La (des)Unión Europea: cómo se globalizó la crisis
febrero 19, 2012
La (des)Unión Europea: cómo se globalizó la crisis
Por Charles Forelle y Marcus Walker
Durante una reunión a puertas cerradas en Washington el 14 de abril (de 2011), el esfuerzo de Europa por contener su crisis de deuda comenzó a desmoronarse.
En la mansión de 19 dormitorios del embajador francés, ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales de las mayores economías del mundo escucharon a Dominique Strauss-Khan, entonces cabeza del Fondo Monetario Internacional, lanzar un ultimátum.
Grecia, el país que desató la crisis de deuda, necesitaría un rescate mucho mayor al planeado, indicó Strauss-Khan. A no ser que Europa aportara más efectivo, el FMI, que un año antes había acordado compartir la carga con los países europeos, no entregaría más ayuda para Atenas.
La advertencia causó una división entre los representantes de la zona euro sobre quién debería pagar para salvar a Grecia de la mayor bancarrota nacional de la historia. ¿Sólo los contribuyentes europeos? ¿O los bancos que le habían prestado a Grecia demasiado durante la burbuja de crédito global también deberían sufrir las consecuencias?
Al FMI no le importaba cómo, mientras todo quedara resuelto para mediados de año. «Necesitamos una decisión», afirmó Strauss-Khan.
Iba a ser un período fatídico para Europa. Una investigación de The Wall Street Journal, basada en más de dos decenas de entrevistas con autoridades de la zona euro, reveló la forma en que la unión monetaria cayó en la indecisión y no logró hacer frente ni a las preocupaciones inmediatas de los inversionistas ni a la debilidad fundamental que socavaba al euro. La consecuencia fue que una crisis en unas pocas economías pequeñas se convirtió en una amenaza para la supervivencia de la moneda común de Europa y un peligro para la economía global.
En abril, tras un año de drama y rescates, la zona euro parecía haber contenido la crisis inmediata a Grecia y otros países pequeños. De forma crucial, economías del bloque como España e Italia habían evitado la fuga desesperada de capitales.
Pero para julio, la división entre líderes de la zona sobre quién debía soportar la carga de la deuda de Grecia había llevado a los inversionistas a rehuir todos los países del euro con finanzas frágiles. Como un incendio fuera de control, la creciente incertidumbre amenazaba con envolver a todo el sur endeudado de Europa, arrasar con los recursos de su norte más rico y destruir el símbolo del sueño europeo de unidad, su moneda común.
Ahora, cuando los líderes del bloque se apresuran a labrar una alianza política más cercana, la lección de ese período se amplifica. La confianza del inversionista en la deuda pública es parte del cimiento del que dependen todos los estados. Y en la moneda común europea —un experimento único con el sustento de 330 millones de personas— los países ganarán o perderán esa confianza juntos.
La disputa en la reunión de Washington dividió a dos de los grandes hombres del continente, ambos nacidos en 1942 y ambos entre los padres del euro.
Wolfgang Schäuble, el ascético e irascible ministro de Finanzas de Alemania, comprendió el ultimátum del FMI. La zona euro debía idear un segundo paquete de rescate para Grecia para mediados de año, justo un año después de acordar un préstamo por 110.000 millones de euros, o US$140.000 millones.
Pero entonces, afirmó Schäuble: «No podemos simplemente comprar la parte de los inversionistas privados» con dinero de los contribuyentes. Los tenedores de bonos de Grecia tendrían que prestar más dinero, propuso Schäuble, en vez de tomar el pago por los bonos cuando venzan.
Jean-Claude Trichet, el cortés presidente francés del Banco Central Europeo, advirtió que no era conveniente obligar a los bonistas a aportar más dinero, lo que definitivamente retrasaría el pago. «Los inversionistas evitarían todos los bonos de la zona euro», dijo.
La reunión de abril terminó sin conclusiones.
El debate sobre obligar a los bonistas a contribuir al nuevo rescate para Grecia —conocido como involucramiento del sector privado— dividió a los países de la zona euro.
Alemania tenía aliados. En Holanda y Finlandia, gobiernos nuevos les habían prometido a los votantes que no pagarían por los problemas en países mediterráneos menos frugales. Romper esas promesas podría causar rebeliones en el Parlamento.
Pero Francia se sumó al BCE a la hora de resistirse a compartir la carga con los tenedores de bonos.
Tres semanas después de la reunión en Washington, el viernes 6 de mayo, irrumpió el pánico. El semanario alemán Der Spiegel reportó que Grecia pensaba abandonar la zona euro, y que las autoridades sostendrían una reunión secreta esa noche en Luxemburgo. El informe era cierto a medias. Hubo una reunión, pero Grecia no iba a marcharse.
Dentro de una casa de campo, altos funcionarios de la zona euro le dijeron al ministro de Finanzas de Grecia que esperaban más austeridad y reformas más rápidas a cambio de un nuevo paquete de ayuda.
Entonces Schäuble dijo que quería hablar sobre cómo funcionaría compartir la carga con los bonistas. Trichet, habitualmente de modales serenos, perdió la paciencia. «Quiero dejar sentada mi posición», insistió. «No estoy de acuerdo con que se involucre el sector privado, así que no tomaré parte en una discusión sobre los detalles prácticos».
La determinación de Trichet fue vital. Si el BCE dejaba de aceptar los bonos griegos como garantía por sus préstamos a bancos debido a que los bonos estaban en cesación, entonces los bancos griegos, que estaban llenos de los bonos de su gobierno, se quedarían rápidamente sin efectivo y colapsarían. Eso aumentaría radicalmente el costo de un rescate.
En Grecia, se iniciaba una nueva ola de huelgas y protestas masivas. Los manifestantes, enojados sobre la imposición europea de más recortes del gasto y aumentos de impuestos, chocaron con la policía frente al Parlamento de Atenas en las protestas más extensas y violentas en un año.
El jefe del FMI debía hablar del tema con la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín el 15 de mayo, y con ministros de la zona euro en Bruselas al día siguiente.
Strauss-Khan no pudo asistir. La policía de Nueva York lo sacó del avión con destino a París en el que se encontraba y lo acusó de atacar sexualmente a una mucama de hotel. (Los cargos fueron retirados luego, y los fiscales afirmaron que dudaban de la confiabilidad de la mucama).
El FMI envió a Bruselas un funcionario de menor rango, quien no tenía peso para apartarse del plazo impuesto por el Fondo.
El 1 de junio, el segundo de Schäuble, Jörg Asmussen, presentó un plan alemán durante una reunión de autoridades de Finanzas en Viena, en el palacio de Hofburg. Implicaba presionar a los bonistas griegos para que canjearan su deuda griega por nuevos bonos que vencerían mucho más adelante. Eso recortaría la cantidad de financiación que Grecia necesitaría de los contribuyentes europeos.
Grecia se sumergía en el caos. La exigua mayoría del acorralado primer ministro, George Papandreu, se desgastaba. El 15 de junio, una manifestación en la plaza central de Atenas se salió de cauce.
Solo en su oficina, Papandreu llamó al líder de la oposición parlamentaria y ofreció abrir el camino hacia un gobierno de unidad nacional. Las conversaciones fracasaron, y el gobierno griego siguió adelante muy debilitado.
Incluso Merkel tenía algunas dudas sobre la férrea insistencia de su ministro de Finanzas en que los bonistas griegos soportaran pérdidas. El 17 de junio, conversó sobre un plan más suave con el presidente francés Nicolás Sarkozy: un acuerdo de caballeros por el cual los bonos griegos serían pagados pero los bonistas se ofrecerían a comprar otros nuevos.
Schäuble se plantó. El veterano político conservador era el mayor partidario en Berlín del sueño europeo, pero también era el guardián de las finanzas de Alemania.
Cuando los ministros de Finanzas se volvieron a reunir el 20 de junio, Schäuble fue más allá. Debería decírseles a los bonistas griegos que no sólo deben aceptar un retraso en el pago, sostuvo, sino también perdonar parte de la deuda griega.
A medida que la economía griega avanzaba hacia una caída libre, sus deudas aumentaban más allá de la capacidad del país de pagar, sostuvieron los alemanes y sus aliados del Norte. Trichet y los países del Sur se resistieron. Las conversaciones se prolongaron durante horas. Los ministros sabían que no podían irse sin lograr algún tipo de acuerdo.
El Parlamento griego debatió las medidas de austeridad adicionales que pedía Europa.
Europa no había resuelto cómo mantener a flote a Grecia. El FMI —cuya demanda de una decisión había desatado toda la discusión— suavizó su ultimátum. Funcionarios del Fondo sostuvieron que estaban satisfechos con que Europa ideara algún tipo de rescate nuevo, y le envió a Grecia su ayuda el 8 de julio.
No fue suficiente para calmar a los mercados. La venta generalizada en los mercados de bonos obligó a los líderes a convocar a una cumbre de emergencia el 21 de julio.
Decidida a no permitir que la cumbre culminara sin un acuerdo, Merkel invitó a Berlín a Sarkozy, quien se oponía a la propuesta alemana sobre pérdidas para los bonistas.
Finalmente, Sarkozy afirmó que aceptaría que se involucrara el sector privado, si Merkel dejaba de oponerse a darle al fondo de rescate de la zona euro amplios poderes para comprar deuda de países débiles directamente y tomar medidas para proteger a países como España e Italia contra el contagio en el mercado de bonos. Merkel accedió.
A regañadientes, Trichet dio su aprobación. Pero fijó condiciones. Los gobiernos deberían asegurar los bonos griegos contra cesación de pagos para que el BCE pudiera continuar aceptándolos como colateral. Y deberían dejar en claro que ningún otro país excepto Grecia podría reestructurar su deuda.
Cuando los líderes de reunieron en la cumbre, Merkel admitió que el fantasma de las pérdidas para los bonistas estaba causando agitación en los mercados. Pero, indicó, reducir parte de la deuda griega era esencial.
Los 17 países del euro debieron acordar la participación del sector privado. Pero ante los cálculos de que el plan reduciría la deuda griega en sólo 19.000 millones de euros sobre más de 350.000 millones de euros en total, el primer ministro holandés, Mark Rutte, no quiso seguir adelante.
Horas más tarde, los líderes emitieron un comunicado. Para apaciguar a los que se resistían, mencionó los puntos clave de forma amplia y sin expresar compromiso; ofrecía la posibilidad de garantías para Finlandia (que quería más colateral a cambio de más crédito para Grecia) y describía el complejo acuerdo sobre bonistas en unas pocas oraciones y un lenguaje vago que le traería problemas al bloque más adelante.
Funcionarios tuvieron problemas para explicar el nuevo rescate griego y las pérdidas para bonistas. Analistas bancarios emitieron informes imprecisos.
La confianza de los inversionistas tambaleó cuando se hizo evidente que el compromiso alcanzado por Europa incluía lo peor de ambos mundos. Grecia sería empujada a un incumplimiento histórico: la primera vez en casi 60 años que un país desarrollado de Occidente no podía pagar sus deudas. Pero la cesación era tan pequeña que a Grecia aún le quedaba con una agobiante carga de deuda.
Y luego los funcionarios europeos se fueron de vacaciones. Los bonistas no. Huyeron en masa.
Fuente: The Wall Street Journal, enero 2012.
Europa: Recomiendan fomentar los planes privados de jubilación
febrero 17, 2012
Bruselas pide que se fomenten los planes privados de jubilación complementarios
La Comisión Europea presentó ayer su Libro Blanco sobre las pensiones en el que recoge sus planes y recomendaciones para conseguir unas pensiones adecuadas, seguras y sostenibles. Entre las medidas que se defiende en este documento, Bruselas aboga constituir planes privados de jubilación complementarios animando a los interlocutores sociales a crearlos y a los Estados miembros a optimizar los incentivos fiscales y de otro tipo.
Bruselas pide que se fomenten los planes privados de jubilación complementarios Asimismo, pide que se mejore la seguridad de estos planes complementarios, por ejemplo mediante la revisión de la Directiva sobre fondos de pensiones de empleo y la mejora de la información al consumidor. Además, solicita que los planes de pensiones sean compatibles con la movilidad, protegiendo, a través de la legislación, los derechos de pensión de los ciudadanos que se desplazan e impulsando el establecimiento de servicios de rastreo de pensiones en toda la UE. De este modo, según la Comisión, es posible proporcionar a los ciudadanos información sobre sus derechos de pensión y previsiones sobre sus ingresos tras la jubilación.
Además, Bruselas anima a los Estados miembros a que fomenten la prolongación de la vida laboral, vinculando la edad de jubilación a la esperanza de vida, restringiendo el acceso a la jubilación anticipada y eliminando las diferencias que existen entre hombres y mujeres en materia de pensiones. También defiende la creación de mejores oportunidades para los trabajadores de más edad, instando a los interlocutores sociales a adaptar los lugares de trabajo y las prácticas de los mercados laborales y recurriendo al Fondo Social Europeo para que los trabajadores de más edad puedan acceder al empleo.
Finalmente, en esa serie de pautas que Bruselas ofrece en su Libro Blanco, remarca que hay que continuar con el seguimiento de la adecuación, la sostenibilidad y la seguridad de las pensiones y apoyar las reformas de los Estados miembros en materia de pensiones.
AUMENTAR LA EDAD DE JUBILACIÓN ES IMPORTANTE
La Comisión recuerda que las pensiones cada vez ejercen más presión financiera en los presupuestos nacionales, en particular con el factor añadido de la crisis financiera y económica. Para respaldar estos esfuerzos, ha publicado este Libro Blanco, que ese se basa en los resultados de una amplia consulta que se puso en marcha en julio de 2010. En él se examina de qué manera la UE y los Estados miembros pueden trabajar para combatir los principales problemas por los que atraviesan los sistemas de pensiones.
“Garantizar unas pensiones adecuadas para el futuro es posible, si cumplimos hasta el final nuestros compromisos de reforma. Ya estamos notando el impacto del envejecimiento; los nacidos del boom de natalidad se están jubilando y cada vez son menos los jóvenes que se incorporan al mercado laboral. Pero aún no es demasiado tarde para superar estos retos”, afirmó László Andor, comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la UE, en la presentación del documento. Destacó que aumentar la edad de jubilación es importante y ratificó que una encuesta reciente del Eurobarómetro ha puesto de manifiesto que muchos europeos seguirían en el mercado de trabajo después incluso de la edad en la que podrían cobrar una pensión si las condiciones fueran adecuadas.
“UN PASO POSITIVO Y EN LA DIRECCIÓN CORRECTA”
El Instituto Aviva de Ahorro y Pensiones ha valorado el contenido de este Libro Blanco de la Comisión Europea, destancado que las propuestas son un “paso positivo y en la dirección correcta, pero es necesario que se tomen acciones en firme rápidamente”. En palabras de Guillermo de la Dehesa, chairman del Foro de Expertos del Instituto Aviva, “ha llegado el momento de proporcionar un enfoque novedoso; un acuerdo entre la Comisión Europea, los países miembros y el sector asegurador con el fin de promover una cultura del ahorro más profunda”. En su opinión, se hace necesario “cambiar las actitudes de la personas frente al ahorro y ayudarles a comprender mejor las decisiones financieras que necesitan tomar”.
Mientras, Ignacio Izquierdo, consejero delegado de AVIVA, aputna que “la concienciación sobre cuánto esperan las personas recibir en su retiro les animaría a pensar sobre su planificación de cara a la jubilación. Por ello estamos convencidos de que proporcionar un informe anual sobre pensiones instaría a los consumidores a tomar medidas. Todos los ciudadanos europeos deberían recibir, anualmente, un único informe que les permitiera estimar los ingresos que recibirían de cara a su jubilación y que integrara tanto pensiones públicas, como de empleo y privadas”. Así, añade “animamos a la Comisión Europea, Estados Miembros e industria aseguradora a trabajar juntos para establecer unos estándares mínimos en los informes anuales de pensiones y evitar que los ciudadanos reciban información divergente”.
Fuente: BDS AL, 17/02/12.
Moody’s rebaja la calificación de la deuda de seis países de la euro zona
febrero 14, 2012
Moody’s rebaja la calificación de la deuda de seis países de la euro zona
Por Drew Fitzgerald
Moody’s Investors Service rebajó el lunes las calificaciones de deuda de seis países europeos y advirtió que sus calificaciones máximas para Austria, Francia y Reino Unido podrían estar en riesgo.
La firma rebajó la calificación de deuda de Italia en un escaño a «A3», lo que corresponde a cuatro escaños sobre el territorio de grado especulativo, y mantuvo la perspectiva Negativa para la tercera mayor economía de la eurozona.
Las calificaciones de España, Malta, Portugal y Eslovenia también se rebajaron en un escaño y mantuvieron sus perspectivas Negativas, indicó Moody’s.
Las perspectivas de Austria, Francia y Reino Unido pasaron a Negativas.
La medida de Moody’s sigue medidas similares tomadas el mes pasado por Standard & Poor’s y Fitch Ratings donde se rebajaron las calificaciones de varios países de una sola vez. Al igual que S&P y Fitch, Moody’s citó las preocupaciones por la actual crisis de deuda, la manera en la que está siendo manejada y el impacto sobre varias economías de la región como causal de las rebajas. Moody’s mencionó además la fragilidad de los mercados financieros en Europa y las posibilidades de futuros problemas en el sistema debido a la crisis.
Moody’s rebajó el lunes las calificaciones de deuda de Italia, Malta, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y España. Las calificaciones de los seis países fueron rebajadas el mes pasado por S&P. En tanto, Fitch rebajó el mes pasado las calificaciones de deuda de Italia, Eslovenia y España.
Si bien Moody’s fue el último en tomar medidas, fue el más severo con Portugal y España. La rebaja de Moody’s a la deuda de Portugal lleva la calificación de deuda del país más hacia territorio chatarra, con «Ba3», tres escaños por debajo del grado de inversión.
Donde Moody’s sí se diferenció de las medidas recientes tomadas por otras calificadoras fue al modificar la perspectiva para Reino Unido. Moody’s señaló el lunes que los recientes acontecimientos señalan débiles prospectos macroeconómicos para Europa, lo que hace más difícil para los países implementar medidas de austeridad para reducir su deuda.
Fuente: The Wall Street Journal, 14/02/12.
El euro ahora necesita observar a los griegos
febrero 10, 2012
El euro ahora necesita observar a los griegos
Por Nicholas Hastings
LONDRES — El euro posiblemente esté descontando a Grecia, pero no puede permitirse descontar a los griegos.
En las últimas semanas, la moneda única ha permanecido firme debido a que las inyecciones de liquidez, conocidas como LTRO, del Banco Central Europeo han ayudado a reducir los costos de financiamiento de la deuda de los países periféricos.
Debido a que el riesgo de contagio desde Grecia ha disminuido y las perspectivas de crecimiento mundial en general han mejorado, los inversionistas se han mostrado contentos por seguir realizando coberturas de sus posiciones al descubierto en euros.
Las promesas de la canciller alemana Angela Merkel de mantener a Grecia en la unión monetaria, y las sugerencias del BCE de que está preparado para flexibilizar sus normas de financiamiento monetario para proporcionar a Grecia incluso más efectivo, han ayudado para que el euro sortee con éxito las últimas etapas de la crisis de deuda de Grecia.
De hecho, los inversionistas se han confiado tanto en que el gobierno griego alcanzará un acuerdo con la troika —lo que le asegurará obtener un segundo rescate de 130.000 millones de euros y cumplir con su primer vencimiento de pagos por 14.500 millones de euros para el 20 de marzo— que las opciones de divisas muestran que la volatilidad a un mes ha caído a un mínimo de nueve meses.
En pocas palabras, eso significa que los temores de un colapso indeseable del euro en el corto plazo están cediendo rápidamente.
Esto sigue siendo así pese a que siguen aumentando las tensiones.
Los ministros de Finanzas de la zona euro han rechazado el último paquete de austeridad, y el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, volvió el jueves por la noche a Atenas con instrucciones de recortar otros 325 millones de euros, proporcionar seguridad sobre su implementación y obtener la aprobación general del parlamento para el domingo.
Luego, el lunes debería complementarse con un acuerdo con los tenedores de bonos del sector privado, permitiendo a los ministros volver a reunirse y sellar todo el miércoles.
Pero, todo esto justo en momentos cuando los griegos podrían comenzar a tener algo más que decir.
Datos de esta semana muestran que, incluso sin la última ronda de fuertes reducciones de gastos, la economía griega ya está implosionando. La producción industrial cayó 11,3% adicional, el desempleo se sitúa sobre 20% y la tasa de desempleo juvenil ascendió sobre 45%.
Los sindicatos ya han respondido con una serie de huelgas, que incluyen la última paralización por 48 horas el viernes y sábado. El ministro de Trabajo ya renunció y aunque el gobierno afirma que tendrá una saludable mayoría para aprobar la votación del domingo, el resultado difícilmente se puede dar por hecho debido a que más miembros del parlamento han recibido presión para votar en contra del paquete.
Como admitieron funcionarios griegos, la votación será más una votación sobre la permanencia del país como miembro del euro que otra cosa.
Todo esto, por supuesto, se produce antes de cualquier implementación real de los últimos recortes, los cuales posiblemente no encuentren mucho respaldo antes de las elecciones una vez que el gobierno tecnócrata de Lucas Papademos renuncie dentro de unos pocos meses.
A medida que aumente el riesgo de mayores desórdenes sociales y se ponga más en duda la pertenencia de Grecia en el euro, los inversionistas bien podrían encontrar que asumir nuevas posiciones al descubierto en la moneda única sea probablemente su mejor forma de defensa.
Esto bien podría explicar que aunque la volatilidad a corto plazo posiblemente haya caído en el mercado de opciones, las de más largo plazo aún están aumentando a medida que los inversionistas cubren sus apuestas sobre cómo se las arreglarán los propios griegos.
Fuente: The Wall Street Journal, 10/02/12.
Récord de desempleo en la eurozona
febrero 1, 2012
Récord de desempleo en la eurozona
BRUSELAS – El grave impacto de la crisis volvió a quedar de manifiesto ayer, luego de que se conociera que el desempleo en la eurozona alcanzó su récord histórico en diciembre pasado, al llegar al 10,4% de la población activa.
Los números fueron dados a conocer por Eurostat , la oficina de estadísticas de la UE, un día después de que los líderes europeos reconocieran que deben fomentar el crecimiento económico con el mismo ahínco con el que combaten la deuda soberana.
A pesar de que las cifras indican que una de cada diez personas se encuentra sin empleo -la cifra más elevada desde la adopción del euro, en 1999-, los números no reflejan las enormes disparidades que existen entre los distintos países de la eurozona. La situación resulta más dramática en Grecia y en España, donde el desempleo afecta al 22,9 y al 19,2% de la población, respectivamente, que en países como Austria (4,1%) y Alemania, donde el desempleo, con una tasa del 7,3%, aumentó incluso menos de lo que los analistas habían vaticinado para enero.
Las cifras de Eurostat tampoco hablan de la preocupante situación de los menores de 25 años, entre quienes la tasa de desempleo es mucho más alta. Hay 5.579.000 jóvenes sin trabajo, un 22% del total. A la cabeza de los países con mayor cantidad de jóvenes desocupados están España (48,7%), Grecia (46,6%), Eslovaquia, (35,1%), Portugal (30,7%), Italia (30%) e Irlanda (29,3%), mientras que las tasas más bajas de desempleo juvenil se registran en Alemania (7,8%) y en Austria (8,2%).
Desde que estalló la crisis de la deuda soberana en Europa, hace dos años, el foco de las soluciones ha estado puesto en la austeridad, la reducción del gasto público y el aumento de los impuestos. Anteayer, luego de una reunión de representantes de los 27 países miembros en Bruselas, los líderes de la UE prometieron estimular el crecimiento económico y acordaron elaborar planes nacionales de creación de empleo, con especial énfasis en los jóvenes.
«Sí, necesitamos disciplina, pero también necesitamos crecer», reconoció el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durão Barroso, que calificó la situación del desempleo juvenil de «inaceptable».
Luego de establecer los nuevos lineamientos, los dirigentes europeos se concentraron en la situación de Grecia, a quien exhortaron a alcanzar un acuerdo global «antes del fin de semana».
El gobierno de Atenas negocia una quita de casi un tercio del total de su gigantesca deuda, que supera los 350.000 millones de euros, un rescate que Grecia necesita urgentemente para pagar, en marzo, un vencimiento de 14.500 millones de euros. Si falla en el pago, será el primer país de la eurozona en declararse en quiebra.
Mientras tanto, ante la falta de avances, Alemania propuso que Atenas entregase el control de su política presupuestaria a instituciones externas, cosa que causó un fuerte rechazo tanto en Grecia como en muchos países europeos. «No me parece razonable poner a un país bajo tutela», dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Las presiones aumentan, pero los especialistas advierten: «Sin un pacto de crecimiento, un pacto fiscal no servirá para enfrentar la crisis del euro».
Agencias AFP, EFE y Reuters.
Fuente: La Nación, 01/02/12.
El euro cambia, ¿pero hacia qué?
enero 25, 2012
El euro cambia, ¿pero hacia qué?
Por David Cottle
LONDRES (Dow Jones) — Entonces, ¿qué es el euro ahora?
¿Un activo de riesgo, una moneda de financiamiento de carry trade o sólo un fracaso anticuado?
Era mucho más fácil definirlo al final del año pasado. Las correlaciones en máximos récord entre la moneda única y los nerviosos mercados de acciones lo explicaban. El euro era un «activo de riesgo», como esas acciones, materias primas y las monedas de sus productores. Entonces, cuando los inversionistas se sentían optimistas sobre el crecimiento mundial se retiraban, cuando no (y generalmente no lo hacían) regresaban.
Ahora un nuevo año puede ser solo un concepto, una mera vuelta de hoja en el calendario, pero ya parece que algo ha cambiado. El euro está saliendo de la lista de activos riesgosos, dejando al resto. Las correlaciones entre los movimientos de las acciones y del euro respecto del dólar siguen siendo elevadas, pero son levemente inferiores a los niveles récord registrados en el último trimestre de 2011.
Ciertamente parece que el sentido común de los mercados se ha vuelto un poco más perspicaces. Los inversionistas no están más relajados sobre el futuro de la zona euro, pero sí parecen más dispuestos a creer que el resto del mundo puede crecer incluso mientras Europa languidece, lo cual ciertamente no era así a finales del año pasado cuando todos parecían estar en la misma bolsa.
Además, el informe más reciente del Mercado Monetario Internacional mostró un número récord de posiciones en descubierto netas en el euro frente al dólar en la semana al 17 de enero.
Por lo tanto, se podría argumentar con bastante certeza que el euro se está transformando en una moneda de financiamiento de carry trade, en la que se toman préstamos para financiar operaciones en activos de mayores rendimientos en otro lugar, lo cual ahora parecería tener sentido en este mundo económico más diferenciado. Tiene las dos credenciales claves del carry trade, tasas básicas bajas y descendiendo y, al menos según los especuladores, muy pocas posibilidades de recuperar el terreno perdido.
Los analistas de SchneiderFX parecen tener pocas dudas. «Dejemos una cosa en claro: el euro siempre ha sido una moneda de carry trade». Lo que ha cambiado desde los recortes de tasas del Banco Central Europeo y las provisiones de liquidez en el último trimestre de 2011 es que simplemente hay más euros en circulación, añadieron, lo que significa que habrá demanda de activos con mayores rendimientos, y que habrá «áreas» de crecimiento en lugares donde pueden desplegarse capitales occidentales.
No obstante, estas operaciones de carry trade financiadas con euros solo tienen sentido en tanto los inversionistas crean que puede haber una recuperación sustentable en todas partes, especialmente en Estados Unidos, que de la nada se ha transformado en un héroe en un espacio de tiempo muy corto. Demasiado corto para algunos.
«Gran parte de la debilidad del PIB de Estados Unidos en el tercer trimestre fue atribuida a una pausa en la acumulación de inventarios», dijo el economista jefe de Monument Securities, Stephen Lewis.
Una reanudación de la tendencia sería un beneficio extraordinario, dijo, pero a menos que las tenencias en inventarios no solo sigan creciendo sino que continúen acelerándose, no se repetiría. «Las posibilidades son, entonces, que los trimestres futuros decepcionen las expectativas de una recuperación sostenida del crecimiento del PIB de Estados Unidos».
Si está en lo cierto, también decepcionará a los inversionistas que creen que Estados Unidos puede crecer incluso si Europa no lo hace, incluidos los operadores de carry trade.
Fuente: The Wall Street Journal, 24/01/12.