El Encanto Matemático: Un viaje revelador a través de Fibonacci y Zeckendorf

mayo 16, 2024

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

En el complejo y misterioso mundo de las matemáticas, hay ciertos fenómenos que capturan en forma inmediata la imaginación del público en general. Uno de esos enigmas fascinantes es la relación entre la Sucesión de Fibonacci y el Teorema de Zeckendorf. ¿Qué tienen en común estas dos joyas matemáticas? ¿Y por qué nos siguen sorprendiendo hasta el día de hoy? Lo veremos a continuación.

La sucesión de Fibonacci es, sin duda, una de las secuencias más famosas en el mundo de las matemáticas. Comienza con los números 0 y 1, y cada número subsiguiente es la suma de los dos anteriores. Así, la secuencia resulta ser: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, y así sucesivamente hasta el infinito. Esta secuencia aparentemente simple ha fascinado a matemáticos, artistas e incluso biólogos debido a su aparición en una enorme variedad de fenómenos naturales, desde la disposición de las hojas en una rama hasta los patrones de crecimiento de los girasoles.

La historia de la sucesión de Fibonacci se remonta al siglo XIII, a un hombre conocido como Leonardo de Pisa, comúnmente llamado Fibonacci. En su influyente libro Liber Abaci, publicado en 1202, Fibonacci presentó al mundo occidental los números indo-arábigos y sus aplicaciones en la aritmética. Pero lo que llamó la atención de muchos fue un problema aparentemente simple sobre el crecimiento de una población de conejos, que llevó al descubrimiento de la secuencia de números que ahora lleva su nombre.

Liber abaci

¿Cuál es la relación de Fibonacci con el teorema de Zeckendorf? Pues que este teorema afirma que: Todo entero positivo se escribe, de manera única, como suma de números de Fibonacci no consecutivos. A esa escritura única se le llama la descomposición de Zeckendorf del número en cuestión.

Así pues, todos los números naturales pueden expresarse como la suma de números de Fibonacci únicos. Es decir, cada número natural puede descomponerse de manera única como una suma de números de Fibonacci, sin que ninguno de ellos se repita. Esta descomposición única es lo que hace que el teorema de Zeckendorf sea tan intrigante, ya que revela una estructura ordenada y predecible que ha fascinado a generaciones de matemáticos. ( Por ejemplo: 10= 2+8  ;  26 = 5+21  ;  43 = 1+8+34 )

El matemático francés Édouard Lucas, famoso por su trabajo en Teoría de números y sus libros de matemáticas recreativas, manifestó: “Los números de Fibonacci son como un gran cuento, lleno de sorpresas y misterios, esperando ser descubiertos”. Fue Lucas quien le puso el nombre a esta famosa sucesión, de la cual descubrió numerosas características, desde patrones geométricos hasta propiedades únicas en teoría de números.

Una de las sorpresas más asombrosas de este universo matemático es la relación entre la sucesión de Fibonacci y la proporción áurea representada por el número φ (phi), cuyo valor es aproximadamente igual a 1,618, un número misterioso que parece resonar en los rincones más profundos de la naturaleza y el arte. Como si estuvieran bailando al unísono, los números de Fibonacci revelan una conexión íntima con esta proporción divina a medida que crecen hacia el infinito, como si estuvieran siguiendo una partitura escrita en el corazón mismo de la realidad.

La razón áurea y la espiral de Fibonacci

“Las matemáticas son la poesía del universo”, sostuvo el genial matemático David Hilbert, y en la intersección de Fibonacci y Zeckendorf, encontramos una poesía matemática que cautiva y encanta con su elegancia y misterio.

Estas sorprendentes relaciones e intersecciones entre diversos conceptos matemáticos son las que nos llevan a afirmar que las matemáticas son una verdadera unidad, lo cual llevo también a los ’modernos’ a denominarla en singular y con mayúscula, como Matemática.

“Los números de Fibonacci son como una sinfonía matemática, cada uno tocando su propia melodía única, pero juntos creando una armonía incomparable” afirmaba Lucas. ¿Qué papel desempeña el teorema de Zeckendorf en esta sinfonía matemática? Resulta que este teorema proporciona un marco ordenado y estructurado para entender cómo los números naturales se descomponen en términos de números de Fibonacci únicos. Es como si cada número natural tuviera una historia que contar, una historia que se revela a través de su descomposición en términos de esta antigua secuencia numérica.

“Las matemáticas son el arte de dar el mismo nombre a diferentes cosas”, dijo el matemático francés Henri Poincaré, y resulta evidente en la intersección de Fibonacci y Zeckendorf. A través de estas ideas aparentemente abstractas, descubrimos un mundo rico y vibrante de posibilidades matemáticas que nos desafían a mirar más allá de la superficie y explorar las profundidades del universo numérico.

Pero la diversión matemática no se detiene aquí. El teorema de Zeckendorf ha inspirado una serie de acertijos y juegos matemáticos que desafían la mente y estimulan el pensamiento creativo. Desde rompecabezas de descomposición de números hasta juegos de estrategia basados en la sucesión de Fibonacci, hay un mundo de aventuras matemáticas esperando ser exploradas por aquellos dispuestos a sumergirse en sus misterios.

Y no debemos olvidar el encanto de la matemagia, un arte que combina ilusionismo y matemáticas para crear asombrosos trucos de números y acertijos. Maestros de la matemagia como Sam Lloyd y Henry Dudeney han seducido audiencias con sus trucos ingeniosos basados en principios matemáticos, recordándonos que las matemáticas pueden ser tanto sorprendentes como entretenidas, como bien lo explica Martin Gardner en su libro Matematica, magia y misterio.

La Sucesión de Fibonacci y el Teorema de Zeckendorf nos invitan a un viaje fascinante a través del rico y sorprendente mundo de las matemáticas. Desde su aparición en la naturaleza hasta su aplicación en la teoría de números y los juegos matemáticos, estas ideas continúan maravillando y deleitando a quienes se aventuran en el emocionante viaje de descubrimiento matemático.

En palabras del prolífico matemático Paul Erdős: “Las matemáticas son como una aventura sin fin, siempre hay nuevas maravillas por descubrir”. Y en el universo de las matemáticas recreativas Fibonacci, Zeckendorf y sus seguidores están siempre listos para sorprender y extasiar a aquellos que se atreven a adentrarse en sus misterios.

Fuente: Ediciones EP, 16/05/24.

Información sobre Gustavo Ibáñez Padilla

Este artículo también ha sido publicado en Mendoza Today


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Martin Gardner, genio de las Matemáticas Recreativas

marzo 19, 2021

¿Eres capaz de resolver estos ingeniosos acertijos matemáticos de Martin Gardner?

Por Fernando Blasco. 28/10/19

Dedicamos este ABCdario de las matemáticas a una persona muy especial: Martin Gardner, con motivo del día de su aniversario. Sí, él nació un 21 de octubre y desde 2010, cuando falleció a los 96 años, el día de su nacimiento es celebrado por muchas personas que quieren recordar su legado. No en vano, Gardner fue «alguien que convirtió docenas de jóvenes inocentes en profesores de matemáticas y docenas de profesores de matemáticas en jóvenes inocentes”», según las propias palabras de Persi Diaconis, un matemático americano que, hace muchos años, fue uno de esos jóvenes inocentes. También el coordinador de esta sección por parte de la Real Sociedad Matemática Española, Alfonso J. Población, y quien les escribe en esta ocasión, debemos a Martin Gardner nuestra afición por la matemática recreativa. Ese es el motivo de que hoy le rindamos un pequeño homenaje como muestra de agradecimiento.

Martin Gardner
Martin Gardner – Wikipedia

Martin Gardner, a pesar de escribir artículos de matemáticas para la revista «Scientific American», traducidos al castellano en su homóloga «Investigación y Ciencia», no era matemático. Siempre le había gustado la ciencia y había pensado en estudiar física, pero terminó estudiando filosofía y haciendo un máster en periodismo. Su trayectoria profesional comenzó en 1950 escribiendo sobre las estafas seudocientíficas y cómo se deberían combatir. Recientemente en España ha cobrado fuerza un movimiento que pretende desenmascarar a adivinos, homeópatas, hipnotistas, acupuntores o astrólogos. Gardner es también una referencia para todos ellos.

En julio de 1956 publicó «Mathematics, Magic and Mystery», el primer libro dedicado en exclusiva a presentar juegos de magia que tienen un fundamento matemático y en diciembre de 1956 aparece la primera colaboración de Martin Gardner con «Scientific American»: un artículo sobre unas estructuras de papel plegado que poseían propiedades muy sorprendentes.

Imagen de «Alicia anotada»
Imagen de «Alicia anotada» – Wikipedia

Entre los temas que popularizó en su columna de juegos matemáticos debemos destacar el juego de la vida, ideado por el matemático John Conway. Otro tema de los que trató en su columna lo utilizamos ahora casi a diario: en 1977 escribió sobre el sistema criptográfico de clave pública que habían desarrollado Ronald Rivest, Adi Shamir y Leonard Adelman. Si nos fijamos en las iniciales de sus apellidos encontraremos que ese es el sistema RSA que se utiliza, por ejemplo, al mandar un correo electrónico seguro con firma PGP y también en el certificado de identificación digital que tenemos en el ordenador o el DNI electrónico. Escribir sobre ese tema le trajo problemas: el gobierno de los Estados Unidos le prohibió que enviara material a sus lectores. Normalmente él recibía muchas cartas de lectores solicitándole lectura adicional sobre los temas que trataba en su columna y él lo hacía gustoso. Salvo esta vez, en la que se tuvo que abstener.

Su columna contenía relaciones de las matemáticas con otros campos, como arte o filosofía: él popularizó la obra de Escher, mostró las creaciones de Piet Hein (como el popular cubo soma), habló sobre las sorprendentes esculturas de Miguel Ortiz Berrocal y también sobre las matemáticas en la obra de Salvador Dalí. También en su columna hacía constante referencia a Alicia, a la que sacaba del «País de las Maravillas». No en vano él fue el responsable de una curiosa edición de ese libro, llamada «Alicia Anotada» (publicada en España por Akal). Al igual que Lewis Carroll, Martin Gardner era muy aficionado a los acertijos, a los problemas de ingenio y también a los puzles mecánicos (sí, también escribió en su columna sobre Erno Rubik y su famoso cubo). Hagamos una pausa, con cóctel incluido, para proponer uno de sus más conocidos acertijos:

Moviendo únicamente dos palillos, conseguir que la guinda se quede fuera de la copa.

(Es lícito que la copa cambie su orientación, pero debe ser congruente con la original, es decir, que la figura resultante pueda obtenerse a partir de una rotación, simetría, traslación, o ambos, respecto de la original).

Ahora este es un acertijo muy conocido, y su difusión se ha debido a Gardner. Si no lo conocía, esperamos que el lector se haya detenido un rato a pensar cuál puede ser la solución al problema. Si no la ha encontrado, tiene varias opciones: una es resignarse (¡no!, esa no es la buena), otra es buscarlo en la red (por cierto, el nombre Google también tiene relación con Martin Gardner: en uno de sus artículos aparece el «juego del gúgol») y otra ponerse en contacto con la RSMEa través de las redes sociales. Y le responderemos encantados.

«Celebration of Mind»

Hoy, y en los días próximos, tendrán lugar muchas reuniones en las que se plantearán problemas similares. Con el nombre « Gathering for Gardner Celebration of Mind» se reúnen los aficionados a la obra de Martin Gardner para tratar los temas que le hubiera gustado abordar a él. Para esta celebración cabe tanto organizar una fiesta privada, con unos cuantos amigos que se juntan a recordar a Gardner, como un evento en un teatro al modo como se hace en Buenos Aires. También hay casos en los que se desarrollan actividades durante todo el día y otros en los que se recuerda a Martin en un momento puntual. Están invitados a venir al «Celebration of Mind» que organizamos el 5 de noviembre en Madrid. Pero es probable que tengan uno de estos eventos en su zona o, incluso, que quieran organizar uno. Las consultas o propuestas sobre eventos se pueden tramitar a través de esta página. También en ese enlace se proporcionan recursos para utilizar en una fiesta en recuerdo de los temas que encantaban a Gardner.

Martin Gardner escribió más de 90 libros y no todos fueron de matemáticas: escribió sobre ciencia recreativa, filosofía, escepticismo y también sobre ilusionismo. De hecho, en casi todos sus libros incluía algún capítulo con juegos de magia matemática. A estos le dedicaremos más adelante otra sección del ABCdario de las matemáticas. Sus textos siempre pretenden estimular la mente y, al igual que hemos hecho con el reto anterior, propondremos ahora otro de los pasatiempos que tanto gustaban a Martin Gardner: en este caso se trata de dividir la siguiente figura con un único corte de tijera de modo que queden dos formas idénticas:

Se trata de hacer una única línea (no necesariamente recta) que divida la figura en dos partes con igual forma. No es difícil, pero hay que pensar un poco.

Carnaval de juegos

Algunos hemos descubierto la belleza de la matemática recreativa gracias al trabajo de Martin Gardner, y sus libros siguen editándose hoy en día. Recientemente se han vuelto a publicar sus libros recopilatorios de las secciones que hacía para «Scientific American», como «Carnaval Matemático», el libro que llegó a quien les está escribiendo ahora cuando tenía 15 años y que siempre ha tenido por referencia. En 2014, coincidiendo con el centenario de Martin Gardner, la Real Sociedad Matemática Española publicó dos libros para homenajear a este autor, incluidos en la colección «Biblioteca de Estímulos Matemáticos» que edita conjuntamente con la editorial SM. Hicimos dos volúmenes: «Gardner para principiantes», con textos que podían servir como introducción al mundo de los puzles y «Gardner para aficionados», donde los problemas tratados tenían una cierta complejidad.

El primer capítulo de Gardner para principiantes, escrito por otro de los colaboradores de esta sección, Pedro Alegría, trata sobre flexágonos, la figura sobre la que escribió Gardner en 1956 y que dio origen a su importante columna de «Juegos Matemáticos», y se puede leer en este enlace. Para el segundo libro contamos con la colaboración de Adrian Paenza, un excelente divulgador argentino que quiere extender la cultura matemática a todos los rincones por lo que ha obtenido el premio Lilavati a la divulgación en el Congreso Internacional de Matemáticos en 2014. Su aportación a esta obra consistió en una selección de problemas curiosos, del mismo modo como lo habría hecho Gardner si hubiera seguido escribiendo. También podemos leer este capítulo aquí.

Gardner falleció cuando justo había terminado su autobiografía «Undiluted Hocus Pocus» (publicada en castellano por Páginas, con el título «Puro Abracadabra»). Ahí quiso dejar un legado sobre su vida. No encontraremos puzles matemáticos en el libro, pero sí bastantes anécdotas sobre cómo fue su niñez, su vida adulta y cómo se iba preparando para acercarse al final de su vida. Siguió trabajando incansablemente siempre, hasta el final de sus días. Los archivos de las fichas que hacía para escribir sus libros y la correspondencia que mantenía con sus lectores se encuentra ahora en la Universidad de Stanford. Es muy importante que no se pierda el legado de la persona que instruyó a tantas otras, a lo largo de todo el mundo, durante tantos años.

Soluciones a las cuestiones propuestas:

Fernando Blasco es profesor de Matemática Aplicada de la Universidad Politécnica de Madrid, miembro de la Comisión de Educación de la Real Sociedad Matemática Española (RSME) y miembro del Comité de Sensibilización Pública de la Sociedad Matemática Europea.

El ABCdario de las Matemáticas es una sección que surge de la colaboración con la Comisión de Divulgación de la RSME.

Fuente: abc.es

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Teorías conspirativas

octubre 13, 2014

Apuntes para una teoría de las conspiraciones

Por Umberto Eco.

conspiraciones 01Massimo Polidoro, del Comité Italiano para la Investigación de las Afirmaciones de la Pseudociencia (CICAP), publicó recientemente “Revelaciones: El libro de los secretos y las conspiraciones”, el agregado más reciente de su vasta obra dedicada a los cuentos chinos que circulan en los medios de comunicación y entre el público en general. Con un título tan tentador, parecería que Polidoro esperaba atraer a los entusiastas de todo tipo de secretos. Como observó John Chadwick, “la urgencia de descubrir secretos está arraigada profundamente en la naturaleza humana; aun la mente menos curiosa se excita con la promesa de obtener conocimientos ocultos para los demás”.

Por supuesto que hay una gran diferencia entre dilucidar una escritura secreta que fue inteligible hace mucho tiempo y creer “secretos” como que los estadounidenses no llegaron a la Luna, que los atentados del 11 de septiembre fueron tramados por el entonces Presidente George W. Bush o que “El Código da Vinci” en realidad no es una obra de ficción. Pero es precisamente a los miembros de esta segunda corriente a quienes Polidoro dirige su obra. Su amable estilo de redacción quizá haga que al principio los lectores tengan la esperanza de que van a satisfacer todas sus curiosidades sobre las conspiraciones. Pero al final, Polidoro afirma que las supuestas conspiraciones detrás del asesinato de John F. Kennedy, de la muerte de Adolf Hitler y del matrimonio de Jesús con María Magdalena no son más que patrañas.

rivelazioni¿Por qué tienen tanto éxito los embustes?

Porque pretenden ofrecer explicaciones de una forma que atrae a quienes sienten que se les ha negado información importante.

En su libro más reciente, Polidoro menciona la obra de Karl Popper, filósofo de la ciencia: la idea de que muchas conspiraciones de hecho son construcciones sociales. En La sociedad abierta y sus enemigos (1962), Popper señaló que, por supuesto, existen algunas conspiraciones pero también que “el sorprendente hecho que, a pesar de su ocurrencia, desmiente la teoría de la conspiración es que pocas de estas conspiraciones tienen éxito a fin de cuentas . Los conspiradores rara vez consuman su conspiración”. En teoría, la idea de que el mundo está lleno de teóricos de la conspiración no debería de molestarno s. Por ejemplo, si determinado número de personas piensan que los estadounidenses no llegaron a la Luna, eso simplemente es malo para ellas. Pero resulta que dicha desinformación puede tener consecuencias que lleguen más allá. Pensemos, por ejemplo, que en 2003, la teoría de que Bush había maquinado el colapso de las Torres Gemelas para justificar la invasión de Irak fue suficiente para impedir que buen número de personas se detuviera a pensar en las verdaderas razones de la guerra. Todo esto nos llevaría a pensar que fue el mismo Bush el que inició los rumores de su supuesta implicación en los atentados de 2001.

Pero nosotros no podríamos tener una mente tan conspirativa.

Copyright Umberto Eco/L’Espresso, 2014.

Fuente: Clarín, 12/10/14.

conspiraciones 02

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Pseudociencia

Fuente: Wikipedia, 2014.

Una ilustración del siglo XIX sobre frenología típica: En la década de 1820, los frenólogos afirmaban que podían medir las «protuberancias» del cráneo de los individuos para predecir los rasgos de su personalidad.1 Desacreditada fuertemente en la década de 1840, fue la primera disciplina en ser llamada pseudociencia y se sigue considerándola como tal hasta el día de hoy.2

La pseudociencia o seudociencia (‘falsa ciencia’) es aquella afirmación, creencia o práctica que, no obstante a presentarse como científica, no cumple con un método científico válido, carece de respaldo de evidencias científicas o plausibilidad, no puede ser comprobada de forma fiable o carece de estatus científico.3 4 5 6 7 8 9 A menudo se caracteriza por el uso de afirmaciones vagas, contradictorias, exageradas o infalsables, una dependencia excesiva a la confirmación en lugar de pruebas rigurosos de refutación, poca o nula disposición a evaluaciones externas por otros expertos y en general una ausencia de procedimientos sistemáticos para el desarrollo racional de teorías. El término pseudocientífico a menudo se le considera inherentemente peyorativo, debido a que sugiere que algo es presentado vaga o incluso embusteramente como ciencia, cuando no lo es.10 En consecuencia, aquellas prácticas y defensores categorizados como tales usualmente rechazan esta etiqueta.10

Un área, práctica o cuerpo de conocimiento puede ser razonablemente llamada pseudocientífica cuando se presenta congruente con los criterios de la investigación científica, pero manifiestamente falla en cumplir tales requisitos.11 La ciencia también se diferencia de la revelación, teología y espiritualidad en que ofrece un entendimiento de la realidad mediante el conocimiento obtenido por la investigación y experimentación empíricas.12 La divulgación científica tendenciosa puede nublar las fronteras entre la ciencia y la pseudociencia del público general y puede además incluir ciencia ficción.13 Las creencias pseudocientíficas están ampliamente arraigadas, incluso entre periodistas y profesores de ciencia de escuelas laicas.14

El problema de la demarcación entre ciencia y pseudociencia tiene implicaciones políticas, además de problemas científicos y filosóficos.15 Distinguirlos tiene consecuencias prácticas en el caso de la asistencia médica, peritaje judicial, políticas ambientales y educación en ciencias.16 Es parte de la educación científica y la literatura científica diferenciar los hechos y teorías científicos de las creencias pseudocientíficas, como aquellas encontradas en la astrología, alquimia, y charlatanería y creencias ocultistas, unidas falazmente a conceptos científicos.17

Visión general

Término

El término pseudociencia se suele considerar como inherentemente negativo, ya que sugiere que algo está siendo incorrectamente presentado como ciencia, quizá incluso de forma intencionada.10 En consecuencia, aquellos de los que se afirma que practican o defienden pseudociencias normalmente discuten tal etiqueta pero por otro lado se encuentran miembros de la comunidad científica que cuestionan el uso peyorativo de la etiqueta como calificativo ante nuevas teorías, tesis o investigaciones.10

Etimología

El término pseudociencia o seudociencia18 es un neologismo formado a partir de la raíz griega pseudo, «falso», y la palabra latina ciencia, «conocimiento». Aunque el término como tal se emplea desde por lo menos finales del siglo XVIII,19 el concepto de pseudociencia como algo distinto de la ciencia real o auténtica parece haber surgido a mitad del siglo XIX. Uno de los primeros usos de la palabra «pseudociencia» proviene de 1844 en el Northern Journal of Medicine. También se registra un uso anterior del término en 1843, en la obra del fisiólogo francés François Magendie.2

Definición

Aunque los elementos que determinan si un cuerpo de conocimiento, metodología o práctica es científico pueden variar según el ámbito de actuación, existen ciertos principios generales con los que la comunidad científica se muestra en general de acuerdo. La noción básica es que todos los resultados experimentales deben ser reproducibles, y susceptibles de ser verificados por otros investigadores.20 Estos principios pretenden asegurar que los experimentos pueden ser reproducidos bajo las mismas condiciones, permitiendo mediante la investigación posterior determinar si una hipótesis o teoría acerca de un fenómeno es a la vez válida y fiable. Para ser considerado científico, un estudio debe aplicar el método científico en todos sus ámbitos, y el sesgo cognitivo debe ser controlado o eliminado mediante el muestreo al azar, técnicas específicas como el doble ciego, y otros métodos. Se espera que todos los datos recopilados, incluyendo especificaciones de las condiciones ambientales o experimentales, estén documentados y disponibles para su revisión por pares, permitiendo la realización de nuevos experimentos que confirmen o desmientan los resultados previos.

En general, y en la medida en que pueda resultar aplicable, la metodología científica exige que las teorías puedan someterse a pruebas empíricas rigurosas, mientras que a las pseudociencias, o bien no será posible aplicarles sistemas de refutación (por tratarse de formulaciones ambiguas), o bien sus partidarios protegerán la teoría (por ejemplo, con hipótesis auxiliares o ad hoc, formuladas a posteriori), en lugar de someterla a ensayos que puedan refutarla.

Karl PopperKarl Popper introdujo a mediados del siglo XX el concepto de falsabilidad para distinguir la ciencia de la no-ciencia.21 Un resultado es «falsable» cuando puede ser demostrado como erróneo, es decir, cuando puede diseñarse un experimento teórico con el que demostrar si es falso. De este modo, las afirmaciones «falsables» pueden ser consideradas como ciencia, mientras que las no «falsables» se consideran no-ciencia. Por ejemplo, la afirmación de que «Dios creó el Universo» puede ser cierta o falsa, pero no puede diseñarse ningún experimento que demuestre una cosa u otra; simplemente está más allá de la capacidad de la ciencia, ergo, no es «falsable» y por tanto es no-ciencia. Popper usó la astrología y el psicoanálisis como ejemplos de pseudociencias, y la teoría de la relatividad de Einstein como ejemplo de ciencia. Luego clasificó las formulaciones no-científicas en las categorías filosófica, matemática, mitológica, religiosa y/o metafísica por un lado, y pseudocientífica por otro, aunque no dio criterios claros para definir cada una.22

El término tiene connotaciones peyorativas, porque se usa para indicar que las materias así etiquetadas son errónea o engañosamente presentadas como científicas. Por este motivo, aquellos que cultivan determinada «pseudociencia», normalmente rechazan esta clasificación. El apelativo se ha aplicado a disciplinas como ciertas hipótesis de la física cuántica, las ciencias sociales, el psicoanálisis, la parapsicología y la criptozoología por la naturaleza de sus objetos de estudio difícil de aplicarle la misma rigurosidad científica que en otras disciplinas, no obstante esto es relativo y algunas de estas disciplinas acusadas de pseudocientíficas son aceptadas como científicas por universidades,23 asociaciones científicas,24 centros médicos, gobiernos, etc., por ejemplo, el psicoanálisis.

Muchas veces la discusión sobre un concepto o campo de conocimiento gira más alrededor de su consideración como ciencia o pseudociencia que acerca de los hechos y métodos reales. El filósofo de la ciencia Larry Laudan ha manifestado que el concepto pseudociencia no tiene significado científico y se usa mayoritariamente para describir una apreciación subjetiva: «Si quisiéramos permanecer firmes al lado de la razón, deberíamos deshacernos de términos como ‘pseudociencia’ y ‘acientífico’ de nuestro vocabulario; son sólo palabras huecas que cumplen una función emotiva.»25 Del mismo modo, Richard McNally afirma que «el término pseudociencia se ha convertido en poco más que una injuriosa palabra de moda para ningunear a los propios oponentes en las discusiones en los medios», y que «cuando los emprendedores terapéuticos hacen afirmaciones a favor de sus tratamientos, no deberíamos perder el tiempo intentando determinar si estos califican como pseudocientíficos. En su lugar se deberían hacer preguntas como: ¿Cómo sabe que su tratamiento funciona? ¿Cuáles son sus pruebas?»26

Características de las pseudociencias

Los autores que diferencian entre ciencias reales y pseudociencias señalan características cuya presencia simultánea, no necesariamente de todas a la vez (definición politética), ayuda a reconocer a las pseudociencias como tales:27 28 29 30 31

  • No tienen consistencia interna y externa. Es decir, soportan contradicciones lógicas y no se integran con otras ciencias.
  • No aplican métodos como los característicos de las ciencias, aquellos cuya validez pueda aceptarse con independencia de las expectativas del observador. Pero, Norwood Russell Hanson, en su libro Patterns of discovery de 1958, y apoyándose en la obra póstuma de Ludwig Wittgenstein, particularmente en sus Investigaciones filosóficas, señala cómo la observación de un hecho cualquiera siempre está sujeta a las expectativas del observador.32
  • Son dogmáticas. Sus principios están planteados en términos tales que no admiten refutación, a diferencia de las ciencias, donde las condiciones de refutación de las hipótesis o teorías están determinadas o pueden determinarse con precisión. Aunque esto último no es de aplicación estricta a las ciencias sociales, que a menudo no producen (ni pretenden producir) resultados precisos, y parten de premisas que hay que interpretar con cierto grado de subjetividad. Por otro lado, en la ciencia, a veces ocurre que proposiciones formalmente falsables, son en la práctica (en el estado actual de la técnica), imposibles de falsar (por ejemplo: «El universo es finito»).
  • Proclaman teorías para las que no aportan pruebas empíricas, que a menudo contradicen abiertamente las observaciones o resultados experimentales conocidos y aceptados. Aunque este tipo de problema también aparecen ocasionalmente en las ciencias (véase por ejemplo: Problema del horizonte)
  • Son incoherentes con el cuerpo teórico de disciplinas relacionadas, invalidando las explicaciones admitidas sin ofrecer alternativas mejores para la explicación de los mismos fenómenos ni reconocer la necesidad de hacerlo.
  • Son inmutables. Al no tener bases experimentales, no cambian incluso ante nuevos descubrimientos (como excepción especial están las ciencias a priori, concretamente las matemáticas y la lógica). La máxima autoridad teórica se le sigue atribuyendo al fundador o fundadores de la disciplina, y sus enseñanzas son tratadas como escrituras sagradas.
  • Utilizan ante el público un lenguaje oscuro, o emplean términos que tienen un significado preciso en ciencia con sentidos totalmente diferentes.
  • No cumplen la estrategia de la navaja de Occam (también conocido como principio de parsimonia), que es un método heurístico de búsqueda creativa de soluciones que propone que, en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla es la que se debe considerar como la más probable. O cuando la cumplen es basándose en la utilización de «ganchos celestes» (por ejemplo el creacionismo lo explica todo con base en un solo ente: Dios). navaja de ockham
  • No buscan leyes generales.
  • Descalifican las críticas por parte de las ciencias, a menudo, utilizando falacias ad hominem, aduciendo conspiraciones o proclamándose objeto de persecución cuando sus planteamientos son rebatidos.
  • Invocan entes inmateriales o sobrenaturales, tales como fuerza vital, creación divina, inconsciente metafísico, quintaesencia, etc. de los que proclaman a la vez, contradictoriamente, que intervienen en fenómenos observables, pero que son inaccesibles a la investigación empírica. Aunque también en física se especula con entidades que, a día de hoy, son inaccesibles a la investigación empírica, pero que se supone que intervienen en fenómenos observables (véase por ejemplo: Bosón de Higgs), y en psicología se emplean entidades inmateriales tales como por ejemplo: «inteligencia«.
  • Los promotores de la teoría hacen poco esfuerzo para desarrollar una teoría que supere los problemas a los que se enfrenta. Carecen de la vocación autocrítica propia de los científicos verdaderos.
  • Proclaman y exigen que se reconozca su carácter científico, pero sólo ante el público general, renunciando o siendo muy reticentes a poner a prueba sus explicaciones ante la comunidad científica establecida. El hecho de reclamar estatus científico las diferencia de otros campos, como la religión o la metafísica.

Algunos autores afines al relativismo epistémico o al llamado «programa fuerte» (o «estándar») de la sociología de la ciencia (Barry Barnes, Steve Shapin y David Bloor), la Escuela de París, (Bruno Latour y Michael Callon), el grupo de Bath, (Harry Collins y Steven Yearley), el grupo de norteamericanos y su “Etnometodología”, (Harold Garfinkel y Michael Lynch), ponen en duda que sea posible diferenciar con rigor y objetividad el límite que demarca la «ciencia» de la «pseudociencia», respaldando en algunos casos posiciones abiertamente contrarias a determinadas concepciones de lo que es ciencia y criticando el método científico.33 Estas posiciones relativistas fueron contestadas por los científicos Alan Sokal y Jean Bricmont en su libro Imposturas intelectuales (1997),34 el cual a su vez recibió contrarréplicas.

Algunos críticos de la pseudociencia consideran algunas o todas las formas de pseudociencia como pasatiempos inofensivos. Otros, como Richard Feynman,35 Richard Dawkins,36 Carl Sagan37 , Michael Shermer38 y Mario Bunge39 consideran que todas las formas de pseudociencia son dañinas, causen o no daños inmediatos a sus seguidores. Estos críticos generalmente consideran que la defensa de la pseudociencia puede suceder por varias razones, que van desde la simple candidez sobre la naturaleza de la ciencia y el método científico, hasta un engaño deliberado por beneficios económicos o políticos. No es apropiado tratar de pseudociencia cualquier cuerpo sistemático de creencias sólo por no considerar veraces sus postulados, sino que sólo tiene sentido hacerlo cuando desde la disciplina en cuestión se proclama sin fundamento su carácter científico.

Visión detallada

Explicaciones psicológicas

El pensamiento pseudocientífico se ha explicado en términos de psicología y psicología social. La tendencia humana a buscar confirmación en vez de refutación,40 la de mantenerse aferrado en las creencias confortables, y la de sobregeneralizar han sido mencionadas como razones comunes para la adherencia al pensamiento pseudocientífico. De acuerdo con Beyerstein (1991) los humanos son propensos a realizar asociaciones en función de la apariencia, y a menudo cometen errores en el pensamiento sobre causa y efecto.41

La utilidad de las etiquetas

Richard McNally, catedrático de Psicología de la universidad de Harvard, manifiesta: «El término ‘pseudociencia’ se ha convertido en poco más que una palabra de moda incendiaria para desacreditar rápidamente a un oponente a través de los medios de comunicación» y «Cuando los terapeutas manifiestan haber obtenido logros con sus prácticas, no deberíamos gastar nuestro tiempo en tratar de averiguar si sus prácticas se las pueden calificar de pseudocientíficas. En vez de eso, se le debería preguntar: ¿Cómo sabe usted que su práctica funciona? ¿Cuál es su evidencia?»42

Pseudociencia, protociencia y ciencia

La protociencia engloba áreas de conocimiento en proceso de consolidación. Por ejemplo la alquimia en el siglo XVII entraba dentro de esta categoría. Cuando se descubrió que los principios en la que se basaban (como la influencia de los planetas en los metales) no tenían respaldo experimental, pasó a ser una pseudociencia. Lo mismo puede decirse de la parapsicología en el siglo XIX y principios del XX. No todas las protociencias desembocan en pseudociencias. Existen autores que consideran que la alquimia dio origen a la química y la astrología a la astronomía; aunque se debe tener en cuenta que otros historiadores de la ciencia rebaten este punto, considerando al ocultismo y a la ciencia como tradiciones paralelas.43

No hay un acuerdo para la diferenciación entre protociencia, pseudociencia y ciencia. Hay ejemplos de teorías científicas vigentes que alguna vez fueron criticadas y etiquetadas como pseudocientíficas. La transición se caracteriza por una mayor investigación científica sobre el tema y el descubrimiento de más evidencias que sustenten la teoría. Así, la teoría de la deriva continental fue, en su momento, considerada pseudocientífica.44

El problema de la demarcación de las ciencias

Se han hecho varios intentos para aplicar rigor filosófico a la demarcación de la ciencia con resultados diversos. Estos incluyen el criterio de falsabilidad de Karl Popper y la aproximación histórica de Imre Lakatos, quien lo critica en su Methodology of scientific research programmes (Metodología de los programas de investigación científica). Historiadores y filósofos de la ciencia, principalmente Thomas Kuhn y Paul Feyerabend, sostienen desde otras perspectivas epistemológicas del conocimiento, que incluye la dimensión social, que no siempre es posible una distinción nítida y objetiva entre ciencia y pseudociencia.

Mario Bunge, filósofo de la ciencia, es conocido por su posición de incluir al psicoanálisis entre las pseudociencias. Críticas hacia la inconsistencia entre teoría y experiencia, o hacia el carácter especulativo del discurso se dirigen también a veces desde las ciencias naturales hacia ciertas ciencias sociales, como la economía o la psicopedagogía. El escándalo Sokal, por el nombre del físico que lo puso en marcha, mostró que desde una cierta orientación de la Sociología de la Ciencia postmoderna también se ha recurrido a veces a usar inconsistentemente el lenguaje de las llamadas ciencias duras, en lo que parece un intento irregular de legitimación científica, siendo esta una de las líneas de conducta frecuentemente reprochadas hacia las llamadas pseudociencias.

Para algunos sectores de la filosofía de la ciencia no existe un criterio de demarcación perfectamente delimitado, metodológico y objetivo para definir universalmente qué es ciencia y qué es pseudociencia,45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 todo intento de diferenciación es necesariamente arbitrario y subjetivo.

Peligros de la medicina pseudocientífica para la salud

Un campo en el que se usan frecuentemente alegaciones seudocientíficas es el de la curación de enfermedades. Existe un importante mercado de métodos curativos y diagnósticos presentados como mecanismos curativos de validez demostrada por estudios, que en muchos casos utilizan métodos mágicos tradicionales, como la imposición de manos o procedimientos sin fundamento científico, como la radiestesia o el empleo de pirámides. La mayoría de estos curanderismos, cuya extensión creciente debe mucho a internet, busca la credibilidad y el prestigio que tiene la ciencia, alegando por ejemplo desconocidas propiedades del agua,65 la supuesta acción de fenómenos cuánticos, o presuntas energías de naturaleza difusa.66

El cartílago de tiburón se ha promocionado falsamente como cura para el cáncer con base en una supuesta inexistencia de cánceres en tiburones. De acuerdo con Ostrander,67 esta práctica ha llevado a una continua disminución de las poblaciones de tiburones,68 y, lo que es más importante, ha alejado a los pacientes de terapias contra el cáncer que sí son efectivas. Los autores sugieren que «los mecanismos basados en la evidencia dada por la comunidad científica deberían añadirse al aprendizaje de los profesionales de los medios de comunicación y gubernamentales».

Un caso especial, por su extensión, es el de la homeopatía, cuya incongruencia con el conocimiento científico fue indicada ya en vida de su fundador, Samuel Hahnemann, y respecto a la que se han utilizado recientemente términos prestados de la mecánica cuántica (como el entrelazamiento) de manera admitidamente metafórica.69

Lo mismo ocurre con la reflexología podal, llegándose incluso a impartir cursos que a veces están financiados por la administración pública sanitaria y dirigidos a matronas, personas con formación científica e inmersas en el ámbito sanitario, lo que puede confundir a la ciudadanía dando apariencia de estar avalado por la ciencia. Estos cursos, en España los imparte gente sin formación médica reglada, por lo que su credibilidad deja mucho que desear. Cualquier persona, independientemente de su formación, tiene acceso a cursos de reflexología y puede obtener un diploma que lo capacita para la práctica profesional de dicha disciplina.

Algunos tratamientos alternativos de carácter pseudocientífico han producido accidentes graves, incluso muertes; pero se admite en general que el mayor peligro para la salud de los pacientes ocurre cuando, confiando en un método ineficaz, renuncian a medidas más efectivas, como hábitos más saludables o un tratamiendo médico de eficacia demostrada.70 71

Tabla: Campos considerados como pseudociencias

Algunos autores que defienden la posibilidad de un criterio de demarcación estricto entre ciencia y pseudociencia como Mario Bunge,72 Carl Sagan,27 Robert L. Park,28 29 James Randi,30 o Michael Shermer31 consideran que en algunos de los campos siguientes una parte significativa de sus practicantes presentan su disciplina como más o menos equivalente a campos del conocimiento rigurosos, imitándolos a veces formalmente en el lenguaje o las formas de comunicación, y adoptando títulos científicamente prestigiosos ante el público como «doctor» o «profesor», legitimados o no académicamente. Tal como se deduce de la caracterización del concepto, los practicantes de estas actividades afirman su carácter científico.

Ejemplos de disciplinas consideradas pseudocientíficas
Alquimia72 Fue una práctica que combinó elementos de lo que hoy son la química, la metalurgia, la física, astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte y algunos historiadores de la ciencia, no todos, la consideran precursora de la moderna química. Al contrario que la astrología, que sigue teniendo muchos seguidores en la actualidad, la práctica de la alquimia prácticamente desapareció durante el siglo XIX, quedando en la actualidad únicamente algunos seguidores,73 aunque para la mayoría de ellos se haya convertido en una corriente filosófica que ya no sigue los mismos objetivos,74 75 por lo que realmente únicamente serían pseudocientíficas algunas corrientes actuales, a pesar de la definición de Bunge.
Análisis técnico bursátil En su libro divulgativo Un matemático juega en bolsa, el profesor John Allen Paulos, especialista en lógica matemática y matemática social, describe un buen número de problemas y juegos matemáticos que hacen dudar del análisis bursátil, tanto técnico como fundamental, como un estudio científico real del mercado, tachándolo en muchos casos de pseudociencia. Paulos muestra en su libro que gran parte de las técnicas de análisis bursátil se basan en un mal empleo de la lógica, no teniendo una base matemática sólida que sustente dichas teorías, ya que no han demostrado, ni teórica ni empíricamente, que el mercado no se comporte de forma aleatoria y de acuerdo a estas reglas en muchos casos domáticas. A lo largo del libro se acusa en varias ocasiones a dichas técnicas de pseudociencia, siendo especialmente escéptico con aquellas sustentadas en series o números especiales como el número phi o la serie de Fibonacci, sin más base matemática que las correlaciones con el mercado real. El propio John Paulos se interesó en la base matemática real de este campo cuando perdió gran cantidad de dinero en la burbuja punto com.
Benoît Mandelbrot se ha referido al análisis técnico bursátil como astrología financiera, debido a la falta de base matemática seria que la sustente, así como en la interpretación basada en resultados excesivamene complejos y aplicacíon de métodos estadísticos erróneos o inadecuados a la naturaleza fractal de los mercados financieros.
Astrología76 Es la creencia en una relación causal entre la posición relativa de determinados planetas, satélites y estrellas y la personalidad y expectativas futuras de las personas.77Aunque la astrología tiene una larga tradición como sistema de creencias desde la antigüedad, sus bases como ciencia están refutadas desde el Renacimiento,78 a pesar de lo cual hoy en día existen intentos de reivindicar este papel.
BiomagnetismoMagnetoterapia Es el intento de curar enfermedades mediante imanes, su descubridor afirma poder curar enfermedades como el sida al inactivar virus mediante el uso de imanes, que desregularían a los patógenos internos. No hay ninguna evidencia y su creador fue acusado de fraude recientemente, a pesar de ello es una disciplina en expansión y que ha logrado engañar a mucha gente. La magnetoterapia insiste en poder mitigar dolor aunque reconoce que sus resultados varían según la persona.
Cerealogía79 También llamados pictogramas o crop circles (en inglés), son dibujos que aparecen en campos de cultivo (trigo, maíz, etc), supuestamente creados por extraterrestres, aunque sin evidencias empíricas.
Creacionismo y Diseño inteligente Algunas interpretaciones literales del Génesis niegan la Teoría de la evolución y plantean hipótesis alternativas como si tuvieran la misma validez. La teoría de la evolución no es sólo una hipótesis sino la teoría más sustentada que actualmente existe sobre el origen de los seres vivientes y es el cuerpo teórico unificador de las ciencias biológicas. Por esto, la gran mayoría de los científicos e instituciones científicas rechazan las afirmaciones sobre creacionismo científico y diseño inteligente por su falta de base científica y lo clasifican como pseudociencia. La comunidad científica califica de infundadas las acusaciones de tautología hacia algunas hipótesis evolutivas, como la selección natural.
Criptozoología80 La criptozoología es el estudio de los hipotéticos animales desconocidos para la zoología moderna, generalmente por medio de entrevistas a testigos y cualquier vestigio físico (huellas, heces, pelambre, etc.) que se pueda encontrar. Debido a que la mayoría de la evidencia en torno a los animales desconocidos suele ser de testimonios orales y de leyendas tradicionales, se considera por parte de un sector importante de la comunidad científica que no cumple con los criterios mínimos del método científico. Sin embargo, la criptozoología ha sido abordada por reconocidos biólogos, antropólogos, zoólogos y otros profesionales científicos serios de diferentes países que buscan lograr una rigurosidad científica. 81 82
Dianética (la “ciencia” de la cienciología)83 La dianética es una parte de la cienciología, consistente en una especie de «psicología» basada en los principios de la cienciología.84 Hubbard, el fundador de la cienciología, insiste varias veces a lo largo de su libro en que la Dianética es una ciencia85 y que su sistema, basado en la localización y eliminación de los engramas, permite la curación de toda clase de compulsiones, obsesiones, neurosis, y demás afecciones o enfermedades, incluyendo parálisis, cáncer y leucemia.86 Sin embargo nunca ha habido ninguna demostración científica de tales afirmaciones.
Feng Shui Es una forma de geomancia que supone la existencia de supuestas energías como el chi. Esta puesta en duda, ya que desde el punto de vista científico una energía propiamente dicha no puede ser positiva o negativa (no existe ese concepto en la física), por lo que no podría influir ni alterar el comportamiento humano y su relación con el medio. Por ello se sostiene entonces que no podría tener valor terapéutico.87
Fisiognomía En la Antigüedad la fisiognomía se desarrolló com un arte adivinatoria, que buscaba el destino en los rasgos de la cara, en parte por culpa de algunos párrafos de la Historia animalium de Aristóteles.88 Lavater, a finales del XVIII llamó así a la ciencia («una ciencia con reglas fijas») que permitiría conocer el carácter de una persona por los rasgos de su cara y la forma de su frente. Un obituario tras su muerte, señalaba que tras Lavater un noble no escogería un criado sin antes comparar su rostro con las láminas del libro. Darwin cuenta que estuvo a punto de no ser elegido como naturalista del Beagle, porque Fitzroy no veía con buenos ojos la forma de su nariz.89 La asignación de caracteres faciales y su asociación a rasgos de personalidad para los grupos humanos históricos, como los judíos o los eslavos, fue recuperada por el racismo pseudocientífico de la primera mitad del siglo XX, y una variante, la morfopsicología, inventada por un médico francés en 1937, todavía se emplea para selección de personal.
Flores de Bach (terapias florales)90 91 Los ensayos no demuestran ningún valor terapéutico más allá del efecto placebo.92 93 La preparación de los remedios, dejando algunas flores en agua al sol y diluyendo el filtrado después, no es compatible con ningún mecanismo físico-químico específico. Los pronentes dicen que se basa en «vibraciones», sin que se justifique que son o como se pueden observar. La selección de los remedios se basa en criterios ajenos a la experiencia, como la teoría de las signaturas,94 una doctrina precientífica propia de la medicina medieval, según la cual la virtud curativa ha sido marcada sobre las cosas o sobre sus nombres. Por ejemplo, la planta que Lineo llamó Impatiens porque dispara sus semillas, es propuesta para curar la impaciencia.
Frenología95 96 Era una teoría que afirmaba ser capaz de determinar el carácter y los rasgos de personalidad basándose en la forma del cráneo. Se basaba en la creencia de que diversos comportamientos están controlados por sitios distintos del cerebro, y que el mayor desarrollo de esas secciones supone un mayor tamaño, que se ve reflejado en la forma del cráneo. No se debe confundir con la craniometría o la fisonomía, que estudian los huesos del cráneo o los rasgos faciales sin intentar extraer información sobre la personalidad.
Grafología97 98 Se trata de la supuesta relación entre la escritura y la personalidad del individuo, pretendiendo inferir incluso el estado fisiológico y las aptitudes laborales del autor de la escritura. No debe confundirse con la caligrafía forense, que es usada en la justicia como técnica auxiliar para determinar si un escrito pertenece a una persona en particular.
Homeopatía Muchos consideran la homeopatía como un residuo pseudocientífico de la época de la alquimia. Los resultados atribuidos a la homeopatía se pueden explicar por el efecto placebo.99 Otra crítica a la homeopatía es su falta de consistencia externa. Esta teoría asume que el agua de algún modo «recuerda» las propiedades químicas de las moléculas que alguna vez estuvieron en contacto con ella, pese a que la investigación empírica no confirma la hipótesis de la llamada memoria del agua.
Negacionismo del Holocausto100 El negacionismo del Holocausto está considerado una pseudociencia (en la disciplina de la historia) no porque sea revisionista (el revisionismo es una actividad legítima del historiador, por ejemplo, a la luz de nuevas evidencias), sino porque para lograr su objetivo de negar el Holocausto necesitan negar todos y cada uno de los principios del método científico: deciden primero cómo quieren que sean los «hechos», en lugar de recurrir a testigos oculares y a pruebas físicas y documentales. Elaboran teorías para «probar» que los hechos «auténticos» son como ellos quieren que sean. Reescriben la historia para dar apoyo a una agenda, a menudo política, usando un sinnúmero de falacias lógicas que corroboren sus tesis. Nunca someten sus trabajos a la revisión por pares. A causa de todo ello, la comunidad de historiadores consideran a estos escritos como defectuosos y no fiables desde el punto de vista científico.
Numerología101 102 La numerología actual se basa en los principios esbozados por Pitágoras. Consideraba que el universo es una obra sólo descifrable a través de las matemáticas. Los pitagóricos postulaban que la Tierra, el Sol y el resto de los planetas conocidos, giraban en torno a una fuerza simbolizada por el número uno.
Parapsicología103 Esta doctrina sostiene la existencia de fenómenos como la telepatía, la videncia a distancia y del futuro, y la telequinesis, entre otros. La parapsicología atribuye esos supuestos hechos a la percepción extrasensorial y a otras capacidades supra-normales que no pretende explicar. Es bastante ambigua no sólo porque trata de entidades no físicas como los fantasmas y acontecimientos no físicos como la telepatía, sino también porque no ofrece afirmaciones detalladas acerca de sus mecanismos de acción o regularidades. No obstante, diferentes universidades del mundo han financiado investigaciones parapsioclógicas y tienen departamentos de parapsicología,104 además la Asociación Americana de Parapsicología pertenece a la Sociedad Americana para el Avance de las Ciencias la cual agrupa a todas las asociaciones científicas de EE.UU.105
Piramidología97 La piramidología es una creencia que afirma que los objetos en forma de pirámide con base cuadrada, simplemente por su forma, pueden provocar fenómenos tales como mantener los alimentos frescos durante mucho más tiempo de lo normal. Se cree que el origen de esta creencia fue el supuesto descubrimiento en las pirámides de la Meseta de Guiza de momias y otros objetos orgánicos en relativamente buen estado a pesar de su edad.106 Aseveración totalmente falsa. Además, los experimentos realizados no han mostrado ningún efecto.107
Psicoanálisis En su modelo de demarcación de la ciencia, Karl Popper tomó al psicoanálisis como ejemplo de pseudociencia, en contraste con la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Popper observó que mientras las condiciones de refutación de las hipótesis de Einstein estaban determinadas con precisión y Einstein estaba dispuesto a empezar de nuevo si la evidencia no las sustentaba, las teorías de Sigmund Freud eran infalsables y le permitían reinterpretar la evidencia para mantener las hipótesis.Aunque Popper calificaba al psicoanálisis como pseudociencia no sugiere que no sea racional o que no sea valioso. Popper mismo declara que el psicoanálisis: «Constituye una interesante metafísica psicológica (y no cabe duda de que hay alguna verdad en él, como sucede tan a menudo en las ideas metafísicas)».108Adolf Grünbaum considerado el heredero de Karl Popper en la crítica epistemológica al psicoanálisis, considera por otro lado que el psicoanálisis sí es falsable, pero con el resultado de ser una teoría falsa.Alan Sokal y Jean Bricmont explican en su controvertido libro Imposturas Intelectuales cómo Jacques Lacan usa el lenguaje matemático en su teoría del psicoanálisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar carácter científico.109 Otros autores, sin embargo, explican que el uso por parte de Jacques Lacan de un lenguaje matemático significó no el intento de demostrar matemáticamente las afirmaciones del psicoanálisis, sino una representación explícitamente metafórica de algunas de tales afirmaciones. La respuesta de Sokal es que tal uso simbólico de conceptos matemáticos, muy probablemente desconocidos por la gran mayoría de los lectores de Lacan, es de dudosa utilidad. El matemático Arkady Plotnitsky manifestó que dicho libro contiene aseveraciones matemáticamente erróneas, en particular cuando se trata con números complejos, lo cual desacreditaría el argumento expuesto.110El epistemólogo Mario Bunge también usa al psicoanálisis como ejemplo en su modelo de demarcación de la ciencia. Sostiene que el psicoanálisis es una forma de pseudociencia porque carece de consistencia externa: las diferentes disciplinas científicas interactúan apoyándose las unas a las otras tanto en sus aspectos teóricos como empíricos. El grave problema del psicoanálisis, sostiene Bunge, es que se trata de una disciplina aislada del resto del conocimiento (no interactúa con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología experimental, la neurociencia cognitiva y las ciencias biológicas). Más aún, el psicoanálisis es incongruente con los descubrimientos de estas disciplinas.111 112 113Por otra parte algunos filósofos de la ciencia114 e investigadores115 sostienen que el psicoanálisis sí puede investigarse científicamente. Aunque otros filósofos116 y psicoanalistas117 sostienen que el psicoanálisis no puede investigarse científicamente. En todo caso hay gran variedad de corrientes psicoanalíticas y sólo cabría plantear la posibilidad de acusar de pseudocientíficas a aquellas que se consideran a sí mismas científicas.Autores como Van Rillaer recopilaron ejemplos sobre la forma en que Freud y otros psicoanalistas descalifican a sus críticos empleando argumentos de autoridad y falacias ad hominem.118 119
Psicología transpersonal120 Se trata de corrientes de pensamiento psicológico fundamentadas en creencias religiosas, ocultistas o filosóficas, muy a menudo cercanas a movimientos como el New Age. Sus prácticas y creencias no poseen, en la mayor parte de los casos, fundamentos empíricos testables necesarios para toda ciencia. Arranca del pensamiento de autores post-freudianos como Carl Jung. Al igual que con el psicoanálisis freudiano, aunque no todas sus afirmaciones pudieran carecer de fundamento real, no existe en sus prácticas y tradiciones de generación de conocimiento un modo de distinguir entre lo válido y lo erróneo. Estas corrientes de pensamiento también se han asociado en ocasiones a la parapsicología. Muy pocos psicológos realizan en realidad investigación científica seria sobre estos temas.
Quiropráctica La quiropráctica fue fundada por el magnetoterapeuta David D. Palmer en Iowa (EEUU) a finales del siglo XIX, plantea que las enfermedades son resultado de un mal flujo de la llamada inteligencia innata debido a las subluxaciones vertebrales, que la medicina no reconoce con este carácter. En consecuencia se realizan ‘tratamientos’ consistentes en presiones o giros sobre el cuello o algún otro punto de la columna vertebral.Existen publicaciones científicas 121 122 que reportan que como resultados de dichos ejercicios se han producido presiones sobre arterias que han llegado a ser la causa de infartos. Sin embargo, el carácter de masaje o presión en ciertos puntos de la espalda contribuye a aliviar a corto plazo dolores de espalda en personas, aunque los resultados no superan los que corresponde al efecto placebo.Los defensores de la misma, alegan la existencia de programas universitarios en EEUU (y algún otro país anglosajón), si bien hay que señalar que el reconocimiento de dichos programas de estudios proviene únicamente de la Federaciíon de Quiropráctica. En España, ni los programas de formación impartidos en el extranjero, ni los que se imparten en España tienen reconomiento universitario ni validez legal alguna.
Radiestesia123 La dependencia de los fenómenos en que se basa la radiestesia respecto al efecto ideomotor y las expectativas del sujeto, está demostrada desde el siglo XIX.124
Ufología125 126 127 La Ufología es el estudio de los objetos voladores no identificados (ovnis) y frecuentemente incluye la creencia de que los ovnis son la evidencia de visitantes extraterrestres.128 Cabe destacar que en sus orígenes la ufología fue impulsada con base científica por profesionales certificados como el doctor en astronomía Josef Allen Hynek y el astrofísico Jacques Fabrice Vallée, quienes intentaron hacer de la ufología una ciencia seria y reconocida por la comunidad científica internacional, incluso llegando a llevar tales argumentaciones ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Tras la negativa de la ONU la ufología no fue acreditada ni apoyada por las naciones predominantes ni por sus universidades y esto dio lugar a la proliferación de múltiples «investigadores» que afirmaban ser ufólogos sin tener base científica para sus «investigaciones» e inclusive sin tener fines científicos en el tema sino más bien volcando argumentos sobrenaturales, ficticios o incluso religiosos, supuestamente versados en la ufología pero con fines comerciales y no científicos.Es por esa razón que existe una gran cantidad de personas que se vuelcan por el lado de la pseudociencia al referirse a la ufología y no investigan ni tratan sus temas de manera científica pese a que aún persisten algunos pocos ufólogos que proceden de manera científica con este asunto.No debe confundirse a la ufología con la búsqueda de inteligencia extraterrestre de proyectos científicos académicamente aceptados como el SETI. Por este motivo se ha sugerido utilizar el término exobiología para diferenciarlo de la ufología en tanto que la primera es una disciplina que se dedica a buscar vida extraterrestre (inteligente o no) con técnicas científicas como la exploración espacial, el análisis de suelos de diferentes planetas o satélites o la emisión y recepción de señales de radio. Hasta la fecha la exobiología no ha arrojado datos certeros sobre la existencia de vida fuera de la Tierra por lo que se la considera aún una mera hipótesis.
Sintergética La teoría sinergética fue establecida por el matemático y físico Hermann Haken. La teoría sinergética, según sus representantes, es una curación biónica y no un tratamiento médico. Así evitan disputas con la medicina occidental.129

Véase también:

Referencias

Véase el artículo en inglés para ver las referencias en rojo.
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  3. Error en la cita: Etiqueta <ref> inválida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas definition
  4. «Seudocientífico – Falsamente científico» según el DRAE.
  5. Hansson, Sven Ove (1996). Philosophia Naturalis. pp. 169–176. – Citado en Universidad de Stanford (ed.): «Science and Pseudoscience» (en inglés). Stanford Encyclopedia of Philosophy.

    Muchos escritores sobre la pseudociencia enfatizan que esta es no-ciencia haciéndose pasar como tal. El clásico moderno sobre el tema (Gardner 1957) luce el título «Modas y falacias en el Nombre de la Ciencia» (Fads and Fallacies in the Name of Science en inglés). Según Brian Baigrie (1988, 438), “lo que es cuestionable sobre estas creencias es que se enmascaran como genuínamente científicas.” Estos y muchos otros autores asumen que para ser pseudocientífica, una actividad o enseñanza tiene que cumplir los siguientes dos criterios (Hansson 1996): (1) no es científica, y (2) sus mayores defensores tratan de crear la impresión de que sí lo es.

  6. Hewitt et al. (2003). Conceptual Physical Science (en inglés). Addison Wesley. ISBN 0-321-05173-4.
  7. Bennett et al. (2005). The Cosmic Perspective (en inglés). Addison Wesley. ISBN 0-8053-8738-2.
  8. Shermer M. (1997). W. H. Freeman and Company, ed. Why People Believe Weird Things: Pseudoscience, Superstition, and Other Confusions of Our Time (en inglés). ISBN 0716730901. Parámetro desconocido |Ubicación= ignorado (se sugiere |ubicación=) (ayuda), citado en National Science Board. National Science Foundation, Division of Science Resources Statistics (2006). «Science and Technology: Public Attitudes and Understanding». Science and engineering indicators 2006.

    (Las pseudociencias son) afirmaciones presentadas de forma que parezcan ser científicas incluso aunque les faltan plausibilidad y evidencias que las respalden (p. 33)

    En contraste,

    (Las ciencias son) un conjunto de métodos diseñados para describir e interpretar fenómenos observados e inferidos, pasados o presentes, y con el objetivo de construir un cuerpo de conocimiento verificable, abierto a la refutación o confirmación (p. 17))

  9. «¿Qué son las seudociencias?». http://www.lanacion.com.ar/.
  10. Hansson, Sven Ove (2008). «Science and Pseudoscience». Stanford Encyclopedia of Philosophy.
  11. Error en la cita: Etiqueta <ref> inválida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Cover_Curd_1998
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  16. Error en la cita: Etiqueta <ref> inválida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Stanford
  17. Error en la cita: Etiqueta <ref> inválida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Hurd
  18. seudociencia es la forma admitida como correcta por la Real Academia de la Lengua Española
  19. Se usó en referencia a la alquimia en 1796 en la obra de Andrews, James Pettit; Henry, Robert (1796). T. Cadell y W. Davies, ed. History of Great Britain, from the death of Henry VIII to the accession of James VI of Scotland to the Crown of England (en inglés) II. p. 87. Consultado el 29 de mayo de 2011. Texto «enlaceautor» ignorado (ayuda); Texto «enlaceautor» ignorado (ayuda); Parámetro desconocido |= ignorado (ayuda); Parámetro desconocido |ubicacion= ignorado (se sugiere |ubicación=) (ayuda)
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  33. El filósofo de la ciencia Paul Feyerabend se asocia particularmente con la idea de que intentar distinguir entre ciencia y pseudociencia es algo que no se sostiene cuando es tratado con rigor epistemológico, y además es pernicioso. «La idea de que la ciencia puede, y debería, desarrollarse de acuerdo a reglas fijas y universales, es no realista y es pernicioso….la idea va en detrimento de la ciencia, debido a la negligencia de omitir las condiciones físicas e históricas que influyen en el cambio científico. Hace a la ciencia menos adaptable y más dogmática.»[1]
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    Thus, an underlying similarity in discourse could exist between homeopathy and quantum theory which could be useful for modelling the homeopathic process. (Por ello, puede existir una similitud subyacente en el discurso entre la homeopatía y la teoría cuántica, que puede ser útil para modelar el proceso homeopático.)

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Bibliografía en español

Enlaces externos