¿Marcó la «década perdida» a los inversores jóvenes?

septiembre 10, 2011

¿Marcó la «década perdida» a inversionistas más jóvenes?

Por Anne Tergesen

 

Mucho se ha escrito sobre cómo las personas jóvenes, en reacción a la «década perdida» de rentabilidad bursátil en Estados Unidos, se están alejando de las acciones siguiendo las huellas de quienes experimentaron la crisis de 1929 y la Gran Depresión.

De hecho, esto es sólo parcialmente cierto.

De acuerdo con un reciente informe de The Vanguard Group Inc, «hay menos probabilidades» de que quienes nacieron entre 1970 y 1979 «tengan acciones». Con datos de Investment Company Institute, Vanguard informa que solamente 35% de las personas que tienen entre 32 y 41 años tiene acciones, frente a casi 50% en 2001. En contraste, poco más de la mitad de quienes nacieron entre 1960 y 1969 dice que actualmente tiene acciones. En 2001, la cifra era algo superior a 55% para ese grupo etario.

«El estancamiento en la tenencia de acciones que caracteriza a todas las generaciones en los últimos diez años ha impactado a la generación más joven a una edad mucho más temprana», dice el estudio, escrito por John Ameriks, jefe del Vanguard Investment Counseling and Research Group, y Stephen Utkus, director del Center for Retirement Research de la empresa.

Sin embargo, cuando se trata de las inversiones en cuentas de jubilación, la situación no podría ser más diferente. Cuando Vanguard analizó la asignación promedio en acciones de personas de 20 años de actividad en planes de retiro —conocidos en EE.UU. con el nombre de 401(k)— descubrió que la asignación promedio de acciones había pasado de 40,7% en 2003 a 84,7% en 2010. Sin embargo, agrega el informe, «si bien hay pruebas de que la tenencia global de acciones entre las generaciones más jóvenes de inversionistas estadounidenses ha caído en años recientes, comprobamos que en planes de aporte definidos, los inversionistas más jóvenes tienen una mayor asignación de acciones que anteriores generaciones a la misma edad».

¿Porqué los inversionistas jóvenes acogen acciones en sus planes de retiro a la vez que los evitan en otras posibles inversiones? Vanguard atribuye el creciente uso de la inscripción automática y fondos de fecha fija, «tanto por descarte bajo planes de inscripción automáticos y» como opciones independientes.

Esos fondos con fecha fija, en particular, «han cambiado significativamente la asignación de activos entre los participantes de todas las edades» pero «más notablemente entre los inversionistas más jóvenes», dice el informe.

Cuando Vanguard estudió la asignación de recursos de los inversionistas de 35 años o menores a fines de 2010, descubrió que quienes habían invertido en fondos con fecha tija tenían 8,5 puntos porcentuales más en acciones que quienes no lo habían hecho. Entre las personas de 36 a 54 años, la brecha era solamente levemente inferior, de 7,9 puntos porcentuales.

Para los inversionistas más jóvenes, agrega el informe, estas son buenas noticias. Después de todo, «se puede decir que tienen la mayor capacidad de asumir el riesgo del mercado de valores buscando mayores retornos potenciales». Fuente: The Wall Street Journal, 05/09/11.

El acto de equilibrismo de Bernanke

septiembre 10, 2011

El acto de equilibrismo de Bernanke

Por Jon Hilsenrath

 

La reciente ola de malas noticias económicas ha incrementado la expectativa en los mercados financieros de que la Reserva Federal de Estados Unidos adoptará nuevas medidas para impulsar el crecimiento y el empleo. Para el presidente de la Fed, Ben Bernanke, esto supone dos desafíos: determinar qué hacer y llegar a un consenso en el comité, que se encuentra dividido.

Una opción que ha ganado apoyo en algunos sectores de la Fed: tasas de interés a corto plazo más bajas mediante un cambio en la composición del portafolio que el banco central tiene de valores del gobierno de forma que el vencimiento promedio se extienda. Esto podría lograrse mediante la venta de valores de corto plazo y la reinversión del dinero en otros de vencimiento más tardío.

Sobre la mesa también hay otras propuestas. Muchos funcionarios quieren dar una orientación más clara al público respecto a sus metas para la inflación y, posiblemente, para el desempleo. Otros quieren dejar de pagar a los bancos la tasa de 0,25% que obtienen por el dinero que mantienen en reserva en la Fed. La compra de más bonos es una opción, aunque antes podrían probarse otras iniciativas.

Las minutas de la reunión del comité del 9 de agosto y los comentarios de sus miembros desde entonces muestran que hay una gran diversidad de opiniones.

Un grupo, que incluye al presidente de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, y al de Boston, Eric Rosengren, tiende a querer hacer algo más.

Otro, incluyendo al presidente de la Fed de Dallas, Richard Fisher, y al de Filadelfia, Charles Plosser, no están proclives.

El primer bando, frecuentemente llamado de las «palomas», es partidario de que la Fed tome medidas para estimular las solicitudes de préstamos y el gasto, con la esperanza de que eso fortalezca la creación de empleo.

Otro grupo, denominado de los «halcones», teme que esas medidas pudieran generar una aceleración de la inflación y otras consecuencias no deseadas.

Pero las deliberaciones internas de la Fed son más complejas. Los funcionarios toman diferentes posiciones que los colocan dentro y fuera de esos grupos y tienen puntos de vista divergentes respecto a cómo funciona la economía y cómo utilizar su influencia.

El centro de poder del banco central —Bernanke, la vicepresidenta Janet Yellen y el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley— tiende a favorecer la adopción de algunas acciones, aunque también es consciente de los límites que tiene la política monetaria para solucionar los problemas de la economía.

Hay muchos otros que parecen inclinados a seguir a Bernanke si elije tomar nuevas medidas. Dos gobernadores de la Fed nombrados por el presidente Barack Obama, Daniel Tarullo y Sarah Bloom Raskin, no han dado indicaciones de que no estén de acuerdo con el bando partidario de «hacer más».

Un silencioso grupo en una posición intermedia —el presidente del banco central de San Francisco, John Williams, el del de Atlanta, Dennis Lockhart, y la presidenta del de Cleveland, Sandra Pianalto, tienden a estar de acuerdo con Bernanke.

El presidente del banco central parece contar con el respaldo que necesita para tomar medidas adicionales para impulsar la economía si es lo que quiere. Aun así, no tiene un control absoluto para proceder sin enfrentar resistencias.

El estilo de Bernanke se define por conducir a la Fed mediante decisiones consensuadas, no con su autoridad independiente, tal como solían hacer sus predecesores Alan Greenspan y Paul Volker.

«¿Tiene el poder de hacer lo que quiere? Sí», dijo el economista principal de Bank of America, Mickey Levy. «Pero como presidente de la Fed, preferiría mucho más hacerlo con unanimidad», agregó.
Fuente: The Wall Street Journal, 08/09/11.

Diez maneras de ganarle a Warren Buffett

septiembre 9, 2011

He aquí 10 maneras de ganarle a Warren Buffett

Por Brett Arends

 

Cuando Warren Buffett habla, la gente lo escucha.

Cuando pide impuestos más altos para los ricos, puede que estén de acuerdo o no. Pero consigue captar su atención.

Cuando advierte que los derivados son armas financieras de destrucción masiva, le prestan atención, aunque brevemente. Luego se olvidan, hasta que pocos años después los derivados hacen estallar la economía.

Y cuando firma un cheque por US$5.000 millones para Bank of America, como lo hizo el mes pasado, puede por sí solo provocar una racha alcista y un cambio de actitud hacia el asediado banco estadounidense, e incluso hasta la economía de EE.UU.

No es ningún misterio por qué Buffett tiene este tipo de influencia. Ha hecho carrera en tener razón cuando el resto de Wall Street estaba equivocado. Y ha amasado una fortuna estimada en US$50.000 millones para probarlo, y todo a partir de la inversión.

Pero esto no es como ver un partido de fútbol. No alcanza con sólo sentarse en las gradas y admirar la gesta de otros. Puede que uno no sea capaz de hacer una fortuna de US$50.000 millones, pero hay muchas formas de ser un Warren Buffett propio.

1. Pague las cuentas de sus tarjetas de crédito.

Fuera de broma. La riqueza de Buffett es el triunfo de la capitalización constante a lo largo de muchos años. Desde mediados de la década de 1960, su empresa, Berkshire Hathaway, ha aumentado su valor contable por acción en un promedio de alrededor de 20% al año, o de 16% al año si se tiene en cuenta la inflación.

Hoy en día, la mayor parte de las tarjetas de crédito cobran eso o más, y los intereses se pagan con dólares después de impuestos. Sin embargo, millones de personas cargan con saldos impagos todos los meses. Eso significa que el prestamista obtiene rentabilidad al estilo Buffett, ¡a costa de usted mismo!

2. Aproveche el aporte de la empresa para su plan 401 (k).

¿Su empleador le ofrece un aporte equivalente al que usted realiza cada año para el plan de jubilación estadounidense 401(k)? Un aporte de esas características le ofrecería un rendimiento de 100% a su aporte, incluso antes de la reducción de impuestos o la rentabilidad de las inversiones.

Es difícil de creer, pero muchos trabajadores todavía dejan pasar esa oportunidad.

3. Obtenga una hipoteca a 30 años.

Usted puede obtener un préstamo hipotecario a 30 años con una tasa de interés fija de 4,1%. Una gran oportunidad. Recientemente, una subsidiaria de Berkshire Hathaway tomó prestados US$800 millones a 30 años. La tasa, alrededor de 5%.

4. Compre acciones de ConocoPhillips.

El gigante petrolero ConocoPhillips se cotiza a US$67 por acción. Buffett pagó US$70 la acción por su participación de US$2.000 millones. Luego, admitió haber cometido un error al adquirir una gran cantidad de acciones durante el auge del petróleo de 2008, y justo antes del desplome del mercado bursátil. Sin embargo, Buffett conserva la mayor parte de su participación. En la actualidad, los títulos de Conoco parecen baratos a un pronóstico de ocho veces las ganancias durante los próximos 12 meses, con una rentabilidad del dividendo cercana a 4%.

5. Compre acciones de Sanofi.

Buffett posee alrededor de 2% de la farmacéutica francesa Sanofi, entre cuyos productos se encuentra el sedante Ambien. El inversionista pagó el equivalente de US$40 por ADR (las acciones de una empresa extranjera que cotizan en una bolsa estadounidense). Usted podría conseguirlas por US$35. Sanofi cotiza a ocho veces sus probables ganancias a 12 meses, con una rentabilidad de dividendo de 3,6%.

6. Compre acciones de Wells Fargo.

Wells Fargo es el banco predilecto de Buffett. Acumula sus acciones desde hace años, y su confianza en la institución financiera con sede en San Francisco resultó justificada cuando resistió la crisis financiera mucho mejor que muchos de sus grandes competidores.

Buffett amplió su posición en Wells Fargo en el segundo trimestre, cuando las acciones promediaban alrededor de US$28. Hoy, gracias a la caída del mercado de las últimas semanas, se cotizan en cerca de US$25, apenas por encima del valor contable del banco, y barato en comparación con sus registros históricos.

7. Compre acciones de Kraft Foods.

Buffett recortó su posición en el gigante alimentario, pero aún conserva una participación de más de US$3.000 millones. Pagó un promedio de US$33 por acción, pero eso fue hace varios años. Hoy en día esas acciones se pueden conseguir por cerca de US$35, un precio menor al que pagó el inversionista si se toma en cuenta la inflación.

Kraft anunció recientemente planes para dividir en dos empresas sus negocios de tiendas en EE.UU. y de snacks a nivel mundial, con la esperanza de aumentar el valor para los accionistas, una medida apoyada por Buffett. Esto se produce luego de la costosa adquisición de Cadbury, la empresa de chocolates y dulces del Reino Unido, que ha impulsado la presencia de Kraft en mercados emergentes de rápido crecimiento.

Entretanto, el rendimiento de los dividendos de la empresa, en 3,4%, resulta tan tentador como un chocolate Toblerone.

8. Compre acciones de U.S. Bancorp (USB).

Este banco con sede en Mineápolis, el sexto mayor por activos en EE.UU., es otro valor financiero de la simpatía de Buffett, cuya participación se calcula en US$2.000 millones. El banco se recupera de la crisis financiera. Los resultados financieros del trimestre más reciente aumentaron en un tercio, ya que el banco prestó más y cayeron sus pérdidas.

Este año USB comenzó a aumentar de forma gradual sus dividendos y a recomprar acciones. Buffett pagó US$31 por acción al adquirir su participación. Usted puede comprarlas por US$22, nueve veces el pronóstico de ganancias a 12 meses.

9. Sea el Oráculo de Omaha en casa.

Cualquiera sea la forma que encuentre de ganar más de 20%, le estará ganando a Buffett. Bueno, me estoy haciendo el tonto. ¿O no?

Veamos un ejemplo. Por US$50 puede comprar un adaptador que le permite deshacerse de su línea telefónica fija y conectar su teléfono a Internet. Incluso si de esta forma ahorra sólo US$10 al año, se trata de 20%, y es probable que ahorre mucho más. Además, el dinero ahorrado estará libre de riesgo y exento de impuestos.

Tales sumas pueden parecerle insignificantes. Pero intente ahorrar US$10 al año, a 20%, y podría tener US$74.000 al cabo de 40 años. Tal vez no sea tan tonto.

10. Compre acciones de Berkshire Hathaway.

Si no puede ganarle, únase a él. La acción «B» de Berkshire Hathaway, que es más asequible, cuesta sólo US$69, frente a los casi US$90 de la primera mitad de este año y su máximo de US$100 en 2007. Están a menos de 15 veces el pronóstico de ganancias a 12 meses, por debajo de sus niveles históricos y casi tan bajas como durante la crisis del mercado bursátil.
Fuente: The Wall Street Journal, 09/09/11.

Por qué no se puede confiar en los pronósticos de Wall Street

septiembre 9, 2011

Por qué no se puede confiar en los pronósticos de Wall Street

Por J. Alex Tarquinio

 

Mientras las acciones oscilaron en los últimos meses, un indicador del mercado se mantuvo tan firme como una roca: el pronóstico del promedio de Wall Street. A la vez que el índice Standard & Poor’s 500 se desplomó como un borracho en noche de juerga, el consenso en Wall Street sobre el nivel en el que terminaría el año apenas se movió de 1.400.

A lo largo de los años, algunos analistas de mercado han sido tan precisos como, digamos, los meteorólogos. Sin embargo, hay algo que asombra a los especialistas incluso sobre los pronósticos más realistas: la tenacidad de muchos estrategas de mercado. Puede que en ocasiones revisen sus predicciones, «pero eso es en general un indicador tardío», y la revisión del pronóstico a la baja se produce después de venta generalizada, sostiene Justin Walters, cofundador de Bespoke Investment Group, firma independiente de investigación de mercado.

Sin embargo, los promedios sólo cuentan una parte de la historia, y a menudo hay una gran distancia que separa a los alcistas de los bajistas. Morgan Stanley predice que el S&P 500 finalizará 2011 en 1.238. En el otro extremo, Deutsche Bank hizo una estimación alta de 1.550.

Si el año pasado sirve como referencia, los estrategas de Wall Street todavía podrían hacer una corrección del rumbo. Después de que las acciones cayeran fuertemente a mediados de 2010, Deutsche Bank «afinó» su cálculo y recortó en cerca de 4% el precio indicativo de septiembre del año pasado, señala Binky Chadha, estratega jefe de acciones estadounidenses del banco. No descarta un ajuste de las previsiones para este año después del Día del Trabajo en EE.UU., el 5 de septiembre. Entretanto, hay mucha menos cobertura en J.P. Morgan, que tiene la segunda perspectiva más optimista de Wall Street. Tom Lee, jefe de estrategia de la firma para EE.UU., dice que confía en su pronóstico de 1.475, siempre y cuando no haya un evento económico importante como un aumento de la inflación o un renovado temor por los efectos de la crisis de deuda griega.

De modo que si el inteligente y bien remunerado estratega no cambia sus predicciones ni siquiera cuando el mercado y los acontecimientos actuales las hacen parecer ridículas, ¿deberían los inversionistas molestarse en escucharlos? Walters, de Bespoke, dice que un inversionista rebelde podría decidir que el aumento de los pronósticos indica un mercado sobrevaluado. Sin embargo, algunos planificadores financieros ignoran por completo los pronósticos. George Papadopoulos, dueño de la empresa de planificación financiera homónima en Novi, estado de Michigan, dice que la mayoría de los estrategas bursátiles tienden a ser demasiado optimistas. No haga caso a la cifra general, sostiene, y «concéntrese en lo que pueda controlar», como encontrar un buen equilibrio de bonos y acciones para su portafolio.
Fuente: The Wall Street Journal, 05/09/11.

Diez cosas que los economistas no le dirán

septiembre 9, 2011

Diez cosas que los economistas no le dirán

Por Quentin Fottrell

 

1. «No vamos a predecir la próxima crisis…»

En las últimas semanas turbulentas, los inversionistas se volcaron otra vez a los economistas para que los ayuden a fijar su rumbo. Desde el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, para abajo, pocos economistas vieron aproximarse el crash financiero de 2008. En la edición de mayo de 2011 de «Econ Journal Watch», Mason Gaffney, profesor de economía de la Universidad de California en Riverside, ofreció este tua culpa. «El crash de 2008 sorprendió a la mayoría de nosotros. El episodio ha llevado a muchos a preguntar cómo los economistas pudieron estar tan despistados», reconoció.

Si la trayectoria sirve de indicación, muchos tampoco verán venir el siguiente crash. Recientemente, en respuesta al hecho de que no anticipó la rebaja de la calificación de la deuda estadounidense por parte de Standard & Poor’s, J. Bradford DeLong, profesor de economía en la Universidad de California en Berkeley, escribió en su blog, «Si usted me decía hace un año que el 5 de agosto de 2011, S&P iba a rebajar la calificación de Estados Unidos y que el bono a diez años iba a rendir 2,5%, me hubiese reído de usted».

Pero esas admisiones consuelan poco a los inversionistas regulares, que buscan a los economistas para que les indiquen las tendencias y que pagan el precio cuando se equivocan. Robert Schmansky, fundador de Clear Financial Advisors en Bloomfield Hills, Michigan, dice que a fines de 2008 cuando las acciones estaban en caída libre, muchos de sus clientes se apresuraban a liquidar su cartera de acciones para pagar sus hipotecas. «Un cliente que vino hablaba de asumir pérdidas de hasta US$100.000», recordó. «Obviamente, le aconsejé en contra de esa opción», dijo.

La Asociación Económica Estadounidnese (AEA, por sus siglas en inglés) no quisó hacer comentarios sobre la mayor parte de las afirmaciones de este artículo. Claudia Goldin, presidente electa de la asociación para el próximo año, dijo que «como otras asociaciones de estudios, la AEA existe para dar un servicio a sus miembros teniendo publicaciones y reuniones; no representa el punto de vista de sus miembros».

Lynn Reaser, integrante de la junta directiva y ex presidente de la Asociación Nacional de la Economía de Negocios en Washington, dice que los economistas «se han vuelto mucho más conscientes de los riesgos que enfrenta la economía y ahora prestan mucha más atención a los acontecimientos que parece que tienen escasas probabilidades de ocurrir».

2. «… pero podemos ayudar a causarla»

Mientras que los pronósticos demasiado optimistas pueden hacer que los inversionistas no estén preparados para el desastre, los expertos dicen que hay una espada de doble filo: ser demasiado pesimista sobre la economía podría contribuir al siguiente crash. Seth Rabinowitz, socio en la empresa de consultoría Silicon Associates, dice que las opiniones de los economistas y de los medios de comunicación junto con el nivel de ingresos y la volatilidad de la bolsa influyen en las decisiones de gasto de los consumidores. «Si los consumidores están abiertamente temerosos gastarán menos y eso dañará una economía en vísperas de recuperarse». Los economistas deberían elegir sus palabras cuidadosamente, especialmente cuando los inversionistas están nerviosos respecto a una próxima desaceleración. «Por esa razón, los economistas tienen una responsabilidad social todavía más grande respecto a cómo le hablan a la prensa», dice.

Pero otros expertos responden que los economistas no deberían edulcorar sus conclusiones, sin importar su posible impacto. Gaffney, quien dice que la recesión de 2008 nunca terminó, está cansado de que lo consideren un portador de malas noticias pero no tiene intención de callarse. «Cuando el desempleo llega a 10% o más y no cae, eso es un estancamiento de largo plazo», dice.

3. «No estamos a salvo de adivinar un poco»

Dado que tales modelos hicieron poco para que sonara la alarma en 2008, un creciente número de economistas ahora se están guiando más por sus instintos, dicen los expertos, o sea que están adivinando. Adivinanzas producto de la formación, seguro, pero adivinanzas al fin. Mark Perry, profesor de Finanzas y Economía Empresarial de la Universidad de Michigan-Flint y profesor visitante del American Enterprise Institute de Washington, D.C, calcula que al menos 60% de los pronósticos se basan en la intuición. «Con el tiempo, los economistas han comenzado a darse cuenta que la gente es impredecible», dice, algo que los ha forzado a discrepar con lo que modelos más formales podrían predecir.

Eso no es algo malo, dicen los economistas. «La intuición es lo que separa a los economistas que no son de utilidad de los geniales», dice Rabinowitz. Y los modelos asumen una coherencia y predicibilidad cuando las conductas reales son difíciles de predecir, dice John Kay, autor de «Obliquity: Why Our Goals are Often Best Achieved Indirectly» («Rodeos: por qué nuestros objetivos a veces son logrados indirectamente») y uno de los principales economistas del Reino Unido. «Depender de la coherencia no es una estrategia muy sensata», dice.

4. «Es la testosterona»

Más de 80% de los economistas son hombres, indican las encuestas. Y, dejando la corrección política de lado, tener una profesión tan dominada por los hombres puede llevar a asumir riesgos excesivos, que, en el caso de los economistas, podrían llevar a predicciones audaces que tienen más que ver con conseguir titulares en los diarios que con la realidad, dice Scott Beaulier, director del Centro Manuel H. Johnson de Economía Política en Troy, Alabama. Varios estudios, incluso uno realizado este año por Barclays Wealth y Ledbury Research, han concluido que los hombres se embarcan en conductas más imprudentes que las mujeres. Una posible razón, según los científicos, es la testosterona, que incrementa el apetito de los hombres por el riesgo. «Los hombres tienden a ser un poco más impulsivos, a tener menos disposición a admitir sus errores y se concentran más en una gran idea y en inversiones realmente ambiciosas», dice Beaulier.

John Siegfried, secretario tesorero de la AEA, hace notar que hoy las mujeres representan alrededor de 25% de la profesión y cerca de un tercio de los doctorados.

5. «Nuestras mediciones sobre niveles de prosperidad no funcionan»

Los economistas dependen de muchas mediciones para calcular la situación de sus países, el costo de vida, y otros indicadores básicos del nivel de bienestar, pero muchos de ellos podrían no ser los criterios precisos que deberían ser. Por ejemplo, hacer el seguimiento del crecimiento del producto interno bruto —uno de los indicadores seguidos más de cerca por los economistas— no necesariamente indica si un país está en condición saludable o no, especialmente considerando que la mayoría de las grandes crisis económicas frecuentemente ocurren luego de períodos de rápido crecimiento. Sam Thompson, investigador de la New Economic Foundation, centro de investigaciones en Londres, dice que el PIB es una medición de brocha gorda de la productividad de la economía y no da el panorama completo. Por ejemplo, un sistema de cuidado de la salud inflado e ineficiente podría estar detrás de parte de ese crecimiento. «De hecho, los períodos de guerra tienden a incrementar el PIB», dice.

Lo mismo ocurre con las mediciones del desempleo. De acuerdo con estimaciones oficiales del gobierno, el desempleo en EE.UU fue de 9,1% el mes pasado, pero especialistas en estadística como John Williams, editor de ShadowStats.com, dan una interpretación alternativa. Señala que los trabajadores «desalentados» que no están buscando activamente empleo y que no están incluidos en las estimaciones oficiales empujan la tasa de desempleo real más cerca de 22%. Frecuentemente esos números dan a la gente una falsa sensación de esperanza —o terror— que puede impactar mucho en sus decisiones financieras, dicen los expertos. «En tiempos como los actuales, hay demasiadas variables económicas que se comportan de manera no característica», dice Doug Short, vicepresidente de investigaciones del servicio de asesoría financiera Advisor Perspectives en Lexington, Massachusetts.

Reaser considera que el PIB «es la medida más abarcadora de la actividad» en EE.UU. y dice que la más reciente tasa de desempleo de la Oficina de Estadísticas Laborales, que incluye a los trabajadores desalentados, es de 16%.

6. «Una ciencia sombría, pero no exacta»

Como grupo, los economistas son incoherentes, dice Short. De acuerdo con una encuesta realizada entre economistas en julio por The Wall Street Journal, las predicciones sobre el PIB del segundo trimestre iban de 0,9% a 3,2%, una divergencia que Short describe como la diferencia entre el casi estancamiento y un crecimiento robusto. Y la más reciente encuesta, divulgada el mes pasado, tiene un rango de pronósticos para el producto del tercer trimestre que van de 0,5% a 4% . De acuerdo con una hecha hace poco, el rendimiento de los bonos a 10 años fue 0,78% más bajo de lo que habían predicho los economistas para fines de 2010.

Esas disparidades hacen difícil tener fe en cualquier economista. Lo mejor, dice Short, es buscar los promedios. Y, en momentos de stress financiero, «incluso el pronóstico promedio debería ser tomado con cuidado». Y en cuanto a la inexactitud, en el caso de los pronósticos de las notas del Tesoro a diez años, ese es un parámetro que los economistas utilizan para calcular los movimientos futuros de las tasas de interés y, en teoría, da a los consumidores una buena idea respecto a si es un momento bueno o mal para refinanciar sus viviendas, o para comprar o vender bonos corporativos.

7. «Nos inclinamos hacia la izquierda»

De acuerdo con una encuesta de 2008 de la AEA, casi la mitad eran en ese momento demócratas registrados, en tanto que solamente 17% se decían republicanos. Más aún, 60% de los economistas dijeron que Barack Obama haría el mayor progreso en asuntos económicos importantes como presidente. De hecho, a diferencia de lo que dicen los estereotipos, los economistas no son fervientes partidarios del libre mercado. En un estudio de 2003, los investigadores Daniel Klein y Charlotta Stern mostraron cómo 1.000 economistas habían respondido a 18 preguntas respecto al papel del gobierno en asuntos como los aranceles. Solamente 8% respaldó los principios del libre mercado; Klein no cree que esa cifra haya cambiado desde que la encuesta fue realizada. Un artículo de 2008 en la publicación «American Economist» sostenía que los economistas durante el último medio siglo han ayudado a convencer a los votantes de la necesidad de un gobierno más grande. «Creemos que el creciente papel de los economistas en la sociedad y en el diseño de políticas ha llevado a un incremento en las actitudes favorables a la intervención del gobierno», escribieron los autores, los economistas Scott Beaulier, William Boyes y William Mounts.

8. «Tenemos nuestros intereses»

Muchos economistas influyentes trabajan en instituciones académicas, que pueden transmitir una imagen de tener una opinión autorizada y sin sesgos de ningún tipo. Pero no es así en la práctica, dicen los expertos. Los economistas tienen sus propios motivos, económicos y políticos. En junio, más de 150 economistas respaldaron al presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, cuando llamó a equilibrar un aumento del techo de la deuda pública con recortes de gastos de igual tamaño, de acuerdo con una carta difundida por la oficina del líder republicano. «Un incremento en el límite de la deuda nacional que no sea acompañada por significativos recortes de gastos y reformas presupuestales para enfrentar la adicción al gasto de nuestro gobierno dañará la creación de empleos privados en EE.UU», decía la carta.

Alrededor de 70% de los economistas universitarios tienen intereses financieros fuera de su actividad académica, de acuerdo con un estudio de 2010 de Gerald Epstein y Jessica Carrick-Hagenbartt, que analizó las apariciones en los medios de comunicación, artículos en la prensa e investigaciones publicadas por expertos entre 2005 y 2009. Pero a pesar de esos lazos con empresas y el sector privado, los economistas rara vez reconocen estar trabajando en el sector privado, concluyeron los investigadores. Siegfried, de la asociación de economistas, cree que el porcentaje de 70% es demasiado alto como reflejo de todos los economistas académicos pero «posiblemente exacto» como indicador de los economistas que están activos en la investigación y que aparecen en los medios».

Los críticos entienden que ese tipo de trabajo presenta un claro conflicto de intereses si los académicos no son claros respecto a sus compromisos laborales. Jeffrey A. Frankel, un profesor de la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard, dice que los economistas deberían revelar el trabajo que hacen como consultores y las universidades deberían tener procedimientos claros en este sentido para enfrentar posibles cuestiones éticas y conflictos de intereses. Por su parte, revela todos los trabajos de consultoría por los que gana US$1.000 o más y dice que los economistas harían bien en hacer un seguimiento de su tarea como consultores. «Si un economista escribe sobre mercados financieros y respecto a si necesitan más o menos regulaciones y también hace trabajos de consultoría para bancos o instituciones financieras, es concebible que eso afecte su visión», opina. Reaser asegura que los economistas de su asociación informan que la integran cuando son citados en encuestas o en los medios de comunicación.

9. «Nuestros esfuerzos educativos son insuficientes»

Cuando aparecen en los medios de comunicación habitualmente los economistas intentan mantener en un nivel mínimo el uso de jerga especializada, dicen los expertos. Por eso utilizan el lenguaje más básico para explicar frecuentemente conceptos muy sofisticados. Y, sin embargo, tratar de hacer más accesible los conocimientos económicos no parece estar ayudando a los estadounidenses. Tienen una pobre comprensión de los conceptos más básicos de la economía y las finanzas a pesar de los esfuerzos de los economistas por explicarlos a través de los medios de comunicación y de trabajos de investigación y libros, concluye AnnaMaria Lusardi, profesora de Economía y Contabilidad en la Escuela de Negocios de la Universidad George Washington. En un estudio que realizó en 2009, junto con Peter Tufano, profesor de finanzas de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, concluyó que solamente un tercio de la población entiende cómo funciona el crédito y los intereses compuestos. Esas son malas noticias para los consumidores. Cuanto menos conocimiento económico tengan las personas, dicen los autores, más posibilidades tienen de incurrir en deudas y pagar más por sus tarjetas de crédito y otros cargos.

10. «Estamos a una década de la recuperación»

Muchos economistas creen que estamos en camino a una recesión, pero pocos están dispuestos a decir cuánto podría durar. Los que están dispuestos a hacerlo, no tienen buenas noticias. «Tomará una década», dice David Hefty, economista y presidente ejecutivo de Hefty Wealth Partners, en Auburn, Indiana. Edward E. Learner, profesor de Gerencia, Economía y Estadística, en la Universidad de California, Los Ángeles, cree que la recuperación podría tomar más tiempo a medida que la cantidad de empleos en la industria, continúa erosionándose como consecuencia de la globalización y la automatización. Dice que espera una recuperación en el mercado de la vivienda en los próximos años, pero, advierte, «esperen que la difícil transición entre una economía industrial y una postindsutrial dure décadas».

¿Qué pueden hacer los consumidores para preparse? Hefty recomienda crear un colchón de seguridad con cuentas de ahorro o invertir en un certificado de depósito y tener suficiente dinero para vivir al menos seis meses, lo que puede dar más confort en caso de una desaceleración que la predicción de un economista respecto a que vendrán días mejores (o peores).
Fuente: The Wall Street Journal, 05/09/11.

George Soros : La crisis de la deuda en Europa podría ser peor que la de Lehman Brothers

septiembre 9, 2011

La crisis de la deuda en Europa podría ser peor que la de Lehman, según Soros

 

George Soros cree que la actual crisis en la zona euro tiene el potencial de ser para la economía mundial «mucho peor que la de Lehman Brothers» lo fue para EEUU por la falta de consenso en la Unión Europea para crear una autoridad con suficiente poder para resolver los problemas.

Según recoge Funds People, en una entrevista concedida a The New York Times y reproducida por Efe, Soros asegura que «esta crisis tiene el potencial de ser mucho peor que la de Lehman Brothers. Por eso el problema es tan serio».

Soros considera que uno de los principales retos que afronta la zona euro es que carece de una autoridad para hacer frente a una crisis bancaria de esta magnitud. «Se necesita una crisis para crear la voluntad política en Europa para que se establezca una autoridad así, pero todavía no hay un acuerdo sobré qué hará la autoridad», asegura.

El filántropo alimentó así el temor a que el endeudamiento de países como Grecia y en menor medida España e Italia lleve al impago de los bancos, y eso a su vez provoque un efecto dominó de pánico que se contagie a las entidades estadounidenses y luego a todo el mundo.
Fuente: Funds Americas, 08/09/11.

El Libro Beige de la Fed muestra una desaceleración en Estados Unidos

septiembre 7, 2011

El Libro Beige de la Fed muestra una desaceleración en EE.UU.

Por Luca Di Leo

 

WASHINGTON (Dow Jones) — La Reserva Federal informó el miércoles que la actividad económica fue lenta en la mayor parte de Estados Unidos, y que se debilitó considerablemente en algunas áreas, debido a la desaceleración del sector fabril, la persistente debilidad del sector inmobiliario y el impacto del huracán Irene.

Según el informe de la Fed, conocido como «libro beige», cinco de sus 12 bancos regionales reportaron sólo una expansión «modesta o leve»: St. Louis, Minneapolis, Kansas City, Dallas y San Francisco.

Los otros siete distritos mostraron un crecimiento lento, un panorama mixto o una menor actividad general, en el último caso en los distritos de la Fed de Richmond y Filadelfia.

«Varios distritos también indicaron que la reciente volatilidad en el mercado de acciones y la mayor incertidumbre económica han llevado a muchos contactos a reducir, o ser más cautelosos, frente a sus proyecciones de mediano plazo», según el informe de la Fed.

El informe sobre las economías regionales, preparado por la Fed de Kansas City usando información recopilada en la segunda mitad de julio y hasta el 26 de agosto, será utilizado en la próxima reunión de política monetaria del banco central, programada para el 20 y 21 de septiembre.

Aunque hay opiniones divididas al respecto, la mayoría de los funcionarios de la Fed parecen apoyar un estímulo monetario adicional para fomentar el crecimiento.

El gasto de los consumidores aumentó ligeramente en la mayoría de los 12 distritos de la Fed, aunque las ventas netas minoristas del volátil componente de los autos no mostraron cambios o disminuyeron en algunas regiones, según el libro beige. Las evacuaciones a raíz del huracán Irene provocaron interrupciones generalizadas en el sector minorista en el área de Nueva York a fines de agosto.

La actividad fabril disminuyó en Nueva York, Filadelfia y Richmond. Los contactos en los distritos de Boston y Dallas observaron una menor demanda de sus clientes europeos, según el sondeo de la Fed. Y la actividad manufacturera en Atlanta y Chicago creció a un menor ritmo.

El sector inmobiliario residencial y comercial volvió a mostrarse generalmente débil, con una leve mejora en algunas regiones, según el libro beige.

En tanto, el mal clima afectó a la actividad agrícola en muchos distritos, como en Carolina del Norte, donde se registraron extensos daños a sembríos aún no cosechados.

El mercado laboral registró pocos cambios, aunque algunas áreas reportaron un crecimiento modesto en el empleo. Varias regiones reportaron una escasez de trabajadores calificados como ingenieros, mecánicos y desarrolladores de software.

Con las presiones salariales descritas por el libro beige en niveles mínimos en la mayoría de las regiones, los funcionarios de la Fed esperan que la inflación se mantenga bajo control.

El titular de la Fed, Ben Bernanke, hablará el jueves sobre el estado de la economía en Minneapolis.
Fuente: The Wall Street Journal, 07/09/11.

Los mercados cierran con fuertes alzas por noticias positivas

septiembre 7, 2011

Los mercados cierran con fuertes alzas por noticias positivas en Europa y EE.UU

Por Jonathan Cheng

 

NUEVA YORK (Dow Jones) — Las acciones en Estados Unidos pusieron fin a una racha perdedora de tres días y cerraron con fuertes alzas luego que los inversionistas se sintieran alentados por las noticias esperanzadoras divulgadas en Alemania e Italia, así como a nivel local.

El Promedio Industrial Dow Jones subió 275,56 puntos, o un 2,47%, a 11414,86, para cerrar en sus máximos del día. El Standard & Poor’s 500 avanzó 33,38 puntos, o un 2,86%, a 1198,62, y el Índice Compuesto Nasdaq avanzó 75,11 puntos, o un 3,04%, a 2548,94.

Las alzas fueron encabezadas por el sector financiero. Bank of America avanzó un 7% tras realizar cambios en su plana gerencial. Morgan Stanley ganó un 6,5% y Citigroup añadió un 4,6%.

En el sector energético, el petróleo avanzó un 3,9% a US$89,34 el barril, su mayor alza diaria en un mes. Chevron se fortaleció un 3,9%, y Exxon Mobil agregó un 3,5%.

En el ámbito tecnológico, Yahoo subió un 5,4% tras despedir a su ex presidente ejecutiva Carol Bartz. Cisco Systems ganó un 3,9%, e Intel se elevó un 2,8%.

Parte de las alzas se produjeron luego que Italia aprobara un plan de austeridad por más de EUR50.000 millones (US$70.000 millones) en ahorros fiscales e ingresos tributarios adicionales.

En Alemania, el tribunal constitucional determinó el miércoles que el rescate de la eurozona a Grecia en 2010 y las subsiguientes ayudas concedidas a través del fondo de rescate del bloque son legales, lo que derribó un importante obstáculo a la respuesta a la crisis de deuda soberana.

Josh Feinman, economista jefe global de DB Advisors, la división de administración de activos de Deutsche Bank, dijo que el mercado aplaudía las medidas de Alemania e Italia, pero advirtió que la alegría podría ser breve.

En tanto, la Reserva Federal informó durante la tarde que la actividad económica fue lenta en la mayor parte de Estados Unidos, mientras que se debilitó considerablemente en algunas áreas, debido a la desaceleración del sector fabril, la persistente debilidad del sector inmobiliario y el impacto del huracán Irene.

El ánimo también mejoró por las expectativas de que el plan de empleo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que será anunciado el jueves, resulte en un estímulo de entre US$300.000 millones y US$400.000 millones el próximo, y que incluiría feriados tributarios a las nóminas de sueldos, gasto en infraestructura y ayuda a los gobiernos estatales y locales.

En las noticias corporativas, Nvidia ascendió un 8,1% tras dar a conocer un panorama de ventas para el año fiscal 2013 superior a las proyecciones, mientras que Navistar International trepó un 0,8%tras informar un aumento en su ganancia del tercer trimestre de su año fiscal e ingresos mejores a lo previsto.

Kraft Foods sumó un 2,1% luego que su presidente ejecutivo defendiera el cronograma de los planes de división de operaciones de la empresa.
Fuente: The Wall Street Journal, 07/09/11.

El banco central suizo limita el alza del franco

septiembre 7, 2011

El banco central suizo limita el alza del franco y se pone en guardia

Por Deborah Ball

 

.ZURICH — En una nueva señal de cómo las turbulencias en los mercados financieros están trastornando el manejo de la economía en todo el mundo, el banco central de Suiza anunció la fijación de un límite al alza del franco. Se trata de la medida más enérgica en la campaña de la entidad para controlar el fortalecimiento de la moneda.

En una de las iniciativas más audaces de su historia, el Banco Nacional Suizo anunció la compra de euros en «cantidades ilimitadas» cada vez que la moneda común caiga por debajo de 1,20 francos, aprestándose para lo que puede ser una prolongada batalla contra los mercados financieros.

Los capitales han estado inundando Suiza y un número reducido de otros sitios supuestamente seguros —al igual que el oro— mientras los inversionistas que huyen del riesgo buscan alternativas a grandes monedas que se ven cada vez menos atractivas.

La ansiedad de los inversionistas sobre el futuro del euro se ha intensificado en semanas recientes frente a una crisis de deuda que amenaza con propagarse de economías pequeñas como Grecia a otras de mayor envergadura como España e Italia, y aumentar el riesgo de una ruptura de la moneda.

El dólar tampoco parece una opción atractiva. La economía de EE.UU. parece perder fuerza, las tasas de interés han tocado fondo y la deuda gubernamental ya no merece una calificación unánime de triple A por parte de las principales calificadoras de riesgo.

Entretanto, el yen japonés se debilitó el martes, mientras los inversionistas se preguntaban si el banco central —que intervino a comienzos de mes para moderar el alza de la moneda japonesa— podría seguir el ejemplo suizo.

A los economistas les preocupa la posibilidad de que los intentos de varios países de devaluar sus monedas en forma simultánea den inicio a una guerra de divisas que contribuya a desestabilizar la economía mundial.

Guido Mantega, el ministro de Hacienda brasileño, que encara el mismo problema de una apreciación excesiva de la moneda, indicó que la medida de Suiza podría surtir efecto en el corto plazo, pero no en el largo. «Es una situación extrema en la que están desesperados», advirtió.

El BNS dijo el martes que «ya no tolerará» la caída del euro por debajo de la tasa mínima. En un comunicado, el organismo manifestó que impondrá el límite con «la más firme determinación y que está dispuesto a comprar moneda extranjera en cantidades ilimitadas». El euro se disparó 10% a 1,22 francos, aunque posteriormente se moderó para cotizar en cerca de 1,20 francos a última hora en Nueva York. Antes del anuncio, el euro se había hundido a alrededor de 1,10 francos, tras caer a un mínimo sin precedente de 1,001 francos a comienzos de agosto. El dólar, por su parte, avanzó 9,7% para ubicarse en 0,86 francos suizos, su mayor nivel desde mayo.

El anuncio canalizó fondos al resto de las escasas monedas aún consideradas seguras. La corona de Noruega llegó el martes a su máximo contra el euro desde febrero de 2003, y la moneda sueca también se fortaleció.

«Es una huida a lo que haya quedado de calidad o a un refugio», dijo Kari Due-Andresen, de Handelsbanken en Noruega. «Hay una falta de refugios y la gente está volviendo su mirada a Noruega, con sus sólidas finanzas y buen crecimiento».

El Banco Central Europeo dejó claro que los suizos actuaban por cuenta propia, sin coordinar con Fráncfort. En un comunicado, el BCE especificó que fue «informado» por los suizos y que «toma nota» de la decisión, «que ha sido tomada por el Banco Nacional Suizo bajo su responsabilidad».

El franco se apreció 27% frente al euro entre noviembre de 2010 y agosto, lo que llevó al BNS a reducir las tasas de interés a casi cero e inundar de liquidez el mercado. La caída del franco frente al euro fue sólo temporal.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, en el pasado ha expresado escepticismo sobre las intervenciones unilaterales en el mercado cambiario. «Creemos que tales intervenciones tienen que hacerse sobre la base de un consenso multilateral y una decisión multilateral», indicó Trichet el mes pasado, cuando le preguntaron si apoyaba la gestión solitaria de Japón para debilitar el yen.

La fortaleza implacable del franco ya ha empujado a la quiebra a algunos exportadores suizos más débiles y obligado a otros a reducir precios para seguir en el negocio. Los enormes ingresos de capitales foráneos también pueden formar burbujas en los precios de activos en la pequeña economía suiza.

El gobierno suizo prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto de 1,5% en 2012, frente a 2,1% de este año y 2,7% de 2010.

El mes pasado, el gobierno y líderes empresariale instaron a una acción más decidida por parte del BNS para debilitar la moneda, particularmente en medio de señales de que el crecimiento en otras partes de Europa y en EE.UU. podría frenarse.

En el comunicado del martes, el BNS dijo que el franco «representa una aguda amenaza para la economía suiza».

«Esta podría ser una lucha muy desgastadora para el BNS en los próximos meses», señaló Jane Foley, estratega de divisas del banco holandés Rabobank. «Es una batalla del BNS contra la búsqueda de refugios seguros por parte de los inversionistas».

«El BNS ya mostró sus cartas», dice Alessandro Bee, estratega de divisas de Bank Sarasin. «No hay vuelta atrás. Van a hacer todo lo que esté a su alcance para defender su compromiso. Tienen que resistir la presión. De otra forma, no les queda más que cerrar el BNS».
Fuente: The Wall Street Journal, 06/09/11.

Wall Street ha cambiado de rostro

septiembre 7, 2011

Diez años después, Wall Street ha cambiado de rostro

Por Suzanne Kapner

 

Es una imagen difícil de olvidar: la Bolsa de Nueva York cerrada durante las cuatro sesiones bursátiles posteriores a los ataques terroristas del 11 de septiembre, mientras los incendios arreciaban en lo que quedaba del cercano World Trade Center.

La Bolsa de Nueva York era una empresa sin fines de lucro que había cambiado poco desde 1792: miles de corredores gritaban órdenes de comprar o vender. Con el bajo Manhattan inundado de polvo y las autoridades prohibiendo el acceso a la zona de los trabajadores no esenciales, abrir la bolsa no era una opción hasta el lunes siguiente.

Ahora, el mercado forma parte de NYSE Euronext (que cotiza en bolsa y tiene fines de lucro), la mayoría de las transacciones se realiza electrónicamente y oficinas fuera de Nueva York pueden manejar las operaciones sin dificultades durante una emergencia. La transformación no fue totalmente impulsada por el 11 de septiembre, pero es parte de los muchos cambios que ha atravesado Wall Street en los últimos diez años.

Como el resto del núcleo financiero de Nueva York, la NYSE ha cambiado desde los ataques terroristas. Ahora depende mucho menos del piso de operaciones y ha asumido un perfil más importante a nivel global con la compra en 2006 de la firma de corretaje electrónico Archipelago y su acuerdo pendiente para fusionarse con Deutsche Börse AG.

«Wall Street es hoy mucho más una idea que un lugar físico», dijo Roy Smith, profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.

Inmediatamente después del 11 de septiembre, los observadores predijeron que la élite financiera de Nueva York huiría de los riesgos de seguridad percibidos en la punta sur de Manhattan y podría reducirse. Una década después, Wall Street es de hecho más pequeña y está más dispersa. El empleo en la industria financiera en la ciudad cayó a 168.000 empleos, frente a 190.000, de acuerdo con datos del estado de Nueva York. El colapso de las torres gemelas aceleró el éxodo de las grandes firmas. Morgan Stanley, el principal inquilino del World Trade Center, ya trasladó su sede central a la parte media de la isla y sacó otras operaciones de la ciudad para reducir su vulnerabilidad en caso de una emergencia.

Pero a pesar de las vidas que se perdieron el día de la tragedia y la partida desde entonces de grandes compañías, Wall Street está lejos de quedar desierta. NYSE, Deutsche Bank AG y Bank of New York Mellon Corp., están entre los pesos pesados que retienen una presencia importante allí. A unas cuantas cuadras, Goldman Sachs Group Inc. inauguró su nueva sede, a pocos pasos de un gigante que nunca se fue, American Express Co.

Otro cambio todavía más grande es el incremento de las operaciones computarizadas. Mientras eso ha generado una industria totalmente nueva, también ha reducido las ganancias de muchas empresas de Wall Street, recortando sus lucrativas comisiones. Grandes firmas viraron hacia otros negocios, como la renta fija, incluida la venta de títulos respaldados por créditos hipotecarios durante el boom económico de mediados de la década.

Si bien ese negocio impulsó las ganancias entre 2005 y 2007 y enriqueció a muchos corredores, también sentó la base para la crisis financiera de 2008.

Debido a que los inversionistas se volvieron reacios al riesgo, firmas venerables como Bear Stearns y Lehman Brothers —que ocuparon parte del World Trade Center y el adyacente World Financial Center— sucumbieron cuando no fueron capaces de asegurar financiamiento.

La quiebra de Lehman hace tres años obligó a gobiernos de todo el mundo a ofrecer garantías de billones de dólares para apuntalar los sistemas bancarios y los mercados financieros, dando pie al clima de mercados volátiles y frágil recuperación económica de hoy.

Las consecuencias de la adopción por parte de Wall Street de las hipotecas de alto riesgo como una fuente de ganancias se siguen sintiendo. Sin embargo, algunos inversionistas opinan que las preocupaciones sobre el sector son exageradas.

«Aunque el 11 de septiembre fue trágico, no fue tan malo para el mundo financiero como el auge y la precipitación que se produjeron luego», dijo Smith, de NYU.
Fuente: The Wall Street Journal, 06/09/11.

« Página anteriorPágina siguiente »