Telecomunicaciones: Se avecinan grandes cambios

junio 28, 2016

“El negocio actual de los operadores va a sufrir un golpe de muerte”

Fernando Carvalho, Director de Marketing, Comunicaciones y Estrategia para Nokia América Latina.

telecomunicacionesLos operadores de telecomunicaciones enfrentan desde hace algunos años una etapa de transformación, forzada por la aparición de diferentes servicios basados en Internet (Skype, WhatsApp, Netflix, entre los de mayor nombre) y el avance de las plataformas tecnológicas globales (Google, Facebook). Estos jugadores digitales promovieron la adopción de servicios de banda ancha (fija y móvil) pero, a su vez, replantearon el marco regulatorio y apremian las estrategias de los operadores y las finanzas de los proveedores de infraestructura.

“Los operadores compiten por entregar el bit al menor precio posible. Eso lleva a la baja todos los valores de la cadena de entrega de conectividad”, explica a Fernando Carvalho, Director de Marketing, Comunicaciones y Estrategia para Nokia América Latina, en entrevista exclusiva con TyN Magazine.

TyN Magazine: La actualidad del mercado indica que los operadores no pueden seguir la innovación en servicios que generan otros actores. En este sentido, el papel de los operadores pareciera volver a ser el de proveer caños o tuberías por los que circulan los contenidos y servicios digitales que ofrecen otros jugadores, ¿cuál es el su visión?

Fernando Carvalho: Hace diez años, las comunicaciones se ofrecían en silos: uno para servicios fijos, otro de móviles, uno de TV paga… En ese entonces había tasas de crecimiento espectaculares. Ahora los operadores añaden servicios a las redes, pero se encuentran que otros jugadores del tipo over-the-top (OTT) o lo hacen de mejor manera que ellos mismos. En los próximos años, el negocio de los operadores como lo conocemos desde hace una década va a sufrir un golpe de muerte.

TyN Magazine: ¿Cuáles son las alternativas?

Fernando Carvalho: Los operadores enfrentan un dilema estratégico: optan por márgenes grandes ofreciendo servicios a sus clientes, o escogen un camino de oferta de conectividad, basado en la calidad y capacidad de la red, con menores márgenes de ganancia

Hay distintas apuestas en el mercado. Un ejemplo de operador volcado a servicios es AT&T, que apuesta a servicios como hogar inteligente e Internet de las Cosas. Otro ejemplo más cercano a la región es el de TIM en Brasil, que le abre las puertas a aplicaciones y lanza promociones con WhatsApp y poco le importa lo que haga el usuario, siempre y cuando lo haga en su red.

TyN Magazine: Competir con los jugadores digitales no parece sencillo…

Fernando Carvalho: Si el operador apunta a subir en la escala de la cadena de valor y va por servicios, su competencia serán Netflix, Google, Facebook, y miles de startup que intentarán competir en ese mercado de valor añadido. Hay que tener en cuenta que los exitosos son las empresas que vemos, pero hubo cientos de emprendimientos que quedaron en el camino. Es un ecosistema durísimo. Quienes sobrevivieron a este universo darwiniano se transforman prácticamente en indestructibles. Los operadores de telecomunicaciones están acostumbrados a modelos de negocios de la era industrial: la red era una fábrica de minutos que para competir había que crear otra red que funcionaba como otra fábrica de minutos.

La única forma de sobrevivir en el mundo digital es que los operadores dispongan de una enorme capacidad de inversión para hacer cientos de apuestas digitales para que alguna sea exitosa. No se puede probar con una o dos y esperar a que resulten. La probabilidad de éxito es de 2% o 3%, hay que apostar a muchas cosas.

TyN Magazine: ¿Cómo afectaría la elección de un modelo de conectividad?

Fernando Carvalho: El temor que enfrentan los operadores es poder mantener los márgenes de rentabilidad que permiten conectar el punto A con el punto B. En esos modelos, los márgenes de Ebitda dejan de ser superiores al 30% para pasar al 20-22%. Sin embargo, hay un premio por tener una red de altísima calidad y capacidad, que vale más que otra que solo ofrece “best efforts”. Los operadores pueden generar una red masiva en términos de capacidad y calidad, de manejo de experiencia de calidad hacia el usuario y pueden mantener una parte de los valores. En mi opinión, es una apuesta mucho más segura que incursionar en un ecosistema muy riesgoso y que no es natural para el operador. De todas formas, hay una coincidencia en ambos modelos: la red debe ser de mucha mayor capacidad.

TyN Magazine: ¿Internet de las Cosas representa una oportunidad para los operadores?

Fernando Carvalho: En IoT los operadores tienen algunas palancas que le permiten pelear mejor con las startups. Cuentan con canales corporativos, conocen los clientes, poseen aplicaciones verticales instaladas en los clientes y tienen seguridad. En este punto, será clave monitorear la red de punta a punta y entender muy pronto donde puede haber una amenaza. No se debe perder de vista que las redes IP pueden ser atacadas desde cualquier punto: una app, un dispositivo, etc. Un solo punto de acceso puede transformarse en un ataque industrial.

TyN Magazine: ¿Cómo ve el camino a 5G?

Fernando Carvalho: La tecnología está en fases de estandarización. A fin de año habrá muchas cosas definidas y el año próximo se culminarán otras, comenzando con producciones prototipos.

TyN Magazine: ¿Y en qué consistirá 5G?

Fernando Carvalho: Será mucho más que conexiones más veloces. Será un “core” de red que permitirá cientos de veces más conexiones, utilizará una combinación de frecuencias de espectro (altas y bajas). 5G será una solución de altísima diversificación de redes. De todas formas, 4G aun tiene mucho para ofrecer.

TyN Magazine: Esta evolución tecnológica tiene lugar en un contexto de baja continua de precios, como Ud. ha señalado, ¿hasta cuándo se puede esperar la baja en el precio del bit?

Fernando Carvalho: Hasta siempre. Un análisis que hicimos hace poco dice que el precio promedio del gigabit móvil en Latinoamérica estaba en US$ 11 en 2014; a fines de 2015 ya estaba en US$ 8 y ahora probablemente se encuentra cerca de US$ 7. En 2020 llegará a US$ 1,30. El motivo de la bajada es la expansión de 4G, que abarata la transmisión, por eficiencias tecnológicas.

TyN Magazine: ¿Y quiénes sobrevivirán a esta baja de precios?

Fernando Carvalho: Los que sobrevivan a la consolidación. Se necesitan economías de escala. La gran ola de consolidación en el mundo de proveedores de equipos ya pasó. Continuará, pero de manera más específica, más granular. Pero la concentración en operadores continuará. No hay escala para todos.

Fuente: tynmagazine.com, 27/06/16.


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Levi’s presenta una campera inteligente con tela diseñada por Google

junio 6, 2016

Levi’s presenta chamarra inteligente con tela diseñada por Google

La prenda permite reproducir música, pausarla y cambiar de pista con tocar o deslizar la mano sobre el puño de la prenda.

Imagen: Levi's

Levi’s ha entrado al Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) de la mano de Google. La firma de prendas presentó una chamarra inteligente con tela diseñada por el gigante tecnológico.

internet of thingsDurante el último día de conferencias en su evento anual para desarrolladores de software (I/O) en Mountain View, California, el jefe de innovación, Paul Dillinger, se colocó una chamarra tejida con hilo conductor.

Dillinger demostró que podía reproducir música, pausarla y cambiar de pista con tocar o deslizar la mano sobre su muñeca. La prenda es un prototipo, pero la versión para consumidores saldrá a la venta en la primavera de 2017.

En teoría podría obtener direcciones, contestar o desviar llamadas, registrar viajes en bicicleta entre otras acciones, detalló el sitio web Quartz.

“Cualquiera que conduzca una bicicleta sabe que es una terrible idea trata de dirigir en las calles ocupadas de la ciudad”, dijo Dillinger.

En la edición 2015 del I/O, ambas empresas anunciaron una alianza para crear ropa conectada. La unidad experimental de Google, Proyectos y Tecnología Avanzada (ATAP) produjo Jacquard Proyect, la tecnología detrás de las chamarras con fibras interactivas .

Los hilos Jacquard están tejidos en el puño de la chamarra Levi’s. Antes de que salga a la venta, los desarrolladores accederán a una versión de prueba para que puedan integrar funciones adicionales, dijo el sitio.

“Al final del día, puedes doblarla y guardarla en tu mochila. Si se ensucia, puedes meterla a la lavadora”, añadió Dillinger.

Fuente: forbes.com.mx,03/06/16.

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¿Un tampón inteligente? Cuando la Tecnología va demasiado lejos…

junio 1, 2016

¿Un tampón inteligente? Internet de todas las cosas debe ser detenido

Les propongo un juego: adivinen cuál de los siguientes productos está conectado a un teléfono inteligente:

A) Una botella que monitorea cuánta agua toma

B) Un tazón que monitorea cuánta agua toma su perro

C) Un paraguas que le recuerda no olvidarlo cuando cambia de habitación

D) Un tampón que le recuerda cuándo debe cambiarlo.

Esta era una pregunta capciosa. Los cuatro objetos “inteligentes” ya han sido anunciados por distintas startups o ya están disponibles.

La tecnología ha hecho nuestras vidas más fáciles y ha resuelto algunos problemas increíbles. Pero, ¿es realmente necesaria una bandeja conectada a internet que le recuerde cuándo comprar más huevos? Por favor…

Existe un subconjunto de startups que están inventando “el primer [insertar cualquier sustantivo aquí] conectado del mundo”, que creen que todo funciona mejor con Bluetooth.

Inodoro Pereyra navegar en internetCulpe a la caída del precio de los componentes, la popularidad de los sitios de crowdfunding o al dinero que inunda a la industria de la tecnología. Si un objeto tiene espacio para un chip y una pila, algún emprendedor está tratando de insertarlos y de reemplazar el sentido común con una notificación. El tope de esta moda se alcanzó recientemente cuando la startup MyFlow anunció el tampón inteligente.

En la vida hay problemas grandes y problemas pequeños. Un frasco de pastillas para personas mayores conectado a internet o un estuche EpiPen que envía una alerta cuando el usuario entra en shock anafiláctico pueden salvar vidas. Un termostato conectado puede ahorrar dinero. Un timbre puede proporcionar tranquilidad. Pero muchos de los nuevos productos tienen como objetivo resolver problemas que no son realmente tales.

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“Acordarse de usar hilo dental es difícil”, es la primero que escuchamos al mirar el video de comercialización de un producto.

La ironía es aún mayor: en lugar de resolver los dilemas de la vida cotidiana, estas invenciones crean más problemas. He estado probando muchos productos que simplemente no funcionan como habían prometido. Es hora de que los compradores potenciales sean más críticos con el “internet de todas las cosas”. Hasta que el hardware mejore y las ideas se vuelvan más prácticas, es importante que el comprador tenga cuidado con lo que le ofrecen.

A mi bandeja de huevos no le gusta mi red de Wi-Fi. Esto puede sonar como si estuviera diciendo tonterías, pero lo digo en serio. Me tomó 15 minutos conectar mi Egg Minder de Quirky (precio: US$15) con la aplicación que cuenta cuántos huevos faltan en la bandeja. Sin embargo, cuando usé unos huevos para preparar el desayuno, uno de ellos permaneció virtualmente presente en la aplicación.

Acompañé mi delicioso desayuno con medio litro de agua. Pero mi botella de agua Hidrate Spark no lo registró. ¡Qué pérdida de hidratación! Más tarde, durante mi clase de spinning, mi sostén inteligente OMSignal registró solamente la mitad de mi entrenamiento de 45 minutos. Debido a que mi brasier “inteligente” no se ajusta perfectamente a mi cuerpo, los sensores de la tela no siempre registraron mi ritmo cardíaco.

Notificaciones de un paraguas conectado. ENLARGE
Notificaciones de un paraguas conectado. Photo: Joanna Stern / The Wall Street Journal

La mayoría de las empresas explicó las razones de estos fallos técnicos, y dijo que a pesar de tener sólo un puñado de empleados y una financiación relativamente limitada, estaban trabajando para solucionarlos. ¿Lo conseguirán? Difícil saberlo.

En nuestras pruebas de productos, mi colega Geoffrey Fowler y yo nos encontramos con estos problemas una y otra vez.

Y todavía no he mencionado el exceso de notificaciones. Al igual que el cepillo de dientes y tenedor conectados, me tomó tiempo acostumbrarme a que mi teléfono me grite que debo beber agua cada pocas horas. Si voy de la sala al dormitorio, mi teléfono empieza a sonar para advertirme que he olvidado mi paraguas inteligente Davek Alert de US$125 en la sala.

Estas notificaciones son un subproducto de la falta de inteligencia real. Un sistema verdaderamente inteligente debería poder detectar la ubicación exacta del usuario, el clima, tal vez incluso su cronograma personal, en lugar de simplemente volverse loco cuando el teléfono pierde la señal del paraguas. Tal vez una compañía como Google pueda llegar a crear un paraguas inteligente de última generación, pero es improbable que un pequeño productor de paraguas de lujo como Davek lo logre.

¿Por qué intentarlo entonces? ¿Se trata simplemente de agregar tecnología sólo porque se puede? “Usted no compraría un BMW por la cámara trasera”, dice el presidente ejecutivo de Davek, Dave Kahng. “La tecnología está ahí si usted desea utilizarla para hacer el seguimiento de uno de los mejores paraguas del mundo”.

Tiene razón en una cosa: es un gran paraguas. Su versión inteligente debería ser tan buena, si no mejor, que la original. Pero lo mismo no puede decirse de la maleta Raden (US$295). Es elegante y tiene una balanza incorporada que está muy bien, pero su batería ocupa tanto espacio que usted tiene que dejar un par de zapatos en casa. La compañía planea lanzar pronto una maleta más grande.

La versión inteligente de un producto debería ser mejor que la mera combinación del producto tradicional y una aplicación no conectada. Considere el ejemplo del tampón MyFlow. Su objetivo es minimizar las filtraciones durante la menstruación y el riesgo de síndrome de shock tóxico, una enfermedad que puede ser causada por tener un tampón puesto durante demasiado tiempo.

Esos son problemas reales para las mujeres, pero ¿realmente necesitamos adherir un aparato Bluetooth a nuestro cuerpo para estar actualizadas minuto a minuto sobre la marcha del flujo menstrual? Hay gran cantidad de aplicaciones enfocadas en recordarle a uno cosas e incluso hay una especializada en tampones, la confiable Tampon Timer app. También tenemos esa pequeña pieza de tecnología que ha existido desde el principio de los tiempos: las sensaciones humanas.

Los fundadores de MyFlow dicen que esas aplicaciones están bien para aquellas mujeres con ciclos predecibles, pero no dicen qué detalles exactos hacen que el tampón inteligente sea mejor.

No me malinterpreten: todavía necesitamos innovación en los objetos cotidianos. La caneca de basura BrunoSmart es un gran ejemplo. Usted barre la basura hacia la parte inferior del recipiente y éste la aspira y la mete en una bolsa. Si realmente funciona como dice que lo hace, los fabricantes de aspiradoras deben estar muy celosos.

Algunos creadores de productos inteligentes están empezando a dejar de lado la integración con los teléfonos inteligentes. Por ejemplo, el fabricante de licuadoras de alta tecnología Juicero. “Decidimos que encender y apagar la licuadora con el teléfono no era necesario”, dice el presidente ejecutivo de la firma, Doug Evans. Por supuesto, él todavía piensa que es necesario construir una máquina para hacer jugos de US$700 que no va a funcionar si su conexión Wi-Fi está caída. Repito: Sin Wi-Fi no hay jugo.

El Wi-Fi, entre otras cosas, ayuda a la máquina a saber cómo producir mejor el jugo dependiendo de los ingredientes, explicó Evans.

Pero tal vez nunca he estado más equivocada. Tal vez estos productos conectados hacen avanzar el progreso y la innovación de la humanidad. Genevieve Bell, una futurista y antropóloga de Intel, ciertamente me abrió los ojos al respecto.

Bell me recordó que hace poco más de un siglo, los científicos y las empresas comenzaban a preguntarse qué pasaría si los artículos de uso diario —el horno, la nevera, el tendedero de ropa— se conectaban a la electricidad o si directamente eran reemplazados por una opción eléctrica.

“Al igual que algunos de los experimentos de hace 100 años, algunos [productos inteligentes] van a ser inesperadamente interesantes. Algunos serán un gran éxito y cambiarán todo”, dice ella. “También habrá muchos experimentos, como hubo entonces, en los que nos preguntamos el por qué se fabricaron. Estoy segura que en la década de los 20 y los 30 [la gente] también debe haberse sentido abrumada” por las novedades.

inodoro que hablaVisto con esos ojos, es increíble estar viviendo en una época de tanta experimentación, donde todos los días podemos ser testigos de la evolución de cosas que se transforman —y proporcionan valor— en una computadora conectada. Pero no dejemos que estos inventos nos roben nuestra propia capacidad para recordar eventos y asuntos personales.

Después de todo, ¿No debería usted saber cualquier cosa que su inodoro conectado con Bluetooth quisiera recordarle?

Fuente: The Wall Street Journal, 31/05/16.

Internet de las cosas

mayo 16, 2016

Internet de las cosas: desde el cepillo de dientes hasta el lavarropas, los datos desnudan la intimidad

Por Juan Pablo Sioffi.

La tendencia avanza y abarca cada vez más dispositivos que emiten datos, cuyo análisis revolucionará negocios, como el de los seguros.

LAS VEGAS – ¿Cada cuánto se lava los dientes? Pregunta el dentista con gesto adusto, y el paciente responde dubitativo lo que le conviene. Sin embargo, hoy el dentista podría consultar en una página web la información que registró el cepillo de dientes eléctrico y saber con precisión qué pasa en esa boca con cuatro caries y una muela que será reemplazada por otra de porcelana. ¿Magia? ¿Big brother? Algo más difícil de dimensionar: Internet de las cosas, una revolución en ciernes que está punto de explotar y cambiar nuestra vida una vez más.

internet of thingsHasta hoy, cada usuario decide qué subir a Internet, cómo y dónde compartirlo: una selfie, la imagen del último trago de la noche, un cambio en la situación sentimental o la foto del postre favorito. Pero ahora la heladera tendrá una dirección IP en la red para subir información por su cuenta. La casa se llenará de paparazis digitales: el televisor, la consola de videojuegos, la cámara de fotos, el microondas, el lavarropas, el lavavajillas y, por supuesto, el cepillo de dientes.

Se estima que para 2020 (mucho antes del Mundial de Qatar) habrá en el mundo aproximadamente 26.000 millones de dispositivos conectados con Internet, que coparán la red con información al instante. ¿En qué les cambia la vida a las personas? Prácticamente en todo sentido. Desde el valor de la póliza de salud, alertas sobre el funcionamiento del auto, las horas de sueño exigidas en el trabajo y hasta la posibilidad de que la empresa de electricidad le desconecte el lavarropas si la demanda de energía está por colapsar en su barrio (es un ejemplo, que nadie entre en pánico).

La hipótesis más optimista del IOT (Internet Of Things) promete que si todas las cosas del mundo están trackeadas, se podría orientar el stock de todos los bienes de manera tal que no falte nunca nada en ninguna parte: libros, comida, medicinas y hasta la luz. Pero el usuario se verá cada vez más forzado a compartir información de su comportamiento. Otra sigla empieza a tomar forma: UBI (usage-based insurance), pólizas basadas en la conducta del asegurado. Habrá más información sobre los hábitos del consumidor en la nube que racionalizada en su propia conciencia. Y más aún, algunas cosas estarán fuera de su control.

usage-based insurance

Los mayores avances en Internet de las cosas se pueden ver en las grandes fábricas (para controlar maquinarias y mercaderías) y en el marketing, en la relación de las marcas con los usuarios. Mohammed Chaara, director de Inteligencia de clientes de Lenovo, explica que las empresas estaban acostumbradas a hablar con el cliente cuando éste tenía una queja sobre el producto. Pero ahora los aparatos envían automáticamente información de su comportamiento. A eso se le suma el monitoreo de las redes sociales, con lo cual las compañías pueden tener una idea mucho más precisa de quién compra, cómo lo usa y cómo le resulta la experiencia.

internet of thingsTodos estos temas se presentan con muchísimo entusiasmo en Las Vegas, donde tiene cita el congreso anual de SAS, la empresa pionera en análisis de datos y, tal vez, la desarrolladora de software más grande del mundo (aunque no tenga tanta prensa). Los asistentes, casi todos son empresarios o científicos de datos, se entusiasman hasta el espasmo con esos trillones de datos que ya existen para analizar. Su único contacto con el mundo real es hablar de la importancia que tiene estandarizar la información. Básicamente, que todas las heladeras del mundo hablen el mismo idioma, al igual que las máquinas de rayos X o los sensores de las bujías del auto.

«Tenemos múltiples sensores en los vehículos, que generan datos todos los días, tenemos que entenderlos y utilizarlos. Podemos evitar que el auto salga de su carril en una mala maniobra o que pueda estacionar por ti. Tenemos que seguir aprendiendo a usar toda esa data», cuenta Tom Schneider, VP del área de riesgos de Ford Motor Credit Company. «Antes las empresas te asignaban a un segmento del mercado de acuerdo con tu comportamiento a lo largo del tiempo. Ahora podemos crear un perfil en minutos basado en tu huella digital y lo podemos actualizar continuamente», explica Randy Guard, VP de producto de SAS. Ese modelo en real time abarca los gustos y aspiraciones, pero también el comportamiento público y, cada vez más, el privado.

La revolución del IOT también puede registrar la intimidad. Aetna, un gigante de la industria de los seguros, le entrega a sus empleados un Fitbit, un reloj inteligente que monitorea la cantidad de horas que duerme una persona. Aquellos que descansen siete horas diarias, al menos veinte noches en el mes, reciben US$ 25 adicionales. Esa rutina reduce las chances de padecer cáncer, diabetes o enfermedades del corazón.

Pero así como las compañías de seguros implementan políticas saludables puertas adentro, también están testeando la posibilidad de trackear el uso del cepillo de dientes (eléctrico, claro) para calcular el costo de la póliza dental. ¿Es justo que pague lo mismo una persona que se lava tres veces al día que una que lo hace sólo por las mañanas? La pregunta ya está instalada, revela Malene Haxholdt, VP de MetLife, quien se apura en aclarar que no habla de su empresa.

«Nosotros aún dudamos sobre la precisión de la información registrada [por los smartwatches]. Tenemos muchísima información, pero ¿es suficiente?», reflexiona. De todos modos, esta especialista en análisis de datos asegura que dispositivos como Fitbit tendrán un impacto directo en el mundo de los seguros. Quien pueda demostrar hábitos saludables conseguirá una mejor póliza. ¿Pero qué pasará con quien se niegue a compartir información de su intimidad?

«En Ford lo tenemos muy claro: la información producida por un auto pertenece al cliente. El desafío para nosotros es cómo crear un escenario donde el usuario vea una ventaja en compartir toda esa información. Hoy existe la tecnología para medir tu performance como conductor y si compartes esa información con la compañía de seguros, tal vez obtengas un descuento en tu póliza», explica Schneider.

Sin embargo, la revolución de Internet de las cosas puede ir mucho más allá de la información que el usuario acepte compartir. «Las compañías de electricidad han instalado sensores inteligentes y ahora pueden medir y predecir el consumo de la red. Cuando el lavaplatos o el lavarropas tengan una dirección IP, ellas podrán apagarlos si la demanda de energía es muy elevada», cuenta con entusiasmo Jim Goodnight, CEO global de SAS.

¿El Estado debería regularlo? Los alcances éticos de esta «explosión de datos» no tienen una aceptación unánime, aun entre aquellos que están del mismo lado del mostrador.

internet of things«Mientras más cosas estén conectadas, más cosas se van a trackear y la cuestión es cómo hacerlo menos invasivo o incómodo. Hay que ser muy transparente con lo que se va a hacer con esa información. Una vez que se viola la confianza, no hay vuelta atrás», asegura Randy Guard, segundo en la compañía.

Una empresa de telecomunicaciones argentina probó un sistema de alertas que le enviaba un mensaje al usuario cuando pasaba por la puerta de un negocio. «Ayer compraste una impresora por Internet, aquí podrías comprar los cartuchos». Pero la idea fue descartada por invasiva. Por ahora…

Fuente: La Nación, 16/05/16.


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Big data y el impacto de los Panamá Papers

El escándalo de los llamados Panamá Papers no solo sirvió para cuestionar el papel del sistema financiero mundial, sino también para poner en jaque la reputación de los modelos de control de fraude, que en teoría deberían encargarse de impedir este tipo de maniobras.

Panama papersRandy Garud, el VP de SAS, empresa líder en análisis de datos, sin embargo, asegura que la aparición de miles de cuentas secretas en los paraísos fiscales tiene un impacto mucho mayor en la imagen de los políticos y los famosos cuyos nombres fueron relevados en la prensa en las últimas semanas.

«El escándalo de los Panamá Papers no lo daña más que otras cosas expuestas en el pasado. El tema llama la atención sobre la reputación de las instituciones, en el sentido de que algunas cosas pueden ser legales, pero en la opinión pública aparecen como una violación de lo que realmente deberían hacer. Y los que realmente salen perjudicados son los aquellos individuos que aparecen: líderes de Estado, atletas, celebridades. No creo que dañe nuestra reputación, pero expone la complejidad del sistema financiero. Y por cierto, mi nombre no aparece en esos papeles hasta dónde yo sé» [y subraya el comentario con una carcajada].

Guard igualmente reconoce los desafíos que implican trabajar con gobiernos en el control fraude. «Se trata de analizar el flujo de las transacciones y cómo se involucran las personas y las instituciones. Puede ser una persona o una corporación, o una combinación de las dos», explicó a LA NACION en el Congreso anual de SAS.

Fuente: La Nación, 16/05/16.


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