Cinco consejos para superar una prueba de resistencia de sus finanzas personales

marzo 13, 2015

Cinco consejos para superar una prueba de resistencia de sus finanzas personales

 

Sus finanzas personales podrían estar andando bien. Pero ¿podrían soportar una cuenta médica inesperada o una reducción sorpresiva en su salario? ¿Qué tal si pierde su empleo o recibe una auditoría fiscal no programada?

La Reserva Federal llevó a cabo una serie de pruebas hipotéticas a los bancos que buscaban medir qué tan preparados están en caso de una debacle financiera. En ese mismo espíritu, presentamos cinco pruebas de resistencia para sus finanzas.

1) Proporción de ingresos a deuda

Divida sus ganancias antes de impuestos entre sus deudas, incluyendo tarjetas de crédito, préstamos automotrices y su hipoteca. Eso le dará su proporción de ingresos a deuda. Sheryl Garrett, fundadora de Garrett Planning Network, asegura que una buena regla es tener una proporción de ingresos a deuda personales de menos de 28%, sin contar la hipoteca o de 36% incluyendo la hipoteca y contabilizando a todos los miembros de su hogar. Un porcentaje alto es una advertencia de que tiene demasiada deuda con relación a sus ingresos y que por lo tanto debe reducir su deuda, aumentar sus ingresos o ambos.

2) Gastos discrecionales

Es importante saber cuáles son sus gastos discrecionales y qué tan rápido puede recortarlos cuando pase por momentos difíciles.

Comience por distribuir todos sus gastos en tres categorías: fijos, que son los pagos que debe hacer sin importar las circunstancias; variables no discrecionales, que son los gastos como alimentos y la cuenta del aire acondicionado sobre las que puede ejercer cierto nivel de control y los puramente discrecionales como la membresía del gimnasio y las vacaciones.

Los gastos discrecionales deberían representar un porcentaje más alto de sus gastos generales que sus gastos físicos, dice Eleanor Blayney, defensora de los consumidores de CFP Board en Washington, lo que le da margen para posponer, reducir o eliminar esos gastos. “Decida qué es lo que no necesita para vivir o reduzca sus gastos rápidamente” dijo.

3) Ahorros de emergencia

Los planificadores financieros le dicen a sus clientes que reserven suficiente efectivo en ahorros o activos fáciles de liquidar para cubrir entre tres y nueve meses de gastos, con tres meses siendo el mínimo.

Este ahorro será el primer lugar al que acudirá por su disponibilidad. Usarlo no debería requerir la venta de valores o el recibir una multa por retiro anticipado de sus cuentas de jubilación o de un certificado de depósito.

Entre más grandes sean sus obligaciones, más efectivo de emergencia debería guardar, dicen los planificadores. Una madre soltera con una hipoteca podría necesitar varios meses e incluso más de un año en efectivo para cubrir sus gastos, por ejemplo. Un soltero recién graduado sin deuda estudiantil y que renta un apartamento sólo podría necesitar tres meses.

4) Ingresos adicionales

Considere sus opciones para generar ingresos adicionales durante las épocas difíciles, dice Bruce McClary, portavoz de la Fundación Nacional para el Asesoramiento de Crédito.

Los salarios o propinas de un segundo empleo a medio tiempo o lo recaudado con la venta de objetos personales podría generar lo suficiente para mantenerlo a flote durante un período de pocos ingresos sin drenar rápidamente sus fondos de emergencia.

5) Activos totales

Si los bancos son evaluados por la liquidez y calidad de sus balances y su habilidad para soportar una corrida sobre sus depósitos, los consumidores podrían ser evaluados por la liquidez y calidad de sus activos y qué sucedería si todos sus acreedores los llamaran al mismo tiempo, asegura Blayney.

Sume sus ahorros de emergencia, el patrimonio de su vivienda y el saldo en sus cuentas de ahorro para la jubilación para obtener sus activos totales. Después divida esa cifra por sus gastos mensuales para descubrir por cuántos meses puede vivir sin una apreciación de sus inversiones ni ingresos hasta que haya agotado por completo esos activos.

Considere a dos personas, cada una con un valor neto de US$1 millón. La primera tiene cuenta de valores y cuenta corriente, la segunda tiene su dinero en bienes raíces. ¿Cuál de las dos puede pagar sus facturas con mayor rapidez con un menor descuento al convertir activos en efectivo?

“Uno tiene evaluar la liquidez y calidad del patrimonio neto”, señala.

Fuente: The Wall Street Journal, 12/03/15.

 

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Cómo enseñar finanzas a los niños

febrero 19, 2015

Números, la mejor forma de enseñar finanzas a los niños

Por Charlie Wells.

Nuevos estudios dicen que la base es la matemática elemental

 

Es hora de reconsiderar la forma en la que educamos a los niños sobre finanzas.

A pesar de los esfuerzos de padres y escuelas, la mayoría de los niños se convierten en adultos que no saben ahorrar, gastar o planear apropiadamente. Los investigadores tratan de averiguar las razones y sus estudios indican que lo estamos haciendo mal.

Nos concentramos en enseñar finanzas en el colegio cuando las matemáticas comunes y corrientes son una forma mucha más efectiva de ayudar a los niños a administrar el dinero. Además, somos renuentes a analizar los ingresos y la deuda de nuestra propia familia, infundiendo en nuestros hijos temores e impresiones falsas que pueden perdurar durante todas sus vidas.

Estos son algunos de los hallazgos más importantes de las investigaciones y consejos de educadores y expertos sobre cómo podemos hacerlo mejor.

Matemáticas, no dinero

Tal vez uno de los descubrimientos más sorprendentes es que las clases de finanzas no tienen un gran impacto en el mundo real.

Shawn Cole, profesor de finanzas de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, se preguntó: ¿si la educación financiera en las escuelas es efectiva, por qué tantos adultos jóvenes tienen problemas con deuda, embargos y acumulación de pocos activos?

El docente y un grupo de investigadores se dispusieron a encontrar la respuesta analizando datos de los estados en EE.UU. que incluían currículos de finanzas personales en la escuela secundaria y compararon la salud financiera de los alumnos que se graduaron antes de esta exigencia con la de los que se graduaron después.

Tras analizar cantidades significativas de información financiera histórica y descartando factores tales como estado de residencia, edad, raza, tiempo y género, el grupo halló que no había una diferencia estadística entre los que estudiaron finanzas personales y los que no.

“Mi trabajo es enseñar finanzas, así que quiero creer que la educación financiera funciona”, dice Cole. “Pero, en realidad, a lo largo de todo el conjunto de datos que observamos, a lo largo de cada segmento de la población, no pudimos encontrar ningún efecto de la educación financiera sobre el comportamiento”.

numeros 01El estudio, que se encuentra en revisión para ser publicado, detectó una materia que sí tiene un impacto sobre los resultados financieros de los estudiantes: las matemáticas. Los alumnos que por normas estatales tuvieron que tomar cursos adicionales de matemáticas realizaron una mejor gestión del crédito que otros estudiantes, tuvieron un mayor porcentaje de ingresos por inversiones como parte de su ingreso total, reportaron un capital hipotecario US$3.000 más alto y fueron más astutos para evitar un embargo de vivienda o un retraso en los pagos de tarjetas de crédito.

“Muchas decisiones en finanzas son simplemente más fáciles si se siente más cómodo con las cifras y haciendo comparaciones numéricas”, señala Cole.

Sin habilidades sólidas en matemáticas, las personas suelen recurrir a formas más emocionales para invertir, gastar o ahorrar su dinero, añade el profesor.

Cuente toda la historia

Existe un consenso de que la educación financiera debe empezar en casa, pero la forma en la que muchos padres abordan el tema necesita ser revisada. “Incluso ahora, los padres hablan más de sexo con sus hijos que sobre dinero”, dice Lynsey Romo, profesora asistente de comunicación de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y quien estudia el intercambio de información dentro de la familia.

En un estudio de 2014 entre 136 niños cuyas edades fluctuaban de los 8 a los 17 años, Romo encontró que aunque los menores reportaron que sus padres compartían información en temas generales como ahorro, solían quedarse mudos sobre asuntos sensibles, como los ingresos y la deuda específica de la familia.

A menudo, los padres temen causar ansiedad o piensan que hablar de dinero es una falta de educación. El problema es que mantener esos asuntos en secreto provoca más ansiedad que contar la verdad, lo cual puede perdurar hasta la edad adulta. En lugar de ocultar temas sensibles, Romo recomienda usar las discusiones financieras en forma didáctica.

Por ejemplo, una visita al supermercado es un buen momento para tener esa conversación, dice Anita Vangelisti, profesora de comunicación de la Universidad de Texas en Austin. Los padres pueden explicar porqué comprar un artículo y no otro tiene más sentido desde un punto de vista económico teniendo en cuenta la calidad, los precios, el beneficio y el presupuesto de la familia.

El dinero no infunde temor

Un grupo de investigadores polacos llegó a una conclusión similar sobre las razones por las que las personas deberían hablar francamente sobre finanzas. Los niños, dicen los investigadores, son rápidos en absorber el valor simbólico del dinero, aunque no entienden su funcionamiento. Si los padres no hablan honestamente sobre el tema, agregan, esas asociaciones se acumulan y llevan a los niños a actuar de forma egoísta en el corto plazo y, a largo plazo, los deja con la ilusión del poder del dinero.

Los padres deben tener cuidado de no darle al dinero mucho peso psicológico, dice Tomasz Zaleskiewicz, uno de los autores del estudio, que fue publicado en la revista especializada Journal of Economic Psychology. Para Zaleskiewicz, que es profesor de psicología en la Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades en Breslavia, Polonia, la mejor forma de hacerlo es hablando de dinero en forma racional.

Enséñesle sobre la marcha

Otro error que los padres cometen con la educación financiera es tratar de hacerlo de un solo golpe. Para ello inscriben a sus hijos en cursos de vacaciones o clases adicionales que apuntan a enseñar desde cómo gestionar un puesto de limonada hasta solicitar un crédito hipotecario.

El problema es que el conocimiento financiero decae con el tiempo, dice John Lynch, director del Centro de Investigación sobre Toma de Decisiones Financieras de los Consumidores en la Universidad de Colorado, en Boulder.

En un gran análisis de más de 200 estudios que se publicaron el año pasado, Lynch y otros dos profesores determinaron la rapidez con la que desaparecen los efectos de la instrucción financiera única. Su análisis encontró que el impacto de una hora de educación financiera desapareció después de unos cinco meses. Dieciocho horas se disiparon después de alrededor de 17 meses. Y 24 horas desaparecieron después de unos 20 meses.

Lynch cree que sus descubrimientos apoyan una estrategia cada vez más popular entre los educadores y estrategas financieros llamada “justo a tiempo”. En lugar de enseñar todos los elementos de finanzas personales durante una única vez, la educación “justo a tiempo” les da a los consumidores el conocimiento que necesitan cuando va a participar en una transacción. Así que en lugar de dar información sobre préstamos de autos a los estudiantes en un libro escolar, los consumidores obtendrían la información en el momento que empiezan a comprar un auto.

Los padres pueden adoptar esta técnica, por ejemplo, enseñando a sus hijos sobre presupuesto cuando reciben regalos en efectivos de algún tío o abuelo. “Si usted tiene esa conversación unos meses antes o unos meses después, no va a tener ningún efecto”, subraya Lynch.

Fuente: The Wall Street Journal, 18/02/15.

 

 

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Cuatro peligrosos errores financieros

febrero 11, 2015

Los cuatro errores financieros que puede estar cometiendo

Si cree que está tomando las mejores decisiones posibles con su dinero, reconsidere.

signo-pesos-01Todos nos vemos a nosotros mismos como consumidores e inversionistas racionales que optimizamos el uso del dinero que ganamos con el sudor de nuestra frente. Pero la realidad, dicen psicólogos y asesores financieros es que la mayoría de gente usualmente es presa de trampas emocionales y sesgos cognitivos que impiden que usen su dinero de una manera óptima y a menudo terminan garantizando que hagan lo despilfarren de la peor manera posible.

El ejemplo clásico es vender acciones por pánico después que el mercado ha caído, el momento exacto en el que debería estar comprando.

Los pasos psicológicos en falso pueden ser costosos y el primer paso para evitarlos es reconocer que existen. A continuación, cuatro errores financieros que usted podría estar cometiendo.

Financiar a sus hijos adultos

El problema: El asesor financiero Jon Ulin tiene varios clientes que han ayudado a pagar los gastos y préstamos de sus hijos después de terminar la universidad, incluso después que se mudaron de regreso al hogar paterno.

El asesor también recuerda a un cliente jubilado cuya hija ya mayor, junto a su nuero, dos nietos y un perro se mudaron con él (eso ya lleva dos años). Aunque bien intencionado, el cliente está poniendo su propia jubilación en riesgo al cubrir los gastos de su familia.

La solución: Los padres pueden mitigar los riesgos de servir de muleta financiera para sus hijos adultos al fijar límites antes de darles su apoyo, dice.

Si ya está financiando a sus hijos adultos, rompa con el ciclo y organice una reunión familiar en la que fije exigencias específicas por escrito. Estipule exactamente cuánta ayuda proveerá y por cuánto tiempo. Y considere pedirle a su hijo que le devuelva el dinero después de un tiempo.

“Esto reducirá el estrés y la ansiedad entre los padres y sus hijos y les dará una sensación de responsabilidad fiscal y motivación para seguir adelante”, dijo Ulin.

Creencias que sabotean sus finanzas

El problema: Estas verdades a medias que aprendimos en nuestra infancia operan inconscientemente en la vida adulta, dice Maggie Baker, psicóloga estadounidense. Entre los ejemplos más conocidos se encuentra “Crecí pobre, moriré pobre” o “Lo que tengo en la cuenta del banco determina mi valor como persona”.

El problema con estas verdades a medias es que pueden inducir un tipo de pasividad conocida como “impotencia aprendida”, que previene que la gente actúe en su interés propio, incluso mientras promueven un comportamiento que los sabotea a sí mismos, dice Baker.

Ella recuerda a una pareja que no tenía empleos estables y ahorraba muy poco. No obstante, la esposa gastaba más de lo que la pareja podía costear, pese a que tenían un hijo recién nacido. Tampoco quería buscar empleo.

A través de terapia, la esposa se dio cuenta que inconscientemente había adoptado la creencia de su madre que “el universo proveerá”.

La solución: La terapia puede ayudarle a entender sus creencias inconscientes y puede ser un primer paso crítico hacia una relación más saludable con el dinero.

“El optimismo ciego no es un plan financiero”, dice Baker. “Entienda que repetir el mismo comportamiento y esperar resultados diferentes es una locura”.

Gastar de más

El problema: Uno de los clientes de Karol Ward siempre estaba estresada por no ganar el dinero suficiente, dice la psicoterapista de Nueva York. La clienta lo decía porque trabajaba como freelancer y sus ingresos eran impredecibles. Sin embargo, Ward le ayudó a analizar sus gastos y se dio cuenta que estaba gastando demasiado en ropa para sus dos hijos.

La respuesta de la clienta fue que estaba obsesionada con las ofertas y no podía dejar pasar una ganga. En realidad, buscaba un alivio temporal del estrés.

La solución: El primer paso para dejar de gastar de más es darse cuenta que lo está haciendo, dice Ward. Cuando esté descansado y calmado, revise sus gastos y compárelos con sus ingresos.

Si está gastando de más, fije algunas metas financieras y cree un plan de gastos que requiera que usted gaste menos de lo que gana. (Los expertos dicen que este ejercicio también le ayuda a conquistar la “evasión”, el temor de abrir sus facturas o mirar el extracto de su cuenta de jubilación).

Fijar metas le puede ayudar a concentrarse en una meta a largo plazo, como ahorrar otros US$10.000 para la jubilación.

Demasiada confianza

El problema: Un cliente de Baker perdió mucho dinero en el colapso del mercado de 2008. “Se atormentaba con el remordimiento de haber escuchado a su asesor financiero”, dijo. Así que decidió que gestionaría sus propias inversiones, pese a que tenía un empleo de tiempo completo y tenía un conocimiento limitado del mercado bursátil.

Sus inversiones se basaron en “buenas noticias” sobre las acciones que le gustaban, ignorando la información que podría poner a prueba la imagen que tenía de la acción, un fenómeno que se conoce como “sesgo de confirmación”.

Por cierto tiempo, la estrategia funcionó, pero eventualmente terminó perdiendo más que antes. “Se sintió tan decidido a hacer dinero que sobrevaloró sus propias opiniones”, dice Baker.

La solución: No se rinda ante la emoción de sus inversiones, dice Baker. Si siente que eso está sucediendo, deténgase y asegúrese que ha investigado lo suficiente la inversión y que conoce los riesgos al dedillo. Busque la opinión de un profesional o de un amigo que le pueda dar otra perspectiva. Deje pasar tiempo entre su idea de inversión y la decisión, dijo.

Fuente: The Wall Street Journal, 26/01/15.

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Cómo aprovechar el Aguinaldo

diciembre 17, 2014

Cinco tips para evitar que los gastos de diciembre nos dejen en bancarrota

Por Diego Yañez Martínez.

Las fiestas de fin de año, sumadas a los pagos y la organización de las vacaciones, hacen que los egresos aumenten considerablemente; consejos de qué hacer con el aguinaldo.

Fiestas de fin de año. Navidad. Año nuevo. Y después vacaciones. Se sabe: diciembre es un mes difícil para el bolsillo y el aguinaldo se suele escurrir entre estos gastos a los que se suma además, en muchos casos, la cancelación de deudas. Así, sin más, se suele repetir una imagen: encontrase, sin previo aviso, con el saldo de la tarjeta al rojo vivo. Por ello, diversos especialistas consultados por LA NACION, recomiendan como esencial la planificación y además tratar de dejar algo del dinero, de ser posible, para ahorros e inversión.

Diversificar el aguinaldo, coinciden, parece ser lo más sensato. En ese sentido se debe realizar un presupuesto y ajustarse a él . Siempre es conveniente, remarcan, calcular con tiempo los gastos y tomar las previsiones necesarias para afrontarlos.

Gustavo Ibáñez PadillaLa experiencia personal de Gustavo Ibáñez Padilla, especialista en finanzas de particulares y autor del «Manual de Economía Personal«, es que la mayoría, aunque no lo aconseja, «asigna el aguinaldo en su totalidad a los gastos de fin de año».

Un sondeo realizado por LA NACION da muestra de ello. De 20 personas consultadas, 14 dijeron que tienen el aguinaldo destinado para las vacaciones, 3 para tapar agujeros y sólo 2 en ahorrar.

Qué hacer con el Aguinaldo

«Una de las mejores formas de utilizar los ingresos extraordinarios como el aguinaldo, es signarlos al plan de inversión personal. Si no es posible hacerlo en su totalidad, conviene hacerlo entonces en un porcentaje preestablecido», señala Padilla. En ese sentido manifiesta que «el ideal es invertir a largo plazo el 100% del aguinaldo, si no resulta factible, entonces, se debe asignar un porcentaje predeterminado y respetarlo siempre».

Para Ibáñez Padilla «los gastos suntuarios como vacaciones quedan en el último lugar o también pueden presupuestarse como un ahorro corriente a lo largo del año». Según sostiene se puede invertir tiempo y dinero en capacitación personal aprovechando el período del verano , «que a veces tiene menor carga laboral».

Marcelo ElbaumCoincide con él, aunque con una visión más moderada, Marcelo Elbaum, director académico de la Escuela Argentina de Finanzas Personales . «Normalmente el aguinaldo suele usarse para las vacaciones, aunque es prudente no excederse con el monto de los gastos. De todos modos, también lo que se suele aconsejar es ir construyendo un fondo para cubrir imprevistos que debería ser entre 3 y 6 meses de sueldo: con lo que si no se tiene, el aguinaldo podría ser un buen puntapié «, opina.

Para Elbaum, «el aguinaldo es importante porque es una suma fija, y eso posibilita, por lo general que sea más fácil ahorrarlo, que cuando se recibe de manera mensual». Sugiere, dado el contexto inflacionario actual, no apresurarse en cancelar deudas que sean en pesos a tasa fija y, en cambio, sí hacerlo con las que cobran interese y la deuda es a tasa variable.

Cuánto ahorrar y cuánto gastar

La lógica para no sucumbir a las tentaciones y pasarse con los gastos es realizar una lista con las necesidades principales. Pero la pregunta es, ¿cuánto es el ideal para gastar, y cuánto dejar para ahorros?

Nicolás LitvinoffSi bien la cuestión es subjetiva el economista Nicolás Litvinoff, director del sitio web estudinero.net , dice que «no recomendaría destinar más de un 20% a gastos; el otro 80% lo utilizaría para tratar de hacer inversiones que dejen alta rentabilidad».

La clave para Litvinoff pasa por «no considerar el aguinaldo como un ingreso esperado». «Gastarlo no parece lo más coherente», expresa.

Según el economista que se especializa en finanzas personales, depende del monto del aguinaldo las posibilidades de inversión, pero siempre se debe buscar alternativas. «Si se cuenta con un ingreso promedio, lo mejor es tratar de buscar inversiones creativas. Un caso el de vinos finos tintos, que dejan rentabilidad anual en pesos de alrededor del 25%», señala. También recomienda negocios en Internet que tiene un barrera de entrada baja.

Para Elbaum, en cambio, es preferible quedarse con liquidez. » Hay que ir pensando que el 2013, va a ser un año difícil, con un crecimiento agónico, con no mucha creación de empleo, por lo que es importante conservar la liquidez. Dado que el tipo de cambo oficial se va a depreciar entre un 18% y 20% el año que viene, la inversión estrella será las colocaciones a plazo en pesos donde el capital se ajuste por tipo de cambio oficial y en dicho caso se podrá obtener un rendimiento cercano al 30%», dice.

En cualquier caso lo importante es prever y tener un presupuesto armado y no salirse de él. A grandes rasgos, lo mínimo que se debe guardar es un 15% del aguinaldo.

Tips

1) No considerar el aguinaldo como un ingreso esperado

2) Realizar una lista con las necesidades

3) Cancelar sólo las deudas que tienen tasa variable y cobran intereses. Dado el contexto inflacionario no conviene apresurarse y cancelar la que son en pesos a tasa fija

4) Asignar un presupuesto diversificado en: vacaciones, cancelación de deudas, y separar al menos un 15% para ahorros

5) De ser posible, realizar inversiones creativas. Hay distintas posibilidades de acuerdo a los ingresos.

El dato

El nombre real del aguinaldo es Sueldo Anual Complementario (S.A.C). La figura del «aguinaldo» fue instituida por decreto, en diciembre de 1945, un par de meses antes de que se llevaran a cabo las elecciones en las que triunfó Juan Domingo Perón. Consiste en un salario anual complementario, y debe pagarse en dos cuotas, al 30 de junio y al 31 de diciembre. Para la liquidación se toma el 50 % de la mayor remuneración devengada por todo concepto dentro del primer semestre o segundo, según corresponda. Así quedó establecido en el artículo 3º del Decreto Nº 1.078/84.

Aguinaldo se le llama en algunos países al regalo de dulces que se reparten principalmente en fiestas infantiles y posadas navideñas. Pero, jurídicamente, es un pago especial que se abona a los trabajadores asalariados.

Fuente: La Nación, 30/11/12.

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