Trump bajará impuestos y quitará regulaciones

enero 24, 2017 · Imprimir este artículo

Trump anunció una poda «masiva» de impuestos para la clase media y las empresas

Dijo que los tributos bajarán del 35% actual al 15 ó 20%. Y que recortará regulaciones en un 75%. Reiteró ante empresarios que busca que las compañías de EE.UU. produzcan en el país.

Trump anunció una poda "masiva" de impuestos para la clase media y las empresas

Anuncios. El presidente Trump, ayer, rodeado de importantes empresarios, al comunicar que aplicaría “un masivo recorte” de tributos. “No despidan gente”, pidió a las compañías. REUTERS

trump 2017El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avanza a toda marcha con sus principales promesas de campaña y en el que calificó como el “Día Uno” de su gobierno se reunió ayer con altos ejecutivos de empresas y les anunció que, si sus firmas se quedan en el país, “bajará impuestos masivamente tanto para la clase media como para las compañías”.

Dentro de su política de incentivar la producción nacional, Trump dijo que esos impuestos bajarán hasta un rango de entre el 15 y 20 por ciento frente al 35 por ciento actual. “Creemos que podemos reducir las regulaciones en un 75%, tal vez más”, señaló. Y pidió a los empresarios: “Lo único que tienen que hacer es quedarse, no se vayan y no despidan a su gente en Estados Unidos”.

Como ya había hecho en la campaña y luego de haber sido elegido, el 8 de noviembre, Trump advirtió a las empresas que estén pensando en llevar su producción fuera del país que sufrirán consecuencias si lo hacen. “Vamos a imponer un impuesto fronterizo muy grande sobre el producto cuando llegue, lo cual creo que es justo”, sentenció. En la campaña había estimado que esa tasa podía llegar al 45 por ciento.

Señaló, además, que actualmente no hay libre comercio en el globo ya que, para él, Estados Unidos es el único que facilita la entrada a productos extranjeros, mientras que “si quieres vender algo a China y otros países, es muy, muy difícil”.

“Va a producirse una oleada”, dijo Trump con optimismo a los periodistas, en referencia al crecimiento de la industria manufacturera que espera provocar en su país con sus políticas. Según Trump, con la reducción de los impuestos y las regulaciones, ya no habrá ninguna razón para que las empresas produzcan fuera de Estados Unidos.

Esta política proteccionista –y también el megaplan de infraestructura que prometió el magnate- traerá consecuencias en la economía global. El Fondo Monetario Internacional dijo ayer que estima que Estados Unidos crecerá más de lo previsto (un 2,5% este año), y que podría haber inflación, aumento de déficit, suba de tasas y apreciación del dólar. Las inversiones podrían huir de los países emergentes.

steel city ruslt beltEl presidente culpa de buena parte de los males de la economía a la deslocalización de empresas, que ha afectado sobre todo a los trabajadores del “Rust belt”, el cinturón oxidado de Estados Unidos, donde el presidente cosechó los votos clave para conquistar la Casa Blanca. En busca de menos costos laborales y regulaciones medioambientales y de seguridad más laxas, decenas de compañías se han trasladado a países como México u otros de Asia. Un empleado que en Estados Unidos gana 25 dólares por hora más beneficios sociales, en suelo mexicano ganaría solo tres dólares.

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El tema es más complejo ya que los obreros estadounidenses no sólo se ven afectados por la partida de las empresas sino también por el avance tecnológico y la poca capacitación que reciben: muchos son reemplazados por máquinas y luego no pueden reinsertarse a un mercado laboral mucho más sofisticado. Trump no ha dicho nada para revitalizar esa realidad que también está golpeando a los trabajadores.

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Pero sí se ha opuesto con vehemencia a los tratados de libre comercio, que permite que las empresas se desplacen de un país a otro con cierta facilidad. De hecho ya dijo que comenzará a renegociar el NAFTA, el pacto con México y Canadá, -el “peor de la historia”, según afirmó- y ayer firmó un decreto que establece la salida de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que firmaron 12 países de Asia y América.

Entre los altos ejecutivos con los que el mandatario se reunió ayer en el salón Roosevelt de la Casa Blanca estuvieron presentes Mark Fields, de Ford y Elon Musk, el fundador y presidente de la fábrica de automóviles eléctricos Tesla.

Hoy seguirá la ronda con empresarios automotrices. Desayunará con los principales directivos de la General Motors (GM), Ford, Fiat y Chrysler. Los llamados “Tres grandes de Detroit” habían sido amenazados por el presidente por la importación de sus vehículos producidos en México. Trump “quiere escuchar sus ideas sobre cómo podemos trabajar juntos para traer más empleos a este sector en particular”, dijo Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca.

Trump había amenazado a Ford con aranceles aduaneros del 35 % durante la campaña. La relación con el fabricante mejoró cuando la compañía anunció la cancelación de una planta en México, una inversión de US$1.600 millones. El presidente también había atacado a GM y Toyota y cambió el tono después de que los principales fabricantes anunciasen una oleada de inversiones en EE.UU. El sábado, Trump tuiteó que “las compañías de automóviles y otras, si quieren hacer negocios en este país tiene que empezar a hacer cosas aquí de nuevo. ¡VICTORIA!”.

Fuente: Clarín, 24/01/17.


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