Diabetes: Prueban con éxito un páncreas artificial
noviembre 23, 2016
Una esperanza para 300 mil diabéticos: prueban con éxito un páncreas artificial
Se trata de un software que regula desde un celular el valor de azúcar en sangre, sin necesidad de que el paciente deba realizar las correcciones habituales con insulina.
Por Rosario Medina.
Así se ve en el dispositivo.
Por primera vez se probó un páncreas artificial en pacientes con diabetes tipo 1. Es el primer ensayo de estas características que se realiza en la Argentina y lo llevaron adelante investigadores del Hospital Italiano y del Conicet, con la colaboración de la Universidad de Virginia, Estados Unidos. Participaron cinco pacientes que estuvieron utilizando el dispositivo durante 36 horas, en las que permanecieron internados y monitoreados por el equipo de investigadores.
Los investigadores explicaron en conferencia de prensa que el objetivo del páncreas artificial es regular de forma automática el valor de azúcar en sangre, sin necesidad de que el paciente deba realizar las correcciones con insulina habituales en el manejo de la diabetes tipo 1.
Sociedad – Leticia Vázquez,es insulinodependiente Foto: Fernando de la Orden
El dispositivo está compuesto por un sensor continuo de glucosa y una bomba de infusión de insulina, ambos conectados vía bluetooth a un teléfono celular que tiene instalado un software con un algoritmo que va sacando, mediante cálculos matemáticos, los valores de insulina que necesita el paciente. Para ello, el paciente debe introducir algunos datos, como qué va a comer y a qué hora.
“Ya estamos avanzando en una segunda etapa, para la que se está trabajando en un nuevo algoritmo de control para aumentar la autonomía y disminuir aún más la necesidad de intervención del paciente”, anunció el doctor Luis Grosembacher, investigador principal del estudio y jefe de la sección Diabetes del Servicio de Endocrinología del Hospital Italiano. Para una segunda etapa se utilizará un algoritmo desarrollado completamente en la Argentina por investigadores del ITBA, la Universidad Nacional de Quilmes y la Universidad Nacional de La Plata y que apunta a que haya una intervención aún menor del paciente, esto es, que no tenga que introducir datos.
Hospital Italiano. Equipo Interdisciplinario que trabajó en la fase inicial del proyecto de Páncreas Artificial. Foto Emiliana MIguelez
“Lograr objetivos glucémicos estables en una persona que no tiene un páncreas que regula la secreción de insulina y hacerlo en forma artificial va a reducir la incidencia de complicaciones crónicas a largo plazo en estos pacientes”, añade el especialista. “Con el páncreas artificial es posible evitar las complicaciones crónicas”.
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De hecho, el éxito de este primer ensayo quedó demostrado porque durante las 36 horas que los cinco pacientes estuvieron conectados al dispositivo, todos pudieron regular los niveles de glucosa y ninguno presentó cuadros de hiperglucemia (los niveles de glucosa se elevan) o de hipogucemia (los niveles de glucosa bajan demasiado).
“El objetivo de este desarrollo es aliviar el trabajo arduo que es tener diabetes”, explica el doctor Daniel Chernavvsky. “El paciente con diabetes tipo 1 tiene los valores de azúcar que suben y bajan, y se tienen que chequear los niveles a cada. El medidor continúo lo hace automáticamente y envía al asistente esa información. Con esa información, sumada a una serie de cálculos históricos y predictivos, no sólo regula los niveles, sino que evita complicaciones. En el caso de los chicos, uno de los miedos más grandes de los padres es que sufran una hipoglucemia cuando duermen. Esto fue reducido a cero”, añade el especialista, que además es pediatra y ha realizado este tipo de ensayos con chicos en los Estados Unidos.
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«Evitar las hipoglucemias nocturnas es un gran avance. Los padres son el páncreas de los chicos, son quienes están pendientes de sus niveles de glucosa. Si logramos que sea totalmente automático, es un avance», añade Chernavvsky. “El proyecto en Argentina se inició hace seis años, con el objetivo de que el paciente se pueda independizar de todos esos cálculos matemáticos que normalmente tienen que hacer con ayuda de un médico”, explica el ingeniero Ricardo Sánchez Peña, del Instituto Tecnológico de Buenos Aires y responsable técnico principal del estudio.“Este primer estudio fue aprobado por la ANMAT y esperamos que próximamente podamos llevar adelante la segunda prueba”, añadió el investigador, que trabaja en el desarrollo del nuevo algoritmo.
El ensayo realizado en la Argentina forma parte de un consorcio de países (entre ellos Francia, Holanda y Estados Unidos) que están realizando ensayos clínicos con este sistema de páncreas artificial con el algoritmo desarrollado por la Universidad de Virginia. Actualmente, hay 240 pacientes en el mundo que están haciendo pruebas de un año como las de Argentina. Los primeros resultados han sido asombrosos. Gracias al páncreas artificial se pasó de 15% de hipoglucemias a cero. Y en el caso de las hiperglucemias, se pasó de pacientes que estaban en promedio entre 4 a 5 horas en estado de hiperglucemia, a estar no más de 12 minutos en ese estado. Esto es gracias al sistema de alarma que tiene el páncreas artificial: cuando el paciente comienza a descompensarse, se activa de inmediato el sistema de alarma, que cuenta con más de una persona para responder, lo que reduce notablemente el riesgo de complicaciones. Además, los datos que quedan registrados en el celular, pueden ser enviados al médico vía mail. Así, también se pueden reducir notablemente la necesidad de consultas con el médico en consultorio. Y abrirá la puerta a la telemedicina: la posibilidad de monitorear al paciente a distancia, sin necesidad de realizar una consulta presencial cada tres meses. «Con esto podríamos ver al paciente una vez por año», grafica Grosembacher.
Fuente: Clarín, 22/11/16.
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Los riesgos de estar triste o enojado
octubre 26, 2016
Estar triste o enojado duplica el riesgo de infarto
Si en esas condiciones la persona hace un esfuerzo físico extremo, las posibilidades de tener un ataque se triplican, señala un estudio.
Experimentar malestar emocional, sentirse enojado o realizar un esfuerzo físico pesado parece duplicar el riesgo de infarto. Pero es aún peor si combinamos ambos factores: si además de estar enojados hacemos un esfuerzo físico, el riesgo de un ataque al corazón se triplica, según una nueva investigación que se publica en Circulation, la revista de la Asociación Americana del Corazón. Lo bueno del estudio es que las conclusiones parecen confirmar que una actividad física adecuada y regular ayuda a prevenir los ataques cardíacos en personas expuestas a estos factores de riesgo.
En un gran estudio internacional, los investigadores encontraron una asociación (más del doble de riesgo) entre el malestar emocional y la aparición de los síntomas de ataque al corazón dentro de una hora, igual que ocurre con el esfuerzo físico pesado durante la hora previa a un primer ataque al corazón. Sin embargo, la relación fue más fuerte (más de tres veces el riesgo) en aquellos pacientes que recordaban estar tristes o tener un trastorno emocional y al mismo tiempo participar en el esfuerzo físico pesado.
“Estudios anteriores habían explorado estos desencadenantes de un ataque al corazón, pero tenían menor número de participantes o se completaron en un país y los datos de muchas partes del mundo son limitados”, afirmó Andrew Smyth, autor principal del estudio e investigador en el Instituto de Investigación de la Salud de la Población en la Universidad McMaster en Canadá, y en el Centro de Investigación Clínica HRB en Galway, Irlanda. “Es el primer estudio que representa tantas regiones del mundo, incluyendo la mayoría de los principales grupos étnicos de todo el mundo”, subrayó.
Los investigadores analizaron los datos de 12.461 pacientes con una edad media de 58 años que participaron en InterHeart, un estudio de pacientes con un primer ataque al corazón a lo largo de 52 países. Los participantes completaron un cuestionario acerca de si habían tenido alguno de los factores desencadenantes durante la hora antes de su ataque al corazón y si habían experimentado alguno de los factores desencadenantes en la misma hora el día anterior al infarto cardíaco.
Los autores afirmaron que estos detonantes parecían aumentar de forma independiente el riesgo de ataque de una persona más allá de lo planteado por otros factores de riesgo, como la edad, el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión arterial y otros problemas de salud. Smyth señaló que los factores emocionales y físicas extremos tienen efectos similares en el cuerpo.
“Ambos pueden aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, cambiando el flujo de la sangre a través de los vasos sanguíneos y reduciendo el suministro de sangre al corazón -explicó–. Esto es particularmente importante en los vasos sanguíneos ya estrechados por la placa, lo que podría bloquear el flujo de sangre que conduce a un ataque al corazón”.
“La actividad física regular tiene muchos beneficios para la salud, incluyendo la prevención de enfermedades del corazón, por lo que queremos que esto continúe. Sin embargo, recomendamos que una persona que está enojada o molesta que quiere hacer ejercicio para despejar la mente no vaya más allá de su rutina normal hasta los extremos de la actividad”, remarcó.
Una limitación del estudio fue que los participantes tenían que recordar sus desencadenantes y que tras un ataque al corazón, una persona puede tender más a decir que experimentó un detonante más de lo que diría si no hubiera sufrido el infarto. Además, no se les dio a los participantes ninguna descripción exacta de qué era estar triste o tener un trastorno emocional o realizar grandes esfuerzos físicos. Estos detonantes autodefinidos parecen tener el mismo efecto en todos los países y grupos étnicos.
“Este gran estudio de casi todo el mundo proporciona más evidencia de la relación fundamental entre la mente y el cuerpo”, afirma Barry J. Jacobs, doctor en Psicología, voluntario de la Asociación Americana del Corazón y director de Ciencias del Comportamiento en el Programa Crozer-Keystone de de Medicina Familiar en Springfield, Pensilvania, Estados Unidos.
“El exceso de enojo, en condiciones inadecuadas, puede provocar un ataque al corazón que pone en peligro la vida. Todos deberíamos ejercitar la salud mental y evitar perder los estribos hasta los extremos. Las personas que están en riesgo de sufrir un ataque al corazón deberían hacer lo posible para evitar situaciones emocionales extremas”, afirmó Jacobs y recomendó en estos casos prácticas como el apoyo mutuo, hablando con personas que estén en situaciones similares.
Fuente: Clarín, 12/10/16.
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En Argentina, la hipertensión aumentó 8,5% en 7 años
octubre 14, 2016
La hipertensión aumentó un 8,5% en sólo 7 años
El 36,3 % de los adultos en el país ya sufre esta enfermedad. Preocupan el desconocimiento y la falta de controles.
Por Valeria Román.
“Los resultados del estudio son preocupantes. Porque tener la presión arterial sin control por mucho tiempo implica un mayor riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular, enfermedad de los riñones, infartos e insuficiencia cardíaca, que son trastornos que pueden conducir a la muerte”, explicó a Clarín Claudio Majul, que forma parte del comité organizador del congreso, y es integrante de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
Miguel González, presidente del comité científico del congreso y jefe de unidad coronaria del Sanatorio Finochietto, explicó que la hipertensión “se mide como la fuerza ejercida por el flujo de la sangre sobre las paredes de las arterias. Si da mayor o igual a 14/9 a lo largo de 3 mediciones correctas –con el paciente en reposo y tranquilo– se diagnostica la hipertensión arterial. Es una condición crónica pero que cuenta con tratamientos que permiten mantenerla bajo control”.
En 2008, los investigadores de la SAC habían impulsado el estudio -que llaman Renata (por las iniciales de Registro Nacional de Hipertensión Arterial) sobre prevalencia en Capital. Al año siguiente, sumaron a más personas de 7 provincias: el 33,5% de la población adulta sufría hipertensión. En 2015, se volvió a hacer el estudio, en colaboración con la Federación Argentina de Cardiología (FAC) en 18 provincias. Participaron 5931 mayores de 18 años. Para hacer el estudio Renata 2, que fue patrocinado por el laboratorio Gador y la empresa Nestlé, se puso una mesa en 25 filiales del Registro Nacional de las Personas. A cada participante, se le hizo una encuesta con consentimiento informado y se le preguntó por el nivel de consumo de sal. Le tomaron la presión arterial durante 3 veces, mientras la persona estaba sentada. Y le midieron el cuello y el perímetro abdominal. A los que ya sabían que sufrían hipertensión, le hicieron una encuesta sobre la adherencia al tratamiento. Todas esas mediciones y respuestas se compilaron y analizaron y arrojaron los resultados preocupantes.
Cuatro de cada 10 argentinos con hipertensión lo desconoce. Entre los que sí conocen, el 45% no está bajo tratamiento médico. Sólo el 24,2% tiene la enfermedad bajo control. Esa última cifra también llamó la atención. “La cantidad de hipertensos que tiene controlada la enfermedad bajó en un 8,7%”, advirtió Augusto Vicario, otro de los integrantes del equipo que hizo el estudio. Otros datos significativos es que la hipertensión está afectando a gente joven, pero que desconoce que tiene el problema. El 73,4% de los hipertensos menores de 35 años (que fueron detectados durante el estudio) desconocen la enfermedad, que se puede controlar con cambios en la alimentación, más actividad física y medicación. Hay que bajar el consumo de sal, comer más frutas y verduras, legumbres y pescado, y dejar de fumar tabaco.
Sin embargo, muchos de los que ya sabían que eran hipertensos no hacen caso a los consejos. Sólo el 50,4% de los hipertensos toman y siguen diariamente la medicación contra la hipertensión. Aunque saben que es su gran enemigo, los hipertensos que conocen su enfermedad agregan sal a la comida “siempre” en el 16,4% de los casos. Respondieron “raras veces” el 26,5% y “nunca” el 57,2 de los hipertensos. En este grupo de hipertensos, el 72% dijo que habían disminuido el consumo de sal en el último año.
Pero el cambio aún está pendiente. “Disminuir el consumo de sal puede reducir entre un 20 y un 30% la cantidad de eventos cardiovasculares, como infartos o ACV, Eso se logra quitando el salero de la mesa, reemplazando la sal al cocinar por otras especias que aporten sabor, y, primordialmente, consumiendo menos productos procesados y panificados, que son una de las principales fuentes de sodio en la dieta de los argentinos”, resaltó Gustavo Cerezo, ex presidente de la Federación Argentina de Cardiología y médico del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.
Fuente: Clarín, 14/10/16.
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Hay vida después de la jubilación
septiembre 6, 2016
Los que se animan a una nueva vida después de la jubilación
En entidades públicas y privadas, hay más iniciativas de diversión y aprendizaje para personas mayores.
Sadi Vergona, integrante del ballet 40/90.
“Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida”, sostenía el pintor español Pablo Picasso. En la Argentina, hay diferentes iniciativas en marcha para hacer que las personas mayores pueden desarrollar actividades que les interesen. Algunas se enfocan en asignaturas pendientes y otras descubren pasiones que las motivan a seguir adelante y favorecen su salud.
Como le pasó a Maria Ester Litvak, que se jubiló como docente y ahora se dedica a “hacer todo lo pendiente”. Pasa a buscar a sus nietos por la escuela, viaja al exterior y toma todos los cursos posibles. “Aprendí sobre cine, inglés y Borges en el Centro Cultural Rojas de la UBA”. Se anotó como voluntaria en un programa de la Fundación Navarro Viola para personas mayores: ya recibió entrenamiento para ser “mediadora cultural” en museos de la ciudad de Buenos Aires. “Preparamos cada visita de una manera creativa”, contó a Clarín la mujer, que también hace caminatas diarias. “Yo no tengo el oficio de abuela cuida-chico. Mis hijos lo saben. Tengo mi vida y la amo. No me siento desvalorizada. Sé que hay que saber escuchar, y que la valoración social pasa por el lugar en que te ubicás en la vida”.
En la sala de teatro Apacheta, que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro y se encuentra en el barrio porteño de Balvanera, la obra Mi hijo sólo camina un poco más lento es una apuesta a la integración de las diferentes edades y perspectivas. Allí, Elsa Bloise y Luis Blanco brillan con sus actuaciones. “Yo me casé y me dediqué a hacer trámites para la empresa que tenía mi marido. Pero desde chica me gustaba el teatro, y cada tanto tomaba talleres. Después de cumplir 60, empecé a trabajar en obras de teatro. Los directores veían mi entusiasmo y se me abrieron puertas. Hasta estuve actuando en Berlín. Fue algo inesperado”, comentó Bloise a Clarín. La mujer vive en el barrio de Parque Patricios, hace expresión corporal, y tiene muchos amigos. “Con el elenco del teatro, me siento muy bien. Creo que también depende mucho de uno. Si uno habla todo el tiempo de enfermedades, aburre. Yo siento que no hay que ser pesada. Es una cualidad que hace que la juventud te acepte. A mi me encanta tejer, y les hago escarpines a todos los que me conocen”. Su compañero, Luis, se jubiló como mecánico de autos hace 26 años, pero ahora se le dio la oportunidad como actor: “Me enganché de entrecasa en un taller del centro cultural de Parque Chacabuco, y más adelante empecé con la obra en Apacheta. Hacer teatro me cambió la vida. Es pura felicidad. El grupo es todo amor”.
Sadi Vergona, de 86 años, fue enfermera en hospitales y sanatorios. Y ahora se luce en un ballet todos los viernes por la noche en el teatro Empire, de Capital. “Después de jubilarme, empecé otra vida. Me formé como instructora de tai chi, y ahora doy una clase por semana. También tomo clases de clown. Soy integrante del ballet 40/90 creado por Elsa Agras para mujeres sin experiencia en baile. Había que tener ganas de bailar y comprometerse con ir. A mí me aportó mucho el movimiento. Siempre es salud y socializante. Cuando era chica, veía las películas de Ginger Roger y Shirley Temple, y nunca pensé que iba a bailar como ellas. Me encanta que el público se vaya feliz y con mucha energía. Uno no puede impedir que los años no vengan, pero hay que darles vida”.
Fuente: Clarín, 06/09/16.
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Cinco de cada diez adultos mayores sienten que no los valoran
septiembre 6, 2016
La mitad de la gente mayor siente que no se la valora
Lo indica un estudio de la UCA en todo el país en mayores de 60 años. Perciben que no se los tiene en cuenta para tomar decisiones familiares y reclaman más afecto y comprensión.
Un Jubilado en el Parque Lezama.
Que están viejos, que no pueden manejar ni dinero ni sus vidas, que ya no tienen capacidad para aprender nada. Son algunos de los prejuicios que aún subsisten y hacen que 5 de cada 10 personas mayores sientan que no son valoradas por sus palabras, sus opiniones, sus conocimientos, o por su experiencia. El dato surge de una encuesta realizada a 6.000 adultos mayores de 60 años por el Observatorio de la Deuda Social Argentina.
Los adultos mayores son el grupo que más creció durante las últimas 7 décadas: esa población se sextuplicó desde 1947, mientras que la población total se multiplicó por 2,5. Sin embargo, persisten mitos y prejuicios. “A partir de la Revolución Industrial, las personas pasaron a ser más consideradas por su rendimiento laboral, y la vejez pasó a considerarse como un estado improductivo. Se presupone que las personas mayores están desactualizadas y que sufren deterioro cognitivo, y eso lleva a su aislamiento”, dijo a Clarín Graciela Zarebski, directora de la carrera de gerontología de la Universidad Maimónides, que no participó en la encuesta y valoró su realización.
Dentro del total de 6.000 encuestados, el 20% de las personas mayores viven solas, el 30% lo hace en hogares con otras personas mayores, y el 50% convive con personas menores de 60 años. No se entrevistó a personas que viven en geriátricos, según aclaró a Clarín Enrique Amadasi, coordinador del grupo que hizo la encuesta del Observatorio de la UCA, con apoyo de la Fundación Navarro Viola.
La mayoría de esas personas están lejos de ser “pasivas”: 9 de cada 10 se hacen cargo de tareas o cumplen algún rol en el hogar. Hay diferencias según su estrato socioeconómico. Las personas mayores más pobres lavan, planchan, hacen la limpieza, cocinan y cuidan a otros miembros del hogar, mientras que las más ricas realizan compras o arreglos en el hogar. Sin embargo, 2 de cada 10 personas mayores siente que su familia no la deja participar en la toma de decisiones individuales o familiares ni en la atención de su salud. Mientras que 3 de cada 10 personas mayores expresan que no le dan la comprensión afectiva y emocional que merecen. “Los déficits hallados son bastante mayores entre las personas de 60 años y más respecto de la población que tiene entre 18 y 59 años, pero menos elevados de lo que suele esperarse, considerando que constituyen patrones del entorno familiar de la estructura social argentina que se agudizan bastante en el caso de las personas mayores”, resalta el informe, en el que se considera la falta de valoración familiar que manifiestan los mayores puede afectar su autonomía y la calidad de vida. También se identificó que 1 de cada 3 personas mayores siente que no tiene sus necesidades de recreación satisfechas, y que sólo 1 de cada 10 participa en clubes sociales o deportivos y centros de jubilados.
“La encuesta nos señala que aún un sector de los adultos mayores no la pasa bien. Los más jóvenes deberían aprender que después de los 60 años se puede seguir aprendiendo porque el cerebro tiene plasticidad. Que los mayores pueden aportar experiencia y opiniones. También es recomendable que cada persona mayor tenga una diversidad de amigos y que desarrolle sus deseos postergados”, sostuvo la doctora Zarebski. Por su parte, Gonzalo Abramovich, psicólogo y coordinador general del área Adultos Mayores de la AMIA, sugirió medidas para cambiar la percepción negativa de la vejez: “La educación tiene un rol fundamental para desterrar los mitos y prejuicios sobre la vejez. Es una etapa más de la vida, casi tanto o más larga que las anteriores. Convendría que se incorpore la temática desde la escuela primaria”, afirmó.
El psicólogo Abramovich sugirió que hay que “tender puentes entre las generaciones: cuando recibimos visitas de niños y jóvenes en los clubes de adultos mayores se sorprenden al ver cómo disfrutan y se divierten. Las clases de bailes compartidas son las preferidas de los chicos y los grandes. Difícilmente esos niños olviden esa vivencia y así pueden desaparecer los miedos o temores sobre la vejez”. Se debería aumentar la oferta de actividades de ocio y actividad física, generar entornos y transportes amigables con los mayores, y permitir la jubilación progresiva u optativa para quienes quieren seguir en actividad.
Fuente: Clarín, 06/09/16.
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¿Está en Acciaroli el secreto de la longevidad?
septiembre 5, 2016
La ciencia busca el secreto de la longevidad en un pequeño pueblo del sur de Italia
Investigan por qué más del 10% de los habitantes logra superar los 100 años.

ACCIAROLI, Italia (AFP) — En Acciaroli, un pequeño pueblo de pescadores entre el mar y la montaña en el sur de Nápoles, más de un habitante de cada diez es centenario. La longevidad de los vecinos llamó la atención de científicos norteamericanos que estudian el misterio que encierra esta localidad que consigue burlar a la muerte.
Investigadores de la Universidad de San Diego en California, con la colaboración de la Universidad de La Sapienza en Roma, se trasladaron a Acciaroli esta primavera boreal realizar sus investigaciones.
«Somos los primeros científicos que recibimos permiso para estudiar a los habitantes de Acciaroli», dijo Alan S. Maisel, profesor de medicina cardiovascular en San Diego.
En el pueblo hay 81 personas centenarias, entre tan sólo 700 habitantes, pero nadie se asombra. «Sólo comemos cosas sanas», explica Antonio Vassallo, que festejó hace poco sus 100 años.
La alimentación es un indicio importante para los científicos. Sobre todo porque la famosa dieta mediterránea fue identificada en esta misma zona, en la región del Cilento, por el estadounidense Ancel Keys, hace casi 60 años.
El norteamericano Key, biólogo, fisiólogo y «padre» de la dieta mediterránea bautizó esta zona del sur de Italia como el «triángulo de la larga vida».
«Comemos mucho pescado, productos del campo que cultivamos nosotros mismos. Tenemos nuestros propios conejos, nuestros pollos. Todo son productos de la tierra», revela la mujer de Antonio, Amina Fedollo, de 93 años.
Respecto del aceite de oliva, del que se dice que es fuente de juventud, la anciana reitera: «Consumimos el que producimos». Además de avanzados análisis sanguíneos (ADN, metabolismo, etc.), los investigadores realizaron controles cardíacos y neurológicos, explica Maisel.
La genética, junto con la alimentación, es otra buena pista para dilucidar la misteriosa longevidad de los habitantes de Acciaroli. Las personas centenarias podrían tener un gen que logra extraer las propiedades beneficiosas de ciertos productos consumidos regularmente, «como el romero, que mejora las capacidades del cerebro», precisa el profesor Maisel.
Entre las 80 personas ancianas que participaron en el estudio, 25 de las cuales eran centenarias, ninguna sufría la enfermedad de Alzheimer.
Eso sí, todas practicaban una actividad física a diario, como la pesca, el mantenimiento de su huerto o el paseo, en este pueblo de calles escarpadas.
«Muchas de estas personas parece que mantienen una actividad sexual», agrega el investigador. ¿Sería entonces el secreto de esta longevidad algo tan simple como una vida sana, al aire libre, un poco de actividad física y un estilo de vida mediterráneo?
Los científicos siguen estas hipótesis y buscan crear un modelo en Acciaroli, un ejemplo que podría exportarse a otras partes del mundo, para vivir mejor y durante más tiempo. «Lo que nos gustaría hacer al final es crear un cuadro clínico que establezca una especie de puntuación que se debe mantener», afirma Salvatore Di Somma, profesor de medicina en la Universidad de La Sapienza, en Roma.
«El proyecto no sólo va ayudar a develar algunos secretos para envejecer bien, además servirá para unir a científicos alrededor del mundo para lograr un mejor cuidado clínico de la población más envejecida», agregó Di Somma.
La idea sería establecer el tipo de alimentación, de actividad física, de vida social e incluso de filosofía, que están en la base de esta longevidad excepcional, explica. Pero no será fácil reproducir por doquier un entorno como el de Acciaroli, un pequeño pueblo situado entre el mar y un parque natural, lejos de la contaminación, donde todo se toma con mucha calma.
Fuente: La Nación, 05/09/16.
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Avances contra el Alzheimer
septiembre 3, 2016
Alentador avance contra el Alzheimer
Una nueva terapia presentada por científicos de Suiza y EE.UU. ayudaría a no agravar el deterioro cognitivo mediante la toma de un anticuerpo monoclonal.

Una nueva esperanza se enciende en los pacientes y los familiares de personas con Alzheimer, que a corto plazo podrían disponer de una nueva terapia para ayudar a no agravar el deterioro cognitivo.
Se trata de un anticuerpo monoclonal -aducanumab- estudiado por científicos suizos y estadounidenses que ha demostrado reducir los depósitos de beta amiloide, una proteína relacionada con esta patología, en el cerebro de pacientes con enfermedad de Alzheimer.
El estudio, publicado en la tapa de la revista Nature de esta semana, tuvo una duración de 15 meses y presenta datos preclínicos y los resultados alentadores en una primera fase de un ensayo clínico.

En conjunto, los datos presentados también en rueda de prensa apoyan que el anticuerpo puede convertirse en una terapia para la enfermedad de Alzheimer al reducir la cantidad de proteína beta amiloide en el cerebro y deterner el deterioro cognitivo característico de esta patología.
El estudio fue tomado con prudencia por varios expertos que señalan que fue llevado a cabo en un número limitado de pacientes y que deberá ser confirmado en pruebas clínicas más grandes y en periodos más prolongados, por lo menos en fase tres.
Las pruebas fueron realizadas a 125 pacientes entre octubre de 2012 y enero de 2014 que tenían una forma precoz de la enfermedad o que tenían una forma de «predemencia», es decir que todavía no habían desarrollado síntomas.
Los pacientes fueron divididos entre los que recibieron un placebo y a quienes se les suministró el anticuerpo monoclonal aducanumab.
Después de un año, quienes recibieron las dosis más elevadas del medicamento presentaron una reducción «significativa» de las placas amiliodeas en el cerebro, además de una estabilización de su deterioro cognitivo, frente a quienes fueron tratados con el placebo.

La acumulación de esta proteína en el cerebro, que impide la comunicación normal entre las neuronas, es uno de los marcadores típicos del Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a más de 30 millones de personas en todo el mundo.
«Nuestros resultados sostienen la hipótesis de que un tratamiento con aducanumab reduce las placas amiliodeas, y lo que es más importante, es que esta reducción tiene efectos clínicos benéficos», señalaron los autores del estudio que fue financiado por la empresa biotecnológica estadounidense Biogen.
Los expertos indicaron que van a seguir estudiando este nuevo anticuerpo y que tienen pensado lanzar un estudio de mayor envergadura (de fase 3).
Los resultados del estudio llevado a base de aducanumab «son alentadores», comentó por su parte Bruno Dubois, jefe del servicio de enfermedades cognitivas y del comportamiento del hospital Pitié-Salptrière en París. Pero destacó en dosis altas se han observado «efectos secundarios», como edemas.
«Yo soy prudentemente optimista con respecto a este tratamiento, pero intento no ser muy entusiasta ya que muchos medicamentos pasaron la primera fase y fracasaron en las siguientes», dijo por su parte la doctora Tara Spires-Jones, especialista de la Universidad de Edimburgo.
Fuente: La Nación, 02/09/16.
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Cómo retrasar el envejecimiento
septiembre 2, 2016
No espere hasta después de los 50 para luchar contra la vejez
Existen formas de contraatacar los inevitables cambios que vienen con los años.

La pérdida de audición vinculada con la edad empieza a los 25 años, a pesar de que no es perceptible hasta décadas más tarde. Empezamos a perder masa ósea después de los 30 años. Y un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Duke encontró que algunos tipos de declinación física —en particular la fuerza y el equilibrio de la parte inferior del cuerpo— comienzan a los 50.
“Cada función del cuerpo humano disminuye 5% cada 10 años”, dice Michael Roizen,presidente del Instituto del Bienestar de la Clínica Cleveland. “Esto es la función del cerebro, la función cardíaca, la función del hígado. La diferencia es en qué punto lo siente usted y cuándo llega al nivel crítico que causa una disminución del funcionamiento”.
Un estudio de rendimiento físico, publicado en julio por Journals of Gerontology: Medical Sciences, analizó a 775 personas de entre 30 y más de 90 años. Los participantes tomaron cinco pruebas funcionales que miden la fuerza, el equilibrio y la resistencia, como pararse en un pie por un minuto y levantarse de una silla varias veces durante 30 segundos.
Como era de esperarse, las personas más jóvenes tuvieron un mejor desempeño general que las personas mayores y los hombres mejor que las mujeres, dice Miriam Morey,profesora de la facultad de Medicina de la Universidad de Duke y autora principal del estudio. Pero los investigadores se sorprendieron al encontrar un marcado descenso en el rendimiento en la prueba de equilibrio y la de levantarse de la silla cuando los participantes rondaban los 50 años.
“Debemos tener en cuenta la medición de estas cosas durante toda la vida útil y no suponer que se trata de problemas de ancianos. Es más bien un problema de envejecimiento”, dice Morey.
A los 40 años
Cuando se trata del deterioro cognitivo, hay una pérdida gradual de funciones diferentes. La velocidad de procesamiento mental y la memoria en funcionamiento alcanza su punto máximo entre los 20 y 29 años y poco a poco empieza a disminuir.
Aprender nueva información después de los 40 años puede ser más difícil, dice Kathy Wild, profesora asociada de neurología y psiquiatría en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon, en Portland. Las tareas que requieren concentración deben hacerse con el mínimo de interrupciones o distracciones, dice. “Hacer una sola cosa hasta terminarla”, señala. “[Se trata] realmente [de] estructurar el ambiente para minimizar distracciones”.

Ojos que no ven
Después de los 40 años, incluso las personas que no usan gafas pueden tener dificultad para enfocar objetos que están muy cerca, como el texto de un libro, dice Rebecca Taylor,portavoz clínica de la Academia Estadounidense de Oftalmología y oftalmóloga en Nashville, Tennessee. Esa condición se llama presbicia, la pérdida gradual de la capacidad de los ojos de enfocar activamente objetos cercanos.
Para las mujeres en particular, la resequedad de los ojos se convierte en un problema común después de los 45 años y principios de los 50, dice Taylor. El glaucoma y el desarrollo de cataratas son problemas comunes en esta década y después de los 60 años. A los 75, aproximadamente 70% de las personas desarrollan cataratas, que provocan una pérdida de la visión en las noches, pero que es fácil de tratar con cirugía.
El problema más grave de visión es la degeneración macular relacionada con la edad. No hay cura para esta enfermedad, por lo que la prevención, comenzando con una dieta saludable, es clave, dice Taylor. La doctora recomienda dietas con alto contenido en vitamina C y E, zinc, cobre, luteína y zeaxantina, substancias que se encuentra en las verduras de hoja verde. No fumar y usar gafas de sol con 100% de protección contra los rayos ultravioletas es también necesario.
¿Eso fue un silbato?
Los sonidos agudos son los primeros que se pierden. Nuestra audición es mejor entre los 18 y 25 años, dice Ian Windmill, director clínico de audiología en el Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati. “En realidad, comienza a descender después de eso, pero es tan lento, que uno no se da cuenta por muchos años”.
El término médico para la pérdida de audición relacionada con la edad es presbiacusia. Por lo general, se manifiesta en torno a los 50 años, dice.
No hay manera de restablecer dicha pérdida de la audición, ya que es causada por la genética y por factores ambientales como la exposición a ruidos fuertes y productos químicos, así como por la dieta y los medicamentos.
Evitar todos los ruidos fuertes es imposible, pero se puede reducir su impacto adoptando medidas como el uso de protección auditiva al cortar el césped o al asistir a un concierto de rock, dice.

Las preocupaciones centrales
La parte inferior y el núcleo del cuerpo y la fuerza de postura son especialmente críticos, dice Katherine S. Hall, profesora asistente de medicina de la Universidad de Duke y autora principal del estudio. “Cuanto antes se inicie un programa de ejercicio, mejor”.
Una de las características del envejecimiento es la sarcopenia, la pérdida progresiva del músculo esquelético que se inicia después de los 30 años, dice Nathan LeBrasseur,profesor asociado de medicina física y rehabilitación en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota.
Esta condición se hace notar hacia los 40 años, cuando a menudo se vuelve más difícil perder peso, dice.
La pérdida de masa muscular ocurre a un ritmo de alrededor de 10% por década, dice, mientras que la fuerza y la potencia muscular, o sea la capacidad de generar fuerza durante ciertos períodos de tiempo, disminuye de forma aún más dramática. LeBrasseur dice que esto puede ir más allá de la pérdida de músculo, y estar relacionado con las señales y los cambios en el sistema circulatorio del cerebro.
Kyle Jeray, vicepresidente de asuntos académicos del departamento de cirugía ortopédica del Sistema de Salud de Greenville, Carolina del Sur, dice que la masa ósea llega a su punto máximo a los 30 años.
Los hombres y las mujeres tienen las mismas tasas de pérdida entre los 30 y los 50 años, pero luego de la menopausia, las mujeres experimentan un rápido aumento en la pérdida ósea durante al menos 10 años antes de normalizarse. Esto se agrava por la pérdida de músculo, lo que lleva a problemas con el equilibrio y la movilidad.
“Cuando se pierde la fuerza de la base, se comienza a tener cada vez más problemas de equilibrio”, dice Jeray, quien preside un comité óseo en la Asociación Estadounidense de Ortopedia, y quien trabaja para prevenir las fracturas por fragilidad relacionada con la osteoporosis. “Subir y bajar escaleras sin agarrarse de la baranda, por ejemplo, se vuelve más difícil”.
La combinación de músculo y la pérdida de masa ósea se convierten en un verdadero problema cuando las personas alcanzan los 60 y 70 años. Es por ello que mantener la fuerza muscular cuando se está entre los 40 y los 50 años es tan importante.
Fuente: The Wall Street Journal, 01/09/16.
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Lo que los adolescentes necesitan de sus padres
agosto 19, 2016
Lo que los adolescentes más necesitan de sus padres
En los años más tormentosos de su desarrollo, los jóvenes necesitan entrenamiento, apoyo, buenos ejemplos y, más que nada, comprensión.

Nuevas investigaciones ofrecen explicaciones para algunos de estos misterios. Las imágenes cerebrales añaden otro tipo de datos que pueden ayudar a probar hipótesis y corroborar los relatos de los mismo adolescentes sobre comportamiento y emociones. Decenas de estudios han hecho seguimiento al desarrollo de adolescentes por varios años, en lugar de comparar grupos de jóvenes en un solo punto.
La nueva ola de investigaciones hace posible identificar cuatro fases importantes en el desarrollo de habilidades intelectuales, sociales y emocionales que la mayoría de los adolescentes experimenta en ciertas edades. Esta es una guía de los descubrimientos más recientes.
De los 11 a los 12 años
A medida que la pubertad adquiere importancia, los preadolescentes pueden retroceder en algunas habilidades básicas. En esta fase, el aprendizaje espacial y ciertos tipos de razonamiento pueden declinar, muestran los estudios. Las partes del cerebro responsables de la memoria prospectiva, o las que recuerdan lo que se supone que debe hacer en el futuro, todavía están en proceso de maduración. Esta puede ser la razón por la que un adolescente puede parecer desorientado si se le pide que le dé al maestro una nota antes de la escuela.
Capacitar a preadolescentes en habilidades de organización puede ser útil. Los padres pueden ayudar a crear pistas de memoria en las rutinas diarias, como colocar el maletín de gimnasia en la puerta principal, o ayudar a programar recordatorios en un teléfono celular.

Los padres pueden ayudar a fomentar una toma de decisiones sensata, a analizar pros y contras y a tener en cuenta otros puntos de vista. Los niños que a los 10 u 11 años saben tomar decisiones racionales tienden a mostrar menos ansiedad y tristeza, terminar en menos peleas y tener menos problemas con los amigos a los 12 y 13 años, de acuerdo con un estudio de 2014 de 76 participantes publicado en la revista Journal of Behavioral Decision Making.
Al permanecer cálidos y comprensivos, los padres pueden influir en la forma en que se desarrolla el cerebro de su hijo adolescente en esta etapa. Un estudio de 2014 de 188 niños comparó el efecto de las madres que eran cálidas, cariñosas y reaccionaban de forma afirmativa durante los desacuerdos, en comparación con las madres que se enojaban y discutían. Los adolescentes a los 16 años, que a los 12 años tenían madres cariñosas, mostraron cambios cerebrales relacionados con menores tasas de tristeza y ansiedad y un mayor autocontrol, según el estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Melbourne, en Australia.
De los 13 a 14 años
Los padres deben prepararse para lo que es a menudo una etapa tremendamente emocional. Los adolescentes se vuelven sensibles a las opiniones de los compañeros y reaccionan fuertemente a ellos. Sin embargo, las habilidades sociales que necesitan para averiguar lo que sus compañeros realmente piensan no madurarán plenamente durante años, lo que hace de esta una fase confusa y potencialmente miserable.
Casi al mismo tiempo, la respuesta de los adolescentes al estrés se vuelve caótica, lo que provoca más portazos y lágrimas. El impacto del estrés social llega a su punto máximo alrededor de esta etapa. De los adultos con trastornos mentales a menudo causados por el estrés, 50% recibió un diagnóstico antes de los 15 años. Otras investigaciones entre los 11 y los 15 años los jóvenes se vuelven tristes y ansiosos cuando son blancos de exclusión de los grupos sociales, mientras que los adultos no muestran una reacción similar.
Las partes del cerebro más vulnerables al estrés aún están en maduración, así que las estrategias para sobrellevar la situación que los adolescentes usan en esta etapa pueden llegar arraigarse en los circuitos del cerebro como patrones de toda la vida, según una revisión de una investigación publicada en 2016 en Developmental Science Review. Los psicólogos aconsejan enseñar y dar ejemplo de habilidades de relajación, como la meditación, el ejercicio o escuchar música.

Ayude a sus hijos en las habilidades de amistad, incluyendo como leer las expresiones y el lenguaje corporal de sus compañeros. Anímelos a escoger a sus amigos con base en intereses compartidos, no en la popularidad, y que rechacen a amigos que no son amables. Enséñeles a reparar amistades después de una pelea con una disculpa, haciendo enmiendas o cediendo en algo.
El apoyo de la familia es un amortiguador para el estrés. Los adolescentes cuyas familias proporcionan compañía, ayudan a resolver problemas y ofrecen apoyo emocional tienen menos probabilidades de deprimirse después de una fuerte exposición al estrés, según un estudio de 2016 de 362 jóvenes israelíes publicado en el Journal of Family Psychology.
De los 15 a los 16 años
El apetito por el riesgo de los adolescentes llega a su punto máximo en esta edad, de acuerdo con un estudio de 2015 con más de 200 participantes entre las edades de 8 a 27 años que hicieron investigadores de la Universidad Leiden en Holanda.
Los receptores de recompensa del cerebro están en pleno auge, lo que amplifica la respuesta de los adolescentes a la dopamina, un neurotransmisor asociado con sentimientos de placer y satisfacción. Esto hace que la búsqueda de emociones fuertes sea más deseable que en cualquier otra etapa de la vida.
Los miedos normales al peligro se suprimen temporalmente durante la adolescencia, un cambio que los científicos creen que tiene sus raíces en una necesidad evolutiva de salir de la casa paterna y explorar nuevos hábitats. Estudios han encontrado que los adolescentes no logran cambiar su apreciación de una situaciones de riesgo, incluso después de haber sido advertidos de que los riesgos son mayores de lo que esperaban.
La capacidad de hacer y mantener buenos amigos es especialmente útil en esta etapa. Los adolescentes con amigos de confianza y con cuyo apoyo cuentan son menos propensos a involucrarse en conductas de riesgo como el hurto, viajar con un conductor peligroso o tener relaciones sexuales sin protección, según un estudio de 2015 de 46 adolescentes dirigido por la doctora Eva Telzer, profesora asistente de psicología de la Universidad de Illinois en Champaign-Urbana. Los adolescentes que a menudo pelean con los amigos cercanos son más propensos a asumir más riesgos.

No es demasiado tarde para que padres cálidos y dispuestos a apoyar marquen una diferencia. En una prueba de laboratorio de toma de riesgo, los adolescentes que crecieron más cerca de sus padres a partir de los 15 años mostraron una menor activación de una región del cerebro vinculada a la toma de riesgos y apostaron a menos oportunidades 18 meses más tarde, según un estudio de 2015 de 23 adolescentes publicado en Developmental Cognitive Neuroscience. La cercanía incluía a padres que respetaban, ayudaban a hablar sobre problemas, y no gritaban ni discutían, según el estudio, del que Telzer fue coautora.
De los 17 a los 18 años
Los beneficios de la habilidad del cerebro de los adolescentes de cambiar y desarrollarse son evidentes en esta etapa. Algunos jóvenes muestran aumentos de su coeficiente intelectual. Los adolescentes que ya son inteligentes probablemente ganarán en inteligencia, según un estudio de 2013 de 11.000 pares de gemelos liderado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania en University Park, y la Universidad de Colorado en Boulder.
En adolescentes mayores, las partes de la corteza prefrontal responsables de juicio y la toma de decisiones típicamente están lo suficientemente desarrolladas para frenar emociones fuera de control y la toma de riesgo. Las habilidades de función ejecutiva, como la resolución de problemas y la planificación de estrategias, continúan desarrollándose al menos hasta los 20 años, según un estudio de 2015 realizado por investigadores de la Universidad de Sheffield Hallam, Inglaterra.
Las habilidades sociales y regiones del cerebro relacionadas siguen en maduración, según los investigadores, incluyendo a Sarah-Jayne Blakemore, profesora de neurociencia cognitiva del University College de Londres. En esta etapa, los adolescentes son mejores para darse cuenta de cómo se sienten los demás y mostrar empatía. Sin embargo, todavía carecen de la capacidad de descifrar los motivos y las actitudes de las personas en situaciones sociales complejas, como averiguar por qué un amigo puede cambiar de repente el tema de conversación durante una fiesta.
Fuente: The Wall Street Journal, 19/08/16.
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Deportes extremos: Al filo de la muerte
agosto 18, 2016
Un deportista extremo italiano se mató mientras filmaba un video

Uli Emanuele, el saltador italiano que murió en un accidente.
AUSTRIA – El deportista extremo italiano Uli Emanuele murió en un accidente en Austria mientras realizaba unas grabaciones para un video de sus exhibiciones, informaron hoy medios locales.
Emanuele cayó al piso mientras realizaba uno de sus arriesgados saltos.
El accidente mortal se produjo cuando Emanuele, de 29 años, se encontraba en las Dolomitas austriacas. Ayer a las 20 (hora local) compartió una imagen en su cuenta de Facebook. «Listo para empezar un nuevo salto», informaba desde los 3.100 metros de altura.
Emanuele comenzó su carrera como paracaidista, siguiendo la trayectoria del padre, aunque en los últimos años se había dedicado al salto BASE y a los lanzamientos con traje aéreo.
El salto BASE es una modalidad del paracaidismo que consiste en saltar desde un punto fijo. BASE es una sigla proveniente de los cuatro puntos desde los que habitualmente se salta en esta disciplina: building (edificio), antenna (antena), span (puente) y Earth (tierra, risco, acantilado).
Era famoso en Italia por unos videos en los que realizaba saltos extremos entre anillos de fuego y pequeños espacios entre las montañas.
El último video que publicó en su canal de YouTube, el 29 de enero, muestra un vertiginoso vuelo con traje aéreo, más conocido como wingsuit. Este deporte cumple el sueño de volar, pero es considerado de alto riesgo y causó varias muertes en el mundo. «Contra el instinto», fue el título que eligió para presentar su hazaña.
Fuente: Clarín, 18/08/16.
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