La debacle venezolana alcanza límites insospechados.
La última vez que Argentina tuvo una hiperinflación fue allá por el año 1990. En Alemania fue mucho antes, en la década del ‘20, cuando la inflación mensual más alta llegó a nada menos que 29.500%.
Para tomar dimensión de esa cifra, los precios en Alemania en 1923 se duplicaban cada 3,7 días.
En la actualidad, sin embargo, es difícil encontrar estos escenarios. Salvo por la lejana Zimbabwe, que tuvo un episodio de 98% de inflación por día en el año 2008, el mundo ha logrado dominar la inflación.
De acuerdo con un análisis del World Economic Forum, solo 2 de cada 10 países tiene inflaciones superiores al 5% anual.
Así como se escucha, mientras Argentina lucha por bajar la inflación del 30%, la gran mayoría de los países del mundo tiene tasas inferiores a 5%.
Obviamente, este no es el caso de Venezuela.
Dictadura y colapso hiperinflacionario
Recientemente se conoció un informe del FMI sobre América Latina. En dicho trabajo, que divulga algunas de las principales proyecciones del Fondo sobre los países de la región, hay un extenso espacio para referirse a la situación que atraviesa el país gobernado por la dictadura de Maduro.
De acuerdo con el comunicado oficial:
Venezuela permanece hundida en una profunda crisis económica y social. El PBI real esperamos que decrezca en 18% en 2018 –lo que constituye el tercer año consecutivo de caídas de dos dígitos-, debido a la fuerte merma de la producción de petróleo y las extensas distorsiones microeconómicas que se añaden a enormes desequilibrios macro. Esperamos que el gobierno continúe financiando su gran déficit fiscal con emisión de dinero, lo que continuará alimentando la inflación en medio del colapso de la demanda de dinero. Proyectamos un salto de la inflación hasta el 1.000.000% para fines de este año.
Tal como se escucha, un millón por ciento. Para tomar conciencia de lo que significa esta cifra, se trata de una inflación mensual de 115%, 31 veces la del pésimo mes de junio en Argentina. En menos de un mes los precios se duplican en Venezuela.
En medio de esta debacle monetaria, la economía se hunde.
El PBI, que caerá 18% este año según el FMI, acumula un descenso de 50% desde 2013, cuando murió Chávez y Maduro tomó las riendas del poder. O sea que hoy la cantidad de bienes y servicios que produce la economía venezolana es la mitad de la que producía hace 5 años.
La pobreza es moneda corriente en un país de estas características. Y las imágenes que llegan desde allí así lo demuestran.
Ahora bien, no es que Maduro haya recibido un país fascinante. La semilla de la destrucción del bolivarianismo estaba plantada hace largo rato. El nuevo gobierno, por arte de algún milagro, podría haber decidido cambiar de rumbo y abandonar el socialismo chavista. Sin embargo, eligió profundizarlo.
Es así que llegamos a esta situación, con una dictadura totalmente asentada, y con un colapso económico de proporciones impensadas.
Hiperinflación
En mi último libro, en el capítulo cuatro, analizo el fenómeno de la inflación. Allí planteo, tal como explica el FMI, que la inflación es exclusivamente un fenómeno monetario. Es decir, que es un problema que tiene el dinero que circula en un país, no un tema de avaricia empresaria, concentración económica u otras yerbas.
Mucho menos, claro, es el fenómeno derivado de la felicidad de la gente, que en su alegría está dispuesta a pagar más, como alguna vez dijo un filósofo local.
Ahora para que haya una hiperinflación no es suficiente con que se emita mucho dinero para financiar déficits fiscales. Eso, claro, puede generar una enorme suba de precios, con ritmos del 40%, 80%, o 160% anual… Sin embargo, una hiperinflación exige algo más. Y ese algo es lo que se conoce como “huida del dinero”. Manuel Solanet, autor de “La Hiperinflación del ‘89”, lo explica de esta forma:
Cuando la gente advierte que el dinero pierde valor cada vez más aceleradamente, también se desprende de él más rápidamente. Se apura a gastarlo o a cambiarlo por dólares, oro u otros valores estables. Los billetes permanecen menos tiempo en las billeteras y los depósitos bancarios rotan rápidamente. La velocidad de circulación aumenta… Una duplicación de la velocidad de circulación del dinero tiene el mismo efecto inflacionario que una duplicación de la masa monetaria.
Hoy Venezuela no solo tiene a un lunático en el poder, que emite dinero como si no hubiera mañana, sino que los venezolanos, temerosos y totalmente desesperanzados con el “Socialismo del Siglo XXI”, rechazan rápidamente los papeles que éste emite.
Argentina a años luz
Un año después de llegado Maduro al poder, la inflación en Venezuela pasó de las cercanías del 30% anual al orden del 60%. Un año después estaba por alcanzar el 200%.
La situación en Argentina es muy distinta. Tras la llegada de Macri, la inflación de 27% pasó al 40%, pero luego bajó al 25%. Para este año, los números no son alentadores, pero se espera que como máximo estemos en 32% anual.
En Venezuela, el tirano Maduro continuó con sus frenéticas políticas de gasto y emisión monetaria, mientras acusaba a los empresarios por los precios. Además, reprimió brutalmente manifestaciones, y todo el orden institucional en Venezuela tambalea.
El contraste no puede ser mayor con Argentina. Si bien todavía hay muchos desequilibrios por corregir, la institucionalidad está recomponiéndose, y el gobierno busca terminar con la inflación, financiando su déficit con deuda y restringiendo la emisión monetaria.
Obviamente, si la demanda de dinero cayera brutalmente, la inflación en Argentina podría dar un salto impresionante… ¿Pero por qué habría que suponer eso?
Es decir, si mi abuela no estuviera muerta, estaría viva. El razonamiento es impecable, ¿pero cuál es su relevancia?
Para ir cerrando, Argentina todavía tiene problemas de inflación en un mundo que prácticamente ha terminado con ella. Sin embargo, que ocurra un escenario hiperinflacionario, o que la inflación salte al 150%, 200% o 300%, es sencillamente una alucinación.
De hecho, después de este año, creo que finalmente vamos a ir viendo una convergencia hacia una mayor normalidad.
«El trueque es nuestra divisa»: la fórmula de los venezolanos ante la crisis del bolívar
La moneda nacional ha dejado de ser un valor de cambio para el pueblo de Venezuela, obligado al «living by trueque».
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El bolívar se ha devaluado tanto que los venezolanos están recurriendo cada vez más al intercambio de mercancías por servicios o cualquier otro producto, una práctica de los tiempos en que no existía el papel moneda.
«Living by trueque», dice en su cuenta de Twitter alguien que se hace llamar Martinera. «El trueque es nuestra divisa».
Se trata de una persona de Nueva Esparta citada por TalCual digital a quien la dueña de la vivienda que alquila le pidió que pagara la renta con comida, no con dinero.
«Ya había pagado carreras de taxi con harina de maíz y canillas, por solicitud del taxista», cuenta Martinera. «Pero lo del alquiler ya trasciende a otro nivel».
«Hago servicios por comida para poder sobrevivir», le dijo a la agencia Reuters Julio Blanco, un mototaxista de 34 años.
En Río Chico, estado de Miranda, los pescadores llegan con la captura del día y prefieren el trueque a la venta, según Reuters, y cita a una mujer de 30 años que ofrece la pesca matutina de su esposo a cambio de medicinas para un hijo enfermo de epilepsia o comida para los cuatro hijos.
Lo hace también Alfredo Silva, barbero de 40 años en la parroquia de La Vega, del municipio capitalino Libertador.
Dentro y fuera del país los billetes de la moneda nacional venezolana están siendo usados hace rato para confeccionar todo tipo de piezas de artesanía. La materia prima se consigue fácil: «La gente los bota porque no sirven para comprar nada, ya nadie los acepta», le dijo a la agencia AFP Wilmer Rojas, un venezolano de 25 años.
En un video posteado en Youtube a estas alturas de 2017, el autor, «Luisito Comunica», se escandaliza porque el cambio está a cinco mil bolívares por un dólar. Este jueves, dolartoday.com reportaba que el cambio está a más de tres millones y medio de bolívares por un dólar.
«El papel con el que se hace el billete tiene más valor que el billete mismo«, decía ya entonces el comentarista.
El año pasado, elvenezolanonews.com ya hablaba del trueque como una práctica creciente en el país. Curiosamente, el propio gobierno lo promovió alguna vez. En mayo de 2016 el Ministerio de Cultura de Venezuela, encabezado entonces por Freddy Ñáñez, lanzó una convocatoria en el estado de Bolívar «con el propósito de reimpulsar esta tradición».
El socialismo del siglo XXI: de fracaso en fracaso
Por Emilio Cárdenas.
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Cuando el fallecido Hugo Chávez gobernaba autoritariamente a Venezuela, calificó pomposamente a su experimento económico marxista de: «Socialismo del siglo XXI». Para así tratar de disimular la realidad, desde que la larga y triste experiencia cubana era ya evidentemente aleccionadora para la región toda, mostrando que ese presunto «sistema económico» termina en la postergación de los pueblos que de pronto son sometidos al mismo y en el deterioro manifiesto de sus niveles de vida. Peor aún, también en lo que, en el plano de la política, se ha dado en llamar las «dictaduras constitucionales».
Hoy, la situación económico-social de los tres países de nuestra región que de pronto fueran sumergidos en ese experimento acredita lo señalado. Me refiero a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Todos ellos establecieron, desde el Estado, mecanismos repulsivos de «control social», reñidos frontalmente con la democracia.
Así, transformaron a sus Poderes Judiciales en meros agentes del Poder Ejecutivo, sin independencia real alguna. Gobernaron a través de un partido único, que adormeció -o eliminó- a la oposición y rechazó las disidencias. Y sometieron a las autoridades electorales de sus respectivos países a la voluntad exclusiva del partido gobernante, de modo de transformarlas en instrumentos utilizados descaradamente para tratar de perpetuarse en el poder. Nada de ello tiene color democrático. Más bien, todo lo contrario.
En Venezuela, altos agentes cubanos de inteligencia fueron contratados abiertamente y, en algunos casos, hasta fueron designados como funcionarios públicos, a la vista de todos. Nadie invocó aquello de la «intervención en los asuntos internos de otros Estados». El silencio cómplice de muchos destiñó lamentablemente las pocas críticas aisladas.
Por lo demás, pese a que Venezuela es el país del mundo con las mayores reservas de hidrocarburos, hoy la ineficacia y la perversa actitud ideológica de los funcionarios públicos del país caribeño lo han enterrado en la pobreza, el desabastecimiento, la hiperinflación y en una situación lamentable de corrupción endémica.
No sólo eso, su producción petrolera está en su nivel más bajo de las últimas tres décadas y ya no alcanza siquiera para generar las divisas necesarias para pagar las importaciones requeridas para alimentar a su población, puesto que, insólitamente, Venezuela es -desde hace rato ya- una nación incapaz de alimentarse a sí misma.
A todo lo que se suma que algunas de sus más altas autoridades civiles y militares están siendo internacionalmente investigadas por presuntas violaciones de los derechos humanos de su pueblo y aparentes vinculaciones con el narcotráfico. De allí que se califique a Venezuela de «narco-estado».
Cuba, por su parte, es ya la definición misma de la escasez de prácticamente todo. Incluyendo, por cierto, a la libertad. Su pueblo tiene uno de los niveles de vida más bajos de la región, que supera sólo al de El Salvador. Con medio siglo continuado de marxismo y autoritarismo al hombro, esto hoy ya no sorprende demasiado a nadie. Era, más bien, de esperar. Ante la lamentable situación económica venezolana, la llegada de sus subsidios «fraternales» a Cuba -que comenzaron a pagarse en 1992, hace entonces ya más de dos décadas- se ha sustancialmente evaporado, empeorando repentinamente las cosas.
Nicaragua, que mantuvo una economía donde el sector privado sigue siendo un partícipe clave, también ha visto desaparecer los subsidios venezolanos. Hoy está envuelta en un creciente caos, en medio de las airadas protestas de un pueblo que parece harto de vivir sometido a la voluntad política de Daniel Ortega y de su intrigante y ambiciosa esposa: Rosario Murillo. Esas protestas se han reiterado y extendido, mientras las muertes de decenas de civiles inocentes generadas por la desaprensiva represión policial y por los matones a sueldo de Daniel Ortega siguen creciendo, muy desgraciadamente.
Hablamos, sin embargo, de tres regímenes autoritarios, pero longevos. Cuba lleva casi sesenta años en manos de sus dictadores marxistas. Venezuela, por su parte, ha estado ya nada menos que 19 años sumergida cada vez más en el marxismo, en su versión más torpe y populista. Y Nicaragua, por su parte, ha comenzado a crujir socialmente con alguna sonoridad y es testigo de protestas callejeras que no sólo son enormes sino que, además, son reiteradas. A lo que ahora se suma la aparente disconformidad de sus Fuerzas Armadas, que de pronto es notoria.
Tarde o temprano, las cosas previsiblemente cambiarán en esos tres países. Con sus propios ritmos y caminos. Todos, de un modo u otro, se sacudirán de encima por si mismos el marxismo que los asfixia y paraliza. No obstante, nada luce inminente.
Pero lo cierto es que el «socialismo del siglo XXI» como propuesta ha fracasado visiblemente y los daños que genera y el malestar que ya ha provocado -y sigue provocando- están a la vista de todos.
El actual estado de cosas, por sus consecuencias y por las inevitables tensiones que provoca, difícilmente pueda prolongarse mucho tiempo más. Se cierne entonces sobre todos ellos una temporada de tormentas.
Curiosamente todo esto sucede en un momento en que los precios han tenido un repunte histórico, momento que sería propicio para revertir la situación de acoso con acciones creíbles que impliquen una recuperación de la producción y un restablecimiento del crédito de la nación.
Por Aurelio Concheso.
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Que la principal industria del país, y otrora cuarta empresa petrolera del Mundo se encuentre entre la espada y la pared es un testimonio a como la mala gerencia, la ausencia de una visión estrategia viable, la voracidad en utilizar para otros menesteres recursos correspondientes a reinversión en operaciones y una obsesión por esconder o adulterar las cifras de sus operaciones, puede llevar a esos resultados.
Entre otras cosas, se demuestra una peculiar habilidad en tornar las victorias en derrotas, como lo demuestra lo relacionado con la demanda de Conoco-Phillips que hoy tiene a los tanqueros venezolanos huyendo en desbandada antes que los embarguen, de las refinerías y terminales de las islas ABC (Aruba, Bonaire y Curazao), nodos logísticos claves para la operatividad de PDVSA.
Conoco demandó a PDVSA por USD $20,000 millones (con la esperanza de que le otorgaran USD $10,000 millones) por la apropiación de su mejorador de crudo de la Faja, y luego de diez años fue adjudicado tan solo $2,000. ¿Un triunfo para la nación? Bueno si, si alguien hubiera tenido la previsión de reservar es monto para hacerle frente al compromiso.. Pero claro, había otras “prioridades” ninguna de las cuales incluía invertir en sostener y aumentar la producción.
Paralelamente, el riesgo de acciones coordinadas de corto plazo por parte de los tenedores de bonos que hasta ahora no se han movido para demandar el pago de intereses vencidos, y de acreedores por servicios prestados como Halliburton y otros que hasta ahora habían esperado pacientemente a que alguien se dignara lidiar con el problema, han aumentado, ante el peligro para esto de quedarse como último en la cola.
Curiosamente todo esto sucede en un momento en que los precios han tenido un repunte histórico, momento que sería propicio para revertir la situación de acoso con acciones creíbles que impliquen una recuperación de la producción y un restablecimiento del crédito de la nación.
En vez de tomar esa vía, empieza circular en la prensa especializada (como Platts Oilgram) la especie de que se está considerando una declaratoria de fuerza mayor, como forma de salirse de los contratos de suministro de largo plazo con clientes tradicionales sin pagar costos de demanda por hacerlo.
No nos consta que eso se esté considerando, pero nos adelantamos a decir que en la práctica esa puerta está cerrada. Esto es así porque la “fuerzas mayor” es una situación claramente tipificada en la legislación internacional.
Su declaratoria requiere que la imposibilidad de cumplir sea producto de un acto de la naturaleza (terremoto, explosión volcánica, tsunami) o un evento bélico en la que el declarante no tiene arte ni parte, como por ejemplo un cierre del estrecho de Ormuz por una guerra Irán-Iraq que afecte tanqueros cargando en terminales saudí o kuwaitís. En inglés el término se traduce como “Act of God” o Acto de Dios y Venezuela trató de aducirlo cuando el paro petrolero de 2002 sin éxito.
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¿Cómo se sale del entuerto? Básicamente restableciendo los niveles de producción normales de la Nación del orden de los 3 millones de barriles diarios. El problema que eso requiere inversión, sobre todo en perforación de pozos, y PDVSA ni tiene el dinero para hacerlo, ni quien se lo proporciona. Los niveles de los que hablamos requieren unos 130 taladros perforando, cada uno costando unos USD $10 millones, y en la actualidad escasamente operan una treintena.
Existen empresas con tecnología de punta y capacidad financiera que pueden acometer esta tarea, pero no lo harán como subcontratistas de una entelequia quebrada y acosada, por lo que habría llegado el momento de repensar como lograr que haya producción sin que esta tenga que estar solamente en manos de un ente insolvente, plagado por el clientelismo y la ineficiencia. Hay formas de hacerlo sin perder soberanía, solo se requiere despojarse de algunos de los paradigmas que nos han traído hasta aquí.
—Aurelio F. Concheso es venezolano, ingeniero mecánico graduado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), empresario y moderador del programa radial de economía “La Otra Vía».
Desaparece Pdvsa: Acreedores se disputan sus restos
La petrolera venezolana debe responder a una oleada de reclamos internacionales, buscar cómo pagar a bonistas tras default y tratar de levantar las refinerías. En pocas palabras, enfrenta un cóctel perfecto para caer en la quiebra y sin retorno.
Por Sabrina Martín.
Paradójicamente ya el crudo y su comercialización no es un negocio rentable para el país suramericano tras la brutal desidia del Socialismo y sus consecuencias: la quiebra de Pdvsa. .
En menos de un mes, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) enfrenta tres acciones legales y demandas judiciales que pueden terminar por tomar todos los activos internacionales de la petrolera, dejándola en bancarrota.
De acuerdo con el economista y diputado opositor, Ángel Alvarado la empresa que, hasta hace 20 años, se posicionó como la segunda mejor del mundo, está a punto de desaparecer y caer en la ruina.
Alvarado señala que la estatal, de la cual depende la economía del país suramericano, no tiene cómo pagar todas sus deudas pendientes ni las demandas que se le vienen encima, pues los afectados hoy intentan cobrar los USD$ 2.9000 millones que la petrolera ha dejado de pagar por la deuda que contrajo.
La quebrada compañía no solo debe enfrentar a ConocoPhillips, luego de haber perdido una demanda judicial en donde se le ordena pagar a la petrolera estadounidense USD$ 2.000 millones; Pdvsa también tiene que responder a una oleada de reclamos similares, buscar cómo pagar a bonistas tras default, y además tratar de levantar las refinerías que están a punto de cerrar por su mermada producción causada por el abandono y la malversación. En pocas palabras, Pdvsa enfrenta un cóctel perfecto para caer en la quiebra y sin retorno.
Según la Opep, Venezuela es el país con las mayores reservas probadas de crudo en el mundo con 296.501 millones de barriles. Sin embargo, paradójicamente ya el crudo y su comercialización no es un negocio rentable para el país suramericano tras la brutal desidia del Socialismo.
Recientemente la compañía estadounidense ConocoPhillips decidió embargar los activos de la estatal venezolana en el Caribe, un peligroso precente que puede influir en que el resto de los demandantes contra Pdvsa tomen la misma decisión.
Solo hay que imaginarse, por ejemplo, que la petrolera venezolana comercializa cinco buques petroleros, y que en el momento que dichos tanqueros tocan aguas internacionales, estos son abordados y confiscados por las millonarias deudas pendientes que tiene Pdvsa por pagar. Si esto se materializa, Venezuela estaría aún más al borde del colapso, pues si no vende los pocos barriles de petróleo que produce, no le ingresan divisas y, por lo tanto, la compañía simplimente muere.
María Corina Machado @MariaCorinaYA
Más de 30 buques petroleros fondeados en Puerto La Cruz porque no se atreven a entrar en aguas internacionales. Esto es un auto-embargo instalado por la infinita irresponsabilidad y corrupción del régimen.
Las deudas pendientes
ConocoPhillips está buscando el modo de recuperar sus activos, luego de que Pdvsa perdiera el juicio en Estados Unidos por la nacionalización que emprendió Hugo Chávez de la empresa estadounidense en territorio venezolano.
Recientemente Conoco tomó posesión de propiedades de la petrolera estatal venezolana Pdvsa ubicadas en las islas caribeñas de Bonaire y San Eustaquio, puntos claves de logística para la distribuición y comercialización de barriles de crudo.
“Si Conoco está tratando de hacer todo lo posible para cobrarse con crudo activo en el Caribe por una demanda de US$ 2.000 millones, hay que imaginarse lo que van a hacer los tenedores de bonos por deudas que llegan a 60.000 millones de dólares”, señaló a PanAm Post, el economista venezolano Luis Oliveros.
Pero Conoco no es la única compañía que demandó a Pdvsa y que busca recuperar sus activos. Recientemente los tenedores de bonos demandaron en Nueva York a la estatal venezolana por US$25 millones tras el impago de pagarés emitidos al contratista de energía canadiense SNC-Lavalin.
A esta nueva demanda se le suma también la realizada por Rusoro Mining, que inició acciones legales para obligar a Venezuela a pagar US$1.340 millones por expropiar sus activos de oro en 2012.
“Vamos a ver a los bonistas y a Conoco muy agresivos tratando de cobrar, y el primero que tenga acceso a esos activos es el que va a poder cobrar, porque tampoco es que Venezuela tenga muchos activos en el exterior”, señaló Luis Oliveros.
El saldo consolidado de la deuda externa de Venezuela era de US$143.000 millones en 2017, según cálculos del banco de inversiones venezolano Torino, con datos del ministerio de Finanzas, FMI y Bloomberg.
En 2018, están programados pagos por US$9.022 millones entre capital e intereses de bonos de Pdvsa y de la República.
La cifra es apenas inferior a los US$9.602 millones de reservas totales en manos del Banco Central de Veezuela. Por lo que si el país suramericano pagara todas las deudas pendientes, prácticamente se quedaría sin reservas internacionales y sin dólares para poder importar alimentos, medicamentos o materia prima.
Pdvsa ya no produce petróleo ni dólares
Recientemente se conoció que Venezuela, el país con una de las mayores reservas petroleras del mundo, cerrará tres de sus más grandes refinerías por escasez de crudo y de personal. Una situación inimaginable hace dos décadas, cuando PDVSA era un ejemplo a seguir a nivel mundial, una corporación que fue la mejor de América Latina.
De acuerdo con el economista José Toro Hardy, quien hasta 1999 fue miembro del directorio de la estatal petrolera venezolana, ese cierre de refinerías conllevaría a una caída mucho mayor del Producto Interno Bruto (PIB). “Habrá mayor escasez de gasolina y se generará más desempleo y escasez de divisas”, señaló a PanAm Post.
Venezuela debería estar produciendo más de 5 millones de barriles diarios, y sin embargo tras el abandono, la malversación de fondos y la corrupción masiva, actualmente produce 1.600.000 barriles, una cantidad insuficiente para poder cumplir las deudas extranjeras.
El 96% de los dólares que le ingresan a Venezuela provienen de la actividad petrolera, pero destruída Pdvsa el país se quedará sin divisas.
Economista Steve Hanke: El bolívar ha dejado de cumplir con la función que tiene el dinero
El experto, que suele medir los precios en Venezuela y que según sus cálculos ha tocado más de 15.000 por ciento anualizado, dijo que el bolívar carece de un valor estrella.
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«El bolívar ha dejado de cumplir con la función que tiene el dinero según los libros de texto (….) esto ayudaría a cualquier político», dijo el economista Steve Hanke, en una conferencia sobre el régimen cambiario en Caracas.
El experto, que suele medir los precios en Venezuela y que según sus cálculos ha tocado más de 15.000 por ciento anualizado, dijo que el bolívar carece de un valor estrella.
«No es una unidad de cuenta y no funciona como medio de intercambio y para comprar un perro caliente necesitas toda una maleta de billetes, ya que no cumple con todas esas funciones del libro económico, la economía se ha dolarizado de manera informal (…) Por lo tanto es la hora de oficializar la dolarización en Venezuela», dijo Hanke en un foro organizado por la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
Las funciones del dinero son principalmente tres, actúa como: (1) medio de cambio, (2) depósito de valor y (3) unidad de cuenta.
«Queda claro que la dolarización impondría restricciones fiscales a Venezuela y esa es una gran ventaja para el país», dijo. La dolarización crearía un ambiente estable tras agregar que genera confianza y que generará un crecimiento económico rápido.
La propuesta de la dolarización ha sido llevada al debate, aunque rechazada por el presidente Nicolás Maduro.
El país enfrenta una inflación mensual de 80 por ciento y en lo que va de año 897 por ciento.
Sobre los compromisos del país, considera que la deuda que mantiene Venezuela con sus acreedores, aunque desde el punto de vista legal «suene odioso», es necesario que vaya a un proceso de reestructuración.
Suiza se une a sanciones de la UE contra miembros de la dictadura venezolana
Ya son 42 las naciones que individualmente o como parte de grupos, establecen limitaciones a funcionarios del régimen de Nicolás Maduro para movilizar sus capitales.
Por Sabrina Martín.
Suiza señaló que se suma a las sanciones para castigar la constante violación a derechos humanos en el país sudamericano. .
Se le “achica el mundo” al régimen de Nicolás Maduro; el gobierno de Suiza anunció que se suma a las sanciones contra la dictadura en Venezuela tras alinearse al paquete de medidas asumidas por la Unión Europea.
El país europeo señaló que se suma a las sanciones para castigar la constante violación a derechos humanos en el país suramericano.
Gobierno de Suiza sanciona al titular del MRI Néstor Reverol; al director del Sebin Gustavo González López; a pdta CNE Tibisay Lucena; al del TSJ Maikel Moreno; al fiscal designado por ANC Tarek William Saab, al constituyentista Diosdado Cabello y al general Antonio Benavides T.
Entre las medidas está un embargo de armas a Venezuela, prohibiendo la venta, suministro y exportación de armamento, que pudiera servir al régimen para continuar reprimiendo a la disidencia.
Asímismo, incluyó un veto de exportación y venta de equipos de espionaje “que puedan servir para seguir e interceptar comunicaciones por teléfono y por internet”.
Otras medidas incluyen el congelamiento de activos y la prohibición de tránsito para personas, firmas y organizaciones relacionadas con el régimen; incluyó en su primer listado a siete ministros y funcionarios de alto rango de Venezuela.
Entre los sancionados están Diosdado Cabello, el “número dos” del chavismo; Tibisay Lucena, presidenta del chavista Consejo Nacional Electoral; el usurpador fiscal general Tarek William Saab; el presidente del chavista Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno; y los militares Antonio Benavides Torres, Gustavo González López y Néstor Reverol.
Suiza, que se había mantenido “bajo perfil” ante la crítica situación en Venezuela, se declaró “seriamente preocupada por las reiteradas violaciones a las libertades individuales”; además calificó de “gravemente mermado” el principio de la separación de poderes.
El país europeo no escatimó en dudar de las próximas elecciones presidenciales pautadas por el régimen de Maduro y señaló que el proceso “carece seriamente de legitimidad”.
Con este anuncio, Suiza se suma a los países miembros de la Unión Europea, así como a otras 10 naciones europeas que finalmente decidieron sancionar al régimen de Nicolás Maduro.
Y es que así como el chavismo acelera las elecciones en Venezuela sin garantías que permitan comicios libres y transparentes, también se aceleran las decisiones internacionales para “ahorcar” política y económicamente a la dictadura.
Al parecer, con el pasar de los días y la profundización de la crisis y la dictadura en Venezuela, al chavismo se le achica el mundo, pues los gobiernos están tomando la decisión de aislarlo. Con esto, ahora son 42 naciones que han decidido sancionar al régimen de Maduro.
Se avecina un bloqueo financiero
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que convocará a sus homólogos de Canadá, el Reino Unido y miembros de la Unión Europea el próximo mes de abril para coordinar los esfuerzos; la intención será emprender un “paquete de encierro” como parte de nuevas sanciones conjuntas.
Los países utilizarán la red de inteligencia financiera para bloquear e impedir cualquier movimiento financiero del chavismo; se trata de más de 50 gobiernos dispuestos a seguir presionando a Nicolás Maduro para obligarlo a una salida democrática y pacífica ante la grave crisis en Venezuela.
Una lista de castigos internacionales
Hay que reconocer que el primer país en asumir sanciones contra la dictadura en Venezuela fue Estados Unidos; empezó castigando a funcionarios del chavismo corruptos y violadores de derechos humanos, y ahora continúa con acciones económicas que achican el panorama político y económico del régimen.
Con la llegada a la Casa Blanca, Donald Trump ha intensificado la presión al Gobierno venezolano con continuas rondas de sanciones económicas individuales y también financieras.
Estados Unidos mantiene a 57 funcionarios del chavismo en una lista negra de sanciones, en la que no solo les bloqueó sus bienes y activos, sino que además les negó el ingreso a suelo norteamericano. Del mismo modo, prohibió tanto a empresas como a ciudadanos estadounidenses tener relación comercial alguna con cualquiera de los sancionados.
En agosto de 2017, Estados Unidos anunció sus primeras sanciones económicas contra el gobierno de Venezuela; lo que representó un duro golpe financiero para el país suramericano sostenido por la dictadura de Nicolás Maduro.
Prohibió al régimen de Maduro y a su petrolera estatal, Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), vender nuevos bonos a estadounidenses o a instituciones financieras del país norteamericano.
Todo esto llevó a Maduro a crear una supuesta criptomoneda chavista llamada El Petro, para evadir las sanciones; lo que trajo como respuesta de Trump la prohibición desde Estados Unidos de cualquier transacción con la cybermoneda chavista.
Nicolás Maduro ha dejado ver que las sanciones internacionales son su debilidad. Esto se vio reflejado en las negociaciones que mantenía con la oposición venezolana, pues una de sus exigencias era el cese de las sanciones en su contra.
Canadá por su parte, se ha sumado a las mismas sanciones de Estados Unidos, mientras que la Unión Europea y otros diez países de ese continente, emitieron en enero las primeras medidas específicamente contra funcionarios del chavismo.
Costa Rica se convirtió en el primer país de América Latina que se sumó a las sanciones, pues tomó la decisión de impedir el ingreso a su territorio del ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, y su familia.
Las acciones tomadas por Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, diez países de Europa y Costa Rica, surgieron para castigar las constantes violaciones a los derechos humanos por parte de la dictadura y los actos de corrupción emprendidos por funcionarios del chavismo.
Estos gobiernos indican que las sanciones solo se levantarán, si es el caso, cuando se restablezca el Estado de derecho y la democracia constitucional en Venezuela.
El fin de PDVSA: El Régimen planea cierre indefinido de tres refinerías
La industria petrolera en Venezuela se encuentra en su peor momento en décadas. Para febrero de este año, la producción fue de 1.5 millones de barriles diarios, de acuerdo con un informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La situación cada vez es más compleja, debido a que las condiciones laborales no son apropiadas. Los trabajadores obtienen de salario mensual 1.7 millones de bolívares (1.700 bolívares con la reciente reconversión) y un bono de alimentación aproximado de 1.6 millones (1.600).
Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ahora se enfrenta a la posibilidad de un cierre indefinido en tres de sus cuatro refinerías principales. Fuentes sindicales indicaron a El Nacional que estas serían Cardón (Falcón), Puerto La Cruz (Anzoátegui) y El Palito (Carabobo).
La medida sería tomada por las autoridades en las próximas semanas, debido a la escasez de crudo para procesar y la falta de personal que opere las plantas.
El gobierno habría planeado que transnacionales operaran al menos dos de las refinerías. Petrochina se encargaría de Cardón, mientras que Rosneft trabajaría en Amuay. Sin embargo, ambas compañías desistieron de hacer un trato.
¿Cómo impactaría un embargo petrolero de EEUU contra Venezuela?
Caracas, AFP — Venezuela sufriría un impacto catastrófico si Estados Unidos concreta la amenaza de sancionar sus exportaciones petroleras, sin que ello garantice cambios políticos, advierten analistas consultados por la AFP.
El posible embargo fue evocado por el secretario de Estado, Rex Tillerson, quien dijo analizar opciones para “mitigar” las secuelas.
Ya Washington aplicó sanciones contra el presidente Nicolás Maduro y altos funcionarios; y prohibió a ciudadanos y empresas estadounidenses negociar deuda de Venezuela y su estatal petrolera PDVSA.
¿CÓMO AFECTARÍA A VENEZUELA?
Estados Unidos es el principal cliente de Venezuela, que obtiene 96% de sus ingresos del crudo y cuya industria enfrenta una severa caída de la producción y dificultades financieras.
Según la Agencia de Energía estadounidense, recibió de Venezuela unos 600.000 barriles diarios en 2017, lo cual equivale a un tercio de las ventas del país sudamericano.
Añade que un tercio de la producción -de 1,6 millones de barriles diarios según la OPEP- se destina a pagar deuda con China y Rusia y a acuerdos de cooperación con el Caribe.
Otra fracción alimenta el consumo interno, con gasolina casi regalada: un dólar del mercado negro compra 214.000 litros.
Además, Venezuela importa desde Estados Unidos unos 160.000 barriles diarios de crudo liviano para procesar su petróleo pesado, que podría obtener de Argelia o Nigeria aunque a mayor costo, observa el experto Orlando Ochoa.
La producción venezolana experimenta su peor derrumbe en 30 años (excluido un paro petrolero entre diciembre de 2002 y febrero de 2003). Hoy coloca la mitad que hace una década.
“Su flujo de caja se deteriorará aún más” por esa caída y posibles nuevas sanciones, estima la consultora Eurasia Group.
Aunque los precios se recuperan, con su crudo rondando 60 dólares por barril, Venezuela y PDVSA fueron declaradas en default parcial por pagos atrasados de deuda.
En recesión desde 2014, el país tiene una deuda externa de unos 150.000 millones de dólares, 30% correspondiente a PDVSA.
La consultora Ecoanalítica proyecta en 24.800 millones de dólares los ingresos petroleros en 2018, con compromisos de deuda por 8.000 millones.
¿CÓMO AFECTARÍA A EEUU?
Un 8% de las compras de crudo de Estados Unidos proviene de Venezuela.
Las sanciones del gobierno de Donald Trump podrían ir en dos sentidos: restringir sus compras o frenar las ventas de crudo liviano, según James Williams, de la consultora WRTG Economics.
Washington podría tener a México y Canadá como “principales” sustitutos, añade Williams, quien resalta que las importaciones desde Venezuela vienen reduciéndose. Hubo una merma de 100.000 barriles diarios en enero.
Pero restringir compras afectaría a refinerías como CITGO -subsidiaria de PDVSA-, Valero Energy Corp, PBF o Philips, que perderían fuentes de suministro y “esto significaría aumentos en los precios de la gasolina”, apuntó Williams.
En 2017, Valero anunció medidas para reducir su dependencia de Venezuela y la OPEP, aunque Ochoa remarca que el suministro para las refinerías estadounidenses de la Costa del Golfo de México “no se puede reemplazar tan fácil”.
¿ES VIABLE?
El Departamento del Tesoro puede fijar sanciones petroleras con aval del Congreso; también, medidas de presión a compradores de crudo venezolano.
Pero incluso gobiernos críticos de Maduro las rechazan.
“México no va a imponer sanciones petroleras”, advirtió el secretario mexicano de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, preocupado por “las repercusiones que podrían tener” sobre los venezolanos y países del Caribe.
Venezuela sufre una hiperinflación que el FMI proyecta en 13.000% para 2018, y una escasez crónica de alimentos y medicinas.
Esta situación ha provocado el éxodo de unas 500.000 personas hacia la vecina Colombia y 40.000 a Brasil desde 2017, según autoridades de ambos países.
¿JAQUE A MADURO?
El impacto político sería incierto.
“Se confunden quienes creen que el aislamiento y las sanciones afectarán solo al gobierno. El impacto esperado es demoledor sobre la economía y lo viviremos todos (…) sin garantía de cambio político”, escribió en Twitter Luis Vicente León, de la encuestadora Datanálisis.
Maduro, con probabilidades de ser reelegido hasta 2025 en los comicios del 22 de abril, asegura estar preparado para posibles sanciones.
Un 75% reprueba al mandatario, según Datanálisis, pero casi 90% rechaza un embargo.
“Las sanciones deberían llevar al gobierno a negociar, pero ¿van a ceder? Han demostrado hasta ahora absoluta indiferencia ante el rápido deterioro socioeconómico”, estimó Ochoa.
La pobreza es casi absoluta en Venezuela: llegó al 87%
Por Daniel Lozano.
El índice casi se duplicó en los últimos tres años, desde el 48,4% que se registraba en 2014, en tanto la pobreza extrema se sitúa en el 61,2% Fuente: AFP.
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CARACAS — La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) se esperaba con expectativa en Venezuela, por ser el mejor termómetro científico para medir la magnitud de la crisis que devora al país. Pero también con temor ante el nuevo golpe de realidad, confirmado desde la primera cifra que arroja el estudio: el 87% de las familias están bajo la línea de pobreza y el 61,2% viven en pobreza extrema.
Un aumento sin precedentes mundiales, ya que desde 2014, año en el que la crisis comenzó a crecer sin freno, hasta 2017 se pasó del 48,4% de pobreza hasta el 87% actual. Un año antes, cuando Hugo Chávez murió, víctima de un cáncer, el oficialismo intentó universalizar el título de «Mesías de los pobres» para recordar al líder bolivariano.
Con la participación de varios de los principales expertos y tres de las instituciones más prestigiosas del país (Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar) se sumaron una cifra tras otra en un intento de paliar la censura oficial, empeñada en ocultar la realidad del país. Los datos solo llegan hasta septiembre y lo que vino después es aún peor, ya que la hiperinflación comenzó a pulverizar bolsillos, vidas y almacenes.
El impacto de la deriva de la revolución en la gente parece no tener límites: el 64,3% (casi la misma cifra de familias en estado de pobreza extrema) ha perdido en 2017 un promedio de 11,4 kilos, algo exorbitante, que es indisimulable en cualquier calle. En 2016, la pérdida de peso había llegado hasta los ocho kilos. La clase media ha desaparecido de Venezuela, y la popular intenta sobrevivir a duras penas cada día.
El 70,1% de los hogares dijeron que no tienen dinero para comprar comidas saludables; el 70,8% añadieron que los alimentos son insuficientes y el 63,2% de los adultos reconocieron que se saltan una de las tres comidas del día, un sacrificio dirigido a alimentar algo mejor a sus hijos. Más del 60% de la gente se acuesta con hambre.
Otro dato, tan contundente como los anteriores, relaciona el hambre con la educación, ya que el 76% de la población escolarizada, de entre 3 y 17 años, perteneciente al segmento popular, falta a clases por no tener comida. El 20% de la población venezolana no desayuna y las meriendas desaparecieron.
«Solo 9.931.000 de 12.734.000 están recibiendo educación», destacó la experta Anitza Freitez, lo que confirma que en el último período investigado un millón de chicos quedaron por fuera del sistema educativo. Medio millón, además, presentan «rezago escolar severo, lo que implica el riesgo de exclusión educativa si el entorno familiar es adverso y no hay políticas públicas que apunten a la reinserción».
Muy poco queda de las ensoñaciones del chavismo, que mantiene un viceministerio de la Suprema Felicidad. Casi el 80% de los encuestados lamentan la reducción de sus salidas a los lugares de ocio, tanto por la falta de dinero como de miedo a la violencia que ha situado a Venezuela como el segundo país entre los más violentos del planeta. Pero además el 73% también han dejado de concurrir a los que fueron sus habituales lugares de compras.
La bancarrota generalizada también ha llegado a la salud. El 60% de la gente se vio obligada a cubrir con su bolsillo, ya deteriorado, el gasto de salud, ante la crisis extrema que se vive en los hospitales, donde faltan medicamentos, insumos y tratamientos de toda índole.
El estudio, hasta septiembre, confirma la extensión de las bolsas CLAP de comida, la versión bolivariana de la libreta de racionamiento cubana. En Caracas esta comida subvencionada llega al 62% de los hogares una vez al mes, pero en el interior del país se pierde la eficacia de la entrega, ya que solo el 18% la recibe con periodicidad.
El chavismo ha convertido al CLAP y al carnet de la patria, necesario para adquirirla, en sus principales instrumentos de control social y político. Y también ha sustituido al sistema de misiones sociales creado por Hugo Chávez, con asistencia de Cuba, que está «prácticamente desaparecido», como destaca el informe de Encovi.
Migración
La diáspora también fue analizada por estos investigadores sociales, que llegaron a la conclusión de que la mayoría de los venezolanos que se van del país lo hacen simplemente en busca o porque han conseguido trabajo. Según la encuesta de Consultores 21, terminada a fines de año, cuatro millones de ciudadanos abandonaron el país desde la instalación del chavismo, que cumple 19 años en el poder.
Precisamente las remesas que envían desde el exterior todavía no alcanzan la cuantía importante de otros países latinoamericanos, pero con la «distorsión cambiaria» suponen una gran ayuda a las familias que se quedaron en el país. El 88% de los emigrantes están en edad de trabajar.
«En definitiva, un retroceso significativo de un país que fue rico y hoy está en ruinas», resumió el diputado José Guerra, ministro de Economía de la oposición en las sombras, que desde 2007 lleva advirtiendo de cada una de las consecuencias del modelo económico chavista, incluyendo la hiperinflación que hoy cabalga sin freno.
«En estos momentos de crisis esta información será vital para forma una gran alianza por el cambio», sentenció el padre José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello, que defiende junto con rectores académicos y la Comisión Episcopal venezolana que no se puede participar en unas presidenciales fraudulentas, pero que hay que seguir luchando para recuperar la democracia.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) confirmó ayer que sus principales partidos, organizaciones sociales, la Iglesia, universidades, el movimiento estudiantil, colectivos obreros y profesionales conformarán el Frente Amplio Nacional para exigir al gobierno unas elecciones democráticas, libres y con condiciones.