Diez años después del colapso de Enron, los escándalos sólo han empeorado

diciembre 7, 2011 · Imprimir este artículo

Diez años después del colapso de Enron, los escándalos sólo han empeorado

Por Neal Lipschutz

 

Diez años después, el escándalo de Enron Corp. parece un juego de niños.

Vivimos un 2008 marcado por la conmoción financiera global originada por una crisis hipotecaria de la cual todavía no conseguimos recuperarnos por completo. Aún envueltos en esa frágil situación económica observamos las funestas y no del todo imaginadas consecuencias de la aguda crisis de la deuda soberana europea.

Sin embargo, los aniversarios son importantes. De algún modo, otorgan perspectiva. El viernes 2 de diciembre se cumple el décimo aniversario de que Enron se declarara en quiebra, la otrora empresa de energía de alto vuelo que se había convertido en una de las favoritas de los inversionistas.

El colapso de Enron, luego de un inmenso fraude contable, fue el símbolo de una época que también fue testigo de las principales estafas de tipo contable de gigantes corporativos estadounidenses como Worldcom y Tyco International.

Una ley que todavía se debate fue aprobada apresuradamente luego del escándalo. Al igual que la Ley Dodd-Frank que reformó la regulación financiera como consecuencia de la crisis financiera de 2008, la Ley Sarbanes-Oxley (SarbOx), de 2002, aún eleva la presión arterial entre sus opositores, que la ven como un símbolo de los excesos regulatorios.

Sin embargo, SarbOx consiguió lo que se proponía. La contabilidad entre las empresas estadounidenses se volvió más responsable de lo que lo eran cuando las compañías como Enron vivían todavía sus días de gloria.

Los críticos se irritan ante un par de cláusulas que exigen auditorías internas de un montón de prácticas financieras en grandes compañías que cotizan en bolsa, pero de alguna manera las empresas sobrevivieron al embate.

Las juntas directivas corporativas consiguieron más poder, pero la respuesta regulatoria fue vista al menos en parte provocada por la extensa ineficacia de los directorios.

Por su parte, el movimiento de Occupy Wall Street y otros probablemente protestarían por la falta de responsabilidad individual tras la crisis financiera de 2008, en comparación con las duras penas de prisión recibidas por los principales ejecutivos de Enron, Worldcom y Tyco. 

«Esa ley dice a todos los líderes corporativos que son deshonestos: todos quedarán expuestos y serán castigados. La era de los bajos estándares y falsas ganancias está terminada. No hay una junta directiva en EE.UU. que esté por encima o más allá de la ley», fue el rugido populista pronunciado nada menos que el entonces presidente George W. Bush. El republicano no era en general conocido como un instigador anticapitalista. Esa declaración tuvo lugar en el momento de su firma de la ley SarbOx, el 30 de julio de 2002.

Las lecciones aprendidas diez años más tarde eran bastante evidentes incluso en aquel momento. Fueron los engañados empleados de Enron quienes pusieron la mayor parte de sus ahorros de jubilación en acciones de su empleador. No lo haga. No importa cuando quiera uno a su empresa, se sugiere diversificar su cuenta de jubilación.

Para más referencias, un administrador de fondos parafraseó a Warren Buffett el 30 de noviembre de 2001, al explicar a la agencia de noticias Dow Jones Newswires por qué se mantuvo lejos de las acciones de Enron. No hay que invertir en cosas que uno no entiende.

Y para terminar, una sólida obviedad: si algo es demasiado bueno como para ser verdad, de seguro lo es.

Fuente: The Wall Street Journal, 01/12/11.


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