La oficina sin papeles por fin está cerca de ser realidad
Por Christopher Mims.
Una empleada de Samsung usa una fotocopiadora en el Laboratorio Creativo de la empresa en Daegu, Corea del Sur.
Cada año, los trabajadores de oficina en Estados Unidos imprimen o fotocopian aproximadamente un billón de hojas de papel. Si suma las impresiones en papel que producen otras industrias —facturas de servicios públicos, estados de cuenta bancarios, etc.—, la cifra se eleva a 1,6 billones. Si apiláramos todo ese papel, la torre resultante sería 18.000 veces más alta que el Everest, llegando casi a mitad de camino de la luna.
Esta es la razón por la cual la reciente adquisición del negocio de impresión y copiado de Samsung Electronics Co. por parte de HP Inc. tiene sentido. Según un portavoz de HP, ésta posee menos del 5% del mercado de grandes máquinas copiadoras de oficina de alto rendimiento. La compañía dice que la adquisición incorporará la tecnología de Samsung en nuevos dispositivos, creando una gran oportunidad de crecimiento.
Sin embargo, este negocio no debería existir. Desde hace por lo menos cuarenta años se nos ha prometido una oficina sin papeles. En 1975, un analista de Arthur D. Little Inc. dijo en un artículo publicado en 1975 en BusinessWeek que el uso del papel empezaría a reducirse en 1980 y que para 1990 habría desaparecido por completo.
Pero la realidad es que el récord de páginas impresas en las oficinas se produjo en 2007, justo antes de la recesión, dice John Shane, analista de InfoTrends, que ha seguido las industrias de impresión y creación de documentos durante los últimos 25 años y a quien debemos las alucinantes cifras con las que se abre esta nota.
Que hasta ahora no hayamos conseguido que una oficina opere sin papeles no quiere decir que no lo podamos lograr. Siempre es peligroso decir “esta vez es distinto”, pero esta vez podría ser cierto. Por primera vez en la historia, el uso del papel en las oficinas de EE.UU. está cayendo a un ritmo anual constante de entre 1% a 2%. Al añadir la caída en el uso de papel durante la última recesión, en 2016 llegamos a estar 10% por debajo del récord histórico de papel impreso de 2007.
Esta tendencia es el resultado de avances de todo tipo de empresas, desde unicornios tecnológicos como DocuSign Inc. —la empresa más grande en el segmento de firmas digitales—, al auge de las tabletas y los dispositivos móviles. Más importante aún, representa un cambio que llevó mucho más tiempo que lo que nadie había previsto. Este retraso se debe al hecho de que los negocios se hacen de una manera mucho más ad hoc y complicada que lo que la mayoría de la gente percibía.
La persistencia de las impresiones en papel en el lugar de trabajo (60% de las cuales no son opcionales, dice Shane) es resultado de procesos corporativos que cambian muy lentamente. Las empresas pequeñas y medianas han sido las más lentas en deshacerse del papel, es decir, digitalizar totalmente sus flujos de trabajo.
También ocurre que el papel es sencillamente maravilloso. Es la única tecnología de ingreso y despliegue de datos que pesa casi nada, cuesta centavos, puede leerse bajo casi cualquier luz y no requiere una conexión a Internet, el epítome de la portabilidad y la durabilidad.
Xerox Corp. emplea un equipo de etnógrafos para estudiar por qué la gente imprime en la oficina, dice el jefe de automatización de flujo de trabajo de la empresa, Andy Jones. Su investigación revela que “hay muchas prácticas de trabajo y actitudes que están arraigadas en el funcionamiento de las empresas”, lo cual hace que el cambio sea también difícil para las grandes compañías. Cuando Shane preguntó a los encuestados por qué hicieron el 40% de las impresiones que hicieron y que no eran imprescindibles para su trabajo, la respuesta más común fue que sencillamente “les gusta el papel”.
Los trabajadores del conocimiento aún imprimen documentos para marcar, editar, aprender y colaborar entre ellos. Pero, al menos en parte, esto puede ser generacional. Una razón por la cual estamos más cerca de la oficina sin papeles es que las nuevas organizaciones emplean muchos nativos digitales, que tienden a no utilizar papel.
A medida que herramientas de colaboración basadas en la nube como Microsoft Office 365 y Google Docs se conviertan en la norma, el resto de nosotros puede encontrarse con que la manera en que está tratando de hacer estas tareas en un medio digital no se corresponde con cómo lo hacía en papel.
La historia ha demostrado que la desaparición del papel será gradual. La cantidad de personas que imprimen en las oficinas puede estar disminuyendo de 1% a 2% por año, pero todavía se trata de un mercado enorme.
“Creo que llevará entre 15 y 20 años, cuando la generación del milenio, que creció con fotos digitales y teléfonos inteligentes, asuma los altos cargos en las empresas, para que podamos ver la transición a una oficina sin papeles”, dice Loo Wee Teck, jefe de electrónica de consumo en la firma de investigación de mercado Euromonitor. “Nosotros, los de la generación X, somos los dinosaurios que obstaculizan la evolución”.
Los servicios cloud ganan tracción entre las empresas. A medida que los controles de seguridad mejoran, crece la migración a proveedores más especializados. Los segmentos y las prestaciones que más se adaptan a las posibilidades corporate.
Por Andrea Catalano.
Podría decirse que, desde hace una década, se habla de cloud computing y de los beneficios que este servicio trae. Podría decirse, también, que recién ahora las compañías están empezando a madurar y a aceptar llevar sus servicios a la nube, como parte de su estrategia de negocios.
Las barreras tradicionales, como aquellas vinculadas con cuestiones de seguridad y con la gestión de la información, parecen haber sido derribadas. Y, en línea, la posibilidad de acudir a una nube pública, a una privada o a una híbrida, según corresponda en cada caso, se imponen como una de las ventajas para contar con respaldo tecnológico, sin tener que pensar en un presupuesto especial para ello.
Para la consultora IDC, el mercado mundial de cloud generará ventas por u$s 118.000 millones al cierre de este año, entre los tres tipos de nubes existentes. Será el segmento de nube pública el que más crecerá, con u$s 70.000 millones a nivel global.
En América latina, la situación es similar. En 2014, este mercado tuvo una facturación de algo más de u$s 1.000 millones. Se estima que en la Argentina el volumen del negocio llegaría a los u$s 100 millones. Para otras consultoras, como Technology Business Research, el segmento que más crecerá será el de las nubes híbridas, con un avance del 50%.
Privadas, públicas e híbridas
A grandes rasgos, podría afirmarse que las grandes organizaciones se vuelcan a nubes privadas, dadas las características de su negocio y las directivas que imponen sus casas matrices. Las pequeñas empresas, en tanto, se atreven a contratar servicios en la nube pública.
Las híbridas, asimismo, se van imponiendo como opción ante aplicaciones corporativas que aceptan ese formato y que alcanzan a cualquier tamaño de organización.
Las compañías proveedoras de telecomunicaciones se convirtieron en activos impulsores del negocio en el país. La posibilidad de montar sobre cualquier red estos servicios y su asociación con proveedores de software, equipamiento y seguridad, les permite, en tanto, generar ingresos de valor agregado.
Para cada tamaño
«Segmentamos el negocio por tipo de empresa. El cloud público, es decir, servidores virtualizados o dedicados en nuestro data center, es el más elegido por las pequeñas empresas. Las medianas apuntan al servicio virtual, puesto que pueden contar con una estructura muy grande virtualizada. Les damos disco, memoria y procesador. Las grandes empresas se vuelcan más por las clouds privadas», afirma a IT Business, Pablo Luna, gerente de Desarrollo y Gestión de servicios de iPlan.
El especialista agrega que la nube privada se provee en hojas de servidores llamados Blade (36 servidores en un cajón de un rack) que cuenta con memoria y procesador incluido y enlaces de ultra alta velocidad.
Por su parte, Marcelo Guglielmucci, gerente de Marketing de mercado empresas de Claro, comparte que «veníamos dando los servicios de hosteo, más parecido a la nube privada, virtualizado y con un enlace dedicado. Ahora, el desafío estará en si el cliente quiere o no una plataforma compartida, con acceso por Internet o un a través de un vínculo privado». Destaca que las grandes empresas saben que tienen que ir hacia ese tipo de prestaciones por flexibilidad y rapidez y que las opciones híbridas ofrecen lo mejor: «Saben también que es un camino ineludible que le da más beneficios que problemas», afirma.
En un sentido similar se pronunciaron desde Level 3, cuyos servicios están especialmente orientados al segmento de grandes organizaciones. «Están pidiendo cada vez más soluciones híbridas, en menor medida privadas y poco de pública. Las híbridas no sólo se proveen en términos de nube, sino también a nivel de servicio asociado», indica Marcela Cueli, directora de Marketing de Data Center de Level 3.
Por el contrario, en FiberCorp, el foco está puesto en las pequeñas y medianas empresas que, según su visión, están muy abiertas a la nuble pública en modo servicio, especialmente en lo que hace al correo electrónico. «La nube híbrida es la evolución de las nubes privada y pública. Y esto está comenzando a verse en este momento. Las compañías que hacían virtualización encuentan algunas complicaciones y buscan algo que les permita combinar lo que tienen adentro con lo que se puede proveer desde afuera», analiza Ignacio Ardohain, gerente Comercial de FiberCorp.
Una coyuntura que obliga
Hace unos 10 años, el grueso del mundo corporativo optó por contar con sus propios data centers. Desde aquel entonces, la coyuntura registró cambios profundos. «Las organizaciones que hoy necesitan actualizarse deben tener en cuenta que tendrán altos requrimientos de consumo y disipación de energía, variables que son muy caras hoy. Si a esto hay que sumar recambio tecnológico, se debe contar con presupuestos muy importantes», apunta Luna.
«A las empresas que hacían virtualización se les está complicando seguir en esa línea. Si tienen un DC propio contratan a un ISP para que le instale la solución requerida, puesto que si su propio centro no puede cubrir determinados requerimientos acuden al del proveedor. Esto es ir hacia la nube híbrida, una de las tendencias más importantes del mercado», opina Sebastián Borghello, jefe de Producto y Mercado de FiberCorp.
En esa sintonía, se expresan desde Claro. «A medida que la empresa es más pequeña, se va más a la nube pública porque tiene la flexibilidad de dar de alta o baja el servidor cuando quiere. En este segmento, hay costos ocultos, como el frío, la ingeniería y demás que no se deben soslayar. Entonces, acudir al cloud implica tener servicios actualizados y evitar la compra de hardware», detalló Guglielmucci.
Barreras que se derriban
El contexto local obliga, asimismo, a pensar en soluciones cloud como opción de actualización tecnológica, sobre todo debido a las trabas a la importación de equipos. «El proveedor en la nube está en mejores condiciones en términos de volumen para encarar cualquier tipo de compra», destaca Luna.
A esto se suma la facilidad de contar con el servicio funcionando, sólo a través del pago de un abono mensual, motivos que llevan a vencer una de las principales barreras históricas del segmento: la seguridad. «Al ofrecer un portfolio de seguridad asociado, logramos que esa barrera se flexibilice y adopte otros servicios para ampliar con sus auditorías o requerimientos de seguridad», manifestó Sergio Calviello, director de Soporte de Ventas de data center de Level 3.
Esta tendencia está expandiendo al sector. «El segmento crece al 40% por año. Hay un mercado virgen todavía, donde el cliente no es acompañado con la experiencia adecuada», cuenta Luna.
En Claro, prevén un crecimiento similar (entre 30% y 35% anual): «Estamos vendiendo servicios cloud desde la Argentina a Chile y próximamente lo haremos a Paraguay y Uruguay. Cloud ya representa, dentro de los servicios fijos (Internet, redes de datos, etc), entre 25% y 30% de la facturación. Creemos que todo irá hacia la nube», asegura Guglielmucci. En Level 3, el negocio de cloud más data center ya representa el 10% del negocio en el país.
«El mercado se encuentra muy activo, pero aún no llegó a la madurez», concluye Cueli.
La computación en la nube, concepto conocido también bajo los términos servicios en la nube, informática en la nube, nube de cómputo o nube de conceptos, del inglés cloud computing, es un paradigma que permite ofrecer servicios de computación a través de Internet.
La nube está transformando la forma en que pensamos el marketing. Twitter, YouTube y otras redes sociales han revolucionado la forma de conectarse al interior de cada organización, y las herramientas de productividad y colaboración de cloud computing están convirtiendo el marketing tradicional en un verdadero marketing digital. En un mundo cada vez más tecnológico y conectado, no hay dudas de que la nube se ha transformado en el mejor camino para llegar a los clientes.
Más allá de las herramientas tradicionales
Crear una campaña de marketing implica muchos pasos. Desde generar la idea, fijar los objetivos y armar un briefing, hasta recolectar y analizar datos, el proceso involucra diversas tareas y equipos. ¡Y eso sólo hasta su implementación! Una vez que la campaña está en marcha, es necesario realizar el seguimiento y medir los resultados.
Realizar todo este trabajo con herramientas tradicionales puede ser muy engorroso, lento y poco práctico. El hiperconectado mundo actual necesita de otro tipo de herramientas, que permitan colaborar en tiempo real con personas al otro lado de la oficina (o del mundo). El marketing del mundo digital requiere conectarse con clientes al instante, y trabajar en cualquier momento y lugar, sin necesidad de estar atado a los dispositivos tradicionales.
El futuro llegó
La nube está provocando un cambio de paradigma que atraviesa a todo tipo de empresas, y más específicamente, a los departamentos de marketing. Cada vez más compañías están utilizando las ventajas de una Plataforma Digital integrada, el conjunto de herramientas de productividad y colaboración en la nube, para generar un nuevo vínculo, no sólo con los clientes y consumidores, sino también entre los mismos empleados.
Fuente: Ediciones EP, 19/07/15.
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La nube pone en jaque la tercerización en India
Por Sean McLain.
Wipro, una de las pioneras de la tercerización en India, solía enviar 100 empleados a sus clientes para escribir el código, instalar y dar soporte a programas de contabilidad. Ahora, la firma hace lo mismo con ocho personas, dice T.K. Kurien, su presidente ejecutivo. abhishek chinnappa/Reuters
NUEVA DELHI — AstraZeneca PLC está reduciendo drásticamente el volumen de trabajo que terceriza a las compañías indias de las que ha dependido durante mucho tiempo para asistencia técnica.
David Smoley, director de tecnología de la farmacéutica, dice que en los próximos dos años espera rebajar a la mitad los $750 millones que gastaba anualmente en servicios tercerizados. Al mismo tiempo, agrega, el número de personas que trabajan en tecnología de la información se reduciría en 50%.
Los cambios en AstraZeneca son parte de una gran mudanza hacia la computación en nube, que ha empezado a comerse ingresos y ganancias, además de empleos, en la crucial industria india de la tercerización y plantea una amenaza existencial para las empresas que no logren adaptarse.
Ejecutivos del rubro de tercerización ya se están preparando para un gran trastorno en la industria. “Es como lo que pasó cuando llegó Amazon”, afirma C.P. Gurnani, presidente ejecutivo de Tech Mahindra Ltd., un gran prestador de estos servicios con sede en Pune, especializado en trabajos para empresas de telecomunicaciones. La cadena de librerías Borders de Estados Unidos cerró, y la que la sobrevivió, Barnes & Noble, tuvo que reinventarse, explica Gurnani.
Mritunjay Singh, director operativo de Persistent Systems, augura un “baño de sangre” del que sólo las empresas más ágiles sobrevivirán.
La externalización representa alrededor de 20% de todas las exportaciones de bienes y servicios de India. La industria emplea a millones de indios y se ha convertido en una importante ruta de ascenso hacia la clase media del segundo país más poblado del mundo.
El impacto del cambio a la computación en nube —en la que servidores y programas son accedidos a través de Internet en vez de redes locales y computadoras personales— se está amplificando debido a otras tendencias, desde la programación automatizada a una creciente competencia y menores presupuestos de las empresas para tecnología de la información.
Si Tech Mahindra, Infosys Ltd., Tata Consultancy Services Ltd., . l Ltd. y las otras grandes compañías de tercerización no cambian, las consecuencias para la economía de India podrían ser nefastas. El valor de los contratos de tercerización firmados en 2014 se redujo 17% a US$120.400 millones, frente a US$145.500 millones el año previo, según la consultora KPMG LLC.
Las compañías indias están perdiendo negocio a manos de empresas que han liderado el camino hacia la nube, como IBM Corp., Amazon.com Inc. y Accenture PLC.
Ante un declive de las ventas, las contrataciones en India por parte de firmas de tercerización también se han reducido considerablemente. La Asociación Nacional de Empresas de Software y Servicios de India proyecta que el crecimiento de nuevos trabajos llegue a un mínimo que no registraba desde hace cinco años. Tata Consultancy Services, la mayor empresa de tercerización de India por ingresos, añadió 19.192 empleos en el año fiscal que terminó en marzo, frente a los 24.268 creados en el mismo período el año anterior, según los informes anuales de la empresa.
Los gigantes indios de la tercerización alcanzaron prominencia a finales de los años 90 porque podían enviar a ejércitos de ingenieros con salarios más bajos que sus rivales occidentales a construir programas a medida así como a supervisar y mantener redes de computadoras dentro de la empresa por poco dinero para las mayores compañías del mundo.
En sus comienzos, escribían código básico para bases de datos y software empresarial, y se encargaban de trabajos de mano de obra intensiva, como actualizar las copias de sus clientes de Microsoft Office, Explorer y otros programas mundanos.
Mientras más compañías reemplazan sus centros de datos por almacenamiento en la nube y sustituyen sus programas personalizados con versiones ya hechas, la necesidad de programadores y técnicos ha caído drásticamente, eliminando la ventaja del bajo precio de la mano de obra en India.
“El modelo de enviar cosas fuera del país por equis dólares está desapareciendo rápidamente”, dice Upinder Zutshi, presidente ejecutivo de Infinite Computer Solutions Ltd., una pequeña empresa de tercerización de informática con sede en Bangalore. “Ya no puedo ser un simple proveedor de servicios basado en mano de obra barata”.
Infinite está invirtiendo US$20 millones para desarrollar un software propio de mensajería que planea vender a empresas de telefonía y está contratando trabajadores de EE.U.U., que cuestan más, para sus negocios allí. “La transformación no es fácil”, señala Zutshi. El cambio ha aumentado los costos, pero las ventas siguen igual.
T.K. Kurien, presidente ejecutivo de Wipro, una firma pionera de la tercerización, dice que en el pasado su empresa enviaba un equipo de 100 empleados para escribir, instalar y dar apoyo para los programas de contabilidad de sus clientes. Wipro ahora hace ese tipo de proyectos con ocho personas.
Wipro planea reducir su plantilla de 158.000 personas mientras lucha por retener a sus ingenieros de software para que puedan crear programas más sofisticados relacionados con la nube. Kurien estima que cerca de 40% de sus empleados no tienen las destrezas necesarias para la nube.
La mayoría de las empresas están enfocadas en recortar costos mientras intentan retener a empleados e invierten en tecnología relacionada con la nube. Los recortes de costos han ayudado a mantener márgenes de ganancia saludables y los tercerizadores de India obtienen un creciente número de grandes contratos para gestionar centros de datos. Sin embargo, los analistas dicen que los balances ocultan el hecho de que están realizando los mismos cambios que vuelven obsoleto su antiguo modelo de negocios.
Como el acceso a los servidores en la nube se hace a través de Internet, están concentrados en un menor número de lugares, lo que los hace más fácil de supervisar. Los proveedores de servicios tradicionales tienen un técnico por cada 200 servidores, comparado con una persona por cada 10.000 servidores en la nube, según estimaciones de la consultora de externalización ISG Inc.
El cada vez más rápido cambio de hardware se notará sin lugar a dudas en los negocios de los proveedores de servicios tercerizados, dicen ejecutivos de la industria. “Ahora puedes comprar infraestructura con una tarjeta de crédito de la empresa, alquilando espacio en la nube”, afirma Malcolm Frank, jefe de estrategia y marketing de la firma de tercerización Cognizant Technology Solutions Corp. “Suponer que el modelo de servicios seguirá igual es erróneo”.
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Silvina Moschini: «Hoy las compañías tercerizan al máximo»
Por Marilina Esquivel.
La argentina creadora de una plataforma que representa a profesionales independientes?y los vincula con empresas, asegura que la flexibilidad es la nueva forma de trabajo.
Ahora se le dice cloudworking o trabajo en la nube. El tradicional teletrabajo evolucionó de la mano de las plataformas tecnológicas online y de colaboración, y de la expansión de los trabajadores independientes. «Es la nueva forma de trabajo que buscan los menores de 30 y los que somos mayores pero queremos flexibilidad. Lo que solía estar pensado como espacio de trabajo al que uno iba, va a ir desapareciendo», dice la argentina Silvina Moschini, fundadora de la agencia de publicidad y relaciones públicas Intuic. Vía Skype desde Miami agrega: «El concepto que está explotando es el de on demand. Sólo se toma lo que se necesita y no se compra el servicio a tiempo completo».
El trabajo freelance y virtual remoto existe desde hace mucho, pero en los últimos años recibió el impulso de plataformas tecnológicas que vinculan profesionales independientes entre sí con empresas para proyectos concretos. Existen varias como oDesk, Nubelo, Workana y Freelancer, entre otras. La profesional de 42 años esLicenciada en Relaciones Públicas de la Universidad Argentina de la Empresa. Colabora como experta en medios sociales y nuevas tecnologías para CNN en Español
Moschini, junto a su marido, creó Yandiki, que funciona como una agencia que vincula talentos de industrias creativas de todo el mundo con organizaciones. Estos profesionales trabajan a demanda de manera remota basados en una plataforma en la nube. «En Yandiki evitamos que el talento compita en una subasta porque va en detrimento de su valoración y es mal negocio. Si se termina decidiendo por el precio, el talento bueno se va», explica Moschini. También desarrolló la aplicación TransparentBusiness, que permite supervisar el trabajo de los empleados distribuidos geográficamente.
-¿Quiénes forman parte de la comunidad Yandiki?
-A diferencia de otras empresas que brindan talento on demand, nosotros reclutamos por invitación. Buscamos a los mejores, que llegan por referencias o porque nosotros queremos representarlos. Usamos tecnología de big data para analizar los perfiles en base a un algoritmo que analiza cuán visitado es un perfil, su portfolio, cuántos respaldos tiene en LinkedIn, cuántos premios tiene ganados, entre otros datos. Según la experiencia se determina la compensación en cada uno de los mercados. Más allá de la invitación se debe certificar el talento (en Yandiki hay 300 profesionales independientes certificados). Hay que completar un formulario de habilidades, realizar evaluaciones para medir capacidades porque es importante que la gente pueda entender consignas y hay tests concretos para evaluar el talento.
-¿Los millennials son el principal foco?
-Sí y también apostamos a las mamás que no quieren perder su trabajo ni la posibilidad de estar en su casa. Ellas pueden decidir qué cantidad de horas están disponibles para trabajar. Tenemos cargos de directores regionales para grandes agencias de publicidad y nuestra directora de Operaciones es una mamá divorciada que vivió la mitad de su vida en Tailandia, hizo una maestría en Gestión de Recursos Humanos y ahora vive en Santo Tomé. Antes trabajar desde la casa era hacer algo operativo. Hoy, las compañías acotan estructuras centrales y tercerizan al máximo. Procter & Gamble obtuvo el 50% de su innovación tercerizando. El perfil cambió: antes eran personas de la India haciendo procesamiento de órdenes y hoy es la gestión del talento flexible.
-¿El achique de estructuras es el principal impulsor del crecimiento del trabajo independiente?
-Hay una combinación de cosas porque están los millennials que hoy son el 25% del mercado del trabajo, pero en 2020 van a ser el 75% y ninguno quiere trabajar en una empresa con las propuestas de valor que aceptaba mi generación. No les importan los logros y pensar una carrera en un lugar para el resto de sus vidas les da claustrofobia. Para ellos hacer una reunión cara a cara es usar Skype, Hangout o FaceTime. El management de esta gente no tiene el mínimo sentido en una estructura tradicional de oficina. Son emprendedores y hay estudios que demuestran que en Estados Unidos, en 2020 el 40% de la fuerza laboral va a ser variable.
-¿Cómo se cobran los trabajos en Yandiki?
-Son todos trabajadores independientes y usamos medios de pago internacionales como PayPal o Payoneer, que son tarjetas o cuentas virtuales en la nube. Del 1° al 5 de cada mes el sistema liquida las horas trabajadas y se paga. Los precios para el talento están en dólares y no tomamos ventajas del blue o tarjeta. Si la gente quiere puede ir a retirar a Uruguay en dólares.
-¿En qué rubros crece el trabajo independiente?
-Los dos principales son el outsourcing administrativo y el tecnológico. Y también está la economía creativa, que no está tan explotada y va a crecer mucho. Es que muchas industrias necesitan ser reinventadas, como por ejemplo la de los abogados. También crecerá la telemedicina y el acceso a médicos on demand, y los servicios de asistentes virtuales para quienes no pueden tener una secretaria y quieren comprar paquetes para recurrir a asistentes. Vamos a lanzar ese servicio el próximo año.
-Si cada vez habrá más profesionales independientes, ¿cómo se puede construir una personalidad virtual para destacar?
-La imagen que te devuelve Google es la que el otro percibe de vos. La forma en que cada uno se presenta debe ser impecable. Hay que poner esfuerzo en el cuidado del perfil, completarlo bien, ser precisos y pensar que es la oportunidad de causar una gran impresión. Hay que describir bien las habilidades y linkear con el mayor detalle posible al portfolio de trabajo. También son importantes las valoraciones de terceros que tienen que ver con la reputación. Es el principio Wikipedia: para estar tenés que ser notable y lo sos si alguien habló de vos. En cuestión de perfiles sociales muchos no se dan cuenta de que Internet es una ventana al mundo y hay que tener cuidado.