Argentina: Corrupción, política y derechos humanos

junio 5, 2011

La sospechosa justicia veloz

Por Joaquín Morales Solá

 

Norberto Oyarbide convierte en escándalo todo lo que toca. Esta vez, es cierto, creó un escándalo nuevo sobre un escándalo que ya existía. ¿Por qué también el grave caso que involucra a Sergio Schoklender y a las Madres de Plaza de Mayo recayó en su juzgado? ¿Fue limpio e imparcial el sorteo que lo habilitó a investigar esos supuestos abusos? ¿Existe una manera de que el oficialismo pueda encontrar el juez oportuno en el momento indicado, a pesar de que gran parte de las causas judiciales son sometidas al sistema del azar informático?

Vale la pena plantear una primera conclusión. Es raro, al menos, que todas las causas sensibles para el Gobierno, o potencialmente graves, hayan recaído en los últimos años en el juzgado de Oyarbide. Hay nueve jueces federales de un total de doce, pero ningún otro magistrado del fuero penal federal resulta nunca seleccionado para investigar al oficialismo. Oyarbide es también juez subrogante de otro juzgado vacante. Las posibilidades de Oyarbide de resultar sorteado son mayores, por lo tanto, pero eso no explica que los otros ocho jueces sean siempre ignorados por el supuesto azar del sistema.

El patrimonio del matrimonio Kirchner ; el caso de las escuchas telefónicas que afectan a Mauricio Macri (uno de los enemigos más aborrecidos por el kirchnerismo); la investigación sobre la corrupción del ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime; el escándalo por el manejo de la obra social de los camioneros por parte de Hugo Moyano; el exhorto suizo que pidió información sobre Moyano y sus presuntos socios, y, ahora, la pesquisa sobre los eventuales delitos de lavado de dinero por parte del ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, son sólo algunos de los expedientes que cayeron en manos de Oyarbide, gracias a un juguetón sorteo, aparentemente arbitrario.

Oyarbide nunca defraudó: los Kirchner fueron sobreseídos; Jaime no está preso a pesar de las muchas pruebas en su contra y Moyano no fue ni siquiera citado a indagatoria cuando a otro dirigente sindical, el duhaldista Gerónimo Venegas, el juez mandó detenerlo durante algunos días. Oyarbide procesó a Macri por asociación ilícita con muchas menos evidencias que las que ya existen contra Moyano.

Hay muchos jueces sensibles a los intereses del gobierno, pero ninguno como Oyarbide está dispuesto a cambiar de dirección con el correr de las horas. Este gobierno pide una cosa un día y otra cosa al día siguiente , asegura otro magistrado. Ese ritmo voluble encuentra, sí, pocos jueces dispuestos a seguirlo; el riesgo que corren es el de caer en el mismo desprestigio que ya acosa irremediablemente a Oyarbide.

En la jerga judicial hay un término que se usa para describir el sistema de sorteos: la «puerta de atrás». Según la confesión de varios magistrados, el método consistiría en que una computadora madre, ubicada en una sala distinta de la de los sorteos, digitaría el nombre de los jueces que aparecen luego en la oficina donde se hacen los sorteos.

Si eso fuera cierto, el oficialismo podría manipular los sorteos a través del propio sistema informático y de los funcionarios que se encuentran a cargo de él. En fueros distintos del penal federal circula el testimonio de muchos que aseguran que existen «gestores» para conseguir el sorteo buscado. Un sector del mundo judicial manifiesta desconocer cualquier método de digitación, pero tampoco niega su existencia. Dice no saber, simplemente. Puede explicarse: muchas causas caerían por defectos de origen si esas maniobras se comprobaran.

Un viejo proyecto para crear una base informática unificada está en manos de la Cámara de Casación desde hace mucho tiempo, pero ésta carece siempre de los recursos financieros para concretarla. Ese nuevo sistema informático, invulnerable según los técnicos que tuvieron acceso al proyecto, podría unificar también los sorteos. El problema es que tal proyecto nunca pudo traspasar la frontera hacia su concreción.

La sospecha política y social hacia los sorteos llegó hasta la cima misma del Poder Judicial. Los jueces están preocupados porque sólo la duda sobre la transparencia ya le hace daño a la Justicia , dijeron en despachos cercanos a la Corte Suprema de Justicia. La preocupación llegó a la propia Cámara Federal, instancia superior a los jueces federales; el cuerpo decidiría en los próximos días sacarle a Oyarbide todo el caso (o parte importante de él) sobre Schoklender y las Madres de Plaza de Mayo. La decisión de la Cámara se respaldaría en que otro juez federal, Marcelo Martínez de Giorgi, recibió antes una denuncia de un abogado particular sobre el caso Schoklender. Martínez de Giorgi es, por lo tanto, el juez original de la causa.

Nunca la Justicia fue tan veloz en la Argentina como en la semana que pasó. El lunes último, un abogado pidió ante Martínez de Giorgi la investigación de Schoklender por lavado de dinero. El martes, el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbattella, dijo que estaba buscando pruebas contra Schoklender, después de retener el expediente durante un año. El miércoles, Sbattella encontró de pronto las pruebas y las giró con urgencia al fiscal Raúl Pleé. El jueves, Pleé dictaminó que había razones para investigar a Schoklender. Ese mismo día resultó sorteado Oyarbide y otro fiscal, Jorge Di Lello, se hizo cargo de la investigación. En sólo 24 horas, con un ritmo de vértigo, ya existían una causa abierta, dos fiscales y un juez. Oyarbide sobreactuó de inmediato: ordenó allanamientos y les cerró las fronteras del país a los investigados.

¿Alguien no quería que Martínez de Giorgi avanzara con la denuncia que recibió para que el caso quedara en manos de Oyarbide? Es probable. La Cámara Federal desbarataría esa operación devolviendo próximamente todo el caso a Martínez de Giorgi.

La intranquilidad del Gobierno no carece de argumentos: el caso Schoklender podría afectar seriamente a Hebe de Bonafini y al propio Gobierno. La Fundación de las Madres recibió importantes concesiones directas de obras, sin licitación, para la construcción de viviendas por ser una ONG sin fines de lucro. Resulta, sin embargo, que el dinero que giraba el Gobierno iba a parar a manos de una empresa privada, Meldorek, la auténtica contratista, propiedad de Schoklender, según reveló La Nacion. Schoklender mintió públicamente en los últimos días asegurando que él no era dueño de esa empresa. Podrían agregarse, por lo menos, los delitos de fraude al Estado y de incumplimiento de los deberes de funcionario público para ministros y secretarios de Estado.

Las recientes mentiras de Schoklender cambiaron viejas afirmaciones suyas. ¿De quién es esta empresa? , lo consultó hace algún tiempo un ex funcionario kirchnerista. Mía , le contestó Schoklender. Las viviendas que construye Schoklender son rápidas de edificar, pero muy frágiles, una mezcla de alambres, telgopor y una pátina de cemento. No se puede poner un clavo para colgar una foto , dice alguien que conoció el producto. Schoklender estuvo interesado en tiempos recientes en ampliar sus negocios y venderles esas casas a las petroleras como viviendas sólo transitorias para sus trabajadores.

La Presidenta se alarmó en Roma cuando conoció la noticia de la verdadera propiedad de Meldorek, que Schoklender desmintió hasta horas antes. Fue eso lo que la retuvo en el hotel y le impidió concurrir al acto central de los 150 años de la unidad italiana. Horas después, el Gobierno comenzaba a cambiar su posición. El canciller Héctor Timerman separó a Schoklender de Hebe de Bonafini, pero el ministro del Interior, Florencio Randazzo, lo sepultó. Las Madres pudieron ser defraudadas , disparó contra el contratista oculto. Adiós, Schoklender.

La historia aguarda al kirchnerismo con el reconocimiento por haber promovido la revisión del pasado y con el reproche por haber convertido la noble causa de los derechos humanos en una simple herramienta para la construcción y la destrucción política.
Fuente: La Nación, 05/06/11.

 

Más información:

Columna de Mariano Grondona, La Nación, 05/06/11.
De Schoclender a Hebe; ¿de Hebe a Cristina?
http://www.lanacion.com.ar/1379053-de-schoklender-a-hebe-de-hebe-a-cristina

 

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¡Es el sistema, estúpidos!
Por Enrique Szewach

 

En la Argentina debería conocerse el flujo y destino de los fondos públicos.
La opacidad se hizo evidente en el affaire de Schoklender, pero debería
saberse qué sucede con Aerolíneas, el Fútbol para Todos o los fideicomisos.

 

El caso Schoklender no hizo más que reiterar un problema sistémico que aqueja a la asignación de recursos públicos en la Argentina de los últimos años (¿décadas?): tales recursos se asignan con discrecionalidad, arbitrariedad, opacidad y falta de control.

Nadie nos ha explicado cuál es la “ventaja competitiva” de una organización de derechos humanos para recibir fondos públicos destinados a construir viviendas sociales. Nadie nos ha informado, oficialmente, las cifras asignadas a dicha organización para ese fin. Nadie nos ha explicado, oficialmente, el destino de esos recursos. La cantidad de viviendas construidas, cuántas en ejecución, el costo individual, y cualquier otro dato de utilidad para sacar conclusiones “objetivas”.

No se trata de demostrar una compleja teoría de la física cuántica o de esclarecer crímenes o atentados terroristas. Se trata, simplemente, en la era de la informática, de presentar una planilla de cálculo en Internet o, si se prefiere algo más primitivo, un informe contable, de no más de una carilla, con los datos. Pero los datos no se presentan. Se hacen declaraciones públicas, discursos de apoyo y/o ataque sobre la integridad o delincuencia de unos u otros, pero la información relevante no se entrega.

Pero este es sólo un caso. Tenemos la misma “ignorancia” en asignaciones de gasto iguales o mayores aún. La maraña de subsidios a la energía, el transporte o a algunos alimentos que superan los 60 mil millones de pesos. Los fideicomisos para distintas obras públicas. Los gastos en la Televisión Pública o en el Fútbol para Todos, o los balances de Aerolíneas Argentinas. Todos son datos “escondidos”, ocultos en informes genéricos –cuando los hay– o en partidas indescifrables que requieren la presencia de un experto o de un grupo de investigaciones al nivel de las mejores series de televisión del género.

Insisto: en la era de la electrónica, los programas de cálculo y la interconexión global, toda información de ingresos y gastos públicos (con excepción de alguna información sensible, vinculada con la defensa nacional y la seguridad) debería estar a disposición del público a uno sólo “clic”.

Resulta curioso que, en muchos casos, las regulaciones obliguen al sector privado a presentar balances, información sobre movimientos bancarios, compras, ventas, gastos y cualquier otro dato vinculado con su evolución económica financiera, mientras la asignación de fondos públicos se maneja sin publicidad, sin reglas, sin control.

Obviamente, como detrás de cada peso del Estado hay dos “privados” (uno que paga y otro que cobra), los intereses en juego para que esta “opacidad” se mantenga son muchos e importantes.

Pero eso sucede en todos los países del mundo, y ello no ha sido obstáculo para que las sociedades verdaderamente democráticas, republicanas y progresistas, sociedades que están a la vanguardia de la calidad de vida global, hayan impuesto normas de convivencia que incluye la transparencia y abundancia de información pública acerca del manejo de los recursos que se administran. La existencia de controles cruzados con vigencia plena de las leyes y de la independencia de la Justicia.

El caso de las Madres de Plaza de Mayo es un caso más entre muchos. Este llama más la atención, por la magnitud representativa de las personas involucradas o por lo mediático y hasta morboso que resulta la presencia de alguno de los personajes mencionados. Pero el problema supera el de unas miles de viviendas sociales construidas, bajo sospecha.

Lo que queda explícito es que la Argentina carece de un sistema que le otorgue a los ciudadanos el control de los actos de gobierno. Un sistema que permita medir, evaluar, comparar, analizar los gastos e inversiones que se realizan. Esa es la razón principal por la cual, pese al espectacular incremento del gasto público en estos últimos años, la calidad de los bienes y servicios que se reciben del Estado (salvo excepciones) ha empeorado.

Si el Gobierno realmente quiere “despegarse” del caso Madres/Schoklender, le bastará con presentar la información respectiva y terminar la discusión.

Corrupción y corruptos hubo y hay en todas partes, en todas las épocas y bajo todos los regímenes. Pero hay mecanismos institucionales que la limitan y mecanismos que la favorecen. En la Argentina la favorecen. Y usted sabe por qué.
Fuente: Perfil, junio de 2011.

 

El potencial agrícola argentino

junio 5, 2011

“El potencial agrícola argentino depende de su vínculo con el sistema político”

La República Argentina explica el 8,4% del producto agrícola del mundo y es responsable de 2,9% del comercio internacional. “El potencial productivo del agro argentino es equiparable al norteamericano, y el despliegue de su potencialidad depende exclusivamente de su relación con el sistema político, porque la aptitud innovadora de sus productores es equivalente a la de los farmers del Medio Oeste norteamericano“, sostiene el columnista. Cambios en los patrones de la producción y la productividad agrícola son analizados en un estudio de la Universidad de Iowa.

Por Jorge Castro

 

La población mundial aumenta de 6.900 millones de habitantes en 2011 a más de 9.000 millones en 2050, y a partir de allí continúa creciendo, según acaban de advertir sorpresivamente las Naciones Unidas, hasta alcanzar a 10.000 millones en 2100. Son dos poblaciones como la de India hasta entonces. Además, más de 1.000 millones de personas están hoy subalimentadas.

El cálculo de la FAO es que esto requiere aumentar en 1.000 millones los 2.000 millones de toneladas de trigo, arroz y maíz que fueron producidas anualmente entre 2005 y 2007. Se necesita una producción mayor que el nivel de crecimiento entre 1970 y 2010, en que aumentaron 250%.

Este auge de la producción mundial ocurre cuando se experimenta la mayor transformación de la estructura dietaria de la historia de la humanidad. Según la FAO, 56% de las calorías consumidas en el año 2000 por los países en desarrollo fueron provistas por los granos y sólo 20% por las carnes, lácteos y aceites vegetales. En 2050, la contribución de los granos habrá caído a 46% y las carnes y lácteos habrán aumentado a 29%.

Frente a esta situación todo depende, según la FAO, de un aumento de la producción de alimentos de no menos 70% en los próximos 20 años, y ésta, a su vez, reside esencialmente en el incremento de la productividad.

Por eso, la cuestión central de la producción agrícola mundial es el incremento de la productividad, tanto de la tierra (rendimientos) como de la totalidad de los factores. Esta es la importancia del estudio publicado por la Universidad de Iowa en diciembre del año pasado: The Shifting Patterns of Agricultural Production and Productivity Worldwide, 2010 .

“La agricultura es la antítesis de lo natural”, dice la Universidad de Iowa; y hay una correlación estrecha entre producción y productividad agrícola y su evolución espacial. El SAGE (Center for Sustainabily and the Global Environment) de la Universidad de Wisconsin fija las cambiantes estructuras espaciales de la producción agrícola mundial entre 2005 y 2007, centrándolas en los cinco mayores productores del mundo.

En el trigo, los principales productores son: 1) China, con una producción promedio anual de 103,9 millones de toneladas entre 2005 y 2007 (17% del total mundial); 2) India, 71 millones de toneladas (11,6%); 3) EE.UU, 53,4 millones de toneladas (8,7%); 4) Rusia, 47,4 millones de toneladas (7,8%); 5) Francia, 35,2 millones de toneladas (5.8%).

En el maíz: 1) EE.UU, 294 millones (40,1%); 2) China, 145,7 millones (19,9%); 3) Brasil, 43,1 millones (5,9%); 4) México, 21,2 millones (2,9%); 5) Argentina, 18,9 millones (2,6%).

En la soja: 1) EE.UU, 80,6 millones (37%); 2) Brasil, 53,9 millones (24,8%); 3) Argentina, 41,4 millones (19%); 4) China, 15,8 millones (7,3%); 5) India, 8,9 millones (4,1%).

El área sembrada refleja espacialmente las tendencias centrales de la agricultura global. En 1961 se destinaban 648 millones de hectáreas para la siembra de cereales, y en 2007, eran 700 millones, un escaso incremento en 50 años.

En cambio, la producción de granos de aceites, en especial soja, utilizaba 113 millones de hectáreas en 1961, y eran 250 millones en 2007, más del doble. Específicamente, 56% del incremento de las tierras utilizadas era resultado de la cuadruplicación del área volcada a la producción de soja.

La producción mundial de frutas y hortalizas se concentró en Asia (China) entre 1961 y 2007, donde se incrementó 202,4%, con un aumento del área sembrada de 18,3 millones de hectáreas en la República Popular. Igual ocurrió con la cosecha de granos, en que Asia asumió la producción mundial, con la única y decisiva excepción de la soja, que quedó en manos de EE.UU., Brasil y la Argentina.

La cabeza de la productividad agrícola mundial es Estados Unidos. Después de 1945, el incremento de la productividad es responsable de más del 80% del aumento del producto agrícola norteamericano. En ese período, la productividad manufacturera creció 25%. El agro es el sector más innovador de la economía estadounidense, más que la industria.

El insumo que experimentó la mayor transformación ha sido la fuerza de trabajo, no sólo por su extraordinaria declinación –era 45% del total en 1900, y ahora es menos del 2%–, sino sobre todo por su mayor calificación técnica y educativa.

Este proceso se aceleró después de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1949 y 2002, el producto agrícola creció 250%, mientras que cayeron todos sus insumos, en especial la fuerza de trabajo, que disminuyó en más de la mitad, con una caída promedio de 1,74% anual.

En ese período, la cantidad agregada de insumos cayó 0,11% por año; y en los estados en los que este proceso fue más marcado, el uso de insumos en 2002 era sólo 35% del utilizado en 1949. Los farmers no superan hoy los 600.000, y la mayor parte del trabajo agrícola familiar es sólo part-time, como contrapartida de la urbanización generalizada de la producción.

El valor de la producción agrícola estadounidense fue de US$ 12.300 millones en 1924, y trepó a US$ 229.100 millones en 2005, un crecimiento de 3,6% por año. En la segunda mitad de siglo XX la producción agrícola giró del Nordeste hacia el Sur y el Oeste, y se concentró allí.

El crecimiento de la productividad de la tierra (rendimientos) se frenó a partir de la década del 90: aumentaron 2,02% anual entre 1949 y 1990, y luego cayeron a 0,97% por año entre 1990 y 2002.

Lo que aumenta en Estados Unidos es la productividad de la totalidad de los factores, entre otras cosas por la reducción del costo del crédito, esto es, del valor del capital. Por eso, el agro norteamericano tiene hoy la mayor rentabilidad de su historia desde la década de 1950.

Un caso muy notable es el de la Argentina. El especialista Sergio Lence, desde la Universidad de Iowa, realiza las siguientes precisiones. La importancia de la Argentina en el negocio mundial de alimentos es que produce 8,4% del producto agrícola del mundo, y es responsable de 2,9% del comercio global. Lo decisivo de este protagonismo es que es el tercer exportador mundial de soja, después de EE.UU. y Brasil, y el primero de aceite y pasta de soja, en donde responde por 36,1% del total mundial.

El despliegue de la productividad agrícola argentina depende de su vinculación con el sistema político. Señala Lence que la producción agroalimentaria experimentó una crisis estructural en 1946, cuando el sistema entonces gobernante la enfrentó por motivos estrictamente políticos, acusándola de estar vinculada al comercio internacional y al capital extranjero, considerados adversarios de un proceso de afirmación nacional.

El resultado fue que entre 1945 y 1964, cuando el mercado mundial se abrió nuevamente después de la depresión de la década del 30, las exportaciones cayeron 27% con respecto a los niveles de 1925/29, e incluso se hundieron 22% con respecto a los estándares logrados en el período 1930/1939, según subrayó Carlos Díaz Alejandro ( Essay on the Economic History of Argentine Republic , 1970).

En la década del 90, en cambio, se estableció una estructura de incentivos en toda la escala de la producción agroalimentaria. El resultado fue un extraordinario crecimiento de la productividad. En el maíz, el producto por hectárea aumentó de 1,8 toneladas en 1961/63 a 7 toneladas en 2005/07; la soja tenía un rendimiento de 1 tonelada por hectárea en 1961/63 y pasó a 2,8 toneladas; y el trigo se expandió de 1,5 a 2,7 toneladas, un crecimiento de más de 80%.

El potencial productivo del agro argentino, en suma, es equiparable al norteamericano; y el despliegue de su potencialidad depende exclusivamente de su relación con el sistema político, porque la aptitud innovadora de sus productores es equivalente a la de los farmers del Medio Oeste norteamericano.
Fuente: Clarín, 05/06/11.
El Dr. Jorge Castro es analista internacional y presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico.
Más información en: www.agendaestrategica.com.ar

 

¿Quién sale ganando con la consolidación del sector bancario americano?

junio 4, 2011

¿Quién sale ganando con la consolidación del sector bancario americano?

 

El sector bancario de Estados Unidos estaba entrando en un periodo de recuperación en 2010, pero aún así experimentó altibajos. El año pasado, 157 bancos entraron en suspensión de pagos en EEUU, el mayor número desde 1992 según la Sociedad Federal de Seguro de Depósito (FDIC, por sus siglas en inglés). La concesión de apertura de nuevos bancos marcó un mínimo histórico: 11, comparado con 181 hace tres años.

Con tantos bancos saliendo de escena y tan pocos entrando, está teniendo lugar un proceso de consolidación que se había anticipado desde hace tiempo. En EEUU habrá al final de 2011 menos de 6.529 bancos comerciales y 1.128 instituciones de ahorro. Esto representa una caída del 4,4% en relación al año anterior, lo que deja al país con cerca de la mitad de instituciones que hace 20 años, según datos del FDIC. ¿Qué significa esa consolidación para el sector bancario en los próximos 20 años? ¿La disminución del número de bancos debe ser motivo de preocupación para el consumidor?

Diversos especialistas creen que la consolidación continuará, y prevén que la tendencia contribuirá a mejorar el sistema bancario a largo plazo. «Realmente no necesitábamos tantos bancos como teníamos», dice Jack Guttentag, profesor emérito de Finanzas de Wharton y ex economista de la Reserva Federal de Nueva York. «Los bancos hoy en día pueden abrir sucursales donde deseen, por lo tanto lo que importa, de hecho, es el número de opciones que el cliente tiene en un determinado mercado».

Ese es el desafío, dice Kenneth H. Thomas, profesor de Finanzas de Wharton. Para Thomas, no todos los clientes se verán beneficiados por una consolidación mayor. Un mercado, como el americano, con un exceso de bancos, en que la oferta de servicios bancarios supera la demanda, «generalmente es bueno para el consumidor y para las empresas, porque tiene como resultado precios más bajos —es decir, en índices de préstamos, tarifas de préstamo/depósito más bajos e índices de depósitos más altos— y mejores resultados en lo tocante a productos más variados e innovadores», dice Thomas. «Habrá quien crea que el exceso de competencia [o la bancarización excesiva] puede aniquilar los bancos más frágiles» —tal y como sucedió con Washington Mutual, institución de ahorro que acabó en suspensión de pagos en 2008—, «pero ahí surge otro que lo sustituye, aunque con un número menor de sucursales y de servicios».

Lecciones que la historia enseña

Hay un motivo de que en EEUU haya tantos bancos. En vez de crear un banco único y de grandes dimensiones como hicieron otros países, el Gobierno federal americano aprobó varias leyes en 1784 con el objetivo de estimular la creación de numerosos bancos en los diversos Estados. En 1863, una nueva ley bancaria creó una carta nacional de autorización que estimulaba la creación de un número mayor de instituciones financieras, aunque tributara a los bancos en sus documentos de constitución. Cerca de 70 años después, al principio de la Gran Depresión, el país tenía más de 30.000 bancos. Sin embargo, el colapso del mercado tuvo su precio. Sólo en 1993, cerca de 4.000 bancos comerciales y 1.700 instituciones de ahorro y de préstamos se habían hundido.

La siguiente ola de consolidación ocurrió en 1994 con la llegada de Riegle-Neal Interstate Banking y de la Ley de Eficiencia de las Sucursales. Eso facilitó la expansión interestatal, que se dio por medio de fusiones y adquisiciones o de manera orgánica. El número de bancos comenzó a disminuir en cerca de un 4,5% al año, antes de que tuviera lugar otro periodo de expansión a finales de los años 90, según el FDIC.

Con el péndulo oscilando una vez más el año pasado, la consolidación volvió a los niveles de 1994. Pero, en contraste con épocas anteriores, buena parte de la consolidación se debió a suspensiones de pagos y no a fusiones y adquisiciones. Entre los bancos que cerraron sus puertas están: el American National Bank of Ohio, una pequeña institución con activos de US$ 70 millones y que luchó durante años para dar beneficios y estuvo bajo presión regulatoria hasta que su actividad cesó en marzo; el Colonial BancGroup of Alabama, que concluyó sus actividades en el verano de 2009 pocos días después de que los órganos reguladores comenzaron una investigación sobre irregularidades contables. Esta fue la tercera mayor suspensión de pagos de la historia de EEUU. Todos los depósitos del Colonial fueron vendidos a B&T, lo que le convirtió en el noveno mayor banco en número de activos, según Bloomberg. Respecto a las fusiones y las adquisiciones, hubo 197 acuerdos el año pasado, siendo ése el número más bajo registrado en los últimos 20 años. Loretta J. Mester, profesora adjunta de Finanzas de Wharton y directora de investigaciones del Federal Reserve Bank de Filadelfia, cree que la consolidación continuará a lo largo de los próximos años. «A corto plazo, creo que la consolidación ganará fuerza a medida que los bancos más frágiles vayan siendo engullidos en los procesos de fusiones y adquisiciones, mientras los más fuertes se tomen su tiempo para reforzar su capital» a la espera de mayores eficiencias y de economías de escala, dice ella.

Los pequeños

Las instituciones que probablemente se verán más afectadas por toda esa actividad serán los bancos comunitarios. Gran parte de ellos son de tamaño pequeño, pertenecen a propietarios locales y tienen menos de US$ 1.000 millones en activos, pero representan un 92% de todas las instituciones bancarias y de ahorro, informa el FDIC. Para muchos de ellos, la llegada de la reciente Reforma Dodd-Frank Wall Street y de la Ley de Protección al Consumidor fue fatal. La introducción de controles más rigurosos sobre el capital, la liquidez y el apalancamiento, así como el crecimiento de la burocracia regulatoria, pusieron a esos bancos en una situación difícil, sobre todo los que tienen menos de US$ 500 millones en activos. «Muchos bancos pequeños se sienten alejados del segmento por las nuevas regulaciones», dice Thomas.

La difícil situación de los pequeños no ha pasado desapercibida para el FDIC, ya que el órgano lanzó varios proyectos para atenuar las dificultades de los bancos comunitarios. Hace pocas semanas, por ejemplo, el órgano expidió directrices que alivian los requisitos relativos a la forma en que esos bancos lidian con los clientes cuyas cuentas están casi siempre en posición de descubierto. El FDIC también ha incentivado a los emprendedores a comprar bancos con problemas. Según Thomas, esa tendencia surge hace dos años, cuando era difícil conseguir aval de apertura. Ejemplo de eso fue el caso del BankUnited, institución financiera de Miami Lakes, en Florida, con 70 sucursales. El banco salió a bolsa a principios de este año después de que el FDIC lo vendiera en 2009 a un grupo de inversores en private equity liderado por John Kanas, ex consejero delegado de un banco regional de Long Island vendido a Capital One hace algunos años.

Todd A. Gormley, profesor de Finanzas de Wharton, dice que los bancos comunitarios tienen un papel importante en las economías locales. En general, ellos se relacionan de manera muy próxima con los clientes y suelen conceder préstamos utilizando más información personalizada que el historial de crédito y otros datos concretos usados por los grandes bancos. «Los bancos pequeños, y las personas que intentan conseguir préstamos de los grandes bancos, tal vez sean un subgrupo de la población en mala situación debido a la consolidación», dice Gormley.

No se puede dejar de mencionar también la eficiencia —a veces poco apreciada— de acreedores de menor tamaño que convierten a las relaciones personales en una garantía contra el impago. En un estudio publicado el año pasado, Stephanie Moulton, profesora de Políticas Públicas de la Universidad Provincial de Ohio, constató que los prestatarios de baja renta, o con un mal historial de crédito, tienen mucha menos probabilidad de caer en el impago en los préstamos contratados en bancos locales que en préstamos obtenidos de bancos o compañías hipotecarias distantes. Las relaciones personales, dijo ella, son un factor importante en la relación recíproca entre acreedor y prestatario. Eso permite que ambos lados intercambien informaciones críticas como, por ejemplo, plazos de pagos.

Como viene, se va

Para Guttentag, la consolidación deja en manos de algunos bancos la mayor parte de ciertos productos específicos. Cuatro «megabancos» —Wells Fargo, Bank of America, JPMorgan Chase y Citigroup— tienen hoy en día las tres quintas partes del mercado hipotecario residencial, lo que limita la elección de productos por el consumidor y las opciones de mejor precio. «Es una cuestión evidente de concentración de poder», dice Guttentag. «Un número limitado de empresas controla el mercado y se involucra en prácticas implícitas de colusión».

Thomas, por su parte, se preocupa de la concentración de los mercados en áreas geográficas específicas como consecuencia de la consolidación que está teniendo lugar. Aunque haya un número más que suficiente de bancos en todo el país, algunas ciudades, estados y regiones cuentan sólo con un banco que domina el sector. «Algunos mercados corren el riesgo de tener sólo uno o dos bancos en la ciudad», dijo. Por ejemplo, en el área metropolitana de Pittsburgh, el Banco PNC tiene un 47% del segmento de depósitos, según datos del FDIC. El segundo mayor banco de la región es el Citizens Bank de Pensilvania, con un 8,5% de los depósitos. «Necesitamos la competencia porque ella rebaja los precios», dice Thomas.

Aunque no haya límites para el volumen de depósitos en ciertos mercados, la Ley Riegle-Neal, de 1994, impone a los bancos un techo del 10% sobre los depósitos en todo el país. Desde entonces, esa ley está siendo interpretada como un límite al crecimiento a través de fusiones, y no de manera orgánica. El Departamento del Tesoro estudia ahora modificar ese techo e incluir también los pasivos consolidados.

Mester, sin embargo, dice que el consumidor no necesita preocuparse. «Cuando hay consolidación, no significa que haya necesariamente menos sucursales bancarias», dice ella. Aunque el número total de bancos esté descendiendo, el número de sucursales no lo está. Además, no importa donde esté, el consumidor tiene acceso a un número cada vez mayor de opciones bancarias online. En los últimos diez años, el número de sucursales creció un 15% en todo el país, aunque esa expansión haya ocurrido de forma primordial entre bancos con US$ 500 millones, o más, de activos. El número de sucursales cayó de forma significativa por primera vez en diez años en 2010. Respecto al futuro, Guttentag prevé que el número de bancos continuará descendiendo, pero él duda de que EEUU llegue un día a parecerse a Canadá, por ejemplo, donde hay sólo 22 bancos. De hecho, si la consolidación continúa al mismo ritmo que en los últimos 20 años, a una media anual del 3,3%, se necesitarían 60 años para que el número total caiga por debajo de 1.000 bancos y cerca de 130 años para que quedara por debajo de 100. «Aunque el número de bancos descienda, pasando de 1.000 a 100, si esos 100 están operando en todos los segmentos de mercado, y si el consumidor tuviera varias opciones, no habría motivo de preocupación», dice Guttentag.
Fuente: Wharton Universia, 01/06/11.

Más información: Banks-in-immediate-danger-of-failure-2010-09

Argentina: Ricardo Alfonsín optó por un frente de centro

junio 4, 2011

Alfonsín optó por un frente de centro

Por Rosendo Fraga

 

Hasta el 2 de junio, Alfonsín trató de llevar adelante un frente de centro aliándose con Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires,- triunfador sobre Kirchner con los votos del PRO y el peronismo disidente-, que al ser el distrito más importante del país, con el 40% de los votos, se reflejará en la política nacional, y otro de centro-izquierda, con el socialista Hermes Binner para la vicepresidencia.

La elección de Javier González Fraga como compañero de fórmula del candidato radical puso fin a esta ambivalencia e implica que optó por constituir un frente de centro, que en términos electorales implica ir en búsqueda de los votantes del PRO y el peronismo disidente y no los de centro-izquierda, que quedan ahora en disputa entre el oficialismo y la eventual candidatura de Binner.

Posiblemente fue la decisión correcta en términos electorales, ya que Alfonsín tiene más posibilidades hoy de polarizar el voto opositor con esta opción y, en consecuencia, transformarse en una alternativa electoral competitiva.

González Fraga implica esta opción y, además, busca cubrir los dos puntos débiles del candidato radical. El primero es la economía, dado que se trata de un hombre competente en este campo, respetado por empresarios y mercados. El segundo, la relación con el peronismo. Es que el ahora candidato a la vicepresidencia militó junto a Lavagna en la elección presidencial de 2007, estuvo cerca el Movimiento Productivo de Eduardo Duhalde en los últimos tiempos y hace dos décadas fue presidente del Banco Central en un gobierno peronista.

Pero esta decisión también es la consecuencia de otra, la de Hermes Binner de no integrar un frente de centro como su ala izquierda, compartiendo una coalición con sectores provenientes del centro-derecha.

Ahora, es posible que el gobernador socialista de Santa Fe sea candidato a presidente de una frente de centro-izquierda.

El socialismo es una fuerza política que emergió a fines del siglo XIX y, desde entonces, la primera vez que gobernó un distrito fue ahora con Binner y lo hizo con éxito, dado que su candidato (Bonfatti), tiene posibilidades de ganar la elección provincial santafecina del 24 de julio.

Por primera vez en las últimas décadas, el socialismo cuenta con un candidato presidencial que pueda superar el 10% de los votos en el ámbito nacional.

Entre las figuras históricas del socialismo, Alfredo Palacios fue un político muy respetado, pero con proyección electoral porteña y Juan B. Justo un destacado intelectual, pero que no logró llegar a los sectores populares.

Además, un frente de centro-izquierda tiene hoy la posibilidad de ganar en Santa Fe; en Córdoba, con un aliado como Luis Juez, y tiene un candidato competitivo en capital, como es Pino Solanas y a Margarita Stolbizer en al provincia de Buenos Aires.

Si bien puede decirse que esta opción divide al voto opositor, también es cierto que hoy capta más votos que hubieran ido al oficialismo, dado que este tiene un discurso de centro-izquierda en el ámbito nacional.

De esta forma, la elección de González Fraga como compañero de fórmula de Alfonsín, implica por un lado que la UCR opta por un frente de centro y que probablemente se articulará en los próximos días otro de centro-izquierda, detrás de Binner.
Fuente: La Nación, 03/06/11.

Estados Unidos: Es poco probable una nueva recesión.

junio 3, 2011

Una nueva recesión es poco probable en EE.UU.

Por Kathleen Madigan

 

NUEVA YORK (Dow Jones) — El extremadamente débil informe laboral de mayo en Estados Unidos añade un nuevo elemento al debate sobre si la economía del país está haciendo frente a una recesión de doble caída o a sólo un prolongado período de debilidad.

Las cifras aún respaldan la segunda opinión. Lo que hace al panorama sumamente riesgoso es la noción de que las autoridades monetaria y fiscal no cuentan con más armas en sus respectivos arsenales.

El informe de mayo sobre las nóminas de empleos ofreció muy pocos aspectos positivos. La economía creó sólo 54.000 empleos el mes pasado, o un tercio de los 160.000 que se esperaban. La tasa de desempleo, por su parte, ascendió al 9,1% y el ingreso promedio por hora de los trabajadores aumentó sólo US$0,06 a US$22,98.

Sin un mayor aumento en el ingreso, la mayoría de los consumidores hace frente a dificultades, especialmente en medio de los elevados precios de la gasolina y los alimentos. La debilidad en las cifras laborales explica la escisión observada en mayo entre las firmas minoristas: aquellas que venden artículos de lujo tuvieron un buen desempeño, mientras que muchas otras observaron una desaceleración en las ventas.

El informe laboral se publicó tras otros indicadores económicos débiles de mayo (no obstante, las cifras sobre la actividad no manufacturera, también dadas a conocer el viernes, superaron las expectativas).

Como resultado, los economistas están reevaluando sus previsiones para el desempeño económico de esta primavera. Por ejemplo, después de la publicación de las cifras sobre el empleo, los economistas de Barclays Capital afirman que ahora esperan que el producto interno bruto real del país crezca sólo un 2,0% durante este trimestre, muy inferior al 3,5% previsto anteriormente.

Barclays prevé que el PIB se expandirá un 3,0% en el tercer trimestre, lo que se compara con la proyección previa del 3,5%.

El principal argumento en contra de otra recesión es el reciente retroceso en los precios de la energía.

«Si podemos comprar [gasolina] por debajo de los US$3,50 el galón, los gastos y la confianza probablemente aumentarán y el crecimiento económico debería reanudar su senda ascendente», sostiene Joel Naroff de Naroff Economic Advisors.

Un poco de ayuda de Washington podría incrementar las probabilidades de una reaceleración del crecimiento económico. Pero no espere gran cosa.

La Reserva Federal podría no estar dispuesta a discutir otra ronda de ayuda ya que aún no ha retirado sus esfuerzos previos para apuntalar el crecimiento económico. Además, es poco probable que Washington logre algún acuerdo sobre algún estímulo con la rapidez necesaria para ayudar a la economía en este momento.

Moody’s Analytics espera que sean creados cerca de 180.000 empleos por mes en lo que queda del 2011, o alrededor de 30.000 menos de los que había anticipado.

Incrementos mensuales de 180.000 son mucho mejores que el aumento observado en mayo. Pero el ritmo de creación de empleo apenas cubriría el aumento demográfico normal en el mercado laboral.

Aquellos en busca de empleo deberán sortear tremendos obstáculos, mientras que el desempleo a largo plazo sólo se reducirá lentamente. Incluso ese precario panorama depende de que los precios de la gasolina no vuelvan a subir y que el sistema evite nuevas conmociones.
Fuente: The Wall Street Journal, 03/06/11.

La Fed no cambia de curso pese a los temores económicos

junio 2, 2011

La Fed no cambia de curso pese a los temores económicos

Por Jon Hilsenrath

 

Los funcionarios de la Reserva Federal no tienen prisa en responder a recientes indicios de que el crecimiento económico de Estados Unidos ha encontrado nuevos obstáculos, a pesar de rumores en los mercados financieros de que la Fed podría comenzar un nuevo programa de compras de bonos del Tesoro de EE.UU. para alentar la expansión.

El banco central ya ha comprado más de US$2 billones (millones de millones) de bonos hipotecarios y bonos del Tesoro. Las compras tienen por meta mantener bajas las tasas de interés reduciendo la oferta de valores en manos privadas y empujar los inversionistas a sectores como las acciones para alentar los negocios y los consumidores.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke, indicó en abril que el obstáculo para una mayor «relajación cuantitativa», como se la conoce, es muy alta y los funcionarios de la Fed no han hecho nada para indicar que la previsión de Bernanke haya cambiado conforme los datos económicos han empeorado en semanas recientes.

En una conferencia de prensa en abril, Bernanke dijo que las recompensas que vendrían con compras adicionales se habían vuelto poco atractivas. «No está claro que podamos conseguir mejoras sustanciales en (el empleo) sin algún riesgo adicional de inflación», dijo.

Los funcionarios de la Fed en general han sostenido ese punto de vista. En comentarios de la semana pasada, el presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, dijo que la Fed estaba entrando en un periodo en el cual habrá una pausa en la estrategia de la Fed, lo cual significa que la Fed no tratará de hacer subir o bajar las tasas de interés. Charles Evans, presidente de la Fed de Chicago y firme partidario de programas anteriores, dijo a comienzos del mes pasado que la Fed ya había hecho «suficiente».

En comentarios el miércoles, la presidenta de la Fed de Cleveland, Sandra Pianalto, dijo que la actual postura de la Fed era apropiada y agregó que la recuperación probablemente continuaría, aun cuando el crecimiento «puede ser frustrantemente lento a veces».

Bernanke ha argumentado que las anteriores compras de bonos han funcionado, pero ha tenido un costo político para la Fed. Los críticos en el Congreso y el exterior dicen que la Fed está atizando la inflación en todo el mundo.

«No quieren hacer una tercera relajación cuantitativa», dijo Vincent Reinhart, economista que previamente dirigía la influyente división de asuntos monetarios de la Fed. La última ronda de relajación cuantitativa, que representará US$600.000 millones en compras de bonos, concluirá a finales de junio.

Un impulso por parte del Congreso, mediante gasto de déficit adicional, también parece improbable. Los republicanos han preparado una agenda basada en reducción de gastos y probablemente serían renuentes a apoyar nuevos intentos por estimular el crecimiento con política fiscal. Nuevas reducciones de impuestos también encararían una difícil recepción, dada la actual atención de Washington en reducir el déficit de largo plazo.

El gobierno del presidente Barack Obama quiere un mayor gasto en infraestructura en el cercano plazo, pero funcionarios del gobierno, sensibilizados por el divisivo legado de la ley de estímulo de 2009, no lo llaman estímulo.

El gasto en infraestructura, además de educación y programas de investigación y desarrollo ya propuesto por Obama, son «políticas que tienen el potencial de tener impacto en la creación del empleo pero también tienen la capacidad de aumentar nuestra competitividad», dijo Brian Deese, subdirector del Consejo Económico Nacional.

El ánimo actual podría cambiar si la economía se deteriora. Bernanke ha indicado que la perspectiva de inflación tendrá un papel clave en sus decisiones acerca de política monetaria. La creciente inflación podría obligar a la Fed a elevar las tasas de interés. Una tasa de inflación menguante podría obligar a estudiar el comienzo de un nuevo programa de relajación cuantitativa.

La Fed inició su último programa de relajación cuantitativa en 2010 en medio de inquietudes de que EE.UU. estaba deslizándose hacia una deflación, o precios para el consumidor menguantes. La conducta de los mercados de bonos no indica que la deflación sea una preocupación seria ahora mismo. Los precios de los TIPS, bonos del Tesoro protegidos contra la inflación, indican que los inversionistas esperan una inflación de 2,8% en cinco años, sustancialmente más de lo que era el caso en agosto, cuando la Fed comenzó a hablar acerca de una nueva ronda de relajación cuantitativa. Entonces, la inflación esperada estaba en una trayectoria menguante, de 2,8% a menos de 2,2%, en un par de meses.

La inflación medida es también mayor de lo que era el año pasado. Cuando la Fed inició el programa en noviembre, los precios al consumidor estaban con un alza de 1,1% frente al año anterior, muy por debajo de la meta de 2% de la Fed. En abril, subieron 3,1% frente al año anterior.

«No creemos que sea para nada probable, pero las cosas podrían cambiar», dijo Michael Pond, estratega de bonos de Barclays Capital, sobre las probabilidades de otra ronda de relajación. «Si el crecimiento se modera muy por debajo de su tendencia y además de eso hay una merma de la inflación y las expectativas de la inflación, es ciertamente posible. En este momento no es un asunto que esté sobre la mesa».

—Carol E. Lee contribuyó a este artículo.
Fuente: The Wall Street Journal, 02/06/11.

Del petróleo al oro: ¿Son los especuladores los culpables del exceso de volatilidad?

junio 2, 2011

Del petróleo al oro: ¿Son los especuladores los culpables del exceso de volatilidad?

 

Las alegaciones de que habría habido una manipulación de los precios del petróleo en 2008 refuerzan los rumores de que los especuladores serían los responsables de la escalada de los precios del petróleo, provocando aumentos terribles y una volatilidad preocupante. En una demanda judicial presentada el 24 de mayo, la Comisión Reguladora de Operaciones a Futuro con Commodities (CFTC, en la sigla en inglés) acusa a dos traders de una empresa suiza de comprar grandes cantidades de barriles de petróleo y de venderlos posteriormente en una operación por la que obtuvieron más de US$ 50 millones en contratos de derivados. Las alegaciones surgieron tres semanas después de que el presidente Barack Obama constituyera una comisión para investigar fraudes y manipulación en los precios del petróleo, y un día después de que un equipo del Partido Demócrata, vinculado a una comisión de supervisión de la Cámara, informara de que «la especulación excesiva podría estar inflando los precios en hasta un 30%».

Culpar a los especuladores es un pasatiempo muy de moda hoy en día; sin embargo, especialistas de Wharton y de otras instituciones, dicen que no siempre carga con la culpa quien debiera. Aunque la especulación pueda incidir en los precios, buena parte de las oscilaciones recientes de los precios del petróleo y de otras materias primas han tenido lugar por razones fundamentalmente económicas. La especulación, una función normal de los mercados, no es lo mismo que la manipulación de precios, lo que es ilegal. Intentar controlar la especulación puede ser un arma de doble filo, dicen. Los especuladores tienen un papel importante en la salud de los mercados, porque corren riesgos y mantienen la fluidez de los precios. Aunque ellos puedan, a veces, empujar los precios a corto plazo hacia arriba o hacia abajo, con la misma frecuencia hacen que los precios flotantes vuelvan a su nivel.

Según Krista Schwarz, profesora de Finanzas de Wharton, la mayor parte de las fluctuaciones observadas en los últimos años se deben a la oferta y a la demanda, y no a la especulación excesiva. «No conozco los detalles de ese caso específico en el que está involucrado la CFTC, pero es bueno acordarse de que US$ 50 millones es un gota en el océano en comparación con el tamaño del mercado mundial de petróleo», dice Schwarz, que publicará en breve un estudio en el Journal of Future Markets titulado ¿Están informados los especuladores? Aunque los especuladores puedan tener alguna influencia sobre los precios, los acontecimientos mundiales tienen un papel mucho más decisivo en todo eso, dice Schwarz. «Los precios del petróleo son altos hoy en día debido al riesgo inminente de un gran conflicto en Oriente Medio. La solución de la crisis de Egipto, la dificultad en Libia y la ausencia de problemas en Arabia Saudí han hecho que ese tipo de preocupación disminuya de momento. Además, la economía global parece más frágil, lo que lleva a la disminución de la demanda de petróleo. Eso, probablemente, haya hecho que los precios del petróleo cayeran, todo a causa de la oferta y de la demanda, y no debido a algún efecto especial provocado por la especulación».

A grueso modo, un especulador intenta lucrarse con un activo anticipando de qué manera va a cambiar su precio, ya sea comprándolo con la expectativa de que el precio suba, ya sea vendiéndolo a descubierto anticipando una caída de precios. Los especuladores dan prioridad siempre al corto plazo en detrimento del largo, y suelen estar dispuestos a correr riesgos mayores que los inversores tradicionales, que suelen comprar y esperar. Algunos tal vez pidan préstamos para aumentar la escala de sus apuestas.

«La especulación se ha medio convertido en un término peyorativo para referirse a los inversores que se comportan de manera imprudente», dice Bernard Baumohl, economista jefe del segmento global de Economic Outlook Group de Princeton, New Jersey, y autor de «Los secretos de los indicadores económicos: pistas ocultas de futuras tendencias económicas y oportunidades de inversiones» [The Secrets of Economic Indicators: Hidden Clues to Future Economic Trends and Investment Opportunities]. «Me parece terrible, porque los especuladores ayudan al mercado». El especulador tal vez no esté muy interesado en el valor real de un activo, y sí en las emociones y ansiedades que impulsan el mercado, añade Baumohl. «Creo que los especuladores pasan más tiempo intentando entender la psicología de corto plazo que afecta una transacción que el valor subyacente al posible desempeño de un negocio cualquiera». El ejemplo más evidente de eso fue la burbuja puntocom de los años 90, cuando los inversores pusieron dinero en empresas emergentes de Internet que nunca ganaron ni un céntimo. «Realmente no tenía base alguna», dice Baumohl. «Las personas se limitaban a rezar para que su idea saliera bien».

Culpar a los especuladores del aumento de los precios de las materias primas no es una novedad, dice Craig Pirrong, profesor de Finanzas y de Mercados de energía de la Escuela de Negocios Bauer de la Universidad de Houston. «Ese tipo de argumento siempre ha existido. Cada vez que los precios de las materias primas suben, lo normal es culpar a los especuladores«. Pirrong coincide con Schwarz y añade que los precios del petróleo se basan más en datos concretos que en especulación. Él también atribuye las fluctuaciones de los precios de los metales preciosos, como el oro y la plata, a las preocupaciones genuinas acerca de las políticas monetarias, y no a los intentos de los especuladores de controlar el mercado.

Especulación que no salió bien

La especulación es diferente de la manipulación, dice Pirrong, autor de «La economía, la ley y la política pública de la manipulación del poder en el mercado» [The Economics, Law, and Public Policy of Market Power Manipulation]. En el pasado ha habido intentos de controlar el mercado, un fenómeno al que Pirrong llama «especulación mala». En un caso muy conocido, por ejemplo, los hermanos Hunt, en 1980, intentaron controlar el mercado de plata comprando un volumen tan grande del metal que el precio llegó a US$ 49,95 la onza. Los órganos reguladores del Gobierno acabaron interviniendo y los hermanos Hunt fueron condenados bajo la acusación de haber manipulado el mercado.

Al buscar señales de manipulación, o de «especulación mala», Pirrong presta más atención a las cantidades que a los precios. Si los especuladores estuvieran manipulando los precios, las cantidades van a mostrarlo. En el caso del petróleo, sin embargo, los precios subieron después de que los stocks cayeran; más tarde, cayeron después de que los stocks aumentaran. «Si los especuladores estuvieran controlando el mercado, los precios y los stocks estarían moviéndose en la misma dirección», dice él. Las últimas burbujas especulativas mostraron eso: el boom de las empresas de tecnología llevó a una explosión de acciones de empresas de Internet a medida que los precios subían. Durante la burbuja inmobiliaria, los precios subieron a pesar del exceso de construcciones en mercados muy calientes como Phoenix y Florida.

La Ley Dodd-Frank, aprobada en reacción a la crisis financiera y a la burbuja inmobiliaria que la precedió, dispone de cláusulas para combatir la especulación excesiva. Pirrong, sin embargo, duda de que la regulación de las actividades de los especuladores funcione. «En general, veo con mucho escepticismo la posibilidad de una política constructiva que consiga separar la especulación mala de la buena», dice él. «La mejor forma de lidiar con la manipulación es la adoptada por la CFTC en ese caso: penalizar a los manipuladores después de que tenga lugar el hecho, en vez de aplicar restricciones indiscriminadas a las acciones de los actores del mercado, ya que prácticamente ninguno de ellos está manipulando nada y ni siquiera pueden hacerlo». En la mayor parte de los mercados de activos, es muy difícil llegar a alguna distinción significativa entre especuladores y otros inversores, dice Schwarz. «Todo inversor se preocupa en maximizar sus retornos minimizando los riesgos. Algunos tal vez trabajen con horizontes más cortos que otros, pero, en general, todos los inversores tienen los mismos objetivos básicos».

Esperanza de lucro

En cierta forma, casi todos los inversores podrían ser calificados como especuladores, ya que la mayor parte de las personas espera obtener beneficios con sus inversiones y nadie realmente sabe cómo quedarán los precios en el futuro, dice Christopher C. Geczy, profesor adjunto de Finanzas de Wharton. «Cada vez que alguien hace una inversión en el mercado bursátil, está especulando. Cuando alguien compra un coche, si tiene en mente el valor de reventa, está especulando. Quien compra un inmueble está especulando».

La definición de especulador es más clara en el segmento de mercados futuros, donde el inversor cierra un precio futuro para materias primas como granos, alimentos, metales y combustible. El inversor siempre usa los contratos futuros para protegerse de fluctuaciones de precios que pueden perjudicar sus negocios, una práctica que se denomina hedging. Por ejemplo, una compañía aérea puede recurrir al hedging para protegerse de aumentos futuros de los precios de los combustibles. Un agricultor puede recurrir a ese instrumento para protegerse de la caída del precio del trigo. El lado negativo del hedging es la figura del especulador, que apuesta por la caída de los precios del combustible o el aumento de los precios del trigo.

«El hecho es que los especuladores proporcionan un servicio», observa Krishna Ramaswamy, profesor de Finanzas de Wharton y estudioso de opciones y mercados futuros. Al apostar por los mercados futuros, el especulador incurre en riesgos en que otros no incurren. Una empresa como Hershey’s, por ejemplo, necesita protegerse de los aumentos de los precios del cacao. Si no hubiera especuladores en los mercados futuros, Hershey’s no podría protegerse de ese riesgo. «Llamamos a eso ‘provisión de liquidez’, o, en otras palabras, alguien se ocupa del otro lado de ese negocio», observa Ramaswamy. «La liquidez es obra del especulador, que espera obtener un retorno […] Cuando las empresas de hedge deciden vender, es preciso que haya una contraparte del otro lado del mercado que quiera comprar. Esa laguna la llena el especulador».

El inversor que trabaja a corto plazo es un elemento importante para el mercado, resalta Schwarz. «Por ejemplo, el fraude en Enron fue descubierto porque hubo inversores que querían vender a descubierto las acciones de la empresa. De igual modo, la burbuja tecnológica estalló porque había gente queriendo vender a descubierto las acciones de aquellas empresas. La burbuja habría sido peor y sus consecuencias aún más desestabilizadoras si hubiera durado más».

A pesar de la creencia generalizada de que el especulador sería responsable de la volatilidad de los precios, muchas veces es él quien estabiliza los precios o los lleva hacia niveles más próximos a donde deberían estar. La especulación puede ser vista bajo dos prismas, observa Jeremy Siegel, profesor de Finanzas de Wharton: «De un lado, ella puede llevar los precios hasta un punto muy distante del precio básico real del activo o de la acción en un determinado contexto económico. Del otro lado, algunos especuladores saben mejor que las personas involucradas cual debería ser, de hecho, el precio del bien en cuestión […] A veces, el especulador externo es muy perspicaz».

El año pasado, por ejemplo, los especuladores apostaron que Europa se estaba encaminando hacia un periodo de dificultades financieras terribles. En aquella época, los líderes de los países europeos habían descartado las previsiones más pesimistas, pero con el desenlace de la crisis de la deuda, el mundo se dio cuenta por fin de que los especuladores estaban en lo cierto. Siegel se pregunta si ellos, de igual modo, no podrían haber tenido un papel positivo en los primeros momentos de la crisis financiera si los credit default swaps se pudieran haber negociado de forma más libre. «Los especuladores deben haber percibido lo que iba a suceder», dice.

Los órganos reguladores deberían imponer reglas contra prácticas ilegales de negociación y exigir requisitos de márgenes, de manera que los especuladores apuesten principalmente con su dinero, dice Siegel. Pero prohibir la especulación sería una forma de crear más problemas, en vez de resolverlos. «La historia, en general, llegó a la conclusión de que aunque los especuladores puedan, a veces, empujar hacia muy arriba, o hacia muy bajo, el precio de un activo, en el cómputo general, ellos aumentan el volumen de información disponible en el mercado».

Geczy concuerda y dice que las regulaciones deberían servir para formar mercados justos, y no intentar controlar los especuladores. «Cuando los precios del combustible suben, el consumidor se siente frustrado, y los órganos reguladores lo perciben», dice él. Pero la «cura» de la especulación puede tener efectos peores que la enfermedad. «Hay siempre consecuencias no planeadas por la regulación», dice Geczy. «La especulación es uno de los principales engranajes de cualquier economía […] Los precios altos tal vez sean sólo la contrapartida racional, apropiada, ética y moral de la oferta y de la demanda».Fuente: Wharton Universia, 01/06/11.

 

 

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Commodity Futures Trading Commission (CFTC)

Congress created the Commodity Futures Trading Commission (CFTC) in 1974 as an independent agency with the mandate to regulate commodity futures and option markets in the United States. The agency’s mandate has been renewed and expanded several times since then, most recently by the Commodity Futures Modernization Act of 2000.

In 1974 the majority of futures trading took place in the agricultural sector. The CFTC’s history demonstrates, among other things, how the futures industry has become increasingly varied over time and today encompasses a vast array of highly complex financial futures contracts.

Today, the CFTC assures the economic utility of the futures markets by encouraging their competitiveness and efficiency, protecting market participants against fraud, manipulation, and abusive trading practices, and by ensuring the financial integrity of the clearing process. Through effective oversight, the CFTC enables the futures markets to serve the important function of providing a means for price discovery and offsetting price risk.

The CFTC’s mission is to protect market users and the public from fraud, manipulation, abusive practices and systemic risk related to derivatives that are subject to the Commodity Exchange Act, and to foster open, competitive, and financially sound markets.

http://www.cftc.gov/

 

Nadie hace nada por terminar con el desempleo

junio 2, 2011

Nadie hace nada por terminar con el desempleo

Por Paul Krugman

 

El desempleo es un azote terrible en gran parte del mundo occidental. Casi 14 millones de estadounidenses están sin trabajo, y millones más están atascados en empleos de medio tiempo o donde no se aprovechan sus habilidades. A algunos países europeos les va mucho peor: 21% de los trabajadores españoles está desempleado. Tampoco l a situación muestra una mejoría rápida. Es una tragedia que continúa, y en un mundo racional, poner fin a esta tragedia sería nuestra más alta prioridad económica.

No obstante, algo extraño ha pasado en la discusión política: a ambos lados del Atlántico, surgió un consenso entre los poderosos e influyentes en cuanto a que no se puede hacer nada ni debería hacerse nada sobre el empleo. En lugar de una determinación para hacer algo sobre el sufrimiento en curso y el desperdicio económico, uno ve una proliferación de excusas para la falta de acción, vestida con el lenguaje de sabiduría y responsabilidad. Entonces, alguien necesita decir lo obvio: inventar excusas para no volver a poner a trabajar a los desempleados no es ni sabio ni responsable. Más bien, es una grotesca abdicación de la responsabilidad.

¿Quién habla seriamente de la creación de empleos hoy día? No el Partido Republicano. No el gobierno de Obama, que más o menos abandonó el tema hace año y medio. El hecho de que nadie en el poder hable sobre el empleo no significa, no obstante, que no se pudiera hacer algo. Hay que tener en mente que los desempleados carecen de trabajo no porque no quieran trabajar: hace cuatro años la tasa de desempleo estaba por debajo de 5%.

El núcleo de nuestro problema económico está, más bien, en la deuda –principalmente la hipotecaria– que se acumuló en los hogares durante años de burbuja en la década pasada. Ahora que reventó la burbuja, esa deuda funciona como una carga persistente sobre la economía, evitando cualquier recuperación real en el empleo. Y, una vez que uno se da cuenta que el exceso en la deuda privada es el problema, uno se da cuenta que hay diversas cosas que podrían hacerse al respecto.

Por ejemplo, se podrían tener programas de gestión de obras para poner a trabajar a los desempleados haciendo cosas útiles, como reparar rutas –que, también, al incrementar los ingresos, facilitarían que los hogares liquidaran su deuda. Podríamos tener un programa serio de restructuración hipotecaria para reducir las deudas de los propietarios en problemas. Podríamos tratar de bajar la inflación a una tasa de 4%, lo que ayudaría a reducir la carga real de la deuda.

Así que hay políticas que podríamos seguir para bajar el desempleo. Estas políticas no serían ortodoxas – pero tampoco lo son los problemas económicos que enfrentamos. Y quienes advierten sobre los riesgos de actuar deben explicar por qué estos riesgos deberían preocuparnos más que la certeza del continuo sufrimiento generalizado si no hacemos nada.

Al señalar que podríamos estar haciendo muchísimo más sobre el desempleo, reconozco, claro, los obstáculos políticos para seguir realmente cualquiera de las políticas que pudieran funcionar. En EE.UU. cualquier esfuerzo por tratar de resolver el desempleo se topará con un muro de piedra de la oposición republicana. No obstante, eso no es razón para dejar de hablar sobre el tema. De hecho, al revisar mis propios escritos del último año está claro que yo también he pecado: el realismo político está muy bien, pero he dicho demasiado poco sobre lo que realmente deberíamos estar haciendo para resolver el problema más importante. Como lo veo, los formuladores de políticas se están hundiendo en una situación de impotencia. Y los que sabemos deberíamos estar haciendo más.
Fuente: Clarín, 02/06/11 – The New York Times.

Los millonarios controlan 39% de la riqueza del mundo

junio 1, 2011

Los millonarios controlan 39% de la riqueza del mundo

Por Robert Frank

 

2010 fue otro buen año para los millonarios, aunque el ritmo de crecimiento de sus fortunas se desaceleró.

Según un nuevo informe de Boston Consulting Group divulgado el martes, la cantidad de familias millonarias en el mundo creció 12,2% en 2010, a 12,5 millones. (BCG define a los millonarios como aquellos con un millón de dólares o más en activos invertibles, excluyendo viviendas, bienes de lujo y participación en su propia compañía).

Estados Unidos continúa liderando al mundo en cuanto a cantidad de millonarios, con 5,2 millones de hogares seguido de Japón con 1,5 millones, China con 1,1 millones y el Reino Unido con 570.000. Singapur encabeza el mundo en «densidad de millonarios», o sea el porcentaje que representan del total de la población, que está en 15,5%.

La tendencia más importante, sin embargo, es una que tiene que ver con la distribución global de la riqueza. De acuerdo con el reporte, los millonarios del mundo representan 0,9% de la población mundial pero controlan el 39% de su riqueza, por encima del 37% de 2009. Su riqueza hoy llega a US$47.400 billones (millones de millones) en riqueza invertible, por encima de los US$41.800 billones (millones de millones) de 2009.

Aquellos que están un escaño arriba también avanzaron. Quienes tienen US$5 millones o más, que representan 0,1% de la población, controlaron 22% de la riqueza mundial, frente al 20% de 2009.

Los millonarios controlan 20% de la riqueza en América del Norte y 38% en el Medio Oriente y Africa. Aunque pareciera que la riqueza de los millonarios en Estados Unidos está más concentrada, en ese país son más, por lo que su riqueza está más distribuida entre la población de los ricos más ricos.

Aún así, los datos evidencian una tendencia que se ha estado viendo durante años, el fortalecimiento de una economía en la que el ganador se lleva todo o la mayor parte.
Fuente: The Wall Street Journal, 01/06/11.

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