El cruel destino de los Chupa-Cáncer, siempre desprotegidos
Por Ricardo Faerman.
Hoy todos sabemos positivamente que fumar es equivalente como mínimo a lamer un plato con células cancerosas, saborearlo y tragárselo varias veces por día, en algunos casos hay gente que se deglute hasta sesenta dosis en veinticuatro horas. ¿Quiénes son los culpables? ¿Se puede ayudar a los fumadores?
Hace más de cuatro décadas –pecado de juventud e ignorancia– fui fumador por un breve periodo de tiempo. Cada vez que lo recuerdo me hierve la sangre de indignación, sé que en alguna parte de mi organismo los resabios cancerosos de ese error juvenil andan rondando indecisos respecto de implantarse como cáncer de pulmón o no.
Hoy todos sabemos positivamente que fumar es equivalente como mínimo a lamer un plato con células cancerosas, saborearlo y tragárselo varias veces por día, en algunos casos hay gente que se deglute hasta sesenta dosis en veinticuatro horas.
Imaginemos que se pudiera extraer el cáncer con el que se inflan los cigarrillos, hacerlo visible y ponerlo a la vista de los Chupa–Cáncer ¿serían capaces de pegarle una lamida? ¿Lo aspirarían? ¿O en ese momento abandonarían su escepticismo y dejarían de trabajar para conseguir una muerte temprana y dolorosa?, no lo sé.
Regresemos al escenario anterior, si se pudiera separar el cáncer de los cigarrillos ¿Las tabacaleras venderían el cáncer por separado? Seguramente no, porque sería equivalente a vender veneno en cajitas y serían acusados de asociación ilícita por ocasionar un homicidio masivo -criminis causae– e irían todos a dar con sus huesos a una cárcel y para siempre.
¿Por qué razón la sociedad no mete presos a los asesinos de los Chupa–Cáncer? Es un misterio. ¿Vender Cáncer dentro de un producto no es delito? Y entonces para qué sirven la FDA, el ANMAT y todas esas entidades que se pasan décadas analizando si un medicamento o un alimento es o no nocivo para la salud y a los fabricantes de cáncer solo les indican poner una advertencia en una cajita que es notoriamente invisible a los ojos de los Chupa-Cáncer.
El Instituto Nacional del Cáncer es terminante y afirma sin medias tintas: Fumar es la causa principal de cáncery de muerte por cáncer. Causa cánceres de pulmón, de esófago, de laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, hígado, páncreas, estómago, cérvix o cuello uterino, colony recto, así como también leucemia mieloide aguda.
O sea, si usted tiene un ser querido que ha muerto víctima de uno de esos cánceres arriba descriptos y era fumador, ya sabe hacia dónde tiene que mirar para comprender que mató a esa persona y quién lo mató, ganaba dinero vendiendo esa sustancia tóxica, no fue un accidente.
Usted está pensando en este momento que al menos hay complicidad del Chupa – Cáncer en su propia muerte, casi una suerte de suicidio asistido donde la industria del cigarrillo provee las drogas para apoyar al desesperado en su decisión.
Bueno, no es así, la industria tabacalera trabaja y desarrolla técnicas de producción y marketing para que sus queridos Chupa–Cáncer sigan aspirando elementos tóxicos todo el tiempo que sea posible.
O sea, el Chupa–Cáncer es una persona débil y expuesta que en su incapacidad de comprender la magnitud del riesgo que corre es víctima propiciatoria de aquellos que fabrican los productos que terminan matándolo luego de una dolorosa agonía.
Si está de acuerdo, copie este escrito a unos y otros, hay una forma de ayudar a quienes chupan cáncer y es haciéndoselo saber en forma terminante y reiterativa, nunca le pregunte: ¿Sos fumador? Para nada, sea directo e inquiera: Ah ¿Chupas Cáncer?
Y además, nunca le dé su voto a un político que no prometa en su plataforma trabajar activamente para terminar de una vez por todas con esta porquería.
Según la información difundida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física entraña un peligro cierto para la salud de las personas, particularmente entre los 30 y los 70 años de edad. Corroborando esa afirmación, numerosos estudios han estimado que, a nivel global, 3,2 millones de personas adultas mueren por esa causa, que ocupa el cuarto lugar entre los variados factores de riesgo que asedian la vida humana.
A estos datos internacionales corresponde agregar que investigadores argentinos han precisado recientemente que la falta de actividad es el antecedente que permite explicar el 17% de los fallecimientos por causas cardiovasculares ocurridos en nuestro país, ya sea por enfermedad coronaria o bien por accidentes cerebrovasculares (ACV) de los que fueron víctimas 7.278 personas en el transcurso del último año.
En este sentido, ha sido el equipo del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, afiliado a la Universidad de Buenos Aires (UBA), el que ha destacado las dimensiones del problema en el ámbito nacional.
Por su parte, Rosana Poggio, cardióloga del Centro de Excelencia en Salud Cardiovascular para el Cono Sur, expuso los resultados del 41er. Congreso de la Sociedad Argentina de Cardiología con respecto a modos de prevenir males de esa especialidad que se cifran en ejercicios, como efectuar caminatas a paso rápido al menos durante cinco días por semana y media hora por cada una de ellas. La mayoría de las personas, sin embargo, no cumplen con ese ejercicio que demanda tan poco esfuerzo y que resulta sumamente beneficioso para la salud.
Eso ha llevado a que el 56% de los Estados que son miembros de la OMS promuevan medidas destinadas a reducir la inactividad física en un 10% en un plazo que alcanza al año 2025.
Es positivo poner en claro que la actividad aconsejada también se cumple a través del trabajo que demanda la acción, es decir, por medio de juegos y de actividades recreativas e, incluso, de la realización cotidiana de las tareas domésticas, diferenciadas de los ejercicios físicos, que constituyen un aspecto metódico, estructurado y repetitivo de la actividad física.
Los beneficios de la actividad física se traducen, además, en una mejora del sistema muscular, de la salud ósea y del funcionamiento cardiorrespiratorio, reduce los riesgos de la hipertensión y de las enfermedades coronarias, como también de caídas y fracturas que suelen resultar muy peligrosas cuando más avanzada es la edad, y es fundamental para el equilibrio energético y el control del peso.
Un aspecto del mundo actual adverso es que los niveles de inactividad han crecido, en tanto que en los países donde el aumento de los ingresos es mayor, se ha tornado más evidente. En esas sociedades, en que prevalecen las labores intelectuales y el sedentarismo, tanto en el trabajo como en el hogar, el 41% de los hombres y el 48% de las mujeres no realizan la actividad física necesaria para la buena salud.
El presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología, Roberto Pedro, hizo notar la falta de políticas sanitarias que muevan a la población. Para corregir esa falta, señaló la necesidad de que los profesionales de la salud, las asociaciones científicas y el mismo Estado trabajen en conjunto para reducir el problema del sedentarismo y mejorar la calidad y prolongación de la vida.
Vivimos más años, pero convivimos con más enfermedad
Un relevamiento global concluye que aumentó la expectativa de vida, pero con complicaciones; el caso de la Argentina.
Por Fabiola Czubaj.
Vivimos más años, pero no plenamente sanos. Un estudio internacional revela que la expectativa de vida al nacer creció 6,2 años en las dos últimas décadas, principalmente por los avances en el tratamiento de las enfermedades transmisibles y los cuidados maternos e infantiles. Sin embargo, la esperanza de vivir esos años de más sin complicaciones de salud o discapacidad no estaría a la misma altura, de acuerdo con los resultados que hoy aparecen en la revista The Lancet.
Las enfermedades asociadas con los hábitos cotidianos, como el tabaquismo y el sobrepeso, y la falta de promoción de la salud, son los principales factores que atentan contra una vida más larga y mejor, de acuerdo con los resultados del primer estudio global del impacto que tienen 306 enfermedades y lesiones en la expectativa de vida de la población de 188 países.
El relevamiento de registros epidemiológicos desde 1990 de los países estudiados demoró un año y medio. Lo hizo un consorcio internacional de investigadores que coordina el Instituto para la Medición y la Evaluación de la Salud (IHME, por su sigla en inglés) de la Universidad de Washington. Los resultados demuestran, por ejemplo, que las condiciones sociales y demográficas no influyen tanto en las enfermedades no transmisibles (como las cardiopatías o la diabetes) como en las transmisibles.
«Los análisis que incluyen a los ingresos y la educación demuestran que esos factores tienen un impacto importante en la salud, pero no dan un panorama completo. Observar la expectativa de vida sana y la pérdida de salud de cada país puede ayudar a orientar las políticas que garanticen que las personas de todos los lugares vivan vidas prolongadas y saludables, sin importar dónde residen», expresó a través de un comunicado el director del IHME, Christopher Murray.
De acuerdo con el estudio sobre la transición epidemiológica entre 1990 y 2013, el impacto del VIH/sida en la salud se redujo un 24% por los avances en su detección y tratamiento, sobre todo a partir de 2005. Pero la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que en la mayoría de los casos se debe a la exposición directa o pasiva al humo de tabaco, o la diabetes, por ejemplo, treparon para ubicarse entre las diez principales causas de pérdida de años de vida sana.
«El mundo hizo grandes avances en materia de salud, pero ahora el desafío es invertir en encontrar maneras más efectivas de prevenir o tratar las principales causas de enfermedad y discapacidad», sostuvo el profesor Theo Vos, investigador del IHME y autor principal del estudio llamado Carga mundial de morbilidad.
La tendencia en el país
En la Argentina, en estas dos décadas, la expectativa de vida sana creció lentamente. Mientras que, desde 1990, los hombres y las mujeres sumaron algo más de tres años a su vida (3,3 y 3,4, respectivamente), ellas siguen viviendo más que ellos: 79,6 versus 72,3, en promedio. Pero ambos ganaron menos años de vida sin enfermedad ni discapacidad: 2,9 los hombres y 2,8 años las mujeres, con hallazgos distintivos que valdría la pena conocer mejor.
«La expectativa de vida aumentó para los argentinos, pero no nos podemos detener en eso. No sólo queremos tener una vida más larga, sino también más saludable. Para eso, tenemos que mirar las enfermedades que están contribuyendo a la pérdida de salud, como la diabetes y la depresión», sostuvo la investigadora argentina que participó del estudio, Alicia Lawrynowicz, jefa a cargo del Departamento de Investigación Epidemiológica del Instituto Nacional de Epidemiología Dr. Juan H. Jara.
La cardiopatía isquémica (enfermedad de las arterias coronarias), la EPOC, la enfermedad cerebrovascular, la lumbalgia y el dolor de cuello, y los hechos de tránsito fueron en 2013 las cinco causas más importantes de pérdida de salud en los hombres. En cambio, en las argentinas, a la cardiopatía isquémica le siguieron el dolor de espalda y de cuello, los trastornos depresivos, la EPOC y la enfermedad cerebrovascular.
La diabetes, que no figuraba entre las diez causas más importantes en el país de disminución de la esperanza de vida sana en 1990, fue la que más creció entre los hombres en estas dos décadas. En las mujeres, la enfermedad que más se incrementó, en cambio, fue la EPOC, seguida de la lumbalgia y el dolor de cuello, y la ansiedad y la depresión.
«Si nos comparamos con Japón, estamos muy alejados [de la esperanza de vida sana alcanzada], pero en la subregión, con Chile y Uruguay, estamos bien posicionados», agregó Lawrynowicz por vía telefónica desde Mar del Plata sobre el puesto 45° que ocupa el país. «Retrocedieron las enfermedades transmisibles, pero van ganando terreno las crónicas o no transmisibles, que en la mayoría de los casos se deben al estilo de vida -dijo-. En este sentido, es clave la prevención y la promoción de la salud desde muy temprana edad.»
Dos marcas en la línea de tiempo
6,2 años: Es lo que aumentó la expectativa de vida al nacer en la población mundial en el período 1990-2013, es decir, de 65,3 a 71,5 años, de acuerdo con un relevamiento internacional
5,4 años: Es lo que creció la expectativa de vida sana (libre de enfermedad y discapacidad) en el mismo período (de 56,9 a 62,3 años)
37,3 por ciento: Es lo que contribuyen los trastornos depresivos en la pérdida de la capacidad de las mujeres argentinas de tener una vida plena.
El 90% de los argentinos afectados no saben que tienen la enfermedad.
La Torre Monumental de Retiro, ayer, donde determinan, gratis, si hay obstrucción en los pulmones.
Por Valeria Román.
“Como un elefante sentado en el pecho”. Así siente a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la enfermedad del pulmón que dificulta la respiración y provoca la falta de aire. Para que más afectados accedan al diagnóstico y al tratamiento temprano, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) está ofreciendo chequeos gratuitos de los pulmones al lado de la Torre Monumental, en el barrio porteño de Retiro.
Es parte de una campaña de concientización sobre la enfermedad, que también cuenta con la colaboración de la Fundación Argentina de Asistencia al paciente con Epoc (FundEPOC), y el apoyo de GSK y Phoenix. Apunta a que las personas afectadas puedan ser diagnosticadas y tratadas: 9 de cada 10 argentinos con EPOC no saben que sufren el problema, según reveló el año pasado un estudio realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS). Los afectados pueden sentir tos, flema, falta de aire y resfríos con frecuencia, que son síntomas de la enfermedad, pero no consultan.
En Retiro hacen espirometrías, que determina si hay obstrucción en los pulmones, especialmente a personas de 40 años o más que hayan sido fumadoras. “La campaña seguirá en julio y hasta fin de año en hospitales públicos y centros privados de todo el país”, contó María Cristina Borrajo, presidente de la AAMR.
“La falta de aire –sigue Borrajo– marca malestar. La tos crónica también es un síntoma. Recomendamos ir al consultorio médico para buscar una solución, para reducir el impacto de la enfermedad a través de medicamentos, caminatas, y de ejercicios de rehabilitación respiratoria. El reposo es un enemigo del paciente con EPOC”.
Un tribunal de Canadá multa a tres tabacaleras con US$12.500 millones
Por Simon Zekaria.
LONDRES (EFE Dow Jones) — Un tribunal canadiense ha ordenado que British American Tobacco PLC, Philip Morris International Inc. y Japan Tobacco Inc. paguen 15.600 millones de dólares canadienses (US$12.500 millones) en concepto de compensaciones por daños a unos fumadores en Quebec después de una batalla legal de 17 años.
Más de un millón de quebequenses –grupo formado por adictos al tabaco y gente que enfermó a raíz de fumar– presentaron demandas colectivas para intentar conseguir que declarasen a las compañías tabacaleras culpables de vender un producto nocivo y de ocultar los efectos que el fumar podía tener sobre la salud.
Imperial Tobacco Canada, filial de British American Tobacco, tendrá que pagar 10.400 millones de dólares canadienses. Rothman’s Benson & Hedges, filial de Philip Morris, y JTI-Macdonald Ltd., filial de Japan Tobacco, también tendrán que pagar a los demandantes. El caso se remonta a 1998.
Una persona muere cada seis segundos en el mundo por el cigarrillo
En el Día Mundial sin Tabaco, la impactante cifra fue dada a conocer por la Organización Mundial de la Salud; ocho de cada 10 argentinos desconoce la gravedad del cáncer de pulmón
Por Víctor Ingrassia.
CHICAGO (De un enviado especial) – Cada vez que una persona enciende un cigarrillo, debería contar seis segundos y pensar que en ese tiempo otro fumador falleció a causa de una enfermedad relacionada al consumo de tabaco.
El impactante dato que se brinda hoy, al celebrarse el Día Mundial sin Tabaco, fue difundido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que representa casi 6 millones de muertes al año, de las cuales casi 2 millones son por cáncer de pulmón. Y se estima que en 2030 la cifra llegará a más de 8 millones de fallecidos.
Los datos indican que el 40 por ciento de la población mundial de entre 15 y 65 años fuma. En tanto, si bien en la Argentina la cifra bajó en los últimos años debido a campañas sanitarias, avisos en cajas de cigarrillos y veda para fumar en lugares públicos, la cifra de fumadores sigue siendo alta y ronda el 27 por ciento. Eso son unas 9 millones de personas que consumen tabaco, de las cuales 3 millones fuman más de 25 cigarrillos por día. Pero el dato más alarmante es que cada año mueren 40.000 argentinos a causa del tabaquismo.
El cigarrillo mata a más de 6 millones de personas cada año en todo el mundo.
«Las personas en su mayoría dicen conocer los daños que produce el tabaquismo pero no cree que esos efectos puedan suceder en sus cuerpos y esto tiene mucho impacto sobre todo en los jóvenes», aseguró a LA NACION la médica cardióloga Laura Grynberg, miembro de la Fundación Cardiológica Argentina.
El consumo de tabaco explica casi seis millones de muertes por año en todo el mundo como consecuencia de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas, entre las más importantes. Además, es un factor de riesgo presente en 6 de las 8 principales causas de muerte en el mundo.
La especialista explicó que el consumo de cigarrillos afecta severamente al endotelio, la capa interna que recubre tanto al corazón como a los vasos sanguíneos y que les brinda protección.
Impactante infografía de los elementos cancerígenos en un cigarrillo y los problemas del tabaco en el cuerpo humano. Foto: Télam
Entre las enfermedades relacionadas con el tabaquismo activo y pasivo se encuentran distintos tipos de cáncer (pulmón, esófago, vejiga, riñón, estómago, páncreas), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y enfermedad vascular periférica.
Inicio en el cigarrillo
«Un aspecto preocupante que se observa en todo el país es el descenso en la edad de inicio», sostuvo Grynberg. El mayor porcentaje de adolescentes de nuestro país probó fumar por primera vez entre los 12 y 13 años (44,5%), mientras que un 21,6% lo hizo a los 11 años o menos. Se estima que el 15% del gasto en salud corresponde a enfermedades relacionadas con el tabaquismo activo y pasivo.
Foto: Archivo
Respirar humo de tabaco ajeno incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades respiratorias entre quienes no fuman. Se calcula que de las 40.000 muertes anuales por tabaquismo en el país, 6000 corresponden a personas que nunca probaron un cigarrillo pero que estuvieron expuestas al humo de un fumador cercano.
Dejar de fumar es, quizá, una de las mayores acciones que un sujeto tabaquista puede realizar por su salud. Está demostrado además que el abandono del consumo de tabaco es siempre beneficioso, sin importar el grado de daño generado en un individuo.
La gravedad del cáncer de pulmón
De todos los tipos de cáncer que existen, el de pulmón es el que tiene más mortalidad genera. Pero este dato y la relación del tabaquismo con esa enfermedad parece no conocerse del todo bien, en la Argentina y otros países de América latina.
Según una investigación divulgada por un laboratorio farmacéutico, que incluyó a 3000 participantes adultos de la Argentina, Colombia y México, además del gran desconocimiento respecto al cáncer de pulmón, hay un gran estigma asociado con esa enfermedad.
La encuesta divulgada en la ciudad de Chicago, EE.UU., donde se desarrolla la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés), aproximadamente 8 de cada 10 consultados declararon que no sabían nada, o sabían poco, sobre el cáncer de pulmón, una enfermedad que mata más personas que el cáncer de colon, de mama y de próstata, juntos.
Más del 90 % de los consultados cree que fumar es el principal factor de riesgo del cáncer de pulmón, pero los investigadores afirman que es una realidad que puede afectar a cualquiera. El oncologo italiano Giorgio Scagliotti, de la Universidad de Torino, brindó en ASCO un dato paralizante: entre un 15 a 20 por ciento de los casos positivos en el mundo de esta enfermedad que afecta el sistema respiratorio, se presenta en personas que nunca fumaron.
«El cáncer de pulmón tiene una mortalidad del 80 por ciento, ya que la mayoría de los casos se detecta cuando está en un estadío avanzado (grado 3). Y de ellos, el 95 por ciento son malignos», explicó a LA NACION en una de las ponencias del congreso del cáncer en Chicago.
La enfermedad se puede contraer también por efectos de la contaminación del aire, por alteraciones genéticas, inhalar asbesto, humos de la cocina o el que se respira como fumador pasivo.
Estigmas
Según la encuesta, en comparación con los resultados globales, los participantes latinoamericanos mostraron un mayor estigma asociado con el cáncer de pulmón, así como un menor nivel de apoyo y comprensión.
La mayoría dijo que las personas que tienen cáncer de pulmón se lo han buscado por fumar (73 % en Argentina, 75 % en Colombia y 68 % en México), y dos tercios de los participantes respondió que los enfermos son mayormente, o totalmente, responsables de su cáncer.
A pesar de que la mayoría encuestada señala que no es mucho lo que se puede hacer cuando una persona es diagnosticada con cáncer de pulmón, los especialistas del laboratorio suizo indicaron que se pueden utilizar terapias dirigidas para lograr mutaciones genéticas y tratar la enfermedad.
Y señalaron que los descubrimientos genéticos específicos para el cáncer de pulmón ayudan a personalizar los tratamientos dirigidos a las mutaciones de genes específicos.
Un 85 % de los encuestados reconoció la importancia de dejar de fumar, el 60 % cree en el diagnóstico temprano, 57 % en la buena comunicación entre médico y paciente, y el 55 % en el apoyo de la familia, los amigos y la comunidad.
Ya nadie discute que fumar produce cáncer; tampoco que el cigarrillo es causa directa de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y de la enfermedad cardiovascular. Pero lo que ahora queda fuera de discusión es que también conduce a la diabetes tipo II.
Esto último acaba de ser demostrado por un amplio estudio conducido por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard, Estados Unidos. El estudio arroja además un dato nuevo, de gran implicancia para la salud pública: el humo del tabaco no sólo es un factor de riesgo de diabetes para quienes fuman, sino también para quienes inhalan el humo en forma pasiva.
«En nuestro estudio prospectivo que siguió a 100.526 mujeres durante 24 años, hallamos que la exposición pasiva al humo de tabaco y el tabaquismo activo están independientemente asociados con el riesgo de desarrollar diabetes tipo II», puede leerse en las conclusiones del estudio publicado en Diabetes Care , la revista de la Asociación Americana de Diabetes, de Estados Unidos.
«Este estudio corrobora que el tabaquismo es un factor de riesgo de diabetes independiente; es decir que puede causar la enfermedad sin que medie un aumento de peso, del colesterol o de otros factores que se asocian a la diabetes. El tabaquismo tiene la capacidad de generar por sí mismo el riesgo de diabetes», explicó a La Nacion la doctora Verónica Schoj, directora ejecutiva de la Fundación Interamericana del Corazón-Argentina.
«Este estudio confirma la importancia de sancionar leyes que protejan a toda la población de la exposición al humo del tabaco en los lugares públicos y de trabajo.»
Un combo letal
Aunque todavía faltan elementos para comprender cómo es que el humo del tabaco conduce a la diabetes tipo II, existen hipótesis que cuentan ya con evidencias a su favor. La diabetes se caracteriza por la resistencia a la insulina, fenómeno por el cual la insulina producida por el páncreas no puede cumplir su tarea, que es permitir que la glucosa ingrese en las células.
«Fumar tabaco ha sido relacionado con varios efectos sistémicos, que incluyen el estrés oxidativo, la inflamación sistémica y la disfunción endotelial -resume el citado artículo-. Todos estos efectos han sido fuertemente asociados con la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes.»
Schoj agregó: «Hay evidencias que tabaquismo y diabetes es un combo letal: las personas con diabetes tienen 3 veces más riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular, pero si además fuman ese riesgo es 11 veces mayor. El tabaquismo no sólo aumenta el riesgo de diabetes, sino que luego multiplica exponencialmente sus complicaciones y su mortalidad».
Estadísticas:
6 millones de personas mueren, en forma prematura en todo el mundo por enfermedades asociadas al cigarrillo cada año. 1,7% creció el cáncer de pulmón, entre las mujeres argentinas en cada año entre 1980 y 2008. En los varones, se redujo un 2 por ciento. 28,6% de las mujeres argentinas, de entre 18 y 64 años fuma, según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación.
Los fumadores tienen más riesgo de padecer diabetes
Un informe del British Medical Journal señala que la exposición al tabaco –tanto activa como pasiva– aumenta el riesgo de padecer intolerancia a la glucosa.
La nicotina, una de las drogas que contiene el tabaco, es una de las sustancias más adictivas que se conocen; entre otros efectos, participa en la producción de neoplasias malignas de pulmón, boca, garganta y vejiga. También eleva los niveles de colesterol y glucosa, lo que puede resultar en mayores posibilidades de padecer Diabetes mellitus y en descontrol metabólico de la enfermedad. El tabaquismo incrementa la severidad y frecuencia de las complicaciones micro y macrovasculares de los pacientes con diabetes que tienen mayor dependencia del tabaco y tres veces más probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares.
Muere otro Marlboro Man por una enfermedad relacionada con el tabaquismo
Podría parecer una maldición que los persigue, como la que sobrevoló a los actores que interpretaban a Superman, pero está más cerca de ser una consecuencia lógica. Con la muerte de Eric Lawson, ya son tres los ‘Hombres Marlboro’ que mueren de afecciones relacionadas con el tabaquismo. El actor y modelo de 72 años, que le puso el pecho y los pulmones al icónico vaquero entre 1978 y 1981, falleció el pasado 10 de enero luego de sufrir por años de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Fumaba desde los 14.
Lawson trabajó en series de televisión como Baretta, Las Calles de San Francisco, Los Angeles de Charlie, Baywatch o Walker Texas Ranger, principalmente en papeles menores. Un accidente durante el rodaje de un Western lo había alejado de la actuación en 1997. Lawson luego apareció en una campaña antitabaco que parodiaba al Hombre Marlboro, y en un programa de Estados Unidos para hablar de los efectos negativos del cigarrillo. Aún así siguió fumando hasta que le diagnosticaron una EPOC. «Él sabia que los cigarrillos lo tenían atrapado, y aún así no podía dejarlos», contó su mujer Susan Lawson. Ambos tenían 6 hijos, 18 nietos y 11 bisnietos.
El Hombre Marlboro es un cowboy o vaquero que empezó a aparecer en los comerciales de la marca en 1955. Desde su aparición, las ventas de la compañía se multiplicaron exponencialmente y cambió algunas reglas de la publicidad de cigarrillos. Lawson se suma así a la lista negra de la marca, junto a David Millar (que murió de enfisema en 1987), David McLean (Cáncer pulmonar en 1995), o Dick Hammer (también cancer pulmonar, 1999).
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