo, de transporte público. En las calles interiores camina la gente, juegan los chicos, se hacen reuniones, hay mesitas y lugares de venta.
Obviamente, esas calles son peatonales, pero no exclusivamente. “Pueden andar bicicletas y hasta autos, pero a la velocidad en la que camina una persona”. El truco (y a su vez la causa de la resistencia que despiertan las supermanzanas) es que las calles interiores no son continuas, un vehículo no puede hacer más de 100 metros en una misma dirección, debe doblar en las esquinas. “Existe una tendencia casi psicológica y biológica de los seres humanos a moverse en línea recta, pero para que la supermanzana funcione es necesario evitar que las calles interiores se usen para hacer largos trayectos en auto”.
Se puede decir que Rueda creó el urbanismo ecosistémico el día que empezó a preocuparse por el nivel de ruido de Barcelona. “A mitad de los ´80, como director técnico de Medio Ambiente de Barcelona, hice un plan para mitigar el ruido y descubrí que funciona con una ‘ley del todo o nada’. Para que los sonidos no superen los 25 decibeles, como en una calle vecinal, tienen que desaparecer los autos. Si los autos están, ya no tienes el silencio que querías”.
De esta conclusión a las supermanzanas pasaron algunos años y hectáreas de pensamiento. En Buenos Aires, así como en Barcelona, Rueda ve una oportunidad única porque existe un amanzanamiento muy claro. Considera que las calles interiores de las supermanzanas deben ser vistas como plazas, no como calles. “El primer paso es cambiar el concepto de que el espacio público es un lugar de tránsito, es un lugar para los ciudadanos. Si hasta el plan del microcentro porteño se llama ‘Prioridad Peatón’, que no es otra cosa que ver al ciudadano a través de su forma de transporte”.
Para el catalán, los cruces de las calle actuales ofrecen una superficie invalorable para tener pequeñas plazas. “Es que no tenéis otra oportunidad en una ciudad tan densa, no hay dinero para derribar toda una manzana y hacer un parque, hay que potenciar el espacio público y no hacer estas cosas -señala un pequeño ficus plantado en su cuadradito de tierra en la vereda-. Vosotros tenéis monumentos, no árboles, por qué plantáis eso arbustos pequeños, haced un buen proyecto de arbolado urbano que ayude a disminuir el calor de la ciudad”.
Por sencillo que parezca, el plan de Rueda enfrenta varios adversarios. Primero, la resistencia natural al cambio, pero ese problema es pequeño. “Lleva dos años acostumbrarse”. Lo más difícil es enfrentarse a la industria automotriz. “Los desarrolladores inmobiliarios se benefician, la gente se beneficia, los únicos que están en contra son los fabricantes de autos”.
¿Qué son las supermanzanas y cómo benefician a las ciudades?
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En una entrevista exclusiva para ICES, Salvador Rueda nos cuenta sobre el significado y beneficios de esta nueva propuesta urbana.
Salvador Rueda ha sido el Director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelonadesde su fundación en junio de 2000. Ha ocupado cargos de dirección en los Departamentos de Medio Ambiente de la Generalidad de Cataluña (1992-2000), el Ayuntamiento de Barcelona (1986-1992) y en el Ayuntamiento de San Adrián de Besós (1980-1986).
Este artículo forma parte de una serie de entrevistas conducidas en el marco del Curso sobre Sostenibilidad de Ciudades organizado por la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES), la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el Ayuntamiento de Santander entre el 28 de julio y el 1 de agosto de 2014. Conoce más sobre el Curso aquí.
ICES: ¿Cuál es la importancia del espacio público para las ciudades? ¿De qué manera la promoción y creación de espacios públicos contribuye a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos?
El espacio público es el que define la existencia de la ciudad o no. Porque podemos tener casas, pero no son ciudad, son urbanizaciones. Y no tenemos espacio público allí, tenemos espacio urbanizado, porque no sucede nada, son como cementerios. En cambio, las ciudades lo son porque tienen espacio público. Es decir, un lugar donde se pueden realizar todos los usos y las funciones que la ciudad nos permite: que el niño pueda jugar, que pueda haber fiesta, que pueda haber intercambio económico, que pueda haber manifestación política, etc. Es el espacio público lo que nos hace ciudadanos. Con el paso del tiempo hemos perdido el origen de la palabra, pero al final lo que define la ciudad es ese lugar, que es la casa de todos, y es el que hace que los ciudadanos puedan manifestarse en toda su amplitud. El problema es que hemos ocupado el espacio con unos artefactos ‘infernales’: hacen mucho ruido, producen una contaminación horrible y ocupan todo el espacio. No permiten hacer otra cosa aparte de que la gente circule por esos espacios. Lo que tenemos que hacer es un cambio de modelo de movilidad que nos permita liberar el espacio que hoy ocupa la motorización.
ICES: ¿Cuál es el concepto de las supermanzanas?
Las supermanzanas son nuevas células urbanas de unos 400 o 500 metros de lado, en donde la periferia se articula como si fueran vías básicas. Conectadas unas con otras nos da una red que está pensada para el vehículo de paso, para el que quiera ir lo más pronto posible de un lado a otro de la ciudad. Pero el interior lo transformamos. Son áreas de 10 km/h, donde pueden jugar los niños, donde las personas invidentes pueden deambular seguras. En donde se pueden hacer todos los usos que la ciudad nos permite. Y que en la situación actual no nos lo permite la motorización. Con las supermanzanas liberamos en una ciudad, en el caso Barcelona, el 70% del espacio que hoy ocupa la motorización.
Con lo cual, las supermanzanas se nos revela como ese módulo que, dispuesto uno al lado del otro, nos permite generar redes de transporte perfectamente sincronizadas: el transporte público, el coche, el viaje a pie, la bicicleta… todo encaja. Pero sobre todo además encaja que cuando tu coges la supermanzana en sí misma, puedes hacer un proyecto urbanístico de transformación. Y nosotros proponemos hacerlo a través de nuestro desarrollo teórico que se llama el urbanismo ecológico.
ICES: En ICES trabajamos con ciudades de tamaño intermedio que están creciendo muy rápido en América Latina y el Caribe. Si tuviera la oportunidad de conversar con un alcalde y darle un consejo sobre cómo manejar sus espacios públicos y cómo generar ciudades cada vez más para la gente. ¿Qué consejo le daría?
Con la propuesta de las supermanzanas no tienen que tirar ni una casa, ni un edificio. Y en cambio transformarán radicalmente la ciudad. ¿Saben por qué? Porque haremos que los peatones dejen de serlo para convertirse en ciudadanos. Podrán andar, naturalmente, sobre todo, pero además podrán jugar, podrán divertirse, podrán estar haciendo nada si no quieren, podrán intercambiar económicamente en ese espacio, y entonces la actividad en ese espacio se multiplica por 1000. Como en todas las ocasiones en las que nosotros la hemos desarrollado. Y ya son unas cuantas.