¿Cuál es la presión arterial óptima?

septiembre 15, 2015

Afirman que la presión arterial normal debería ser más baja: el límite sería 12

Investigación realizada en Estados Unidos. Lo reveló en estudio con hipertensos mayores de 50. Así se podría reducir el riesgo cardíaco y de muerte.

La investigación comenzó en 2009, pero terminó un año antes de lo previsto. Los médicos que llevaron adelante el estudio (llamado SPRINT y apoyado por la máxima autoridad sanitaria de Estados Unidos) se proponían saber qué tan baja debe ser la presión arterial para obtener beneficios en la salud. La respuesta la hallaron antes de lo esperado y por eso dieron a conocer los resultados preliminares: según afirman, la presión arterial menor a 12 en mayores de 50 años que tienen presión alta, reduce significativamente el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular y baja el riesgo de muerte.

hipertensión arterial

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Apoyados por el National Institutes of Health (NIH), los investigadores se propusieron examinar cómo impactaba en las enfermedades cardiovasculares y del riñón el hecho de mantener la presión de los pacientes en un nivel menor del que actualmente se recomienda. Para eso, ajustaron la medicación de 9.300 pacientes (mayores de 50 años hipertensos y, por eso, con un riesgo incrementado de tener una enfermedad del corazón o problemas de riñón) para que la  mitad  de ellos llegue a un objetivo de 12 y la otra mitad a un objetivo de 14. Según anunció el NIH mediante un comunicado, bajar la presión a 12 “reduce la tasa de eventos cardiovasculares, como ataque al corazón, falla cardíaca y ACV, a casi un tercio. Y reduce el riesgo de muerte a casi un cuarto, comparado con el objetivo de mantener la presión en 14 (140 milímetros de mercurio)”.

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“La presión en la que hay menos complicaciones cardiovasculares en la población en general es 12/8. Cuando se supera los 14/9 ya hay hipertensión arterial. Ahora bien, entre un valor y otro existe lo que se conoce como pre-hipertensión o presión normal alta. Y en ese territorio, a nivel poblacional, aparecen mayores complicaciones”, introduce Fernando Filippini, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial. “El estudio habla de llevar la presión a 12 en los mayores de 50 años. Yo diría que hay que ser muy cautelosos porque un anciano, por ejemplo, necesita cifras más elevadas porque si se le baja mucho la presión se puede reducir el flujo cerebral”. El estudio SPRINT no incluyó pacientes diabéticos y eso tiene una razón de ser: “En un paciente diabético con daño renal, el descenso excesivo de presión puede ser contraproducente. Es que al haber muy poca presión de sangre en un órgano deteriorado, la cantidad de sangre que lleva a filtrar puede ser menor”.

Tampoco incluyeron pacientes que habían tenido un accidente cerebrovascular antes o enfermedad renal. Alberto Villamil, jefe de hipertensión del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y jefe de cardiología preventiva del Hospital Argerich, agrega: “Si hablamos de población sana, tener la presión en 12/8 es óptimo. Según los datos preliminares de este estudio, menos presión es favorable para la salud al haber menos daño de la pared de las arterias. Pero si tenemos una población vulnerable –infartados, con insuficiencia renal o personas que tuvieron un ACV– no necesariamente es bueno bajar tanto la presión. La presión es un instrumento para llevar sangre al tejido: si el paciente tiene sus arterias estropeadas y hay menos acceso de la sangre a ese tejido, un descenso muy marcado de la presión puede causar isquemia”. Estos parámetros, explica, están respaldados por las guías de la Sociedad Argentina de Cardiología y de la Sociedad Argentina de Hipertensión.

“Nuestras conclusiones aportan evidencia importante de que bajar la presión en pacientes mayores o de alto riesgo puede ser beneficioso y abrir el paso a mejores condiciones de salud en general”, dijo Lawrence Fine, director del Instituto Nacional de corazón, pulmón y sangre (NHLBI). “Pero los pacientes deberían hablar con sus médicos para determinar si esto es beneficioso para su caso en particular”. Eso es lo que sostienen los médicos argentinos: cada paciente deberá ser evaluado para saber a qué meta puede llegar.

Fuente: Clarín, 15/09/15.

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Las dos principales causas de muerte

febrero 9, 2015

Cardiopatías y ACV, las dos principales causas de muerte

Por Nora Bär.

La enfermedad coronaria, el ataque cerebrovascular, las infecciones respiratorias bajas (principalmente la neumonía), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y los accidentes de tránsito fueron el año pasado las cinco primeras causas de muerte en el país.

corazon-sanoEl ranking surge del más detallado estudio sobre 240 enfermedades realizado en 188 países. El trabajo, coordinado por el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington (IHME, por sus siglas en inglés) y en el que intervinieron más de 700 investigadores, analizó cómo cambió el escenario epidemiológico global en el último cuarto de siglo.

Arroja resultados alentadores: en el período que va de 1990 a 2013, muy pocas dolencias aumentaron su tasa de mortalidad y la expectativa de vida (o esperanza de vida al nacer) creció globalmente más de seis años. Los argentinos sumamos más de tres: para los hombres, pasó de 69 años a 72,3, y para las mujeres, de 76,1 a 79,6. Los hombres chinos ganaron más de 7,5 años, y las mujeres, casi 10. En América latina, los peruanos sumaron más de siete; Paraguay casi no cambió, y Chile agregó más de seis (los hombres pasaron de 69,5 a 76,3; las mujeres, de 76,5 a 81,7).

«Se vive más, gracias en parte a la reducción en las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en los países con ingresos altos y al descenso de muertes infantiles en los países con ingresos bajos, pero las desigualdades siguen siendo las mismas entre las regiones», afirman los autores.

Aunque hay diferencias entre países, los científicos destacan que en el balance general descienden las tasas de mortalidad por enfermedades infecciosas y cardiovasculares, por la mayoría de los tumores, incluidos el de mama, el de útero y el de colon, y se hicieron grandes avances en la reducción de la mortalidad por enfermedades como el sarampión y la diarrea (con disminuciones de 83% y 51%, respectivamente).

Por otra parte, aumentaron los trastornos por el uso de drogas y las enfermedades renales crónicas, y algunos tipos de cáncer, como el de páncreas y el de riñón.

«Los cambios más notorios que se dieron en la Argentina durante ese período se debieron a una reducción de la mortalidad por complicaciones del parto pretérmino neonatal, las anomalías congénitas y la enfermedad cardíaca isquémica -comenta desde Mar del Plata Alicia Lawrynowicz, jefa del Servicio de Metodología de la Investigación, del Instituto Nacional de Epidemiología Dr. Juan H. Jara, coautora del trabajo-. En cambio, las muertes por neumonía, EPOC y enfermedad de Alzheimer aumentaron notablemente.»

La imagen que deja ver este relevamiento es que en el mundo una de cada tres muertes se debe a la cardiopatía isquémica, el accidente cerebrovascular y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), afecciones muy vinculadas con los estilos de vida.

«Las principales dos causas de muerte son enfermedades no transmisibles cardio y cerebrovasculares, aquellas donde los programas de prevención y las mejoras en los tratamientos tienen su mayor impacto -opina Luciano Sposato, investigador argentino que trabaja en el London Health Sciences Centre, de la Universidad de Western Ontario, en Canadá, que también firma el estudio-. Entre la población económicamente activa, están los accidentes de tránsito y el suicidio. Acá también es clave el Estado. En temas de prevención de accidentes de tránsito, la Argentina está a años luz de los países que lograron cambios importantes. Se necesitan desde un drástico cambio cultural hasta normas y controles mucho más estrictos.»

Según Sposato, cuando se comparan causas de muerte se puede hacer una estratificación de países ricos, pobres e intermedios.

«Como ejemplo del primer grupo, se puede pensar en los Estados Unidos y Canadá -explica-. En el grupo de los países pobres se puede ubicar a los de África. Los de América latina están en el punto intermedio, aunque a algunos, como la Argentina, se los clasifica como high income [de altos ingresos]. Cada uno de estos conjuntos tiene un perfil de mortalidad similar. En los más desarrollados prevalecen las causas de muerte asociadas con el desarrollo socioeconómico y con una mayor expectativa de vida, las enfermedades de la abundancia, como la enfermedad coronaria o el ACV. Eso no significa que no haya pobreza, sino que el desarrollo económico trae más enfermedades asociadas con cambios en la dieta (empeora la calidad y aumenta en cantidad de calorías) y con el nivel de actividad física. Además, disminuyen las muertes por enfermedades infecciosas, que suelen encontrar sus víctimas en personas más jóvenes. Esto hace que aumente la expectativa de vida y predominen otras enfermedades, como el infarto y la demencia.»

Entre las dolencias que conspiraron contra una mayor longevidad en América latina están la diabetes, otros trastornos endócrinos y la enfermedad renal crónica; en América del Norte, los trastornos mentales; en el sur de Asia, Asia Pacífico y el sur de África Subsahariana, las lesiones intencionales; en Europa del Este y Asia Central, la cirrosis, y el VIH/sida en el África subsahariana.

«Los países latinoamericanos comparten algunas causas de muerte con los de altos ingresos, como la enfermedad coronaria y el ACV, y otras con los africanos, como las enfermedades respiratorias bajas. Tenemos una mezcla de los dos extremos -comenta Sposato-. Algo interesante es que hay un índice bastante innovador, llamado de «progreso social». América del Norte tiene un índice de 85; América latina, de 65, y África, de 45. Esto confirma que existe una íntima relación entre desarrollo social y causas de mortalidad.»

Para armar este complejísimo rompecabezas de datos, los investigadores recurrieron a múltiples fuentes. «Primero nos abocamos a revisar exhaustivamente la bibliografía y los datos que proporcionaron los autores principales -detalla Lawrynowicz-. Luego, aportamos estadísticas oficiales, publicaciones nacionales, regionales o locales con la validez necesaria para ser incluidas en la base de datos. Algunos provienen de fuentes oficiales, como los censos de población o las estadísticas vitales. Es importante destacar que los que aporta la Dirección de Estadísticas e Información en Salud a nivel internacional son considerados de buena calidad.»

Tal como afirma Christopher Murray, director del IHME, en la actualidad hay mejores recursos para prolongar la vida, pero también hay más personas que llegan a edades muy avanzadas. «Ésta es una tendencia alentadora -subraya-. Sólo debemos asegurarnos de estar tomando las decisiones correctas en el presente en cuanto a las políticas de salud a fin de prepararnos para los problemas médicos que están surgiendo.»

Para Sposato, en la Argentina esto debería traducirse en invertir y educar a la población y a los profesionales de la salud y en trazar políticas consensuadas de largo plazo que no cambien con el gobierno de turno.

«Decirle a la gente que el colesterol y la hipertensión son malos para la salud no alcanza -afirma Sposato-. Ya se sabe que la gente no cambia de hábitos sólo por saber que algo le hace mal. Hay formas mucho más innovadoras de abordar este problema.»

Para el especialista, también debería mejora la remuneración de los profesionales de la salud y habría que generar un entorno más favorable para la interacción médico-paciente. «No se puede hacer prevención cuando una consulta dura entre 5 y 15 minutos», agrega.

Lawrynowicz coincide: «Hay que apuntar a la formulación de políticas de salud de largo plazo tendientes a la disminución de las desigualdades e inequidades».

También aconseja tener en cuenta las diferencias entre grupos de edad y género que pueden requerir acciones diferenciales, establecer y fortalecer programas de educación continua desde edades tempranas, y centrar la inversión en prevención y promoción de la salud por medio de un sistema integrador, transdisciplinario y que trabaje en conjunto con la comunidad.

Según los pronósticos, si se mantiene la tendencia de los últimos 23 años, para 2030 la expectativa de vida seguirá en alza: en los promedios globales, las mujeres superarán los 85 y los hombres, los 78. El problema, entonces, será no sólo agregar años a la vida, sino también vida a los años.

Fuente: La Nación, 08/02/15.

Más información:

Día Mundial del ACV – Accidente Cerebro Vascular

ACV y Enfermedades Críticas

El 42% de los argentinos adultos sufre hipertensión crónica

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¿Cómo está su corazón?

octubre 29, 2014

Enfermedades cardiovasculares

corazon-sanoEl término enfermedades cardiovasculares es usado para referirse a todo tipo de enfermedades relacionadas con el corazón o los vasos sanguíneos, (arterias y venas). Este término describe cualquier enfermedad que afecte al sistema cardiovascular , es utilizado comúnmente para referirse a aquellos relacionados con la arteriosclerosis (enfermedades en las arterias). Estas condiciones tienen causas, mecanismos, y tratamientos similares. En la práctica, las enfermedades cardiovasculares son tratadas por cardiólogos, cirujanos cardiotorácicos, (cirujanos vasculares), neurólogos, y radiólogos de intervención, dependiendo del sistema y órgano tratado. Existe un considerable enlace entre estas especialidades, y es común para ciertos procesos que estén diferentes especialistas en el mismo hospital.

La mayoría de los países lidian con altas y crecientes tasas de enfermedades cardiovasculares. Cada año más estadounidenses mueren de enfermedades del corazón que de cáncer.

Esta es la causa número uno de muerte y discapacidad en Estados Unidos y de la mayoría de países europeos (datos disponibles hasta 2005). Un amplio estudio histórico (PDAY) indica que los daños vasculares se acumulan desde la adolescencia haciendo los esfuerzos primarios necesarios desde la niñez. Un estudio reciente, determino que en 2011 murieron más de 17 millones de personas en el mundo a causas de enfermedades cardiovasculares.

Para el momento que los problemas del corazón son detectados, la causa fundamental (arteroesclerosis) está usualmente avanzada, habiéndose desarrollado por décadas. Por lo tanto, hay mayor énfasis en la prevención de la arteriosclerosis mediante la modificación de los factores de riesgo, tales como la alimentación sana, el ejercicio y evitando el hábito de fumar.

Tratamiento

A diferencia de las otras condiciones médicas crónicas, las enfermedades cardiovasculares son tratables y reversibles, incluso después de llevar un largo tiempo con la enfermedad. El tratamiento está enfocado en la dieta y la reducción del estrés.Si la enfermedad es muy grave puede llegar a una cirugía, y en extremo a la muerte.

Iniciación joven

Estudios basados en la población joven muestran que los predecesores de las enfermedades de corazón empiezan en la adolescencia. El proceso de arterosclerosis se desarrolla en décadas, y comienza en la infancia. Las determinantes patobiológicas de la arteriosclerosis en estudios basados en jóvenes demostraron que las lesiones internas aparecieron en todas las aortas y más de la mitad de las arterias coronarias derecha de infantes de 7 a 9 años. Sin embargo, la mayoría de los adolescentes están más preocupados por otras enfermedades como el VIH, accidentes, y cáncer que por las enfermedades cardiovasculares. Es extremadamente importante considerar que 1 de 3 personas mueren de complicaciones atribuidas a la arterosclerosis. Con el fin de detener la marea de las enfermedades cardiovasculares, la prevención primaria es necesaria. Ésta se inicia con la concientización de que la enfermedad cardiovascular representa la mayor amenaza y la educación en las medidas para prevenir o revertir esta enfermedad.

Detección

Complejos de fibrina y de plaquetas pueden ser vistos con la técnica de microscopía de campo oscuro. Son mucho más grandes que los glóbulos rojos y fácilmente pueden bloquear los capilares. Estos complejos son claramente visibles en un campo oscuro, pero no en las muestras de campo teñido brillante porque los diferentes métodos de teñido los opacan. Este método de detección temprana permite identificar a las personas en situación de riesgo y tomar las medidas oportunas.

Diferentes enfermedades cardiovasculares:

Fuente: Wikipedia, 2014.

Más información:
ACV
Los riesgos cardiovasculares
La enfermedad vascular periférica

 

 

Cómo prevenir un ACV

octubre 29, 2014

Cómo prevenir un ACV, la segunda causa de muerte en el país

Por Víctor Ingrassia.

En el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular, expertos resaltaron cuáles son los factores de riesgo y las claves para evitar esta enfermedad mortal o discapacitante.

Suele decirse que el corazón es el órgano más importante del cuerpo humano. Sin embargo un corazón puede ser reemplazado por medio de un trasplante. En cambio, el cerebro no.

Pero a la «máquina» más compleja que posee el organismo de una persona la asalta una grave enfermedad sumamente prevenible: el accidente cerebrovascular (ACV), responsable de la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte en nuestro país.

Hoy, en el Día Mundial del ACV, la gran toma de conciencia por parte de las personas sobre esta afección es que se trata en la mayoría de los casos de una situación sumamente prevenible. Y una vez que ocurre, el actuar rápido por parte de un especialista disminuye notoriamente las consecuencias discapacitantes.

«Cuando la sangre que llega al cerebro no es suficiente, ya sea porque una arteria se tapa o bien se rompe, ocurre un ataque cerebral. Así, cuando la natural circulación sanguínea al cerebro se interrumpe o se ve disminuida, comienza la aparición repentina de síntomas neurológicos, que pueden generar cuadros de parálisis de miembros o trastornos en el habla, entre otros», explicó a LA NACION el doctor Gabriel Persi, Jefe del Área de Neurología Vascular del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba).

 

 

Llamado también ACV o Stroke, esta enfermedad vascular se divide principalmente en dos grandes grupos:

  • Isquémicos: aquellos donde la interrupción del flujo sanguíneo se produce por la obstrucción de una arteria del cerebro. En la mayor parte de los casos la obstrucción está producida por la presencia de placas de ateroma, lo que llamamos arteriosclerosis. En otros casos se debe a la llegada de un trombo desde otras zonas del organismo, generalmente desde el corazón (embolia). Es el más frecuente ya que ocurre en el 80% de los casos.
  • Hemorrágicos: aquellos en los que ocurre un sangrado, consecuencia de la ruptura de una arteria. Así, la arteria se rompe por un aneurisma (dilatación progresiva que ocurre en una parte de la arteria debilitada), Cuanto más crece más se dilata y corre riesgo de ruptura.

ACV buscar atencion medica«Es sumamente importante concurrir inmediatamente a un médico de emergencias ante cualquier manifestación neurológica brusca. Los síntomas más frecuentes son: debilidad o falta de sensibilidad, especialmente en la mitad del cuerpo, problemas para hablar o entender, pérdida de la visión con uno o ambos ojos o dolor de cabeza, inestabilidad o incoordinación, entre otros», agregó Persi.

En la Argentina, cada cuatro minutos una persona es víctima de un ACV. Casi un 30% de los sobrevivientes queda con discapacidad permanente. Y, a las lesiones físicas cotidianas que genera (como alteración o pérdida del caminar, vestirse, comer, bañarse, hablar, entender o escribir) se suman discapacidades personales y laborales que precisan una neuro-rehabilitación no sólo biológica sino también educativa e interdisciplinaria.

Cifras preocupantes

Relacionado con esto, tampoco desciende la incidencia de los principales factores de riesgo, más bien todo lo contrario. La Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del año 2013, expuso algunas cifras que resultan preocupantes.

 

El sobrepeso y la obesidad han mostrado un aumento con respecto al relevamiento realizado en 2009, con porcentajes del 37.1 y 20.8 respectivamente. Si bien el consumo de tabaco y la exposición habitual al humo de tabaco ajeno ha descendido (del 27,1% al 25,1% para el primer caso; y del 40,4% al 36,3% para el segundo caso), la prevalencia de presión arterial elevada se ha mantenido (con porcentajes del 34.8 para 2009 y del 34.1 para 2013).

En cuanto a la prevalencia de colesterol elevado, se ha registrado un aumento del 29,1% al 29,8%, si se comparan ambas mediciones. De ahí la importancia de desarrollar programas específicos para combatir cada uno de estos factores de riesgo.

Durante mucho tiempo se la describió como una patología de personas mayores de 55 años. No obstante, en los últimos años, los especialistas se muestran preocupados por el aumento de casos en hombres más jóvenes.

Factores de riesgo

El doctor Guillermo Liniado, director del área de Cardiología de ALPI, una Asociación Civil sin fines de lucro que se dedica a la rehabilitación de personas con discapacidad motriz, precisó que los factores de riesgo son todas las condiciones que aumentan las posibilidades de contraer una enfermedad. Para el ataque cerebral existen dos tipos de factores de riesgo: Tratables o modificables y No tratables o No modificables.

«Entre los factores tratables, se encuentran: presión arterial alta, cigarrillo, diabetes, alcohol, colesterol alto, drogas (cocaína), fibrilación auricular, problemas cardíacos, alteraciones de la sangre, migrañas, anticonceptivos orales, enfermedad carotídea, dentadura en mal estado, sedentarismo, obesidad y procesos infecciosos», indicó Liniado.

Y precisó que los no tratables: familiares con ataques cerebrales, edad, sexo masculino, ataque cerebral en el pasado, e infartos silentes en las neuroimágenes», indicó Liniado.

El experto cardiólogo resaltó que la Hipertensión Arterial es el factor de riesgo más frecuente, ya que está presente en el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina. «El colesterol alto aumenta el riesgo de que se tapen las arterias, incluidas las que van al cerebro, por lo cual puede producir un ataque cerebral», afirmó.

El doctor Francisco Klein, Director del Centro de ACV, Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro señaló que «controlar la hipertensión arterial, evitar el cigarrillo, controlar el colesterol y la glucemia sanguíneos, y evitar el sedentarismo y la obesidad son medidas generales para prevenir un accidente cerebrovascular».

«Sin embargo, no siempre se tiene en cuenta que aun síntomas fugaces con recuperación completa, como la pérdida transitoria de la fuerza en un brazo o en una pierna, los trastornos en el habla o las alteraciones visuales pueden estar anticipando un ataque cerebral mayor con consecuencias potencialmente devastadoras», agregó.

¿Cómo se puede prevenir?

Desde la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) adhieron a la fecha del día Mundial movilizando la difusión y la toma de conciencia sobre esta patología y cómo prevenirla. «El objetivo es promover cambios en los estilos de vida de la comunidad en pos de una vida más plena y saludable», resaltó la doctora Laura Grynberg de la FCA.

«Resulta fundamental concientizar a toda la población sobre la importancia de adoptar estilos de vida y comportamientos saludables, a fin de revertir conductas que pueden resultar nocivas para nuestra salud, y la de nuestras arterias», agregó la experta y detalló los pasos a seguir en pos de ello:

  • Estricto control de la presión arterial
  • Abandono del cigarrillo
  • Dieta saludable
  • Ejercicio físico bajo supervisión médica
  • Control estricto de la diabetes
  • Control y tratamiento de las enfermedades del corazón

Actividades de difusión y prevención

Fundación Favaloro. En el marco del Día de Mundial del ACV, la Fundación Favaloro realizará una Jornada de concientización, donde se brindará información sobre prevención, se harán demostraciones para aprender a reconocer los síntomas y cómo actuar frente a un caso de ACV.

La actividad dará inicio en el Hall del Edificio Central de Fundación Favaloro (Belgrano 1746) a las 9:00 y está organizada por el Centro de ACV del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Favaloro ambos liderados por el doctor Francisco Klein. Alrededor de 40 estudiantes de medicina que cursan el último año de la carrera, recorrerán bares, restaurantes, supermercados, paseos y bancos, ubicados en los alrededores de la institución, para informar a la comunidad acerca del ACV.

Como cierre de las actividades programadas el jueves 30 de octubre a las 18, el doctor Klein ofrecerá una charla a la comunidad en el Aula Magna de la Universidad Favaloro (Solís 453) denominada «No quiero un ACV, ¿cómo hago? Cuidados para prevenirlo. Formas de reconocerlo a tiempo».

Ineba. Jornada sobre Ataque Cerebral para la Comunidad se realizará el miércoles 29 de octubre a las 18:30hs. La actividad es libre, gratuita y sin inscripción previa, tendrá lugar en el auditorio de la Fundación INEBA (Guardia Vieja 4467). Más información en: www.ineba.net // Centro de Atención Telefónica: 4867-7700

Hospital Italiano. Charla gratuita sobre «Accidente cereborvascular ¿Que debemos saber, conocer y hacer?», el día miércoles 29 de octubre a las 19.30hs, en Perón 4190

Nueva edición del Cerebro Gigante. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la clínica La Sagrada Familia, junto a FENERI y la Asociación Argentina de Ataque Cerebral (AAAC) presentan una nueva edición del Cerebro Gigante.

El mismo podrá visitarse el 5 de noviembre de 9. a 19 en La Plaza del Vaticano, al lado del Teatro Colón. Contará con material audiovisual y gráfico, con información clave sobre las señales de alerta del ACV y sus tratamientos.

Fuente: La Nación, 29/10/14.

Ataque cerebral: más común en las mujeres

octubre 28, 2014

Ataque cerebral: el 85% de los porteños ignora que es más común en las mujeres

Es lo que revela una encuesta a la población porteña de más de 18 años; además, aún sigue siendo bajo el reconocimiento de las señales de alerta del accidente cerebrovascular.

Algo más de 8 de cada 10 porteños ignoran que el accidente cerebrovascular (ACV) es más común en las mujeres que en los hombres , según revela una nueva encuesta horas antes de conmemorarse el Día Mundial del Ataque Cerebral.

El relevamiento, que realizó el Instituto Eneri en la ciudad de Buenos Aires, indica que apenas el 15% de los porteños mayores de 18 años sabe que las mujeres están más expuestas que los hombres a tener un ataque cerebral y, también, que sólo un 12% sabe que, cuando aparece, puede ser más grave en ellas que en ellos.

Y un 84% desconoce que en las mujeres es más frecuente que el cáncer de mama. «Las estadísticas del Ministerio de Salud indican que es exactamente al revés -señalaron desde el Instituto Eneri-. Se calcula que 1 de cada 5 mujeres sufrirá un ACV en algún momento de su vida, mientras que el cáncer de mama afecta a 1 de cada 8 mujeres. Además, el ACV es una enfermedad mucho más grave en términos de mortalidad inmediata. Los datos disponibles indican que en nuestro país muere entre el 20 y el 25% de los pacientes que ingresan a una unidad de terapia intensiva luego de sufrir un ACV.»

ACV 04Uno de cada 4 participantes pudo mencionar algún factor de riesgo específicamente femenino del infarto cerebral, como el uso de anticonceptivos, el embarazo o las terapias de reemplazo hormonal, según precisa el equipo del doctor Pedro Lylyk, director médico del Instituto Eneri y de la Clínica La Sagrada Familia. LA NACION intentó ayer contactar al doctor Lylyk, que coordinó el relevamiento, pero no logró ubicarlo.

A pesar de la enorme difusión que en los últimos años tuvo el ACV y cómo saber cuándo es necesario recibir o pedir ayuda rápidamente, la encuesta demuestra que aún sigue siendo bajo el reconocimiento de las principales señales de alerta.

El infarto cerebral puede ser isquémico (si un coágulo provoca una obstrucción en un vaso sanguíneo) o hemorrágico (si ocurre por una rotura vascular) e impide que las neuronas reciban oxígeno para funcionar normalmente. Un registro de la Sociedad Neurológica Argentina muestra desde hace años que el 80% de los ataques en el país son isquémicos y sus secuelas dependerán del sitio donde se produzca la lesión.

Eso también influirá en los síntomas, que aparecen de manera súbita y sin una causa aparente. En el sitio online www.ataquecerebral.org.ar se enumeran las cinco señales de alerta que nunca hay que subestimar, aun cuando desaparezcan después de unos minutos. Son: debilidad o adormecimiento de un brazo, una pierna o la mitad de la cara; dificultad para hablar o entender; problemas para ver de uno o ambos ojos; dolor de cabeza muy intenso, y pérdida del equilibrio o la coordinación.

Pero la encuesta del Instituto Eneri demuestra que el reconocimiento de esos síntomas aún sigue siendo bajo en los jóvenes y los adultos.

El 40% mencionó el dolor de cabeza entre «las señales de alerta que podrían indicar un ataque cerebral», seguido de un 26% que reconoció la dificultad para hablar (por ejemplo, balbucear o decir palabras sin sentido en lo que se quiere decir); un 18% incluyó la desorientación; un 17% señaló el adormecimiento de las extremidades, y un 12% mencionó los problemas de visión, entre otras opciones incluidas en una lista, como vómitos, mareos, parálisis/hemiplejia, desmayos, fatiga, convulsiones o dolor de pecho. Un 17% optó por el «no sabe».

El relevamiento cuantitativo sobre el conocimiento de las causas y las señales de alerta del ACV en la población porteña incluyó una muestra representativa de 600 mayores de 18 años. Al organizar las respuestas por grupos etarios, se destaca que el reconocimiento de los síntomas mejora entre los 26 y los 40 años. Y al comparar las respuestas con las ediciones previas de la encuestas, en 2011 y 2013, surge que el dolor de cabeza se mantiene como el síntoma más reconocido, aunque su mención disminuyó un 10% entre el año pasado y este año.

ACV buscar atencion medicaEn el informe de resultados se recuerda que el año pasado, mientras se realizaba la encuesta, la soprano de 38 años Florencia Fabris tuvo un ACV durante un concierto en el auditorio Juan Victoria de San Juan. En el video de la actuación que el año pasado circuló por Intenet, la cantante comienza a tener un fuerte dolor de cabeza.

Eso sí, si algo logró la difusión masiva del ACV es que se lo reconozca como una enfermedad grave. En la encuesta, el nivel de conocimiento como tal superó el 95% los tres años (95,8% en 2011; 98,1% en 2013, y 96,5% este año).

La hipertensión, la diabetes, el alcoholismo, el tabaquismo, el colesterol alto, el sedentarismo, el consumo de drogas y la obesidad forman la lista de los factores de riesgo del ataque cerebral. El 80% de las personas que tienen un ACV son hipertensas y el 22% tiene diabetes.

El control adecuado de estas dos enfermedades es fundamental para prevenir el infarto cerebral, según recomiendan los especialistas.

Identikit de una amenaza

En la Argentina, se produce un ACV cada 4 minutos

Qué es

El infarto cerebral ocurre por la interrupción súbita del flujo sanguíneo en el cerebro (isquémico) o por la rotura de un vaso de la cabeza (hemorrágico).

Cómo detectarlo

Ante signos de debilidad u hormigueo en las extremidades o un lado de la cara; dificultad para hablar; pérdida del equilibrio o la coordinación; problemas para ver con uno o ambos ojos, y dolor de cabeza, hay que llamar al servicio de emergencias.

Qué hacer

Recostarse para prevenir una caída y hacerlo de costado para evitar cualquier obstrucción respiratoria.

Fuente: La Nación, 28/10/14.

Más información:

29 de Octubre: Día Mundial del ACV

 

29 de Octubre: Día Mundial del ACV

octubre 28, 2014

El 29 de Octubre se recuerda el Día Mundial del ACV

acv-29-de-octubreEl Accidente Cerebrovascular afecta a 1 de cada 6 personas, mayoritariamente adultas, pero también a un porcentaje de jóvenes y niños.

Las enfermedades cerebrovasculares ocupan el segundo lugar como causa de muerte en LatinoAmérica, después de las enfermedades cardíacas y la primera causa de invalidez en personas adultas mayores de 65 años.

El ACV puede ser isquémico 80% (cuando una arteria se ocluye) o hemorrágico 20% (cuando una arteria se rompe).

Mitos y realidades de los ACV

Mito: El ACV no es prevenible.
Realidad: El ACV es fácilmente prevenible.

Mito: El ACV no es tratable.
Realidad: El ACV es tratable en urgencias.

Mito: El ACV es enfermedad de ancianos.
Realidad: El ACV afecta niños, jóvenes, adultos jóvenes y adultos mayores.

Mito: El ACV se relaciona con el corazón.
Realidad: El ACV afecta gravemente al cerebro (“Brain Attack»).

Mito: No hay recuperación después de un ACV.
Realidad: La Neurorehabilitación activa logra la mejoría de muchos o todos los síntomas del paciente.

¿Cómo reconocer un ACV?

Los síntomas del ataque cerebrovascular incluyen:
• Adormecimiento, entumecimiento, hormigueo, o debilidad en una mitad de la cara, brazo o pierna (especialmente en un lado del cuerpo) de comienzo súbito.
• Confusión, dificultad para hablar o entender el habla de otros de comienzo súbito.
• Dificultad con la visión en uno o ambos ojos de comienzo súbito.
• Súbita dificultad para caminar, mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación.
• Súbito dolor de cabeza severo o extremadamente severo, sin causa conocida.

TIA , AIT o “mini-ataque cerebral”

acv-05Algunas veces los síntomas pueden aparecer por un periodo muy breve (minutos solamente) pero luego desaparecen completamente, indicando posiblemente un ataque isquémico transitorio o AIT (también conocido como TIA por sus siglas en inglés). Evita ignorarlos, y acude inmediatamente a un Servicio de Urgencia, aunque estos síntomas sean breves, ya que los mismos indican un riesgo grave de ataque cerebrovascular y la posibilidad de un daño permanente.

¿Qué hacer si sospecho que tengo un ACV?

Un ataque cerebrovascular es una emergencia médica! Si ustedo alguien a su alrededor sufre cualquiera de los síntomas descritos, hay que acudir inmediatamente a un Servicio de Urgencia.

Cada minuto cuenta. Cuanto más tiempo duren los síntomas del ataque cerebral, mayor es el riesgo de daño cerebral. La atención médica inmediata puede salvar la vida de la persona afectada.

El plazo máximo para que estos pacientes reciban este tratamiento es de solamente 4.5 horas desde el inicio de los síntomas.

Una forma “casera” para orientarse mejor puede ser la siguiente:

Habla: ¿Dice cosas extrañas cuando HABLA?
Brazo: ¿Es incapaz de mantener tu BRAZO extendido por unos segundos?
Cara: ¿Tiene la mitad de la CARA débil o caída?

Prevenir un AC es más simple de lo que crees:

1. Controle su presión arterial (PA)
2. Control su colesterol
3. Controle su glicemia
4. No fume
5. No consuma drogas.
6. Evite el sedentarismo
7. Evite el uso de anticonceptivos orales o terapia de sustitución hormonal, ya que aumentan el riesgo de eventos trombóticos en ciertas poblaciones de riesgo.
8. Consulte a su neurólogo si debe controlar sus carótidas (Ultrasonido, AngioTAC, etc).

Siguiendo estos consejos las posibilidades de que sufrir un AC o un Infarto al Corazón se reducen de manera muy significativa.

Video «Las minorías y los ataques cerebrovasculares» (USA)

Más información:

Día Mundial del ACV – Accidente Cerebro Vascular

ACV y Enfermedades Críticas

El 42% de los argentinos adultos sufre hipertensión crónica

Accidente Cerebrovascular: Video Educativo

Esta información es de carácter educativo y no reemplaza la debida consulta médica.

Statistics point to increased risk of stroke in younger population

junio 18, 2014

Statistics point to increased risk of stroke in younger population

According to the National Stroke Association, stroke is a leading cause of adult long-term disability and the third-leading cause of death for people older than 65 years. In recent years, studies show a steep increase in strokes among people in their 30’s and 40’s. The Centers for Disease Control reports between 1990 and 2010 the risk of stroke for individuals 20 to 64 years of age rose 25 percent.

That statistic resonates with James Casarin, of Jessup.

According to an Allied Services news release, the 43-year-old father of two enjoyed an active lifestyle at the time of his stroke in 2013, which left his left side paralyzed. Extensive physical, occupational and speech therapy at Allied Services Rehab Hospital and Outpatient Rehab Center in Scranton enabled Casarin to return to many of the daily activities he enjoyed before his stroke.

Today, Casarin is walking using the Bioness L300 plus, a device which delivers electronic stimulation to the muscles in his left leg, sensing and adapting to changes in walking speed and terrain.

“I thought I’d never walk again, but Allied gave me the ability to walk,” he said in the news release.

Casarin credits the support of his family and friends and the therapists at Allied Services, his “Allied family,” with helping him to overcome many challenges in the wake of the stroke.

“They give you a boost every day and push you to keep going,” he said in the news release. “They make you believe.”

Following the stroke, doctors discovered a hole in Casarin’s heart, one of the few risk factors for stroke beyond an individual’s control. Although he faces ongoing challenges to regain full mobility, Casarin is motivated to help others avoid the same fate by raising awareness of the risk factors and warning signs.

According to the National Stroke Association, 80 percent of strokes can be prevented by managing controllable risk factors such as high blood pressure, high cholesterol, diabetes, atrial fibrillation and smoking and tobacco. Warning signs of a stroke include a sudden change in speech or vision and a sudden numbness, weakness or paralysis affecting one side of the body.

For more information on rehabilitation following a stroke visit: www.alliedservices.org

Source: TimesLeader.com, May 22. 2014.

Día Mundial del ACV – Accidente Cerebro Vascular

octubre 29, 2012

En los países pobres hay más accidentes cerebrovasculares

Por Nora Bär

Debilidad en una parte del cuerpo, confusión, problemas para hablar, un dolor que «parte» la cabeza… Cualquiera de estas señales y otras, como vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación, puede indicar el comienzo de un cuadro que en el país se presenta una vez cada cuatro minutos: el accidente cerebrovascular (ACV), segunda causa de muerte y primera de discapacidad.

Se sabe que el ACV es ya una epidemia cuyas proporciones no sólo se miden en el drástico impacto que puede tener sobre la vida y el bienestar de los pacientes y de sus familiares, sino también por la carga que implica para los sistemas sanitarios.

Un trabajo firmado por dos investigadores argentinos que hoy publica en forma destacada la revista Stroke exhibe otra cara de este escenario epidemiológico: por primera vez demuestra, estadísticamente, que los países más pobres y los que menos proporción de su PBI invierten en salud son los que tienen una mayor incidencia y mortalidad por accidente cerebrovascular, mayor proporción de eventos hemorrágicos (causados por la ruptura de una arteria cerebral), y también aquellos en los que el ACV se presenta a edades más tempranas.

«Diversas investigaciones anteriores se habían centrado en la relación entre el riesgo de ACV y la situación financiera individual o familiar -explica el doctor Luciano Sposato, uno de los autores de este estudio y también director del Departamento de Neurología de Adultos del Instituto de Neurología Cognitiva y del Centro de Stroke del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro-. Lo que nosotros hicimos fue «cruzar» los datos ajustados del PBI con los de 48 estudios poblacionales realizados entre 1998 y 2008 en 22 países de los cinco continentes. Lo que vimos fue que muchos de los ACV que ocurren en una población determinada se explican por el estatus socioeconómico del país. No sólo eso, sino también la mortalidad, la proporción de hemorragias y la edad a la que los pacientes los padecen. En los países más pobres se presentan más temprano que en los de mayor PBI.»

Esta singular ecuación introduce un nuevo factor para el diseño de políticas públicas de salud, ya que hasta ahora «el riesgo de ACV y sus consecuencias se consideraban resultados de factores étnicos, genéticos, ambientales, socioeconómicos y de la calidad de la atención médica», escriben Sposato y Gustavo Saposnik, coautor del estudio y director del Centro de Investigación en Stroke del Hospital St. Michael’s, de la Universidad de Toronto.

Para llegar a esta conclusión, los científicos tuvieron que revisar 5000 estudios y analizar en profundidad 48 trabajos de 30 ciudades.

Se encontraron con que en los países de alto PBI el ACV se presenta a edades más tardías y tiene menor mortalidad. Pero también que la inversión en salud resultó ser otro factor que podía alterar este balance: «Si un país pobre invierte una proporción mayor del PBI en salud, tiene mejores marcadores», explica Sposato.

Para Saposnik, la explicación de este fenómeno no es tan obvia como parece. «No pudimos determinar cómo invierte cada país su presupuesto en salud, pero sí constatar una alta correlación del gasto en salud con el de prevención -dice, a través de una comunicación telefónica desde Toronto-. La alta inversión en salud está relacionada directa o indirectamente con una mayor inversión en prevención.»

En Canadá, se calcula que sólo los costos directos del ataque cerebral rondan los 30.000 dólares por paciente. Por otro lado, en el nivel poblacional la inversión en prevención exige unos pocos dólares por persona.

Según este trabajo, el bajo producto bruto interno de un país explica el 32% del riesgo de ACV, el 43% de la mortalidad a los 30 días, el 43% del exceso de hemorragias cerebrales y el 47% de la mayor frecuencia de en jóvenes.

Por su parte, la menor inversión proporcional en salud explica el 26% del riesgo, el 45% del exceso de mortalidad a los 30 días, el 32% del exceso de hemorragias cerebrales y el 36% de la mayor frecuencia en jóvenes.

Economía y salud

«Hasta ahora, la literatura médica sugería que los países latinoamericanos tienen mayor frecuencia de ACV hemorrágicos que isquémicos [aquellos en los que la obstrucción de una arteria impide la llegada de oxígeno al cerebro] por mal control de los factores de riesgo y por alcoholismo -dice Sposato-. Sin embargo, a partir de estos hallazgos, esa mayor frecuencia se puede explicar por menor riqueza.»

Podría pensarse que si un país tiene más recursos invertirá más en salud, ofrecerá atención médica de mejor calidad y sus habitantes observarán estilos de vida más saludables. Todo esto puede ser cierto, pero el trabajo de Sposato y Saposnik muestra que no sólo importa la riqueza, sino también qué proporción se invierte en salud.

«Son dos parámetros independientes -explica Sposato-. Sin embargo, aunque se especulaba con que podría haber alguna relación entre ACV y desempleo, nosotros no la encontramos.»

Para Saposnik, una de las virtudes que tiene este trabajo es que tomó en cuenta países de los cinco continentes y que se basó en estudios poblaciones y no de hospitales individuales.

Y así como los países pobres tienen mayor mortalidad e incidencia de ACV, lo contrario también es cierto. «En aquellos con mayor PBI -agrega este último-, las personas padecen cuadros de menor gravedad, de menor mortalidad y a edades más avanzadas.» En Canadá se presentan anualmente 50.000 nuevos pacientes con ACV, y entre 300.000 y 500.000 de ellos están vivos en la actualidad. En ese país se produce un ataque cerebral cada diez minutos. «Hace veinte o treinta años -dice Saposnik-, había una visión nihilista. Hoy se ha logrado una reducción significativa de la mortalidad, que a los 30 días es del 15%, aproximadamente.»
Fuente: La Nación, 28/10/11.

Más información:

https://www.economiapersonal.com.ar/acv-y-enfermedades-criticas/

https://www.economiapersonal.com.ar/los-riesgos-cardiovasculares/

https://www.economiapersonal.com.ar/la-enfermedad-vascular-periferica/

https://www.economiapersonal.com.ar/vivir-mas-de-cien-anos/


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