La aventura de trabajar como freelance
noviembre 5, 2017 · Imprimir este artículo
La aventura de trabajar como freelance
En los últimos años, los freelance han poblado casi todas las disciplinas profesionales, y están configurando un nuevo mapa laboral en nuestro país
Un 65% de las empresas españolas ya está contratando entre tres y 10 profesionales freelance al año
Por Ramón Oliver.
Se atribuye a Sir Walter Scott la paternidad del término freelance, palabra con la que en su obra Ivanhoe se refiere a unos caballeros-mercenarios que ponían sus armas al servicio de distintos señores en la Inglaterra medieval. Han transcurrido varios siglos y las ‘lanzas independientes’ de hoy libran sus batallas en el ámbito laboral, trabajando como autónomos para una diversidad de clientes. Según el informe Radiografía del mercado freelance en España, elaborado por Infojobs Freelance y la consultora Tower Lane, un 65% de las empresas españolas ya está contratando entre tres y 10 profesionales freelance al año. El mismo informe precisa que las cargas de trabajo en diferentes momentos de la temporada y la necesidad de contar con especialistas para la realización de tareas específicas son las principales razones para recurrir a ellos.
Íñigo Quintanilla es un profesional de la publicidad y la producción audiovisual. Tras pasar con éxito por varias agencias de publicidad multinacionales como redactor y director de arte, hace 15 años decidió imprimir un cambio de rumbo a su carrera y trabajar por su cuenta. Este creativo publicitario valora por encima de todo la libertad de la que goza. Una libertad que le permite desde escoger sus proyectos, hasta trabajar por resultados, sin horarios y desde cualquier lugar ayudado por un portátil y un móvil. Tiene muy claro que, en su caso, ser freelance es algo irreversible. “Nunca volvería a trabajar en nómina, sería como encerrar a un ave en una jaula”, asegura. Si bien admite que esa experiencia previa por cuenta ajena le fue de gran utilidad. Antes de ejercer como freelance, conviene haber trabajado en “varias y buenas empresas para conocer a fondo el negocio y poder ejercer la profesión con el mayor criterio posible”, opina.
Juan Francisco San Andrés también fue ‘cocinero antes que fraile’. Con una dilatada trayectoria a sus espaldas como directivo en grandes empresas, hace unos meses optó por poner todo ese conocimiento y experiencia acumulados al servicio de otras organizaciones y directivos, estableciéndose como asesor independiente. El suyo es un ejemplo de freelance que llega hasta el órgano decisor de su cliente y se maneja más en lo estratégico que en lo puramente técnico. “El servicio que yo ofrezco se compra por prestigio”, asegura. Sabe que su trayectoria y expertise son sus grandes bazas a la hora de competir con grandes firmas de consultoría que, aunque cuentan con mayor tamaño y recursos, muy a menudo encargan la gestión de las cuentas de sus clientes a jóvenes consultores sin demasiada experiencia. “En mi caso, yo abordo personalmente los proyectos y los ejecuto”, afirma, algo que sus clientes valoran.
Más dinero vs menos estabilidad
El nivel de ingresos es, sobre el papel, otro de los alicientes de trabajar de manera autónoma, aunque esa mayor rentabilidad traiga a veces como contrapartida incertidumbre e inestabilidad. Javier Pérez Salas es consultor freelance de SAP. Trabaja en proyectos, muchos de ellos internacionales, cuya duración oscila entre unos pocos días y un año y medio. Entre un proyecto y el siguiente pueden transcurrir varios meses de búsqueda y negociaciones. “Ganas más dinero, aunque también corres más riesgos. Necesitas un colchón económico para aguantar mínimo cuatro meses al año”, explica. En el caso de Íñigo Quintanilla, la relación tiempo/dinero que va a implicar un proyecto es un factor determinante para decantarse por un trabajo. Ya no se trata únicamente de que el encargo esté bien pagado, sino de que “el cliente no vaya a dar vueltas innecesarias al trabajo, algo que, por desgracia, es cada vez más habitual”, aclara. “El tiempo es oro cuando eres freelance, y si un cliente te lo hace perder, lo mejor es dejarlo y buscar uno nuevo que, aunque pueda pagar menos, sea más profesional”, añade.
Para los propios profesionales freelance, la condición de externo supone una ventaja en sí misma. “Existe la falsa creencia de que la gente se involucra más en los proyectos cuando se trata de personal interno de la empresa que cuando trabajan como freelance”, comenta Javier Pérez Salas. “Un empleado sabe que, haga lo que haga, al final de mes va a cobrar, mientras que un freelance si no cumple con su cometido y demuestra pronto resultados sale del proyecto inmediatamente”, agrega. También para Juan Francisco San Andrés la actuación de un profesional ajeno a la compañía puede aportar un punto de vista externo a la cultura de la empresa muy beneficioso. “Como externo no tienes las restricciones de alguien de la casa a la hora de presentar propuestas. Trabajar por libre saca lo mejor de ti mismo y ensancha tu visión de los temas”.
Radiografía del perfecto freelance
La plataforma de teletrabajo Nubelo pone en contacto a trabajadores independientes con empresas que buscan profesionales para sus proyectos. Todo el proceso se realiza online. En la actualidad, su base de datos cuenta con 220.000 freelance registrados, una cifra que crece del orden de los 5.000 al mes. Para su director Francesc Font, un freelance debe estar, ante todo, “comprometido con su trabajo y con el proyecto al que se enfrenta”. Un compromiso que se traduce en respetar los tiempos de entrega, estar localizable cuando se le necesita, dar lo máximo de sí mismo y, en definitiva, asegurarse de que “el proyecto salga rodado”. Inquietud por estar permanente actualizado, capacidad para planificar el trabajo y habilidad para “superar las expectativas del cliente” son otras de las cualidades que, según Font, han de adornar a todo buen freelance. En la misma línea, Marta Blasco, profesora de RR.HH del CEF.- (Centro de Estudios Financieros), publicó recientemente Los diez mandamientos del freelance. Entre los consejos que recoge esta guía, figuran aprender a manejar el miedo y el fracaso, mantenerse en contacto con otros profesionales o aliarse con la tecnología.
En los últimos años, los freelance han poblado casi todas las disciplinas profesionales, y están configurando un nuevo mapa laboral en nuestro país. Los últimos datos de la EPA atestiguan que el 40% de los nuevos ocupados son trabajadores autónomos. Sin embargo, no todo son buenas noticias para ellos. A la inestabilidad laboral, hay que añadir una competencia feroz, en primer lugar con el resto de freelance, y en segundo con las resistencias que muchas empresas aún plantean al hecho de asignar determinadas tareas sensibles a personal ajeno a la plantilla. A nivel legal también existen una serie de obligaciones que pueden actuar como barreras, sobre todo en los comienzos. Desde Nubelo recuerdan como muchos freelance no legalizan su situación precisamente por los costes que acarrea la cuota mensual de la Seguridad Social. Para paliar este problema, la plataforma trabaja con Freeautónomos, una cooperativa que permite a los profesionales españoles facturar legalmente por sus trabajos sin estar dados de alta en el régimen de autónomos.
Fuente: www.zoomnews.es
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